El amor de una Rosa

Por: Tenshi Akire

-Veamos…llevo el pan, la leche, una manzana… -dijo una joven de ojos verdes revisando en su canasta-Creo que ya era todo. Oh no, está empezando a llover. Mejor me apresuro-

Mientras corría por las calles camino a su coche creyó ver de reojo a un amigo suyo. El joven se veía algo extraño lo cuál llamó la atención de ella y le hizo preguntarse si en verdad era él.

-¿Eriol?-preguntó acercándose

-Oh, hola Sakura. ¿Cómo has estado?-

-Bien, pero vamos al coche antes de que empiece a llover fuerte-

El coche no quedaba muy lejos de ahí así que pronto ambos estaban resguardados bajo el techo de este-¿Y cómo ustedes? ¿Cómo sigue Tomoyo?-

-Estamos bien gracias. Puedo preguntar ¿a dónde ibas?-

-Voy al hospital a visitar a Sabrina, acompáñame creo que le dará gusto recibir visitas nuevas ¿Y tú a dónde ibas?-

-De hecho estaba pensando en ir a casa de Syaoran un rato…-

-Perfecto. Entonces le diré al chofer que me deje en el hospital y te lleve a casa, a menos que quisieras acompañarme-

Eriol no puso objeción sobre ir a visitar a Sabrina y se dirigieron hacia el hospital. Durante el camino empezó a llover a cántaros. Sakura veía la lluvia por la ventana emocionada, parecía una niña de 5 años viendo una gran atracción. Esto divirtió a Eriol quién por un momento recordó a Christine. A pesar de que Sakura era toda una mujer y muy madura cuando era necesario, se podía ver el gran amor a las cosas simples de la vida y la inocencia de una niña brillar en sus ojos.

-Te gusta la lluvia ¿verdad?-comentó Eriol

-Si, me encanta. Me recuerda a cuando era chica. Mi hermano y yo solíamos jugar en la lluvia por horas hasta que mamá tuviera la cena o papá nos dijera que entráramos-dijo Sakura sonriendo tristemente

Eriol notó el cambio de la chica y no pudo evitar sentir cierto remordimiento sobre ello

-Ya veo…yo, lo siento. No quise…-

-No está bien, esos fueron buenos tiempos y aunque sé que nunca volverán es bueno recordar de vez en cuando-dijo ella animándose de nuevo-Después de todo hay que mirar al pasado y recordar lo bueno para poder seguir

-Es cierto-

-Mira ya llegamos. Mejor entramos pronto o nos mojaremos mucho-

Mientras Eriol ayudaba a bajar del coche a Sakura, la lluvia empezaba a disminuir. Rápidamente ambos entraron al hospital tratando de mojarse lo mejor posible ya que a pesar de que la lluvia había disminuido aún era algo fuerte. Dentro del hospital una enfermera de cabello castaño se le acercó a Sakura.

-Señorita Sakura, qué bueno que ya ha vuelto. La señorita Sabrina estaba preocupada usted-dijo mientras saludaba a Sakura

-Je, je hoy se me hizo un poco tarde-dijo mientras correspondía al saludo de la enfermera- Disculpa Anne, ¿dónde está Sabrina? Le traje una visita nueva, él es el joven Hiragisawa-

-Mucho gusto-dijo la enfermera sonriendo

-Mucho gusto-dijo Eriol saludando

-Bueno, voy ver si pueden pasar. Con su permiso-

La enfermera se fue camino a las habitaciones dejando a ambos en la sala de espera. Mientras estaban en la sala de espera, Eriol empezó a preguntarse cómo sería la hermana de Tomoyo…Ahora que lo pensaba, no conocía nada de la hermana para nada, solo de cuando de vez en cuando Tomoyo la mencionaba.

-Eriol cálmate. Le vas a agradar tenlo por seguro-dijo Sakura calmando al chico

-Ya pueden pasar-dijo la enfermera volviendo

Mientras se acercaban a la cama de Sabrina, Eriol empezó a ponerse muy nervioso. Finalmente llegaron a la cama de Sabrina y Eriol quedó muy sorprendido. Él estaba esperando ver a una chica asiática parecida a Tomoyo pero al ver a la joven rubia frente a el en verdad lo tomó por sorpresa.

