Capítulo 29. En busca de un Futuro distinto.

Todo parecía estar demasiado quieto. Las plumas no trataron en desaparecer y aunque Genzo trató, no pudo tocar ninguna.

- ¿Y ahora qué?.- fue la pregunta de Hyuga.

- Ahora, nada.- respondió Tsubasa.

- ¿Así nada más, nada?.- insistió Ken.- Al final de todo, ¿todo queda en nada?

- Supongo que sí.- murmuró Taro.

Katya contempló el cielo en donde Lily perdió la vida tratando de proteger lo que ella consideraba como lo más valioso... Y sin embargo, antes de marcharse, le había dicho a Katya lo que se debía hacer.

- Así que, después de todo, al final de nada, ni pudimos salvar al mundo ni pudimos evitar que las chicas a quienes amamos nos abandonaran.- sentenció Ken.- Vaya Elegidos que resultamos ser.

- En primera, ¿elegidos para qué?.- cuestionó Kojiro.- No intervenimos en ninguna de las batallas, no pusimos nada de nuestra parte para salvar al mundo. Fue pura pérdida de tiempo.

- No lo fue.- contradijo Genzo, muy sereno a pesar de todo.- Por algún motivo nosotros fuimos elegidos, y si fue así es porque podemos hacer algo y debemos hacerlo. La diferencia está en que quizás somos personas normales y que no pelearemos por el mundo con poderes especiales. Tendremos que salvar al mundo a nuestra manera.

- ¿Y eso cómo?.- quiso saber Tsubasa. Al parecer, en esos momentos solo Genzo parecía haber comprendido todo.

- Katya puede decírnoslo.- respondió Genzo, mirando a la muchacha.- Lily dijo que ella es la clave de todo.

Sí, Genzo ya había comprendido todo.

- Él tiene razón.- admitió Katya.- Ustedes aun están en la posibilidad de arreglarlo todo a su manera.

- ¿Cómo?

- Si les dijera que tienen una oportunidad, solo una oportunidad, de hacer que sus Ángeles regresen, ¿la tomarían?.- preguntó Katya.

- Sin dudarlo.- contestaron todos al unísono.

- ¿Aun cuando tuvieran que dar sus propias vidas?.- inquirió Katya.

Tsubasa dio un paso al frente.

- No me importa.- dijo él.- Desde que Sanae se fue, mi vida ya no es vida, así que prefiero morir con tal de que ella regrese.

- A mí no me molestaría dar mi vida por la de Rika.- dijo a su vez Taro.- Todo lo contrario: lo haría sin dudarlo.

- Yo haría lo mismo.- añadió Ken.- Todo con tal de que Haydee regrese.

- Y yo solo deseo que Suien vuelva.- dijo Kojiro.

Genzo miró fijamente a Katya. Ella ya sabía de sobra su respuesta.

- Nunca he hecho algo que sirva para ayudar a alguien más.- murmuró Genzo.- Solo me he preocupado de mí mismo todos estos años. E incluso Hana me lo dijo una vez, que era yo demasiado cerrado, demasiado centrado en mí mismo. Yo siempre le decía que realmente no había nada en mi vida por lo que pudiera pelear.

Ken recordó a Hana. Ella le había dicho algo similar en alguna ocasión, quizás queriéndolos prevenir del horrible futuro que les aguardaba.

- Pero ahora, después de saber que alguien lo perdió todo por mi culpa y a pesar de eso siguió luchando por mí, me he dado cuenta de que sí hay algo por lo que vale la pena sacrificarse.- continuó Genzo.- Me he dado cuenta de que hay en la vida cosas que importan más que la vida misma.

- Entonces, todos están decididos.- dijo Katya.

- Claro que lo estamos.- asintió Genzo, y los demás asintieron con él.- Te ofrecemos nuestra vida a cambio de la de nuestros Ángeles.

Kazuki los contemplaba a todos. Él de plano no entendía qué vela tenía en ese entierro. Katya adivinó su pensamiento y volteó a verlo, sonriéndole.

- Todo va a estar bien.- sonrió ella.

- Supongo.- musitó él.

Katya se acercó a los demás elegidos, extendiendo sus alas negra y blanca.

- Pues bien, para poder hacer regresar a sus Ángeles, necesito de un alma por cada una de ellas.- anunció Katya.

- ¿Un alma?.- preguntó Taro.

- Sí, un alma, esto es para poder hacer el intercambio.- explicó Katya.- No puedo traer un alma del más allá a menos que mande otra a cambio.

- ¿Las Ángeles tenían almas?.- se sorprendió Ken.

