Disclaimer: De nuevo les digo que no soy dueña de los personajes de SCC y sigo sin ganar nada ni por los míos ni por los de la serie.
El amor de una Rosa
Por: Tenshi Akire
-Búscame…Por favor-
Tomoyo despertó algo extrañada. Una cosa es soñar raro pero tener 2 veces el mismo sueño era algo aún más extraño. Sin darle mucha importancia Tomoyo se levantó para desayunar. Seguramente ya era medio día y la mayoría de las demás chicas debían ya haberse despertado. Al bajar las escaleras Tomoyo vio a su hermana que les estaba sirviendo a otras de las chicas.
-¡Sabrina!- dijo Tomoyo llamando la atención de su hermana- ¿Cómo has estado? Hace mucho que no te veía-
-Si lo noté-dijo Sabrina cortantemente- Aunque supongo que ahora que no eres una de las criadas tal vez tienes cosas más importantes que hacer-
En ese momento Tomoyo se quedó extrañada por las palabras de su hermana. Ella nunca le había hablado así ni cuando ella la hacía enojar. Sabrina terminó de servirles a las chicas y se fue a la cocina seguida por Tomoyo y las miradas de todas las chicas. Al entrar Tomoyo cerró la puerta detrás de ella. No había nadie en la cocina así que no las iban a interrumpir.
-¡Sabrina espera! No es lo que tu crees, es verdad que no las e ido a ver pero no es porque no quiera sino porque no he podido-
-¡Tomoyo por favor! Solo haz venido una vez y fue por casualidad que nos encontráramos. No tenías intenciones de verme-
-¡Entonces dime tú por qué no había venido a verte! Porque por lo visto tú sabes más de lo que me a pasado que o misma-dijo Tomoyo subiendo el volumen
-No puedo creer que seas tan cínica, creía conocerte después de todo se supone que somos hermanas, ¿no?-gritó Sabrina perdiendo el control- ¡Mientras tu estas allá afuera haciendo amigas nuevas y conociendo gente con poder yo estaba aquí preocupándome por que estés bien tu estas allá afuera hablando mal de míe ignorando a quienes nos han cuidado desde pequeñas! Nunca te creí capaz de eso pero veo que es verdad-
-¿¡Sabrina de que estás hablando? ¡Yo no he hecho eso!-
-¿A no? ¿¡Entonces me dirás ahora? ¡Qué te estás disfrutando el vender tu cuerpo a hombres que no conoces y por eso ya no te importan los demás! Y no me digas excusas tontas que bien sabes que no son ciertas…-
-¡CALLATE! ¡TÚ NO ERES NADIE PARA HABLARME ASÍ! -Tomoyo estaba roja a más no poder. Sus ojos parecían estar a punto de estallar en lágrimas y aún así su enojo
-¡AHORA RESULTA QUE NO SOY NADIE! ¡YO QUE SOY TU HERMANA…-
-¡YO NO TENGO HERMANAS!- gritó Tomoyo sin pensarlo.
Al oír a Tomoyo decir eso Sabrina cambió su expresión. Ya no estaba enojada, ahora algo le dolía en su corazón.
Sabrina no dijo nada solo se levantó y abrió la puerta y con voz entrecortada le dijo- Salga de la cocina señorita. Si necesita algo mis compañeras la atenderán-
-Sabrina… escucha yo no… yo no quería…-
-Tomoyo, ya lo dejaste muy claro- Sabrina volteó a ver a los ojos a Tomoyo. Sabrina tenía lágrimas rodando por sus mejillas- Por favor vete-
-Sabrina por favor…-
-Si no sale de la cocina llamaré a Madame. Ustedes tienen prohibido el acceso a la cocina-dijo Sabrina con la voz lo más firme que pudo y lágrimas aún corriendo en sus mejillas
Tomoyo iba a decirle algo a Sabrina pero en ese momento llegó Madame.
