Con Tigresa

—Auxilio, me ahogo — dijo fingiendo con tono poco emocional. Tigresa pone una mano en su pecho, para recorrer con ella éste y su abdomen.

—¿Qué hace? — dice Fung. Ella no dejaba de mirarlo de la misma forma

—"Y nada, no siento nada" — se dijo sintiendo el cuerpo tallado del tigre

—Señorita, no pienso ser complaciente con usted… — la felina separa su mano y se la extiende al felino, Ignorando lo que dijo.

—A casa muchacho… Acabas de rechazar a tu jefa… — él se apoya en su hombro.

—No tienes idea de a cuántas jefas he rechazado en mi vida hasta el día de hoy…

—Auch… mi ego de chica atractiva se cayó a pedazos hoy — dijo sería, caminando de regreso. El alcohol simplemente le hacía pensar cosas, el pánico se apoderaba de ella; pensar lo que diría Po por lo que acababa de hacer — "Soy una tonta, ésta no es la manera de lidiar con nuestro problema" — se cuestionaba a si misma caminando hasta un carretero, que pasaba cerca del restaurante. Montó a Fung y luego ella, y avisó al carretero que podían irse —"Po, tú dijiste que soy libre de estar con él, como amigo o como algo más… lo intento" — pensó viendo las casas pasar mientras los llevaba el carretero, mira de reojo al tigre, quien veía su mano — "Ahora que estoy lejos del Valle de la Paz, lo último que deseo es tener que buscar una pareja nueva sin sentirme atada por lo que digan los demás"

-Recuerdo -

"

Creo que te toca — le dijo Po señalando con su pulgar a la vieja tortuga a sus espaldas, se veía algo confuso.

¿Te dijo algo… malo? — pregunta la felina al verlo algo decaído, el solo sonríe y rasca su cuello, alzando sus hombros.

Te-te esperaré afuera… — ambos visitaban al maestro, en calidad de repartidores, sin desaprovechar el tiempo y la oportunidad para hacer preguntas a éste. Pronto Tigresa se le acercó, estaba ahí frente al estanque viendo caer delicadamente los pétalos en el agua.

Maestro…

Tigresa, ¿Tienes más inquietudes? — dice dejando de ver a Po ella.

Po, actuó raro, ¿Le dijo algo preocupante? — dijo ella con unos papeles en mano.

Nada, que con el tiempo no vaya a comprender y encarrile sus pensamientos en paz. — la felina suspira.

Él no se siente cómodo expresándose libremente…

Oh, ¿Enserio?, A mí me pareció que fue muy expresivo. Así Cómo lo eres tú.

¿Yo? — ella se puso a su lado, viendo sus hojas — bueno, si soy más expresiva, porque no se puede haber dos callados en el grupo.

Eso, o simplemente dos personas que se expresan diferente — dijo extendiendo su bastón al agua y tocando la superficie intranquila por el caer de los pétalos. — todos no expresamos muchas cosas… — la felina miraba su reflejo y Suspiró

Se que dijo que no podría ayudarme con estas cosas Maestro Oogway… — dijo mirando su reflejo en el agua — pero realmente estoy confusa, estoy saliendo mucho al Valle buscando como distraer mis pensamientos, sobre eso y vuelvo a caer en mis dudas.

Y hasta que realmente tú corazón no esté en orden, ni yo ni nadie podrá ayudarte con esos asuntos — dijo la tortuga, refiriéndose a aquella inquietud, que una vez expresó la felina — de el pasado no se puede huir, tampoco del presente… pero eso no quiere decir qué… — voltea a ella y choca su bastón en su frente — el futuro no te permita comenzar de nuevo.

El futuro… — pensó. No encontraba idea alguna de como cambiar el presente para llegar a ese futuro — ¿Cree que yo y… Po, podamos…?

Yo… no lo sé — dijo riendo a lo bajo viéndola — pero puedes empezar de nuevo mañana, y pasado mañana también — la felina arruga los papeles con las manos volteando a ver a Po, quien miraba las diferentes reliquias del lugar con sumo cuidado.

Supongo que sí… — dijo saliendo con más dudas aún. Se reverenció y despidió caminando junto a Po. Él la nota un poco cabizbaja.

Oh, te dijo algo feo ¿Cierto? — dijo empezando a bajar, viéndola a los ojos desde escalones más abajo.

Solo estoy confusa… es todo

Un día antes de saber que serían dueños de un restaurante lejos del Valle de la Paz

-Fin Recuerdo -

—"Debo poner mi corazón en orden, lidiar con los comentarios de los demás, buscar una manera de ser menos dependiente emocionalmente de Po, seguir con el restaurante a flote… y… esa lince, Eslí también. Mi vida es un caos, ¿Es esto empezar de nuevo?... Creí que bastaría con empezar en una ciudad nueva, que podía llevar las riendas esta vez… con Po a mi lado" — se ensimisma y suspira, mientras enumeraba mentalmente sus preocupaciones.

—Siete — dice Fung aún tirado en el suelo de la carreta, ella lo mira — es el número de suspiros de hoy señorita

—"Cierto, ahora debo también lidiar con él, ahora que me pasé de bocona hoy" — Fung… ¿Puedo confiar en ti? — le dijo apoyada en la ventanilla de la carreta.

—Por supuesto… — dijo tomando equilibrio para sentarse frente a ella — supongo que debo ser una tumba con todo lo que pasó esta noche…

—Si, Fung… podrían mal interpretar todo — "No es como sí hubiera hecho algo difícil de mal interpretar"

—Entiendo, podría afectar a la imagen del negocio si su comportamiento se revela. — la pequeña ebriedad en ambos, en ella en especial no le dio tiempo ni de sentir vergüenza — pero… ¿Le contará al maestro Po?

