Capítulo 11. Sospechas.

Para fortuna de todos, no hubo más muertos ese día. Rika había conseguido sacar a su Protegido antes de la explosión, y el resto de la familia Wakabayashi no se encontraba en la mansión en ese momento.

- ¿Cómo vamos a explicar esta explosión?.- quiso saber Rika, al tiempo que intentaba curar la herida que Anya le había hecho a Lily.

- Una fuga de gas.- respondió Lily, sin inmutarse.

- ¿Qué clase de energía usó contigo esta mujer?.- quiso saber Rika, batallando mucho con la quemadura.- Me costará trabajo curarte.

- Estaré bien.- replicó Lily.- Ya me curaré sola. Además, sabes que si Anya sigue herida, va a costar trabajo que yo me recupere.

- Ya.- gruñó Rika.- Mira que ser las únicas con esa peculiar "habilidad".

- Es por nuestra historia.- suspiró Lily.

Genzo estaba siendo atendido por los paramédicos, ya que había exhalado algo de humo, pero él insistía en que se encontraba bien.

- No necesito ir al hospital.- gruñó Genzo.- No estoy herido.

- Pero inhaló humo, al menos necesita ponerse un poco de oxígeno.- replicó el paramédico.

- Ya le dije que estoy bien.- protestó Genzo, mirando hacia el lugar en donde Rika y Lily charlaban. Él estaba preocupado por su Ángel, como era de imaginarse.

Akira Wakabayashi llegó al lugar al poco tiempo. Traía cara de pocos amigos.

- Pérdida total del inmueble.- comentó el señor Akira a su hijo.

- A mi también me da gusto el haber salido con vida, padre.- gruñó Genzo.- Gracias por preocuparte.

- Ya sabía que te encontrabas bien, para eso está esa mujer cuidándote.- replicó el señor Akira, con un gesto de la mano.- Para eso le pago.

- ¿Le pagas?.- Genzo no se lo esperaba.

- Claro.- dijo Akira.- Las Alas Guerreras, aun cuando reciben apoyo de la ONU, no se mantienen solas. Tu hermana pasaba mucho dinero de su fideicomiso a la cuenta de esa asociación.

- ¿Tú sabías que Hana era un Ángel?.- Genzo estaba atónito.

- Claro que lo sabía.- bufó el señor Akira.- Y le dije que si seguía en eso, iban a terminar matándola. Pero no quiso escucharme... Dijo que prefería la muerte, si con eso podía evitar que ellos te mataran a ti...

Genzo no podía creerlo. Hana había muerto tratando de protegerlo. Y Lily nunca se lo había dicho...

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Tsubasa no conseguía ver nada. Una masa de oscuridad chocaba constantemente contra una de luz y lo único que él podía percibir era a dos pares de alas agitándose con fuerza.

- ¡Sanae!.- gritaba él, en medio de la confusión.- ¡Por favor, deja de pelear!

- No puedo hacerlo.- respondió la voz de Sanae, provenida de quién sabe donde.- No mientras tu vida esté en peligro...

Más choque de energía, más despliegue de alas, más revoloteo de plumas... La angustia que Tsubasa sentía era cada vez mayor...

- Por favor.- pidió Tsubasa.- ¡Sanae, regresa!

- ¿Para qué la quieres a ella, cuando me puedes tener a mí?.- dijo la voz de Isa.- Yo te daré todo lo que ella no te ha dado.

- Ella me lo ha dado todo.- murmuró Tsubasa.- Todo lo que siempre he querido...

Con eso fue suficiente. Las alas de Sanae se hicieron más fuertes y ella pudo lanzarle un ataque mayor a Isa. Tsubasa estaba asombrado por la enorme energía que él experimentó. Isa quedó inconsciente y cayó a pocos metros de en donde se encontraba Tsubasa. La oscuridad se disipó por completo y él pudo ver a Sanae bajar hacia él, agitando sus alas.

- En verdad me amas.- murmuró ella, con los ojos llenos de lágrimas.

- Nunca he dejado de quererte.- replicó Tsubasa, abrazando a Sanae y dándole un beso.

Por supuesto, Sanae se había hecho más fuerte cuando Tsubasa le demostró su lealtad, pues Sanae era el Ángel del Amor. Fue solo un momento de distracción, pero Isabel lo aprovechó para lanzarse contra Sanae. Ella trató de desviar el ataque...

- Perdóname por haberme alejado de ti.- musitó Tsubasa.- No sabía cuánto vales para mí, no comprendía el por qué eres tan indispensable, ahora sé que eres la mujer a quien yo amo...