-Violeta deja trabajar a las criadas-dijo secamente
Tomoyo siguió a Madame mientras salían de la cocina. Al salir Tomoyo pudo oír como Sabrina al cerrar la puerta rompió en llanto. El corazón de Tomoyo empezó a dolerle, quería volver y pedirle disculpas, decirle que no sentía lo que dijo. Sin darse cuenta las lágrimas que Tomoyo estaba reteniendo empezaron a salir silenciosamente.
-Ya no tengo hambre Madame. Me retiraré a mi habitación-dijo Tomoyo con voz quebradiza
-Toma algo de sopa y llévala a tu habitación si quieres pero no puedo permitir que hoy te desmayes de nuevo. Te conseguí un nuevo cliente y no quiero que después te desmayes de nuevo-
-Si Madame-
Tomoyo se sirvió el plato de sopa como había dicho Madame y fue a su cuarto. Al llegar ella solo se sentó en el piso y empezó a llorar. El plato que llevaba en las manos cayó dejando tirada la sopa por todo el piso y manchando la pijama de Tomoyo.
-Soy una tonta…Siempre lo arruino todo…-
Mientras Tomoyo lloraba en el piso afuera Sakura apenas se estaba enterando de lo que había pasado y fue a ver como estaba Tomoyo. Al llegar al cuarto llamó a la puerta pero nadie contestó. Volvió a tocar y aun nada.
-Tomoyo soy yo, Sakura. Ábreme por favor-
Tomoyo escuchó la voz de su amiga pero la ignoró.
-Tomoyo por favor abre-Sakura soltó un largo suspiro antes de continuar- Ya sé lo que pasó con tu hermana-
La puerta se abrió dejando ver a una Tomoyo muy diferente a la alegre y tranquila chica que normalmente veía.
-¿Ya todos lo sabes verdad?-preguntó con voz entrecortada
-Si, no saben que es tu hermana pero si saben de tu pelea. Tomoyo, dime, ¿qué pasó?-
Tomoyo hizo pasa a Sakura y le contó que fue lo que pasó en su pelea. Sakura solo escuchaba. Trataba de comprender a su amiga y tranquilizarla pero sabía que era inútil.
-Tomoyo si quieres puedo decirle a Madame que te sientes mal para que hoy no salgas-
-No ya estoy bien. En serio-dijo Tomoyo ya calmada fingiendo una sonrisa.
-¿Estas segura?-dijo Sakura preocupada
-Si claro-dijo aun fingiendo su sonrisa-Mira, ya tengo un vestido y zapatos nuevos para hoy en la noche así que solo será cuestión de arreglarme-
-Si tu lo dices-Sakura se levantó y se acercó a la puerta para salir pero antes de hacerlo volteo a ver a su amiga- Recuerda que si necesitas hablar aquí estoy-
-Si gracias-
Tomoyo se bañó, cambió y pronto ya estaba lista para salir. Al bajar las escaleras Tomoyo se dirigió a la sala. Dentro había ya varias chicas paseándose y coqueteando con uno que otro cliente. Ahora era su turno, tendría que empezar a buscar cliente o de lo contrario seguramente Madame la emparejaría con algún viejo. Tranquilamente entró esperando encontrarse con Sakura o alguien que la ayudara a conseguir cliente.
-Buenas noches señorita-dijo una voz varonil detrás de Tomoyo.
Al voltear Tomoyo se encontró con un apuesto joven rubio de ojos azules. Tomoyo se sonrojó un poco al ver al apuesto joven.
-Buenas noches señor-dijo Tomoyo sonriéndole al hombre aun cuando en su mente estaba conciente de que era un cliente y no podía permitirse ni siquiera que le agradara.
-Entonces dígame, ¿está libre esta noche?-
El joven le ofreció el brazo a Tomoyo y ella antes de aceptarlo dio un último vistazo a la sala. En el fondo pudo ver claramente a Sakura con syaoran tomados de la mano. En verdad hacían una pareja hermosa.
