Una daga al corazón

By: Guerrera lunar

Cap. 3: Emboscada

Yatemza regresó con los demás hechiceros, se reunieron con los monstruos en las afueras de Egipto e iniciaron el cruel ataque.

Pero una de las criaturas ya se había adelantado, aunque todo indicaba que no tenía deseos de pelear con nadie.

A escondidas comenzó a explorar lo que para él era una maravillosa civilización a pleno flote, que poco a poco florecía no sólo bajo los dorados rayos del sol, sino también bajo el gran cuidado del nuevo emperador que ya se encontraba ocupando el trono.

El faraón salió del palacio, como lo hacía una que otra vez, y emprendió su viaje directo a las catacumbas sagradas, donde se encontraban las tumbas de sus padres, aquellas personas que tanto anhelaba ver con todo su corazón. De príncipe a faraón había pasado y aun así no los tenía a ellos, para que lo felicitaran por su logro, para que lo acompañaran en su dicha, para que pudiera estar a su lado y enorgullecerlos, y así, como los demás jóvenes de su edad, recibir un cálido abrazo, sólo uno. Sí, envidiaba a los demás por tener lo único que él deseaba.

Faraón- Padre, madre, no saben cuánto los he extrañado durante todo este tiempo. Lamento no haber podido venir antes pero fue por la coronación, así es, ahora soy el nuevo y orgulloso faraón de Egipto. Lo recuerdas padre, así era, yo soy tu orgulloso faraón, tu hijo; no sabes cuánto hubiera deseado ver tu rostro lleno de alegría y satisfacción... te extraño, me hacen tanta falta. Rayos, creo que voy a empezar a llorar otra vez –río tristemente-, he cumplido su más anhelado deseo, me he convertido en emperador pero realmente no le veo el caso si no están aquí, conmigo. No sé si pueda lograrlo ¿y si fallo? –añadió agachando su cabeza, permitiendo a sus mechones rubios ocultar su sombría mirada- ¿Y si mi pueblo sufre por mi culpa? ¿Qué voy a hacer? ¿Qué voy a hacer si no les tengo para apoyarme? Tengo un mal presentimiento, algo me ha estado molestando; Ali ha estado muy seria últimamente vigilando los alrededores desde el palacio, los hechiceros se comportan muy extraño y no sé qué es lo que pasa. Este sentimiento no me abandona, sé que algo grande sucederá… ¿estaré listo para ello?

Track... unas pequeñas rocas caen...

Faraón- ¿Quién anda ahí? ¡Responde! ¡Te ordeno que aparezcas!

La sombra anónima apareció entre las hermosas columnas de piedra labradas que sostenían aquél esplendoroso y magnífico templo.

Faraón- ¡¡Un monstruo! –exclamó desenfundando su espada y poniéndose en guardia.

¿?- Te equivocas, bueno, sí soy un monstruo pero yo no quiero hacer daño.

Faraón- Como creerte.

¿?- ¿Y si te lo demuestro? –exhortó.

Faraón- ¿Cómo? Y para empezar, ¿quién eres?

¿?- Creo que puedes decirme mago oscuro.

Faraón- Digamos que confío en ti, ¿cómo saber que no me traicionarás?

MO- Dame una oportunidad…

Faraón- De acuerdo –suspiró manteniendo aún su guardia arriba.

MO- Bien, las catacumbas no son el lugar perfecto para demostrarlo pero, mm… puedo deducir que sí lo son para reflexionar, ¿cierto?

Faraón- ¿Por qué dices eso?

MO- observando detenidamente las tumbas de los arcaicos reyes- Porque si no es así en ese caso tú no hubieras venido a este lugar, aunque siendo tú alguien muy importante, ¿no deberías estar rodeado de varias personas?

Faraón- apartando la mirada- Ellos creen conocerme, solamente porque soy el faraón, en verdad os digo que los únicos que me entienden son mis consejeros y mis sacerdotes.

