Capítulo 7. Sueño, pesadilla.
Hyuga estaba tirado boca arriba en el pasto. Suien leía tranquilamente uno de sus libros en borrador.
- ¿De verdad eres escritora?.- quiso saber Hyuga.
- Eso pretendo.- respondió Suien, tachando algunas palabras y cambiándolas por otras.
- ¿Y aparte de eso eres un Ángel?
- Sí.
- Suponiendo que te crea: ¿de quién se supone que me vas a proteger?.- quiso saber Hyuga.
- Su nombre es Nella.- contestó Suien, sin mirarlo.- Y es tu Demonio. Su fin es acabar contigo.
- ¿Por qué?
- Porque tú eres una de las piezas importantes que se necesitarán en un futuro.
- Hablas como si yo fuera una parte de un rompecabezas, o un tornillo, o una tuerca.- protestó Hyuga.
- Ni te quejes.- replicó Suien.- Si tú te sientes así, imagínate lo que soy yo. No paso de ser más que un simple peón.
Kojiro no dijo nada. La voz de Suien había sonado particularmente triste.
- ¿Y cuándo pasaste de ser guía de turistas a escritora?.- Hyuga cambió el tema.
- No he dejado de ser guía de turistas, y sigo trabajando en ese café.- replicó Suien.- Cuando tengo tiempo, por supuesto.
- ¿Y sigues derramándole el café a las personas?.- se burló Hyuga.
Suien no respondió. Así era como ella y Hyuga se habían conocido: él entró al café en donde trabajaba ella. Suien estaba tan atareada que no se fijó por donde iba y le tiró encima a Kojiro una jarra llena de café recién preparado. Y como si eso fuera poco, Hyuga tomó después un tour y Suien era la guía. Ese día estaba nublado y por un error de cálculo, todos los turistas se mojaron. Hyuga acusó a Suien y pues desde entonces esos dos no se llevaban nada bien.
- Lo que no entiendo es por qué tienes que ser precisamente tú mi Ángel.- musitó Hyuga.- ¿Cuántos Ángeles son?
- Seis.- suspiró Suien.
- ¿Y no me pudo proteger alguien más?.- cuestionó Hyuga.- ¿Alguien como Lily Del Valle?
- ¿Qué te hace pensar que ella es un Ángel?.- Suien estaba sorprendida. Se suponía que nadie debía conocer la identidad de todos los Ángeles.
- Me lo supuse.- replicó Hyuga.- A Wakabayashi de buenas a primeras se le ha visto mucho en compañía de esa muchacha y estoy seguro de que nunca antes la había visto o charlado con ella, así que me supongo que él es otro protegido y que Lily Del Valle es su Ángel.
- ¿Y qué te hace pensar que hay más Protegidos?.- replicó Suien.
- Porque Wakashimazu me habló de su Ángel, Haydee.- contestó Kojiro.- Al parecer, ella le salvó la vida ayer.
Suien sabía que Allison ya había hecho contacto también, pero no se imaginó que Ken se comunicaría con Kojiro.
- ¿Cómo se llama mi Demonio?.- quiso saber Kojiro.
- ¿Para qué quieres saber?.- cuestionó Suien.
- Al menos tengo derecho a conocer el nombre de la persona que me quiere matar, ¿no?
Suien suspiró. Hyuga era muy terco y sería imposible el tratar de negarse a contestar sus preguntas.
- Nella.- respondió Suien.- Es española.
- Un Demonio español.- musitó Kojiro.- Y un Ángel japonés.
Suien miró hacia el cielo. Se preguntó cuánto tardaría Nella en intentar atacar a Hyuga.
-o-o-o-o-o-o-o-o-
Corre, corre, no te detengas...
Ella sabía que todo andaba mal cuando el guía comenzó a ponerse blanco y a echar espuma por la boca y comenzó a agitarse como si estuviera teniendo un ataque. Todos se miraron entre sí, al tiempo que el señor norteamericano, el cual dijo ser doctor, se acercaba preocupado al guía.
- ¿Está usted bien?.- preguntó el médico.- ¿Qué le pasa?
El guía lo miraba con el pánico reflejado en los ojos, sin poder articular palabra. El hombre seguía convulsionándose y el médico lo acostó en el suelo.
- ¿Qué pasa?.- preguntó la esposa del doctor.
- Está sufriendo un ataque.- respondió el médico.- Pero no sé la causa...