La felina cerró los ojos con fuerza apoyando su cabeza en la ventana, su cabeza daba vueltas no podía ocultarlo, no a él… no si pretendía "empezar de nuevo".

Ambos bajaron a unas cuantas calles del restaurante, daban casi las tres de la mañana y cada paso hacia su destino se hacía pesado, lleno de preocupaciones y estrategias de cómo, llevar el asunto con Po.

Con Po…

Ambos llevaban las cosas de la carreta al restaurante, Po y Eslí. No las metían hasta el almacén, insistió Po, porque debían inventariar él y Tigresa, la lince le veía de reojo de vez en cuándo, verificaban la lista a veces.

—Po… — llamó indecisa colocando una caja en una de las mesas

—(sonríe) Debes estar cansada, por favor para, Eslí y descansa.— ella se le acerca viéndolo con compadecencia

—Po… ¿Está todo bien entre tu y… Tigresa? — pregunta quitándose la capucha de la cabeza; la usaba para salir por las cosas a la carreta. Po para arrugando los labios un poco.

—Solo debió estar aquí hace un tiempo, estoy preocupado… — se sienta

—Eso lo se… y se nota… — dijo extendiendo sus manos hacia él — Hablo de… ustedes dos. Vi como te pusiste cuando el búfalo dijo…

—jeje No pasa nada Eslí… ella solo se fue a divertir — dijo sin siquiera mirarla, no quería demostrar algo que no.

—Si. — Asiente, lo ve indecisa… — No quiero sonar entrometida, pero — se detuvo un momento — cuando venía hacia aquí, también los vi… en los mercados — Po suspira. Ello hizo cambiar el semblante a la felina — no quería ocultartelo, es todo.

—Hubiera Sido mejor que no lo hubieras dicho

—Lo siento… — dice avergonzada — se que hay cosas que son mejor si no sabes. Solo quiero dejar de ocultar cosas… eso me trajo…

—Lo sé, lo sé. También lo siento. Es solo qué… ella, sabes, no puede estar siempre a mi lado… no puedo esperar que deje de hacer sus… cosas por mí. Eso pasa — la felina se le acerca más— ah, lo siento hablé demás…

—No, no… está bien. Ustedes siempre fueron unidos, francamente no me imagino lo preocupado que debes estar — Po la mira y le sonríe, pero suspira

—¿Se veían felices? — la lince no comprende al principio su pregunta, pero recuerda cuando los vigiló en el mercado, sus rostros...

—Yo, no creo que deba opinar…

—Entonces es un sí — Po echa hacia atrás la cabeza — aaaahh, debe estar con él en algún tipo de cita — se cruza de brazos sin abrir los ojos. La felina sonríe; en parte eso le parecía una buena noticia para ella.

—¿Estas celoso por ella? — hizo que el panda abriera un ojo — jmjmjm si, estas celoso… del tigre, ¿Cómo se llamaba? — dijo divertida sentándose a su lado con su garra al mentón.

—Fung — responde él

—Me parecía un tigre muy atractivo. Era un buen chico, muy educado, no creo que se propase con ella.

—jaja…¿Propasarse? — dijo algo pensativo, no era una imagen que tuviera de ninguno de los dos — Yo le sugerí a Tigresa tener una cita con Fung, y ahora… creo que sí estoy un poco celoso. — la lince lo ve, Po se rascaba la mejilla.

—¿Acaso tú…? — él la interrumpe

—Tigresa fue tan diferente toda la vida, llena de tantas emociones y aventuras, mientras yo solo me limitaba a esperar en casa — vuelve a suspirar estirando sus brazos — no sé porque me siento tan mal de que esté allí afuera pasándola bien, tal como siempre lo ha hecho… — la lince iba a preguntar una tontería, sin llegar a cuenta que hay algo más serio detrás; que una simple historia de romance. Ella choca la palma en su cara, sorprendiendo al panda.

—Claro… es verdad, tu le temes a estar entre muchas personas desconocidas, si, recuerdo eso de tus cartas — el panda le sonríe, había olvidado algunas cosas, como es de costumbre — "Por más que me encantaría contarte los sentimientos que Tigresa tiene por ti, no puedo ignorar que también pasas por otras circunstancias " — pensó mirándolo

—Vaya, recuerdas eso… no debes preocuparte por ello Eslí — le devuelve una sonrisa, pues fue un grato recuerdo haberlo expresado a alguien más, aparte de Tigresa.

—Por supuesto que no estoy preocupada por eso Po. Se muy bien que a tu manera un día decidirás salir por esa puerta y vencer. Cómo siempre lo has hecho — dijo con optimismo dándole ánimos y seguridad. Po ve al suelo.

—Si, eso espero… hemos convertido la preocupación por Tigresa en una demostración de mis inseguridades — la lince rie y deja caer su mejilla en su hombro, cerrando los ojos

—Bueno, pero yo puedo estar contigo… después de todo muchas de las mías se fueron al conocerte — frota su mejilla muy cariñosa en su hombro. Eso puso nervioso al panda quién no sabía cómo sentirse al respecto, por lo de su confesión — Wow… tiemblas, ¿Tanto te asusta la idea que seamos novios? — soltó y Po se sobresaltó y puso de pie.

—JEJE esto realmente es muy extraño para mi — miró a la risueña lince — y si me asusta.

—Descuida, solo bromeo, no debo apresurar nada — dijo viendo la carreta afuera. Y suspira, también temía por los obstáculos, sobretodo esa gran roca que desde pequeña sigue ahí. — trataré de no ser la típica persona que insiste en el amor… eso siempre me trajo problemas — se lleva una palma al pecho, él la ve.

—Eres una buena persona — se le escapó decir cosa que hizo sonreír a la felina.

