Las siguientes semanas fueron agotadoras, estuvimos entrenando y entrenando, entre esos entrenamientos descubrí que mi patronus es una linda loba gris, y con eso llego a mi mente, ¿Cuál podría ser el patronus de Draco?
Casi todos los días teníamos que escabullirnos por todo el castillo para no ser castigados, Draco por suerte era de la brigada inquisitorial y ayudaba bastante a que nos movieramos por ciertos pasillos pero no era solamente eso lo agotador, también el tener que fingir que Ron me gustaba cuándo en realidad me daban náuseas y las ganas inmensas de golpearlo cada vez que lo veía.
Por mi cómo si se hubiera quedado para siempre en la enfermería pero lamentablemente se recuperó y ya lo teníamos destruyendo nuestra paciencia, antes de saber todo sobre él y lo mala persona que es, me gustaba un poco y quizá ya seríamos novios pues él anda muy meloso conmigo pero en estos momentos y con toda la verdad, prefiero un crucio a tener que besar a ese inútil, gracias a la astucia de mi novio no he tenido que llegar a ese desagradable extremo.
Por otro lado los gemelos eran muy buenos actores al menos para engañar a Ginevra, con Ron es muy fácil, no ve la verdad aunque se la pongan de frente pero aún con eso no sabían que pasaba con Ron y su repentino amor real por mí.
Umbridge seguía sacando decretos tras decretos, casi dos muros enteros estaban estampados de tantas reglas que realmente eran absurdas pero teníamos que seguirlas pues Dumbledore no tenía permitido intervenir a excepción de un momento cuándo Umbridge quiso correr a la profesora Trelawney de los terrenos de Hogwarts tras una evaluación general del personal así que algo bien hizo el señor por fin.
18 de junio, 1996
-¡Sirius! –desperté gritando.
-Harry ¿Estás bien? –preguntó Ron.
-No, no estoy bien –respondí torpemente -Sirius, tenemos que ayudar a Sirius.
-¿Ayudar? ¿Con qué? –preguntó Ron desconcertado.
-Lo tiene, Voldemort lo tiene –aseguré.
-¿Por qué dices eso? –volvió a preguntar confundido y asustado.
-Lo vi, vi todo cómo cuándo atacaron a tu padre –respondí nervioso -tenemos que ir al ministerio.
Ron simplemente asintió medio adormilado aún y nos cambiamos de ropa lo más rápido posible y fuimos a buscar a Hermione.
-¡Hermione! –gritamos al unísono con Ron.
No respondían.
-¡Hermione! –volvimos a gritar y ahora sí...
-¿Chicos? ¿Que pasa y por qué gritan? –preguntó molesta.
-Voldemort tiene a Sirius –afirmé seguro.
-¿Que? –gritó sorprendida.
-Te esperamos abajo, tenemos que ir a rescatarlo -dije, casi ordené y nos fuimos a esperarla a la sala común.
Habitación de Hermione
-¿Creés que sea verdad? –pregunté insegura.
-No lo sé preciosa pero sé que el cabeza hueca hará todo por ir al ministerio sin pensarlo un poco –aseguró Draco.
-Es verdad, prácticamente me ordenó a que tengo que ir –dije un poco irritada.
-Es estúpido, ya lo sabés pero bueno, hay que ver que sucede pero entonces me voy para que puedas cambiarte –dijo tranquilamente -ten mucho cuidado ¿Si?
Yo solamente asentí, le dí un casto beso en los labios y él salió por la ventana volando.
Sala común
-¿Por qué tarda tanto? –escuché decir a Harry.
-Tranquilo, ya estoy aquí –solté de golpe haciéndolos exaltarse.
-Nos vas a matar del susto –dijo Harry tocándose el pecho -es hora de irnos.
Y a mí al rededor no sólo estaban Ron y Harry, también Ginny y Neville con quién compartimos una mirada de "esto esta raro"
-¿Y exactamente a dónde vamos? –pregunté poco convencida.
-Al ministerio, es un lugar dónde hay muchas mini esferas –dijo Harry.
-Esa es la sala de las profecías –aseguró Ron.
-¿Cómo sabés eso? –preguntó Neville desconfiado.
-Mi padre trabaja en el ministerio –soltó con obviedad.
Neville simplemente asintió fingiendo estar convencido porque para ser sinceros, nada que salía de la boca de Ron era de confianza.
-Vamos ¿Que esperan? –soltó Harry desesperado.
