Burning Stardust
By: HybridVirus
Disclaimer: One Punch Man y sus personajes son pertenencia de sus respectivos dueños, solamente soy dueña de Lightning Quasar y no hay ninguna ganancia con esto, más que darle amor a mi personaje favorito; solo soy una fan que escribe para fans.
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Capítulo XXVII
Un bostezo escapa de sus labios, mientras continua con el patrullaje de la noche. El número de héroes asciende a cincuenta víctimas. La tensión en la oficina es algo tangible, porque aún no tiene un rostro para el cazador de héroes. Los únicos que tienen información al respecto, parecen ser los héroes de clase S.
Pero no es como si pudiera pedirle a Genos, que le diga todo lo que sabe al respecto. Bueno, claro que puede… pero no sería correcto inmiscuir al ciborg en esto. No cuando querría acompañarla en su búsqueda. ¿Podrían siquiera encargarse del monstruo humano?
–Te ves distraída, Dengeki…
La mirada platinada se encuentra con la socarrona sonrisa, en los labios del pálido chico. Quien no hace más que mirarla, con una expectativa que no puede entender del todo. Desde esa noche, el peliblanco ha actuado de una forma un tanto extraña… como si supiera algo que ella desconoce.
Cada vez que le mira de reojo, puede notar la manera en que la observa con una ceja arqueada. Como si algo le pareciera realmente imposible, para después simplemente encogerse de hombros cuando le exige una explicación.
–No es eso, solo me pregunto cómo es que…
El estómago de Haruka da un vuelco, al repetir las palabras del chico en su cabeza, no hay forma en la que este escuchando bien. Un carraspeo escapa de su garganta, para redirigir la atención hacia la botella de plástico, que saca apresuradamente de una bolsa.
Solamente ha sido su imaginación, no hay forma en la que este idiota sepa algo sobre eso. Puede que sea más alto e imponente, pero por su forma de actuar está segura de que el zopenco, es menor que ella. No hay razón alguna, para que sepa sobre esa situación.
"Tranquila, respira. Te estas imaginando cosas…"
Las manos de la pelicastaña se aferran con fuerza a su botella de agua, intentando ignorar la maliciosa sonrisa en los labios de su acompañante. Este imbécil se siente repentinamente, como si fuera uno de esos monstruos que disfrutan de jugar con su comida, antes de terminar destrozando a su presa.
Los ojos de Haruka se cierran con fuerza, intentando ignorar la manera en la que puede ver como Garou disfruta su incomodidad. Pareciera que en verdad le causara gracia, el modo en que esa palabra la pone completamente ansiosa. Como si en realidad supiera lo que la misma… significa para ella.
–Dices que somos amigos, pero te gusta guardar secretos...
Las náuseas se hacen presentes, obligándola a destapar su botella e intentar calmar el malestar con varios tragos del líquido. Se supone que solo tenía que hacer su patrullaje hoy, solo tenía que intentar atrapar la imagen del cazador de héroes. Solo eso tenía que hacer, no era obligatorio enfrentarlo en caso de encontrarlo.
Entonces ¿Por qué demonios, es que ese condenado apodo escapa de los labios de Kousagi? Sus manos se aprietan con fuerza ante la frustración, porque no hay un deje acusador en la voz del chico. Más bien uno de diversión, como alguien que ha descubierto una mentira realmente vergonzosa.
–¿No te resulta eso curioso, Dengeki?…
Hay algo abrumador en la seguridad, con la que el peliblanco repite ese apodo. Como si no tuviera la menor duda, de que está absolutamente en lo correcto. Como si… la conociera personalmente, y no por una simple historia que ha corrido de boca en boca.
Esta vez ya no puede cambiar, no tiene un disfraz que desechar. Porque ha dejado esa parte de sí misma atrás, ya hacen tantos años desde que hizo… eso. Que no es nada más, que un mal recuerdo de las decisiones no tan acertadas… que ha hecho a lo largo de su vida.
