Recuerdos Imborrables

Chapter Three

Por: Hikari No Tenshi & Kishuu Arashi

Sinopsis:

Syaoran es un Hombre calculador que nunca se ha enamorado…un ia por designios de su padre se embarca en la búsqueda de la leyenda de un famoso tesoro pero…podra su mente superar a su corazón cuando vea que en la vida no solo es dinero y ambición?

xD ¡KONNICHIWA! ve a su alrededor toda una decoración de cumpleaños ;D amiga dudabas que me olvidaría de tu cumpleaños xD para aquellos que no comprenden una pizca de lo que digo ¡atención! Hoy 3/7 es el cumpleaños de mi amiga/socia/hermana xD bahhh la loca que me acompaña en mis locuras entonces he aquí parte de sus sorpresas asi que: ¡FELIZ CUMPLEAÑOS ARA! Muchos se preguntarán por nuestro retraso, lastimosamente he sido yo la responsable pero antes de que empiecen a tirar tomates decimos: ò.ó SOMOS DOS ESCRITORAS y yo estaba hasta hace una semana y monedas dando mis exámenes de la uni T.T así qué gomen ne xD y aparte era más divertido postergar el chap hasta el cumple de Ara xD jajajaja.

Aquí nos despedimos dispuestas a tirar la casa por la ventana xD quien quiera unirse venga. Saludos de Ara y Hika a todos y agradecimientos a quienes nos han dejado R/R xD próxima empezamos a responder.

Tosió nuevamente, sentía su garganta cerrarse prohibiéndole que beba del aire que lo mantenía vivo, se ahogaba lentamente, tosía cada vez más fuerte sin detenerse a descansar su lastimada garganta…

Su mano tapaba su boca tratando de reprimir ese angustioso dolor mientras su mano apretaba levemente la alfombra bajo su cuerpo, arrodillado en una posición que jamás se permitió mostrar ante ojos ajenos… tan débil. Seguía tosiendo y ahogándose a cada momento más sin poder detenerse.

Y cuando pensó que el mundo ya le había sentenciado su hora de muerte aislado en su oficina bajo los atentos ojos de su imperio que parecían indiferentes ante su caída… fue entonces que la tos se detuvo, su respiración agitada y la transpiración perlando parte de su frente le hacían ver cuan viejo se había vuelto… cuan débil era la carne. Y odio su naturaleza humana aún más.

Tomaba aire de manera desesperada tratando de recuperarse lo antes posible, colocó su mano delante de sus ojos observándola cubierta por unos manchones de sangre carmín brillosa. Su puño se cerró más alrededor de la alfombra como un catalizador de su ira… que lastimosamente no sirvió.

-¡MALDITA!-

Gritó desde el fondo de su corazón, levantándose de un envión sin importarle el aguijón que se clavaba dentro de su cabeza profundamente nublando parte de su vista. Sin embargo sin aparentarlo se acercó a su escritorio a gritos insultando a un invisible contendiente…

-¡TRAIDORA!-

Volvió a gritar empujando con sus brazos todo lo que había sobre el escritorio hacía un costado, papeles de sumas cuantiosas, cheques, carpetas e incluso la lámpara, el teléfono… todo, arrojo todo esparciéndolo por el suelo alfombrado.

Se acerco a los estantes detrás del escritorio tirando todos los libros que había en el sin compasión, sin importar su valor y su individualidad en este mundo. Tiró todo envuelto por la oscuridad de su demonio interno ya que la lámpara ahora alumbraba levemente la habitación desde donde estaba tirada en el suelo. Parte de la oficina se encontraba entre sombras que es por donde se movía él.

-¡TRAIDORA!-

Volvió a gritar poseído, liberando a su demonio que parecía querer controlar el cuerpo pero que sin embargo en segundos la tranquilidad que preside a la tormenta había tomado posesión del cuerpo manteniéndolo parado delante de estantes vacíos. Respirando agitadamente apoyando su frente en uno de los estantes de la biblioteca, sus manos colgando inmóviles muertas al lado de su cuerpo que solo parecía estar de pie por estar colgado de hilos invisibles.