-Hola Sabrina, ¿ya te sientes mejor?-preguntó Sakura alegremente mientras dejaba la canasta en el piso

-Bien gracias-dijo Sabrina abrazando a Sakura-Si todo sale bien pronto saldré del hospital, solo unos días más-

-¡¿En serio!-dijo Sakura casi gritando alegremente

-Shh. Sakura, recuerda que es un hospital no puedes gritar así-dijo Eriol poniendo un dedo en su boca- Por un momento me recordaste a Christine con ese grito-

-Je, je tienes razón Eriol. ¡Es cierto, perdón! Sabrina, él es un amigo mío, se llama Eriol Hiragisawa-

-Mucho gusto-dijo Eriol tendiéndole la mano

-Igual…-empezó a decir Sabrina mientras le daba la mano

En cuanto Sabrina le dio la mano a Eriol esta se quedó muy callada. Era él, no podía creer como no lo había notado, ese era el hombre que se había llevado a Tomoyo la noche que debutó en el prostubilo. Sin decir nada más Sabrina se soltó de la mano de Eriol dejando a Eriol y Sakura muy confundidos por su actitud.

-Sabrina, ¿te sucede algo?-preguntó Eriol al notar la actitud de la chica

-No-mintió fríamente la chica-¿Sakura, podemos hablar en privado? Necesito decirte algo importante-

-Bueno, en ese caso las dejo conversar, voy a esperar afuera Sakura-

-Claro Eriol, en seguida te alcanzo-

En cuanto ambas quedaron a solas Sakura un tenso silencio se formó. Sakura sabía que algo de Eriol había incomodado a Sabrina pero no se atrevía a preguntar por miedo a la reacción de la chica.

-Sakura… ¿por qué trajiste aquí a ese hombre?-dijo Sabrina finalmente rompiendo el silencio

-¿Qué por qué lo traje? Pues creí que te gustaría tener más compañía…-

-Por favor Sakura no te hagas la que no sabes de que se trata esto. NO es el hecho de que traigas compañía o no, es el hecho de que por qué él. ¡Ese hombre fue el que se llevo a mi hermana! ¡Solo piensa, ¿crees que quiero recibir de visita al hombre que se llevo a mi hermana a hacerle sabrá Dios que clase de cosas! ¿¡Sakura, de qué te ríes! ¡Estoy hablando en serio!-

-Jajaja Sabrina, creo que te equivocas-dijo Sakura riendo- La impresión que tienes de Eriol está mal. Él no le ha hecho nada a Tomoyo. Te aseguro que mientras esté con él ella está en buenas manos. Te lo aseguro, él no le ha tocado ni un pelo a ella-

-Pero, entonces ¿por qué es que acabo en el hospital esa noche? De seguro no fue solo porque si-

-Mira, no sé que pasó pero te aseguro que él no le habría hecho nada. Eriol es un buen hombre, si lo conocieras entenderías. Te aseguro que en cuanto salgas de aquí y lo conozcas bien te agradará-

-Si tú lo dices-dijo Sabrina aún poco segura

-Bueno, discúlpame por la corta visita pero debo irme. Está lloviendo muy fuerte y quisiera llegar pronto a casa-

-Claro, no te preocupes. En cuanto salga espero poder ir a conocer a tu famoso Syaoran-

-Je, je ten por seguro que lo harás. Bueno ya me voy, adiós-

-Adiós, cuídate-dijo Sabrina despidiéndose

Un momento después de que Sakura se hubiera ido Sabrina se tendió sobre la cama de nuevo. A pesar de lo que le había dicho Sakura sobre Eriol, ella aún no confiaba en él. Diga lo que diga Sakura ella no estaría convencida de que él era un buen hombre hasta que pudiera comprobarlo por ella misma.

