- * · * · * · * · * · * · * · * · * · * · * · * -
▹¿Qué es el amor?
¡Hola chicos! ¿Qué tal?
Cuanto tiempo eh XD
Si es que yo lo digo. No puedo hacer promesas ni decir que "x" día subiré un nuevo capítulo cuando sé por experiencia que eso no pasa. No puedo.
Un día más, pido perdón uwu. Soy un desastre.
¿Qué queréis qué haga? Tengo parones de escritor con frecuencia. F por mi uwu.
¡Mandadme ánimos!
En fin, lo de siempre. Espero que os guste mucho.
PD: El Titulo es un poco... meh, pero eso lo único que se me ha ocurrido XD
- * · * · * · * · * · * · * · * · * · * · * · * -
CAPITULO # 4
▹ D de: "¿Qué son los celos en una discusión?"
Tras la pequeña primera cita que tuvo la reciente pareja, Rebecca había podido calmar un poco sus nervios y tener la confianza necesaria para seguir con la relación.
Era cierto que en su mente se seguía cuestionando cosas sobre los verdaderos sentimientos de Shiki por ella, pero llegados a ese punto ya no le tomaba tanta importancia como al principio. Él parecía estar a gusto con ella, y definitivamente ella lo estaba con él, así que cualquier pequeña duda que tuviera, se disipaba con las pequeñas caricias que se daban y las hermosas sonrisas que él le dedicaba.
Estaba feliz, y todo a causa de él.
Shiki era un ser inocente y bondadoso, y a diferencia de muchos otros chicos que había conocido, él era bastante tímido en cuanto a tener un mínimo de contacto se refería. Y eso lo descubrió tras volver a pensar que quizás no sentía nada por ella, ya que parecía que su relación no avanzaba, pero un día, tras tomar valor para besar su mejilla, observó como su rostro se había vuelto casi tan rojo como el cabello de Elsie. Entonces lo supo, no es que no tuviera interés en ella o en ese tipo de cosas, al contrario, quizás si lo deseaba, pero al igual que ella, él también se avergonzaba con esta nueva cercanía y experiencia.
Su reacción fue la de soltar una pequeña carcajada y pensar en lo adorable que se veía. Por eso mismo, consiguió esa confianza. Él era tímido, y ella también, y ninguno de los dos había tenido una relación antes, pero al contrario que él, ella sí que conocía ciertas palabras y ciertos actos sobre ello, por tanto decidió ser ella quien intentara hacer que ambos avanzaran.
Pensó que sería algo difícil, pero no fue así. Si le tomaba de la mano por sorpresa, él sonreía enormemente y entrelazaba sus dedos con los de ella, si le arrastraba a una cita, él la seguía siempre sin dudar, si lo abrazaba de la nada, él se sonrojaba, y sin pensárselo ni un momento, posaba sus manos tras su espalda baja acercándola más a él, y solo allí podía oír como su corazón palpitaba con fuerza, por ella.
Lo único que Shiki necesitaba era un pequeño empujón.
Tan solo llevaban juntos poco más de un mes, pero Rebecca intuía que eso iba a durar bastante tiempo. No quería decir un "para siempre", aunque fuese eso lo que deseaba. Quería vivir y sentir el ahora, y no pensar en qué podría o no pasar en el futuro, pero la comodidad que sentía con el chico era tan intensa que de vez en cuando pedía al universo que eso no se terminara.
Iba todo tan bien, tan perfecto, que a veces pensaba que se trataba de un sueño, uno del cual no quería despertar, por supuesto. Aun así, ese mismo día pareció despertar.
Tuvieron un mal día.
Habían vuelto a Bluegarden tras anunciarse allí un gran evento de B-Cubers. El número de suscriptores de su canal había aumentado desde que viajaba con el Edens Zero, por lo tanto Rebecca fue una de las muchas invitadas.
Quiso declinar la oferta a pesar de en su interior sentir una gran emoción, pero sus compañeros la pararon justo a tiempo.
- Es una oportunidad que no puedes perderte. - le comentó Happy. - ¡Hay que ir!
Quiso restarle importancia y negarse de nuevo, pero pensó que aquello podría ser una pequeña oportunidad para poder descansar. Además de que echaba de menos a ciertos miembros del gremio.
¡Sería genial!
O eso pensó.
- ¿Qué? - preguntó Shiki sin creer lo que había oído.
- Sé que quizás estoy siendo un poco egoísta. - contestó Rebecca con la cabeza agachada. - Pero significaría mucho para mí que lo hicieras.
- Pero… no lo entiendo. ¿Por qué hay que ocultar que somos pareja? - preguntó sin comprender.