Tomando una bocanada de aire se giro y comenzó a deslizarse hasta volver a sentarse de manera despreocupada sobre el suelo alfombrado. Colocó una mano en la mitad de su rostro y sonrió de manera maniática como si acabara de descifrar el misterio de la vida.

Sonrió fría, de manera morbosa y hasta macabra sintiendo a su demonio clamar la liberación de esa carne putrefacta que el tiempo no parecía cederle su compasión.

-Sabes que sé la verdad, dejarías que muriera ¿no es cierto?-

El susurró comía el silencio, sus ojos abiertos de par en par observaban la destrucción que podía ser capaz sin apartar la mano que cubría la mitad de su rostro… su racionalidad.

-Dime la verdad ¡ADMITELO MALDITA PERRA!-

El gritó resonó en toda la habitación.

- Lo elegiste a él ¿verdad? Él es joven, carne fresca formándose ante los deseo de quien pueda controlarlo, sería fiel hasta la muerte por que sabes que yo ya no puedo ser controlado… -

Giró la cabeza para que el único ojo que tenía libre pudiera ver el logo de su imperio, su magnifica empresa, sobre una de las carpetas que tenía desperdigado todo su contenido por la oficina.

-Ya no quieres que te siga representando ¿es eso? Quieres que él tomo de una vez por todas el control de ti, que te maneje siempre y cuando sean a base de tus deseos… ya no me quieres, ya no me necesitas y lo prefieres a él –

El silencio fue su respuesta.

-Maldita, te he dado mi vida y me pides a mi hijo ¡EL NO TE PUEDE OFRECER NADA QUE YO YA LO HAYA HECHO! –

La luz comenzó a parpadear.

-Dejarías que muriera para que él al fin tomara mí puesto ¿verdad? ¡DESEAS MI MUERTE Y SU ASCENSO!-

Se levanto lentamente desde el suelo mostrando la sonrisa de los demonios más horribles del infierno.

-Pero tendrás que esperar… si yo muero te llevo conmigo – observó de reojo el logo de su empresa – te llevaré conmigo si es necesario.–

Comenzó a mirar a la puerta.

- Total ya comienzo a recordar… -

Y rió de manera maniática totalmente poseído al fin por su demonio interno.

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Tomoyo abrió sus ojos levemente, veía el cielo de afuera levemente nublado pero lo que le robó una sonrisa fue verse apresada en los brazos de su esposo, quien dormía todavía sin haberse dado cuenta de los movimientos de escape que trataba de hacer la joven de ojos violetas.

No deseaba despertarlo y aunque la cama en estos momentos le pareciera la más apetecible de las opciones ella tenía que ir preparando el desayuno para los huéspedes del hotel que aunque no fueran mucho eran una responsabilidad como dueña de este.

Sonrió sintiéndose mejor de lo que se había sentido anoche, sujeto su pecho firmemente sabiendo que los grandes ajetreos hacían menguar su estado de salud. Tomo una bocanada fuerte de aire y decidió que hoy las cosas serían más tranquilas… a pesar de que hoy tuvieran una invitada que todos los años, por un único día reservaba habitación en su establecimiento.

Tomó un baño y se cambio dispuesta a emprender con las tareas matutinas.

Beso a Eriol levemente en los labios y le susurró dos palabras que con llevaban una promesa eterna de amor.

Sabía que hoy él se marcharía por cuestiones de negocios… lamentaba horriblemente ser una de las razones de esos tantos viajes que hacía. Si ella solo tuviera mejor salud él quizás no estaría viajando tanto. Podría estar más cerca de sus hoteles y de la dirección de cada uno de ellos… pero…

-Deja de preocuparte-

Tomoyo ahora se encontraba abrazada por Eriol de nuevo en la cama mientras este la estrechaba contra su pecho. De un tirón la había capturado.

