Capítulo VI

Cómplices

Empezaba a sentir que había sido tonto… ¡A los ojos de cualquiera lo sería! Era prácticamente una burla que una simple humana como ella (que ni si quiera tenía una buena condición física) pudiera proteger a uno de los demonios más poderosos existentes en el mundo e infierno. Las cosas no habían cambiado en su totalidad, Chrno simplemente la llevaba a la escuela y luego se desaparecía en el trabajo volviendo a altas horas de la noche, cuando para Rosette era casi un reto mantenerse despierta debido a la temprana hora que tenía que levantarse ¿Y cómo lo soportaba Chrno? Tal vez era uno de los muchos misterios demoníacos que él albergaba. Pero aún así ella lo intentaba cada noche.

Y como de costumbre aguardaba frente a la ventana con el departamento en tinieblas para pasar totalmente desapercibida, observando como estacionaba el coche y bajaba de este para entrar a su departamento ¿Por qué no podía acercarse? Ese día estaba segura de haber roto una de las barreras que los distanciaba, pero al día siguiente Chrno parecía haber olvidado todo al respecto.

Lo que ella no sabía era la incesante presión que Satella estaba ejerciendo sobre el demonio, desde que todas las mañanas lo hubiera tomado como su sirvienta particular para prepararle el café, hasta mandarlo a buscar cualquier dato de donde podría estar la tumba de María Magdalena, la cual había sido celosamente guardada por el Vaticano y por lo cual era prácticamente imposible saber el paradero… aunque trabajaran para ellos no parecían tenerles el 100 de confianza.

Chrno entró a su departamento con la sensación de haber sido observado minuciosamente en el pequeño trayecto del automóvil a la puerta de su hogar, pero como todo, decidió ignorarlo… Ni se molestó en prender las luces, tenía tanto sueño que si se dejaba caer en el sofá ahí mismo se dormiría, pero por experiencias anteriores prefirió aguantar un poco más hasta llegar a la cama ¡No quería tener tortícolis al día siguiente! Unos pequeños pasos en el techo le advirtieron que Rosette permanecía despierta y tal ves hasta con insomnio… pero… no eran cosas de su incumbencia… esa noche solo quería dormir y olvidarse momentáneamente de todos los problemas con los había estado lidiando y con los que de seguro lidiaría mañana.


Rosette se despertó cuando el sol logró que abriera los ojos al olvidarse cerrar las cortinas por pasarse la noche anterior espiando a cierto demonio vecino; miró con somnolencia el reloj de mesa que marcaba las 11 de la mañana de lo que parecía ser un caluroso Sábado…

- Me desvele mucho – murmuró frotándose suavemente los ojos.

Se incorporó con lentitud y acechó con precaución comprobando que el chevy de Chrno seguía estacionado en el estacionamiento y al parecer no se había movido de ahí desde la noche anterior, en medio de sus pensamientos el sonido opaco de un teléfono la hizo reaccionar, por un momento pensando que se trataba del teléfono de su departamento para luego caer en la cuenta de que el sonido provenía de la planta baja… y nadie parecía contestar…

Por el momento no me encuentro en casa, así que deja tu mensaje y apenas llegué te hablaré. Gracias – se escuchó de la conestadora automática.

Al parecer nadie pensaba responder… aunque de inmediato se escuchó un fuerte grito.

- ¡CHRNO! – gritó Satella Harvenheit desde el otro lado de la bocina.

Y luego algo rompiéndose contra la pared… ¿Chrno había roto el teléfono? Si es que en el intento no se había ido algún fragmento de la pared… De inmediato se escuchó una melodía pegajosa que también finalizó con un fuerte golpe contra algo ¿Estaría bien Chrno¡O tal vez alguien había entrado a su departamento y lo había lastimado! Alarmada con tan solo pensarlo cogió un saco y salió a toda prisa de su departamento mientras dentro de este comenzaba a sonar también el teléfono…

- ¡Chrno! – exclamó golpeando incesantemente la puerta - ¿Estás bien¡Chrno!

La puerta se abrió lentamente asomándose solo un par de ojos dorados que destellaron en medio de las sombras, sacándole un gritito a Rosette.

- Si estoy bien – respondió Chrno con desgano.

- ¡Ah¿Chrno…?

- Si…

- Que diferente te ves por las mañanas o.o

- ¿Qué insinúas? ¬¬

- No, nada ' es que me asusté porque no respondías al teléfono… y luego se escuchó mucho ruido.

- ¿Cómo sabes?

- Porque se escuchaba todo en mi habitación…

Chrno se alejó de la puerta dejando entrar a Rosette en su desordenado y sombrío departamento.

- ¿Qué hora es? – preguntó bostezando.

- Como… las 11 de la mañana.

- Con razón esa vieja está histérica…

- ¿Quién…?

- Satella – respondió recargándose en la pared quedando justo frente a ella, aunque la chica apenas si podía ver algo – especialmente hoy me pidió que fuera temprano al trabajo… y como verás se me hizo levemente tarde.

