- CAPÍTULO 9 3/4 -

Mi familia y otros animales

- ¿Shabéis una cossssa? - dijo George, sin dirigirse a nadie en particular1 -. Este Bee.. ba..bisfister o como se shame eshtá de pua madrrrre...

Fred y Hermione, que estaban acurrucados en un rincón después de su última incursión autoexploratoria, no parecieron haberle oído siquiera. George se encogió de hombros y cogió la botella de Beefeater para echarse otra copa. Cuando vio que no salía nada de líquido, la puso boca abajo y la observó, con el ceño fruncido, agitándola. Una solitaria gotita de licor transparente cayó de la botella.

- Sgrhftgt - gruñó. Se aclaró la garganta -. Cagóntó... -. Se palpó el bolsillo, sacó un par de relucientes sickles de plata e hizo un par de cuentas mentales2. Después, satisfecho, asintió y se bajó, inseguro, de la banqueta.

Cuando estaba a punto de alcanzar la puerta del "Hogwart´s Bollos", su cuerpo, que estaba el pobre bastante descoordinado, tropezó con algo y cayó al suelo golpeándose en toda su superficie a la vez.

- Cagóntó - repitió George, aturdido, y levantó la cabeza con precaución por si en un descuido se le caía el cerebro rodando. Dirigió la vista hacia sus propios pies, buscando la maldita piedra con la que pudiera haber tropezado. Cual no fue su sorpresa cuando descubrió que no había tropezado con ninguna piedra.

En realidad era un bulto informe que parecía una roca, pero que, bien mirado, era una roca de tela azul, lo cual resultaba bastante extraño incluso para una persona en pleno furor etílico como George.

Además había un cacho de la roca de tela azul que parecía un mosquitero rectangular. George se lo pensó unos instantes, y después concluyó que, a menos que dentro de la roca viviera alguien alérgico a los insectos, aquello no debía ser una roca normal.

La tocó con un dedo, y descubrió que era una roca blandita y cálida.

- No es que sea un experto en Geología - murmuró para sí -, pero me da que las rocas metamórficas no son azules ni blandas, ni tienen aspecto de tela con mosquitero incorporado... Y, ya puestos, tampoco son calentitas. Bueno, ¿las rocas metamórficas son las que salen de los... de... de los comosellamen, las montañas esas que escupen así plufff cosas rojas? Bah, pero esta es azul, no roja...

George se acercó aún más a la roca (metamórfica, sedimentaria, volcánica o lo que fuera; yo tampoco soy experta en Geología), y la observó detenidamente.

- Y creo que las rocas tampoco tiemblan3 - se dijo, cada vez más sorprendido -. Excepto cuando hay un terremoto, claro.

George pasó la mano de nuevo por encima de la extraña roca. No sólo temblaba, sino que también palpitaba y hasta tenía pulso.

La roca gimió.

- Esto no es una roca - concluyó, con una claridad mental sorprendente.

De la parte de abajo de la pseudo-piedra surgieron dos largas piernas terminadas en pies. George abrió mucho los ojos.

- Este... Glups - dijo, asombrado -. Er... ¿Hola?

La roca respondió con un nuevo gemido. Esta vez George pudo distinguir claramente el tono femenino.

- Eres una... una... ¿Tienes nombre?

La roca pareció pensárselo unos minutos. Después, con voz temblorosa, respondió:

- Me llamo Marietta.

George sonrió.

- Vaya - dijo, apoyando la mejilla en la palma de la mano en una postura que consideraba seductora -. Qué suerte la mía...

- ¿Qu-quéééééé? - Jarri escupió todo el líquido que tenía en la boca y se quedó con la idem abierta, con lo cual estaba bastante feíto, el chaval. Además, y como efecto secundario, le entraron en el orificio (bucal) varias moscas, un mosquito trompetero, una libélula jurásica, un par de arañas despistadas y un Boeing 747.

- Como lo oyes - asintió Dumbledore.

- ¿¡Umbridge? ¿¡¡Mi abuela?

- Sip - respondió Dumbledore.