- No hay un por qué en específico, y tampoco sé si es algo que vaya a pasar, pero tengo entendido que una vez que algunos B-Cubers confiesan tener pareja, la poca tranquilidad que pudieran tener se termina. - explicó.
- ¿Y qué? Viajamos por el cosmos entero viviendo peligrosas aventuras, y siempre terminamos peleándonos con alguien. - habló cruzando sus brazos. - La tranquilidad para nosotros no existe, Rebecca.
El tono ligeramente enfadado que el muchacho estaba usando, hacía que su corazón se encogiera de tristeza.
Tenía razón en lo que acababa de decir. La tranquilidad no era algo que ellos tuvieran, y si alguna vez lo lograban, debían aprovecharlo al máximo y sobre todo estar agradecidos. Por eso mismo, el poquito tiempo que consiguieran sacar para estar en calma era muy valioso, y Rebecca no quería perder ese tiempo, no quería que la prensa o sus fans la atosigaran más de lo que ya hacían. Era por un bien común.
- Lo sé, por eso mismo lo digo. Estamos en constante peligro, incapaces de descansar como toca, luchando y llorando por lo que perdemos a diario, incluida la paz. Ya tenemos suficiente con esto para encima tener que lidiar con más cosas. - comentó. - Solo serán un par de días. Hasta que nos vayamos. Por favor.
Estaba siendo egoísta. Lo sabía bien. Pero era la única manera.
- No quiero hacerlo, Rebecca. - contestó Shiki.
Se acercó a la muchacha lentamente, y con total naturalidad, entrelazó una de sus manos con la de ella. Agachó la mirada al suelo mostrándole lo dolido que se sentía, y Rebecca tuvo que morderse el labio para no deshacer lo que había dicho.
- Shiki… - susurró su nombre llamando su atención. Él la miró y ella sonrió. - Será muy poco tiempo. Te lo prometo. En cuanto quieras darte cuenta ya estaremos de nuevo en el espacio, y podemos hacer lo que queramos.
- Hasta que haya otro evento de estos, y vuelvas a obligarme a hacer algo que no estoy dispuesto a hacer. - contestó separándose de ella.
La sonrisa que la joven le había dedicado, lejos de calmarlo, había hecho que su enfado y dolor aumentara.
- No te estoy obligando. Es solo una simple petición. - inquirió ella llevándose la mano al pecho. Estaba comenzando a dolerle.
- Una petición la cual insistes que acepte. Y no quiero hacerlo. - contestó con el ceño fruncido.
- Pero Shiki…
- ¿Acaso te avergüenzas de mí? - preguntó él.
- ¿Qué? ¡Claro que no!
El corazón de Rebecca bombardeó con fuerza al pensar que era aquello lo que le preocupaba al muchacho. Y tenía todo el sentido del mundo. Había negado tanto sus sentimientos como los de él, se había comportado de una manera tan egoísta desde el inicio de la relación, que el hecho de que el pelinegro se sintiera algo inseguro, era lo más normal. Y encima ahora, le pedía algo como eso.
- ¿Entonces por qué quieres ocultarme?
El dolor que el joven sentía se reflejó en sus ojos y Rebecca quiso llorar al verlo. Se reprimió las ganas de lanzarse a sus brazos y pedirle mil veces que la perdonara.
- Y-Ya te lo he dicho. Estoy intentando protegernos de alguna manera.
- Esa no es la solución.
Aquella contestación hizo que Rebecca se sintiera un poco enfadada.
- Es la única que conozco. La única que hay.
- Estoy seguro de que no lo es.
- ¿Qué sabrás tú? - preguntó cerrando con fuerza sus puños. - No tienes ni idea de cómo es este mundo.
- No, no lo sé. - aseguró. - Pero lo que veo es que estas tomando la decisión más fácil para ti.
- ¿Fácil? - repitió ella soltando una risa sarcástica. - ¿Crees que es fácil tener que callarme lo que siento por ti?
- Es lo que me estás demostrando. - contestó ignorando la declaración.
De no haber estado tan enfadado, quizás se hubiera sonrojado. Pero no ahora.
- Pues no lo es. Solo hago lo que creo que es correcto.
- Para ti.
- ¿Para mí?
- Crees hacer lo que es correcto para ti, sin importar si lo es o no, y sin importarte mi opinión. ¿Es así como son las relaciones?
- Estoy pensando en los dos, Shiki. Estoy intentando ponerte las cosas fáciles.
- No quiero las cosas fáciles, Rebecca. Te quiero a ti, a mi lado. Sin importar nada. ¿No es así como funciona?
- S-Sí, pero esto es distinto. - insistió.
- ¿En qué es distinto? ¿En qué se trata de tu reputación? ¿Es eso?
- ¡No!
- ¡¿Entonces qué es?!