-Eriol… no creí que estuvieras despierto-

-Mi pequeña flor de ciruelo, tu calor es extrañable… ¿no lo sabías?-

Tomoyo rió y elevando la cabeza clavó sus ojos amatistas en los azul oscuro de su esposo.

-No deseaba despertarte-

-Siempre intentas lo mismo-

-Y siempre terminamos de la misma manera-

Guardaron silencio, cerrando sus ojos y percibiendo el aroma de su acompañante. El abrazo era cálido como cuando uno se sienta bajo los árboles una tarde de verano sintiendo las caricias del sol y la brisa suave. La respiración se hacía lenta, pausada tratando de que el tiempo se detuviera y mantenerse en esa posición por siempre.

Susurrar en el idioma del silencio un te amo para el otro.

-¿Prometes volver en la noche?-

-Haré todo lo posible-

Tomoyo levanto la cabeza y se retiro del abrazo levantándose de la cama mostrándole a Eriol un vestido blanco con detalles violetas y un delantal sobre el dispuesta a comenzar con las tareas que el hotel requería antes de que todos despertaran en él.

Los ojos azules suspiraron tristes y quitándose la sabana de encima se acercó para abrazar el cuerpo de su esposa por la espalda. La atrajo contra su pecho y depositó un beso suave en su cuello, para luego subir hasta su oído y susurrarle.

-Sabes que por mi, resumiría mi vida a este mundo tan hermoso pero necesitan de mi allá afuera-

Tomoyo agarró con sus manos las de su esposo liberándola del abrazo y permitiéndole girarse para ver a los ojos de él. Entonces Eriol vio lágrimas acariciando la mejilla blanca de ella rompiéndole lentamente el corazón.

-Lo sé… lo entiendo… pero… si tan solo yo… -

- Shhhh –

Le pidió silencio colocando un dedo sobre sus labios y deslizando lentamente la mano hasta alcanzar su mejilla y borrarle el camino de lágrimas que la surcaban. Odiaba verla así, odiaba que se culpara por su débil salud… el la amaba sin importar que, hasta preferiría que él fuera el que sufriera la enfermedad en vez de ella. Una flor tan hermosa ni siquiera se opacaba por tal atroz crimen a su ser, merecía la vida tanto como el sol siguiera brillando.

-Eres mía mi pequeña flor de ciruelo y sabes que jamás dejaré de amarte-

-Eriol… -

Más lágrimas y un abrazo que los unía.

-Después de hoy, cuando regrese, podrás seguir preparándome todo el chocolate caliente que desees –

Una risa cantarina y el corazón del ojiazul comenzó a calmarse.

-Sabes que este viaje se repetirá solo por esta vez, el director de la nueva cadena de hoteles que deseamos comprar exige que este yo presente-

-Has todo lo posible por volver pronto, te extrañe demasiado antes y solo te has compensado por tu ausencia un día; te queda mucho trabajo-

Eriol la abrazó más firmemente y beso su cabeza en señal de aceptación. Sin embargo ahí no acabo la demostración de amor, los besos bajaron por su mejilla hasta alcanzar sus labios y luego su cuello devorando la piel blanca.

-Eres tentadora-

-Eriol… - Un pequeño gemido escapó de sus labios femeninos – Tengo que preparar el desayuno –

El ojiazul sonrió maliciosamente y su lengua provocó un escalofrío en el cuerpo de su mujer.

- Sabes que necesito bañarme antes de preparar todo -

-Entonces ve… - deslizo sus manos hacía la espalda de él acariciándola libremente llevándole la contra a sus palabras – yo debo… -

Entonces se detuvo debido al sonido del agua de la bañadera correr a su espalda, soltándose del ojiazul observó que se hallaban en el baño y Eriol ya había abierto la canilla.

Sin embargo los besos a su cuello no paraban. Tomoyo suspiro levemente cuando las manos de su esposo desprendieron el cuello de su vestido por atrás y acercaban su boca al oído mordiendo el lóbulo de este para luego susurrarle.