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Una de las cejas de Garou se arquea, al mismo tiempo que sonríe con diversión. La tensa figura de Haruka prácticamente salta, para ponerse de pie mientras se encoge de hombros. Es realmente divertido ver como Harikēn intenta disimular su ansiedad, al escuchar ese apodo con el que la llamarían, después de llevar acabo sus acciones.
Puede sentir la manera en que sus incisivos sobresalen de sus labios, como si fuera un depredador a punto de hincarlos despiadadamente en una desprevenida presa. Tal parece que es el momento, para cobrarse todas esas bromas que Haruka ha arrojado en su dirección, ante el aparente hecho de que no hay repercusión alguna en su contra.
–No me digas qué ya olvidaste, ¿Cómo electrocutaste a esos sujetos?
La tensión en su espalda la lleva a empezar a caminar, en un claro intento por ignorar esta charla que simplemente no va a tener. ¿Cómo diablos, es que sabe eso? Las personas ese día fueron contadas; sí, es cierto que el chisme se esparció como fuego por un campo repleto de gasolina.
Pero quedo justamente como eso, como un simple chisme de la calle. Una historia que pocos, podían probar como una realidad a los ojos de muchos. Al final había hecho lo mismo de siempre, abandono la escuela a los pocos días y retomo su vida en otro sitio.
De vuelta en la seguridad de ciudad J… de donde nunca debió salir, al menos si recordaba bien las palabras de sus padres. Un lugar donde no preocuparía a nadie, porque jamás estaba del todo sola.
–Ah, ah, ah. No iras a ninguna parte Dengeki.
La silueta de Kousagi deteniéndose enfrente de ella, le hacer hervir la sangre porque no entiende, que es lo que espera conseguir de esto ¿Es pariente, de alguno de esos estúpidos? Abandono el disfraz de ojos oscuros, y el cabello negro para ser ella misma. Eso no era más que un desliz, en la lista de situaciones en las que había perdido el control.
Les había prometido a sus padres, tener un mejor control de todo su ser… o al menos esforzarse por conseguir en verdad controlar el núcleo. Y había funcionado a la perfección, ya no se permitía escuchar las palabras de los demás y tomar decisiones en base a eso.
Si ya habían pasado varios años de eso, entonces… ¿Porque es que ahora tenía enfrente a alguien, que quien sabe… que versión de los hechos habría escuchado? ¿Es eso lo que este tipo busca desde el principio, que admita que nunca ha sido una historia?
¿Quiere que confiese, que en verdad no es digna de portar el título que lleva en la espalda? ¿Sabe siquiera, que ella no lo quiere? ¿Es consciente de que ha sido obligada a portarlo, por las irreales ideas de otras personas?
–Tu…
Un gesto incrédulo se apodera de sus facciones, mientras sus ojos se mantienen fijos sobre la cara del ojidorado. Quien únicamente arquea una ceja, ante la inesperada atención que se encuentra recibiendo. La mano de Haruka se alza, para colocarse sobre su barbilla e inclinar su rostro hacia abajo.
De esta manera puede dejar de lado la diferencia entre sus estaturas, para concentrarse de lleno en las facciones del chico. Las mismas que si cree haber visto una vez, ese mismo día en que sucedió todo. No hay forma en que esto sea real, no tiene sentido porque esta cara… No tiene un solo deje de amabilidad en ella.
El artista marcial traga en seco, pues es la primera vez que alguien le pone tanto cuidado a su faz. Su mirada se desvía, solamente para ser seguida por los orbes de la periodista, en una clara muestra de que no le permitirá escapar a su escrutinio.
Es en ese instante, que se percata de la cercanía de sus cuerpos. ¿Por qué diablos… esta Harikēn tan cerca? Una parte de él sisea que es un hipócrita, porque hace unas noches ha sido él, quien ha invadido el espacio personal de la chica. Sin poner el menor problema al respecto, pero ahora que es él… quien se encuentra en semejante situación.