-Si estoy libre- dijo aceptando el brazo del joven- Mi nombre es Violeta, ¿el suyo?-
- Mi nombre es Louis. Violeta me gustaría que me llames por mi nombre. Esta bien que soy mayor que tú pero no tanto-
Al oír eso Tomoyo recordó cuando Eriol le dijo lo mismo y no pudo evitar soltar una pequeña risa.
-¿Violeta es que dije algo que te hiciera reír?-dijo Louis un poco extrañado por la risa de la chica
-No, no es nada. Solo una tontería que recordé-
-Bueno-Louis y Tomoyo empezaron a caminar hacia la puerta- Por cierto Violeta, ¿cuánto será por tus servicios? ¿Te parecen bien 50 monedas de oro?-
-Si. Está bien- dijo recibiendo el dinero y guardándolo en una pequeña bolsa que llevaba
Tomoyo aceptó sin saber bien si el dinero esa era la cantidad que se suponía debía cobrar. Al salir el joven llevó a Tomoyo a una pequeña taberna que estaba cerca. Al entrar Tomoyo vio a varias de sus compañeras. El joven se acercó a uno de los hombres que estaban en la barra y regresó por Tomoyo.
-Tenemos suerte. El tabernero nos dejó usar la parte de atrás ven-
Tomoyo aún no entendía bien a que se refería pero aún así siguió a Louis. Pasaron entre las mesas y Tomoyo sintió la mirada de algunos de los hombres que la seguían. Al llegar a la barra el tabernero le dio una llave a Louis quien le dio una bolsa con monedas y se dirigió junto a Tomoyo a una pequeña puerta junto a la barra. Al abrirla Tomoyo entró seguida por Louis quien cerró la puerta atrás de él.
-Bien aquí no nos molestaran-dijo Louis mientras encendía una lámpara
Tomoyo dio un vistazo a aquel lugar. Al parecer la había metido en la bodega.
-Entonces… ¿Empezamos?-dijo Louis ansioso- Debo admitir que esta será mi primera vez así que no esperes mucho-
-Pues verás esta también es la mía-Tomoyo empezó a ponerse nerviosa. El valor que había conseguido estaba empezando a perderse.
-¿En…en serio? Oh, bueno, creo que tendré que improvisar-
Sin decir nada más el joven se abalanzó sobre Tomoyo. Ella no pudo reaccionar y antes de darse cuenta ella ya estaba tirada en el piso. Louis empezó a quitarle a Tomoyo el corsé y a tocar el delicado cuerpo de Tomoyo. Ella simplemente no podía reaccionar, su cuerpo se había convertido en una tabla, no podía moverse. Mientras Tomoyo sentía impotente como la desvestían en su mente empezaron a pasar imágenes de Sakura y se imaginó si así era como su amiga se había sentido la primera vez que ese grupo de hombres se aprovechó de la joven.
-Vamos Violeta así no es divertido-le susurró Louis a Tomoyo mientras él seguía sobre ella
Tomoyo cerró los ojos rezando por que un milagro pasara y ese joven dejara de aprovecharse de ella. El milagro no pasó y antes de darse cuenta ahora ella había perdido al igual que las demás chicas, lo que se suponía era lo más sagrado e importante para una mujer.
-¡AAAAAAHHH!-gritó una mujer en la taberna seguido por el sonido de una pistola disparándose
Pronto empezaron a oírse más y más gritos de mujeres, hombres y por todos lados se escuchaban armas disparándose.
-¡Oh no! Entonces era hoy en la noche. Creí que no-dijo Louis quitándose de encima de Tomoyo-¡Rápido, ponte la ropa o si no nos matarán!-
No tenía que repetir eso dos veces. Tomoyo pronto ya se estaba cambiándose. Mientras ella se cambiaba afuera se escuchaba lo que parecía ser una pelea.
-¿Qué está pasando?-dijo Tomoyo pensando en voz alta
-Eso no importa ahora. Cuando te diga vas a salir corriendo por la puerta trasera-Louis parecía estar muy nervioso por lo que estaba pasando.