-Por la ropa no te preocupes – y el vestido calló – luego te ayudo a elegir ropa que no tiente tanto a nuestros huéspedes –

Tomoyo sonrió divertida por ese lado celoso de su esposo, a pesar de que demostraba siempre un temple digno de un caballero en el fondo tenía un lado muy travieso y pícaro sin contar celoso.

El cuerpo de ella sintió como la conducía dentro de la bañadera y lentamente era acariciado por el agua mientras que su espalda todavía se encontraba apoyada en el pecho masculino de su esposo.

-Hagamos una introducción ahora, cuando vuelva tendremos una continuación… por que contigo a mi lado nunca habrá tendremos un final –

Y con un giro suave y cuidadoso los besos siguieron en sus labios, las caricias se volvían agua. Por ahora no importaba nada más que ellos dos, tenían una hora más antes de comenzar con los preparativos… Eriol siempre se las ingeniaba para adelantar el reloj del cuarto.

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Una voz tarareaba un tema bastante atractivo sin contar que era perfecto para bailar de manera alegre y despreocupada; un tema que atraía la atención del que lo escuchara.

La música provenía de los labios de una chica de cabello bordo que saltaba por toda la cocina de manera alegre llevando platos de aquí para allá sin temor a que se cayeran o rompieran. Miraba las pavas hervir en diferentes tiempos y a medida que eso pasaba las sacaba una por una sirviendo en diferentes tasas un humeante liquido transparente que con dos tres pases mágicos se volvía verde.

-¡Perfecto!-

Sonrió divertida a medida que volvía la pava a su lugar y repartía en diferentes platos tostadas recién hechas acompañando no solo a las tazas de té sino a una que otra taza de café humeante.

Pero en un momento se detuvo observando el reloj sobre la pared viendo que faltaban unos minutos para que los huéspedes bajaran a desayunar.

-¡Estos niños!-

Bufó divertida sabiendo donde los "dueños" de este hotel se encontraban. Tomoyo siempre bajaba una hora antes para ayudarle a pesar de que ella había sido contratada como la chef del hotel para cumplir los caprichos culinarios de sus huéspedes.

-¡SUPI!-

La muchacha sonrió mirando al gatito que se entretenía pasando entre sus piernas tratando de encontrar el ángulo perfecto para saltar sobre la mesada y robar algún suculento bocadillo aunque siempre… así que cuando ya estaba preparado…

-Ni lo intentes felino travieso-

Atrapado en pleno salto, Spinnel, como en verdad fue bautizado por su dueño Eriol, se rindió a su cotidiano intento frustrado por intentar robar comida dulce de la que tanto preparaba Nakuru.

-Sabes que tienes prohibido tocar la comida de los huéspedes, después tendrás tu ración ¿entendido?-

Deposito al felino en uno de los banquillos alejados de la enorme mesada de su cocina donde solo faltaban unos detalles para terminar y comenzar a servir el desayuno. Nakuru vio como su felino amigo comenzaba a acicalarse mientras ella se lavaba las manos dispuesta a continuar con todo el trabajo.

-Bien, parece ser que Tomo-chan no bajará hoy – rió divertida – con la llegada de Eriol me lo esperaba –

Sirvió unas frutas de manera muy decorativa en unas dos fuentes diferentes pero que quedaran de manera llamativa por los colores vivos de las frutas.

-Creo que ya esta-

Miro a su alrededor y observó el reloj, mejor comenzaría a servir todo en las mesas para que los huéspedes eligieran a su gusto.

Iba a abrir la puerta para poder luego pasar sin problemas los diferentes platillos cuando una mujer elegantemente vestida entró en la cocina. Sonriendo cálidamente y medio en disculpa Tomoyo se acerco a Nakuru medio sonrojada.

-No digas nada Tomo-chan-

La joven de cabellera bordo le sonrió traviesamente y paso a su lado con dos bandejas llenas de delicias para el desayuno.

-Siempre tan enérgica-

-¡Claro! – dijo antes de ingresar al comedor del hotel.

-¿Quieres que te ayude en algo? –

Pregunto cortésmente Tomoyo mientras ponía algunas cosas en otras bandejas.