Ambos se dirigen a la carreta para seguir descargando la despensa. El panda estaba pensativo en Tigresa que aún seguía allí afuera viviendo aventuras de las que no debe preguntar, después de todo; para él, ese era su paso y cada vez veía inevitable el suyo… esa Noche llegó y era esa lince que sonreía solamente ayudándole, tal cual esa tigresa lo hace todos los días desde el principio.

—(vomita) Diablos, seguro esas langostas estaban pasadas… — dijo el tigre vomitando en un basurero de una de las calles. Ella se recuesta en la pared, también se sentía algo mareada; y como ver vomitar a su acompañante no ayudaba.

—"Ah, no puedo dar un paso más… sigo pensando en que decirle a Po" — Fung la saca de sus pensamientos.

—Señorita… olvidamos el regalo — la felina choca su mano en el rostro y se resbala en la pared hasta caer sentada. Controla las náuseas.

—Ah, que desastre… — sobaba sus sienes esperando pensar en algo. El tigre se aproxima y agacha frente a ella.

—Perdone, mi mal olor, pero quiero decirle señorita que… no se preocupe porque debe decirle al señor Po; estoy seguro que él comprenderá… si y solo sí… no omite los detalles más delicados — Tigresa lo ve, con cara de indiferencia, lo empuja dejándolo caer al suelo, él se empieza a reír

—Ah, no tienes remedio Fung… — se pone de pie y le extiende la mano para levantarlo — no es simplemente… "omitir detalles"; tuvimos una discusión donde… él y yo… bueno, tenemos un problema común — "Que más da seguir hablando" — pensó liberando algo de sus preocupaciones, ya eran muchas.

—¿Puedo saber cuál es ese problema? — dijo siguiendo a la felina, entre callejones, dirección al restaurante. Ella no respondía — supongo que es un no. — la felina para y lo afronta amargamente

—Llevamos toda la vida juntos, ¿Si? Y ambos tenemos muy claro que dependemos demasiado el uno del otro… — dijo levantando las manos, poniendo contra la pared a Fung — No puedo verme con otro… chico, sin pensar en él — dijo señalándolo con ambas manos de cabeza a pies — claramente eres atractivo, y enserio intenté verte de esa manera hace unas horas… y… nada — Fung quien intimidado por su tono amargo, podía entenderla, era como su profesión, no podía sacarla de su cabeza.

—¿Entonces él siente… algo parecido por usted? — la felina abrió la boca viendo al suelo, pero no salió palabra alguna. El panda hablaba, pero nunca estuvo segura de que él supiera que ella sentía algo por él, nunca fue claro…

—No-no lo sé… — dijo dando media vuelta apartando unas telas del callejón, viendo al suelo — ninguno fue claro… — siguió caminando entre callejones seguida por el tigre.

—Quizá el señor Po sea tímido, nunca lo vi con una señorita que no fuera usted o Alú o las gacelas o las hermanas Toa — dijo, sacando un momento su libreta; mojada, para buscar apuntes — quizá eso sea un indicio de que usted, enserio sea la única en que… — choca con ella.

Frente a ambos, al otro lado de la calle, tras la carreta estaba una sonriente lince tomada de ambas manos con el panda, dando ligeras vueltas, ambos sonreían el uno al otro. Podían escuchar sus risas…

—Oh, ¿Ella es la maestra…? — Tigresa rápido se da media vuelta para volver por dónde vino. Fung miraba al panda y la dirección hacia donde fue Tigresa, ¿Qué hacer en esa situación? — esto es inesperado — pero luego de una fugaz mirada de como ellos dos separaban su agarre, fue tras Tigresa para alcanzarla,

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—Basta Eslí, enserio… bailar nunca fue lo mío — dijo el panda sonriente, apartando sus manos rápidamente, volviendo a la carreta para cerrarla

—Quien sabe un día podría salvarte la vida. De hecho una vez, salvó la mía de una tribu de bandidos que nos tenían capturados — cuenta ella, apoyándose en la carreta viendo al panda

—wow que bárbaro, y aterrador, creo…

—Lo fue, Tai Lung no era el mejor trabajando en equipo con su recién aprendiz — dijo llenando de nostalgia su pecho, pues ya no creía volver a ello. Po tiraba de la carreta para colocarla en un lugar que no estorbara

—Admiro cómo estás llevando el asunto de no ser más una maestra de Kung fu… — la lince mira al suelo — eso debe ser muy duro para ti.

—jeje lo es créeme, pasé mucho tiempo encerrada en mi misma sin poderlo aceptar — dijo pellizcando su mejilla — y aunque siga esa tristeza en mi, sé que algo mejor vendrá…

—Auch… y espero que así sea — la lince lo ve con el seño fruncido y puños en su cadera — jajaja lo sé, lo sé… hablas de mí, pero debo consultarlo con Tigresa… — "¿Debería?, Digo, está decisión es importante para dejar ese apego… No, que tonterías dices Po, eso sería traicionarla luego de tanto"

—(suspira) Está bien, enserio no quiero insistirte, por ese comportamiento perdí mi título… — Po la ve, ella miraba la gran calle debajo de brazos cruzados. Fue a su lado para ver a la misma dirección — quizá ella, si esté en algo más que una cita con ese tigre…

—No deberíamos insinuar nada, además… es libre de estar donde sea — "Tarda, será incómodo preguntar dónde estaba"

—Pero no libre de tu preocupación, Po — dijo ella, pensando — ¿Y si le pasó algo malo?, La guardia a veces no está en todas partes sabes…

—Ah, no digas eso Eslí, ahora estoy el doble de preocupado

—Esperaré contigo, hasta que ella llegue o recibamos noticias de ella.

