Capitulo 10. Caos y Esperanza.

Anya ya lo sabía, eso pasaría con todos los Elegidos, pero aun así ella sintió la ira desatarse en su interior, ese eterno Caos que siempre vivía dentro de ella y que estaba al pendiente para liberarse en cualquier momento...

Ver besarse a Lily y a Genzo era una cosa, pero sentir lo que ellos sintieron al hacerlo... Era otra, y muy diferente. Las sensaciones de Anya también estaban conectadas a las de las otros dos, con la excepción de que a ella no la hacían sentirse bien las sensaciones como Amor y Esperanza, más si esas sensaciones provenían de su némesis y del hombre del que estaba enamorada.

- ¿Cómo entraste?.- preguntó Genzo, algo sorprendido.

- Querido, en ninguna casa tuya me esta negada la entrada.- replicó Anya.

- Pues a ésta sí.- dijo Lily.- No volverás a acercarte a él mientras yo esté con vida.

- Eso lo sé perfectamente.- gruñó Anya.- Por eso vine. Acabaré con los dos y me dejaré de tanto juego.

Genzo tenía una sensación muy rara. El ver a su ex y a la actual mujer a la que amaba juntas y pretendiendo pelearse por él no era nada reconfortante. No le daba gusto ver a Anya, pero tampoco le desagradaba. Contempló a las dos chicas por algunos momentos y pensó en lo mucho que se parecían. En verdad, debían ser gemelas, las dos eran como dos gotas de agua con la excepción de que Anya era pelirroja y Lily trigueña.

- Vete de aquí.- murmuró Lily a Genzo.

- ¿Qué?.- se sorprendió él.

- Que te vayas.- repitió Lily.- No te conviene estar aquí.

- ¡Ja! ¡Como si yo se lo fuera a permitir!.- gritó Anya.- Voy a llevármelo y no podrás impedírmelo.

- Vete.- repitió Lily.- ¡Ya!

Genzo salió de la sala, pensando en que no debía dejar a esas dos chicas solas. Presentía que una pelea entre ambas bien podría acabar con la ciudad entera... Y sin embargo, Lily lo miró a los ojos y volvió a experimentar ese sentimiento... Genzo salió, confiando en su Ángel.

Anya intentó detenerle el paso. Ella saltó y lo detuvo por un brazo. El portero sintió como si lo hubiesen agarrado con tenazas calientes, el contacto de Anya le quemaba hasta los huesos.

- ¡No te irás!.- gritó ella.- ¡No me dejarás otra vez!

- Yo no te dejé.- replicó Genzo, soportando el dolor intenso que Anya le causaba.- Fuiste tú la que intentó matarme.

Lo siguiente que Genzo sintió fue que una fuerza poderosa pero tremendamente tranquilizadora lo separaba de Anya. Ella fue a estrellarse contra el suelo, retorciéndose de dolor.

- No vuelvas a tocarlo otra vez.- replicó Lily, muy pálida.- O te pesará.

- ¿Estás bien?.- preguntó Genzo, preocupado al ver lo blanca que estaba ella.

- Lo estaré si tú lo estás.- sonrió ella.- Vete.

Genzo recordó que si él sentía dolor, Lily sentía dolor, así que se apresuró a salir de ahí mientras Anya aun estaba en el suelo. Lily se acercó a la chica que se retorcía en el suelo, pero entonces ésta levantó la cabeza y atacó a Lily...

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Tsubasa sabía que debía permanecer todo el tiempo con su Ángel, pero no quería hacerlo. Era una ironía, cuando él no sabía que Sanae era su Ángel siempre quería estar cerca de ella y no podía, y ahora que podía estar cerca de ella y que debía hacerlo, no quería. No podía evitarlo, la mujer con quien él había pasado gran parte de su vida se había vuelto una desconocida...

Sanae no necesitaba que Tsubasa se lo dijera para sentirlo. Era su Ángel, y como tal ella conocía mejor que nadie sobre la Tierra los sentimientos de Tsubasa... Se lo habían dicho: Ella sería el Ángel que más sufriría por culpa de su Protegido.

- ¿Estás bien, Tsubasa?.- preguntó Sanae, cuando él regresó. Había ido a caminar, solo, para aclarar sus ideas.

- Sí.- asintió Tsubasa.- Es solo que todo esto es demasiado para mí.

- Te entiendo.- murmuró Sanae.- Oye, de verdad que lo siento...

- ¿Por qué?

- Por haberte mentido tantos años.- musitó Sanae.- Debí haberte dicho la verdad cuando nos casamos pero...

Ella suspiró. Gracias al Amor, ella había sido la única Ángel que había conseguido casarse con su protegido, y sería la única que lo lograría, pero nunca usó su poder especial para conseguir a Tsubasa. Ella había batallado, al igual que cualquier otra chica normal, por el amor del hombre de sus sueños, soportó años de indiferencia, años de lejanía, años de duda e incertidumbre, porque no quería pedirle al Amor que le consiguiera a su hombre, y por eso cuando Tsubasa le pidió matrimonio, Sanae rompió la regla y se casó con él, pidiéndole al Amor que le mantuviera el matrimonio intacto. Por supuesto, eso no sería para siempre...