-Hoy quedas exenta –

Nakuru tomó la bandeja y se llevó otra mientras colocaba algunas tazas que los huéspedes habían pedido especialmente para ese horario.

-Anoche escuche ruidos extraños ¿esta todo bien?-

Tomoyo estaba acariciando a Spinnel que muy dócilmente estiraba su cuello y ronroneaba a medida que la joven dueña adivinaba que sector quería que le acariciase ese día.

-Sí, lo que sucede es que llegó una nueva huésped anoche-

-¡Ah! De seguro se refiere a la señorita Sakura ¿no? –

Nakuru llevó la primera de las fuentes de frutas para colocarla en una mesa central a disposición de quien gustase.

-Sí, ya se encuentra en su habitación aunque dudo que baje-

Tomoyo había acordado un pacto de silencio con todos, nadie salvó ella y ahora Eriol más otras personas dirían el origen de Sakura… su verdadera naturaleza. Ella por hoy se volvía una persona más aquí dentro.

-Me parece una señorita muy linda, pero muy callada. Es una pena-

Nakuru la había sacado de sus pensamientos rápidamente, se giro a verla mientras volvía de dejar la última de las fuentes y escuchaba movimientos en el pasillo.

-Creo que andan levantándose todos ya-

-El aroma de mi comida mueve a la gente ¿no lo sabías?-

Tomoyo río y tomo a Spinnel en sus brazos sentándose ella en el banquillo mientras Nakuru tomaba dos tazas de té que habían quedado en la cocina extendiéndole una de ellas a la joven de ojos amatistas.

-¿Te encuentras bien?-

-Sí-

Sus ojos violetas miraron su reflejo en el líquido verde.

-Ayer hubo mucho ajetreo y escuche la voz de Eriol, me asuste más por haber oído una tos errática… supuse que fuiste tu Tomo-chan. –

-Ya me encuentro mejor igual-

Nakuru la miro medio triste y medio seria.

-No dudes en levantarme si necesitas algo Tomo-chan. Eriol no puede estar en todos los lados a la vez, por favor no te olvides que nosotros también te queremos –

Y le señalo un Spinnel sumamente dócil casi dormido.

-Aunque ese gatito sea travieso y atrevido aprecia mucho este hogar que le dieron –

Y los ojos violetas mostraron gratitud y cariño hacía los seres que se encontraban en esta cocina.

-Gracias-

-¡Tomoyo!-

La puerta de la cocina se abrió y por ella entró Eriol levemente enojado.

-¡Tú! Me distraigo dos segundos para terminar de vestirme y tu te me escapas –

Nakuru rió mientras Tomoyo era apresada por un abrazo y un beso de parte de su esposo. Spinnel saltó del regazo de su dueña mirando a la pareja críticamente por haberlo prácticamente aplastado.

-Disculpa Spinnel-

Eriol le sonreía divertido al felino mientras este se giraba y se dirigía a su plato dispuesto a comer los dulces que Nakuru le había colocado.

-Eriol, el desayuno esta servido pensaba llevárselos a la habitación pero si quieren díganme donde desean desayunar –

Tomoyo abrazó a su esposo mientras los ojos azules oscuro miraban tiernamente el cuerpo escondido entre sus brazos.

-Desayunaremos aquí, Nakuru-

Nakuru sonrió tiernamente, sabía que algo pasaba así que despacio se retiro de la cocina alegando tener que revisar todo estuviera en orden y que dos críos a los que se las tenía jurada se comportaran por una vez en el desayuno sin armar lío.

-Disfrutemos este momento por favor-

Tomoyo asintió mientras respiraba la fragancia de su marido, por más que fueran horas… pocas o muchas… la eternidad se volvía corta en comparación al tiempo que Eriol se marchaba de su lado.

