- CAPÍTULO 5 -
Los amigos de mis amigas son mis amigos
Jarri salió hecho una furia del local de Pansy Parkinson y Millicent Bulstrode, y aprovechó que nadie lo veía para dar una patada con todas sus ganas en una de las paredes del callejón Diagon1. Después de frotarse disimuladamente la punta del pie con la mano, comenzó a caminar callejón arriba, hablado consigo mismo, que es lo mejor que se puede hacer cuando nadie más te hace ni puñetero caso.
- De verdad - se dijo, hecho una furia -, es que ya no lo soporto más, qué gente, no hay quien los entienda, esto es un asco, nadie me comprende, soy el más guay y sin embargo nadie lo reconoce, la gente está ciega...
- ¡Jarri! ¡Jarri! - gritó una voz detrás de él.
- Bueno - siguió diciéndose Jarri, sordo que era, la criatura... -, Cho "Tupperware" Chang está tuerta, y Voldemort sí que sabe lo que es bueno, pero el resto no, y encima ahora soy doblemente guay porque además del rashito tengo un código de barras, ahí, en mitad de la frente...
- ¿Jarri? ¡Jarri!
- ...de modo que la gente debería hacerme el doble de caso, pero noooooo, lo único que hacen es echarme broncas y decirme lo que tengo que hacer, como si yo no fuera lo suficientemente guay como para saber lo que es mejor para mí, que soy el protagonista y además soy el único que se puede cargar al Voldemort, como todo el mundo sabe porque todo el mundo me conoce y conoce la profecía...
- ¡Jarrii!
- ...que me lo cargaré si a mí me da la gana, claro, y a ver si no me va a dar, porque es el único que me valora un poquito...
- ¡Jarriiiiiiiii! ¡¿Tas sordo o qué!
Sorprendido, Jarri se dio media vuelta, con el ceño fruncido, para intentar descubrir quién había tenido la desfachatez de interrumpir sus profundas meditaciones.
- Coo, la pesada que faltaba - gruñó para sus adentros, y después esbozó una sonrisa bastante falsa que nadie medianamente perspicaz habría dado por válida -. ¡Hola, Hermione! ¿Qué haces aquí? ¿Venías a la inauguración del Hogwart´s Bollos?
- No, no - dijo la propietaria de la voz, una adolescente de la edad de Jarri bastante alta, de ojos oscuros, con los dientes un poco pequeños para la boca que tenía2 y el pelo castaño peinado a lo "casual-look-out-of-bed-fashion-hairstyle" -. Venía a comprar trescientoscincuentaytresmil libros que tengo pendientes de leer esta semana...
Jarri soltó un gruñido.
- Eres una pesada con eso de los libros, prenda... - dijo.
Hermione se encogió de hombros.- Ya, pero es que me han dibujado así...
- ¿Esa frase no es de otra película? - preguntó Jarri, confuso.
- Er... sí, bueno - admitió Hermione -. Que no, que lo que quería decir, y si fueses la mitad de inteligente que yo lo habrías entendido, es que me han descrito así y yo me meto mucho en mi papel -. Suspiró -. A mí en realidad lo que me gustaría sería poder irme de cubatas todas las noches, como vosotros...
- Yo no me voy de cubatas todas las noches.
- Ya, eso te lo creerás tú, porque lo que soy yo...
- ¡Es verdad!
- Venga, Jarri - dijo Hermione pacientemente -, que ya no cuela eso de "es que he dormido mal esta noche porque he tenido una pesadilla en la que me convertía en Voldemort"...
- ¡Eso es verdad! - exclamó Jarri, malhumorado -. Sin ir más lejos, hace un rato...
- Yo conozco una resaca cuando la veo, Jarri. Lo he leído todo sobre ellas. ¡Hay que tener dolor de cabeza y los ojos hinchados, y tú casi no puedes ni abrirlos!
Jarri pestañeó, pensativo.
- Esa frase también me suena, pero en otro contexto.
- ¡Joé! - exclamó Hermione, enfurruñada -. ¡Es que te los sabes todos!
- Sí - sonrió Jarri -. Es que me he leído "Harry Potas y el Pedrolo Para Fumar".
- Cagóntó...
- A ver si tenemos más inventiva e improvisación y dejamos de ceñirnos tanto a los guiones - dijo Jarri con sorna.
- Vale - exclamó Hermione, tajante -. A partir de ahora haré lo que me pida el cuerpo. Y lo que me pide el cuerpo es irme todas las noches de cubatas.
- Ya verás como dentro de tres días el cuerpo te pide vitamina B12 en cantidades ingentes - afirmó Jarri -. Así que conmigo no cuentes, que ya tengo bastante con lo que tengo como pa darme al alcoholismo con fruición y desmelene.
Hermione entrecerró los ojos y puso lo que, en algún universo paralelo, debía considerarse una expresión insinuante3 -. ¿Y para qué podría contar contigo, Jarri?
Jarri, que tampoco era muy despierto para estas cosas, se encogió de hombros -. Somos colegas, ¿no?... Pues para lo que te pida el cuerpo.
- Pues... Ahora que lo mencionas... - Hermione se inclinó hacia delante, procurando sin mucho éxito que el cerrado escote de su jersey de lana gruesa resaltase sus poco evidentes encantos, y le susurró algo al oído. Jarri abrió los ojos hasta que se le quedaron como dos pelotas de tenis4 y se apartó de ella, totalmente esputrefacto.
- ¡Que somos amigos, Hermione! - exclamó, escandalizado.
- Pues por eso - afirmó ésta, con una arrolladora seguridad en sí misma.
Jarri intentó por todos los medios cerrar un poco los ojos, pero al rato desistió y se limitó a mirar a Hermione con esa cara de marioneta desquiciada que se le había quedado del mismo impacto.
- Tía, le acabo de dar calabazas a Cho "Tupperware" Chang, a Fred, a George, a Dumbledore y al mismísimo Voldemort...
Hermione sonrió ampliamente, y abrió los brazos como si esperase un abrazo cariñoso por parte de Jarri.
- ¡Ele mi niño! - exclamó, alborozada -. ¡Ya sabía yo que me elegirías a mí!
Jarri apartó la mirada, que fue a caer sobre los ladrillos que formaban parte de una de las paredes del callejón5.
- Esto cada día se está volviendo más surrealista... - murmuró.
1 "¡Gamberrooooooooo!" "¿Tas loco o qué?" "¿Qué t´has fumao, chico?" "¡Ahí te rompas la uña, cacho maricn!"
2 Una historia interesante que ya alguien se ha encargado de contar en otra ocasión.
3 Hermione siempre ha estado un poco desubicada; de hecho, en alguna que otra ocasión ha sido tildada de "extraterrestre" sin demasiado tacto. Nadie sabe en realidad de qué universo procede, pero seguro que no es de alguno en el que los empollones sepan ligar.
4 Parecía un teleñeco borracho y cocainómano.
5 "¡Vaya ojos que se te han quedao, machoteeeee!" "Sí, se ha quedado de piedra. ¡Jajaja!" "Ni pensarlo, ese no nos llega ni a la suela de los zapatos... En sentido figurado, claro está".
