Hola! Si aqui ando de nuevo... con una historia calientita y recién terminada oo... tenía que escribirla pues me estaba dando vueltas y vueltas en la cabeza y me impedía seguir con la otra ¬¬ asi soi io .. rara jeje

Esta historia está dedicada a mi momio! Lumita :) que lo quiero muxoooo y le había prometido que uno de mis fics sería para dedicárselo ;)

Bien... es un fic de Universo Alterno! ok? tiene una leve relación pero no es la continuación del anime ni del manga ni nadap x el estilo...!

Weno... me despido, estoy nerviosa jeje no sé si será de su agrado! y dependiendo de que vea si tiene aceptación o no veré si lo continuo :( so... ya saben... UN REVIEW! aunque sea chiquito!

Chrno Crusade no me pertenece, todos los personajes son de Daisuke Moriyama y yo me limito a hacer un fic de su maravillosa obra como es este anime!

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Entre El Cielo & El Infierno

Capítulo I

El Peor Día De Mi Vida

Se escucharon tres fuertes chillidos emitidos por el despertador eléctrico, el abanico giraba perezoso moviendo con suavidad las cortinas que cubrían las ventanas dejando fluir el ambiente pesado y flojo de la habitación. No había una pizca de orden… todo estaba tirado en el suelo, ropa, zapatos, libros, botellas de licor y vasos… desprendiendo un olor embriagador.

Una melodía empezó a escucharse resonando en los tímpanos del chico, trató de cubrirse los oídos pero la melodía comenzaba a intensificarse hasta volverse insoportable… extendió su mano morena hasta la mesita de noche, tomó el celular y lo aventó contra la pared, disponiéndose nuevamente a dormir; su tranquilidad no duró mucho pues el teléfono empezó a sonar… una y otra y otra vez…

- ¡Maldición! – gritó tapándose la cabeza con la almohada.

Por el momento no me encuentro en casa, así que deja tu mensaje y apenas llegué te hablaré. Gracias

- Benditas sean las contestadoras automáticas… - murmuró volviendo a dormirse.

- ¡CHRNO!

Abrió los ojos bruscamente… y miró el teléfono.

- ¡Sé que estás ahí¡Maldito perezoso¡Levántate y contesta el teléfono¡No creas que tu cruda te va a salvar del trabajo¡Que te sirva de lección para dejar de tomar tanto!

Obedeció a regañadientes, se levantó y contestó el teléfono muy enojado.

- ¡Mujer loca¡Es Domingo¡Hoy no trabajo!

- ¿A quién le llamas mujer loca¡Demonio de tercera¡Te presentas en la oficina o te despido y ve quien te da trabajo!

Por el sonido en la bocina, Chrno dedujo que había colgado con gran fuerza… suspiró resignado, pero estaba dispuesto a cobrar el doble pues no le tocaba trabajar. Se dio un baño de agua caliente… bueno, a la mitad se volvió helada.

- ¡Hoy no es mi día! – gritó cerrando a toda velocidad las llaves de la regadera.

No quiso ni intentar prepararse algo de desayunar, contando lo bien que había empezado el día capaz y se incendiaba la cocina o algo por el estilo… claro, nada que lo pudiera dañar pero no contaba con el dinero para reparar la casa. Manejó relativamente "bien", claro, solo se peleo con 3 señores, una chica que empezaba a manejar y una ancianita a la que casi atropella y le reclamó por haberse metido en su camino ¿Qué se creía el mundo¡Convivir con simples humanos era suficiente castigo¡Y de encima se ponían sus moños! Aunque no todo era malo… casi causó una carambola en plena autopista por andarse "deleitando" la vista con unas chicas que pasaban por ahí… ¡Alguna cosa buena tenía que haber!