- ¡En que no quiero que te vean! - soltó.
Y de inmediato, sin tan siquiera analizar el rostro del muchacho, supo que lo había herido.
Shiki cerró sus puños con fuerza, y dándole una última mirada de reproche, comenzó a caminar hacia la salida.
- Tú ganas, Rebecca. Me mantendré lejos de ti.
Y con esas palabras abandonó el lugar, sin apreciar el momento en el que las lágrimas de Rebecca habían comenzado a caer.
Habían pasado unas horas desde la discusión, y se notaba de lejos lo triste que la joven se encontraba.
- No hay que hacerlo si no quieres. - le habló Happy con preocupación. - Habrá más oportunidades.
Rebecca respiró hondo tratando de relajarse y no pensar en haber perdido al muchacho por culpa de su egoísmo. Se animó internamente diciendo que una vez terminado el evento iría a buscarlo para pedirle disculpas.
- "Y si es demasiado tarde…" - pensó.
Y si cuando lo haga él ya no quiera saber nada de ella. Y sí… todo ha terminado…
- ¿Rebecca…?
La patita azulada del minino se posó en su mano trayéndola de vuelta.
- Happy…
- ¿No te sientes bien…? - preguntó con preocupación.
- No, no lo estoy. - quiso decir, pero eso solo ocasionaría que otro ser importante sufriera, y ya había tenido suficiente por hoy. Respiró hondo una vez más, y sacando un poco de fuerza, sonrió con entusiasmo. - Estoy bien. - respondió.
Vio a Happy contagiársele la sonrisa, y su dolor disminuyó un poco. El evento iba a comenzar en breve, no podía dar marcha atrás. No era tan conocida como muchos B-Cubers que había allí, pero tras asomarse levemente al pequeño escenario que le habían conseguido, pudo ver como mucha gente estaba sentada esperando verla a ella. No podía defraudarles.
- ¿Estás lista, Rebecca? - preguntó el minino.
Ella asintió, y con una sonrisa, ambos salieron al escenario.
- ¡Somos Rebecca y Happy del canal AoNeko! ¡Bienvenidos! ¡Nya ~! ¡Nya~!
Rebecca había aceptado ir al evento aun sin saber exactamente de que se trataba y qué era lo que tenía que hacer. Por suerte, al ser su primera vez, no intentaron hacer nada que pudiera ponerla más nerviosa de lo que seguramente ya estaba, así que decidieron que sería perfecto hacer algo sencillo: Unas cuantas rondas de preguntas y respuestas, y una sesión de fotos con los fans.
A pesar de tener esa preocupación por la discusión, Rebecca lo estaba haciendo bastante bien. Respondía cada pregunta de manera natural, y se reía con ciertas bromas que los fans hacían. Estaba cómoda, y su mente distraída de cualquier cosa que no fuera ese evento.
- ¿Rebecca-san, tienes pareja? - preguntó alguien de repente.
Ella no se sorprendió. Sabía que esa pregunta saldría tarde o temprano. Ya se la habían hecho más de una vez en los comentarios de sus videos, pero allí, en la red, podía decidir si responder o no, y siempre había elegido ignorarlos, pero ahora, estando cara a cara con ellos debía dar una respuesta.
Se acercó el micrófono a los labios y con una pequeña e incómoda sonrisa, contestó:
- No. No tengo pareja.
Pudo ver en el rostro de algunos una gran satisfacción al oír eso, y supo que ahora se venía la peor parte.
- ¿Tan bonita y sin novio?
Típico. Incomodos halagos que en ese momento no podía ignorar.
- Gracias. Eres muy amable. - respondió.
- Pero seguro que hay alguien que te llama la atención, ¿verdad?
- No. No lo hay.
- ¿En serio? ¿Y qué me dices de tus pretendientes?
- ¿Pretendientes? No sabía que tenía. - sonrió haciéndose la inocente.
Claro que los tenía. Y no porque se lo creyera, sino porque una de las ventajas o desventajas de ser "famosa" era tener una larga lista de seguidores que buscaban o salir contigo o a lo extremo casarse sin tan siquiera conocerse. Era algo aterrador si lo miraba de esa forma.
- ¡Eres tan linda, Rebecca!
- ¡Gracias!
Era lo único que podía decir. Ahora mismo ese era su papel. Tratar con los fans y aceptar todo tipo de halagos y comentarios con una agradecida sonrisa.
Habiendo terminado por fin la ronda de preguntas y respuestas, era el turno de la sesión de fotos.
Le habían dado la opción de hacer o no las fotos teniendo en cuenta que no tenían ningún guardia de seguridad que pudiera protegerla en caso de que algún mal fan quisiera propasarse con ella, pero casi sin pensarlo aceptó. Tenía la mente tan ocupada con Shiki que no llegó a comprender del todo qué era lo que estaba aceptando.
