CAPITULO 10.

Sakura abrió los ojos lentamente. Lo que tenía justo frente a ella era el rostro relajado de Kakashi a pocos centímetros de distancia. La pared de almohadas, al parecer funcionó como un imán que los atrajo a ambos hacia el centro de la cama. Kakashi abrazaba con todo el cuerpo las almohadas que los separaban y Sakura nunca estuvo tan celosa de un objeto inanimado como lo estaba en ese momento.

De alguna forma la máscara había permanecido en su lugar toda la noche, que buena oportunidad hubiese sido ver cada detalle del rostro de su antiguo sensei si no la estuviese usando. Pero incluso la parte que ya conocía del rostro de Kakashi, desde esta distancia, le resultaba fascinante. Siguió con la mirada la cicatriz que iba desde un poco más arriba de la ceja del ninja hasta perderse dentro de la máscara, era una cicatriz que de alguna forma que ella no entendía bien, complementaba su atractivo. Buscó con la mirada el punto en la quijada donde había visto un lunar, casi en el mismo sitio que Kenta. Sakura se preguntó sí, alguna vez pronto, volvería a ver ese rostro al descubierto.

Su mirada siguió el brazo con el cuál Kakashi abrazaba contra su pecho la almohada, luego la pierna que rodeaba la otra almohada. Aunque ella no se atrevía a moverse, lo único que su cuerpo le pedía a gritos era estirar la mano y tocarlo, acercarse más, intercambiar esas almohadas con su cuerpo.

Hubiese pensado que dormir junto a su sensei le generaría cuando menos un poco de ansiedad, pero tan pronto apagó la luz la noche anterior, se durmió como piedra, cuidar de dos niños era realmente agotador. Cuando se fue a dormir estaba realmente cansada. Pero ahora, justo en este momento en el que aún no había movido un músculo, su cerebro comenzaba a procesar el hecho que había dormido junto a un hombre, uno quién potencialmente podría darle una familia en el futuro. Sakura comenzó a sentirse nerviosa.

De pronto escuchó el sonido inequívoco de que alguien abría la puerta de la habitación lentamente. La presencia de Kenta la sintió en cada uno de sus poros. Cerró los ojos antes de que Kakashi la descubriese mirándolo dormir.

Sintió como la cama se hundió ligeramente a su espalda, Sakura fingió seguir dormida y estaba segura que para este punto Kakashi también lo estaba haciendo. El niño pasó por encima de ella para acostarse en el centro, ignorando por completo el pequeño ruido con el que su padre intentó quejarse cuando se le acostó prácticamente encima. Sakura abrió los ojos y vio a Kakashi sentado, mirando al niño con una expresión extraña.

"Vuelve a la cama" susurró ella por encima de la cabeza del niño, quién al escucharla se acurrucó aún más en su pecho. La mirada de Kakashi se encontró con la de ella por un segundo y aunque esperó que ignoraría su sugerencia, él se volvió a acostar mirando todo el tiempo a Kenta. Kakashi pasó una de sus manos por el cabello del niño, la segunda vez que lo intentó el chiquillo tomó la mano de su padre y la llevo hacia su pecho entre él y Sakura. Lo abrazaba como si el brazo de Kakashi fuese su perrito de peluche, Sakura pudo ver la sonrisa en los ojos de Kakashi. Y cada vez que miraba a este hombre que conoció casi toda su vida siendo adorable con este niño, algo que ella no sabía que podía sentir por él despertaba. Y su peor temor no era ese sentimiento, era que él no sintiera lo mismo.

Pocos minutos después, cuando todos en la cama estaban casi dormidos, el llanto de Sayuri resonó en toda la casa. Tanto Sakura como Kakashi abrieron los ojos. Sakura aún no había entrenado a Kakashi en el cambio de pañal, esa era una habilidad que ella había adquirido en la unidad neonatal de hospital. Además, el brazo de Kakashi todavía estaba aprisionado por los brazos de Kenta. Sakura sonrió, puso un pequeño beso en la frente de Kenta y sin pensarlo dos veces, se acercó y dio otro pequeño beso a la frente de Kakashi antes de ponerse de pie en busca de la bebé.

Y en ese momento decidió que no esperaría por el afecto de Kakashi, ella tomaría y ofrecería tanto como su valentía le permitiese.

Esta mañana Kakashi la acompañó a llevar a los niños. En el camino compró algunas manzanas para llevarle a su madre, según él por su comportamiento del otro día. Aunque ella estaba segura que su madre ya lo habría olvidado, pero sabía que le encantaría el detalle. Esta vez Kakashi cargó a la bebita todo el camino, mientras Sakura sostenía la mano de Kenta.

Luego de un corto saludo, dar las manzanas de regalo, escuchar un par de chistes malos de su padre, ambos salieron de la casa un poco abrumados, estaba segura que para él era tan extraño como para ella.

"Tu padre es un hombre divertido. Ya veo de dónde heredó Kenta lo conversador" dijo Kakashi cuando comenzaron a alejarse de la casa.

"Tal vez no es buena idea dejar que mis padres los cuiden tanto tiempo. Me aterra que un día Kenta-chan comience a usar los juegos de palabras de mi padre" respondió Sakura horrorizada con la idea. Kakashi soltó una risita por lo bajo.