Estacionó su coche, nada estrafalario pues no tenía el sustento económico para tener uno mejor, pero se conformaba con su Chevy… Nunca cambiaba esa expresión de molestia y por eso todos en la oficina preferían no hablarle. Llevaba algunos años con ese tipo de vida, trabajaba en uno de los edificios mas altos y lujosos de todo Nueva York, aunque fuera un empleado se sentía con los humos por los cielos cuando la gente lo miraba entrar. Abordó el elevador por la fuerza, pues iba lleno pero no pensaba esperar el siguiente… suficiente tenía con trabajar y de encima tener que esperar… escuchó algunas risitas y susurros a su lado, volteó algo distraído viendo como un grupito de secretarias se sonrojaba y fingían ser la desentendidas… sonrió satisfecho, era vanidoso y adoraba ser admirado… y es que todas en el edificio lo hacían pero temían demasiado para hablarle… su jefa siempre les metía miedo sobre él y hasta habían llegado a pensar que era porque tenían algo más que una simple relación de trabajo. El elevador se fue vaciando y solo quedaba él y las secretarias… sabía que lo iban siguiendo pues nadie más iba hasta el último piso, era una zona casi restringida para los empleados comunes, jugaban a darse empujones entre ellas, hasta que entre todas empujaron a una pobre chica que Chrno detuvo de caer y propinarse un fuerte golpe contra la pared del elevador.

- Gracias… - dijo con mirada soñadora y roja de pies a cabeza, mientras sus amigas morían de envidia…

- De na…

El elevador de abrió mostrando a una esbelta mujer pelirroja en la puerta, tenía la expresión dura y los puños cerrados con fuerza.

- ¡Señorita Harvenheit! – exclamó una de las secretarias mientras la otra se separaba de Chrno.

- ¡Borracho y de encima mujeriego! – gritó jalándolo de la oreja.

- ¡Ay ay ay ay¡Eso duele, mujer¡No soy de hule!

Lo sacó del elevador dejando a las chicas completamente confundidas, ellas apenas si se atrevían a mirarlo y la jefa lo trataba como se le antojaba.

Cerró la oficina y caminó con largos pasos hasta la silla de su escritorio, se sentó y entrelazó los dedos de manera seria.

- Toma asiento…

- ¿Qué¿En serio voy a trabajar¡Pero Satella¡Estaba esperando este día para descansar!

- Todavía tienes aliento alcohólico – dijo sacando unas pastillas de menta de su cajón - ¿Nunca aprenderás?

Se las lanzó y él las atrapó sin mucho interés.

-No tomé tanto… - Satella levantó una ceja sin creerle – Bueno… tal vez me excedí levemente… ¡Pero no fue demasiado!

- Si como no… es un milagro que regresaras a casa en una pieza sin estrellarte en el camino… y… ¿Por qué vienes vestido así?

Chrno se miró, no había nada de malo, unos jeans y una playera negra como cualquier otra.

- ¿Qué tiene?

- ¡Viniste a trabajar!

- ¡No pensé que de verdad fuera a trabajar!

- Sabes que tenemos un gran peso encima… además de que estamos especializados en todo tipo de seguridad… ya sea personal como para el hogar, somos prácticamente la mano derecha de la Iglesia… ¡Del Vaticano!

- Y… ¿A mí qué¿Se te olvida que soy…?

- Un demonio – completó con disgusto – No lo repitas tanto que me desagradas cuando me lo recuerdas.

Chrno miró hacia el enorme ventanal, ahora el mundo era difícil hasta para alguien de su especie.

- Sé que siempre te he mandado como guardia de seguridad de algún político… o una celebridad… pero hoy es diferente…

- ¿En qué? – preguntó sin interés paseándose por un librero donde habían varias fotos de su familia… pero la que le llamó más la atención fue la de una hermosa chica de cabello negro y largo, mayor que Satella pero de gran parecido.

- Ya he mandado a Fiore a cuidar a uno – dijo preocupada.

- ¿Mandaste a tu hermana?

- Si… es mucho mas fuerte que yo… podrá cuidarlo sin ningún problema.

- Para que mandaras a Fiore debe de ser algo importante…

- Pues… - se levantó y caminó hasta el ventanal – Se trata de tu hermano.

Chrno sintió un fuerte golpe en el estómago, como si le estuviera haciendo falta aire y miró a Satella con los ojos rojizos muy abiertos.

- ¿Aion¿Qué pasa con él?

- Hemos descubierto uno de sus planes… supongo que es el base, sin ese no podrá seguir…

- ¿Planes¿Qué pasa¡Contesta!

Para esto ya había avanzado hacia ella y la sostenía fuertemente por los hombros.

- Cálmate… - dijo empujándolo – Necesita a los apóstoles…

- ¿Apóstoles? – sonrío aliviado – Dios jamás enviaría una luz de esperanza a este mundo…

- Trágate tus palabras, Chrno – se volteó y sacó unas fotos del cajón – Hemos localizado a dos… uno está en Europa estudiando Arqueología y la otra niña en Alemania…

- ¿Qué…? – cogió las fotos y miró primero la foto de un chico muy rubio y de grandes ojos azules, en la segunda foto se veía una niña de cabello largo de un tono lila claro… - ¿Cómo saben que ellos son apóstoles?