—No tienes que hacerlo… — dijo tímido

—Tonterías, ustedes estuvieron todos estos meses esperando noticias de mi, vamos… prepara algo de té, será una noche larga… — dijo picando con el codo. Po la ve y sonríe

—Si… — dijo viendo al frente preocupado por la tigre; sin saber a una cuantas calles a otro lado de la misma calle principal, la felina caminaba con prisa, su respiración era agitada y sus manos temblorosas.

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—Señorita… espere. Tigresa — llama Fung quien la alcanza y la toma del brazo para darle la cara. Sus ojos rebosaban de lágrimas y sus labios temblaban.

—Basta Fung… solo basta — dijo soltándose bruscamente — solo quiero irme, lejos… caminar — dijo para seguir su camino, pero el tigre se pone frente a ella

—¿Enserio se va comportar así, por lo que vio?, Entiendo que puede ser doloroso, pero le pido que piense un momento — la felina se agita más al recordarlo — solo estaban… tomados de las manos eso no… — Tigresa le propina un golpe en el rostro que hizo llevar sus manos a su nariz.

—¡NO SABES…! —gritó enfadada, pero para— Lo Que significa eso… — dijo furiosa de tristeza, derramando algunas lágrimas mientras el tigre sobaba su nariz y mejilla, dolió lo suficiente. — lo siento, ¿Qué estoy haciendo?, no sabías… — dijo viéndolo.

—Ah, descuide… — dijo aguantándose — no supe manejar mis palabras… después de todo no puedo estar en sus zapatos.

—Yo, solo… es que… — cierra los ojos — tengo tantas cosas en mi cabeza y llega ella, de la nada… y está… está haciendo ¡Lo que yo empecé a hacer con él hace años!... Cómo si nada, sin saber lo importante que es tomarse las manos con… ¡Él! — dijo enfadada cuál niña no se le cumple su capricho. Limpia sus lágrimas. — Lo siento mucho Fung, se que intentas ayudarme… tu y tus consejos románticos, pero en este momento realmente no quiero ni siquiera pensar en… Po… o esa lince. Quisiera olvidar todo esta noche.

—Lo siento Tigresa. Tendré más cuidado al hablar de usted y de los que no debemos nombrar — Tigresa respira hondo y se le acerca, para tomarlo de la mejilla y frotarla con suavidad — no tiene que… — seguido ella lame esa mejilla, cerrando los ojos — "Un corazón roto es capaz de muchas cosas, ¿No? "— pensó él sintiendo la lengua de ella en su mejilla, que de cierta manera aliviaba el dolor.

—Esto lo hacíamos Po y yo cuando nos lastimábamos. No significa nada, así que no te hagas ilusiones — dijo ella viendo al suelo suspirando — solo lo siento Fung, hay cosas qué… je… ni Po creo que entiende

—Hará que me arrepienta de haberla rechazado, señorita — dijo sobando su mejilla, siguiéndola. Ambos llegaron al puente Pétalo y pararon para ver la luna, la noche caía duramente sobre ellos, y el amanecer estaba por dar su buen respiro en unas horas tal vez — ¿Piensa ir sin dirección y no volver a su hogar?

—Por hoy no quiero volver, no quiero verlos juntos… no hoy. — su voz denotaba cierta melancolía y resignación.

—Entonces… podemos ir a mi casa, está cerca de aquí — la felina lo voltea ver, no miraba en él un rasgo de malicia en sus expresiones o tal vez era el alcohol menguando su percepción, aunado a ello su mal estar.

—(suspira) Está bien… pero solo deseo dormir, no busco consuelo como mujer… — dijo clara, forzando una sonrisa.

—No me atrevería — dijo serio señalando el camino

—Claro que no… — pasa su cola por la mejilla que golpeó.

Ambos llegaron a unos pisos, eran edificios tradicionales, algo antiguos. Subieron, cuidando de no hacer ruido. Él usa la llave para abrir la vieja puerta con algo de esfuerzo.

—Después de usted — la felina pasa, era un lugar pequeño, poco más grande que la cocina del restaurante. Una ventana con vista al puente, en una esquina pesas, en la otra una pequeña cocina con estantes, en otra el cuarto de baño y en la otra su cama y armario; había una mesa en el centro.

—Es acogedor

—Es modesta conmigo, se que no está a la altura de nadie, pero es mi lugar de paz… — Tigresa ríe a lo bajo acercándose a la cocina, su olfato le permitió identificar hojas de té y no perdió el tiempo en ponerlo a hacer.

—Esas no son las hojas de Té señorita — bueno, talvez su olfato no estaba en lo óptimo. Le corrigió y le mostró cuáles eran.

—Es mas grande de lo que teníamos en el Valle de la Paz — dijo con ligera nostalgia.

—uh, oh… entonces debe estar acostumbrada a espacios… reducidos — la felina se sienta en una de las sillas.

—Po y yo dormíamos en la misma habitación, en camas dobles, yo dormía arriba — el tigre le parecía extraño

—De dónde vengo… los machos debían dormir en habitaciones separadas, ustedes… — ella alza una ceja. Aclara la garganta — olvidé que usted no fue criada en una casa convencional de tigres.

—Nop, éramos uña y mugre… en un mugroso orfanato — dijo pensando en esos días, sentía el mismo frío que el de esas noches, solo que sin alguien a quien abrazar y socavarlo.

—Yo y mis hermanos y hermanas, podíamos vernos como mucho una vez al día, si nuestras actividades coincidían. — dijo revisando el té.

—Eso suena a qué eran muchos en tu hogar — dice la felina, viéndolo.

—Catorce hermanos. Era el segundo menor en mi familia.

—¿Tan mal es tener una familia de tigres real? — dijo algo comprensiva, por más que quisiera no podía imaginar una familia asi — No sé como ser un tigre — Fung sirve el té y se sienta frente a ella — y tampoco un panda.