Ahora se estaba dando cuenta. Estaba un poco preocupada, lo admitía, pero quería tener fe en sus fans. Quería confiar en que nada malo pasaría.
- Yo te protegeré, Rebecca. - le comentó Happy con total seguridad.
Eso la hizo reír, y la sesión comenzó.
No había mucha gente, así que estaba un poco tranquila.
- ¡3, 2, 1! ¡Nya~! ¡Nya~!
Y como la intro de su canal, Rebecca extendió las manos en forma de garras y sonrió a la cámara junto a uno de sus fans.
- ¿P-Podrías hacer un corazón conmigo? - pidió alguien con un sonrojo en su rostro.
- ¡Claro!
Juntó su índice y pulgar con los del chico formando así dicho corazón.
- ¡Gracias!
- ¡Gracias a ti por venir a conocerme!
- D-Disculpa…
Una dulce voz se escuchó, y al agachar la cabeza vio a una pequeña niña con una cámara en la mano mirando hacia el suelo claramente avergonzada.
Rebecca sonrió con ternura y se agachó a su altura.
- Hola. Soy Rebecca. - la saludó. - ¿Cómo te llamas?
- Ma-Maya… - contestó aun con la vista al suelo.
- ¡Wow! ¡Que nombre tan bonito! Ojalá me hubiera llamado así.
- ¡Rebecca es un nombre muy bonito también! - habló ella de inmediato alzando la cabeza con un leve puchero en su rostro.
La ojiazul se sorprendió por lo alto que había gritado la pequeña, y ella más avergonzada aún volvió a posar su vista en el suelo.
- P-Perdón…
Rebecca soltó una pequeña carcajada.
- Dime, Maya. ¿Puedo hacerme una foto contigo? - preguntó.
La niña se sorprendió al escuchar aquello, pero lejos de responder que se supone que tendría que ser ella quien hiciera esa pregunta, amplió su sonrisa enormemente y asintió con entusiasmo.
Rebecca le pidió al siguiente fan si podía hacer la foto, y él por supuesto no se pudo negar a causa de la dulce voz que la joven usó. Colocó las orejas de gato que llevaba puestas sobre la pequeña y rodeando su pequeño cuerpo la abrazó.
- ¡Nya~! ¡Nya~! - dijeron ambas entre risas.
La foto se hizo a la perfección, y Rebecca le regaló las orejas por ser la fan más adorable que alguien podía tener.
- ¡Gracias Rebecca-san! - agradeció ella.
Cuando la joven se alzó para despedirse de la pequeña, pudo notar como la fila había aumentado un poco más. Y es que ella no lo sabía, pero tras haberse agachado para estar a la par con la niña, la falda que portaba se le había levantado un poco de más, y aunque ya era corta de por sí, aquello había hecho que las miradas de muchos, fans o no, se dirigieran hacia la curvatura que su trasero creaba.
Al haber ahora un poco más de gente, la cola se había descontrolado un poco, y alguno que otro trataba de colarse sin que el resto se diera cuenta. La agresividad y rapidez con la que lo hacían impedía que la pequeña pudiera salir adecuadamente, por eso, y tras unos segundos de intentarlo, ella cayó al suelo lanzando para su mala suerte la cámara.
Nadie se había dado cuenta de eso. Nadie se dio cuenta de que la pequeña estaba en el suelo luchando por llegar a su preciado objeto, mientras la gente estaba a punto de pisotearla. Nadie excepto Rebecca.
- ¡Maya! - gritó su nombre.
Y cuando estuvo a punto de correr hacia ella, alguien se le adelantó.
- Shiki…
- ¿Estás bien? - preguntó el pelinegro con la niña en sus brazos.
- Mi cámara… ¿Dónde está mi cámara…? Mamá se va a enfadar… - habló la pequeña con los ojos húmedos a punto de llorar.
- Aquí está.
La niña alzó la cabeza y vio frente a ella a Rebecca con dicho objeto en su mano.
- Rebecca-san… ¡Gracias!
Shiki dejó en el suelo a la pequeña quien les agradeció a ambos una vez más.
- Shiki… ¿Qué estás haciendo aquí…? - preguntó Rebecca.
- No te preocupes, solo pasaba por aquí. Ya me iba. - contestó él sin mirarla.
- Pero si llevas desde el comienzo aquí. - habló Happy de repente.
Y es que Rebecca no lo había notado, pero el pelinegro había estado allí desde antes incluso de que el evento empezara. Había usado su Ether Gear para sentarse sobre una de las vigas que decoraban el techo del lugar, frente al escenario en el que Rebecca se encontraba. ¿Casualidad? No lo creo.