- Ambos han mostrado habilidades de curación… y han presenciado la aparición de ángeles…

- Eso no significa que sean apóstoles…

- ¡Claro que no, sólo tienes poderes sobrenaturales y milagrosos de la nada¡Así como el que tú tengas cuernos no significa que seas un demonio! – dijo con sarcasmo.

- Como digas, Satella ¿Y a quién voy a ir a cuidar?

- A ninguno de ellos… - le respondió con una sonrisa – Fiore ha ido por el chico y Remington por la niña…

- ¿Entonces¿Me despertaste para platicarme esto? ¬¬

- Tu misión es otra…

- Habla…

- El chico que está en Europa, Joshua, tiene una hermana… ella no presenta nada fuera de lo normal… pero por alguna razón, tu hermano la ha estado espiando… han intervenido su línea telefónica, las cuentas de banco son revisadas…

- ¿No será por el chico?

- No, a él también lo tienen bien vigilado… - suspiró – Steiner fue haciéndose pasar por el técnico de la televisión y descubrió una cámara… como la chica salió un momento aprovecho para revisar todo el lugar y encontró 18 cámaras…

- A lo mejor es el amor platónico de mi hermano – sugirió.

- Tal vez… pero no podemos arriesgarnos a dejar que complemente sus planes… ya viste que pasó hace algunos años aquí mismo, simplemente por tomarnos todo a la ligera… el 11 de Septiembre es un día de luto internacional.

- Buuueeennooo… ¿No podemos esperar a mañana?

- Nop… la chica da asesorías de historia los Domingos al medio día…

- ¿Asesorías de historia¿No crees que me veo un poco grandecito… a menos que…?

- Oh si…

- ¡OH NO¡ME NIEGO ROTUNDAMENTE! – gritó alejándose como queriendo huir.

- ¡No tienes derecho a negarte¡Stainer!

El mayordomo entró con unas bolsas, al parecer estaba atento pegado a la puerta a cualquier llamado de Satella.

- Señor Chrno, su ropa…

El chico tomó las bolsas y sacó un pantalón que ni a golpes le quedaba, suspiró derrotado y miró con cierto coraje a Satella.

- ¿Por qué te enojas así¡Si te ves tan mono!

- No me quiero ver mono… me gusta así como estoy…

- Eres el único que puede tomar la apariencia de un niño de 12 años, justo la edad perfecta pues son asesorías de secundaria… ve a cambiarte… ya casi son las 12…

- ¿Y mi aliento¿Seré un niño borracho? – preguntó como viendo una luz de esperanza - ¡Ni las mentas lo pueden disfrazar!

- Pero si mi perfume… - se acercó rápidamente y le roció una loción que casi lo mata ahogado.

- ¿Qu-e…é t… e p-as..a¡Me vas a intoxicar¡Es perfume… y de mujer!

- ¡Muévete! – ordenó furiosa empujándolo de una patada al baño - ¡Y si te demoras no te pagaré el día!

Pudo oír claramente que le grite algo en un idioma desconocido para ella, sonrío satisfecha pues su voz ya no era la de un chico adulto, sino la de un niño pequeño.

- ¿Estará bien que vaya el señor Chrno? – preguntó Stainer sacando una gorra roja del fondo de otra bolsa – Su carácter no es el de un niño.

- Pues… - meditó – No tenemos otra opción…

A los 10 minutos salió un niño del baño con cara de pocos amigos, con la mandíbula apretada enseñando levemente unos colmillos y el cabello largo y recogido en una enorme trenza. Cogió la gorra roja y se la acomodó escondiendo sus orejas puntiagudas frente a un espejo en un rincón.

- Te llevaré – dijo Satella sonriente.

- Puedo ir yo solo… - gruñó sin mirarla.

- ¡Claro que puedes¡La policía no dirá nada al ver manejando un niño de 12 años!

Chrno la miró sobre su hombro entrecerrando sus ojos, se dio la media vuelta indignado y se dirigió a la puerta.

- Pues muévete… ¡Que no tengo tu tiempo!

- Ya va, niño de negocios… Steiner, si me buscan di que no tardo…

- Claro que si, señorita Satella - dijo haciendo una pequeña reverencia.