- Claro.- asintió Katya.

- ¿Pero qué ellas no eran las encarnaciones de los Poderes de la Luz?.- cuestionó Taro.

- Sí, pero no dejaban de ser humanas.- aclaró Katya.- Y como humanas, debían poseer un alma.

- Entonces, para resumidas cuentas, nosotros ofrecemos nuestras almas a cambio de las de ellas.- dijo Ken.

- Exactamente.- asintió Katya.

- Pues bien.- Genzo dio un paso al frente.- Hagámoslo.

Katya asintió. Ella se elevó, agitando sus alas y de sus manos comenzó a salir dos fuentes de energía: blanca en una mano, oscura en la otra. Katya usó ambas energías para crear dos torbellinos de energía detrás de ella.

- Hacer un intercambio de almas no va a ser nada fácil.- dijo Katya.- La más mínima duda por parte de ustedes y todo estará perdido.

- No vamos a dudar.- dijo Kojiro con energía.- Hagámoslo ya.

- Bien, supongo que tú quieres ser el primero.- comentó Katya.- Toma mi mano. Sentirás un leve tirón, y después, nada.

Hyuga dio un paso al frente. Katya lo tomó de la mano y... Kojiro cayó al suelo, sin vida. Los demás ahogaron un gemido.

- Aun están a tiempo de arrepentirse.- anunció Katya.

- No lo haremos.- Taro dio un paso al frente.- Yo soy el siguiente.

Katya le agarró la mano y Taro cayó muerto al instante. Ken fue el siguiente en unirse a sus compañeros, procurando no pensar en que iba a morir. Enfocó su mente en el rostro de Haydee y, tranquilo, dejó que Katya lo condujera al otro mundo...

- Sigo yo.- dijo Tsubasa, extendiendo la mano, pero Katya no le tomó la mano.

- Hay algo que debes saber antes.- aclaró Katya.- Tu caso es el más complicado de todos, porque hay dos almas esperando el regreso.

- ¿Dos?.- Tsubasa se sorprendió. Obviamente que no entendía.

- Sanae estaba embarazada.- anunció Katya.

- ¿Sanae... Embarazada?.- Tsubasa estaba atónito.

- Así es, y por tanto... .- Katya se detuvo un momento.- Debes elegir a quien quieres traer de regreso, si a tu esposa o a tu hijo.

¿Qué puede ser peor y más doloroso que el tomar una decisión como ésa?

- No puede ser.- murmuró Tsubasa.- No puedes pedirme eso...

- Lo lamento, en verdad.- contestó Katya, sincera.- Pero sí tienes que elegir. No puedo traer a más de un alma de regreso si solo un alma abandona este mundo.

Tsubasa sabía que iba a tener que tomar la decisión más importante de su vida (y la autora del fic también). Después de algunos momentos de difícil decisión, Tsubasa habló.

- Yo amo a Sanae con toda mi alma.- dijo Tsubasa.- Y mi mayor deseo es que ella vuelva. Y sin embargo, estoy más que seguro que ella preferiría que el fruto de nuestro amor viviera en este mundo y disfrutara de las cosas que ninguno de los dos podrá gozar ya... Ésta ha sido la decisión más difícil que he tenido que tomar, pero debo decidir, así que... Escojo que traigas de vuelta a mi hijo. Sé que Sanae también lo querría así.

- Que así sea.- asintió Katya.

- Solo una última cosa.- Tsubasa aun no tomó la mano de la muchacha.- Quisiera que le pusieran el nombre de Hayate, fue el nombre que Sanae y yo escogimos para el primer hijo que perdimos.

- Se lo pondrán, te lo puedo asegurar.- la mirada de Katya decía mucho más de lo que decían sus palabras.

Tsubasa tomó la mano de Katya, y al instante cayó muerto. Sin embargo, él tenía una sonrisa en el rostro. Genzo fue el último.

- No nos detengamos en nimiedades.- pidió Genzo.- Cuanto antes regrese Lily a este mundo, mejor.

- Cuando das tu vida por proteger algo que amas, estás demostrando tu intención de regresar con vida.- dijo Katya.- Nunca ha habido frase más cierta.

¿Qué había querido decir Katya con eso? ¿Qué Genzo y los demás iban a volver?

"No hay tiempo para ponerse a pensar en eso", se dijo Genzo. "Lily, tarde comprendí la manera en cómo podía salvar al mundo, pero tú me hiciste ver que la Esperanza es lo último que muere".

