Robert y los demás llegaron a la finca de Arl Eamon sin ningún mas contratiempo, pero sabía perfectamente que hay en esa casa se decidiría el principio o el fin de Ferelden, tenía que ser cauto en presentar los pros y los contras de lo que tenía en mente. Pero lo que más le apremiaba era ver a su hermana tenía que pedirle perdón.
-Rob ella te perdonara – dijo Leiliana mientras le ayudaba a quitarse la armadura ensangrentada.
-¿Tú crees? Tú no viste sus ojos-
-Ella es tu hermana Robert y te quiere se nota en la forma en que te hablo, si está dolida pero eso no quiere decir que no te vaya a perdonar dale tiempo –
-Que he hecho yo para encontrar tan buenos amigos…- dijo Robert mientras se ponía ropa limpia.
-Caerle bien al Hacedor – respondió ella.
Alistair entro en la estancia y cuando su mirada se cruzo con la de Robert sabía perfectamente que preguntaba por su hermana.
-Ella está bien Wynne le ha sanado la pierna, en un par de días habrá recuperado la movilidad – le conto Alistair – ve hablar con ella te está esperando.
-Carai Alistair parece que Lady Cousland te ha encandilado de verdad me ha dicho Morrigan que no te has separado de ella – dijo Leiliana tan punto salió Robert de la habitación.
-Yo…yo solo he hecho lo que Robert me pidió nada mas- respondió tartamudeando – no sé porque me miras así.
-Ella es muy hermosa no tienes por qué avergonzarte por sentirte atraído-
Robert llego a los aposentos de su hermana todavía nervioso por la discusión de la casa de Howe.
-Alex ¿puedo pasar?- pregunto con miedo.
-Está abierto – respondió ella.
Cuando Robert entro encontró a su hermana de pie vistiéndose con el traje típico de su familia.
-¿Pero qué narices haces? – pregunto exasperado.
-¿Yo? Coger las riendas de nuestra familia, mientras Fergus este desaparecido -
-Yo no me refería a eso, sino levantada- dijo el sentándose en la cama.
-No me voy a quedar de brazos cruzados Rob. La asamblea se va a reunir en dos días, nuestra familia tiene que participar. Tú no puedes representarla eres un Guardia Gris pero yo si tengo voto y créeme lo voy a usar contra Loghain y la víbora de su hija – dijo Alex con determinación.
-Esa es una de las muchas cosas que quería comentarte, no te creas nada de lo que diré esta noche durante la cena con la Reina – le confesó el.
-¿Que tienes en mente? – pregunto.
-Quiero deponerla, pero nos hace falta su voto para derrotar a Loghain ella tiene mucha influencia en la asamblea y quiero ponerla de nuestra parte hasta que llegue el momento así que te pido que no te dejes llevar por tu sentido del honor –
-Entonces será mejor que no se cruce en mi camino o colgare su cabeza de trofeo en mi cuarto. No tienes ni idea de lo que me hicieron esos bastardos Rob, no puedo actuar como si ella no hubiera estado involucrada-
-¿Por qué te entrego? –
-Me acuso de ser la amante de Cailan ¡Por el Hacedor si era como mi hermano! Nunca hubiera accedido a eso. Me dijo que yo le había animado a esa absurda guerra y que era mi culpa que él estuviera muerto –
-¿Le animaste? – pregunto Robert con cautela.
-Claro que no, cuando me pidió opinión le dije que teníamos que esperar refuerzos – respondió ella exasperada – si pretendes derrocar a Anora supongo que querrás que Alistair sea Rey.
-Exactamente, el no quiere el trono eso tenlo por seguro –
-Yo creo que es el mejor candidato, necesitamos un Rey que sepa lo que conlleva la Ruina –
-Sabía perfectamente que pensarías igual que yo- dijo Robert con una sonrisa – Alex siento todo lo que te dije ya sabes que a veces no pienso con claridad.
-Tranquilo hermano pero que no se vuelva a repetir o te vas a enterar –
Robert y Alexa se abrazaron durante unos momentos, era reconfortante sentir el calor familiar cuando creían que ya lo habían perdido todo.
Robert hizo lo acordado prometió el apoyo de los Guardas Grises a la corona de Anora para sorpresa de todos los presentes.
Entonces Anora les puso sobre la pista de esclavistas de Tevinter en la elfereria de Denerim. Fueron para investigarlo y no solo hicieron pagar a caro a esos malnacidos lo que habían hecho ahí sino que encontraron pruebas suficientes para incriminar a Loghain. El día no hacía más que mejorar.
Entonces llego el día la asamblea se había reunido y Robert fue con Alistair a Palacio. Mientras que Alexa iba con Arl Eamon para pasar desapercibida.
Arl Eamon propuso a Alistair como Rey de Ferelden tan punto este entro en la sala común.
-¿Y quién moverá los hilos de este Rey pelele? – pregunto Loghain mientras miraba a Robert con desprecio.