Iban a prisa, prácticamente corrían mientras la miradas curiosas se enfocaban en ellos, en muy raras ocasiones se había visto a ese niño por el edificio y siempre acompañado de Satella.

Chrno miraba por la ventanilla, poco a poco veía como se alejaban del centro de la ciudad… casi nunca iba por esos rumbos pues vivía gente de clase media con la que no estaba acostumbrado a tratar… sólo hablaba con quienes le dijera su jefa, magnates, políticos, celebridades… todos igual de…

- Tontos – pensó recargándose en el asiento.

- Ya he hablado con la chica… tu estudias con maestros particulares pero el profesor de Historia está muy enfermo… ¿De acuerdo?

- Ajam…

- Soy tu prima, eres huérfano… no supe que inventarle sobre tus padres…

- Le hubieras dicho la verdad – sonrío ampliamente robándole una risita a Satella.

- Me hubiera colgado el teléfono en el momento… es bastante religiosa.

- De seguro una tipa fea, sin vida y que solo le queda creer en un salvador que nunca llegará…

- Blasfemo…

- ¡No soy blasfemo!

- ¡Vaya que lo eres! Mira, ahí es…

El chico se asomó con curiosidad, habían varios automóviles estacionados y niños corriendo por el jardín de una acogedora casa, Satella se sintió un poco mal… el llevar su Mercedes del año la harían lucir como una persona materialista y frívola… cosa que no era del todo mentira.

- Hubiéramos venido en tu Chevy – dijo estacionándose en la acera de enfrente.

- Humíllame más ¬¬…

- Hoy no tengo ánimos – río burlesca.

Ambos bajaron del automóvil, inspeccionando el lugar de pies a cabeza, todo normal… extremadamente normal… los padres de los niños se marchaban y los pequeños empezaban a entrar a la casa. Satella apresuró el paso jalando a Chrno bruscamente de la mano.

- ¡Tranquila¡Mi manooooouuuu!

Tocó energéticamente la puerta que acababa de cerrarse y aguardo un instante mientras el niño lloriqueaba por su mano. Escucharon la cerradura al abrirse, y una linda chica rubia asomó frente a ellos; Chrno quedó pálido… se parecía tanto a alguien que había querido tanto hacía ya muchos años, era hermosa, no tenía porque negarlo… con el cabello rubio y largo hasta la mitad de la espalda con los ojos de un tono azul rey y la piel blanca de apariencia sedosa a simple vista… vestía un vestido azul cielo sostenido por dos delgados tirantes que permitía ver un poco más de su piel. La chica se agachó hasta quedar a la altura de Chrno y le tocó suavemente la nariz dejándole un tono rojizo en las mejillas.

- Tú debes ser Chrno – dijo sonriendo – Mi nombre es Rosette

Pero Chrno estaba enmudecido, disimuladamente Satella le dio un pisotón con el tacón de aguja de sus altos zapatos haciéndolo gritar y brincar por todos lados.

- ¡TONTA! – gritó furioso.

- Es un poco rebelde – le confesó Satella al oído a la chica.

- No se preocupe, he visto casos así…

- ¬¬… - Chrno las miró mas enojado que antes.

- Jajajaja bien… paso por ti en la tarde…

- ¿Tarde¿A qué hora?

- ¡A las 5! – le gritó Satella quien se alejaba caminando con elegancia hasta su Mercedes dorado.

- ¿QUÉ¡SAATTEEELLLLAAAA!

Pero la mujer ya se había marchado…

- Vamos, Chrno – Rosette le tomó la mano y lo dirigió hasta el comedor.

No podía ser peor… definitivamente era el día más catastrófico de toda su larga existencia… por fin una chica muy linda y él con apariencia de niño… suspiró hondo y fuerte contando hasta 10 para no gritar desesperadamente. Pero claro que las cosas podían ser peores… miró a los niños del comedor y comprendió que sería un milagro sino terminaba arrancándose los cuernos por voluntad propia… todos eran bobos… uno incluso se estaba comiendo su moco como un gran banquete y todo empeoró aún más cuando su ahora maestra le asignó el lugar junto al niño del moco…

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Qué les pareció? Debo de continuarlo? ToT

Reviews! Sólo así sabré si fue de su agrado :)

Hasta el próximo capítulo de este fic o en el de "La Sombra Del Corazón"

Xao!