- ¿Has venido a verme? - inquirió la joven levemente cohibida.
Esperó que el chico reaccionara con timidez o vergüenza, nunca de la manera en la que lo hizo.
- ¿Y qué? - preguntó admitiéndolo de cierta manera. - No tenía intención de acercarme a ti si eso es lo que te preocupa.
Aquella contestación la había herido ligeramente. Seguía enfadado y era normal.
Quiso disculparse en ese mismo momento, arreglar las cosas, lo único malo fue que no recordó el lugar en el que se encontraba.
Una mano desconocida se colocó en su cintura alejándola del muchacho.
- ¡Rebecca-chan! ¡Hagámonos una foto! - dijo un muchacho. Tenía el rostro sonrojado y una boba sonrisa en él. - ¡Vamos!
La joven quiso apartarse de inmediato y advertirle de que eso no estaba bien, pero nuevamente alguien se le adelantó. Una mano rodeando su muñeca llamó su atención.
- Hey tú. Suéltala. - gruñó el pelinegro.
El muchacho, lejos de asustarse, colocó con más firmeza su mano en el cuerpo de Rebecca.
- ¿Y tú quién eres?
- Suéltala. - repitió.
- ¿Por qué debería hacerlo? No eres su novio ni nada de eso. - respondió. - ¿O sí?
Rebecca notó como el agarre de Shiki disminuía, y posó su vista en él.
Tenía el rostro serio, pero sus ojos, fijos en el muchacho que aún la sujetaba, mostraban tristeza.
- No. No lo soy. - respondió con firmeza. - Rebecca no tiene pareja.
Y no supo por qué, pero tras escuchar esas palabras, la joven sintió un pequeño pinchazo en su corazón.
- ¡Entonces no te metas!
El muchacho quiso tirar de ella una vez más, pero no pudo hacerlo. Alguien los separó de golpe.
- ¡No puedes tocar a Rebecca! - dijo uno de los fans.
- ¿Por qué no?
- ¡Podrías incomodarla! - contestó un segundo. - ¡Además, hay un cartel allí que lo pone! - añadió señalando dicho objeto.
"Os rogamos que por favor tratéis con respeto a la B-Cuber Rebecca, y os abstengáis de tocarla sin su consentimiento. Todos os podréis hacer una o más fotos con ella siempre y cuando cumpláis dicho protocolo"
- ¡Ese cartel es absurdo!
- ¡Se debe cumplir y ya!
- ¡No tengo porque hacerlo!
- ¡Claro que sí!
Y mientras veía como sus fans la defendía, notó como su brazo caía a un costado de ella. Shiki la había soltado y se estaba alejando quien sabe dónde.
Se llevó dicho brazo al pecho y sintió el leve calor de la mano del muchacho recorrerle el cuerpo. Quería tenerlo cerca. Quería hablar con él. Quería abrazarlo.
Se mordió el labio de impotencia y supo que tenía que hacerlo.
- Gracias. - dijo de golpe llamando la atención de los presentes. - Gracias por cuidarme.
Rebecca se giró hacia ellos y sonrió.
- Y al mismo tiempo que os agradezco, os doy también una disculpa. Lo siento.
- ¿Una disculpa? ¿Por qué? - preguntó uno.
- Sí. No tienes que disculparte de nada. En todo caso tendría que hacerlo este. - dijo otro fulminando con la mirada al muchacho que había tocado a la ojiazul.
Rebecca soltó una pequeña carcajada y negó con la cabeza.
- No se trata de eso. - contestó agachando la cabeza. - Os pido disculpas porque os he mentido.
- ¿Mentido?
- Así es… En realidad, sí que tengo pareja.
Un sonoro "¡¿Qué?!" se escuchó por todo el lugar llamando la atención de aquellos que pasaban cerca.
- ¿Quién es?
- ¿Desde hace cuánto?
- ¿Por qué no lo has dicho antes?
Cientos de preguntas inundaron el lugar. Parecía un interrogatorio.
- Sé que tenéis muchas preguntas, y os prometo que algún día responderé a ello, pero ahora… - Rebecca alzó la cabeza y sonriendo con dulzura, añadió: - Ahora tengo que ir con él. Quiero estar con él.
- Pero… ¿Y la sesión de fotos?
- ¡El increíble Happy a su servicio!
Algunos de los fans lo miraron con una gota resbalándoles por la sien. Happy formaba parte del canal, pero la gran mayoría estaba allí por Rebecca. Hacerse fotos con un gato no era su intención en absoluto.
Quisieron reclamarle a la joven el hecho de que quisiera marcharse, pero tras posar su vista en ella la vieron hacer una reverencia. Y con una hermosa sonrisa y el saludo del canal, Rebecca corrió hacia la salida bajo la atenta mirada de todos sus fans.