Puede entender lo incomodo que debe haber sido, el que sus torsos se presionaran el uno contra el otro. ¿Ese calor que se desprende de sus cuerpos, califica como algo normal?
Porque podría jurar que toda su piel, se encuentra completamente erizada. ¿Esto es obra de la estática de Haruka? El extraño malestar en su estómago, debe significar algo… aunque no está realmente seguro de que.
–¡Eres el niño de ese día!
Quiere sentirse ofendido, realmente quiere hacerlo… pero esa extraña sensación no parece tener el menor deseo de desaparecer. Su rostro se enciende, porque recuerda los ojos que lo miraron esa vez. La única diferencia es su color, pero sin duda alguna son los mismos que prometen, por despedazar a todo aquel que se interponga en su camino.
Recuerda la forma en que las oscuras pestañas, enmarcaban esos agobiantes orbes negros y la manera, en que esa mano que le sujeta ahora. Se habría interpuesto, entre él y el cuerpo de uno de esos sujetos. ¿Cómo diablos, es que Dengeki se ha encogido… cuando antes era más alta que él? ¿Porque es, que no se ve ni siquiera la mitad de lo aterradora… que la recuerda?
¿Qué diablos ha pasado, para que lo único que quede de ella… sea Haruka?
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Un gesto molesto se mantiene sobre la faz del monstruo humano, intentando ignorar las incrédulas miradas que son arrojadas en su dirección. Es casi como si para Harikēn, fuera simplemente imposible el aceptar que se trata de la misma persona, que conoció hace años por pura casualidad.
¿Por qué es tan difícil de creer, que en verdad se trata de él?
Los ojos de Garou intentan ignorar la manera, en que su acompañante continúa caminando de un lado a otro. Como si eso fuera suficiente, para distraerla de los pensamientos que corren por su cabeza. La mirada ambarina se alza, para encontrarse con los orbes de Haruka.
Maldición si la mira desde este ángulo, es prácticamente imposible ignorar el parecido, que tiene con la Dengeki de sus recuerdos.
–¿Pero… qué te paso?
Los dedos de Garou aprietan la lata de refresco en su mano, intentando controlar la molestia que empieza a crecer en su interior. Porque no puede explicarse, porque la ceja arqueada de la mujer, le hace apretar los dientes ante su incredulidad.
Por supuesto que es él, ¿A que otro imbécil conoce, que tenga cabello blanco?
El pudiera preguntarle lo mismo, ¿Qué diablos le ha pasado, porque le ha permitido agredirla sin atacarlo? ¿Cómo diablos es, que no lo ha reconocido? ¿Tan irrelevante le resulta todo ese suceso, como para simplemente olvidarse de que casi termina en el fuego cruzado?
–Eso debería de preguntar yo, ¿Qué diablos te paso, porque intentas esconderte?
Los brazos de Haruka se tensan al escuchar, la clara acusación en esas palabras. Sabe que es verdad, tiene años escondiéndose a plena vista. Pero enserio no está haciendo nada malo, simplemente estaba llevando a cabo su vida del modo más normal que pudiera. Bueno, al menos hasta que la encontró la asociación de héroes.
No tiene sentido que este joven, sea ese niño… ¿Cómo diablos es, que su cara ha cambiado tanto? Era completamente adorable, pero ahora se ve como parte de las filas del grupo de los villanos. La pubertad sí que le había dado un cambio radical, ¿Cómo espera este idiota, que lo reconociera sin sus adorables cachetes?
–No tengo idea, de que estas hablando…
Sus ojos se entrecierran porque no hay forma, en la que permita que le mientan a la cara. ¿Enserio cree que es tan tonto, como para no recordar cómo se veía antes? Su cabello es de otro color, sus ojos son de otro color. Pero sigue actuando, como la debilucha a la que todos empujaban a sus anchas.
