Una daga al corazón
By: Kida Luna
Cap. 11: Una Daga al Corazón
Maná- ¿No volverá a ser como antes?
Seth- No.
Maná- ¡Pero es mi Maestro!
Simón- Puedo intentarlo, pero nunca volverá a ser como antes…
" – " – "
Niño- Um, ¡ataco con el dragón relámpago! –la tablilla de arcilla se elevó y una serpiente con alas atacó al otro monstruo.
Niña- ¡Buaaa! ¡No es justo!
Niño- ¡Gané!
Niña- ¡Ah! Es la señorita Ali, ¡señorita Ali! ¿Por qué todos en el palacio tienen tanta prisa?
La guardiana detuvo su andar y observó a ambos niños.
Ali- Porque hoy es un día muy especial, pequeña… -terminó con una sonrisa.
¡GRUARRRTTHHH! ¡GRUARRRTTTT!
Dos enormes ojiazules se detuvieron en el aire, aleteando, antes de tocar las arenas de Egipto. Seth bajó de uno mientras se dirigía hacia el otro -el que poseía unas exóticas y raras franjas de color vino- para ayudar a su hermanito a bajar de su lomo.
Mokuba- ¡Noo! ¡Yo solito puedo! Además no quiero… -hizo un puchero mientras abrazaba con sus pequeños bracitos el cuello del enorme reptil níveo.
Seth- Mokuba… déjalo en paz…
1°- Qué niño tonto… -susurró divertido.
4°- Igual que tú, ¿no? –rió el otro dragón.
Ali- Llegas a tiempo…
Seth- ¿No han empezado?
Ambos caminaron hacia la entrada del palacio, seguido de los dos dragones y el pequeño Mokuba. Ingresaron al recinto donde una gran multitud de sirvientes, esclavos, escribas, consejeros, sacerdotes, todos, se movían con rapidez y angustia porque todo estuviera perfecto.
Dentro de unos momentos un par de tamborileos se dejaron oír, anunciando la apertura de tan esperado evento.
Todos se encontraban en la sala de fiestas. Un salón enorme de grandes lujos y exquisita comida, telas vistosas y extrañas, cojines con plumas de avestruz y, por supuesto, el lugar del Faraón revestido de oro y joyas bellísimas.
Uno de los guerreros tomó un tarro de vino y lo alzó en honor a su gobernante. Tenía el cabello rubio y ojos miel.
Jouno- Por la victoria y la felicidad que le ha llegado a nuestro emperador y buen amigo, jajaja, ¡brindemos!
Aplausos y vitoreos se dejaron escuchar seguidos de choques de tarros, rellenos con delicioso vino tinto y blanco. La música comenzó a sonar mientras el hijo de los Dioses reía sentado en su trono, nervioso y alegre.
De pronto, unos pasos presurosos se oyeron por el pasillo y las gigantescas puertas fueron azotadas. Todos voltearon a ver al responsable.
Maná- ¡AHH! ¡DIME QUE NO HE LLEGADO TARDE, RA MÍO, CÓMO RAY…!
Seth- ¡MANÁ CÁLLATE! –le interrumpió el sacerdote, antes de que dijese algo no muy respetuoso frente a todos.
Maná- Pero… -sollozó con fingida tristeza.
Ali- Tranquila, estás a tiempo –le sonrió la ojiazul.
Alguien tocó el hombro de la maga haciéndole dar un sobresalto, y apenada, ésta se dirigió al lado de la guardiana, abriéndole el paso a Simón y a la otra estrella de la noche.
Porque ya había caído la noche.
Simón- Su Majestad, he aquí a su rey… -murmuró para todos, con su voz calma y una leve sonrisa.
Mahado salió detrás del médico, ataviado con una túnica blanca y un kilt de igual color, con bordes dorados, al igual que sus sandalias. Sus brazos y piernas llevaban brazaletes y anillos de diversas formas y tamaños, provocando un cascabeleo al caminar hacia el asiento al lado de Atemu.
El antiguo hechicero cerró los ojos y pensó en todo lo que había ocurrido desde la llegada de Yatemza.
"Mahado, ¿Mahado, qué tienes? ¿Se va a morir?
Atemu, si no te vas no podré curarlo, ¡nos estás desesperando a todos!
¡NO PUEDO!
MALDITA SEA ATEMU, ¡CÁLLATE Y SAL DE AQUÍ!
¡SLAP!
Seth…"
Atemu se sostuvo su mejilla desde donde se encontraba, mientras recordaba el día en que el hechicero casi moría y Seth casi lo saca a golpes de la habitación de su médico.
Había sido el amanecer más pobre y angustioso que había vivido.
Entonces, recordó que fue allí cuando Mahado perdió sus poderes y se volvió humano. Y él le ofreció de su poder para sobrevivir.
Porque la criatura más hermosa es la que abre sus alas y acuna entre sus plumas el amor infinito…
Tiempo después se dio cuenta que al dar vida, peligraba suya, y no le importó. Oró de día y de noche. Y de repente, un día común, algo inesperado pasó. El bosque en medio del desierto se esfumó y las criaturas se enfilaron alrededor del palacio.
Y Ra sabía que al crear a dos especies tan distintas, creaba un equilibrio. Donde el hombre ayudaría a la bestia y a su vez, ésta le apoyaría; porque de igual forma Ra es humano y es halcón, no es ni uno, sino dos.
Y era esa unión la que quería heredarles.