Los demás se acercaron, con algo de temor. De pronto, el guía puso los ojos en blanco y dejó de moverse... Había muerto. Pero el médico apenas estaba tomándole los signos vitales cuando el guía se levantó súbitamente y comenzó a atacar al doctor... Pero fue algo terrible, era como si el guía se hubiese convertido en un animal, comenzó a desgarrar el cuerpo del médico con sus uñas y dientes... La esposa del médico gritó. En algún momento, el guía terminó por matar al médico y después atacó a la esposa...
De ahí, todo se volvío un caos. El médico muerto se levantó a atacar a los demás presentes, de la misma manera en como el guía lo había hecho con él...
- ¡Vámonos!.- Elliot tomó la mano de ella y echaron a correr.
- ¿Qué rayos está pasando?.- ella gritó con el terror y el pánico invadiéndole la sangre.
- Mejor que no lo sepas...
Delante de ellos saltó el guía, con mirada de loco y las manos llenas de sangre... Ella gritó...
- ¡Lily, Lily!.- gritó Genzo.- ¡Despierta!
Lily abrió los ojos. Se dio cuenta de que estaba sudando frío. Genzo estaba sentado en el borde de la cama y la miraba preocupado.
- Tuviste una pesadilla.- dijo él.- Estabas gritando. ¿Estás bien?
"No, no esoy bien", pensó Lily. "Llevo ocho años soñando con lo mismo casi todas las noches".
- Lo siento.- musitó ella.- A veces me pasa, no es gran cosa.
- Te ves muy perturbada.- replicó Genzo.- No creo que te encuentres bien. ¿Te sentirías mejor si me contaras tu sueño?
- No es necesario que te molestes.- replicó Lily, sentándose en la cama y sujetándose la cabeza.- Estaré bien.
- Entonces quizás te sirva si tomas un poco de té.- sugirió Genzo.
- ¿Todo lo quieres curar con té?.- rió Lily.- ¿O es lo único que tienes?
- Es costumbre de mi madre.- Genzo se encogió de hombros.- Cuando era pequeño y tenía pesadillas, ella siempre me preparaba un poco de té con leche.
- Quizás no sea mala idea.- suspiró Lily.
Ella se salió de la cama, y Genzo admiró el camisón azul y tremendamente transparente que ella llevaba puesto. Un tanto colorado, él desvió la mirada. Lily, sin darse cuenta de nada, se colocó su bata de noche y se puso sus pantuflas. Ambos salieron sigilosamente el cuarto.
- ¿Me habrá escuchado alguien más?.- cuestionó Lily, algo avergonzada.
- No creo, solo yo me di cuenta, y eso fue porque afuera de tu habitación.- confesó Genzo, sin darse cuenta.
- ¿Me estabas espiando?.- Lily se sintió algo incómoda.
- Este... .- Genzo volvió a ponerse colorado y muy nervioso.- No es que te espiara, es solo que... Bueno, trataba de comprobar si...
- ¿Si qué?
- Si eres Anya en realidad.- soltó Genzo, a quemarropa.
Lily se detuvo bruscamente. Algo en ella había cambiado con esa simple confesión.
- Sabía que algo así iba a pasar.- suspiró Lily.- Ni modo, no me pasaré tratando de convencerte de que yo intento ayudarte y no asesinarte.
- Entonces sí conoces a Anya.- Genzo confirmó su teoría.- De lo contrario no habrías reaccionado así.
- Sí, conozco a Anya.- replicó Lily.- Y sé que la conoces y que fueron amantes y que ella intentó matarte. Y no, no soy ella disfrazada haciéndote creer que soy otra, y si piensas que Anya es tan tonta como para intentar hacer una estupidez como ésa es porque entonces no la conoces nada bien.
Lily siguió caminando rumbo a la cocina. Genzo la detuvo por un brazo.
- ¿Cómo sé que no eres ella?.- interrogó Genzo.- Mira, perdona que dude de ti, pero en algún momento Anya fue mi vida entera y me traicionó.
- Mira.- Lily miró a Genzo a los ojos.- No hay nada que pueda hacer para convencerte de que soy alguien diferente, porque la respuesta debe provenir de tu interior. Tú debes confiar en tu Ángel no por lo que ella te diga, sino por lo que ella hace despertar en ti.
Genzo volvió a perderse en esos dos mares profundos que eran los ojos de Lily. Y volvió a sentirlo... Esa sensación que le hacía pensar que todo estaría bien en un futuro... La Esperanza...