- Si ya me di cuenta… - dijo mientras trataba de ver a su alrededor - ¿Puedo abrir las cortinas?

- No te lo aconsejo…

- Es que así no veo casi nada – musitó apenada.

Chrno extendió una mano y abrió rápidamente la cortina de la sala, dejando ver un lugar hecho un total desastre con ropa por todos lados y bolsas de frituras regadas por el suelo.

- Esto necesita una limpieza – dijo ahogando un grito de sorpresa.

- No necesito que me lo recuerdes.

La rubia se giró a verla sin estar preparada para eso… ¡Ver a Chrno sin camisa y en pantalones de dormir era demasiado para cualquier mujer! Su rostro se tiñó de un suave color rojizo que trató de disimular dándole nuevamente la espalda.

- Iré a cambiarme para el trabajo – dijo cansándose con solo pensar en su largo día - ¿No quieres venir?

- ¿Ir al trabajo contigo? – preguntó ilusionada girándose nuevamente… y repitiéndose el rubor en su rostro.

- Si… dudo que Satella me regañe mucho si me ve contigo…

- ¿Algo así como un pretexto?

- Ajá…

- Peor es nada ¬¬ - murmuró desilusionada.

- ¿Dijiste algo?

- ¡No, no! – negó nerviosamente – Iré también a cambiarme de ropa… ¡No tardo!

Salió disparada para su departamento, ignorando los mensajes de la contestadora automática… ¡En esos momentos tenía cosas más importantes! Como encontrar que ponerse… algo casual, femenino y bonito… Luego de saquear su guardarropas se decidió por una cómoda y sencilla falda de tablones negra, una blusa de mangas tres cuartos de un tono rojo vino y unos cómodos tenis converse… ¡Pero ni tiempo de hacerse algún peinado! Solo cepillo su cabello rápidamente y bajó a toda velocidad donde Chrno ya la esperaba.

- Tardaste – le dijo de manera indiferente pero mirándola de pies a cabeza.

- ¡Lo mismo digo por ti! – exclamó profundamente indignada pasándolo de largo.

- ¿De mi por qué?

- ¡Calla¡Que soy tu perfecta excusa para evitar un regaño¡Y no quieres que tu excusa se enoje contigo¿O siii? ¬¬ ¡Así que moviéndote que también tengo cosas que hacer!

Chrno parpadeo repetidas veces tratando de asimilar que esa "inofensiva" chica le había hablado de esa manera… ¡A él¡Un demonio de su rango y poder!

- ¡No me vuelvas a hablar así…!

- ¡Por los mil demonios¡Muévete! – ordenó mirándolo asesinamente mientras Chrno caminaba furioso hacia ella y el automóvil.

Se subió furioso y encendió el auto… pero… Rosette aguardaba recargada en la portezuela del otro lado.

- ¿Se puede saber que esperas? La puerta está abierta…

- Como todo un caballero deberías de abrirme la puerta… ¡Esta excusa no se mueve de aquí hasta que le abras la puerta!

Chrno estuvo a punto de gritar, pero se contuvo apretando fuertemente los puños… ella tenía razón, necesitaba de su "excusa". Dio un largo suspiro mientras juntaba fuerzas de los más recónditos lugares de su ser, se bajo y como el caballero que no es XD le abrió la portezuela del automóvil a la rubia.

- Gracias – dijo con una sonrisa fingida y abordó el automóvil.

- Mujeres humanas – masculló regresando a su asiento - ¿Ahora podemos irnos?

- Yo que tú ya estaría en marcha – dijo distraídamente mirando el largo de sus uñas.

Otro suspiro…

Parece que sería un largo día…


Como todos los días, el edificio de la compañía Harvenheit se hallaba abarrotado de gente. Sin vacilar ambos se dirigieron al elevador… con otras 10 personas apretujándose entre si, pero para su fortuna ninguno más se dirigía al último piso del lugar, dejándolos un poco mas relajados… pero sin dirigirse la palabra. Al llegar al último piso, lo primero que vieron fue a Satella corriendo de un lado a otro, pero al verlos detuvo en seco y abrió la boca para gritar pero fue detenida por Rosette.

- ¡Fue mi culpa, Señorita Harvenheit! – se disculpó con una gran reverencia.

- ¿Rosette? – murmuró atónito Chrno, no se habían puesto de acuerdo sobre que dirían.

- Lo siento mucho… es que no había podido dormir en la noche y en plena madrugada baje a despertar al señor Chrno que amablemente me dejó quedarme en su sala a platicar… Por mi culpa se desveló y yo tampoco pude despertarme temprano… todo es mi culpa, realmente lo siento mucho…

- ¿Es verdad Chrno? – preguntó Satella un poco más calmada.

- Si…

- Bien, debo admitir que me parece admirable que Chrno haga eso por alguien… por esta ves lo pasaré por alto, pero no quiero que se repita ¿Entendido?

- Claro que si Señorita Harvenheit – afirmó sonriente Rosette.

- Bien… Chrno acompáñame a mi oficina, quiero hablar contigo… ¿Nos permites, Rosette?