"Nuestros empleos están hacia allá" apuntó Sakura en la dirección opuesta a la que Kakashi comenzó a caminar.

"Lo sé"

"Ahhmm…Okey, nos vemos luego" dijo volteándose para dirigirse hacia el hospital. Decepcionada de no poder seguir caminando con él. Cuando había dado dos pasos sintió que alguien sostenía su mano y se detuvo en seco, al voltearse consiguió que su mano era sostenida por Kakashi.

"Ya entiendo porque tengo que sostener tu mano cuando caminamos. Sí no lo hago comienzas a caminar en cualquier dirección" dijo halándola gentilmente hacia la dirección en la que él caminaba antes. Sakura se sonrojó y apretó la mano de Kakashi.

"Pero mi trabajo esta hacia allá" explicó ella aunque ya había comenzado a caminar hacia donde él la dirigía.

"Vamos a visitar la casa que están construyendo nuestros yo alternativos" respondió Kakashi sin mirarla, pero apretó gentilmente su mano.

"Pero dijiste que yo…que Sakura tiene que tomar algunas decisiones con respecto a la cocina ¿Cómo puedo saber yo que quiere ella?"

"En esencia ustedes dos son la misma persona. Deja que te muestren lo que están haciendo y te pregunten lo que tengan que preguntarte, si tienes la respuesta puedes darla, si no la tienes…solo di que tienes que considerarlo un poco más"

Caminaron varias cuadras y Sakura apenas comenzaba a comprender hacia donde se dirigían "Ayer caminamos cerca de aquí" dijo mirando a su alrededor, lo habían hecho cuando fueron a casa de Shikamaru. Mientras más se adentraban en la zona, más espacio había entre las casas "Debes tener un excelente sueldo como Hokage" apuntó, aunque ella no ganaba nada mal con su sueldo en el hospital más lo que ganaba en las misiones ocasionales, no podría costearse una casa en esta zona. Probablemente en esta zona había más clanes y gente con buen poder adquisitivo. Los Nara eran un clan, más allá de lo que Shikamaru pueda hacer mensualmente, tiene el patrimonio de su clan. Ella no venía de ningún clan prominente y Kakashi….pues no estaba segura, probablemente si era prominente su clan. Si es que puedes llamar clan a una familia de una persona. Su mente la corrigió de inmediato, pues ahora son cuatro.

Estaban en una de las zonas altas, luego del ataque de Pain, el centro de Konoha se había reconstruido en la zona más profunda del cráter que el ataque dejó, estaban ahora en una de las terrazas altas. Y si su casa estaba aquí, probablemente tendrían una vista excepcional de toda la aldea o casi toda. Sakura hacía un cálculo mental sobre la distancia de esta zona hasta el hospital. No era tan lejos, lo que probablemente le había gustado de inmediato de esta locación. Kakashi se detuvo frente a una casa de madera, que aún le faltaba ser pintada, materiales de construcción rodeaban lo que un día sería un lindo jardín, y trabajadores caminaban de un lado al otro.

Era una casa enorme, si la comparaba con la casa en la cual creció. Era un casa en la que nunca hubiese soñado vivir, aunque no era terriblemente grande, siempre se imaginó viviendo en una casa linda y bonita, pero nunca pudo imaginarla de este tamaño. Tenía un estilo tradicional en muchos aspectos, pero al mismo tiempo se veía moderna. La puerta principal constaba de dos grandes puertas de madera que se dividían en el centro.

Kakashi soltó su mano y se acercó a la puerta y comenzó a tocar con una de las manos un enorme diseño que estaba centrado entre las dos puertas. Con solo ver la expresión de Kakashi y la forma reverente con la que tocaba el símbolo, solo podía ser una cosa.

"¿Es el símbolo de tu clan?" preguntó Sakura al acercarse. El símbolo era simple, un cuadrado volteado, en la posición en la que verías un rombo, dividido en nueve partes iguales. En su simpleza, lucía espectacular en las puertas de madera. Kakashi asintió.

"Este parece ser trabajo de Tenzou" dijo Kakashi antes de ser interrumpido por un hombre.

"Hokage-sama, feliz mañana…Señora" dijo respetuosamente el hombre haciendo una pequeña reverencia "El Capitán Yamato dijo que era una sorpresa, hizo las puertas antes de salir en una misión" agregó el hombre con una sonrisa.

"Buen día, ciertamente es una sorpresa. Luce muy bien"

El hombre, era el capataz del proyecto, les dio un recorrido por toda la casa, donde les apuntaba cosas que serían nuevas para los verdaderos Sakura y Kakashi, y que ellos fingían entender, por fortuna el hombre no hacía preguntas, tan solo mostraba cosas. Comenzaron por el piso de arriba, donde las habitaciones de los niños estaban del lado izquierdo de la casa, compartían un baño espacioso. La habitación principal, ocupada todo el lado derecho de la gran casa y Sakura podría jurar que era un poco más grande que la habitación de Kakashi en la mansión del Hokage, aunque estaba vacía y carecía de decoración, de esa forma todo se ve más espacioso. El baño principal era grande y moderno, verlo era como ver el baño de sus sueños, definitivamente ella tuvo que ver en la decoración de esa habitación.

