Capítulo 12 | Después de hoy…

Hablo de ser real y no pretender…

Sasuke

—Hey, ¿Qué tal está todo el mundo? He comprado algunos panes esta mañana para disculparme por lo de anoche— Grita el tal Deidara, mostrando que trae consigo un par de grandes bolsas llenas a tope de ¿Pan? ¿Realmente cree que el pan va a borrar su idiotez? Sí, no lo tolero, por sí no ha quedado claro, mejor se hubiera quedado en la ciudad sí es que ya fue hasta allá por el pan, pero tal parece que a nadie más se le hace ridícula su forma de pedir disculpa, porque no tardan ni dos segundos en seguirle cual rebaño hacia la cocina a por el pan —Este es para ti Sakura-chan —Canturrea, Sakura no demora en aceptarle el pan al tipo, debo decir, que al menos el pan luce lindo. Es un pan bastante curioso, que tiene la forma de una flor de cerezo, mi madre suele comprar ese mismo pan, aunque a la fecha no he podido averiguar de donde los compra, ni siquiera he probado alguno, pues tienen relleno de fresa y chocolate, y no es algo que me agrade del todo, demasiado dulce para mi gusto. Sakura le da una mordida al pan y parece demasiado contenta con él, reconozco que no me gusta del todo que ella sea tan cercana a Deidara, pero no tengo porque enfadarme como el día anterior, ayer me sentía inseguro porque no había nada entre nosotros, pero por el contrario, ahora que ella ha dicho que solo somos nosotros dos, sin más mentira en el medio, las cosas son diferentes.

—Es un cerezo Sasuke-kun— Dice, mientras sonríe, y lo único que puedo hacer es intentar devolverle el gesto, pues por lo general me quedo sin palabras cuando ella toma esas actitudes de niña pequeña —Deberías probarlo— Murmura, dándome el pan, dejándome sin más opción que probar de él. Para ser sinceros, es mucho mejor de lo que creía, su relleno es de fresas, pero no sabe mal para nada, no es tan dulce, es encantador de cierta manera.

—Por amor de Dios, deberían detener esas excesivas muestras de amor que tienen desde la mañana, o al menos continúen en privado —Ataca Ino burlona, mientras Sakura se pone rojas hasta las orejas cual tomate, debo decir que me muero de ganas de tomar su mano y llevarla lejos de todas estas personas, pero sé que ella solo me gritaría y se enojaría mucho, así que contengo mis impulsos mirando mal a Ino.

Repentinamente Hinata se marcha diciendo que se siente mal, Naruto sale detrás de ella, empero lo que me preocupa un poco es la repentina conmoción en la mirada de Sakura, quien parece que en cualquier momento se soltará a lloras, quizá no debería pero no puedo evitar que mi cabeza se pregunte sí es que esas lagrimas que se asoman son a causa de Naruto —Parece que realmente Hinata está embarazada soy tan feliz — Dice, yo no entiendo para nada que es lo que está sucediendo, ¿Qué es lo que tiene que ver el soltarse al llanto tan de repente con estar feliz? De hecho me parece que nadie más entiende que sucede, claro a excepción de las dos rubias amigas de Sakura, quienes se refriegan el rostro antes de tomar a Sakura por los brazos y arrastrarla fuera de la cocina sin más.

—Te daré algo y luego regresaremos —Escucho murmurar a Ino, intento -tontamente- seguirlas, pero Sai me detiene sin más. Quiero reclamarle por eso, pero él se defiende con un discurso que parece bastante acertado a tiempo.

—Es mejor que no metas tus narices, Ino dice que es cosa de aquellos días que tiene las mujeres, además, Sakura siempre es así de infantil— Dice, supongo que tiene toda la razón, así que sin hacérselo saber, agradezco en silencio sus palabras, después de todo él es quien conoce mejor que nadie a Sakura aunque me moleste admitirlo. Las rubias regresan poco después diciendo que Sakura ha decidido quedarse en la habitación hasta que se sienta mejor, y nadie dice nada más respecto al tema, porque ¿Por qué alguien diría algo más? Para mi sorpresa, quien me dirige la palabra es Temari, quien hace conversación sobre cosas banales, que no rondan ni siquiera cerca de Sakura, pero, en el fondo ella me parece agradable -al menos más que Ino- así que cortésmente intento seguir el hilo de su conversación, pero supongo que termina por aburrirse y simplemente corta todo pidiéndome que le lleve un té de apariencia rara a Sakura.

Supongo que Sakura no debe estar en el mejor de sus momentos, debo decir que cuando era más pequeño vi a mi madre, quien siempre se ponía de pésimo humor, aunque supongo que cada persona es diferente, porque Izumi es de las que lloran hasta porque haya una mosca volando cerca, y Hinata siempre está de mal humor, no pueden ocultarlo, y no, no es que crea en esas tonterías de que las mujeres están de mal humor en esos días por ley, es solo que, cualquiera podría darse cuenta cuando alguien a quien conoce bien se siente -por decir algo- enfermo, y ya. En cuanto entro en la habitación la veo sobre la cama, ocupando literalmente la cama entera debido a la posición diagonal en la que está, la música suena fuerte en toda la habitación, las cortinas están cerradas y solo hay una pequeña ráfaga de luz colándose —¿Todo en orden? —Me animo a preguntar, ella se incorpora en la cama y sonríe a medias aun dejando ver esas brillantes lagrimas que siguen queriendo brotar de sus ojos.