—Hay muchas cosas en usted que la hacen igual e incluso mejor que cualquier tigre que conozco — dijo tomando su té — su afán por estar unidos a la familia, ser fuerte y de carácter, y sobretodo… amorosa — la felina sentía el cálido té bajando por su garganta mientras escuchaba a su acompañante. Quizá tenga razón, él sabía más de tigres que ella.

—Gracias Fung. Jamás me pregunté cómo debía actuar alguien como nosotros, pero supongo que actúo como uno sin querer… Po seguro no sabe cómo actuar como panda — sonríe y ríe de si misma — mírame, hablando de… amores prohibidos con otro igual a mí.

—Y del sexo opuesto, no olvide eso — dijo con seriedad bebiendo su té — hoy día, si le sirve de grato consuelo, no es como hace veinte años — esto llamó la atención de ella, dejando de lado el té — que ver una relación entre diferentes especies era tan mal visto que se apedreaba a quienes osaban tenerlas — Tigresa miró el poco té que le quedaba, pensativa.

—¿Tan diferente eran las cosas a hoy en día? — pregunta la felina, sabiendo que ella era menor que Fung

—Lamento no poder dar mas detalles, yo era un bebé en esos días — dijo sonriendo — pero siempre podemos consultar los escritos históricos, cuando lo desee — la felina se relaja.

—En Disay no les importa las relaciones de diferentes especies — dijo recordando ver varias en los múltiples lugares que visitaron y sobretodo recordando a la lince tomada de la mano con Po — Po podría… o yo… nadie nos juzga por dormir en la misma habitación o que tengamos un restaurante juntos — dijo recordando todos esos murmullos de sus empleados, ninguno juzgaba, hasta el propio tigre de enfrente intentaba ayudarla — todo era tan diferente en el valle jajaja — el tigre sonríe dejando su vaso de té de lado.

—Supongo que debió volverse incómodo… ya sabe… crecer — dijo refiriéndose a ella. La felina no comprendía el comentario — Usted y él, en la misma habitación, por años… ¿No le fue incómodo?

—Oh, eso… — dijo frotando sus párpados, el té los hizo pesados, el sueño estaba entrando — nunca hablamos de eso… creo que sí, era incómodo para él, jmjmjm salía siempre de la habitación, como si fuera un reflejo, así que tenía vía libre para cambiarme y hacer mis cosas de chica — dijo con una pequeña sonrisa, somnolienta rozando el borde del vaso. — eso desde que ambos notamos, que… "cosas" empezaron a crecer — se levanta, dirigiéndose a la cama para tirarse en ella, exclamó — ¡Que nadie lo sepa Fung!... — alzó el dedo índice— A veces me desnudaba a propósito para que me viera… pero jamás lo hizo fijamente… — dijo casi susurrando antes de quedar dormida boca abajo.

—No se preocupe Maestra — dijo levantándose y cobijándola luego toma una nota y dedica algo de tiempo a escribir en ella. Se dirigió al buzón de la entrada de la residencia y la depositó, para el restaurante. Solo le quedaba subir y buscar donde dormir, entró al baño, para darse uno antes de dormir, pero ahí quedó… en la bañera cerró sus ojos.

El sol había levantado sus rayos por toda la ciudad, algunas campanadas no pudieron hacer que ninguno de nuestros personajes abriera un ojo, no hasta que el sonar de la puerta hizo respingar a un somnoliento panda. Estaban durmiendo sentados en una de las mesas del lugar, él de brazos cruzados y la lince durmiendo a todas luces recostada en su hombro con la boca abierta y a brazos caídos mientras babeaba, su abrigo esa capucha…

—Oh, Eslí despierta… — dijo removiendo su hombro, ella se removió para sentarse mejor y frotar sus ojos.

—¿Qué… que sucede? — bosteza — me quedé dormida, perdón… — dijo viendo al panda tambalearse mientras se dirigía a la puerta que era tocada — "Aww… dormí con él esta noche, en su hombro, debí verme muy romántica" — pensó y puso de pie para alcanzarlo; puso su capucha — ¿Tigresa? — pregunta con algo de curiosidad, pues no la escuchó.

—Algo así jeje… — dijo volviéndose mostrando una carta con muchas palabras escritas en ella, decían "urgente" por todas partes del sobre; de seda. Po la abre y… era la caligrafía de la felina…

"Lo siento Po, me fue imposible llegar a casa. Mi velada se prolongó demasiado, tranquilo renté una habitación en la zona alta de la ciudad, juro que intenté llegar antes, pero a mí llegó la imagen de la maestra Eslí contigo, lo sé y no puedo concebir esa imagen. Más tarde nos veremos, llegaré pronto"

Ambos se veían, leyendo la carta escrita por "Tigresa", Eslí algo preocupada rio nerviosa y dio un par de pasos atrás rascando su cuello.

—Enserio, no-no… no quería incomodarla, o… o… que ella se diera ideas… equivocadas… — dijo preocupada, Po veía la carta y volteaba, extrañado por lo que leía.

—Oye… tranquila. Esto no significa… la gran cosa — "Es primera vez que Tigresa actúa de esta manera, irse por verme con… alguien más, es extraño"

—Lo estoy arruinando de nuevo, ¿No es así? — dijo sosteniendo sus patillas. Po la toma del hombro y suspira.

—Tigresa es así… a veces, sobreprotectora y… sentimental — dijo recordando algunas situaciones pasadas, aunque fuera chocante en ese momento — admito que me tomó de sorpresa que se diera cuenta que estabas conmigo, pero también comprendo que a ella le tomara por sorpresa tu repentina llegada.