Sakura siguió a los hombres al piso de abajo, un poco abrumada por todo lo que estaba viendo. Aunque no había mucho más que ver que habitaciones vacías y faltas de pintura, con cables al descubierto aquí y allá, podía imaginar cómo luciría cuando estuviese lista. Eso era realmente lo que veía, con el ojo de su mente.

El hombre los llevó a lo que sería una habitación de huéspedes, otra habitación que sería una biblioteca/oficina, donde una pared estaba cubierta por estantes para libros. Luego los dirigió al salón de estar, el concepto de esta habitación era algo nuevo para ella, aunque a simple vista podía ver que era útil y práctico. El enfoque central de la gran sala estaba en una gran chimenea. La pared de fondo, que daba hacía la parte de atrás de la casa, eran puras ventanas de vidrio, era como una gran pared de vidrio y podías ver la montaña Hokage y gran parte de la aldea, tal y como había sospechado cuando vio la ubicación de la casa. Lo curioso de la distribución de esta casa era que la cocina no estaba separada por paredes, cuando menos no había paredes y tampoco le parecía ver que hubiese planes de colocarlas, y ahí es donde veía lo práctico, podía imaginarse cocinando en esa cocina mientras vigilaba a los niños mientras jugaban en la sala.

El hombre se acercó a ella y le comenzó a hablar sobre los planes que ella tenía para la cocina, explicándole que ya era hora de escoger el tipo de piedra que usarían en los mesones de la cocina, y le dio algunas muestras de piedras que pasaban por el gris, negro, blanco e intermedios de esos tres colores. Con rayas, con vetas, con manchas. Sakura no sabía que decir, inmediatamente le gusto una de las muestras pero escoger por la mujer que realmente viviría en esta casa no le parecía justo.

"¿Puede mi esposa tomarse unos días para decidirse?" escuchó a Kakashi preguntar y sintió un gran alivio, porque la presión que había sentido no la dejó pensar en una forma de salir del aprieto.

"Si claro. Señora, puede llevarse las muestras con usted y debería llevar las muestras de los gabinetes, de esa forma puede comparar" explicó el hombre poniendo en sus manos un manojo de pequeños trozos de madera de diferentes colores, unidos por una cadena. Sakura asintió sintiéndose rara por ser llamada Señora.

"Es muy amable" respondió Kakashi por ella tomando las muestras de las manos de Sakura.

"Si, muchas gracias. Trataré de tomar una decisión pronto para que puedan continuar con esta parte de la casa" añadió Sakura, ya sintiendo que debía decir algo porque probablemente había estado demasiado callada.

"Falta que vean como quedó la barandilla de piedra en el mirador" dijo el hombre mientras caminaba hacia las ventanas de vidrio, arrastró una de ellas hacía un lado y fue cuando Sakura se dio cuenta que era una puerta corrediza de vidrio.

"¿Estás bien?" preguntó Kakashi acercándose a ella.

"Si, solo es…demasiado" respondió mirándolo a los ojos. Había tantas palabras dando vueltas en su cabeza que la más honesta fue esa, demasiado. Ningún sueño infantil que pudo tener algún día, sobre una vida en familia con un esposo e hijos, alguna vez se acercó a esto, a tanto…

"Lo sé" sintió como Kakashi tomó su mano y la apretó gentilmente "Vamos a seguir al hombre" dijo cuándo comenzó a caminar arrastrándola con él.

La vista era hermosa, y la brisa que corría por todo el mirador era agradable y fresca. Kakashi siguió conversando con el hombre mientras ella respiraba aire fresco y trataba de concentrarse en no llorar, porque quería llorar, de felicidad. Porque una versión de ella logró tener todo esto con un hombre al cual de seguro ama con locura, porque ella sabe que no estaría con él sino fuera de esa forma. Su mirada se fijó en la versión de piedra de Kakashi. Hacía rato que había dejado de escuchar lo que los hombres hablaban, ella miró al Kakashi real, su sensei, su Hokage, su amigo. Y no podía entender cómo ellos dos de entre todas las personas llegaron a estar juntos, casados, con hijos.

Aunque Kakashi Hatake luciera desinteresado, distante, a veces frío, aburrido la mitad del tiempo. Ella sabía la verdad, todo eso era una coraza. Este era un hombre que se interesaba realmente por la gente, cuando te ganabas su afecto se comprometía en tu bienestar y tu felicidad, daría su vida por la tuya sin siquiera dudar. Sakura no conocía a alguien más leal a su aldea, a sus amigos. Él siempre decía que sería el peor Hokage en la historia, pero ella sabía que eso no sería así. Kakashi se concentró en el bienestar de cada uno de los habitantes de la aldea, reforzó la seguridad, está siempre modernizando a veces pequeñas cosas y a veces grandes, como los teléfonos. Sakura estaba segura. Sí él se comprometió con ella de esta forma, es porque lo sentía, porque realmente lo quería.