Duke- ¡Qué día tan más memorable! ¡Oh, vamos, aplaudan todos! –el resto se paró para hacerle coro y los aplausos inundaron el lugar.
El pelinegro tomó arcilla y comenzó a grabar, como buen escribano que era.
Atemu- Muchas gracias a todos –se levantó de su trono, tomó un collar delgado, de plata y con la insignia del halcón-. Es un placer para mí que hayan venido…
"¿Y qué es lo que piensas hacer?
¿Cómo que qué?
Pues sí, ya no tienes a tus camaradas.
…
¿Por qué no te quedas? Mi amo te aceptaría.
Mokuba, ¡ven acá!
No quiero un amo.
Bueno, él te aceptará de todos modos.
¿Tienes dos dragones Seth? ¡Ahh! ¡Mira que laaaaarga cola, jojojo! ¡Mira el sonido que hace cuando la dejas caer contra el suelo hermano! ¿No es genial?
Mokuba, ¡deja eso!
¿Y?
Mmm... tal vez me quede. El niño me agrada…"
Mokuba- ¡Woo! Mira, ¡mira Demián! ¡Qué bonito se ve Mahado! –gritó el niño desde su espalda, aplastándole la cara con sus manitas al alzarse un poco.
Demián- Lo vería… si quitaras tus manos…
Atemu- En este día, yo nombró ante todo Egipto y mi padre Ra, a mi compañero en esta vida…
Ambos ojiazules pasaron a ser custodiados por Seth. Mokuba le puso Demián al primer dragón y Seth, dejándole la opinión a su hermano, dejó que este le pusiera Ángel a su criatura, al cuarto dragón.
Así era más fácil llamarles. Y no sólo ellos, el duelo de monstruos comenzaba a expandirse en todo el imperio, y por doquier, humanos y bestias eran avistados: jugando, luchando, riendo y hasta compartiendo su mesa.
Y la guardiana tan sólo se relajaba, teniendo alguien más a quien proteger de la familia real. Alguien que acompañaría a su Faraón.
Mahado- Y yo acepto pasar el resto de mis días a tu lado… por siempre jamás.
El sol brilló por unos momentos como si se estuviera riendo mientras las nubes del cielo parecían hacer formas juguetonas e infantiles.
Ra- Y que así sea, con dicha y felicidad.
Nut- Tus criaturas son divinas –susurró la Diosa mientras miraba hacia la tierra con ternura.
Ra- Lo sé. Y estoy orgulloso de ellos, probaron que los mensajeros estaban equivocados.
Nut- ¿Cómo lo hiciste? Crear dos especies distintas, al principio pensé que se destruirían y me dio un gran susto.
Ra- Porque había amor. No puedes destruir al amor.
"¿Por qué lo hiciste?
¿Hacer qué?
Abandonar lo que eras, seguir viviendo… eso.
Porque te amo.
¿Sólo por eso, Mahado?
Por eso y mucho más…
Simón pensó que morirías.
¿Y tú?
Que te perdía.
Cómo pudiste creer eso, nunca me has perdido Atemu."
Nut- ¿Cómo lo sabes?
Ra- Porque antes de existir tú y yo, el Amor ya existía. Es más grande que los Dioses y más infinito que el tiempo…
Maná- ¡Waa! ¡FELICIDADES MAESTRO! –gritó abrazando al ex-hechicero.
Mahado- Gracias… -murmuró sonrojado.
El sol se ocultó y Nut se quedó sola, perdida en sus pensamientos. Sonrió y elevó su mano para que las estrellas cayeran por los cielos e iluminarán todo a su paso.
Mokuba- ¡Seth!
Seth- ¿Qué pasa?
Mokuba- Estrellas fugaces, ¡sí! Pediré un deseo… -agregó, poniendo pose de meditación.
La Diosa se envolvió en su manto oscuro y echó un último vistazo. Era verdad, el Amor siempre había existido.
Nut- Y lo seguirá haciendo…
Todos se asomaron a las afueras del palacio y los aldeanos salieron de sus casas, maravillados por tal espectáculo mientras que una nueva ronda de deseos y alegría inundaba a todo Egipto.
Era tiempo de celebrar.
El fin.
Clumsykitty: ¿Yo, cruel? Ah, ¿y tú qué rayos eres entonces? XD Sí, ya salió la daga y ya se casaron esos :) Y ya actualicé ¬¬ Si me sigues reclamando mejor no lo hago en mucho tiempo… Jaja, nos vemos, gracias por el comentario y a ver qué te parece el final.
Terminé, tardé mucho pero lo logré. Actualicé rápido –esto para mí es rápido XD-, debido a que tengo demasiados fics y quiero ponerme las pilas.
Rex- Así que primero empezó con este, su primera historia. Muchas gracias a todos los que se han tomado la molestia de leer, he aquí, después de tanta espera, el último episodio.
Un placer haber estado con ustedes, extrañaré esto, es el primero que hice y al fin dos años después logré acabarlo. Eso no sonó muy bueno, ¿cierto?
Rex- Sin comentarios… esperamos que hayan disfrutado la historia :)
Agradezco la atención y el tiempo que se tomaron para leerlo, por ahora no me queda más que decirles: ¡Nos volveremos a ver!
Guerrera lunar & Rex.
P.D. Cuántos bonitos recuerdos, me divertí mucho. Y ahora sí, ¡re-edición finalizada! Me despido por segunda vez :)