Genzo soltó a Lily, y ella continuó su camino rumbo a la cocina. Genzo entonces comenzó a recordar...
-FLASH BACK-
Anya había estado de lo más extraña. Ya no respondía a sus llamadas, ponía cualquier pretexto para no ir a los partidos, se escapaba en las citas que ella tenía con Genzo...
- Quizás tenga otro amante.- había sugerido Schneider.
Genzo se jugó la última carta, ante la posibilidad de que su novia súpermodelo considerara el irse a los brazos de otro: le pediría matrimonio. Él fue a buscarla a su departamento, al que Anya se había mudado recientemente, pretextando que el apartamento de Genzo era muy frío... Genzo la encontró ahí, sentada en la oscuridad.
- Sabía que vendrías.- dijo Anya.- Estaba esperándote.
- ¿Lo sabías?.- se sorprendió Genzo.- ¿Y por qué entonces has estado escondiéndote?
- Porque quería que tú vinieras a mi territorio.- replicó Anya.- Esto no estaba escrito, pero eres tremendamente predecible... Sé que estás a punto de pedirme matrimonio, lástima que en vez de boda tendrás un funeral...
Ella había sacado un arma y apuntaba con ella hacia el pecho de Genzo. Él trató de mantener la calma.
- Esto debe ser una broma.- musitó Genzo.
- Ninguna, corazón.- Anya esbozó una sonrisa malévola.- Te topaste con el diablo mismo. ¿Sabes? Soy una asesina a sueldo y mi deber es matarte.
- ¿Matarme? ¿Por qué?
- Porque así acabaré desde ahora con toda Esperanza.- respondió Anya.- Si tú mueres, Ella morirá también. Un Ángel no puede vivir sin su Protegido.
Lo que Anya decía no tenía ningún sentido para Genzo, él solo sabía que la mujer que amaba estaba por matarlo.
- No podrás hacerlo.- dijo él, con voz calmada.- Sé que no me vas a matar...
- No estés tan seguro.- Anya quitó el seguro del arma.
- No lo harás.- insitió Genzo.- Porque me amas. ¿Ya olvidaste todas las noches que hemos pasado juntos? ¿Nuestros días en los Alpes? ¿El viaje a Francia? Nos la hemos pasado muy bien, Anya, no puedes negarlo...
La pelirroja tuvo un muy leve titubeo. Y Genzo se dio cuenta de que no podría matarlo...
- No vas a hacerlo.- insistó Genzo.- No puedes.
- Cállate.- gritó Anya, disparando el arma.
Genzo sintió que el corazón le latía a mil por hora, al darse cuenta de que la bala se había incrustado en la pared detrás de él. La pelirroja, con sus ojos negros llenos de lágrimas, se dio la vuelta y salió de la habitación...
-FIN DEL FLASH BACK-
Y ahora que Genzo lo pensaba, recordó que Anya había mencionado a un "Ángel", el cual no podía vivir si él moría...
Lily.
-o-o-o-o-o-o-o-o-o-
Se dice que la gente que va a morir siente la presencia de la Muerte. Se dice que es como una sensación que paraliza el cuerpo, que congela las entrañas. Una sensación enorme e incontenible...
Taksehi Sawada experimentó esa sensación cuando despertó. No podía definir lo que sentía, solo sabía que algo horrible iba a ocurrir... Sin embargo, se levantó de la cama, como todos los días, se vistió, como todos los días, desayunó, como todos los días, y salió a entrenar, como todos los días. En el campamento ya se encontraba Kazuki Sorimachi, acompañado de esa extraña muchacha que ya en algún momento atrás se había convertido en su sombra...
La mirada de Takeshi se cruzó con la de Katya y él sintió que lo invadía ese horrible sentimiento de la cabeza hasta los pies... Takeshi desvió la mirada, aterrorizado.
- ¿Te pasa algo, Sawada?.- preguntó Kazuki, algo preocupado.- Te ves algo pálido.
- Estoy bien.- respondió Sawada.- Creo que comí mucho hoy...
Anya contemplaba el entrenamiento, oculta por algunos árboles. Había escondido su largo y llamativo cabello rojo debajo de un sombrero y llevaba puestos unos lentes oscuros. Ella estaba ahí en busca de respuestas... Katya sintió su presencia, como cuando se siente el peligro. Y sin embargo, ella no se sintió atemorizada. Anya era peligrosa, quizás la más peligrosa de todas las Demonios, pero aun así Katya no se sentía en peligro... Quizás porque ellas no eran tan diferentes...