—Lo sabía, maldición… ¿Por qué no me pronuncié antes de venir? — desgarra su capucha, con ganas de… llorar — ¿Por qué siempre debo ser tan impulsiva?, siempre mis acciones deben ir primero que todo lo demás… — Po la ve para luego abrazarla fuerte, al escuchar su voz quebrarse.

—No, no… ey, respira y tranquilízate — dijo cubriendo todo su rostro en su pecho — ¿Por qué deberías estar triste por algo que es tan característico de ti?, Vamos… — su respiración fue calmándose, sintiendo su pelo y tranquilo latir de su corazón, su calor era debilitador. La lince se separa para verlo

—No quiero… ser un estorbo para ustedes. Me siento como esa niña que conociste hace años en el orfanato.

—No lo serás. Yo hablaré con Tigresa e intentaré arreglar las cosas… y si algo debe cambiar, es que ustedes deben dejar ese pleito que tienen — la lince se muerde el dedo, enserio quería decirle lo que esa tigre sentía.

—Yo… no creo que se pueda, Po… creo que esto es algo mucho más grande qué un pleito — dijo tomándole la mano después, fijando su mirada a la del panda, quien había agachado también sus orejas — y si no eres capaz de comprenderlo por ti mismo… creo que es porqué aún no sabes algunas cosas de Tigresa — dijo revolviendo la cabeza de él. Ese comentario dejó algo pensativo al panda, él era quien mejor le conocía.

—Imposible… yo, ella me ha contado todo siempre — la lince le sonríe y besa su mano

—Creo que hasta ese atractivo tigre que estuvo toda la noche con ella, sabe más de ello, si pudieron vernos juntos anoche — intenta bromear, pero eso puso triste al panda — enserio Gracias Po, lamento contagiar mi tristeza a tu bella fortaleza, enserio fue la mejor noche que he tenido… alégrate. — el panda suspira y luego le sonríe — por primera vez me le declaré a un chico, pude agradecerte por la firme inspiración en mi y pude pasar tanto tiempo contigo.

—Y prometí pasar más… — suelta su mano, para llevarlas a sus hombros — gracias a ti también, me has hecho comprender algunas cosas…

—Esta bien… todo esto suena a despedida — ella lo abraza fuerte — ¡y lo es!, Porque enserio debo irme, notarán mi ausencia en el palacio… y si llega Tigresa, realmente no querrá verme aquí. Prométeme que arreglarás este asunto, panda grande. — se despide vacilando al panda y clavándole un beso en la mejilla. Se despide agitando la mano, para luego saltar al tejado de los demás edificios, debía regresar sin ser vista; con lo que quedó de la capucha.

—Lo haré…

Con Tigresa

Lo primero que vio fue su mano, había despertado en la misma posición en la que había caído dormida.

—"Si te levantas, la resaca te hará pedazos" — pensó ya habiendo enfrentado ese destino antes. Así que lo hizo lento, con esfuerzo, que aunque no fuera tan fuerte la hacía sentir mal, quizá el té mitigó algo la resaca — Es cierto… es la casa de Fung, ah — se sentó, para terminar de despertar, no veía al tigre por ninguna parte — Quizá salió — empezó a palpar varias partes de su cuerpo y broches de su ropa — No hizo nada… — dijo con mucho alivio, se sentía estúpida por haber aceptado ir a la casa de un chico en lugar de su hogar. Se levantó — Fung… ¿Fung? — llamó y caminó hasta el cuarto de baño, para remojarse la cara. Abrió la puerta, y ahí estaba él en la tina dormido con sus extremidades extendidas en la bañera, completamente desnudo a la vista — ¡AAAAAHHH!

¡Aaaahh! — nota su desnudez tapándose — ¡AAAAAHHH! — la felina azota la puerta y tira en la cama cubriendo su rostro en la almohadilla; tomando sus orejas — ¡Lo siento, LO SIENTO! — se escuchó gritar en el baño

—¡Que maldito pervertido! — gritó con el pelo erizado de la vergüenza y la imagen mental, que ya eran suficientes con las de la noche pasada.

—Lo siento tanto, debí quedarme dormido… ahhgg.. — dijo quejándose de la jaqueca, asomando la cabeza por la puerta — ¿Podría pasarme algo de ropa?

—¡No!, Que idiota… — dijo rodando en la cama sin verlo, hasta caer al suelo y respectivamente 'huir' del apartamento, saliendo del lugar hasta el balcón con vista a la pequeña plaza del recinto — no era así como planeaba ver por primera vez a un hombre desnudo… — dijo llevándose los dedos a los párpados, apoyándose en el barandal — y creo que vi su… cosa.

—Espero en todos los dioses que no haya sido así, señorita — dijo saliendo y casi rogándole.

—Fung… dime qué no hicimos algo más estúpido anoche… más que beber.

—No, claro que no… debí quedarme dormido mientras tomaba un baño anoche. Le ruego perdone mi osadía y actuar — dijo arrodillándose. Era completamente diferente al tigre de anoche.

—Solo levántate, haces una escena peor — dijo notando cómo varios residentes le veían. Lo toma del brazo para levantarlo y arrastrarlo hasta la parte baja, para salir de ahí. Se tapaba el rostro para evitar miradas — olvida lo que pasó y no lo cuentes a nadie… — le dijo en voz baja apenada, mientras subían las gradas de vuelta a la ciudad

—Ya soy una tumba.

—Apresurémonos, es casi medio día, Po debe estar… — recuerda a la felina con él — muy preocupado… — sacude la cabeza; por supuesto le dolía.