- No tienes que decirme nada.- cortó Tsubasa.- Entiendo que esto no fue fácil para ti. No me imagino lo que es vivir con ese secreto, sin poder contárselo a nadie.

- Eso no fue del todo cierto.- negó Sanae.- Conocí a las chicas cuando esa persona me contactó y supe que no era la única que estaba pasando por... Eso.

- ¿Eso?

- La aparición de mis alas.- explicó Sanae.- Como te habrás de suponer, fue algo que a mí me causó un shock. Solo aparecieron una vez antes de que esa persona me contactara y me dijera lo que soy en realidad, pero yo creí que me había muerto o que era una especie de mutante. Fue muy reconfortante el saber que había más personas como yo.

- ¿Quién te contacto?.- quiso saber Tsubasa.

- No puedo decirlo.- negó Sanae.- No tengo permitido el darte más información de la que debes saber.

- Ya veo.- suspiró Tsubasa.- Quisiera preguntarte algo...

- ¿Qué cosa?

- Creo recordar que hace tiempo dijiste que todos los Ángeles siempre sufren pérdidas importantes en sus vidas y que por eso... Por eso nosotros perdimos a nuestro bebé...

- Sí.- Sanae agachó la cabeza.- Como ya te dije, todos los Ángeles tuvimos una pérdida importante en nuestras vidas: Rika perdió a su hermana mayor, Haydee perdió a su madre al nacer, Suien a su hermano menor, Katya a su familia completa y Lily... Bueno, no he sabido qué clase de pérdida ha tenido ella, pero creo que tampoco fue algo agradable. La única que faltaba era yo...

- Ya veo.- Tsubasa sacó sus propias conclusiones, pero optó por no decirlas.- Hay otra cosa que quiero saber...

- ¿Qué cosa?

- ¿Quién es mi Demonio?

En ese momento, la oscuridad cubrió por completo el lugar. Era una oscuridad densa, cargada del Odio más profundo...

- Estaba esperando a que hicieras esa pregunta, cariño.- dijo Isabel, entrando a la habitación.

Sanae no se esperó. Sacó sus alas, las cuales liberaron su energía y se disipó la oscuridad, y antes de que Isabel pudiera predecir su ataque, la japonesa se le dejó ir...

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Ken y Kazuki charlaban sobre Takeshi. Ninguno de los dos estaba preparado, ni lo estaría nunca, para decirle adiós al que había sido su mejor amigo...

- Tenía sueños de irse a jugar a Europa.- comentó Kazuki.- Era un buen jugador. Y un gran chico.

- Nunca le hizo daño a nadie.- añadió Hyuga.- Era el mejor de los amigos.

- Nos dieron un fuerte golpe.- murmuró Kazuki.- Nos lastimaron a los tres de una sola vez. Fue un ataque muy bien planeado...

Haydee intentaba descubrir el por qué Katya estaba tan callada. Ella siempre había sido una persona reservada, pero en ese momento la situación se había ido al extremo.

- ¿Habrán sido ellas las que mataron a Sawada?.- le preguntó Haydee a Katya, en su pobre esfuerzo de conseguir que la muchacha dijera algo.

- Tú sabes que sí.- respondió Katya, a la evasiva.

- Me pregunto si habrá sido Allison.- comentó Haydee.- O Nella... O quizás...

- No fue ninguna de ellas.- replicó Katya.- Fue Anya.

- ¿Cómo estás tan segura?.- Haydee enarcó las cejas.

- Eh... ¿No es obvio? ¿Quién más sería tan cruel como para dar un golpe semejante?.- respondió Katya, sudando frío.

Haydee sabía que Katya estaba ocultando algo. Desde que la conocía, ella se la había pasado ocultando hechos de su vida, nunca había querido enseñar sus alas a las demás y si se habían enterado de su pasado había sido porque "ella" se los había contado a las demás Ángeles.

- ¿Qué es lo que te pasa?.- preguntó Haydee, a quemarropa.- Estás de lo más rara desde la muerte de Hana, y empeoraste ahora que murió Sawada. Tú sabes algo, ¿cierto?

"Tarde o temprano, todas lo van a saber...".

- ¡Yo no maté a Hana!.- gritó Katya, exaltándose.- ¡Tampoco maté a Sawada! ¡Lo de él fue un accidente! ¡Lo de ella fue porque no podía luchar contra cuatro Demonios a la vez!

Ken, Kazuki y Haydee miraron sorprendidos a Katya, quien poco a poco comenzó a recobrar la calma.

- No me siento bien.- dijo ella, dándose la vuelta.- Me voy. Sorimachi-san, no te pasará nada, aun no ha aparecido tu Demonio.

Haydee sintió que la sangre se le helaba con esta simple declaración. Katya había revelado muchas más cosas de las que había pretendido decir...

"Cuatro Demonios", pensó Haydee. "Katya dijo que Hana peleó contra cuatro Demonios...".