Ron también aprovechó ese momento para quedarse con la boca abierta, en una clara y flagrante imitación del protagonista; también, como a éste, le entraron unos cuantos coleópteros, lepidópteros, arácnidos y moscas comunes y ye-yés de esas o che-chés o tse-tsés o txe-txés o como se diga.

- Pe-pe-pero... - balbuceó Jarri.

Snape se adelantó un paso, esbozando su perpetua sonrisa sardónica.

- ¿Ves como siempre puede ser peor, Potter? - dijo.

Jarri tragó saliva de forma bastante audible4.

- Creo que debería llevarte a casa, Potter - continuó Snape.

- Ni de coña - le interrumpió Voldemort con un brillo peligroso en los ojos rojos y un tono afilado en la fría voz -. A éste me lo quedo yo.

Snape se giró lentamente para mirar a Voldemort.

- Inténtalo - susurró peligrosamente.

- Prepárate - susurró Voldemort en el mismo tono -. Que te vas a enterar.

- Jajaja - rió Snape sin ni pizca de regocijo -. Que me parrrto. Qué miedo.

- Más te valdría - respondió Voldemort -, porque estoy cabreado pero que te cagas.

- Cuánto lo siento - dijo Snape, burlón.

- Sí que lo vas a sentir, traidor de mielda.

- Uuuuyyy, que me va a hacer pupa.

- No te preocupes que no te va a doler - dijo George con una expresión inconfundible en los ojos.

- Ya - dijo Marietta, todavía cubierta por el extraño mantel-roca -. Eso se lo dirás a todas...

- Bueno, en realidad... - George se ruborizó -. En realidad eres la primera.

- ¿La primera a la que se lo dices?

- La primera.

Marietta guardó silencio.

- No - dijo al fin -. No quiero.

- Pero... ¿Por qué? - la voz de George adquirió un tinte de desesperación.

- Porque no quiero que me veas la cara - respondió Marietta.

George soltó una carcajada.

- Mi querida piedrecita - dijo con una sonrisa -, si te soy sincero, tu cara es lo último que quiero ver de tu cuerpo.

- ¡Imbécil! - Marietta sacó un gatgeto-brazo de entre los pliegues del burka y le cruzó la cara. Después salió del "Hogwart´s Bollos" con la parte superior de su vestimenta (o sea, la cabeza) muy erguida.

- Macho - dijo Fred desde una esquina, donde permanecía tumbado con Hermione dormidita entre los brazos -, así no vas a ninguna parte.

Desalentado, George se sentó en el suelo.

- Creo que voy a seguir siendo asexual el resto de mi vida... -. Suspiró, y encogió los hombros -. En fin, qué más da...

- Te aseguro que no da igual - contestó Fred, señalando a Hermione con un gesto -. No sabes lo divertido que es eso de recuperar los años perdidos...

- Tengo que recuperar los años perdidos - dijo Voldemort, amenazador -. Así que a Jarri me lo llevo yo. Y si te me pones en medio ti va a cagá.

- ¿Tú y cuántos más? - se burló Snape.

- Yo solo me basto.

- ¡¿Pero queréis dejar de discutir sobre con quién me voy a ir a vivir, coo? - gritó Jarri, enfurecido.

- Tú te vienes conmigo y punto - dijo Snape, tajante.

- No - dijo Voldemort.

- Sí - respondió Snape.

- No.

- Sí.

- N...

- ¡A callar! - exclamó Jarri.

Snape y Voldemort se callaron, fundamentalmente porque no tenían gran cosa que decir, aparte de "sí" o "no" (bueno, ya es algo). Sin embargo, siguieron fulminándose el uno al otro con ojitos de mucho mucho mucho mucho mucho mucho odio.

Jarri miró alternativamente a todos los presentes (excepto a Ron, que nunca había sido santo de su devoción).

- No me creo que la sapa esa sera mi abuelita - dijo con voz dura.

- La verdad - intervino Ron, a quien nunca se le habían dado muy bien las indirectas - es que tiene tus orejas, Jarri...

Esta vez sí, Jarri desvió la mirada hacia Ron. Aunque a Ron no le gustó demasiado.

- O te callas - respondió Jarri con voz suave -, o te juro que te mando un cruciatus que te enteras.