Mientras tanto, en la sala de espera del hospital Eriol estaba aún pensando en lo que acababa de pasar. En realidad él no entendía el por que de la actitud de Sabrina hacia él. Lo único que podría se considerado que él hizo mal fue el que seguramente ella notó cuando él se sorprendió al verla, pero es que en verdad fue algo que no pudo evitar. Él esperaba ver a alguna joven con rasgos asiáticos no a una joven con rasgos completamente europeos. Algo era seguro, ahora él sabía algo más de Tomoyo, ella a pesar de que no eran hermanas de sangre, sentía un gran amor fraternal por Sabrina. Era increíble como una mujer que de seguro había pasado por mucho sufrimiento tuviera esa capacidad de amar a las personas, y no solo lo decía por Sabrina, también Christine era un ejemplo de cómo Tomoyo podía dar una enorme muestra de amor. Pronto sus pensamientos fueron interrumpidos por Sakura quien estaba saliendo de ver a Sabrina.

En cuanto Sakura salió ambos se dirigieron al coche el cual al parecer no se había movido desde que los había dejado. La lluvia empezaba a ponerse cada vez más fuerte pero para suerte de ambos Anne, la enfermera que saludó Sakura, les ofreció una sombrilla. Al parecer alguien había olvidado la suya. Ambos se apresuraron a entrar al coche. Una vez dentro Sakura le indicó al chofer que los llevaran a su casa. La casa de Syaoran no estaba muy lejos de ahí así que tardaron poco en llegar. Unos 20 minutos después ambos ya habían llegado a la mansión Li.

-Syaoran, ya llegue. Traje visitas-dijo Sakura mientras entraba a la mansión seguida por Eriol

-¡Ya voy!-gritó Syaoran

-De seguro está en el estudio-dijo Sakura algo molesta-Últimamente se la pasa encerrado ahí y cada vez que le pregunto que tanto hace evade el tema. En fin, acompáñame, un poco de distracción le serviría-

-Sakura, si quieres yo voy a llamarlo. Quisiera hablar con él a solas si no es molestia-

-Claro que no, tú pasa, siéntete como en tu casa. Si pregunta por mi dile que estoy en la cocina ayudando con la cena-

-Claro-

Para Eriol moverse en la mansión de Syaoran era como caminar por su propia casa. Conocía la mansión tan bien como su propia mansión así que pronto llegó al estudio donde, tal y como había dicho Sakura, Syaoran estaba entre montañas de libros y papeles.

-¿Syaoran? Quién lo diría, tú debajo de esa montaña de libros-dijo Eriol sarcásticamente

-Je, je hola Eriol, justo estaba pensando en ti-dijo Syaoran mientras levantaba la vista-¿Cómo has estado?-

-Pues… Syaoran, ¿podemos hablar?-

-¿Qué sucede?-preguntó Syaoran preocupado mientras se levantaba de su silla- ¿Pasó algo? ¿Están bien todos? ¿Le pasó algo a Christine?-

-No, no todo está bien-

-¿Entonces?-

-Syaoran…la vi. Hoy vi a Kaho de nuevo…al menos eso creí-dijo Eriol sentándose en un sillón frente a Syaoran-Fue solo mi imaginación. Syaoran, creo que es hora de que intente encontrar otra madre para Christine. Tu sabes, ella pronto entrará a la escuela y sabes lo cruel que los niños pueden llega a ser-

-Eriol, se honesto. Esto no lo debes de hacer por Christine, hazlo por ti. Estoy seguro de que tú también quieres empezar de nuevo-

-Si, tal vez tengas razón-

-¡Por supuesto que tengo razón! Y dime, ¿alguien te ha llamado la atención? ¿Por casualidad no será cierta chica de cabello negro que ambos conocemos?-dijo Syaoran levantándose y dándole una mirada de complicidad a Eriol

-¿De qué hablas Syaoran?-

-Vamos Eriol no te hagas el que no sabes. Tomoyo, de ella hablo. Por favor, llevo años tratando de convencerte de seguir adelante y oh sorpresa, apenas entra Tomoyo a tu vida y de pronto quieres seguir adelante. Vamos, dime, ¿te gusto la chica?-