Su madre le había dicho que el cortejo entre ellos fue corto. Y lo entendía, este no era un muchacho, era un hombre. Que el día que decida estar con ella, no jugará juegos ni le hará perder el tiempo.

"Cosas como esta casa me hace dudar que un futuro como este sea posible" la voz de Kakashi la trajo de vuelta al presente, a este momento. Notó que el otro hombre ya no estaba.

"¿Por qué?" preguntó casi en un susurro, aunque Kakashi pareció escucharla perfectamente.

"Es tan perfecto, todo lo es. Tú lo eres" admitió el hombre, su mirada adherida al paisaje. Y la mirada de ella adherida a él. Sakura cerró el espacio que los separaba, se abrazó al brazo de Kakashi que tenía más cerca, y miró el paisaje junto a su…futuro esposo?

"Yo soy la misma de siempre, Kakashi. Tal vez no habías estado prestando atención" dijo sin dejar de mirar la montaña de los Hokage.

"Lo sé" dijo a lo bajo, pero ella estaba tan cerca que lo escuchó. Su corazón comenzó a latir fuertemente en su pecho.

"Y no soy perfecta" agregó ella casi en un susurro.

"No de la forma en la que estás pensando" Sakura no supo que responder a eso. Y se quedaron un par de minutos mirando el paisaje. Hasta que sintió y escuchó a Kakashi suspirar.

"Debemos irnos"

Sakura trabajó esa mañana como en una nube. Ella era muy profesional, y no perdía concentración en las cosas importantes de su trabajo. Pero en los pequeños momentos de descanso, su mente automáticamente le hacía pensar en Kakashi. Él había intentado besarla el día anterior y ahora decía estas pequeñas cosas que en su significado eran muy claras, lo que no era claro era donde los dejaba. Lo desalentador era que ella sabía que no los dejaba en ninguna parte. Él simplemente estaba siendo honesto con lo que pensaba, eso no quería decir que tenía alguna intención de hacer algo al respecto. Tal vez lo que él no esperaba era que ella sí, no sabía por dónde comenzar o que hacer, no tenía suficiente experiencia romántica como para crear algún tipo de plan, por ahora seguiría con tocarlo casual e intencionalmente.

Cuando estaba almorzando con los niños el teléfono de la casa sonó, era Kakashi para informarle que no podría ir a dormir a la bebé. Y si de verdad no lograba dormirla, no dudase en llamarlo que él dejaría la reunión que tenía para ir a ayudarla. Sakura se sentía con más confianza alrededor de Sayuri. Era una niña de papá, pero estaba segura que lograría dormirla. Le tomó un poco más de tiempo del que pensó, pero la bebita se durmió en sus brazos y no se despertó cuando la acostó en su cuna. Kenta por su parte, parecía muy lleno de energía.

Sakura le preguntó al niño cuál era su ejercicio favorito para hacer en control de chakra. Kenta emocionado le respondió que era el ejercicio en el que trataban de cortar una hoja solo con su chakra, su papá se lo había enseñado y le había contado que a Naruto-nii chan le había costado mucho trabajo hacerlo. Sakura estaba sorprendida de que este niño de cuatro años tuviese el nivel para hacer algo así, el niño corrió al jardín y volvió con varias hojas que recogió del piso, admitiendo que aún no lograba cortar por completo la hoja, pero que cada vez lo hacía mejor.

Sakura y Kenta estuvieron al menos 15 mins destruyendo hojas del jardín cuando Kenta comenzó a bostezar. Lo felicitó por su buen trabajo y lo acompañó hasta su habitación. Sakura bajó al piso principal y se sentó en el sofá, cansada pero con una gran sonrisa satisfecha. Pasar tiempo con Kenta le hacía sentirse así, cansada pero feliz.

"Mamá, alguien está tocando la puerta" Sakura sintió las manitos de Kenta sostener su cara, mientras le susurraba esas palabras. Sakura abrió los ojos encontrándose con los grandes ojos verdes de Kenta justo frente a ella, la hermosa sonrisa del niño se apoderó de ella también. Lo rodeó con los brazos y comenzó a dar besos en la linda carita del niño quién comenzó a reír adorablemente, cuando escuchó a alguien tocar a la puerta nuevamente.

Sakura levantó a Kenta con ella, acomodándolo en su cadera, no tenía ganas de dejarlo ir aún. Abrió la puerta encontrándose con Temari y un pequeño niño muy parecido a Shikamaru, aunque de alguna forma que no podía apuntar muy parecido a su madre también. Cuando Kenta vio al niño comenzó a moverse para que Sakura lo dejara en el piso.

"Shikadai ¿viniste a jugar?" preguntó Kenta emocionado parándose frente al otro niño.

"Sí, que fastidio" respondió el niño y Sakura por poco suelta una carcajada.

"No digas eso, casi me arrastraste hasta aquí emocionado porque venías a ver a tu amigo" le reprendió su madre. Kenta al escuchar esto comenzó a brincar, tomó a su amigo por una mano y lo arrastró hasta el rincón donde estaban los juguetes "A veces no sé si es igual a su padre o si lo imita"

"Pasa adelante" la invitó Sakura "Tu hijo es hermoso, se parece mucho a ustedes dos" Temari miró hacia donde estaban los niños y una sonrisa tierna se dibujó en su rostro. Esa era una expresión que Sakura jamás había visto en la otra mujer. Y en ese momento supuso que los hijos hacían eso con sus madres, les suavizaban el alma un poco más.