- Pues vaya un colega - dijo Ron, que ya estaba empezando a pillarlo.

- ¡Estoy pasando una mala racha, ¿vale! - exclamó Jarri -. ¡Digo yo que tendré derecho a cabrearme!

- Hala, siempre a ver qué le pasa al niño - dijo Ron, enojado.

- Cada día te pareces más a Hermione - dijo Jarri con el ceño fruncido.

- ¡Y tú a Umbridge! - gritó Ron -. ¡Que eres clavaíto, tío!

Jarri sacó la varita del bolsillo y apuntó a Ron.

- Retira eso.

- No - respondió Ron, que estaba tan furioso que ni siquiera había visto la varita de Jarri.

- ¡Que lo retires!

- ¡Que no me da la gana, joer!

- ¡CRUCIO! - gritó Jarri.

Ron se retorció de dolor un instante.

- ¡Aúa! - exclamó, poniendo cara de estreñimiento prolongado -. ¡Pupa, pupa!

- Jobar - dijo Jarri, mirando su varita con interés -. Todo el mundo dice lo mismo cuando le echo esta maldición... ¿Será un efecto secundario?

Voldemort aprovechó ese momento para posarle una mano sobre el hombro en un gesto paternal.

- ¿Ves? - dijo con mal disimulado orgullo -. ¿Ves como deberías vivir conmigo? Si es que se te nota la educación...

- ¡Que Potter va a vivir conmigo! - insistió Snape, mientras Jarri se zafaba del apretón de Voldemort.

- Por encima de mi cadáver - dijo éste fríamente.

- Eso se puede arreglar - exclamó Snape, arremangándose la túnica y sacando la varita.

- ¡Alto! - gritó Jarri, interponiendo su cuerpo entre ambos. Snape frunció el ceño. Voldemort, por el contrario, se hinchó de orgullo.

- Ya sabía yo que no permitirías que...

- Cállate - le espetó Jarri de malos modos. Después se giró para mirar fijamente a Snape -. Si alguien se lo carga, seré yo.

- ¡Que soy tu padre! - dijo Voldemort con voz dolorida.

- ¡Como si eres la Caperucita Roja! - gritó Jarri.

- Este... Jarri... - musitó Dumbledore, que, por increíble que parezca, había permanecido calladito todo este tiempo.

- ¡Y como me sigas tocando los hueos - gritó Jarri hacia Dumbledore -, te mato a ti también y me quito de problemas, puo viejo de los coones!

- Eso sería malo para tu expediente criminal - contestó Dumbledore con serenidad.

- ¡Me importa un...!

- Chato - dijo Ron -, la verdad es que estás de un insoportable...

- ¿Ya estás de pie? - exclamó Jarri, furioso -. ¡CRUCIO!

Ron volvió a retorcerse de dolor.

- ¡AÚA! Joé, y ya van dos... -. Después, como recordando su papel, se tiró al suelo y exclamó: - ¡Pupa, pupa!

Voldemort volvió a posar la mano sobre el hombro de Jarri.

- Échale un avada de esos y ahórrale sufrimientos, hijo mío... - dijo, con una voz sospechosamente parecida a la de Darth Vader5.

- No - dijo Jarri abruptamente -. Es mi amigo.

- Pues anda que con amigos como éstos... - musitó Ron desde el suelo.

- Y no me llames "hijo mío" que no me mola un cacho - añadió Jarri.

Voldemort abrió la boca, pareció pensárselo mejor, la cerró y retiró la mano del hombro de Jarri.

- Bueno - dijo Jarri en un tono engañosamente moderado -. ¿Alguien va a esplicarme cómo es que de repente he pasado de tener dos tíos repugnantes a tener - enumeró con los dedos -: dos tíos repugnantes, dos padres feos de huevo, un padrino que no se lava el pelo, y una abuelita que parece la bruja mala de Hansel y Gretel pero sin casita de chocolate?

- Sin faltar, ¿eh? - comentó Snape -. Que uso H&S.

- Si yo fuera usted - intervino Ron, con ganas de ayudar -, me cambiaba a Fructis 48 Horas.