Hasta donde se sabía, Hana solo se había enfrentado a Anya, Nella y Allison, ya que Isabel y Natalie se encontraban en Brasil y Francia cuando Hana murió. ¿Quién había sido el cuarto Demonio?

La última frase de Katya le había dado la respuesta, pero Haydee se negaba a creerla... "No te pasará nada... Aun no ha aparecido tu Demonio...".

Quizás porque el Demonio de Kazuki no existía... O quizás porque ya había aparecido...

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Lily sintió la descarga del ataque de Anya y por un momento el Caos se apoderó de ella, pero sin dejarse atemorizar, ella regresó el golpe.

- Has mejorado.- musitó Anya, con una sonrisa malévola.- Creo que ya no será tan aburrido el pelear contigo. Lo que sí, te lo advierto: Genzo es mío.

- No lo creo.- replicó Lily.- El ya no te ama.

- ¿Y crees que a ti sí?.- rió Anya, con sarcasmo.- Por favor, no seas ingenua. Querida, sé que todas las Ángeles se enamoran de sus Protegidos, y tú no tardarás en hacerlo, si no es que ya lo estás, pero eso no me va a impedir que me lo lleve a él. Genzo es mío, lo hice mío desde hace mucho tiempo.

- Podrás haber conseguido su cuerpo, pero nunca su corazón, y con eso no te bastará para llevártelo.- replicó Lily, con acidez.

- Palabrería estúpida.- bufó Anya.- Ahórratela.

Anya sacó sus alas negras, las cuales crearon un torbellino de plumas negras que la cubrieron por completo y la mostraron con un traje rojo muy ajustado. Lily no se esperó, también sacó sus alas las cuales la cubrieron y apareció después vestida con un traje azul. Las dos caras de la misma moneda...

Genzo vio que dos personas con alas subieron a la azotea de la mansión. Claro, no podían ser más que Anya y Lily... Él sabía que debía irse, pero no podía hacerlo: las dos mujeres que él más había amado estaban luchando por él.

Anya lanzó su ataque, Lily lo esquivó. La pelirroja continuó atacando una y otra vez, pero Lily se limitaba a defenderse.

- ¡Deja de defenderte!.- gritó Anya.- ¡Atácame, no seas cobarde!

- ¡Sabes que no puedo hacerlo!.- gritó Lily.- ¡No puedo herirte ni hacerte daño!

- ¡Pues a diferencia tuya, eso a mí no me importa!

Anya mandó otro ataque, el cual Lily no alcanzó a esquivar: le dio de lleno en pleno estómago. Lily cayó, sujetándose el vientre con fuerza. Pero el ataque no solo había afectado a la trigueña: en el vientre de Anya se dibujó una quemadura. La pelirroja contuvo el dolor. Genzo, que en ese momento llegó a la azotea, miró asombrado la escena. Y sin embargo, Anya continuó atacando. Lily no consiguió levantarse a tiempo, y Genzo no tenía que ser muy inteligente para darse cuenta de lo que sucedería si ese ataque le daba a Lily... Él saltó, y con sus reflejos rapidísimos quitó a Lily del camino de la gran fuerza oscura que se dirigía hacia ella...

El ataque de Anya dio de lleno contra el tanque estacionario de gas. La mansión estalló en una columna de fuego. Anya sabía que Lily no había muerto, pero no tendría sentido el seguir peleando con la lesión que ella misma se había inflingido, así que desapareció en el humo negro... Genzo no podía ver, todo alrededor era humo y confusión...

- No temas.- el rostro de Lily apareció antes él, tan nítido y radiante que Genzo pensó que sí era un Ángel.- Te sacaré de aquí...

- Mi familia... .- murmuró Genzo.

- Ellos están bien.- respondió Lily.- Ahora solo deja que te saque de aquí...

- No vamos a lograrlo.- Genzo comenzó a toser y sintió el calor lamiéndole el cuerpo.

- Lo haremos.- Lily miró a Genzo a los ojos.- Por favor, solo te pido que confíes en mí...

Genzo miró aquellos ojos y supo que todo estaría bien. Él se abrazó a Lily, cerró los ojos y se dejó llevar... Inmediatamente, él sintió que una energía muy poderosa y llena de vida los cubría y los sacaba del peligro. Él abrió los ojos por un momento y vio un enorme par de alas hechas de... energía... Cuando el portero abrió los ojos, se encontró en un prado a las afueras de la ciudad. Lily le sonreía con dulzura.

- Te dije que todo saldría bien.- murmuró ella.

- ¿Cómo hiciste eso?.- Genzo ya no sabía ni qué pensar.

- Es mi poder especial.- sonrió Lily.- Solo puedo hacerlo cuando alguien confía plenamente en mí...

Genzo lo comprendió al instante. Su ángel era el Ángel de la Esperanza.

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La muerte de la madre de Haydee y la del hermano de Suien fueron sucesos que originalmente crearon sus autoras, Lilith y Arwen, para ellas. Yo solo me atreví a tomar dichos sucesos para mi historia, la cual, por cierto, cada vez es más descabellada y sinceramente no sé en qué va a acabar...