Me alegra verlos de nuevo, lamento mucho la demora, pero como les he comentado antes, me encontraba en periodo de exámenes, pero las demoras han rendido sus frutos (para mi! XD) pues el viernes 16/12/05 me gradúo del colegio secundario o preparatoria o como cuernos le digan en el lugar donde vivan xD
Les dejo este nuevo cap, por cierto, la página ha establecido un nuevo sistema, por el que solo puedo responder los reviews de los usuarios logueados y de aquellos anónimos que me dejen mail, si te interesa que conteste alguna duda y eres anónimo, deja un mail para que te contacte, y si eres user, una respuesta te llegara a tu mail de manera casi inmediata (aunque la verdad es que siempre contesto a los rev luego de haber actualizado XD)
Disclaimer: No recuerdo haberlo mencionado ninguna vez en esta historia, pero ningún personaje me pertenece (exceptuando a Procyon, el si fue idea mía XD) son todos maquinación de la genial J.K. Rowling
Que siga el Show
1 2 3
Moon Light Sonata
Capitulo segundo: Toujours pur
-Y esa es la situación – Concluyó de manera pragmática mientras sus dedos se entrelazaban con elegancia. Sentado en la cabecera de la larga mesa de la sala de profesores, Albus Dumbledore se sintió complacido consigo mismo ante el dramático silencio en el que había sido capaz de sumir la habitación.
A su alrededor el grupo de catedráticos comenzó a cuchichear con quien tuvieran al lado, la mayoría con tonos excitados, otros un tanto mas escépticos y algunos, definitivamente molestos.
-Esto debe ser una broma! – Bramó bastante enojado un hombre de unos cincuenta y tantos años, sus ojos de un intimidante color azul relucieron con fastidio
-Por supuesto que no es una broma Procyon – Contestó Dumbledore con una sonrisa intensa – Pero si te interesa escuchar una, me han contado una muy buena acerca de un treceavo uso de la sangre de dragón.
-Deja eso! – Exclamó bastante aireado, su piel de un color casi grisáceo tomó el aspecto de una remolacha en mal estado – Escúchame bien Dumbledore, no he dedicado mi vida a la lucha contra las artes oscuras para luego andar amaestrando a una criatura semejante! – Concluyó golpeando la mesa de roble con un puño de nudillos huesudos.
-Por favor McClaws! – Exclamó Flitwick con su vos de pito particularmente escandalizada, haciendo lo posible para no caerse de la pila de libros sobre la cual se hallaba sentado – Como cabeza de la casa Ravenclaw, sería un honor recibir al chico, creo que tanto Minerva como Pomona puede afirmar lo mismo, no es así? – Ante lo cual las aludidas respondieron con un firme asentimiento.
-Qué hay de mi? – Dijo Horace Slughorn mientras su bigote de morsa se agitaba inquieto – Yo no tengo ningún problema en aceptar al chico...un hombre lobo entrenado para ser igual que un mago...sin duda me gustaría ver algo así...quien sabe, tal vez grandes cosas le esperen.
- No se cual pueda ser realmente el problema – Retrucó una joven mujer de ojos amarillo intenso, su varita girando distraídamente entre sus dedos – Dumbledore ya nos ha dado muchas garantías...
-Bah! – Concluyó alzando sus hombros con desdén para luego rascar su cabello negro entrecano – es fácil para ti decirlo, no Hooch? Claro, tu solo tienes que verlo un par de veces en primer año y a lo sumo en los partidos de Quidditch, mientras que yo tendré que soportarlo cuando menos hasta el quinto año!
- Ya es suficiente Procyon – Exclamó Dumbledore en tono amable pero cortante, luego tosió, poniéndole fin a la discusión y dijo – Bien, creo que con esto termina esta reunión, tengo unos cuantos asuntos pendientes, y, estoy seguro que ustedes también. Buenas noches a todos. – Y sin decir mas se puso de pie y marchó con paso firme hasta la salida de la sala de Profesores.
El silencio general duro solo unos segundos, el resto de los profesores se puso de pie y comenzó a guardar programas de estudio y planillas de alumnos en sus diferentes maletines y se ponían en marcha rumbo a sus habitaciones y clases en grupos de dos o tres personas.
La excepción a esta regla era Procyon McClaws, quien dio una ultima bocanada a su cigarrillo a medio acabar para luego machacarlo de manera poco ceremoniosa contra un cenicero de bronce muy elegante.