Snape lo miró con un gesto indudablemente desagradable. Ron se encogió un poquito.

- Tienes un suspenso en Pociones, Weasley - dijo Snape.

Ron se limitó a encogerse de hombros.

- Pues vaya una novedad.

- Y si no te callas te pongo una "T".

- Pues si le pica - dijo Ron -, hágase una poción de champú de huevo.

- ¡Ey! - exclamó Jarri con impaciencia -. ¡Que estoy aquí!

- Ya está otra vez haciéndose el protagonista - dijo Ron con fastidio. Para ir ganando tiempo, se retorció de dolor y se tiró al suelo.

Jarri levantó la varita.

- ¡CRUC...!

- Vale, vale - dijo Ron, aburrido, desde el suelo -. Ya me callo...

- Eso está mejor - respondió Jarri con voz de duro de peli americana.

Dumbledore se adelantó un paso y miró a Jarri fijamente por encima de sus gafas de forma extraña.

- ¿Acaso no lo adivinas, Jarri? - preguntó, serenamente.

Jarri entrecerró los ojos.

- Mire - dijo -, estoy hasta un sitio muy feo (que por ahora no me sirve de nada pero más adelante será una leyenda urbana entre las jóvenes de mi generación) de sus adivinanzas, profecías y demás romancero español. Así que o habla más claro o...

- ¿De dónde te crees que le viene a éste - Dumbledore señaló a Voldemort - la mala uva?

Jarri abrió mucho los ojos, asombrado.

- ¿Co-como?

- Sí - admitió Voldemort -. Me temo que Dolores es mi mamá.

- Chúpate esa, marquesa - silbó Snape con cara de alucine.

- Joé - comentó Ron desde el suelo -, ya decía yo que Umbridge tenía unos ojitos...

- P-pero... - tartamudeó Jarri.

- ¡Vamos, Jarri! - exclamó Dumbledore con un gesto de exasperación bastante raro en él -. ¡Haz un esfuerzo! Si se le nota en todo...

- Mi mami... - Voldemort miró al infinito con expresión de nostalgia y un brillo de ternura en sus ojos rojos.

- ¡Pero pensé que estaba muerta! - exclamó Jarri cuando se le pasó un poco la impresión -. ¿No me dijeron que la madre de Tom Ryddle se casó con Tom Ryddle...?

- El primero - añadió Snape.

- Ya estamos... - Jarri puso los ojos en blanco -. Sí, el primero. ¿Y que Tom Ryddle...?

- El primero - contribuyó Snape.

- Que sí, pesao. ¿Que Tom Ryddle, el primero, la repudió y envió a Ton Ryddle...?

- El segundo - aportó Snape.

- ...ese... a un orfanato, y que la madre de Tom Ryddle...

- El segundo - dijo Snape.

- ¡Que sí! Que murió, ¿no?

- Sí - asintió Dumbledore.

- ¿Y que luego Tom Ryddle...?

- El segundo - intervino Snape.

- ...mató a Tom Ryddle y a Tom Ryddle?

- El primero y el tercero - dijo Snape.

- ¡AAAAAAAAARRRRGGGGGGGG! - gritó Jarri, abalanzándose contra el profesor de Pociones.

- Bueno, que no es pa ponerse así...

1 Lo cual era lo más inteligente que podía hacer, teniendo en cuenta que las dos únicas personas que había cerca no le hacían ni puñetero caso...

2 "Esshte... shi tengo dos shhickles, es decir, cincuenta y ocho kn..nuts, y la botella de Beefeater eshtá ahora misssmo en cuardrenta y cinco knuts, puedo comprar... dohs por dosss shon cuatro entrrre tres... uno me llevo uno... Me ehshtoy liando... Bueno, una botellyya, pero igual shi me camelo a la china de la tienda, ya que he ensayao con la "Tupperware", le saco otra de regalo, e incluso un tamagotchi...

3 Esta afirmación demuestra su desconocimiento total del mundo de las piedras, sobre todo las del Callejón Diagon, que no sólo tiemblan sino que son capaces de hacer temblar a los demás.

4 "¡Glups!"

5 Uno de los alter ego de Voldemort; el otro es Constantino Romero.