- Tú también estás rara.- comentó Kazuki.- Con la mirada perdida. ¿Pasa algo?
- No.- negó Katya.- Todo está bien.
- ¿Segura?.- insistió Kazuki.- ¿No hay nadie que vaya a salir de repente y a clavarme un cuchillo en el corazón?
- No te matarían de una manera tan simple.- replicó Katya.- Pero no, no hay nadie aquí que vaya a hacer eso.
Y era cierto. Porque Anya solo tenía poder para matar a Genzo.
En algún momento, el balón se voló para fuera de la cancha y Takeshi se ofreció a ir por él. El chico recogió la pelota, y al levantar la mirada se topó con una mirada fría como el hielo mismo, provenientes de unos ojos negros que pertenecían a una mujer pelirroja tremendamente hermosa. Takeshi sintió un escalofrío.
- No tengas miedo.- dijo Anya.- No voy a hacerte daño. Solo quiero que me digas cómo localizar a Katya Nikiforov.
- No la conozco.- replicó Takeshi, echando a andar, más bien dicho, a correr.- Disculpe.
Sawada sudaba. La sensación estaba siendo cada vez más fuerte... Y de pronto, Katya apareció frente a él. Takeshi se detuvo.
- No tengas miedo.- dijo Katya.- No te va a hacer daño.
- Quizás no tema de ella.- replicó Sawada.- Sino de ti.
Anya caminó hacia ellos. Al escuchar los pasos, Takeshi se volteó y se sintió acorralado. Echó a correr, soltando el balón. Katya y Anya se miraron fijamente.
- Por fin te encuentro.- le dijo Anya.- He estado buscándote por mucho tiempo.
- ¿Por qué?.- quiso saber Katya.- Creí que a quien debías buscar era a Kielo, no a mí. Ella es tu Némesis.
- La querida Lily puede esperar por mí.- replicó Anya.- Esto segura de que no se muere por verme. Y tú debes saber eso.
Katya sintió un escalofrío. Entendió lo que Anya intentaba decir...
- Eres una de nosotras, Katya.- dijo Anya.- Y lo sabes. Lo llevas en la sangre.
- No soy una de ustedes.- replicó Katya.- Mi deber es proteger a Kazuki Sorimachi. Si fuera una de ustedes, tendría que matarlo.
- Sabes que eres una de nosotras, porque mucha gente ha muerto por tu culpa.- insistió Anya.- Y lo sabes, Katya.
- ¡Eso no es verdad!.- Katya casi gritó.
- ¿Qué no? Lo sabes tan bien como yo.- Anya sonrió malévolamente.- Y si quieres una prueba, puedo dártela, aunque sé que no la necesitas.
Anya clavó su mirada en el muchacho que corría delante de ellas. Katya, instintivamente, la imitó.
- Sabes lo que va a pasar con él.- dijo Anya.- Y sabes que va a pasar porque tú así lo quieres.
- No sé de que hablas.- musitó Katya, pero claro que lo sabía.
Takeshi se dirgía a una velocidad impresionante hacia la calle, la cruzó y comenzó a esquivar carros. El muchacho parecía haber sido poseído por una fuerza sobrehumana...
- Vamos, házlo.- insitó Anya.- Solo va a suceder si tú lo deseas.
Katya no pudo controlarlo más y soltó el pensamiento que estaba luchando por contener. Takeshi Sawada, en ese preciso instante, fue arrollado por un automóvil cuyo conductor no pudo esquivarlo...
Katya miró a Anya, y ésta le sonrió con maldad.
- Eres una de nosotras, Katya.- repitió Anya.- Porque tú puedes llamar a la Muerte.
Anya desapareció entre el tumulto que se creó. A lo lejos se escuchaba el sonido de la sirena de una ambulancia, pero Katya sabía que ya era demasiado tarde...
-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-
"Kielo" es un apodo que Samael Bene Elohim/Liesl von Kaulitz/ComoQuieraQueSeLlameAhora dio para Lily Del Valle. Según lo que ella dijo, significa "lily of the valley" en finlandés. Como a Samael/Liesl ni siquiera se le hubiese ocurrido mencionar el "Kielo" si no fuera por mi personaje, lo sigo conservando en esta historia.
