Bueno... Sólo daros las gracias a todos los que habéis enviado reviews a esta historia, que no es más que una pequeña digresión mental surgida de una charla en un foro de Harry Potter. En realidad comenzó siendo un guión de cine, pero acabó en plan pseudo-novela gracias a que el elfito (holaa!) cumplía años.

- CAPÍTULO 6 -

Vuelva usted mañana

(Oda a la Administración del Estado)

Hermione, que, pese a su ilimitada inteligencia, no había sabido reconocer lo que anidaba tras la última frase de Jarri, lo miró con esa mirada que todos sabemos y que generalmente y en teoría1 debería tener un efecto devastador en cualquier hombre con sangre en lugar de horchata en las venas2. Jarri, sin embargo, debía tener no sangre ni horchata sino fanta limón en el flujo sanguíneo3, porque como que no se me enteró de nada, la criatura, o sea, que no se dio por enterado, es decir que se quedó igual, que no reaccionó, como se quiera expresar...

En ese momento, Jarri abrió todavía más los ojos, que ya tenía del tamaño de balones de baloncesto, al reconocer la figura que se acercaba hacia ellos paseando tranquilamente por el callejón Diagon, como si no fuese el Ministro de Magia, como si no fuese el tonto más tonto del multiverso, como si no fuese el cretino más grande que Jarri se hubiera encontrado en su breve pero intensa experiencia vital, como si no fuese Cornelius Fudge4.

Cornelius Fudge se detuvo, sorprendido, como si ciertamente hubiera visto a los dos adolescentes, que lo observaban con el ceño fruncido y un inconfundible aire de animosidad.

- ¡Hombre, hola, Jarri! - exclamó el Ministro, y sonrió. Jarri, en lugar de devolverle la sonrisa, lo miró con toda la frialdad de que fue capaz5.

- Ah - dijo con voz tensa -. ¿Ahora me habla?

Fudge tuvo la decencia de enrojecer de vergüenza.

- Bueno - dijo, incómodo -. Las circunstancias cambian, Jarri...

Jarri se quedó pensativo unos instantes.

- Creo que esa frase también la he oído antes - murmuró para sí, mientras se rascaba la sien. Hermione soltó un bufido y frunció aún más el ceño.

- Tío - exclamó con rabia -, no se puede tener una conversación contigo. Bueno - rectificó -, de hecho no se puede tener NADA contigo -. Y, acto seguido, intentó posar su mano derecha sobre una parte de la anatomía de Jarri.

- Quita - dijo éste, apartándole la mano de un manotazo -. Que no estoy de humor.

- ¡Nunca estás de humor! - gritó Hermione, furiosa, con el rostro desencajado -. ¡Siempre tengo que estar a ver de qué humor está el niño! Que si me duele la cicatriz, que si me duele la cabeza, que si me duele la mano, que si la "Tupper" me ha dado calabazas, que si Snape me ha echado la bronca, que si Dumbledore no me habla, que si Malfoy se ha metido conmigo, que si he soñado con Voldemort...

- ¡Lo sabía! ¡Lo sabía! - exclamó una voz detrás de ellos -. ¡Has estado soñando conmigo!

Jarri, Hermione y Fudge se dieron la vuelta los tres a la vez, a tiempo para ver aparecer jadeando calle arriba a Voldemort, con expresión de embeleso, la lengua colgando por la comisura de los finísimos labios y los rojos ojos convertidos, una vez más, en dos corazoncitos que palpitaban al unísono.

- Esto... - dijo Jarri, dubitativo -. ¿Y si nos vamos a otro sitio a charlar?

- Sí, sería lo mejor - admitió Fudge, temblando de la cabeza a los pies mientras observaba a Voldemort, que a su vez observaba a Jarri, que a su vez se giró hacia Hermione cuando ésta soltó un bufido aún mayor que el anterior.

- Vale - dijo Hermione con voz tensa -. Guay. Así que sueñas con Cho "Tupperware" Chang, sueñas con Hagrid, sueñas con la moto de Sirius, sueñas con Neville y la profesora Sprout, sueñas con Voldemort - Fudge dio un respingo al oír el nombre -. Sueñas con todo el mundo menos conmigo. Pues ya me he cansado, ¿te enteras? - vociferó -. ¡Me voy a hacer lesbiana6!

Jarri se encogió de hombros -. Pues mucho me temo que Fred y George acaban de destrozar el único bar de ambiente de todo el callejón...

- ¡Me voy! - exclamó Hermione. Y se fue.

Jarri la miró marcharse, y volvió a encogerse de hombros. En realidad no le importaban demasiado las penas de todos los que no fuesen Jarri Potter, así que se tomó aquella deserción de Hermione con bastante tranquilidad. Después, se volvió para mirar a Voldemort.

- Oye, tío - dijo -. Te prefiero cuando quieres matarme, ¿sabes?

- Está bien - dijo Voldemort. Los corazoncitos desaparecieron y la lengua se escondió donde se escondía generalmente, o sea, en la boca -. Pues te mataré, entonces -. Levantó la varita -. Todo sea por darte gusto.