-Deberíamos votar para decidir quién llevara las riendas del ejercito contra la Ruina – dijo uno de los nobles presentes en la sala.
Tanto Arl Eamon como Loghain asintieron con la cabeza.
El mayordomo real anuncio una a una las casas nobles de Ferelden para que estas votaran, los últimos en votar siempre eran los Teyrn para asegurar que ninguno de sus vasallos era coaccionado por el voto de su señor.
-Teyrn Loghain ¿Cuál es vuestro voto? – pregunto el mayordomo.
-Que pregunta más tonta – respondió el.
-Lo sé pero tiene que constar en acta mi lord –
-Me voto a mi mismo – respondió el sacando pecho.
-Teyrn Cousland- llamo el mayordomo.
-Esa familia ya no existe – dijo Loghain – y el único representante vivo no tiene derecho a voto porque es un Guardia Gris.
-Disculpad Teyrn Loghain, pero creo que discrepo en ese asunto – dijo Alex saliendo de las sombras.
Alexa iba vestida con un largo vestido azul con la heráldica de los Cousland bordado en el ceñidor.
-¿Cómo? Me aseguraron que…- empezó a decir.
-¿Qué estaba muerta? Siento desilusionaros pero como mi hermano mayor esta declarado desaparecido yo soy la siguiente en la línea de sucesión de mi familia. Pináculo vota a favor de los Guardias Grises, así que si mis cálculos no me fallan tenemos un empate – dijo Alexa con una sonrisa maliciosa.
Los juegos políticos siempre se le habían dado bien, ella lo comparaba al ajedrez cuando hacía creer a su adversario que tenía el control para atacarlo donde más le dolía.
Alistair tenía la boca abierta de par en par. No podía dejar de mirar a Alexa.
-La Reina tiene algo que decir en todo esto – dijo uno de los seguidores de Loghain
-Alistair tiene sangre de Maric en las venas es el legitimo Rey y tu hija solo ostenta el título por casarse con un Theirin – replico Eamon.
-Hablando de mi hija ¿Dónde la tienes Guarda?- pregunto Loghain.
-Yo no la tengo en ningún sitio, la rescate de tus sucias manos de traidor- escupió Robert.
En ese instante la Reina hizo acto de presencia en la sala.
-Creo que puedo hablar por mi misma – dijo mientras se sentaba en el trono convencida de que tendría suficientes apoyos para permanecer en el – mi padre ya no es quien era, el héroe que todos conocemos se ha esfumado y solo queda un traidor que planeo el asesinato de mi esposo.
-¡Te han envenenado la mente, no puedes volverte contra mí! – grito Loghain.
-Depón las armas Loghain- dijo Robert.
-Nunca – respondió el.
La reverenda madre acordó un duelo para decidir quién de los dos ganaría el derecho de dirigir el ejército contra la Ruina. Alistair se presento como campeón en representación a los Guardas Grises y Loghain quiso medirse al hijo de Maric.
El combate fue largo puesto que ninguno de los dos hombres quería rendirse, pero al final Alistair venció y no mostro piedad con el hombre que había matado a su hermano y a todos sus amigos.
Cuando los caballeros recogieron los restos mortales de Loghain la reina hablo.
-¿Eso es lo que queréis? ¿Un Rey que no tiene misericordia? – escupió ella.
-¿La misma que tubo vuestro padre con Cailan o la misma que mostrasteis vos cuando me enviasteis a las mazmorras de Arl Howe donde fui torturada durante meses? – Dijo Alexa – Pináculo apoyara a Alistair como legitimo Rey de Ferelden.
-¿Qué? – pregunto Alistair sonrojado.
-Me temo Lady Cousland que tu hermano opina diferente – dijo Anora.
-¿Crees que apoyaría a la mujer que traiciono a mi hermana? Anora sabes que soy muy buen mentiroso, nos conocemos des de que éramos niños ya deberías conocerme – dijo Robert haciendo petar la lengua – los Guardas Grises apoyan a Alistair.
La mayoría de nobles apoyo a Alistair como heredo al trono y la primera orden que dio fue encarcelar a Anora, cuando otros la hubieran hecho ejecutar.
De nuevo en la finca de Arl Eamon Alistair y Robert estaban reunidos acabando de discutir la ruta que seguirían para ir a Risco Rojo donde se concentraba todo el grueso del ejército para marchar contra la horda.
-Disculpad – dijo Alex entrando en la habitación con una bandeja de comida – espero no interrumpir nada importante.
-Claro que no hermana pasa, solo estábamos repasando unos mapas – dijo Robert levantándose y cogiendo la bandeja a su hermana.
Alistair hizo el afán de levantarse.
-No es necesario majestad – dijo Alexa con un gesto para que se quedara sentado.
-Que clase de caballero seria yo si no me levantara para ceder el sitio a una dama – respondió el – por favor no me llames majestad ese título es por culpa vuestra.