- Tsubasa.- Sanae seguía con los ojos llenos de lágrimas.

Isa recuperó la conciencia y aprovechó el momento de distracción de los jóvenes y lanzó un poderoso ataque hacia ellos. Sanae sintió la energía y arrojó a Tsubasa lejos de ella, protegiéndolo con su cuerpo...

Katya llegó en ese preciso momento. No sabía qué o quien la había llamado hasta ahí, solo sabía que tenía que estar presente. La Voz en su interior le habló con fuerza, esa voz que ella siempre escuchaba cada vez que alguien abandonaba este mundo... Katya miró al par de chicas que peleaban y la sangre se le heló al comprender lo que estaba por ocurrir... El pensamiento se dirigió a su mente conciente con la misma rapidez con que el ataque de Isa se dirigía a Sanae.

- ¡No!.- gritó Katya, tratando de detener lo inevitable.

Pero era demasiado tarde...

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Haydee buscó a Suien. Estaba algo preocupada y antes de comentar sus sospechas con Ella, debía decírselo a alguien... Quizás Haydee estaba equivocada y podía acusar a alguien por accidente.

- ¿Qué pasa?.- preguntó Suien, al ver llegar a su amiga.

- Hay algo que debo comentarte.- dijo Haydee.- Sobre Katya.

- ¿Qué cosa? ¿Qué hizo ahora el Ángel de la Extrañeza?

- ¿No has pensado en que Katya...?.- Haydee carraspeó.- ¿En que ella puede no ser quien dice que es?

- ¿A qué te refieres?.- Suien se extrañó un poco con el comentario.

- Es solo que... .- Haydee titubeó. Realmente no tenía más fundamento que sus sospechas.- Bueno, hay muchos misterios alrededor de la muerte de Hana.

- Sí, eso es cierto.- admitió Suien.- Pero pues no resulta ser tan misterioso si consideras que fue asesinada por Anya, Nella y Allison.

- ¿Pero no crees que todo les resultó demasiado fácil?.- cuestionó Haydee.- Hana no dio señales de haber luchado y ella no era así. Además...

- ¿Además?

- Katya dijo que ella había sido atacada por cuatro Demonios.- explicó Haydee.- Y no pudo ser así porque Isa y Natalie se encontraban en otra parte y de eso estamos seguras. ¿Quién pudo ser el cuarto Demonio que atacó a Hana? ¿Y cómo es que Katya lo sabía? Y es más: ¿por qué no ha aparecido el Demonio de Kazuki Sorimachi?

- ¿Qué estás tratando de decir?.- Suien se puso muy seria.- ¿Crees que Katya sea...? ¿Sea ese... "ángel"?

Un escalofrío recorrió a las dos jóvenes. Las posibilidades eran remotas, pero si Katya era quien ellas pensaba que eran, entonces las Alas Guerreras estaban en graves problemas...

- Debemos decírselo al Fénix.- dijo Suien.- No podemos perder más tiempo.

- Alguien más podría morir.- comentó Haydee.- Y quizás la próxima será una de nosotras...

En ese momento, Kojiro abrió la puerta y se asomó.

- ¿Pasa algo?.- quiso saber Suien, aun asustada.

- No.- negó Hyuga.- Solo quería hablar contigo.

- Me voy.- dijo Haydee.- Ahora menos que nunca no debo dejar a Ken solo. Esta noche le llamaré al Fénix.

- Quizás sea prudente que las dos vayamos.- sugirió Suien.

- De acuerdo.- Haydee se levantó y se fue en busca de Ken.

Kojiro esperó a que la chica saliera para entrar a la habitación. Suien se sorprendió mucho cuando él le enseñó un gran ramo de rosas, tremendamente perfumadas.

- ¿Y eso?.- se sorprendió la japonesa.

- Son para ti.- sonrió Hyuga.- Como muestra de agradecimiento.

- ¿Para mí?.- Suien se puso roja.- ¿Agradecimiento por qué?

- Por haberme salvado la vida.- respondió Kojiro.- He sido muy descortés contigo. No he apreciado el gran trabajo que has hecho por mí. He estado dolido por la muerte de Sawada, y por todo en general, he estado enojado con el mundo entero, incluyéndote, y he guardado un gran rencor en mi interior.

- No necesitas decírmelo.- replicó Suien.- Lo sé perfectamente. Lo puedo sentir en mi interior. Mis sentimientos y los tuyos son uno solo.

- En fin.- Kojiro carraspeó.- Cierto es que sigo pensando que eres una tonta.

- Qué lindo... .- gruñó Suien.

