No entiendo porque no puedo escribir sólo un capitulo… siempre de a dos… en fin… critiquen! Gracias por leer.

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Los personajes son de Joan Rowling, el contexto es enterito mío. Aunque si sacamos Hogwarts, y a las lechuzas… la verdad es re poco el aporte… pero no quita que sea mío

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Capítulo 1: Memories.

Los copos de nieve se agolpaban en las ventanas de la sala común. La luz de aquel día se extinguía con la misma celeridad con que aumentaban las ansias de Sirius.

Ésta de seguro no sería una aventura cualquiera, era todo un reto, porque el fin de todo se encontraba precisamente en llamar la atención de ese personaje que parecía secundario, pero que era el origen de todo.

Por un momento se quedó observando un punto ciego frente a él. Remus estaba recostado sobre su cama releyendo unos apuntes desgastados. En el fondo sabía que él era el único que percibía la naturaleza de su nerviosismo y a pesar de ello se mantenía impávido, indolente, ajeno a su propio resentimiento. Lupin era el único en esa habitación que sabía perfectamente en qué terminaría la sesión de estudios que sostendría con su prima Narcisa, las palabras que diría, los movimientos corporales que utilizaría llegado el momento y sin embargo no mostraba señales de afección.

"La costumbre quizás…" – meditó.

No.

Si algo no podía afectarle a ellos eran las prácticas concéntricas. Todos los días había cosas nuevas de las cuales sorprenderse, era Remus quien debía entender… Su naturaleza le impedía conocer eso que otros llamaban "fidelidad". Si acudía de noche en noche hasta su cama era porque tenía la convicción de que, más allá de sus inevitables instintos, la sincronía que existía entre sus mutuas intenciones sentimentales era perfecta. Era obvio que Remus no necesitaba a nadie más y eso lo llenaba de un sentimiento poderoso. No importaba la cantidad de sábanas en las que terminase enredado a toda hora, él siempre estaría allí, dizque descansando, dizque leyendo, tal como en ese instante.

En un inconciente minuto se le representó la idea de que su compañero de cama no se sentía como él imaginaba, pero inmediatamente desecho la idea… era demasiado franco para ocultarle algo tan importante.

Dieron las siete y treinta.

Pensó en despedirse, pero no pasó de ello.

Caminó parsimoniosamente y sin emoción hasta las escaleras que conducían a la torre de astronomía, donde todo debía ocurrir.

Allí estaba ella y sus nada despreciables 3 centímetros sobre la media de las chicas de la escuela, vestida impecablemente para la ocasión. Falda más corta de lo habitual, pelo salvajemente ordenado y el botón intermedio de la blusa entreabierto, para evitar los destrozos innecesarios.

Debía reconocer que su prima había heredado los mismos encantos que él, comenzando por el carisma previo a cualquier encuentro de ese tipo. Casi lamentaba faltarle así a Andrómeda, pero esperaba que esto fuese algo que quedase entre ella y él. Bellatrix acabaría enterándose de todos modos, pero le daba igual, lo importante residía en que el motivo de todo aquel artilugio no estuviese presente. No por el momento.

Con motivos secretos o sin ellos, de algo estaba completamente seguro: sería un placer mezclarse con sangre de su sangre… alguien que lo comprendiese en sus prácticas o que le complementasen… al fin tendría aquello que casi todos imaginaban… casi.

La estrechez de la escalera y el silencio tras cerrar la puerta dieron lugar a una muda y mutua provocación que estalló apenas tres escalones más arriba. Dos manos levantaron a la muchacha, mientras el resto del cuerpo la aprisionaba contra la pared entre movimientos lujuriosos y pertinentes. Otras manos, más delicadas y temblorosas, se mezclaban entre el cabello largo y sedoso del febril amante que emitía susurrantes sonidos cada vez que las mismas se cerraban, tensándolo, estremeciéndolo.

Sirius apresuró su labor invadiendo sin demasiada delicadeza el cuerpo de Narcisa quien, a su turno, hacia lo propio con sus dedos en el cuerpo del chico. Fruto de sus hábitos intentó acallar los gemidos de Narcisa con sus manos, pero él mismo tenía problemas para controlarse. Olvidó el asunto apenas recordó que este era su regalo de navidad, lo que lo tentó a lograr en su compañera sonidos que aumentarán la excitación… se sorprendió asimismo entre susurros vulgares inusuales aún para él.

Tres pares de ojos disfrutaban de la escena, dos completamente cerrados, uno atento, muy atento, guardando la secuencia de las imágenes con cautela. Entre el éxtasis de ver a su novia en ese estado y la envidia de no haberla llevado nunca hasta ese punto, Lucius Malfoy levantó su varita sobre la cabeza de Black. A diez segundos de intentar una maldición, su enfoque se cruzó con la lacrimosa mirada de Narcisa quien, fuera de todo pronostico, se aferró al cuello de Sirius y lo besó, agradecida y satisfecha.

A pesar de la herida en su orgullo, Lucius lo había entendido.

Bajo su varita.

Narcisa acababa de hablarle y no se perdería la oportunidad, después de todo ella lo autorizaba… no podía ser de otro modo.

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Narcisa y Sirius… ¿quién no ha pensado en comerse a un primo rico? Parece fetiche y capaz que lo sea… ¿cómo no se me ocurrió antes? En fin, espero sus críticas y gracias por leer.