-Te amo-

-Y Yo a ti mi pequeña flor de ciruelo-

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Shaoran estaba sentando en una de las mesas tomando un café para despertarlo esa mañana, tenía mucho trabajo que hacer ese día así que debía empezar con el pie derecho. Acercó uno de los platos con hot-cakes que había pedido y decidió probar a ver que tan bueno sería el chef del hotel… la salsa arriba y el tenedor en mano llevaron un pedazo del desayuno a su boca para que degustara lo que considero el más delicioso de los hot-cakes que antes hubiera probado.

Se sorprendió sinceramente pues no esperaba tanta delicia en un pueblo tan pequeño, si incluso podía saborear la masa y distinguirla de la deliciosa salsa casera sin que estas se mezclaran en un sabor uniforme y casi vulgar.

Decidió terminar de comer su desayuno mientras admiraba el ambiente del hotel. Admitía que no tenía muchos huéspedes el hotel pero parecía un ambiente muy familiar, desde los adultos tomando su desayuno hasta los niños siendo perseguidos por su hermana mayor… era extraña esa chica de cabellera bordo pero suponía que era la pobre hermana encargada de cuidar a sus hermanitos menores y por lo que veía, esos niños tenían la vivida imagen de diablillos en pleno crecimiento.

Un escalofrío lo recorrió por completo, esperaba jamás tener hijos así.

Pero algo de pronto llamo su atención. Reconocía a ese hombre que miraba divertido a los tres jóvenes… ¡claro! Como no reconocerlo, ese hombre era uno de los socios de una multimedia que producía video-juegos y que estaba en su pico de éxito últimamente. Esos debían, entonces ser sus hijos.

Y así reconoció a unas cuantas personas más que sobresalían en el mundo de los negocios… estaba totalmente extrañado y confundido de encontrar este tipo de personas en un lugar tan recóndito como este.

-Ellos buscan el anonimato a veces-

Shaoran se giro encontrándose a Eriol y Tomoyo tomados de la mano que lo observaban divertidos.

-Como te dije, gente en su posición no puede elegir cualquier lugar para vacacionar con su familia debido a cualquier atentado que estos puedan tener. Por eso eligen venir aquí, donde en el pueblo todos se conocen debido a su poca población y ellos se vuelven uno más aquí camuflándose y teniendo la posibilidad de ser una familia tradicional-

Shaoran seguía sorprendido, venía a hombres que alguna vez pasaron por las oficinas de su padre en poses frías y totalmente calculadoras para ahora verlos de una manera vulnerable en posición de padre… madre…

-Ellos saben que su familia esta ante todo-

Y sin comprender sus ojos marrones volvieron a ver todo el comedor sintiendo una calidez ajena a su propia sangre.

-Vamos Tomoyo, acompáñame a buscar mi maleta-

-¿Eriol?-

-Me marcharé por este día nada más, el a noche regresaré por favor cuida de mi esposa por favor pero ojo con lo que haces-

Sonriendo divertida la joven de ojos violetas quien emprendió camino delante de su esposo mientras este la seguía.

Suspirando se pregunto que le estaba pasando, de pronto se sentía otra persona… sin embargo sus ojos se volvieron frío nuevamente y tomando lo que quedaba de su café se levanto junto a la carpeta que su padre personalmente le había dado.

Decidido a ser quien era se marchó del hotel sin mirar atrás y dispuesto a averiguar todo lo que fuera necesario para darle el placer a su padre de obtener un crédito que no le pertenecía… aunque, de tal palo tal astilla dicen por ahí, no?

Su esfuerzo era su esfuerzo.

Sonrió de costado y comenzó a caminar rumbo al puerto… tenía una corazonada y esas nunca le fallaban.

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Unos ojos verdes observaban por la ventana el camino hacía el muelle, más precisamente un ser de cabellera castaña oscura.

Apoyo su mano en el vidrio de la ventana y susurró suavemente al aire.

- Xiao Lang… -

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Un beso de despedida a través de la ventana del auto, Eriol se encontraba en el volante de su auto y Tomoyo se separaba de este para permitirle al ojiazul partir.

-Cuídate por favor, no hagas ninguna locura-

Eriol se toco el corazón y puso la mejor cara de dolor.