Sakura revisó a Sayuri y la encontró despertándose. Al llegar al piso de abajo Temari le quitó a la bebé de los brazos y comenzó a jugar con ella. A la rubia de verdad le gustaban los bebés. Sakura se disculpó para hacer té, al poco tiempo volvió con refrigerios que había comprado cuando buscó a los niños y las tazas de té. Temari todavía lucía feliz cargando a la bebé de un lado a otro. Se sentaron afuera para vigilar a los niños que habían salido al jardín, y ahora se encontraban acostados en la grama mirando las nubes. Sakura se preguntó cómo era posible que el niño más lleno de energía que conocía fuera el mejor amigo del niño más…Shikamaru que conocía. De pronto uno era lo que el otro necesitaba. Mientras Shikadai calmaba un poco a Kenta, Kenta hacía a Shikadai hacer algo más que estar recostado mirando el cielo. De algo estaba segura, Kenta no duraría mucho tiempo ahí acostado mirando las nubes.

"Ayer tan pronto se fueron envié un halcón a mi hermano" dijo la mujer luego de tomar un sorbo de su té "Recibí una respuesta hace unas pocas horas. Mi hermano entiende la delicadeza de este asunto. La chica será enviada a Konoha. Partirán tan pronto arreglen todos los detalles sobre la escolta" dijo la rubia mirando fijamente a los niños, siendo un poco criptica al respecto.

"¿La escolta?" preguntó Sakura tontamente. Obviamente entendía que era una escolta, pero le sorprendió que solo una chica necesite tanto protocolo.

"Hay un equipo de Konoha en Suna justo ahora, por fortuna el equipo de mayor confianza para el Hokage y el Kazekage, ya estaban por volver. El Hokage quiere que escolten a la chica junto al equipo de Suna que Gaara envíe. Supongo que hoy esa misión será enviada a su equipo. Probablemente mañana comiencen el viaje"

"Oh, entiendo…¿el equipo de mayor confianza para ambos el Hokage y el Kazekage?" preguntó Sakura más para sí misma que para la otra mujer. Temari la miró exasperada.

"Si, Sakura. Tú equipo"

"Oh, el equipo Kakashi" tenía sentido, cuando vio a Hinata le comentó que Naruto estaba en una misión y hoy había escuchado que Yamato-taichoo también lo estaba. Sai también estaba con ellos. Lo que le recordó que no había hablado con Ino desde que despertó en esta realidad.

"¿Cómo te has adaptado a esta vida?" preguntó la rubia

"Ha sido extraño. Nunca pensé en tener este tipo de relación con Kakashi, ahora tengo hijos y un esposo. Es abrumador. Pero siento que para Kakashi ha sido más difícil de asimilar".

"Pues sí que te buscaste un esposo mucho mayor que tú. Pero cuando están juntos tiene sentido. Kakashi-sama es diferente a otros hombres de su edad"

"¿A qué te refieres?" preguntó Sakura antes de tomar un sorbo de su té.

"No lo sé, es más…juvenil. Con respecto a su actitud claro. Y sabes que las personas con chakra poderoso no envejecen tan rápido. Además, que ustedes están tan enamorados que con solo verlos no queda duda que hacen una buena pareja" Sakura la miraba atontada, pero pronto su atención se fue hacia Sayuri, quien sacudía un juguetico que Kenta había puesto en manos de su hermana.

La niña era hermosa, tenía la misma forma y color de ojos que Kakashi, probablemente el mismo color de piel pálida, pero el cabello rosado resaltaba en ella anunciándole al mundo los genes de su madre. La bebita ofreció el juguete a Temari, quien lo tomó y comenzó a agitarlo frente la bebé logrando que soltará una risita.

"Sayuri parece muy familiarizada contigo, incluso a mí me ha tomado un poco de trabajo conectar con ella" admitió Sakura.

"Porque seguramente estabas intimidada por ella. Los bebés pueden sentir eso. Su verdadera madre no tiene ese problema, tus dos hijos están tan enamorados de ti como tú de ellos" Sakura se sintió aliviada de escuchar eso "La razón por la que está familiarizada conmigo es porque esos días después de su nacimiento…cuando tú no estabas…Ino, Hinata y yo ayudamos a Kakashi-sama, tanto como nos lo permitió. Especialmente los primeros días. Solo dejaba que cualquiera de nosotras tres lo ayudáramos, creo que tenía que ver con que somos tus amigas y con que somos madres. Y solo la dejaba con tu madre cuando iba a ir al hospital, con muchos guardias alrededor de la casa."

"No puedo si quiera imaginar cómo pudieron ser esos días para él."

"Supongo que lo manejó tan bien como pudo." respondió la mujer, los niños se pusieron de pie y corrieron hacia sus madres.

"¿Podemos ir al parque?" preguntaron al unísono. Sacando una sonrisa de ambas mujeres, quienes no dudaron en acceder.