La chica asintió dirigiéndole una mirada de complicidad al demonio, quien aún estaba sorprendido…

Satella cerró con llave la puerta y se dirigió a su enorme asiento tras el escritorio.

- Aion ha capturado a uno de los apóstoles – dijo tratando de mantenerse serena.

- ¿Cuándo…?

- Hace apenas un par de días… en los que se ausentó Remington, tuvo una pelea de frente a Aion y estuvo muy mal herido.

- Si me comentó Rosette que llevaba unos días sin ver a Remington por el colegio… ¿Y cómo se encuentra?

- Yo veo que bastante bien – dijo asomándose por lo que parecía ser una ventana que le permitía ver que sucedía fuera de la oficina.

En la recepción se veía claramente a Rosette conversando animadamente con Remington, cosa que inexplicablemente le causó una punzada de enojo a Chrno.

- Harían una adorable pareja ¿No crees? – le preguntó la pelirroja notando cierto tic nervioso en la ceja derecha de su subordinado.

- No me interesa – murmuró – Sino tienes nada más que decirme, me retiro…

- ¡Espera! – le detuvo – En realidad necesito que vayas a Michigan, recibí informes… fotos de satélite que muestran un camino subterráneo que conduce a una especie de bóveda… y tenemos informes que nos dice que hace algunos años Rosette y Joshua Christopher vivieron en una casa para huérfanos justo en las praderas vecinas...

- ¿Crees que ella sepa algo?

- Posiblemente… sería bueno que aprovecháramos que te acompañó al trabajo y de paso vayan ambos a investigar.

- Entendido…

El demonio salió de la oficina y se dirigió rápidamente al par de rubios que estaban en plena feliz plática de cosas del colegio.

- ¿Interrumpo? – preguntó con seriedad.

- ¡Para nada! – exclamó Rosette sonriente.

- Necesito que me acompañes a un lugar…

- ¿A dónde?

- ¡Tú ven conmigo! – exclamó jalándola de la muñeca y dejando totalmente confundido a Remington.

- ¿Qué pasó? – preguntó a Satella.

- Los mandé a investigar en las praderas de Michigan…

- Es probable que ahí encuentren lo que tanto buscan…

- Lo sé, solo espero que todo salga bien y no se encuentren a nadie indeseable en el camino.


Rosette y Chrno subieron corriendo por las escaleras hasta la alta azotea del edificio, la chica apenas si podía respirar agitadamente mientras el demonio permanecía inmutado.

- ¿A dónde vamos? – preguntó cubriendo su rostro del sol.

- A Michigan – respondió regalándole una sonrisa que la sonrojó por completo.

- ¿Y vendrá un helicóptero a buscarnos o porqué estamos aquí…?

- Pues no precisamente un helicóptero…

La rubia se giró para ver el paisaje con claridad y avanzó unos pasos, cuando sintió unas fuertes manos sobre sus hombros, levantó la vista rápidamente topándose con el brillo ámbar de los ojos demoníacos de Chrno. Sobresaltada se volteó mirándolo de frente pero sin poder disimular el sonrojo en el rostro… para ella ver a Chrno en su total forma de demonio era prácticamente un privilegio… bueno… honestamente le encantaba mirarlo así.

- Ahora… - dijo mientras la cargaba como si se tratara de una inocente damisela XD – aférrate fuertemente a mi ¿Ok? Aunque no te soltaré… para que te sientas más segura.

- ¿Eh¿Iremos volando¿Y si alguien nos ve?

- Los humanos no ven nada… y si pasará dirán que fue un ovni

- Jajaja… cierto – río mientras iban alejándose rápidamente por los aires lejos del edificio.

Permanecieron un momento en silencio, Rosette apenas si abría los ojos para acechar con cuidado… pero la enorme distancia del suelo le provocaba terror y se volvía a refugiar en el pecho del demonio, quien se divertía con sus reacciones infantiles.

- Rosette…

- Dime…

- Quería agradecerte por lo de hoy – dijo haciendo un esfuerzo por haber dicho eso.

- No hay de que, Chrno…

- Pero…

- ¡De verdad, Chrno! No hay de que… me da gusto haber podido ser de utilidad para ti… - murmuró sonrojada – es decir… haber ayudado en algo…

- Tranquila… - le susurró acariciando con cuidado las rubias hebras del cabello blondo de ella – sostente con más fuerza que subiré la velocidad…

- Si…

Y así continuaron su camino a Michigan, tal vez ambos sin estar preparados para lo que les esperaba.

Continuará…


No tengo perdón T-T... tardé meses en actualizar :( realmente lo siento mucho... y agradezo mucho a las personas que me dejaron review... sino fuera por las últimas personas que me mandaron uno no hubiera seguido con esto T-T...

De paso les presento al causante de mi distracción jeje es un foro de anime donde me la paso todo el día ... dense una vuelta a ver si les gusta n.n

Nos leemos pronto!

Saluditos n.n

P.D. ---------->REVIEWS ----------