-¿Estás seguro de que está ahí? –pregunté cautelosa y suavemente.
-Si, obviamente –gruñó irritado
-Iré por Luna –solté de repente y me fui corriendo
Pasillos de Hogwarts
Iba muy rápido, casi corriendo en busca de Luna, ya que ella es la única Nogvagic que se junta con Neville y conmigo a vista de todos, era necesario que ella fuera con nosotros a está locura en la que Harry nos está metiendo y de la que por desgracia teníamos que ir, fingir apestaba.
-¡Luna! –grité cuándo la ví y me acerqué corriendo.
-Hola Hermione –saludó ella sonriente.
-Neville y yo necesitamos de tu apoyo –solté mientras respiraba pausadamente.
-Claro, voy contigo –respondió simplemente.
Y allá vamos de regreso a la sala común de Gryffindor.
-Ya estamos aquí ¿Y ahora? –pregunté directamente a Harry.
-Ahora tenemos que encontrar la forma de irnos sin que Umbridge nos descubra –respondió bastante preocupado -no me importa la forma pero debemos irnos, ¡Ya!
—Vaya, al menos realmente quiere a Sirius— pensé
-Yo sé como irnos –habló Luna con una voz muy tranquilizadora -vamos.
Neville y yo volvimos a compartir una mirada de desconcierto y curiosidad para luego seguir todos a Luna.
Nos llevó a un lugar escondido entre el jardín de Hogwarts. —¿Esto aparecerá en el mapa?— me pregunté mentalmente.
-Muy bien, ¿cómo nos vamos? –preguntó impaciente Harry.
-¡En Ellos! –afirmó Luna al aire.
-¿En esas cosas? –gritó Ron con descontento.
Nadie más que ellos parecían mirar algo que para los demás era invisible.
-Luna, nosotros no vemos nada –respondí por todos.
-¡Oh! Es verdad, a los Thestrals sólo los pueden ver si han visto a alguien morir –razonó Luna –yo vi morir a mi madre.
Entonces entendí esa indirecta, eso iba contra Ron.
-¿A quién viste morir? –pregunté viendo a Ron con el ceño fruncido.
Se puso pálido en un instante y se veía muy nervioso de responder.
-A una tía –respondió rápidamente Ginny salvando a su hermano.
-¡Oh! Lo siento mucho, Ron –dije fingidamente triste mientras lo abrazaba -eso habrá sido muy difícil.
-Fue hace mucho tiempo –respondió mientras correspondía mi abrazó feliz.
—Esto ya es mucho y bastante raro, parece cómo si de verdad me quisiera ahora y eso sería muy triste para él— pensaba.
-¿Entonces cómo nos vamos en algo que no podemos ver? –gritó Harry a Luna.
-Oye, no le grites que ella está ayudando –dijo Neville enojado.
-Si Harry, es comprensible que estés sumamente preocupado pero no tenemos la culpa –secundé a Neville.
-Lo siento Luna pero tengo miedo –se disculpó Harry y se veía realmente arrepentido de su arrebató mientras le daba un ligero abrazo a Luna.
-Si si, ¿Nos vamos? –interrumpio Ginevra abruptamente.
—Esos celos nos pueden servir —pensé feliz.
-¿Cómo nos llevarán? –pregunté curiosa a mi amiga.
-Volando –sonrió acariciando el aire aunque claro, no era el aire simplemente eran invisibles.
Y luego de una breve explicación y ayuda para subir en ellos, todos íbamos en los Thestrals rumbo al ministerio.
Entramos con demasiada facilidad al ministerio lo cuál por ende ya es muy sospechoso pero por lo menos no temo por mi seguridad ni la de Neville y Luna, se que Lucius estará acá porque si hay mortífagos es lógico que él este.
-¿Que hacemos, Harry? –pregunté con el ceño fruncido.
-Buscar –dijo solamente cómo si eso respondiera la pregunta.
-¿Podrías ser más específico? –preguntó Neville.
-Creo que se refiere a la sala de las profecías –respondió Ron.
-Tiene sentido –razoné.
Y comenzamos a andar por el ministerio buscando sala tras sala hasta que la encontramos, una puerta a lo lejos y Harry en cuánto la vio comenzo a correr y con ello todos detrás de él.
En cuánto entramos, quedé sorprendida al ver la cantidad de profecías que había en la sala, era inmesa, simplemente comenzamos a caminar con la varita en alto y en Lumos.