-Un hombre lobo en Hogwarts... – Gruñó de manera incrédula para si mismo mientras juntaba sus papeles con un rápido movimiento de varita, para luego ponerse de pie con pesadez – Y que nos espera para el año que viene, vampiros o algo así? – Resopló hastiado y comenzó a marchar con paso firme rumbo a su despacho.
-CDE-
El expreso de Hogwarts...una enorme serpiente de colores negro y escarlata, cargada de promesas e ilusiones, una criatura que sería la encargada de abrirle a los nuevos alumnos, como él mismo, las puertas a un mundo novedoso, lleno de misterios...
Y él se encontraba solo...
Su padre no había podido venir... dijo algo acerca de mucho trabajo retrasado, pero Remus no había podido evitar escuchar la verdad...
-Flash Back-
-Pero como que no puedes ir André? – Protestó su madre, su voz una octava mas alta que lo usual
-No me lo han autorizado – Respondió con amargura – y por favor baja la voz, Remus tubo una transformación difícil, lo ultimo que queremos es perturbarlo
-Lo siento...-murmuró, un tanto acongojada – Pero...no crees que si intentas de nuevo...tal vez...- Su marido se limitó a resoplar.
-El jefe del Departamento me lo dijo claramente cariño – gruñó sin poder contenerse y golpeó la mesa con un puño - Lo sentimos, pero no podemos dejar que un hombre del Ministerio se vea vinculado a algo así...piensa en la imagen que daríamos en una epoca como esta si confraternizamos con uno de su especie...
Remus pudo jurar, desde la cama de su habitación, en el 2do piso, que su madre emitió un ruidito escandalizado y comenzó a sollozar.
-Fin del Flash Back –
Si bien su padre no había podido quedarse, se sintió consolado cuando empleó algo de su valor de antiguo Gryffindor para violar la prohibición y traerlo hasta la estación a primera hora de la mañana, ayudándolo a acomodar sus cosas e intentar dejarle un galleon, el cual amablemente rechazó, regateando para abajo hasta llegar hasta unos diez sickles
Su madre por otra parte...Ni siquiera tubo esa chance...por orden de Dumbledore, al ser ella muggle y por ende no tener ninguna relación con el mundo mágico, sería parte de su gran coartada:
Todos los meses, él partiría la tarde antes de la luna llena y se refugiaría en "La Casa de los Gritos" una antigua cabaña que se suponía embrujada pero que el mismo Dumbledore se había encargado de analizar, confirmando su naturaleza inofensiva.
Mientras que a los ojos del resto de los alumnos el partiría a su hogar, a visitar a su madre, enferma de una extraña dolencia muggle a la cual los magos eran inmunes y por lo cual no se molestaban en investigar o buscar cura alguna ( "Gripe Piritaesta" o una tontería por el estilo).
Por lo cual, y para no invalidar su historia, ella debía conformarse con abrazarlo hasta sacarle el aire y bombardearlo con besos antes de que partiese de su hogar.
Apoyó el codo izquierdo en el marco de la ventanilla cerrada y en su palma la mejilla, suspirando un tanto agotado mientras miraba como comenzaban a llegar los primeros alumnos acompañados por sus padres...no podían ser más de las nueve y media...y ya hacía cuando menos tres horas que se encontraba aquí.
Hacía poco menos de dos meses desde que Albus Dumbledore lo había invitado a ser parte de la institución, su apariencia era muestra clara de cuan precipitado fue el suceso, los libros de su baúl se encontraban muy gastados y sin dudas agradecía las habilidades de su madre para la costura, pues sus túnicas de segunda mano estaban tan perfectamente remendadas que pasaban fácilmente por nuevas.
Pero sin dudas sus principales orgullos eran la criatura de la jaula, Mave, una adorable lechuza de delicado plumaje zaino, regalo de su madre y a la cual bautizó en honor a una famosa hechicera aún mas antigua que el mismo Hogwarts.
Y su varita completamente nueva, original de la antigua casa Ollivander regalada por su padre. El mágico instrumento descansaba en su bolsillo derecho. No pudo evitar esconder su mano en la túnica, acariciando con ternura inconsciente la vara de fresno con sus 27 centímetros y núcleo de pluma de fénix.
No podía negar que se sentía ansioso...terriblemente ansioso...en el tiempo tras recibir su carta de ingreso procuró devorar cuanto libro de magia pudiera encontrar, entre ellos, Historia de Hogwarts y todos los que usaría en el año, procurando saberlos de cabo a rabo.
Lo más probable era que las cosas no fuesen fáciles...Vaya que estaba acostumbrado a eso, por ello, no había nada de malo en inclinar solo un poco la balanza a su favor, o no?