-De…de acuerdo- Tomoyo nerviosa. No sabía que estaba pasando pero fuera lo que fuera parecía ser algo serio
-Ven. Es ahora o nunca. Al salir cada quien se cuida a si mismo, tu correrás en una dirección y yo en la otra, ¿entendiste?-
-Si-
Tomoyo siguió a Louis a una pequeña puerta al fondo de la bodega. Ambos salieron y cada uno corrió por su lado. Tomoyo corrió hacia la mansión sin saber lo que le esperaba. Durante el camino Tomoyo se detuvo un momento en la entrada de la taberna. Había ya mucha gente reunida a ver que era lo que había pasado. Tomoyo se las arregló para adelantarse entre la gente y lo que vio le congelo la sangre.
Desde la entrada había manchas de sangre y dentro había cuerpos por todos lados. Mujeres y hombre muertos o heridos de muerte desangrándose y en una de las paredes se leía claramente con letras escritas con sangre: Ellos son los pecadores que destruyen familias…ningún pecador se salvará de la justicia humana.
Tomoyo no lo pensó dos veces y salió corriendo de ahí. Sabía muy bien a que se referían, hablaban de ella y sus compañeras. Corrió tan rápido como pudo pero al llegar ya era muy tarde. Tomoyo entró corriendo a la cocina solo para encontrarse con que ya todo había sido destruido. Tomoyo desesperada buscó a su hermana. Habían varias cosas tiradas pero por lo visto la mayoría de las habían logrado huir. Hasta ahora solo había visto el cuerpo sin vida de 2 personas.
-¿To…mo…yo?- dijo un susurro haciendo que tomoyo volteara. Era Sabrina la cual estaba muy malherida
-¡Sabrina!-gritó acercándose a su hermana- Tranquila, todo va a estar bien ya verás. ¿Puedes caminar?-
-Eso creo-dijo Sabrina levantándose con ayuda de Tomoyo, fue entonces cuando Tomoyo vio la herida de bala en el brazo de su hermana.
Al salir de lo que alguna vez fuera la Casa de las Rosas Tomoyo se apresuró por llevar a su hermana al hospital más cercano. En el camino un carro empezó a acercárseles. Tomoyo trató de apurarse para que no las alcanzaran pero Sabrina no estaba en condiciones para correr así que antes de que se dieran cuenta el carro se había detenido frente a ellas y dos personas bajaron de ahí, eran Sakura y Syaoran.
-Tomoyo, ¿qué paso?-dijo Sakura preocupada por su amiga
-A mi no me pasó nada pero Sabrina esta herida. Necesita un doctor-dijo Tomoyo angustiada
-Suban, le diré al chofer que nos lleve al hospital-dijo Syaoran ayudando a subir a Sabrina quien cada vez se veía mas débil.
En el camino al hospital Tomoyo y Sakura fueron hablando con Sabrina para que no cerrara los ojos o de lo contrario era muy probable que ya no los abriera. Al llegar al hospital Tomoyo y Sakura bajaron a Sabrina mientras Syaoran traía una camilla para ella. Pronto llegaron los médicos con las camillas e internaron a Sabrina. Tomoyo la acompaño hasta la entrada del quirófano después de ahí ya no la dejaron pasar.
-Tomoyo, ¿qué te dijeron?-preguntó Sakura
-Me dijeron que volviera a casa…el único problema es que ahora ya no tengo-dijo sonriendo tristemente
-Syaoran, ¿Tomoyo se puede quedar con nosotros verdad?- dijo Sakura trátanos de reconfortar a su amiga
-Sakura, sabes que en circunstancias normales diría que si pero recuerda que mi familia acaba de llegar-dijo Syaoran recibiendo la mirada triste ambas chicas. Entonces Syaoran recordó algo que podría ayudar- Pero…hay un lugar donde creo si podrás quedarte querida Tomoyo-
-¿En serio? ¿Dónde? Si es un hotel o algo así no tengo dinero para eso y no quisiera incomodarlos teniendo que pedirles sabiendo que es probable que no pueda pagar-
-No te preocupes, donde yo digo será gratis y no está muy lejos de aquí-
Sin saber a que se refería Syaoran, Sakura y Tomoyo fueron con él. Mientras subían al carro Sakura creyó captar a lo que se refería Syaoran… ¿Quién era la única persona que conocía a Tomoyo a parte de los de la Casa de las Rosas? ¿Quién tendría espacio para ella? Solo había una persona…
-¿Falta mucho?-dijo Sakura temiendo que sus suposiciones fueran reales
-No, de hecho ya llegamos-
Tomoyo vio por la ventana, había estado distraída todo el camino pensando en su hermana que no había notado a donde la había llevado el joven Syaoran, era la mansión Hiragisawa.
