Capítulo 23. Adagio.
Ella solo recordaba estar en un cuarto de paredes blancas, con relucientes luces que la iluminaban desde el techo. Su cuerpo estaba conectado a miles de aparatos y ella solo veía caras cubiertas con cubrebocas.
- Ya casi está lista.- dijo alguien.
- Saquemos entonces los recuerdos más oscuros de su corazón.- dijo alguien más.- Nadie mejor que ella para ser la guardiana del Caos...
- Querrás decir, nadie mejor que Anya...
¿Anya? ¿Quién rayos era Anya? ¿Y de qué recuerdos hablaban? Ella no lo entendía... Y de pronto, sintió un dolor intenso y regresaron a ella los recuerdos del Castillo de Chapultepec, cuando ella fue atacada por Aura Negra, cuando ella perdió todo lo que amaba, cuando perdió su inocencia, cuando Elliot se fue para no volver...
Cuando ella abrió los ojos se encontró en una cama. Ella movió la cabeza hacia un lado y... No pudo creer lo que veía... En la cama de a lado había una chica que era su copia exacta... Su clon...
Cuando ella volvió a ver a Anya, ésta ya se había teñido el cabello de rojo oscuro y la mexicana se sorprendió de lo mucho que Anya le recordaba a... Ella misma. Anya era su rencor, su odio y su tristeza encarnado en una...
- Yo soy tú.- le había dicho Anya.- Querida Lily, somos una misma, yo no vivo sin ti ni tú sin mí. Para acabar conmigo tienes que acabar contigo misma...
Un clon. Su clon. Eso era Anya...
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Anya había dicho que tenía otro as guardado bajo la manga. Nella y Allison nosabía a qué se refería.
- Sin Natalie ni Isa seguimos en desventaja.- comentó Allison.
- Ya les dije que ellas no son indispensables.- replicó Anya.- Ahora que tenemos a alguien que nos puede ayudar mejor.
Nella y Allison no habían entendido. Anya se dio la vuelta y echó a andar por el largo y oscuro corredor. Las otras dos la siguieron.
- ¿A dónde vamos?.- preguntó Nella.
- A mostrarles nuestra arma secreta.- respondió Anya.
- ¿Qué es exactamente?.- cuestionó Allison.
- Bueno, ¿alguna de ustedes saben de dónde vine yo?
- Eres la gemela de Lily Del Valle, ¿no?.- dijo Nella.
- No.- Anya sonrió.- Soy su clon.
Las otras dos intercambiaron miradas escépticas entre sí.
- No esperarás que te creamos eso, ¿o sí?.- dijo Nella.
- ¿Por qué no?.- replicó Anya.- Se creen todo eso de que son las encarnaciones de la Injusticia y la Crueldad, ¿qué más da que se crean que la ciencia y la medicina están lo suficientemente avanzadas como para lograr con éxito la clonación humana?
Ni Nella ni Allison dijeron nada. Anya las llevó hasta una habitación sin ventanas. Anya encendió las luces y Nella y Allison ahogaron un grito.
- ¿Quién es él?.- preguntó Nella.
En una mesa estaba acostado un muchacho joven de cabello negro y alborotado. Elcual parecía estar dormido.
- El segundo clon humano logrado con éxito.- dijo Anya, dándole una palmada al muchacho en la mejilla.- Anda, levántate, ya es hora de despertar.
El joven abrió los ojos, los cuales eran de un hermoso color azul grisáceo.
- Chicas, les presento a Ellis.- dijo Anya.- El clon de Elliot Tapia, el Guardián de las Alas Guerreras.
Allison y Nella no terminaron de comprender, pero Anya, y Aura negra, sabían que él sería la clave para destruir la Esperanza de Lily...
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Genzo, Ken, Kojiro, Taro, Tsubasa y Kazuki estaban en la sala, algunos sentados en los sillones, otros tirados en el suelo.
- Somos patéticos.- comentó Ken, después de un rato.- Lloramos que damos pena.
- Eso que ni qué.- bufó Genzo, jugando a lanzar y atrapar su gorra.
- Psss, salvar al mundo no es cualquier cosa.- replicó Kazuki.- ¿Acaso cualquiera podría recibir una noticia como ésa y seguir imperturbable, más cuando han ocurrido tantas muertes de seres queridos?
- Supongo que no.- admitió Ken.- Pero de nada nos va a servir el estar compadeciéndonos de nosotros mismos y llorando por nuestra triste suerte.
- ¿Y qué se te ocurre que hagamos?.- cuestionó Hyuga.- ¿Sacamos nuestros medallones de transformación, nos ponemos nuestros trajes de combate y acabamos con los malos con nuestras varitas mágicas?
- Katya y tú podrían llevarse bien, son igual de sarcásticos.- suspiró Kazuki.- De no ser porque ella...
- Sí, ya.- cortó Hyuga.
Taro soltó una risilla.
- ¿De qué te ríes?.- preguntó Hyuga, ceñudo.
- Es que te imaginé con faldita.- rió Taro.
- Qué chistoso.- gruñó Hyuga.
- Lo siento, creo que no estamos de momento ni de humor para bromas.- se disculpó Taro.
- Al menos lo reconoces.- gruñó Genzo.
- Bueno, pues debemos entonces decidir qué es lo que vamos a hacer.- dijo Tsubasa.
Todos voltearon a verlo. El joven había sufrido un cambio sorprendente desde la muerte de Sanae, sus ojos habían perdido brillo y su piel estaba blanca como la cera.
- Yo, al menos.- continuó Tsubasa.- No pienso dejar que alguien que no conozco destruya mi vida y me quite lo que quiero por culpa de un Destino que decidió no sé quien hace quien sabe cuanto tiempo. Yo quiero recuperar a Sanae a como de lugar... Es lo único que me importa.