-Syaoran estás loco. Tomoyo es una buena chica pero no me gusta-

-Lo que tú digas, lo que tú digas. Oye, ¿te vas a quedar a cenar?-

-No, quisiera llegar a casa antes de que sea muy de noche, en cuanto baje la tormenta espero-

-Mm… si quieres le digo a alguien que te lleve-

-Si no es mucha molestia…-

-Claro que no, pero ven-dijo Syaoran levantándose de su sillón- Tengo que mostrarte algo-

Sin decir más Syaoran salió prácticamente corriendo del cuarto seguido por Eriol. Ambos salieron del estudio y caminaron rápido por el pasillo. Al llegar a la sala de juegos, que se encontraba un cuarto antes del final del pasillo, Syaoran entró y pronto busco una caja. Eriol estaba muy extrañado por la actitud del joven, estaba muy ansioso por mostrarle aquella cosa.

Syaoran se acercó a un armario y empezó a buscar la llave para abrirlo. Eriol se aburrió de ver a su amigo buscar algo entre el montón de cosas que tenía en el armario así que tomó un libro y empezó a hojearlo. Parecía interesante, hablaba sobre un hombre viejo que de tanto leer historias de caballeros se convirtió en uno o algo así.

-¡Aquí está!-dijo Syaoran alegre mientras tomaba caja de madera

-¿Qué es eso Syaoran?-

Syaoran no dijo nada y abrió la caja. Dentro un hermoso anillo de oro con un diamante rosado estaba. Eriol entendió de inmediato que quería…

-Le voy a pedir matrimonio a Sakura. Ya me imagino la cara de mi madre cuando le dije que le iba a pedir matrimonio…no tanto por el matrimonio sino porque dice que es raro lo del anillo je, je. Como podrás notar no es una tradición en China-dijo emocionado- He estado esperando el momento y creo que este ha llegado. Vamos a ir una semana de viaje a un pueblo cercano, es muy tranquilo y romántico y quería invitarlos a ti, Christine y los demás. Renté una cabaña así que no hay problema por el hospedaje-

-Pero… y ¿cuando se van?-

-Pues, estaba pensando en la próxima semana- dijo algo avergonzado Syaoran-Sé que te lo estoy diciendo con muy poca anticipación pero en verdad me gustaría que fueran. Ustedes son como mi familia aquí en Europa y Tomoyo es muy amiga de Sakura…-

-Esta bien, esta bien… Es algo apresurado, cierto, pero creo que no habrá problema. Les diré en cuanto llegue a casa. Solo que hay un pequeño problema, Harold está de visita y la hermana se Tomoyo sale pronto del hospital…-

-Pues que vengan. Hay espacio de sobra y muchas gracias por ir-

-De nada. Después de todo, no todos los días mi mejor amigo le pide matrimonio a una chica jaja-

Ambos jóvenes se quedaron conversando un rato más. Sin darse cuenta el tiempo voló para ambos y no fue si no hasta las 8 de la noche que Eriol se dio cuenta de lo tarde que era. Seguramente todos en su casa deberían estar preocupados por él ya que había salido muy temprano. Despidiéndose de la futura joven pareja, Eriol se fue en uno de los coches.

Mientras tanto en la mansión una pequeña niña pelirroja estaba pegada al vidrio de su ventana acompañada por su niñera mientras esperaban a que el padre de la niña volviera a casa.

-Tomoio…es muy tarde, ¿por qué papá aún no llega?-dijo Christine separándose del vidrio el cual ya estaba hasta empañado de donde la niña había puesto las manos-AAwww…Esta haciendo fío y papá no nos dijo a donde iba-

-No te preocupes Christine. De seguro fue a ver a tu tío Syaoran o algo y el tiempo voló. Ven vamos a dormir…-

-¡Pero aawww no quiedo dormid hasta que mi papá llegue! ¿Si no llega quien me va a leed el cuento y cantad pada que me duema? Nakuru está ocupada cenando con mi tío…-