-Listo Tomoyo, sígueme-dijo Syaoran avanzando- Vamos, no te preocupes a Eriol no le molestará-
-Pero es que no quiero causarle molestias-
-Vamos ven, no te preocupes, si le contamos a Eriol lo que pasó te dejará quedarte, confía en mi-
Tomoyo fue junto con Syaoran y Sakura a la mansión de Eriol. Al llegar a la puerta Syaoran tocó pero como era de esperarse nadie abrió, después de todo, ¿qué hora era? Las 3 de la mañana al menos.
-¡ERIOL DESPIERTA, NO SEAS TAN DORMILÓN!-gritó Syaoran haciendo que ambas chicas se avergonzaran un poco. Syaoran tomó unas piedras y quiso aventarlas a una ventana peso Sakura lo detuvo.
-Syaoran no eres un niño, compórtate-dijo Sakura algo avergonzada por el comportamiento de su novio
-No te preocupes es solo para despertar a Eriol, ese es su cuarto-dijo aventando unas piedras a la ventana. En poco tiempo alguien abrió la ventana.
-¿¡QUIÉN ESTÁ AHÍ?- gritó Eriol enojado asomando la cabeza por la ventana
-¡Eriol baja a abrirnos! ¡Tenemos algo importante que decirte!- gritó Syaoran a su amigo
- Ya voy-dijo Eriol algo enojado
Eriol bajó las escaleras aún en pijama más dormido que despierto preguntándose que era lo que quería Syaoran a esas horas de la mañana. Al abrir la puerta se encontró con Syaoran, Sakura y Tomoyo lo cual le extrañó mucho.
-¿Qué sucede Syaoran?-preguntó Eriol
-Pues es una larga historia pero en resumen necesitamos tu ayuda-
-¿Qué sucede Syaoran?-dijo Eriol preocupado
-Necesitamos que le des alojamiento a la señorita Tomoyo por un tiempo. Te explicaremos todo con detalles pero ya es muy tarde para contarlo ahora, ¿podrías hacernos ese favor? Sabes que si pudiera dejaría que se quede en mi casa pero ahora no puedo-
-De acuerdo-dijo Eriol algo sorprendido por la actitud seria de su amigo. Algo grave debió de haber pasado para que él fuera a pedirle ese favor a media noche
-¿No será mucha molestia?- preguntó Tomoyo algo avergonzada
- No, no te preocupes, pasa-
-Muchas gracias-dijo Tomoyo mientras se despedía de Sakura y Syaoran
Al entrar en la mansión Eriol se despidió de sus amigos y la llevo a la misma habitación de huéspedes en la que había estado las veces que había ido a la mansión.
-Buenas noches Tomoyo-dijo Eriol dejándola en la habitación pero antes de salir una voz lo hizo detenerse
-Muchas gracias Eriol. No tenías porque hacer esto y aún así me estas dejándome quedarme. Prometo que te lo pagaré de alguna manera-
-Tomoyo, no tienes que agradecer y no es necesario que hagas nada. Aaawww… mejor hablamos mañana en la mañana, ¿si?-
Eriol salió de la habitación y se fue a dormir a su habitación mientras en la habitación de huéspedes una joven se recostaba en la cama deseando que ese día fuera solo una pesadilla del cual despertara en cualquier momento.