Como fuere...ya había analizado todos los posibles factores, ya sabía que horarios seguiría y como los aprovecharía para obtener las mejores notas posibles, para así demostrar que incluso...una criatura oscura como el...tenía la capacidad para convertirse en un mago. Se lo debía a sus padres, y también a si mismo.
Remus Lupin sin duda había ponderado cada mínimo detalle, solo había un factor que no había considerado, y sin duda, sería el factor que cambiaría el resto de su vida como alguna vez la conoció
-CDE-
El tren silbó con fuerza mientras las figuras en el andén 9 ¾ se transformaban en fantasmas que se deslizaban apresuradamente, llevando pesados baúles y acomodando a sus ruidosas mascotas mientras se despedían de los suyos. Bueno...más o menos.
-Y bien? – Exclamó bastante ofuscada – cuantas onzas de púas de puercoespín debes mezclar con cien gramos de raíz de jengibre para obtener el primer compuesto de la poción de rejuvenecimiento?
-...media onza serviría – respondió con un suspiro fastidiado mientras se acomodaba su lustrosa túnica de Hogwarts, honestamente, incluso con Kreacher esto hubiera sido menos fastidioso...- aunque para un efecto más preciso se pueden usar unas cuantas décimas más.
-Y si quisiera acabar con un troll de montaña? –Preguntó con el mismo tono molesto
-Sin duda tu aliento...-Murmuró para si mismo mientras tiraba de su baúl para subirlo por las escaleritas de abordaje, se miró en un espejo del pasillo, su cabello negro se encontraba desagradablemente arreglado con cantidades obscenas de una aceitosa gomina para el pelo, sus ojos de un gris tormentoso lucían un tanto apagados y aburridos.
-Cómo has dicho? – Siseó molesta, agitando su larga cabellera negra.
-Encantamiento de hielo – Contestó rodando sus ojos – ellos no lo soportan, a menos que sean de las clases de región fría, para los cuales se puede usar gran número de maleficios.
-Excelente – Respondió un tanto indiferente mientras arreglaba sus finísimos guantes de seda – Bien, debo irme, la cena de gala de tu padre con el Ministro de la magia es en unas cuantas horas y ese estúpido elfo aún no ha terminado los preparativos.
-Pe...pero- Protestó – el tren no sale sino hasta dentro de media hora...
-Creo, Sirius, que ya eres lo suficientemente grande como para cuidarte solo – Exclamó con profundo desdén - Escríbeme cuando seas sorteado en Slytherin, me has oído?
-Si...-Respondió algo alicaído, terminando al fin de subir el pesado baúl por la pequeña escalerilla plateada y depositándolo en el piso alfombrado– Adiós Ma...má – concluyó saludando a la nada, suspiró un tanto resignado, realizó una rápida floritura con su varita y su cabello corto y lacio calló libremente sobre su rostro, totalmente libre de la pegajosa sustancia.
Optó, finalmente, por sentarse, apoyando su cabeza en su palma derecha y su brazo en su rodilla, mirando distraídamente el ir y venir de los jóvenes magos y brujas y el como se despedían afectuosamente de sus familias.
Pero no..."eso es algo demasiado vulgar", cuando menos lo era para alguien de la estirpe de los Black.
Si bien Sirius no sabía mucho del mundo...de algo estaba seguro...y es que había algo malo con su familia...desde muy pequeño le fueron enseñadas todas las artes mágicas posibles, por lo cual su padre se indignó sobremanera al saber que no podría adelantarse un par de años en su educación mágica... "Esto nunca hubiera pasado en la epoca en que tu tatarabuelo fue director...bah¿qué se podía esperar de semejante traidor a la sangre?"
Sabía también, que esas leyes que prohibían a los niños usar magia no eran mas que tonterías...o cuando menos, y como su madre tan graciosamente lo planteó una vez "Solo afectan a esa basura hija de los muggles" .
También sabía una cosa mas...o cuando menos, eso es lo que le habían enseñado...los muggles, sus hijos, y todo quien se relacionara con ellos, no eran más que basura, gente sucia, corrupta y malvada...pero... – Caviló mientras contemplaba como los jóvenes magos se despedían de sus padres en medio de risas y llantos - viéndolos allí, pudiendo hacer cosas tan humanas como reír o llorar...serían aquellas personas realmente malvadas? Tenía que ser así...después de todo, así se lo habían enseñado...por qué habrían de mentirle?