A Genzo se le vino a la mente la imagen de la sonrisa de Lily y, sonriendo también, dejó que Katya lo transportara al más allá...

Kazuki se acercó a Katya, contemplando los cuerpos inertes de sus amigos.

- ¿Y ahora qué?.- preguntó él.- ¿Cuándo las harás volver?

- Abrir el portal de la Vida y la Muerte no es tan fácil como suena.- protestó Katya.

- Quiero preguntarte algo.- pidió Kazuki.- ¿Podría yo ofrecer mi vida a cambio de la de otra persona?

- De que se puede, se puede.- respondió Katya.- ¿A quién deseas traer de vuelta?

- A Takeshi.- respondió Kazuki.- Katya, no me malinterpretes. Yo te amo, y si tú estuvieras muerta yo sin dudarlo daría mi vida a cambio de la tuya, pero ahora que veo cómo todos se sacrificaron no puedo quedarme atrás, además de que extraño mucho a Takeshi. Él era uno de mis mejores amigos y...

Katya le puso a Kazuki un dedo en los labios.

- No digas nada más, Sorimachi-san.- pidió ella.

Kazuki sintió que el dedo de Katya lentamente le robaba la vida, pero en vez de tener miedo, se sintió reconfortado de poder dejar este mundo en compañía de su Ángel...

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- ¿En dónde estamos?.- preguntó Taro.

- Yo que sé.- respondió Kojiro.

- ¿Ya estamos muertos?.- cuestionó Ken.

- Quién sabe.- dijo Tsubasa.- No se siente nada especial el estar muerto.

Genzo no tenía ni la más mínima ni remota idea de en dónde se encontraban. Había luz, mucha luz de un tenue color azul, pero nada más...

- ¿Será esto el limbo?.- cuestionó Misaki.

- ¿Qué te hace pensarlo?.- gruñó Kojiro.

- Que no parece ser el cielo ni el infierno... .- respondió Kazuki.

De pronto, una voz potente, pero muy dulce, habló.

- Elegidos para salvar al mundo.- dijo la Voz.- Han cumplido con su misión.

- ¿Bromea, verdad?.- bufó Hyuga.- ¡Si no hicimos nada! ¿Se supone que ya salvamos al mundo?

- Aunque no lo crean, así fue.- respondió la Voz.- Por fin lo comprendieron, y han podido salvar al mundo, a su manera.

- No es que pongamos en duda su declaración.- dijo Taro, respetuosamente.- Pero ninguno de nosotros cree haber hecho algo muy importante.

La Voz soltó una risa suave, cristalina, como pedacitos de cristal que caen sobre el piso.

- Hay muchas maneras de salvar al mundo.- dijo la Voz.- La mayoría cree que es peleando a muerte en batallas interminables, pero hay otras formas mucho más sutiles y mucho más significativas... ¿Alguno de ustedes sabe el por qué fueron los Elegidos?

Genzo, Taro, Tsubasa, Kojiro, Ken y Kazuki negaron enérgicamente con la cabeza.

- Como ustedes ya saben, la Leyenda dice que los Poderes de la Oscuridad bajaron al mundo y se encarnaron en humanos debido a que la humanidad había perdido todo el respeto y la compasión por sí misma.- explicó la Voz.- Escogerían a seis personas que serían la representación máxima del egoísmo en el planeta.

- Nosotros.- Tsubasa se sintió avergonzado.

- Sí, ustedes.- reconoció la Voz.- Con su pasión extrema por el sóccer, estaban muy cerca de caer en el egoísmo y en el egocentrismo y de demostrar que en verdad la humanidad estaba perdida, pero entonces los Poderes de la Luz bajaron al mundo también para demostrar que esto no era cierto. Ellas creyeron que en ustedes había sentimientos como el Amor, la Amistad, el compañerismo, escondidos en sus corazones. Ustedes no iban a salvar al mundo peleando, eso ya estaba decidido desde antes, pero sí podían hacerlo demostrando que la humanidad aun merece seguir existiendo sobre la Tierra...

- Con nuestro sacrificio.- dijo Genzo.- Con eso salvaríamos al mundo.

- Exacto.- asintió la Voz.- Al ofrecer sin dudar sus vidas para salvar a sus Ángeles, han demostrado que no hay Amor más grande que aquel que permite darlo todo por otra persona... La clase de sentimiento que necesitábamos para evitar que el mundo fuera destruido...

Todos analizaron estas palabras. Si bien ahora entendían el por qué habían sido los Elegidos, no entendían el por qué no se los habían dicho desde un principio.

- ¿Por qué nuestros Ángeles no nos dijeron nada antes?.- quiso saber Ken.