¿Por qué permitir semejante cosa, porque aceptar tal abuso a su persona? Que la lleva a estar dispuesta a portar la piel del débil, cuando los dos saben que esa no es su verdadera naturaleza. Porque ese día, había visto el terror nacer de los rostros de esos cobardes. Mientras que el suyo cambiaba a algo, que en vez de llenarlo de pavor… le había brindado una enorme emoción.
–Deja de mentir, solo estamos tu y yo.
Para él era imposible olvidar el cosquilleo de la electricidad en el ambiente, junto a la sensación de como su piel se había erizado ante el brazo, que por unos cuantos milímetros estuvo a punto de rozarlo. Recuerda esos dedos que apenas se colocaron contra el pecho de uno de esos matones, le hicieron salir disparado… como si hubiera sido golpeado, por algo que nadie podía ver.
Le es imposible olvidar el aroma del amoniaco, que se desprende de los acompañantes de ese abusivo. El mismo que se hace presente, gracias a las manchas en sus pantalones mientras caen aterrados hacia el suelo, intentando suplicar por una inexistente clemencia.
La visión de una silueta más grande que la suya, no le llena de pánico, ni terror alguno…
Porque él no es el objetivo de esos oscuros ojos, que resplandecen como si los relámpagos se encontraran atrapados en su interior. No es la causa detrás del ceño fruncido, que es acompañado por un feroz gruñido que le permite ver unos afilados incisivos, que a este día… está seguro no son producto de su imaginación.
–Ese día, también me llamaste así…
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Los dedos se Haruka se curvan formando un par de puños, mientras aprieta los dientes porque sabe perfectamente a lo que se refiere. 'Fuera de aquí, niño.' Esas fueron sus palabras, pero ¿Qué más podía hacer? Había perdido el control, y los aterrados rostros que se encontraban frente a ella, no indicaban que nada bueno vendría en su dirección.
Claro, esto paso en un tiempo en que la asociación de héroes, aun no era considerada como una opción para la sociedad… En ese tiempo la realidad era distinta, en ese instante ella no era nada más que un fenómeno. Uno puede correr sin cesar, pero al final las consecuencias de sus actos siempre encontrarían la forma de alcanzarle.
–Yo… no quería hacerlo, no quería lastimarlo.
Había intentado huir del cataclismo, que había desgarrado una parte de ciudad Z. Una historia que prácticamente todo el mundo conocía, porque el colapso de la zona fantasma y su parcial destrucción del lugar, siempre habían sido atribuidos a uno de los primeros kaijin en aparecer.
Pero sabía a la perfección, que eso no era cierto… porque una de los principales culpables había sido ella, ella y su incapacidad de controlar eso en su interior.
Había reaccionado del modo, en que cualquier pequeño hubiera hecho… con terror y desesperación. Se había rehusado a aferrarse a sus padres, sin importar cuántos gritos y lágrimas escaparan de su cuerpo. No había aceptado acercarse, o siquiera tomar en cuenta el confort y palabras de sus progenitores. Porque la sola idea de lastimarlos, había sido simplemente demasiado aterradora.
–Pero… tampoco podía permitir, que alguien más fuera herido por mi culpa.
Así que era incapaz de culpar a sus padres, por su decisión. Pues habían abandonado ciudad Z como un grupo de criminales, que se saben culpables de sus acciones. Porque la idea de lo que traería el futuro, era simplemente horrible a sus ojos. Ese había sido el día en que los guantes, habían entrado a su vida y nunca se habían separado de ella.
Sabía perfectamente que había hecho algo malo, y en vez de aceptar las consecuencias, había huido dejando los estragos detrás de ella. Se había ocultado detrás de un par de contactos, y un tinte de cabello dándole la oportunidad de perderse entre la multitud. Así fue como después de varios años, inicio una nueva vida en una preparatoria de la misma ciudad, que contribuyo a lastimar… ¿Irónico, no es así?
–Eso que importa, ¿Qué no fueron ellos, quienes te lastimaron primero?
