Disclaimer: Harry Potter, y sus personajes, no me pertenecen


Lo que más valoras

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Cuando Draco dijo que estaba muy ebrio, y solo, y que eso nunca salía bien, probablemente, no, definitivamente, no imaginó que estaría vomitando la mitad del contenido del estómago, casi tres meses después, en el retrete de Pansy. O que su magia estaría dando saltos accidentales como la de un niño pequeño, o que su cuerpo solo querría dormir en consecuencia. De hecho, ni siquiera se le pasó por la cabeza que estuviera relacionado a aquella ocasión en que se puso una máscara y fingió que no tenía ningún problema en su vida. Él asumió que había descuidado su salud, comido algo malo, mezclado ingredientes equivocados, o sido hechizado mientras caminaba. Era él. No era imposible haber sido maldecido por viejos rencores.

Así que, inclinado dentro del baño, pensó en lo jodido que estaba y lo muy mal que se sentía.

-Creo que me contagie de algo-susurró, limpiando su boca con la toalla más cercana. Olía a perfume, lo cual hizo que nuevamente empezara a regresar lo que debía ser el desayuno, porque estaba seguro que ya había sacado su almuerzo.

Pansy asintió, haciendo una cara de asco y llamando a un elfo que limpiara y quitara por completo el mal olor. Draco estaba de visita, así que había estado más que contenta de recibirlo. El hombre se la pasaba en Francia, haciendo curso tras curso, y desarrollando sus habilidades de pocionista. No tenía un pareja estable, ni hijos, ni mascotas, vivía en una casa pequeña solo, lejos de su mansión. Estaba casado con su trabajo. Algo triste, para alguien que durante su juventud fue codiciado por varias señoritas, o exclamó lo muy poderoso o influyente que sería en el futuro.

Era por eso que Pansy lo había llevado a rastras a la fiesta de máscaras de las almas gemelas. Quería que se divirtiera un rato y se sintiera amado. Lo único que obtuvo fue que Draco regresara a casa, con una sonrisa triste y se marchara para continuar trabajando aún más que antes.

-Encontré a un hombre agradable, me acosté con él-había dicho Draco al llegar y Pansy había gritado emocionada hasta ver los ojos llorosos de Draco y la manera en que apretaba los labios. -Estaba comprometido. Fingimos ser la pareja del otro, solo esa noche, pero en cuanto me dormí se esfumó. Realmente intenté permanecer despierto, intenté ser mejor que la otra persona y ser escogido, pero parece ser que solo puedo envidiar lo que les pertenece a los demás.

-Oh, Draco.

-Está bien, él dijo que estaba comprometido, yo dije que estaba bien. Eso fue todo.

Aparentemente, no lo era. Draco se había ido y había regresado no porque estuviera mejor emocionalmente, sino porque necesitaba ayuda.

-Draco, cariño. ¿Has ido a revisión?

-No, esperaba que me hicieras un diagnóstico rápido. ¿Es posible que me contagiaran algo muggle, una enfermedad sexual o algo así?

-No soy medimaga.

-Eres una chica, dijiste que lo sabían todo.

-No incluye estudios de medimagia.

-Demonios. ¿Al menos vas a acompañarme a San Mungo?-preguntó cobardemente. -Me siento como la mierda, mi boca sabe a mierda, y quizá esté muriendo. Ellos me mirarán como si yo fuera de lo peor e indigno de estar ahí, así que tal vez debería solo llamar a un medimago hasta aquí.

-No digas tonterías. Quizá tienes un resfriado. Merlín sabe que los hombres pueden ser tan dramáticos.

Draco no estaba siendo dramático.

-¿Embarazo?-preguntó en San Mungo, cuatro horas después, cuando por fin fue atendido.

-Si, al menos eso dicen los resultados. Tres meses.

-Tres meses...

-Eso fue en la fiesta de las-empezó a gritar Pansy, y Draco salió de su ensismamiento para taparle la boca

-Felicidades, señor Malfoy.

-Pero yo, usé protección.

El medimago lo miró casi con ternura.

-Las pociones son 92% eficientes. Lo que significa que un 8% de su eficacia permite la concepción. Probablemente usted y su pareja tienen una gran compatibilidad mágica, lo que influyó en este resultado.¿Sintió la unión de sus magias, cosquilleos o el momento de la concepción? Déjeme corregir eso, ya que parece muy sorprendido del resultado, ¿Sintió un tirón mágico en algún momento del acto?

-Estaba muy ebrio. No recuerdo mucho.

-Tal vez debería hacer más pruebas, para asegurarme de la salud del bebé. Aunque por lo que vi, su magia es realmente poderosa y posee sangre pura, lo que influye en su salud. Magia ancestral haciendo lo suyo, usted sabe eso mejor que yo. Déjame hacerte una imagen.

Cuando por fin la imagen fue creada, el medimago le mostró una luz brillante en medio de una imagen oscura.