Sakura guardó en el bolso de pañales de la bebé algunos refrigerios y dos botellas de agua para los niños, mientras Temari los ayudaba a colocarse los zapatos. Cuando ya iban a salir la rubia miro con expresión extraña a la pelirosa "¿Qué?" preguntó Sakura.

"¿Vas a cargar a Sayuri todo el tiempo? no me digas que la has estado cargando de un lado al otro todos estos días." Temari la miraba con el ceño fruncido y Sakura no supo que responder ¿Cómo se supone que iba a trasladar a una bebé que no puede caminar por sí misma? Temari sacudió la cabeza y se acercó al armario más cercano a la puerta de salida. De donde sacó un aparato con ruedas que Sakura no había visto antes.

"Estoy segura que hace cinco años ya estos cochecitos existían, Sakura" dijo la mujer cuando al halar el aparato por un lado se estiro y se abrió en la forma de un cochecito de bebé. Sakura miraba el dispositivo con una extraña mezcla de aprobación e incredulidad. Temari se acercó y tomó a la bebé de sus brazos sentándola en el cochecito, que era una especia de silla con ruedas. Le colocó unas cintas de seguridad en el pecho y movió el coche para adelante y para atrás para demostrar a Sakura su utilidad. Y ella nunca se sintió tan tonta. Cinco años atrás era una novedad este invento, y podías ver algunas madres arrastrando a sus bebés cómodamente en sus carritos de bebé. A ella nunca se le ocurrió buscar uno en algún lugar de esta casa. Amarrados del asiento de la bebé había varios juguetes, con el propósito de entretener a la niña, Temari colocó uno de los juguetes en manos de la bebita y salió de la casa empujando el cochecito.

Durante el camino hacia el parque más cercano, las dos mujeres iban siguiendo a los niños, mientras la rubia daba consejos a Sakura para cuidar a la bebé, y le comentaba algunas cosas sobre Kenta que ella misma le había contado antes, cosas que le gustaba comer y otras que no.

"Si la misión sale de Suna mañana podrían estar aquí en dos días con buen tiempo. Esta es temporada de tormentas de arena, si se topan con una podría tomarles un día más" comentó Temari cuando estuvieron sentadas en un banco del parque mientras los niños corrían junto a otros niños. Sakura asintió, sintiéndose un poco decepcionada de que tal vez en solo tres días dejaría atrás todo esto "Por cierto, el sábado es el festival de las luces. Desde que tú y Kakashi se casaron hacen una aparición juntos para inaugurar el festival colocando la primera vela. Deberías preguntar a tu asistente sobre el kimono que usaras esa noche, cada año mandas a hacer algo especial"

El Festival de las luces había sido fundado por Tsunade-sama antes de dejar el cargo de Hokage, para honrar todos los shinobi que perdieron la vida en la guerra, en una celebración de vida, donde podías encontrar las actividades comunes de cualquier festival, más algunas actividades extra. Como que todos los que quisiera podían colocar una vela frente a la piedra de los héroes o en el cementerio. Toda la gente participaba, el Hokage siempre era el primero en colocar una vela, luego todos los demás hacían lo mismo.

Hasta ahora no había visto que la esposa o esposo del Hokage participara junto a su pareja, pero para ser justos, de donde ella viene ni la Godaime ni el Rokudaime estaban casados.

Esa noche cuando finalmente Sakura y Kakashi estuvieron solos en la habitación, preparándose para dormir, Sakura le comentó todo lo que Temari le había informado, incluyendo lo del festival.

"La reunión que tuve hoy al mediodía fue sobre el festival, todo está listo. En nuestro tiempo todavía faltan casi dos semana para llevarlo a cabo" anunció Kakashi mientras acomodaba las almohadas en el centro de la cama.

"Deberías preguntar a Shikamaru que es exactamente lo que hacemos los dos juntos al inaugurar el festival" Kakashi asintió mientras se acostaba en su lado de la cama.

"Ya me lo explicó. El primer festival Tsunade todavía era Hokage, desde entonces he hecho lo mismo que ella hacía, presentar mis respetos frente al monumento del Heroe, encender la primera vela, decir una oración por las almas perdidas. Tu y yo haremos eso mismo, pero juntos" Sakura asintió y se sintió un poco ansiosa, porque, aunque esta no sería la primera actividad pública que la otra Sakura hacía con su esposo, para ella sí lo era "¿Has seguido leyendo el libro de historias?" preguntó Kakashi sacándola de sus pensamientos.

"Hoy logré leer dos historias más, pero aún no consigo nada. Tal vez deberíamos desistir, en pocos días Maki-chan estará aquí" Kakashi asintió mirando hacia el techo.

"¿Dónde están tus libros?" por alguna razón justo en este momento Sakura se estaba dando cuenta que desde que llegaron aquí no ha visto a Kakashi sacar uno de sus libros eróticos.

"Dos de ellos están en mi oficina y el otro está en mi bolsa de armas. Shikamaru me explicó que no me dejas leerlos frente a Kenta. Y estoy de acuerdo, Kenta es muy curioso" respondió Kakashi con seriedad.