-Harry –llamó Neville -esta tiene tu nombre.
Todos nos acercamos a dónde se encontraba la profecía con el nombre de Harry, él estaba por tomarla cuándo escuchamos pasos, todos volteamos levantando las varitas y venía alguien con una máscara.
—Mortifago— pensé rápidamente.
-¿Dónde está Sirius? –preguntó Harry.
-Potter, ya deberías aprender la diferencia entre los sueños y la realidad –habló cínicamente mientras se quitaba la máscara y era Lucius -sólo viste lo que el señor tenebroso quería que vieras.
-No, Sirius tiene que estar acá –se exaltó Harry.
Lucius soltó una breve carcajada.
-Dame la profecía –ordenó Lucius.
-La romperé si se acerca –amenazó Harry.
Una risa demasiado burlona se escuchó detrás de Lucius.
-Que adorable, él sabe como jugar –soltó burlonamente Bellatrix saliendo de las sombras –el lindo y pequeño bebé... Potter.
Luna, Neville y yo compartimos una mirada pensando en que podíamos hacer pero Neville improviso.
-Bellatrix Lestrange –soltó él fingiendo molestia.
-Neville Longbottom, ¿No? –dijo Bellatrix –¿Que tal tu familia?
-Ahora estarán mejor ahora que los vengare –afirmó Neville apuntando la varita hacía Lucius y Bellatrix.
Eso hizo que Bella levantará la varita también pero pudimos ver un guiñó de Lucius hacía nosotros tres y comprendimos que Bella ya sabía que teníamos toda la información sobre que ella no era culpable y también fingia.
-Todos vamos a calmarnos –dijo Lucius lentamente -sólo queremos, esa profecía.
-¿Por qué Voldemort necesitaba que yo la tomará? –pregunto Harry seguro.
-Te atreves a decir su nombre, estúpido –gruñó Bella -sangre sucia maldito.
Antes al escuchar eso me hubiera sentido mal pero ahora que se que no importa realmente, me siento tranquila pero por un momento vi la sonrisa que se asomó en el rostro de Ron.
—Vaya, simplemente esté no le tiene lealtad a nada ni nadie— pensé con desagradó.
-Respira cuñada, él sólo tiene curiosidad –afirmó Lucius entrecerrando los ojos.
-Responde entonces –desafió Harry.
—Simplemente dile que te golpeé y ya, más fácil— pensé sarcástica al ver la actitud de Harry.
-Las profecías sólo pueden ser tomadas por las personas sobre las cuáles han sido hechas –respondió tranquilo.
Está actitud tranquila la conozco pero en casa, justo ahora no pensé que estuviera él tan relajado así que algo está por venir.
-Tienes suerte, ¿No tienes curiosidad por saber cuál es la conexión entre tu y el señor tenebroso? ¿Por qué no pudo matarte cuándo solamente eras un bebé? ¿No quieres saber el secreto que esconde tu cicatriz? las respuestas están ahí, en tu mano, Potter –soltó Lucius haciendo evidente la confusión en Harry
Y entonces nos dimos cuenta, estábamos rodeados de mortífagos y entonces la escuché.
-Neville, Hermione, soy Luna –habló en nuestra mente -vamos a atacar pero con hechizos simples, a nosotros tres no nos atacarán correctamente, sólo a Ginny, Ron y Harry.
Compartimos una mirada trás eso y estábamos listos para "defendernos"
-He esperado 14 años para esto, puedo esperar un poco más –dijo burlonamente Harry -¡ahora!
Y todos en conjunto lanzamos un —desmaius—
y comenzamos a correr pero Harry aún tomó la profecía, en un momento voltee y vi el golpe que le dió un mortífago a Ginny, en mi interior me reí, no es correcto que me riera pero se lo merecía.
-Levicorpus –lanzó Luna pero pude ver qué lo lanzó más hacía un lado y no dandole a la persona.
-Petrificus Totalus –soltó Neville, dejando petrificado a uno de ellos.
Volvimos a quedar los 6 en el mismo lugar.
-Reducto –lanzó exitosamente Ginny, tanto que provocó un estruendo y comenzaron a caer las profecías sin detenerse.
Aunque me preocupé por el mortífago, al menos sé que a nosotros 3 no nos quieren matar.
-Vuelvan a la puerta –gritó Harry desesperado.