Tal vez... – Razonó no demasiado convencido - cuando quedara sorteado en Slytherin podría entender mejor todo...quien sabe, es posible que sus padres incluso consideraran el quererlo como se debe querer a un hijo...
No...no valía la pena ponerse a pensar en algo así...cuando menos, no ahora.
Tomó nuevamente su varita y murmuró – baúl locomotor – y comenzó a buscar un compartimiento, los primeros estaban repletos por alumnos de los cursos superiores y prefectos. A mitad del tren un chico de cabello rubio platinado al que creyó reconocer como Lucius Malfoy le hizo una seña, invitándolo a acercarse.
Prefirió fingir demencia y marchar como si no se hubiera enterado de nada, es posible que el rubio, quien comenzaba su cuarto año en la casa Slytherin, fuera miembro de una familia da sangre pura con muchísima raigambre... pero no por eso dejaba de ser, en la humilde opinión de Sirius, un perfecto idiota.
Mirando aquí y allí, pudo reconocer bastantes caras conocidas, mayormente de niños que pertenecían o poseían el 99,9 de chances de sumarse a las filas de la casa de la serpiente.
Entre ellos reconoció a Dolohov, los hermanos Lestrange, Mulciber e incluso sus propias primas, Narcissa, de cuarto año y Bellatrix, de tercero. Lamentó no encontrar a su prima favorita, Andrómeda, pero era lógico, después de todo, ella había cursado su séptimo año durante el periodo anterior.
Resignado a no encontrar un compartimiento vacío, opto por introducirse en uno ocupado...pero cual?
Definitivamente no viajaría con sus primas, las encontraba demasiado insoportables...y sin duda lo mismo podía aplicarse para Malfoy...juraría que había visto un compartimiento con solo un niño de anteojos y un gordito rubio...en ese momento no sonaban como una mala opción. Así que se decidió por acompañarlos.
Cuando menos así fue, hasta que, por cuestiones del azar, optó por fijar su mirada a su izquierda. Y fue entonces lo vio.
Parecía ser un niño de primer año. Era de estatura baja, él, Sirius, debía sacarle cuando menos una cabeza, tenía cabello castaño claro y piel pálida. Se encontraba semi dormido, apoyado en su palma izquierda.
No recordaba haberlo visto nunca en esas aburridas fiestas que solían brindar sus padres para agasajar a las otras familias de importante tradición, aparentemente se encontraba solo...sería que era...uno de eso sucios hijos de los muggles? No...no podía ser...su aspecto era demasiado frágil, parecía buena persona...los traidores de la sangre eran desagradables y malvados...sin mencionar que eran particularmente feos...
- Haaa...Al diablo con todo – Exclamó con un gesto desdeñoso
Dudó solo unos segundos y finalmente golpeó suavemente la puerta entreabierta con sus nudillos. Quizás no lo supo entonces, pero este encuentro sería el que marcaría el rumbo que tomaría el resto de su vida.
Continuará
N/A: Creo haber prometido un encuentro entre Remus y Sirius, per se, me temo, sin embargo, que este cap. se ha desarrollado más de lo que yo esperaba (cosa que en realidad es buena, por que en teoría debería poder brindarles una historia mas rica) por lo cual la mini historia del tren de Hogwarts se prolongará por otro episodio.
Por cierto, que les ha parecido Procyon? No se si esto de crear personajes se me da del todo bien, sin embargo, espero que hayan podido encontrarlo remotamente interesante.
Su nombre proviene de la estrella del mismo nombre, que es parte de la constelación Canis Minor. El apellido McClaws, es derivado de Claws, en inglés, garras...el caso es que elegí ese apellido por que originalmente Procyon sería profesor de Cuidado de Criaturas Mágicas XD, sin embargo, finalmente termino siendo profesor de DCAO pero como me gustó mucho el apellido...well...fin de la historia XD
En cuanto a la Gripe Piritaesta, bien, nace en base a la pirita, un material muy parecido al oro con el que se solía engañar a los ingenuos, se la llama tambien "el oro de los tontos".
Por cierto, muchas gracias a todos los que han dejado review, los números que trae este ultimo capitulo me han hecho muy feliz, sin duda son un gran incentivo para seguir trabajando más y más duro, por eso, los invito a dejar sus opiniones y pareceres. Ahora responderé a los reviews de las personas logueadas y anónimos con mail, si no has dejado mail, te lo agradezco muchísimo desde aquí.
Bien...debo irme a estudiar, se supone que para el martes tengo que rendir un final de Contabilidad y no he estudiado casi nada XD
Como fuere, espero nos veamos pronto
Saluda atentamente
Viosil Uab