- Alistair serás un buen Rey, date tiempo- dijo Alex ofreciéndole un pedazo de queso.
-Alexa ya es todo tuyo – dijo Robert empezando a reír.
-¿Qué? – pregunto ella sonrojándose.
-Alistair es adicto al queso ya lo tienes bajo tu control con ese pedazo que le acabas de dar – respondió el sin parar de reír.
-Pues mal vamos si se puede comprar al Rey con un pedazo de queso – respondió ella.
-Eiii- se quejo Alistair – no podéis negar que sois hermanos tenéis el mismo sentido del humor.
-Hablando de cosas serias cuando marchéis hacia la horda yo me iré hacia el norte – dijo Alexa.
-Me parece bien- respondió su hermano.
-¿Hacia el norte? – pregunto Alistair.
-Mi familia tiene muchos barcos ahí he comenzado a movilizar a nuestros súbditos a hacia el puerto de Pináculo - dijo Alexa con tristeza – no quiero decir que vayáis a perder la batalla simplemente quiero estar preparada para salvar a cuanta gente podamos.
-No hace ni dos días que te has liberado y ya estas pensando en cómo hacer lo mejor para Pináculo y para las gentes de Ferelden – dijo Alistair con sorpresa.
-Esa es mi hermana una Cousland hasta el final, padre estaría orgulloso de ti- dijo Robert con noto melancólico.
-Lo estaría de ambos nunca dudes de eso- respondió ella.
-Bueno yo me voy a la cama, Majestad terminar de cenar y a dormir mañana nos espera una larga travesía – dijo Robert mientras se levantaba.
Robert abrazo a su hermana lo que pareció una eternidad mientras Alistair envidiaba la sensación de tener una familia por la cual luchar.
-Robert ten cuidado y recuerda que la unión hace la fuerza- dijo Alexa dándole un beso en la mejilla – te veré cuando mates a ese maldito dragón.
Robert dejo solos a Alexa y Alistair.
-Alistair nunca te he dado las gracias por sacarme de la finca de Arl Howe – dijo Alex mientras se sentaba a su lado.
-No las merezco cualquiera hubiera hecho lo mismo- respondió el quitándole importancia.
-Espero verte en tu coronación – dijo Alex mientras le daba un casto beso en los labios – adiós majestad.
-Es…espera y ¿ese beso? - pregunto Alistair sonrojado hasta la raíz del pelo.
-Vamos Alistair me dirás que nadie te había besado antes…- dijo Alex pero por la cara que puso Alistair sabía perfectamente cuál era la respuesta.
-No es eso, nunca me había besado una mujer como tu – respondió el.
-¿Que quieres decir como yo? – pregunto ella con cautela.
-Pues una mujer tan hermosa como tú, se lo que son los pecados de la carne pero nunca me había sentido atraído por nadie- respondió el.
Alexa se acerco a Alistair tan cerca que podía notar su musculoso cuerpo debajo de la fina capa de tela. Y le volvió a besar, no fue el casto beso que le dio antes sino algo más impetuoso. Al principio Alistair quedo paralizado por la sorpresa pero luego empezó a saborear los labios de esa bella mujer.
Alexa le cogió los abrazos y los poso en su cintura mientas ella hacia le rodeaba el cuello con los suyos atrayéndolo hacia ella.
Alistair noto que su masculinidad empezaba a despertarse, nunca había tenido una mujer como ella en los brazos una mujer que realmente quisiera hacer lo que ella estaba haciendo sin pedir nada a cambió.
Durante sus viajes Robert le había convencido que sería muy triste morir sin saber lo que era sentir el calor de una mujer entre las piernas, así que cuando tuvieron oportunidad visitaron un burdel. Alistair no creía que fuera ético pero nada de lo que pasaba a su alrededor lo era así que se dejo llevar.
Alexa se separo con cautela de los labios de Alistair al notar que su masculinidad rozaba su pierna.
-Majestad creo que es hora de despedirnos – dijo ella casi con un susurró.
Alexa había disfrutado de ese beso, hacía muchos años que no había notado esa corriente al besar a un hombre, el ultimo con el que tuvo esa sensación fue Nathaniel Howe justo antes de ser enviado a Kirkwall por su padre. Con él había hecho el amor por primera vez con esa sensación de estar enamorada, pero todo se trunco cuando el hermano menor de él se había encaprichado de ella y Alex juro que no se volvería a enamorar, el dolor de la perdida era demasiado amargo para volver a repetir.
Pero Alistar despertaba en ella sensaciones que creía que había enterrado hacía mucho tiempo, aunque todo eso no importaba lo mas mínimo. Si sobrevivía a la batalla Alistair tendría que contraer matrimonio y el matrimonio para la gente como ellos era un contrato, dos naciones que firman un tratado el amor no tenía cabida en el.
-Sí creo que será lo mejor, espero verte sana y salva a mi vuelta – dijo Alistair mientras la soltaba y la dejaba abandonar la habitación.