- ¡Es… PRECIOSA! - corearon todos con ojos en forma de corazón.
Y fue el turno de Happy de resbalarle la gota por la sien.
- "Animo Rebecca" - pensó el minino viéndola desaparecer por completo del lugar.
- Bien. ¿Quién quiere fotos con Happy-sama?
.
No sabía hacia dónde se dirigía, pero sabía que si corría quizás podía alcanzar al muchacho. Solo habían pasado unos minutos desde que Shiki se alejó, y ella empezó a correr tras él. Solo deseaba que hubiera seguido en línea recta y no hubiera cambiado de dirección. Solo eso.
- ¿Qué quieres? - habló de repente una voz.
Rebecca paró en seco al escuchar su voz, y caminó unos pasos hacia atrás asomando su vista a un pequeño callejón entre una floristería y una panadería.
Allí estaba.
Sentado sobre una pila de cajas de madera, y con la espalda apoyada en la pared, Shiki observaba el suelo con el rostro hastiado.
- Aquí estabas. - dijo Rebecca posándose frente a él.
- ¿Qué quieres? - repitió el pelinegro.
- Pedirte perdón. - contestó.
- ¿Por qué? No has hecho nada malo, ¿o sí? - preguntó con sarcasmo.
Rebecca no podía reprenderle esa actitud aunque fuera ciertamente infantil. Ella se había comportado mal con él y ese era su castigo.
- Lo he hecho. Te he herido. - habló con la cabeza agachada. - Nunca quise que esto pasara.
- Ignoraste lo que sentía. - expresó él con tristeza. - Pensar que querías deshacerte de mí me dolió.
- ¡No quería deshacerme de ti! - contestó rápidamente.
- Solo hacer como si no existiera.
Quiso negarlo, porque realmente no era así, aunque eso fue lo que demostró.
- Lo siento, Shiki. - se disculpó. - Lo siento mucho de verdad.
- Sé que quizás no soy el chico de tus sueños, ni nada parecido. Y quizás no sepa mucho sobre como va una relación, pero estoy seguro de que esto que has hecho no forma parte de ello.
- Lo siento…
- Decir que no quieres que me vean es doloroso, ¿sabes?
- Lo sé. - admitió.
Nadie en su vida le había dicho eso, pero podía ver en los ojos del muchacho el dolor de aquellas palabras. Palabras las cuales habían salido de ella.
- ¿Te avergüenzas de mí? - preguntó una vez más.
- No lo hago. - respondió con firmeza.
Y era verdad.
- ¿Entonces por qué no quieres que me vean a tu lado?
Ella negó repetidas veces.
- No es que no quiera que te vean conmigo.
- No quieres que te vean a ti conmigo. - rectifico.
- No, Shiki. No es eso. - aseguró.
- ¿Entonces qué es? Porque de verdad que intento entenderlo, y no lo consigo. - admitió.
Alzó la cabeza para mirarla y con sorpresa vio en ella un ligero sonrojo.
- Es que no te das cuenta de las cosas, Shiki. - comentó. - No te das cuenta de como la gente te mira.
Él ladeó la cabeza sin entender. ¿Cómo lo miraban?
- ¿A qué te refieres?
Ella dudó. Jugó con el dobladillo de su falda y tras unos largos segundos alzó la mirada hacia él confesándole por fin lo que sentía.
- Estoy celosa.
Shiki parpadeó repetidas veces. Esa era una nueva palabra que desconocía, pero por algún motivo se le hacía familiar.
- ¿Celosa? ¿Qué es eso?
- Es un sentimiento de malestar que surge al ver o pensar que algo que consideras tuyo se aleja de tu lado. - intentó explicar.
- No lo entiendo. - admitió.
- Esa es la definición, pero no es cien por cien exacta… - rio levemente.
- Sigo sin entenderlo.
Rebecca suspiró.
- ¿Recuerdas las citas que hemos tenido? - preguntó. Él asintió. - Pues, había alguna que otra chica que no dejaba de mirarte…
- ¿Y qué?
En su mente, la idea de que una persona le mirara o no, no significaba absolutamente nada. Es decir, le importaba bien poco.
Sabiendo que no lo entendía, Rebecca decidió contarle todo.
- Tú no te diste cuenta, pero estaban hablando de ti.
- ¿Ah sí? ¿Y qué decían? - preguntó un poco emocionado.
Era cierto que la idea de hacerse amigo de todo el mundo había disminuido con el tiempo, pero seguía teniendo en mente que cuantos más amigos mejor. Por lo que saber que había alguien hablando de él, podría deberse a que quería ser amigos, ¿no?