Taro pensó en si debía decirle a Tsubasa o no la verdad. Rika le había confesado que Sanae estaba esperando un hijo de Tsubasa, y que cada vez le costaba más trabajo el mantener al pequeño con vida.
- Sin Sanae, el niño morirá.- había dicho Rika.
- ¿Y no se puede hacer nada?.- había preguntado Taro.
- Sí se puede, pero sin Katya...
Con eso se había dicho todo. Rika le había pedido a Taro que no le dijera nada a Tsubasa. Ya suficiente habia sufrido él con la muerte de Sanae como para además cargar con el peso de la vida de su hijo.
- Sea como sea.- la voz de Tsubasa trajo de vuelta a Taro a la realidad.- Yo no pienso permitir que alguien me arrebate a la mujer que amo. No me interesa en absoluto el salvar al mundo.
- A mí tampoco me interesa.- apoyó Genzo.- Lo único que quiero es que Lily se quede conmigo.
- Lo mismo digo.- asintió Ken.- El mundo bien puede salvarse solo.
- Ni quien necesite a un grupo de muchachos que no saben hacer nada más que jugar al fútbol.- replicó Kojiro.- Haciendo tantos héroes verdaderos.
- Entonces, queda decidido.- sonrió Kazuki.- Mandamos al cuerno lo de salvar al mundo y nos encargamos de evitar que las mujeres que queremos nos abandonen para siempre.
- Sería más fácil detener el Non Fire Shoot de Schneider.- bromeó Ken.
Todos rieron, sellando así un convenio. No moverían ningún músculo para salvar al mundo, lo único que a ellos les interesaba era salvar a sus chicas. Ninguno sabía que con ese trato habían decidido el Futuro de la Tierra que ellos conocían.
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- Oye, Amankaya, es hora de despertar.
Lily sabía que ella estaba soñando, ya que solo una persona en el mundo la llamaba "Azu".
- No te quedes dormida, no es el momento.- dijo Elliot.- El Final está cerca y vas a tener que enfrentarte a tu peor pesadilla... Y sabes que no hablo de Anya.
Lily no entendía nada. Era la primera vez que Elliot se le aparecía así en sueños.
- ¿De qué hablas?.- preguntó ella.
- Te espera algo que va a poner en duda tu fe.- respondió Elliot.- Pero antes que nada quiero que recuerdes que yo siempre voy a estar de tu lado...
Lily quiso preguntar algo, pero una sensación terrible la hizo despertar...
Katya también lo sintió. Era el remolino más grande de energía negativa que ella hubiese sentido jamás. Sin dudarlo, sin pensarlo dos veces, Katya corrió al cuarto en donde descansaban Sanae, Natalie e Isabel, y no se sorprendió al descubrir que ellas no se encontraban ahí... Katya miró a Sanae y supo que había llegado el momento de actuar.
Rika, Haydee y Suien respondieron al llamado de Lily. Ella ya se encontraba en las afueras de la casa, con su traje de pelea.
- Llegó la hora.- dijo Lily.- Alas Guerreras, elévense.
Ésa era la clave. Era el momento de actuar. Suien, Haydee y Rika se cambiaron de ropa a sus trajes de batalla. En esos momentos, los Protegidos salieron también de la casa.
- ¿Qué sucede?.- preguntó Genzo.
- Regresen.- orden+o Lily.- No deben estar afuera.
- ¿Por qué?
- ¡Solo obedezcan!
Hubo un destello en el cielo y una poderosa energía se dirigió hacia Tsubasa... Lanzada por Isa...
- ¿Qué cosa?.- gritó Taro.
- ¿Isa ha despertado?.- se sorprendió Rika.
Tsubasa se quedó plantado en su sitio, impactado por la energía que se dirigía hacia él, pero antes de que ésta lo tocara, alguien se interpuso en el camino y detuvo el golpe. Todas las Ángeles se lanzaron sobre sus Protegidos.
- ¿Qué pasó?.- preguntó Suien, sorprendida, protegiendo a Kojiro con su cuerpo.
- Nada, que he regresado a defender lo que es mío.- respondió una conocida voz.
Todos voltearon y, sorprendidos con excepción de Lily, vieron que Sanae, con sus refulgentes alas reparadas, había detenido el ataque que iba dirigido a Tsubasa.
- ¡Sanae!.- gritó Tsubasa, sin poder creerlo.
- ¿Cómo es posible?.- gritó Isa.
- Yo la hice volver.- dijo Katya, quien apareció detrás de Sanae.
Tanto Sanae como Katya traían puestos sus trajes de batalla. El de la japonesa era de color rosa pálido, mientras que el de Katya era mitad blanco, mitad negro. Sus alas habían vuelto a ser las de antes: iguales que su traje, una blanca, otra negra...
- Bien, entonces ya estamos iguales.- dijo Anya en ese momento, apareciendo con Nella y Allison.
- Te equivocas.- replicó Haydee, poniéndose a la defensiva al igual que los otros Ángeles.- Somos seis contra cinco.
- Seis contra seis, querida.- Anya sonrió malévolamente.- Permítanme presentarles a nuestro nuevo integrante.
Un joven de traje negro y las alas negras más grandes que se hubieran visto apareció de pronto. Y Lily no podía creer lo que sus ojos veían...
- No puede ser.- murmuró ella.- Elliot...
Genzo lo supo. Supo que era él el amor que Lily había perdido por su culpa...
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Cuando lean el final van a colgarme. Realmente estoy que me pierdo en esto y que cada vez salgo con más jaladas de la neurona...
