Habitación de Hermione
Desperté con una presión en mi pecho y no sabía porque, realmente se sentía horrible y me tense al pensar que le podía suceder algo a mis padres, esa misma sensación tuve cuándo recibí la carta de ellos cuándo dijeron que no pasaríamos las vacaciones juntos, vaya esto realmente me angustia y sumándole la actitud de mis mejores amigosDecidí levantarme y ducharme, era muy temprano pues era sábado pero no quería estar en la cama, me quería distraer para que se pasará esa presión tan horrible que sentía, ya totalmente lista baje a la sala común y por la hora y el día no había nadie entonces decidí ir a caminar por el castillo.
Como siempre llevó un libro conmigo, llegue al jardín y me senté a leer un poco, realmente cuándo comienzo a leer no puedo parar, me encanta leer y es como otro mundo para mí y cuándo me di cuenta terminé completamente el libro y me levanté para ir al Gran comedor, en el camino vi a Malfoy sentando con un libro en las manos, me intrigó el verlo tan temprano y haciendo lo mismo que yo.
Lo miré por un momento y quise leer el título del libro pero no alcanzaba a leerlo, su mano lo tapada y supongo que el noto una mirada y volteo a ver de dónde venía y quedé paralizada cuándo me miró, no sabía a dónde mirar y me ardió la cara, seguramente tenía la cara como tómate y lo que más me dejaba así era que él no me miraba mal como siempre lo hacía, me miraba con curiosidad entrecerrando un poco los ojos y luego sólo siguió leyendo, sin duda yo estaba intrigada con su actitud que desde ayer no para de mirarme.
Respiré profundo y exhale varías veces mientras retomaba mi camino al Gran comedor, al fin llegué y ya más calmada que cuándo me encontré a Malfoy que por alguna razón me quedé pensando en sus ojos grises, unos preciosos y brillantes ojos grises que parecían diamantes pulidos. -Ay Hermione pero que estás pensando –dije resoplando ya en la puerta del Gran comedor.
Cuándo entre Harry y Ron ya estaban sentando desayunando, también estaban los gemelos y Ginny, me acerque esperando que ya no tengan esa actitud rara de ayer.
-Hola a todos, buenos días –Dije sonriendo mientras me sentaba.
-Hola –dijo George sonriendo.
-Hermione –siguió Fred también con una sonrisa.
Yo solo sonreí más, ellos realmente le alegran el día a cualquier persona, son únicos y me reí para mis adentros ya que irónicamente son gemelos. Y me alegro que ellos no estén raros conmigo.
-¿Que tal su mañana? –dije mientras me servía zumo de uvas.
-Comenzo –dijo Fred.
-Totalmente –dijo George.
-Magnifico –dijeron al unísono los gemelos.
Yo comencé a reír por sus ocurrencias y les pregunte...
-Vaya, ¿A que se debe que sea una mañana magnífica? –mientras seguía riendo.
-Que mis queridos hermanos ya están planeando una broma para la nueva profesora –contesto Ginny por primera vez.
-Chicos, ¿Tan rápido? –respondí mientras los miraba con una ceja alzada.
-Si, no dejaremos pasar -dijo George.
-Las grandes oportunidades –siguió Fred.
Luego se comenzaron a reír mientras se levantaban y se iban del Gran comedor.
Todos los miramos y nos comenzamos a reir de lo locos y peligrosos que podían ser los gemelos.
Cuándo terminamos de reír se hizo un silencio incómodo y todos nos quedamos mirando y seguimos desayunando, yo los miraba a todos pero parecía que ellos no quisieran que yo estuviera ahí, me siento muy mal y quizá a esto se deba la presión de mi pecho pero no estoy seguro.
Harry y Ron se levantaron y les dije...
-Chicos, ¿Podemos hablar? –con una leve sonrisa.
-No, tenemos cosas que hacer –dijo Ron totalmente cortante y enojado.
-Solo serán unos minutos, no les tomará mucho tiempo –Dije con la mirada triste.
-Que no Hermione, estamos ocupados, quizá después –contesto esta vez Harry muy serio.
-Esta bien –dije y me levanté para irme.
Ellos sólo me miraron y yo mejor me fui a la biblioteca, es mi lugar de paz, el paraíso.
Gran comedor
Harry, Ron y Ginny hablaban entre ellos algo bajo, sólo para que ellos escucharán pero no contaban con un gran legeremante en la mesa de Slytherin.
-Ron, no debiste responder así tan grosero –le regaño Ginny.
-Joder pero que quieres que haga, no la soporto y menos ahora –contesto Ron enojado algo alto, fue entonces que el Slytherin comenzó a prestar atención y a usar legeremancia en ellos.
-Ya nos dimos cuenta amigo pero sabés que tienes que fingir –dijo Harry.
-¿Por qué simplemente no nos alejamos y le decimos que ya no queremos ser sus amigos? –pensaba la comadreja mientras yo estaba en la mente de él.
-Que piensan Ron –Dijo la Mini comadreja.
-¿Por qué no le decimos que ya no queremos ser sus amigos? –Dijo la comadreja con una mueca de desagrado en el rostro.
-Piensa Ron, hay que admitir que ella es muy inteligente y si queremos derrotar al señor oscuro la necesitamos, ya después la podemos dejar –dijo mini weasel Weasley.
Yo me comencé a llenar de rabia por dentro ¿Como podían ser tan basuras con ella? Sé que yo no he sido mejor pero joder, que yo nunca he sido su amigo pensaba yo, realmente mi sangre hervía mientras más me enteraba de lo que esos ineptos pensaban.
Salieron todos del Gran comedor, Hermione no salió de la biblioteca en todo el día, no fue a almorzar ni a cenar pues no quería ver a Harry y Ron, su actitud le dolía mucho.
Ron y Ginny aliviados de no verla en todo el día, Harry se sentía un poco mal pero no podía decir nada y Draco, bueno él si estaba preocupando por la castaña aunque él se seguía recriminando el por qué de esa actitud ahora con ella pero con una gran rabia a los estúpidos de sus amigos.
Eran las 10 de la noche, todos o al menos todos ya estaban en sus casas y algunas hasta durmiendo, Hermione era una de esas personas, ya sólo quería que ese día pasará y que mañana sus amigos fueran los de antes, que dejarán de tratarla así y de alejarla, ella sabía que merecía más.