- Pero también pienso que... .- a Hyuga le costaba decirlo.- Eres una mujer muy especial, y creo que sin ti no podría seguir viviendo.

Lo había dicho de corazón, pero Kojiro no se dio plena cuenta de sus palabras. Suien sonrió, y por un momento Hyuga pudo vislumbrar sus hermosas alas.

- Gracias por confiar en mí... .- musitó Suien.- Yo me encargaré de protegerte y de que se te haga justicia...

Justicia. Kojiro supo que sí existía al ver las alas de Suien.

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Genzo se acercó muy enojado a Lily. Ella pudo sentir su enojo desde varios metros de distancia.

- ¿Por qué no me dijiste que Hana murió intentando protegerme?.- reclamó Genzo, furioso.

- Porque no consideré adecuado el decírtelo antes de tiempo.- respondió Lily, muy seria.

Rika y Taro, quien también se encontraba ahí, decidieron alejarse un poco.

- Ayúdales un poco con tu poder de Amistad.- murmuró Taro.

- No puedo hacer eso.- negó Rika.- No puedo obligar a que un Protegido se lleve bien con su Ángel. Eso tiene que nacer de Genzo.

- ¡Me mentiste!.- protestó Genzo.

- No lo hice.- negó Lily.- No te dije la verdad, que no es lo mismo.

- ¡No estoy de humor para bromas!.- gritó Genzo.

- No es una broma.- Lily se mantenía seria, aun cuando el enojo de Genzo la estaba lastimando a ella.- Pero no creí que estuvieras preparado para saber que tu hermana murió tratando de protegerlos.

- ¿Protegernos?.- Genzo se desconcertó un poco.- ¿A quienes?

- A ti y a Ken.- respondió Lily.- En esos momentos ella no sabía a quién iba a proteger, si a Ken o a ti, y al final optó por defenderlos a los dos.

- Me dijiste que no sabían a quien había tratado de proteger ella.- protestó Genzo.

- Sí.- asintió Lily.- Te lo dije porque no quería hacerte sufrir más.

- ¡No necesito que me protejas de eso!.- gritó Genzo, tomando a Lily por los barzos.- ¡Soy un adulto, no necesito que me cuides como si fuera un niño!

Entonces Genzo sintió que estaba tocando algo muy caliente. Miró sus manos y su sorpresa fue muy grande cuando se dio cuenta de que el calor salía de sus manos, y que éstas dejaban marcas rojas en los brazos de Lily. Genzo, asustado, la soltó inmediatamente. Se dio cuenta de que Lily estaba conteniendo las lágrimas.

- ¿Qué fue eso?.- musitó Genzo.- ¿Qué te hice?

- Es el poder de la ira.- murmuró Lily.- Cuando un Protegido se enoja con su Ángel le causa algo más que una herida física.

- Lo siento.- murmuró Genzo.- Perdóname, yo no quise, es solo que...

- Está bien.- lo cortó Lily.- No hay problema.

Instintivamente, Genzo recorrió el cuerpo de Lily con la mirada. La chica tenía una horrible quemadura en el estómago y ahora él le había hecho dos más en los brazos. Genzo quería decir algo, quería revertir lo que había hecho, pero justo en ese momento Rika y Lily recibieron una punzada de dolor.

- Sanae.- musitó Lily.

- Sanae.- murmuró Rika.

Ambas se miraron muy asustadas, sacaron sus alas y emprendieron el vuelo. Genzo y Taro se quedaron sin saber qué decir.

- ¿Le pasa algo a Sanae?.- cuestionó Taro, preocupado.

- Vamos a seguirlas.- propuso Genzo.

Las chicas no volaban a su mayor velocidad. El miedo y la preocupación las estaban deteniendo... Las dos estaban preocupadas, lo que acaban de sentir era lo mismo que habían experimentado el día en que murió Hana... Lo que solo podía significar una cosa...

Rika y Lily llegaron a donde el sentido las llamaba y vieron a Tsubasa hincado, contemplando el cuerpo de Sanae, el cual estaba tirado en el piso como una muñeca a la que se le han cortado los hilos. Sus alas blancas estaban en una extraña posición, como si se las hubiera roto. Katya estaba parada a pocos metros de ellos y contemplaba la escena con la mirada vacía.

- Ay, Katya, ¿qué has hecho?.- murmuró Lily.

Rika volteó a ver a Katya, y lo que vio la dejó sin palabras...

Katya había extendido sus alas, y se podía apreciar que una de ellas era tan blanca como la nieve... Mientras que la otra era más negra que la noche misma...