—Creo… que anoche, luego que se durmiera envié un aviso al señor Po… — Tigresa se voltea Rápidamente encarándolo

—¿¡Que has hecho qué!? — dijo enfadada

—No-no dije nada de que yo estuviese con usted o de lo que pasó…

—Realmente eres el tipo más… ¡Torpe que pude conocer! — el tigre se sintió mal por ello, no creía que lo que hizo fuera malo — Conociéndote seguro has dicho algo estúpido y exagerado — entre sus memorias, si empezó a creer que hizo una estupidez…

—Creo… que falsifiqué su letra… — viendo la cara amenazante de ella terminó de decir — y le dije que se sentía mal… por lo que vio… — dijo viendo al infinito, luego cerró los ojos esperando el duro golpe de ella en alguna parte de su rostro. Abrió los ojos… y ella estaba ahí, sentada en una de las gradas viendo a alguna parte apoyada en sus brazos, sobre sus rodillas — Yo… enserio, creo que intento sabotear su vida… señorita. Me siento un verdadero imbécil. — dijo con suma culpa — le intento empujar siempre… soy demasiado imprudente y proactivo.

—Solo cierra el pico, Fung. Estás despedido — el felino abrió la boca, pero no podía replicar nada — era algo que YO debía contarle… no tu, por mí.

—Lo-lo sé… mi profesión… es un asco... — dijo con tristeza — me hace interponer mi deber por cualquier vía — ella lo ve con el seño fruncido — y he tomado su vida romántica como parte de mi deber, el cual no se me asignó. — se quedó sin palabras por un momento, detrás de su espalda tomaba con fuerza su dedos, porque temblaba — yo… he deshonrado a mí empleador y por ende al negocio, de-debo escribir el acta de deshonra — ver la expresión del tigre le hizo sentir culpable también. Él se da media vuelta bajando las gradas. Tigresa lo mira y cuando puso un pie en el primer escalón lo llamó

—Fung… — él para — envidiar mi relación con Po, de ninguna manera te da el derecho a sabotearla de ésta manera — Fung voltea; su voz era severa. Ella pudo recordar eso — y debes entender que mis actos son solo míos, de nadie más, mucho menos de un simple subordinado. Y para tu estúpida suerte, yo sola no puedo anular tu contrato — dijo comprensiva ahí de pie tapando la luz del sol — vendrás conmigo para que Po también lo anule y decirle que… no debe preocuparse de ti. — esto último él no lo entendió. ¿Preocuparse de él?

Ella le sonríe al final y le señala para que se acerque y le siga, de vuelta al restaurante. Tenía algo planeado.

Con Po…

—Escucha Tigresa anoche se presentó Eslí y ella y yo pasamos un tiempo y adivina… — Po niega tragando grueso sacudiéndose bruscamente, no podía repetir lo que ella dijo — No… no me siento cómodo diciendo eso. Vamos, eres la fortaleza — se dijo a si mismo chocando sus manos en las mejillas; sentado ahí, rodeado de toda esa despensa, en una de las mesas — ¿Debería… preguntar que sucedió con… Fung? — pregunta viendo sus manos, tratando de recordar 'un tacto', recordaba a la lince, más de lo que quería, pero su pecho rebosaba de preocupación por ella; tocan la puerta del restaurante. Esto saca de sus pensamientos al panda, quien se detiene un momento ante la puerta.

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—No estoy del todo preparada para esto… — dice en voz baja a un cabizbajo Fung, que sentía Como si estuviera ante un verdugo. No respondían la puerta — "Nunca es tarde para empezar de nuevo, y no quiero mentir más…" — pensó viendo la puerta y luego al tigre fugazmente, también se veía nervioso. La puerta se abrió, dejando ver al panda apartándose de la entrada unos metros, viendo fijamente a la felina; ella no soportó verlo mucho a los ojos, así que miró al suelo y puesto sus brazos en la espalda entra. Po respiró hondo al ver al tigre después de ella, nadie dijo nada, ni Fung por orden de Tigresa; solo se limitó a cerrar la puerta, no podía mirarlos.

—Me-me tenías preocupado… — dijo el panda algo tímido, ella no respondió. Sus garras se clavaban en su piel por los nervios.

—Lo siento yo…

—Lo sé, leí la carta hace unas horas… no tienes qué — Fung daba un paso adelante, pero no hizo más, la mirada de ella lo impidió. Po notó esto, entendía que "hubo algo más entre ellos ahí afuera"

—Debí estar aquí… y ayudarte con todo esto — dijo refiriéndose a su alrededor, la despensa. Po sonríe, sabía muy bien que intentaba cambiar el tema, y decidió seguirle el juego.

—Ah, si, si… debemos ordenar todo esto hoy, veo que has comprado utensilios nuevos… Fung podría ayudarnos… también — dijo mirándolo, él ve al suelo.

—Na-nadie tocará mi tiempo contigo… — dijo la felina con notable dificultad en un pequeño susurro, llevándose la mirada del tigre a su espalda, quien pudo escucharlo — Despedí a Fung

—¿¡QUE!? — exclamó sorprendido, acercándose a ella.

—Debes firmar su carta de despido también… — el felino a su espalda, solo hizo una reverencia de palma sin dar la cara.

—¿Estás loca, por qué has hecho eso?, ¿Qué hizo? — dijo empezando a brotar nervios, y su mente a divagar en pensamientos temibles.

—¿Leíste la carta no? — dice Tigresa. — él la hizo… — Po entró en completo desconcierto

—¡Yo escribí la carta maestro! — gritó, Tigresa rodó los ojos, suspirando de fastidio

—Es tu letra Tigresa — dijo sacando ésta

—Es bueno falsificando caligrafías — dijo la felina cruzada de brazos señalándolo con el rostro. — es un delito, no trabajaremos con un delincuente. — Po mira la carta y recuerda la cara de preocupación de la lince.