"Es decir, que está bien leer esos libros frente a cualquier niño, pero no frente a tu hijo. Es un poco hipócrita de tu parte ¿no crees?" a Sakura ya le estaba molestando que Kakashi parecía estar evitando mirarla.

"No, no lo considero hipócrita. Los otros niños son responsabilidad de sus padres no mía. Estoy seguro que cuando Kenta tenga edad, su propio padre lo introducirá a la obra de arte de Jiraiya. Yo lo haría" Respondió y Sakura no supo que responder a eso, porque la verdad no estaría para verlo, no conocería a Kenta cuando tenga edad de leer esos libros.

Tal vez, en solo dos o tres días estarían de vuelta en el pasado. Durmiendo en casa y camas separadas. Sin hijos, sin vida amorosa, sin ninguna esperanza de construir esta vida tan maravillosa que estaban viviendo ahora.

"¿Estás bien? Tienes una expresión extraña" la pregunta de Kakashi le hizo mirar en su dirección y lo encontró con una expresión preocupada en el rostro.

"¿Crees que cuando volvamos a nuestro tiempo podamos construir esta vida? Tener a Kenta y a Sayuri, todo esto…" Sakura dijo con tristeza y la mirada de Kakashi se suavizó.

"Voy a ser honesto contigo, Sakura. Yo no creo que eso sea posible. No sé cómo funciona el jutsu de Maki, pero sí sé que tú y yo, en la vida real no sería bien visto. Tampoco me parece justo crear una vida alrededor de una fantasía, tal vez tu y yo no somos compatibles, tal vez nos juntamos y luchamos contra los prejuicios para estar juntos y nunca tenemos a Kenta o a Sayuri, tal vez nunca somos felices. Yo estoy seguro que hay alguien mejor que yo para ti allá afuera" respondió Kakashi mirándola con intensidad, él de verdad creía lo que le estaba diciendo, pero ella no podía aceptar eso.

"¿Cómo puede haber alguien que me dé una vida mejor que esta? Somos felices, todas las personas con las que hemos hablado nos lo han dicho, nos amamos y tenemos hijos que nacieron de ese amor" le discutió ella con fervor. Kakashi se sentó en la cama enfrentándola.

"Dime algo ¿Quieres estar conmigo porque me amas o porque quieres esta vida de fantasía?" preguntó

"Ellos son reales, tan reales como tú y como yo, no les llames fantasía" respondió con el ceño fruncido

"Son reales en una realidad alterna a la cual tu y yo no pertenecemos. En esta realidad los padres de esos niños se enamoraron y tienen esta vida juntos, criando esos dos niños que no son nuestros" esas tres últimas palabras Sakura las sintió como una cachetada, cerró los ojos. Ya no quería hablar, no podía hablar más. En la mañana despertó con la esperanza de que él también quería todo esto, que al volver podrían trabajar juntos en conseguirlo, enamorarse, casarse, tener hijos…Lo que para ella era un sueño, para él parecía ser una pesadilla.

Una vez más se sintió como la niña de doce años a la que Sasuke llamaba "fastidiosa" ¿en qué estaba pensando? nunca tendría esta vida, ni con Sasuke, ni con Kakashi, ni con nadie.

Sakura se puso de pie y comenzó a buscar ropa en el armario para cambiarse el pijama, no podía seguir en esta habitación, ni en esta casa, necesitaba caminar. Porque justo ahora no podía acosarse junto a este hombre, en la misma cama. Removió la camisa para dormir que usaba, porque tampoco quería seguir usando la ropa de este hombre, que olía ligeramente a él..

"¿Qué haces?" cuando escuchó la pregunta de Kakashi fue que se dio cuenta que se estaba desvistiendo frente a él. Se paralizó, estaba de espaldas a él, hasta ahora solo le había mostrado su espalda. Podía moverse hacia el baño, estaba a poca distancia, pero ¿cuál era la diferencia? Estaba claro que él no sentía nada por ella. Comenzó a moverse más rápido colocando su ropa, ignorando la pregunta de Kakashi "¿A dónde vas?" preguntó el hombre cuando ella comenzó a caminar hacia la puerta, ella solo levantó sus hombros como respuesta.

Cuando ya estaba punto de alcanzar la puerta de la entrada principal, una mano de Kakashi la sostuvo de uno de sus hombros deteniéndola. Por reflejo Sakura se dio la vuelta dando un fuerte golpe en el estómago de Kakashi que lo envió varios metros hacia atrás, cayendo cerca de las escaleras "No me toques" murmuró con rabia en la voz. Su intención no era golpearlo tan fuerte, pero sí hay algo que a Sakura le ha costado toda su vida dominar es su temperamento. Naruto y Sai fueron víctimas constantes de su falta de paciencia. Sin embargo, Sakura sintió un poco de satisfacción por haberlo golpeado del todo, lo tomó desprevenido, porque estaba segura que lograr dar un golpe a Kakashi no era tarea sencilla.

Comenzó a caminar nuevamente hacia la puerta, antes de cerrarla escuchó la voz de Kakashi nuevamente "¿A dónde vas?"

"No te interesa, no eres mi esposo" se detuvo y respondió sin voltear a mirarlo antes de cerrar la puerta.