-¿Ves ese pequeño punto de luz? El campo luminoso alrededor debería verse así alrededor de los siete u ocho meses. El tuyo tiene tres y ya es un pequeño y poderoso mago para su edad. Es por eso que tienes tantas naúseas y vómitos. Este pequeño bebé tiene tanta magia que estás sintiendo las fluctuaciones de magia cerca de tu estómago. Tu magia regula la del bebé, si hay demasiada o muy poca, es un esfuerzo extra, de ahí el cansancio.

Draco asintió. El resto de la consulta solo pudo ver la imagen en blanco y negro de su interior, donde estaba el bebé.

-Lo recomendable sería que el otro padre le brindara magia, especialmente por la cantidad y fuerza de la magia que parece que requerirá el pequeño, pero si no sabe quién es o no puede comunicarse con él, amigos cercanos y familiares funcionarán. Mientras más mejor, ya que al no ser progenitores no toda la magia será aprovechada y aceptada. Haga pequeñas pruebas para saber qué magias le son más cómodas y amigables tanto a ti como al bebé. Manténgase cerca de su proveedores principales para que el bebé se acostumbre y encariñe con sus personas más cercanas.

Draco asintió.

-¡Tienes que volver a casa!, -parloteó animada Pansy, -se lo diremos a los chicos y tendremos a este bebé juntos. Puedes vivir conmigo, no, mejor con Theo, tiene un estómago más fuerte. Y tienes que dejar el trabajo por un tiempo, pero tienes muchos ahorros. E iremos de compras juntos. Adornaremos una habitación. ¡Draco, tendremos nuestro primer bebé!

Draco sonrió.

-Tú bebé, Draco. Merlín, apuesto que será precioso. Y lo cuidaremos tanto.

Draco sonrió aún más.

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Tres hombres, y una mujer, era una escena no muy extraña entre las tiendas. Excepto que ellos estaban en las tiendas de maternidad y cosas infantiles. Como Pansy dijo, los tres estaban brindando su apoyo a su manera, y estaban decidiendo qué necesitaría el hombre. Como eran reconocidos por su parte en la guerra, tanto Draco, como Pansy y Theodore estaban usando un glamour. Blaise mantenía el de Draco y se quejó de que era mucho trabajo mantener el del rubio y el de sí mismo, así que no le importaba ser visto de compras.

Soy un alma libre y extrovertida, sobre todo, demasiado apuesta para ocultar mi rostro, dijo. Y así fue que era el único con su rostro real descubierto. Eso por supuesto, ayudó. A las mujeres solía gustarles su apariencia. Zabini solo ya había conseguido decenas de regalos para su amiga embarazada.

-¿Has pensado como llamarlo?- preguntó Zabini, mirando con extrañeza un extractor de leche. -¿Tú necesitas algo asi?

-No tengo ni idea. Y lo llamaré Orión, tiene estrellas tan brillantes que es reconocida por todos y se ven desde cualquier hemisferio. Si es niña la llamaré Lira, está cerca de Draco y además se decía que la Lira de Orfeo producía música tan encantadora que incluso los animales se paraban a escuchar.

-No está mal.

-Estoy completamente aburrido-intervino Theo-Ya que Pansy es la única que llena el carrito con cosa útiles, y Blaise es el que consigue cosas gratis, ¿por qué no vamos al local de enfrente y pedimos algo de comer?¿No tienes hambre, Draco?

Draco asintió, porque últimamente sentía que moría de hambre. Pansy masculló de lo inútiles que eran los hombres, pero dejó que Theo y un evasivo Blaise, se fueran a alimentar al rubio.

-Nuestro bebé está hambriento-respondieron al unisono,con la mano de ambos en el estómago de Draco, lo cual atrajo la atención de las mujeres alrededor, e hizo a Draco sonrojarse.

-Bien. De todos modos no están haciendo nada.

Contentos de salir del lugar, caminaron a un pequeño restaurante y pidieron algo de comer. Draco probablemente no hubiera notado a Potter por lo soñoliento que estaba, sino hubiera sido por la gente murmurando a su alrededor. Intentando concentrarse en su comida, tomó un poco de jugo, lo que hizo que corriera al baño y rozara, accidentalmente, su mano con el codo de Potter en el camino.

Entonces, las naúseas se fueron y Draco tuvo, lo que ahora sabía que era, una reposición mágica. Pudo sentir la magia de alguien invadirlo, equilibrar al niño en él. No pudo más que abrir los ojos y voltear hacia atrás solo para mirar a Potter, extrañado, como si no supiera que pasó. Draco, con rapidez, caminó hacia sus amigos y decidió ir a casa.

Fue una sabia decisión, porque en ese momento, lo único que pensaba era que él se había acostado con el prometido de Ginny Weasley. Y ahora tenía un bebé de el héroe del mundo mágico, su enemigo escolar, creciendo dentro de él.