La joven hinchó un poco las mejillas en señal de desacuerdo, y girando su vista a un lado pronunció:
- "¿Has visto a ese chico? ¡Es guapísimo!" - habló con voz aguda intentando imitar la voz de la chica. - "¿Su sonrisa? ¡Kya~! ¡Es hermosa!"
- ¿Qué estás haciendo? - preguntó él con inocencia.
- ¡Decirte lo que decían, tonto! - exclamó con enfado.
- ¿Eso es todo? Pensaba que querían ser mis amigas… - habló haciendo un puchero.
- ¡Querían más que eso!
- ¿Más?
- ¡Querían ligar contigo!
- ¿Ligar?
- ¡Oh, por Mother! ¡Querían salir contigo! - contestó finalmente. - ¡Ser tus novias!
- ¿Eh? ¿Por qué? - preguntó una vez más.
- ¿Cómo que por qué? ¡Porque eres guapo! ¡Porque tienes una sonrisa hermosa! ¡Porque se sentían atraídas hacia ti!
- Pero… ¿Por qué estabas celosa?
- Ya te lo he dicho... - contestó entrelazando sus manos tras la espalda.
- ¿Por ser guapo? ¿Por eso?
- ¡No! - contestó con un sonrojo en sus mejillas.
- ¿Entonces?
- Da igual, Shiki. Déjalo… Solo quería…
- ¿Es por qué las chicas se fijan en mí? - preguntó agachando la cabeza. - ¿Porque dicen comentarios sin que yo me dé cuenta? ¿Porque parecen tener intención de acercarse de más a mí?
Rebecca asintió levemente. ¿Lo había entendido al fin?
- Entonces… ¿Yo también estoy celoso?
Su rostro se alzó y la joven pudo ver un ligero rubor asomando sobre sus mejillas.
- Yo… No lo sé…
Y era cierto. Podía intuir como se sentían algunas personas, pero no podía saberlo al 100% a menos que esa misma persona se lo dijera.
- "¡Eres preciosa, Rebecca!" - habló con voz grave. - "¿Tan bonita y sin novio?" "¿Puedes hacer un corazón conmigo?"
- Shiki…
- Además de que estaban mirándote el cuerpo de una manera muy asquerosa… - añadió con enfado. - ¿Eso es estar celoso?
- Bueno, supongo que podría verse de esa manera. Si te molesta que alguien que no seas tú me diga todo eso, y que quiera estar muy cerca de mí, e incluso tocarme, significa que sí, que estas celoso.
Y de alguna manera, descubrir aquello, había hecho arder su corazón.
- Ya veo…
- ¿Puedo… acercarme más a ti? - preguntó Rebecca con algo de duda.
Shiki calló durante unos segundos para finalmente asentir con lentitud. La vio caminar hacia él con cierta duda, y tras chocar sus rodillas contra una de las cajas de madera impidiéndola acercarse más, agarró una de sus manos y la entrelazó con suavidad. Él se sorprendió un poco pero se dejó hacer.
- Lo siento, Shiki. - se disculpó una vez más. - No quería hacerte sentir mal, de verdad. Me sentía frustrada porque cada vez que salimos, siempre hay alguien que se te queda mirando y comentando cosas sobre ti, y no te das cuenta. Imaginate si descubren que eres mi pareja. Habría más chicas detrás de ti…
- ¿Y qué? - preguntó.
Ella alzó la cabeza y lo vio observándola con detenimiento.
- Shiki…
- "Es un sentimiento de malestar que surge al ver o pensar que algo que consideras tuyo se aleja de tu lado." Eso has dicho, ¿no?
- Así es.
- Supongo que con algo que consideras tuyo te refieres a mí. ¿No es cierto?
Ella asintió con un pequeño sonrojo. No quería mentirle.
- "Es un sentimiento de malestar que surge al ver o pensar que algo que consideras tuyo se aleja de tu lado." - repitió. - "Se aleja de tu lado"
Shiki apretó la mano de Rebecca y la alzó para depositar un suave beso en ella, causando en la muchacha una agradable sorpresa.
- Shiki…
- No voy a alejarme de tu lado, Rebecca. - contestó. - No quiero hacerlo…
Antes de poder tan siquiera reaccionar, Shiki activó su Ether Gear unos segundos para facilitar con rapidez el intercambio de lugares. Ahora era la muchacha quien se encontraba sentada sobre las cajas mientras él posaba sus manos en los costados de la joven casi acorralándola.
- Shiki…
- ¿Vas a irte tú de mi lado? - preguntó deslizando una de sus manos sobre la cintura de la ojiazul.
Rebecca se estremeció por el contacto.