Sakura comenzó a caminar sin ninguna dirección en mente. Para este momento solo sabía una cosa, quería romper algo y así fue como comenzó a caminar hacia los terrenos de entrenamiento ¿Cómo era posible que se siguiera poniendo en una posición donde un hombre la rechazaba de nuevo? Estaba molesta, pero con quién estaba más molesta era consigo misma.

Kakashi tenía razón en que ella no lo amaba, todavía. Toda esta vida de "fantasía" como él la llama es una prueba que es posible para ellos enamorarse y ser felices juntos.

Ella era una mujer que se amaba a sí misma y entendía que su valor no se medía por la opinión de otras personas o la cinta con la que un hombre la medía. Pero había momentos como estos en los que odiaba como el sentimiento de rechazo le hacía sentirse como alguien imposible de amar…y por eso era que necesitaba golpear algo, ver explotar algo con su puño para así dejar ir todos esos pensamientos estúpidos que la intoxicaban.

Más rápido de lo que pensó llegó al área de entrenamiento más cercana la aldea. Sabía que lo mejor tal vez sería caminar hasta la más alejada, porque su terapia podría tornarse ruidosa. Pero necesitaba un golpe, solo uno y si todavía quería golpear algo más iría un poco más lejos. Se paró en el centro del lugar de entrenamiento y miró a su alrededor. Tenía dos opciones, un gran árbol que estaba al fondo o una gran roca que estaba más cerca de ella. Decidió que el árbol estaba vivo y no tenía la culpa de su frustración. La roca por otro lado, era un objeto inanimado que sería más satisfactorio de golpear, ya que era más duro que el árbol.

Sakura se concentró en sus emociones, la soledad era casi una entidad alrededor de ella desde hace mucho tiempo. Pensó en Sasuke y en todo lo que era incapaz de hacer por ella, el único hombre que había amado y que no estaba dispuesto a darle ni una sola concesión, La abnegación que sentía por la aldea no la sentía por ella. Ese era un amor de solo dar y nunca recibir, por eso renunció a esa conexión. Pensó en Kakashi, lo que más odiaba de él en ese momento era como tenía razón, no lo amaba, apenas tenía tres días mirándolo como una opción romántica para su vida. Pero la hizo sentir como una idiota, como una adolescente, como una mujer incapaz de diferenciar la fantasía de la realidad, como esa mujer a quién nadie había visto como una opción, a quien nadie quería amar…

"Shanarooo…" gritó tanto como sus pulmones se lo permitieron antes de estallar la roca en mil pedazos con uno de sus puños. Con la respiración agitada Sakura miraba con concentración su trabajo, la gran roca se había convertido en miles de trozos, además del gran agujero que había dejado en el piso. Pero no le importó, alguien vendría en la mañana y repararía el daño.

No se escapó para Sakura el contraste entre lo cercana que se había sentido a Kakashi cuando visitaron aquella casa en la mañana, y cómo se sentía justo ahora, tan desconectada de él.

"Alto ahí" escuchó a una voz que le gritaba con autoridad, mientras cuatro sombras la rodeaban. Sakura levantó las manos para mostrar que no era una amenaza, uno de los hombres se acercó, su cara cubierta por una máscara. Un equipo Anbu. Seguramente atraídos por el ruido de la explosión. Una brisa los rodeó levantando su largo cabello rosado hacía un lado y el hombre se detuvo "¿Hatake-sama? ¿Está todo bien?" preguntó el hombre al reconocerla, y casi soltó una carcajada por la ironía que en este momento la llamasen por el apellido de Kakashi.

"Lo siento chicos, todo está bien. Solo es una noche de esas en la que quieres explotar algo con tus propias manos" respondió con una sonrisa. El hombre no hizo ningún comentario, solo asintió.

"Que tenga buena noche, señora" dijo el hombre antes de desaparecer en las sombras con sus otros compañeros.

Sakura se sentía considerablemente mejor con golpear esa gran roca. Hubiese preferido destruir un par de cosas más, pero no quería seguir llamando la atención. Decidió tomar el camino más largo que pudo imaginar hasta la mansión del Hokage.

Cuando entró por la puerta se encontró con la mirada de Kakashi, quien estaba sentado en el sofá, aparentemente esperándola "¿Dónde estabas?" preguntó con el ceño fruncido. Sakura cerró la puerta y comenzó a caminar hacia las escaleras sin responderle. Sintió que él la seguía en silencio. Cuando abrió la puerta de la habitación de Kenta y Kakashi pareció entender lo que eso implicaba susurró "Sakura" esto la hizo detenerse y se volteó a mirarlo.

"Buenas noches" dijo, lo miró fijamente por un segundo antes de entrar a la habitación y cerrar la puerta.

Mientras caminaba tomó la decisión de dormir con Kenta esta noche, definitivamente no podía acostarse junto a Kakashi. Y sabía que Kenta no le molestaba mucho dormir apretado a ella. La cama del niño era grande, con suficiente espacio para los dos, y de cualquier forma no sabía cuándo sería el día que no volvería ver a su hijo nunca más. Por ahora, aprovecharía cada momento con sus hijos al máximo.