Jarri suspiró .- Hala, ya la tenemos otra vez montada. Mira, Voldy - dijo, señalado a Fudge -. Está aquí el Ministro de Magia, y...

- No, no - interrumpió éste haciendo gestos extraños con las manos -. A mí no me metas en tu vida privada.

- Bueno - asintió Jarri, y se arremangó las mangas de la túnica -. No se preocupe, que esto me lo despacho yo en un minutín.

- ¡O conmigo o de la tumba! - gritó Voldemort, cuyos ojos felinos dejaban traslucir una cierta dosis de enajenación mental -. ¡¡¡JUA JUA JUA JUA JUA JUAAAAAA!

Jarri levantó la varita .- Has perdido gran parte de tu encanto desde que me babeas, tronk -. Se encogió de hombros y echó hacia atrás su flequillo con un diestro movimiento de muñeca -. Bueno, en realidad no me extraña. Tengo tal atractivo sesuarlll...

- ¡AVADA KEDAVRA! - exclamó Voldemort.

- ¿Otra vez? - preguntó Jarri, aburrido -. Te repites más que las sopas de ajo, tío... ¿No te sabes otro...?

Se interrumpió cuando un rayo de una luz verde purísima, intensa, dolorosa, chocó contra su cuerpo, lanzándolo contra una pared7. Jarri soltó un gemido de dolor cuando una piedra especialmente afilada se le clavó en la nuca8, y sintió una quemazón bastante incómoda en la frente, cerca de su ojo izquierdo.

Cuando se despejó la humareda, Jarri abrió los ojos y descubrió, sin sorpresa, que Voldemort había vuelto a desaparecer.

Desorientado, levantó la mirada, e intentó ver algo que no fueran esas molestas lucecitas naranjas que bailaban alrededor de su cabeza de forma bastante molesta. Finalmente logró enfocar una figura: el rostro preocupado del Ministro de Magia, Cornelius Fudge.

- No estás muerto - afirmó éste, frunciendo el ceño.

- No - corroboró Jarri, pasándose la mano por la frente, que le ardía de mala manera -. Es algo que me pasa a menudo, eso de no estar muerto.

- Pero deberías estar muerto - insistió Fudge, mirándolo con incredulidad.

- Bueno - Jarri se encogió de hombros -. Ya le había dicho que soy el más guay de la Comarca...

- ¡Voldemort te ha echado una maldición asesina!

- Sí - admitió Jarri -. Y van dos esta noche. Voy a tener que darle una paliza para que deje en paz la varita de una pua vez. Estoy ya cansado de tanta lucecita y de tanta hotia contra las paredes... -. Se quedó callado unos instantes, y después miró a Fudge con una sonrisa cansada -. Algún día me va a matar esnucándome contra una esquina, en lugar de con la maldición esa. Y bien - añadió, incorporándose lentamente -, ¿tengo algo en la frente?

Fudge asintió -. Te ha vuelto a marcar...

Jarri esbozó una sonrisa irónica, y se sacudió el polvo de la túnica -. Creo que me estoy acostumbrando. A ver... -. Sacó una polvera de uno de los bolsillos de su túnica9 y se miró en el espejito. Efectivamente, allí, junto al rayito y al código de barras, había un tatuaje verde de una pequeñísima calavera con dos tibias cruzadas -. Caramba, dentro de poco voy a parecer un patryn10 - dijo, admirándose la calaverita desde todos los ángulos -. Aunque hay que reconocer que se le está acabando la imaginación...

Jarri guardó la polvera en el bolsillo y miró a Fudge, que lo observaba asombrado.

- Este... - murmuró el ministro, incómodo.

- Bueno - Jarri se encogió de hombros -. ¿Qué quería, señor ministro?

Fudge lo miró, sin comprender.

- No, si yo sólo pasaba por aquí...

Jarri ensanchó la sonrisa.

- Sí, eso dicen todos - soltó una carcajada -. ¿Usted también?

- No, no, te equivocas, yo...

Jarri le guiñó un ojo, sonriente -. Ande, picarón, que por eso me tenía tanta rabia el año pasado, ¿eh?

- Te tás pasando, criomielda - dijo Fudge, repentinamente serio.

- Vale - dijo Jarri, y se volvió a encoger de hombros -. Mejor, porque, siento decirlo, no es usted mi tipo.

- Tienes las hormonas despendoladas, señor Potter.

- Sí - asintió Jarri, sonriendo -. Es lo que tiene. Ya sabe, la adolescencia...

Hubo un minuto de incómodo silencio, un minuto de esos larguísimos durante los cuales la gente sólo es capaz de mirarse a los zapatos y, como mucho, mirar a los zapatos de la persona que está a su lado11.

- Bueno - dijo finalmente Fudge -. Pues...

- Sí...

- Este...

- A lo mejor...

- En fin... Pues... Me voy...

- Oiga, señor ministro - dijo Jarri de pronto, cuando Fudge ya estaba a punto de hacer mutis por el foro.

- ¿Sí? - repitió Fudge, mirando anhelante callejón arriba, como si no hubiera nada más deseable que perderse por los recovecos para no volver a ver a Jarri Potter.