El maremoto de emociones en su interior, se ve apaciguado de golpe ante la despreocupada voz, que parece encontrar su culpa como algo absurdo. Una de sus cejas se arquea, para encontrarse con el relajado rostro de Garou. Quien simplemente sigue sorbiendo su refresco, como si el admitir que es quien casi lo pudo haber electrocutado, no fuera en verdad gran cosa para él.
Probablemente sea el hecho de que ahora sabe quién es, lo que hace que su estómago se revuelva sin control. Porque está completamente expuesta, la sensación es muy diferente a la vez en que Amai, la encontró encargándose de ese monstruo. Porque… este es ese niño, por el que abandono el confort de los amigos que logro conseguir en la preparatoria.
–Les diste oportunidades para que te dejaran, nunca te escucharon y solo te defendiste. ¿Qué hay de malo, con actuar por tu propia cuenta?
Una extraña calidez se esparce por todo su interior, porque incluso sus padres jamás le dirían que defenderse era lo correcto. Era comprensible, que prefirieran que agachara la cabeza, para que no llamara la atención de nadie. Porque no sabían en que momento, es que podría perder el control del núcleo y tendría que volver a ocultarse de la sociedad.
Es por eso que le avergüenza admitir, que las palabras de Garou son una salva que calma el malestar en su interior, pero al mismo tiempo dejan una sensación agridulce en su corazón. Porque no pareciera, como si el sacrificio que ha hecho, en verdad hubiera servido de mucho.
Es cierto que todos cambian al crecer, pero no pareciera como si él… lo hubiera hecho del modo correcto.
–Deja de hacer esa cara, yo no- ¡Oi!
La sonora queja dispara la ansiedad que recorre su interior, haciéndola desviar la mirada apresuradamente, porque está consciente de que alguien que sabe quién es, y también sabe lo que ha hecho… se encuentra frente a ella.
El escozor de sus ojos se rehúsa a retirarse, mientras su piel se eriza al entender que esta vez, no puede huir por completo… al menos no del modo, en el que acostumbra a hacer.
Esta vez ha estado tan segura, que su nombre y apariencia son realmente suyos. No ha tenido la necesidad de mentir, de ocultarse o nada por el estilo. Porque ahora confiaba parcialmente en su control, pero no suponía que alguien la reconocería.
¿Qué debería de hacer ahora?
Continuara…
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Hybrid-Virus
Yo! Buen día lectores, espero que estén teniendo un excelente inicio de semana. Ya tenía tiempo desaparecida, pero finalmente he vuelto a las andadas. Una enorme disculpa con la demora en la actualización, pero espero que este capítulo pueda compensar mi repentino descanso.
Originalmente Haruka y Garou se conocen en la estación del metro, y su relación toma rumbo desde ese punto. Así que decidí conservar eso parcialmente, permitiéndoles encontrarse y convertir esto en algo que los lleva a crear cambios en sus vidas.
Como bien sabemos el contexto de ambos es realmente distinto, aunque ambos tuvieron su propio sufrimiento. La historia detrás de los mismos es muy diferente, pues Garou ha sido una víctima denigrada y abusada, que llega al punto de sentirse impotente, para buscar el poder para cambiar las cosas.
Mientras que Haruka ha sido una víctima, que ha respondido con una agresión que es incapaz de controlar. De este modo sabemos que Haruka, ha devuelto con creces el dolor que le han brindado, sin el menor indicio de piedad a aquellos que la han lastimado.
Llevándolos en un camino invertido para sus vidas, pues mientras que Garou busca poder para lograr sus anhelos. Haruka busca la forma de mantenerse lejos de usar esa fuerza, que se rehúsa a ver de un modo que no sea negativo.
Sin más por el momento, dejen un review y nos vemos en la próxima actualización.
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"Formemos parte de la línea de reviews, cuando leamos un fanfic con un personaje que nos gusta y no es muy común ver, de un fandom olvidado o de una historia que nos guste; dejemos un review, porque esa persona escribe para nosotros y que mejor forma de inspirarla y darle combustible para seguir"