—¿Entonces tú no…? — la felina alza una ceja — no has visto nada…como lo dice en la carta — luego dirigió la mirada al felino — ¿Tu viste algo?... — asiente — ¿Por qué escribiste estas cosas? — dijo con cierto mal estar. Fung iba a contestar pero la felina se adelanta.

—Po, yo también te vi… ahí, con ella bailando… — dijo con una mano en su hombro. Él la mira — No planeaba decir nada… de ti y Eslí, iba a esperar a que tú lo dijeras — dijo comprensiva con media sonrisa. — pero éste idiota se me adelantó.

—Enserio te lo iba a contar todo… todo — ella con la misma mano voltea su rostro.

—Lo sé… lo sé muy bien. Yo también tengo cosas que contarte sobre… la noche pasada — rápido Po se aparta y niega con las manos

—No tienes que decir nada Tigresa, ya sabes… debe ser algo privado, entre tu y él. — dijo apenado, mirando a ambos tigres; no quería verse como entrometido.

—¿Por qué?, No creo que a él le importe que lo cuente… después de todo fue él quien se metió… ¡En mi camino! — espetó con soberbia, para luego calmarse… —Mira Po, esta noche me ha servido para darme cuenta de algunas cosas, cosas que ese sujeto de ahí, que parece un niño que ya hecho travesuras graves, pudo ayudarme a conocer…

—Oye… eso suena a algo personal, ¿No crees? — dijo con ella casi encima, el tigre los miraba.

—¿Algo personal?, ¿Desde cuándo es algo que nos preocupa Po? — dijo juntando sus frentes mientras cerraba sus ojos — de todas las cosas que me di cuenta en tan solo una noche, la más maravillosa fue saber a dónde pertenezco — a Po se le empezó a acelerar el corazón, también a ella y a Fung, que en verdad sentía que no debía estar ahí — junto a ti — dijo soltando desde su pecho aquel ronroneo — me importa un demonio si es un problema, no quiero resolverlo, tampoco ocultarlo — dijo refiriéndose a su único espectador. Po mira fugazmente a Fung buscando una respuesta. Po era abrazado por ella de una forma muy cariñosa ante los ojos de ambos — Detesto a Eslí por robarme un solo minuto de tiempo contigo, detesté verte tomar su mano — dijo fuerte y claro con una sonrisa y gran alivio sintiendo el fuerte palpitar del panda, que de nuevo no entendía que estaba pasando. Ese tacto que antes buscaba él, era la extraña sensación de otra palma; pues Tigresa entrelazó sus manos con las del panda. El tigre buscaba el pasador de la puerta para salir, pero la voz de ella lo detuvo — Fung…

—Señorita yo…

—Tenias toda la razón — dijo recostada en el pecho del panda, que estaba tieso de la vergüenza, recto con los brazos inmóviles — Soy una tigresa más de pandas — dijo posando su mirada en los labios del panda. Po miraba al tigre, este sólo se encoge de hombros sumamente nervioso. Tigresa rosa sus bigotes en los labios de Po y luego voltea a ver al tigre, se separa de Po. Su pelo estaba al cien de erizado, Po se tambaleaba — Se que te preocupa que haya algo entre Fung y yo — Po iba a decir algo — ¡No quiero más mentiras!... — era para ambos — Fung… ¿Po debería preocuparse de que intentes algo conmigo? — la tigresa se abraza al panda con aquella sonrisa decidida. Esa mirada soñadora que veía a la luna la noche pasada. Fung Suspiró y sonríe.

—Mi señor Po — este voltea a ver a la felina y luego a él — la señorita Tigresa, enserio… lo intentó, intentó hacer lo que usted sugirió que hiciera conmigo… y no pudo, en ella sus pensamientos estaban con usted. Fue imposible… además el negocio…— finaliza viendo a un lado — Descuide, no seré un problema entre… ustedes — Po estaba mareado.

—Oh, no sé de qué hablan exactamente… ah — dijo aún siendo abrazado por ella.

—¿Enserio es un poco distraído en estos asuntos? — pregunta Fung algo preocupado, la felina ríe a lo bajo

—¿No es adorable? — dice tomando la quijada del panda con una gran sonrisa.

—¿Se están burlando de mí? — dice el panda apartándose, viéndolos a ambos — hace unas semanas escuché que está circulando una droga, popular entre jóvenes… ¿Han tomado eso? — Tigresa y Fung se ven y luego ríen.

—(parando de reír) Digamos que anoche rechazamos probar esa cosa que dices; estamos bien Po, enserio, solo eres en verdad un poco distraído de lo que sucede — dice la felina viéndolo con esa sonrisa confiada y… seductora — Sigo sin saber si finges no saberlo o si no lo sabes en verdad — Fung le sonríe nervioso al panda.

—Mas acertijos y metáforas… aahhh… — dijo sobando sus sienes, se sentía abrumado — estaba tan preocupado porque pasas toda la noche fuera, en un lugar desconocido, el cómo te contaría que vino Eslí… lo de la carta me asustó bastante y a Eslí también — Tigresa alza una ceja triunfante por ello — luego que despides a Fung y luego que la carta es falsa, pero que en verdad te diste cuenta y que ustedes se llevan súper bien luego de que lo detestaras…

—Eh, sigo detestando a Fung, es un fastidio…

—¡¿Ves!?... Y de la nada abrazos y declaraciones de odio… ¿Por qué nadie es directo? — dijo abrumado. Los felinos se ríen un poco por el actuar del panda.

Tigresa toma aire profundamente y lo exhala, luego da un par de pasos al frente, aproximándose a Po; él la ve, se veía tranquila, seguido ella toma sus mejillas.

—Si-si… fuera directa… mis nervios no lo soportarían — Fung se tapa los ojos — Po, porque creo que sencillamente…creo-que-que-estoy… enamorada-de… Ti

—"Oh, esto es un…".