-Ese comentario me lastimosa mi pequeña flor de ciruelo –

Tomoyo sonrió.

-Promete volver pronto-

-Haré todo lo que pueda-

Un nuevo beso a través de la ventana, besos llenos de amor como los que habían comenzado en la habitación… seguidos en la puerta del hotel… continuado hasta el auto… besos entre seres que le prometen la eternidad al otro.

-Te esperare con chocolate caliente-

-Así me dan ganas decir que me voy, dar una vueltas y volver faltando a mis obligaciones-

-Debo intentarlo aunque sea ¿no?-

Eriol beso a su esposa nuevamente. No deseaba irse.

-Cuidaré de todo aquí-

-Se que lo harás, enamoraras a todos nuestros huéspedes y te prometerán el cielo-

Tomoyo depositó un beso en sus labios masculinos.

-Estoy en él, me lo prometiste cuando nos enamoramos, me lo diste cuando me dijiste te amo y a cada segundo a tu lado se vuelve más hermoso –

Eriol no se contuvo, se separo de su esposa y ella tuvo que correrse por que el ojiazul abrió la puerta del auto saliendo rápidamente y atrapándola en un beso asfixiante, desesperado y hambriento.

Cuando se separaron Eriol le susurro un te amo y en segundos Tomoyo solo atino a ver como el auto se marchaba en la lejanía doblando en una esquina que conducía hacía el aeropuerto de la ciudad.

-Yo también te amo Eriol… -

Sus dedos tocaban sus labios recordando la pasión del beso y los sensibles que habían quedado.

Continuara…

----- + -----

Notas de las autoras:

¿No necesito decir quien era el señor de la primera escena verdad? xD por las dudas sino se entiende es el padre de Shaoran y habla exclusivamente de su empresa tiene un complejo difícil de explicar ahora así tendrán que seguir leyendo xD jajajajaja

x3 esperen el próximo chapter que lo tendremos lo antes posible eso si perdonen la demora. Muchas gracias por los R/R de veras nos alegran el día ¡creannos!

Ahora si nos despedimos ¡MATTA NE! X3

¡FEEEEEEEEEEEEEELIZZZZZZZZZZZZ CUMPLEAÑOSSSSSSSSSSSSSSSSSSSS!

Por que tkm amiga esperando que sigamos aguantándonos un par de años más y que siempre recuerdes contas conmigo! xD las lokas tienen que 'tar unidas xP ¡Que en este día x3 lo puedas disfrutar compartiéndolo con todos los que te queremos!

Kero: - x3 AHORA SI ¡PASTEL!

Hikari: Olvídalo, me costo mucho los 5 pisos y más encima atrapar a esos dos en jaulas se ve de fondo a Shaoran y Eriol encerrados Hasta que Ara no sople las velitas este pastel que da intacto y ellos en sus jaulas respectivamente.

Kero: T-T pero… ni siquiera salgo en el ff!

Hikari: U-U ya saldrás

Kero: xD ¡SIIIIII!

Hikari: ¬¬ malcriado.

Kero: ¬¬ no te dare de mi pastel

Hikari: ò.ó ¡COMO!

Kero: U-U no dije nada

Hikari: ¬¬ AH!

Shaoran: o.o y por que nosotros tenemos que estar en jaulas?

Eriol: U-U me salio inocentón mi descendiente.

Hikari: x3 no querrás saber.

Shaoran: Por suerte solo estaremos un día acá.

Eriol: O.O QUE! Hikariiiiii ò.ó tu me dijiste que sería una semana!

Se escucha una cancioncita silbada por Hikari

Hikari: jejeje yo no dije nada x3 Ahora si nos despedimos xD que comienza la fiesta. De seguro Tomoyo y Sakura ya decoraron el salón xD ahora me retiro debo llevar el pastel al centro del salón… o.o alguien habrá traído el trampolín para la piscina de gelatina que preparamos… mmmm tengo que ir averiguar.

Eriol: ¡Ven aquí y sacanos!

Hikari: Hasta más tarde Boy's ;3