- No lo haré. - contestó apoyando una de sus manos sobre el hombro del chico.
- Entonces no tenemos que preocuparnos de nada. Esos celos que tengamos no deben impedirnos estar juntos. - comentó con una media sonrisa.
- Es un sentimiento que no puedes controlar, Shiki. Por mucho que confiemos el uno del otro, es inevitable no sentirnos mal si alguien se acerca demasiado a la persona que quieres. - contestó ella. - Por eso, lo que tenemos que hacer cuando nos sintamos así es decirlo.
- ¿Decirlo?
- Hablar. Soltarlo. No guardarlo. Porque al final puede explotar y suceder lo de hoy… Y no quiero que volvamos a estar mal. Es horrible… - contestó posando su cabeza en el pecho del chico.
El chico sintió recorrerle las fosas nasales el aroma que durante esas últimas horas había anhelado de la chica. Su aroma y toda ella entera, por supuesto.
- Sí que es horrible, sí… - confirmó.
- Lo siento, Shiki… - dijo una vez más.
- Lo sé. No te preocupes. - contestó con una sonrisa.
Se quedaron en silencio durante unos minutos sintiendo el calor del otro recorrerles los cuerpos. Unas horas, tan solo unas horas en las que habían estado separados y enfadados, y con el simple contacto del otro, la voz, el aroma, o un pequeño roce, era suficiente para calmar el malestar que habían sentido.
- Rebecca… - llamó. Ella hizo un ruido dando a entender que lo escuchaba. Estaba tan cómoda abrazándolo que podía asegurar que en cualquier momento podría llegar a quedarse dormida. - Quiero besarte.
Y fácilmente esa idea se le quitó. Se separó un poco para poder fijar su vista en él, y lo único que vio fue una gran seguridad. La mirada del pelinegro viajaba desde sus ojos hasta sus labios una y otra vez. A pesar de tan siquiera habérselo preguntado, la chica sabía que aquello significaba que no iba a hacerlo hasta que ella le diera una respuesta. Y estaba más que claro. Sí.
- Entonces hazlo. - contestó ella.
Estaba nerviosa, las manos le sudaban y estaba convencida de que las mejillas las tenía más que rojas.
Hermosamente rojas pensaba él.
Y con la mano de él aferrado a su cintura, y la de ella aferrada a su chaqueta, fueron acercando sin vacilación alguna sus rostros. Un verdadero beso. Uno de verdad. Sin dudas, sin miedos, sin interrupciones… Solo ellos dos, en ese callejón, compartiendo lo que tanto tiempo habían deseado.
Rebecca sintió los labios de Shiki rozar los suyos e hizo un gran esfuerzo por no caer desmayada a causa de la rapidez de sus latidos. Estaba pasando. Se estaban besando. No un roce como la primera y última vez, no. Un beso completo. Como tocaba. Un beso de pareja.
Habiendo pasado el tiempo, se separaron, abrieron los ojos y con un gran sonrojo sonrieron con felicidad. Inexperto, pero tierno.
- No… ha estado mal… - comentó Rebecca.
- Creo que podría acostumbrarme. - habló Shiki pegando su frente con la de ella.
La chica soltó una pequeña risa, y entrelazando su mano sobrante con la de él, volvió a juntar sus labios no sin antes contestar un:
- Yo también.
- * · * · * · * · * · * · * · * · * · * · * · * -
¡FIN del capítulo 4!
¿Qué os ha parecido? ¿Os ha gustado?
Bro, casi 6000 palabras ¡6K! Brutal.
A ver. Yo quería que en este capítulo hubiera discusiones. Lo tenía claro. Pero la temática de esta historia es que Shiki descubra palabras nuevas que tengan que ver con las interacciones humanas. Que Shiki preguntara: "¿Qué es una discusión?" no tendría sentido cuando ya ha habido una discusión, entonces me puse a pensar, y dije:
- "¿Y si hago que Rebecca le explique lo que son los celos?"
¡Bien!
Pero la letra es la D, no tendría sentido.
Pues sí, porque discutirán a causa de los celos.
¿Entonces... le explicaría lo que son los celos en un capítulo dónde supuestamente hay que explicar alguna palabra con la letra D?
Ilógico, lo sé, pero era lo único que se me ha ocurrido :c
Quería que los celos aparecieran en algún capítulo, y lo suyo hubiera sido en la letra C, pero mientras escribía termino siendo Cita en vez de Celos, así que tuve que guardármelo para este capítulo.
Pido perdón uwu
De nuevo, espero de todo corazón que os haya gustado, y me digáis que os ha parecido
¡No tengo nada más que decir salvo que os cuidéis muchísimo!
Un abrazo enorme ~
- * · * · * · * · * · * · * · * · * · * · * · * -