-¿Y si yo te leo el cuento?-dijo Tomoyo tomando uno del librero de la pequeña-Mira, que te parece el de "La Cenicienta"…-

-No, ese ya me lo sé…mejor cuéntame uno tú-dijo Christine mientras se metía entre sus sabanas- Invéntalo-

-Mmm…pues, yo no me sé muchas historias-dijo Tomoyo sentándose junto a la niña-¿Y si lo invento?-

-¡Si!-

-Bueno entonces déjame empezar-dijo mientras arropadaza a Christine- Hace mucho, mucho tiempo existió una pequeña princesita a la que todos querían. Ella era muy conocida porque llamaba mucho la atención su hermoso cabello rojo como el fuego y porque tenía un gran corazón y todos la querían. Ella vivía con los reyes en un enorme y hermoso castillo. Un día la princesa se encontró a un niño llorando a las afueras del castillo y se puso muy triste así que fue a ver por qué lloraba "¿Qué te pasa?" le preguntó la princesa "Es que perdí a mi perrito…estábamos jugando y de repente ya no lo encontré" "No te preocupes" le dijo la princesa "Yo te voy a ayudar a buscarlo" Así los dos se pusieron a buscar al perrito y estuvieron horas y horas buscándolo. Finalmente lo encontraron y el niño se fue a casa con su perrito y fue muy feliz. Fin-

Christine ni siquiera había escuchado la mitad de la historia y ya había quedado dormida. A Tomoyo le enterneció ver dormida a la pequeña como un ángel. Con cuidado de no despertarla se inclinó y le dio un beso en la mejilla antes de salir del cuarto.

-¿Ya se durmió?-dijo Harold acercándose a Tomoyo -Je, je, perdón si te asusté pero es que no quería entrar a ver y despertarla-

-Está bien. Se acaba de dormir-dijo Tomoyo volteando- Si no se te ofrece nada, voy a ir a cenar. Je, je no he cenado por acompañar a Christine. Está muy preocupada por Eriol y la verdad yo también, ya tardó-

-Si, pero tranquilízate. Él se sabe cuidar muy bien en las calles-

-Si tú lo dices-

Tomoyo se despidió y se fue a su habitación. Mientras empezaba a acostarse en su cama en verdad empezó a preocuparse, ¿y si le había pasado algo a Eriol? Ella también sabía cuidarse muy bien en las calles pero también sabía a la perfección que por más que uno se sepa defender siempre estas en peligro. Sin pensarlo mucho Tomoyo salió de su alcoba y haciendo el menor ruido posible bajo a esperarlo. Tomoyo llevaba el libro que Eriol le había así que se sentó en una silla cerca de la puerta iluminada por la escasa luz de su lámpara de aceite a esperar. Tomoyo podía leer pero debido a la escasa luz sus ojos se le estaban haciendo pesados.

-Descansare un poco la vista-dijo tallándose los ojos

Apoyándose un poco en la mesa junto a ella, Tomoyo cerró los ojos y sin darse cuenta se quedó dormida pronto. No pasaron más de 15 minutos cuando, Eriol entró por la puerta tratando de no hacer mucho ruido.

-¿Tomoyo?-dijo algo sorprendido al verla ahí-¿Tomoyo estás despierta?-

No hubo respuesta de la amatista. Eriol sabía que no podía dejarla ahí pero no quería despertarla.

-Mm… Tomoyo-dijo moviéndola un poco pero ella no despertaba

Eriol no quiso dejarla ahí así que la tomó entre sus brazos y la cargó. En verdad esa mujer tenía el sueño pesado, parecía que no se había ni dado cuenta de que ya no estaba sentada en la silla. Mientras Eriol la subía a su habitación un leve aroma a violetas llegó a su nariz. En verdad era muy linda esa chica. AL llegar a la habitación, él la dejó en su cama con cuidado de no despertarla.

-Pobre…ha sufrido tanto y aun así es capaz de amar tanto a las personas…en verdad te admiro, mi pequeña amatista-dijo Eriol pensando en voz alta mientras salía de la habitación