Disclaimers: Harry Potter, los personajes, los nombres y los signos relacionados son marcas comerciales de Warner Bros. Entertainment Inc., los derechos de autor de la historia "Harry Potter", pertenecen a J.K. Rowling; por lo tanto, son usados sin intención de lucro alguno, la historia paralela, al igual que los personajes originales, me pertenece en su totalidad, y no pueden usarse sin mi autorización, cualquier tipo de adaptación de esta historia está prohibida.

Hola, ojalá les guste, gracias por todo el apoyo.

Este aporte está participando en el Drinny-Con 2022, organizado este año por la página de Facebook "Drinny All The Way".

Palabra/Tema del día:

XXVI. Estrellas.


El lugar estaba bastante tranquilo, la luz baja, comida como pizza y helado en la mesa de centro, Ginny estaba recargada en él, cobijada con una pequeña frazada que le había tejido su madre, o eso decía ella, él estaba bastante relajado, le agradaba poder estar con ella sin importar si era como amigos, o como algo más.

Claro que él prefería ser algo más para ella que un simple amigo, pero aceptaba que aquello eran consecuencias a sus actos.

Desvió la vista de las noticias y la próxima lluvia de estrellas que ocurriría en unos días, porque Ginevra se alejó de él cuando su teléfono vibró, el mensaje que le llegó la hizo saltar en su lugar, su rostro era de completa sorpresa y frustración.

—Algo no anda bien, ¿qué es? –La cuestionó.

—Pues nada importante –bloqueó el aparato y lo arrojó de forma que cayó bocabajo.

—Tu actitud dice que lo es todo –la alentó.

—Es solo que… una de las estrellas más importantes del fútbol viene a Londres, y ¿sabes quién no podrá entrevistarlo porque renunció? –Se señaló –ya lo sé, llámame estúpida.

—Claro que no te llamaré así, pero ¿No has pensado en volver? Pero no como Julian, sino como tú.

—Eso es imposible, lo he intentado, pero realmente no hay límite en mis palabras, no hay forma en que pueda crear otra narrativa, mi voz solo es una, y para mi desgracia hace años la bauticé como Julian McCarter –se encogió de hombros.

—En eso tienes razón –admitió –pero siempre hay formas, quizás si le pides a tu asistente, él pueda llevarte y dirigir la entre…

—En realidad yo siempre hice las entrevistas, Julian era tan especial, que me dejaban entrevistarlos a mí, él podía hacer su magia desde el material que escuchara.

—Sí que complicaste mucho las cosas –se burló –creo que no tengo muchas ideas con las cuales ayudarte.

—Lo sé –puso una cara de sufrimiento –pero tranquilo, fue mi decisión hacer lo que hice, y está bien.

—Renunciar a gran parte de ti ¿está bien? –Cuestionó serio.

—De cierta manera, sí, cuando inicié con esto, sabía que no soportaría mucho –se encogió de hombros –dejarlo ir ha sido más sencillo de lo que en un inicio pensé que sería –le sonrió.

—Bueno, pues si lo que quieres es ver estrellas, ¿vamos a la lluvia de estrellas que habrá en unos días? –Sonrió.

— ¡Claro! Estar al aire libre, muriendo de frío, es sin duda una grandiosa idea –se burló.

—Yo iré contigo, no te mandaré sola.

—Claro ¿y eso de qué servirá, Draco? –Se burló –eres un témpano de hielo, ¿recuerdas? –sonrió.

—Bueno, señorita –Draco se acercó a ella de forma deliberada –creo que olvidas que el hielo también quema.

Las palabras de Draco fueron un susurro rasposo, que logró que el silencio lograra que la televisión les recordara que siempre había estado ahí, siendo testigo de lo que pasaba entre los dos, como la mirada que se daban fue más intensa, y la forma en que Ginny tomó la iniciativa de unir sus labios a los de él de nueva cuenta.

Por supuesto que Draco no se negó y recibió bastante bien los labios de la pelirroja, había estado deseando que las cosas entre ellos no se hubiesen arruinado de esa forma, que aunque tomara tiempo y esfuerzo, su relación pudiese funcionar en algún momento, de nuevo.

—Lo lamento –se alejó Ginny, rompiendo el beso.

Los labios de Draco estaban en contacto con la mejilla de Ginny, su respiración era agitada tanto que respiraba por la boca, el calor que los dos despedían lo reconocía, era tan familiar que dolía, pero ella ya había decidido que no pasaría, al menos no pronto.

—No, fue mi culpa por dejarme llevar –se alejó, se acomodó en el sofá, se cubrió la cara con las manos, antes de ponerse die pie –te veré otra noche, Weasley, descansa.

—De acuerdo –sonrió apenada de lo que había hecho.

No era justo para ninguno de los dos, lo sabía muy bien, pero mentiría si no admitiera que una parte de ella por pequeña que fuera aún seguía dolida por la forma en la que Draco decidió hacer las cosas, y no iba a premiarlo olvidando todo, por mucho que sintiera por él lo que sentía.

Levantó su teléfono una vez que volvió a vibrar, pensó que era Draco, con un comentario inteligente, para hacerlos olvidar el incómodo beso que habían compartido, pero no, no era él.

Vi que volviste a ser amiga de Malfoy, ¿podrías convencerlo de que firme los papeles del divorcio? Sé que quizás suene como un patán, pero realmente quiero estar con Pansy. —Desconocido.

Aquellas palabras la dejaron sorprendida, a pesar de todo, ¿Pansy no había sido honesta con él diciéndole que en realidad ella y Draco nunca estuvieron casados? ¿Por cuánto tiempo mantendría el engaño?

Le diré.

Fue todo lo que respondió la pelirroja a su exnovio.