MO- Te entiendo, las personas me juzgan mal solamente porque soy muy diferente a ellos; no obstante es que todos los somos, sé que no es lo mismo que te pasa a ti, aun así puedo darme una idea de cómo te sientes.

Faraón- Aún no me has dicho qué haces aquí –exigió suspicaz.

MO- Sentía curiosidad por explorar este misterioso pueblo. Por mucho tiempo mis ojos nunca habían admirado tal belleza de cooperación, nunca antes había visto otra cosa que no fuese más que sombra y oscuridad. Y bueno… tú entiendes.

Faraón- "Si este monstruo ha logrado salir del bosque, acaso, ¿los demás también estarán fuera? Tal vez esto era lo que tanto preocupaba a Ali, aunque este mago me parece muy confiable pero también puede estar fingiendo, lo mejor será mantenerlo cerca y vigilarlo" –pensó.

MO- ¿Sucede algo malo?

Faraón- No... es sólo que... creo que nos parecemos mucho. Sí, eso es, tal vez podamos ser amigos -guardando su espada y levantando su mano.

MO- Claro, ¿por qué no? En ese caso serás el primer amigo mortal que tenga y el segundo de toda la vida –comentó con un poco de emoción.

Cuando estaban a punto de estrecharse las manos un guardia llegó corriendo exasperadamente.

Guardia- ¡Faraón, venga rápido! ¡Los monstruos vienen a destruir la ciudad!

Faraón- viendo al mago oscuro- Lo sabía –espetó regresando su mano de una manera brusca.

MO- ¡NO! Te juro que no tengo nada que ver con esto, ¡déjame explicarte!

Faraón- No era más que una distracción, ¿verdad? –interrumpió- Y pensar que casi caigo en tu trampa, 'casi' –sonrió con ironía-. ¡Guardia, llame a todos los hechiceros, quiero verlos inmediatamente!

Guardia- Pero... mi faraón, la mayoría de ellos se ha aliado con las criaturas, nos han traicionado. ¡Vienen por usted!

Faraón- ¡Entonces reúna a las tropas! Lucharemos contra ellos, necesito que prepare a los magos que aún estén de nuestro lado y dígale a Simón que trate de hacer un plan contra nuestros enemigos.

Guardia- ¿Y qué hay con Ali? ¿Debo decirle que busque refugio?

Faraón- No, dile que me vea lo más pronto posible, de todas maneras nunca le ha gustado hacer mucho caso a mis advertencias –pugnó.

MO- Yo los ayudaré.

Faraón- ¿No crees que ya has dado suficientes problemas? –dirigiéndose al guardia- Es hora de irnos –ordenó retirándose del templo, ondeando su capa purpúrea al compás del viento.

El mago oscuro se quedo solo en el templo, a pesar de ello no se daría por vencido, ayudaría en lo que pudiese sin importar lo que le costase. Él era, no, él es después de todo su primer amigo mortal.

MO- Podré ser un monstruo con cuerpo y corazón humano, pero mantendré mi orgullo, así le guste o no.

Mientras tanto en el pueblo...

Las criaturas habían destruido todo, arrasaron con los cultivos, destruyeron las casas y devoraron a todo quien se les cruzará enfrente, personas o animales; verdaderamente no hacían distinción alguna, para ellos esto sólo era diversión. La clase diversión que pende del sufrimiento de los demás, ¿cómo le dicen los humanos?

Ah, sí, venganza… dulce venganza…

Continuará…

Nakano Ryu: Sí, había perdido la inspiración para seguir pero me has animado a continuar. En efecto, mi primer fic, no muy bueno por cierto, pero echando a perder se aprende. Gracias y me alegra que te haya gustado. ¿Si el mago es malo? No te lo puedo revelar todavía, en cuanto a Seth y al ojiazul para que salgan todavía falta. La verdad es que así pienso que fue el pasado de Atem y como nunca se revela su pasado aquí lo estoy haciendo yo, a mi modo claro está.

¡Nuevamente gracias por ser tu guerrera favorita! Te dedico este capítulo con cariño :)

¡Hasta el próximo capítulo!

Guerrera lunar.