- Ya que está aquí...

- ¿Qué?

- ¿Podría... - Jarri tragó saliva, e intentó por todos los medios poner cara de inocencia absoluta - ...podría firmarme la autorización para ir a Hogsmeade?

Fudge se quedó pensativo unos instantes .- Esa frase me suena, no sé de qué...

- Sí, vale - admitió Jarri, fastidiado -. Yo también me repito a veces. No siempre se puede ser genialmente imaginativo - dijo, poniendo por testigo a Dios, a cualquier arcángel o angelillo raso que pasara por allí y a la Humanidad en general. Después, volvió a dirigirse a Fudge -. Verá, es que la voy a necesitar, por razones obvias12...

Fudge dudó .- Bueno, yo... es que...

- ¿Me va a poner una excusa? - demandó Jarri, a quien otra vez se le estaba subiendo la mala leche a la cabeza -. Esta vez no será por que Black pulula por ahí con intenciones aviesas y asesinas enfocadas hacia mi persona... Uala, qué bien hablo - añadió, dirigiéndose de nuevo a todos los entes visibles e invisibles que pudieran andar escuchándolo13.

- No, claro... - admitió Fudge, avergonzado.

- ¿Entonces? - exclamó Jarri con violencia.

- Bueno... - dijo Fudge -. Es que como el año pasado te puteé tanto, pues no me parece... Además...

- Ya, claro - dijo Jarri amargamente -. Que le ha molado.

- Sería perjudicial para mi campaña electoral - dijo Fudge -. Y bueno, hay muchos más mortífagos por ahí sueltos...

- ¡Pero si Voldemort está intentando ligar conmigo, joé! - exclamó Jarri, perdiendo los estribos y dando una patada al suelo14.

- Bueno, pero la Bellatrix...

- ¿Todavía no la han pillado?

Fudge se permitió la pequeña licencia de enrojecer .- No, pero no tiene escapatoria... hemos puesto a nuestros mejores hombres... Claro, en misión de paz... NO es una invasión, es una garantía de... Hemos desarrollado la Operación Libertad No Duradera... The Game Is Over... el Juez Garzón15...

- Vale, vale - intentó interrumpir Jarri con poco éxito -. Deje de darme el coazo que no estoy de humor.

- ...armas de destrucción masiva...

- ¡Que se calle! - se enfureció Jarri.

- ...garante de la paz mundial...

- ¡A CALLAR! - gritó Jarri, enarbolando la varita -. ¡CRUCIO!

Fudge se retorció de dolor un instante.

- ¡Aúa! - exclamó -. ¡Pupa, pupa!

- Eso está mejor - dijo Jarri.

Fudge tardó en recomponerse unos cuantos minutos, pero finalmente su rostro volvió a adquirir su habitual color sonrosado. Se incorporó, mirando para todos lados.

- ¿Quién...? - susurró -. ¿Quién me ha lanzado un cruciatus?

Jarri señaló a su espalda, escondiendo apresuradamente la varita entre los pliegues de la túnica .- Se han ido por allí.

1 Y en la mayoría de los universos paralelos que conforman el multiverso.

2 Es que hay universos en los que la biología es la asignatura más divertida que se pueda imaginar.

3 O sea, el flujo fantíneo.

4 Una historia interesante blablablablablabla.

5 Lo cual hizo que sus ojos se deshincharan levemente hasta adquirir el tamaño de pelotas de golf, eso sí, con agujeritos y todo; bastante desagradable, la verdad.

6 Típica afirmación de adolescente que acaba de recibir unas calabazas. En prácticamente todos los universos paralelos conocidos.

7 "¿¡Pero es que no se puede una echar la siesta tranquilamente, coo? ¡Hombre ya!"

8 "¡Eso, eso, dale fuerte, así aprenderá, Petraaaaa!" "¡A por ééééél!"

9 ¿Qué esperábais? Al fin y al cabo, acaba de salir de un local de ambiente...

10 Una especie que existe en unos cuantos universos paralelos, en concreto en 7, y que, pese a que no hemos sido nosotros los que la hemos inventado, nos habría encantado. Por los derechos de autor, y eso...

11 Generalmente, en un ascensor.

12 Esta historia podría calificarse de interesante, de moralizante, de educativa o de un simple dramón lacrimógeno de los de película de "Basado en hechos reales". Digamos, pues, simplemente que ya ha sido contada en otra ocasión.

13 Las únicas que respondieron fueron las piedras de la pared y el suelo, y la respuesta no fue precisamente la que Jarri esperaba. Claro que como no las hizo ni caso pues no tuvo razones para volver a enfurecerse... Al menos durante los siguientes 5 segundos.

14 "Ya estamos otra vez con la tontería" "Me estoy ya cansando del puo crío este..."

15 Una historia MUY interesante que deberá ser contada en otra ocasión. Por cierto, nótese que Fudge se comporta como todos los políticos de todos los universos paralelos conocidos e imaginados hasta el momento. Hay cosas invariables en el espaciotiempo dimensional...