Todos comenzamos a correr nuevamente
Grave error, en cuanto cruzamos esa puerta caímos al vacío pero bendita sea la magia porque logramos evitar terminar estampados en el suelo.
Harry aún llevaba en sus manos la profecía así que me acerqué.
-Harry, Dámela –dije cautelosa -no pensarán que yo la tengo.
Él me miró y solamente asintió dándome la profecía, solamente vi a Luna.
-En un momento regresarán, te la quitarán pero tranquila, sabés que mis tíos están con él por apariencia, realmente no le darán nada –dijo Luna.-Lo sé, tranquila –pensé para poder transmitirselo.
-Departamento de misterios, le queda muy bien el nombre –dijo Ron sonando divertido.
-Esas voces, ¿Comprenden lo que dicen? –dijo Harry, parecía hipnotizado caminando hacía un arco que estaba medio de la sala.
-Yo no escuchó voces, querido –dijo Ginny -vámonos de aquí.
-Yo también las escucho –dijo Luna acercándose con aire soñador.
-Si pero tú estás loca –dijo Ginny.
-Oye, no le digas así –reprendí enojada, Luna no estaba loca, era diferente pero eso la hacía mejor persona.
Ginny solamente rodó los ojos y levantando la ceja altanera.
-Harry, vámonos –repitió Ginny.
Harry reaccionó por un momento.
-Detrás de mi –ordenó rápidamente.
Todos nos pusimos atrás de él mientras alzabamos las varitas pero eso fue simplemente una emboscada, nos atacaron velozmente y sin hechizo, prácticamente secuestrandonos.
Cada mortífago tomó a uno de nosotros.
Rodolphus Lestrange, el señor Nott, Parkinson y Zabini.
Neville fue inmovilizado por Bellatrix, Luna por el señor Nott, Ginevra por el señor Parkinson y Ronald por el señor Zabini y yo por Rodolphus.
Lucius se acercó a Harry a paso lento y elegante —Ya vi de dónde salió Draco—pensé divertida.
Harry se levantó y fue cuándo se dió cuenta de la situación en la que estábamos.
–finge que te hago daño –me recomendó Rodolphus en un suave susurró.
Simplemente asentí un poco y me quejé cómo si él me hicera daño.
-En realidad creíste que unos niños podrían detenernos, que ingenuo –soltó una risa seca -esto es simple, solamente dame la profecía, ahora o verás a tus amigos morir.
-No se la des, Harry –gritó Neville seguro, lo que los Weasley y Harry no sabían era que Bella le susurró a Neville que dijera eso.
-Lucius, ya no pierdas el tiempo con Potter –soltó Rodolphus de repente –mira esto.
Él alzó la profecía y sonrió maliciosamente.
Harry parecía que había entrado en pánico al ver que me quitaron la profecía aunque claramente yo la di voluntariamente pero hay que fingir.
-Vaya Potter, eres tan estúpido –gritó Bellatrix riéndose escandalosamente.
Lucius se acercó a nosotros, cómo iba de espaldas me guiñó un ojo, yo simplemente reprimi la sonrisa que amenazaba con aparecer en mi rostro. Tomó la profecía y la alzó al aire bastante orgulloso cuándo unas luces blancas nos rodearon.
—aurores— pensé rápidamente.
-No te acerques, a mí ahijado –soltó Sirius parado atrás de Lucius y le soltó un puñetazo haciendo que cayera hacía atrás y pude ver que la profecía caería al suelo pero se detuvo en el aire con la vista de Lucius fija en ella.
—vaya suegro, eso es ser veloz— pensé divertida.
En un momento ya todos estábamos liberados de los mortífagos.
Simplemente comenzaron a volar hechizos por todos lados sin parar, si no estuviéramos en peligro de que nos diera un hechizo realmente esto sería entretenido de ver.
Lucius y Sirius comenzaron una batalla muy reñida hasta que Bellatrix voló hacía él en su forma velo negro y atrapó a Sirius para desaparecer de la escena, Harry se quedó en shock y cayó al suelo, comenzó a llorar al darse cuenta que él tuvo la culpa de que se llevarán a Sirius, por ser tan imprudente y hacer las cosas sin pensar secuestraron a su padrino.
Luego de unos minutos más de batalla los mortífagos escaparon exitosamente pero nos dimos cuenta de que falta una persona más después de Sirius, los mortífagos se llevaron a Ginny y eso dejo en un lamentable estado a Harry y Ronald...