- Porque era algo que ustedes debían descubrir por sí solos.- respondió la Voz.- Aunque me parece que el único que lo hizo fue el Elegido de la Esperanza.

- Tuve mucha ayuda.- admitió Genzo.

- Lo sé.- rió la Voz.- Poderes de la Luz, vengan por favor.

Kojiro, Ken, Kazuki, Tsubasa, Taro y Genzo vieron que Suien, Haydee, Katya, Sanae, Rika y Lily aparecían frente a ellos.

- Lo hicieron muy bien.- las felicitó la Voz.- Sabía que podrían cumplir con su labor. Sobre todo tú, Esperanza.

- Hice lo que pude.- Lily hizo una reverencia.

- Perdón, pero, ¿qué están haciendo ellas aquí?.- preguntó Ken, angustiado.- ¡SE supone que nosotros dimos nuestras vidas por la de ellas!

- Y así será.- replicó la Voz.- Pero todavía no es el momento... Jóvenes Elegidos, les agradezco que hayan cambiado el Futuro... Ahora, depende de ustedes el hacerlo perfecto...

- Solo tengo una pregunta.- dijo Genzo.- ¿Qué sucedió con mi hermana?

- Sé que la extrañas.- respondió la Voz.- Ella también te extraña, pero no puede regresar. Así lo ha decidido el Destino, así lo he decidido yo. Sin embargo, ella siempre estará contigo, en cada muestra de apoyo y de confianza que tengas hacia una persona... Hana nunca va a abandonarte...

Genzo lo comprendió. Y Ken también. Hana era el Ángel de la Confianza y por ese motivo ella nunca los abandonaría... Un remolino de luz cubrió a los Elegidos. Todos sintieron algo de temor, pero cada una de los Ángeles los tomó de la mano.

- No tengas miedo.- le dijo Rika a Taro.

- Yo estaré contigo.- le dijo Haydee a Ken.

- No te abandonaré.- le dijo Suien a Kojiro.

- Perdóname, Sanae.- pidió Tsubasa.- Pero quería que nuestro hijo...

- No necesitas decir nada.- lo calló ella, con una sonrisa.- Es lo que yo hubiera querido.

Lily abrazó a Genzo con fuerza.

- Siempre estaré contigo.- murmuró ella.- Nunca lo olvides.

Poco a poco, el remolino los cubrió a todos. Kazuki se dio cuenta de que Katya era la única que se había quedado atrás.

- ¿Qué sucede, Katya?.- preguntó Kazuki.- ¿Por qué tú no vienes conmigo?

- Lo siento, Sorimachi-san.- Katya sonrió con tristeza.- Pero yo me quedó aquí...

- ¿Aquí? Pero eso significaría que...

- Que no voy a volver al mundo de los vivos.- completó Katya.- Lo sé.

- ¡No! ¡No puedes hacer eso!.- gritó Kazuki.

- Debo hacerlo.- replicó Katya.- Debo pagar por todo lo que hice. Alguien debe hacer volver a todos los que han muerto...

- ¿Pero no dijiste que solo podías hacerlo si tenías un alma a cambio?.- Kazuki estaba desesperado.

- Sí, por eso ofreceré la más fuerte a cambio de tantas almas: la mía.- contestó Katya.- La Vida y la Muerte vivieron en mí y por tanto puedo hacer ese cambio.

- ¡Pero no quiero que mueras!.- exclamó Kazuki.- No quiero que me dejes...

- Debo hacerlo.- susurró Katya.- Debo pagar por todo lo que hice... Además, ¿qué no lo has comprendido aun? Siempre estaré contigo...

Kazuki vio que el ala negra de Katya se teñía completamente de blanco... Se había convertido en el Ángel de la Vida...

- Adiós, Sorimachi-san.- murmuró Katya, besando a Kazuki.- Siempre te amaré...

Kazuki se sintió arrastrado por el remolino de luz... Y después, no supo nada más de sí...

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Por fin todo había terminado. El mundo estaba a salvo.

Fin.

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Pues sí, éste es el fin. Quizás a muchos les parecerá muy chafa o simple la manera en como los Elegidos salvaron al mundo, pero traté de dejar algo muy en claro: ellos son solo seres humanos comunes y corrientes, como todos. No me parece que deban salvar al mundo con armas mágicas o poderes especiales, puesto que ésa no es su esencia. Quise que ellos salvaran al mundo de la única manera en como ellos podían hacerlo: dando su vida por la gente a quienes aman... Después de todo, solo son jugadores de fútbol.