—Me encuentro completamente bien— Murmura, aunque hay una mueca en su rostro, ella es tan complicada ¿Por qué no simplemente admitir que sea por lo que sea no se encuentra bien? Por razones varias, todos nos sentimos enfermos alguna vez, y todo malestar es completamente normal, pero aun así no digo nada, solo dejo el té que ha mandado Temari en un lado de la pequeña mesa de noche que hay cerca, de donde ella lo toma poco después, para caer en un profundo sueño supongo que supongo es a causa de este. Me acomodo en una silla justo a su lado, mientras acaricio suavemente su sedoso cabello que se esparce por las almohadas, dispuesto a cuidar por su sueño hasta que no me quede más que eso.

Sakura

Me despierta la mezcla de dulces aromas a mi alrededor, como si estuviera en el cielo y el dulce aroma de la canela me guiara a la paz, me incorporo lentamente en la cama, dándome cuenta de que Sasuke se encuentra en una silla justo a mi lado, mirándome fijamente, afortunadamente el té de Temari -como siempre- ha servido y ha calmado el dolor, los nervios y las hormonas alborotadas, porque de no ser así, me habría soltado a llorar por la forma insistente de Sasuke de observarme. No entiendo porque, pero siempre he terminado en el llanto hasta que no puedo más, lloro si veo videos de perritos siendo felices, incluso si como algo que me gusta, literalmente, siento deseos de llorar por todo lo que sucede a mi alrededor. —¿Te sientes mejor? —Pregunta, asiento como respuesta, él simplemente se pone de pie dispuesto a salir de la habitación sin decir mucho más, haciéndome rápidamente pensar que está enfadado por algo que quizá haya hecho.

—Sasuke-kun espera por favor— Pido, él se detiene justo antes de abrir la puerta, rápidamente llego hasta él y sin pensármelo más lo abrazo por la espalda —Muchas gracias por preocuparte tanto por mi— Digo, él consigue dar media vuelta y tomar mi rostro entre sus manos, nuestros labios casi se rozan y puedo sentir como mi corazón se acelera, pero la puerta que es tocada con brusquedad rompe el momento.

—Mierda —Murmura Sasuke, antes de tomar la perilla de la puerta y abrirla, dejando ver el rostro de Deidara y sus horribles ojos azules, él me sonríe, intento devolver el gesto para no ser grosera, pero no lo consigo, vaya que sí pone de los nervios —¿Qué es lo que necesitas? —Pregunta Sasuke con bastante brusquedad.

—¿Te sientes mejor Sakura-chan? —Pregunta, poniendo especial énfasis en la forma en que dice mi nombre, y claro ignorando olímpicamente a Sasuke, lo que creo que solo hará que se forme toda una trifulca entre las dos partes porque no debo decirlo para que sea evidente que no parecen tolerarse mucho.

—Ella ya está bien, ahora muévete de la puerta, estorbas— Deidara obedece sin rechistar, pero con una sonrisa burlona en el rostro que me dice que le hace feliz haber cumplido su cometido. Sasuke toma mi mano para que ambos salgamos de la habitación a pasos rápidos.

—Entiendo que no te agrade, pero no hay porque ser groseros, él solo parecía estar preocupado— Murmuro inconscientemente, Sasuke solo me mira con un rostro de muy pocas pulgas, creo que he metido la pata una vez más.

—Ayer hablamos de eso— Se queja, sí que se bien que se refiere al evidente coqueteo de Deidara, pero creía que eso había quedado solucionado, no hay motivos para que se siga poniendo de malas, y con esa actitud un tanto… desesperante. Admito que quiero enojarme también, pero en su lugar lo único que hago es soltar al llanto, Sasuke pacientemente me pide que deje de llorar mientras acaricia mi cabello, pero en su lugar solo puedo llorar con más ganas por haber tenido intenciones de enojarme cuando quizá soy yo quien ha armado todo el drama en su cabeza.

—Oye, ¿Qué demonios es lo que le hiciste a Sakura-chan? —Escucho decir, Naruto comienza a decirle alguna serie de improperios nada bonitos a Sasuke, situación que hace que los demás se atiborren a nuestro alrededor, Hinata me abraza suavemente, mientras mis lagrimas comienzan a controlarse.

—Basta Naruto— Consigo murmurar, aunque no era para nada mi intención, arme todo un lío por llorona y de algo bastante tonto —Sasuke no me ha hecho nada— Naruto me mira con cierta desconfianza en sus ojos azules, pero decide zanjar el tema y disculparse con Sasuke, empero, no lo deja acercase lo suficiente como para que podamos hablar. Me pregunto ¿Será por esa clase de cosas que sentía tanta seguridad estando cerca de Naruto? Él siempre ha sido ese tipo de amigo protector, siempre evito que los más grandes me acosaran -al igual que Ino- y siempre estuvo ahí, alejándome de aquellos que no le parecían del todo confiables.

Cuando es momento de regresar a casa Ino me propone regresar con ellos, tal como llegue -y no con Sasuke y los otros dos como habíamos dicho en la mañana- porque dice que no se me ve del todo cómoda cerca de Sasuke, pero me niego, tengo que dejar las actitudes infantiles o no llegaré a nada, él no me hizo nada por lo cual deba estar enojada y evitarle, él siempre es paciente, amable, y comprensivo.

—Sasuke-kun —Le llamo, sintiendo una especie de dèjà vù cuando sujeto su brazo y él solo me mira un tanto confundido, es tal como la primera vez.

—Hola— Consigue murmurar, le sonrío, más no digo nada, esas palaras tan sencillas, esos gestos, y nuestro contacto son suficientes, suficientes para que ambos entendamos que todo está perfectamente bien entre ambos, que las cosas siguen funcionando mucho mejor que cuando llegamos aquí.

[...]

¿Despedida? ¡Despedida! ¡Despedida! Mierda me siento como esos insectos molestos de aquella película de Pixar que solo saben gritar ¡Despedidos! Cuando los sacan del circo, sí que es una comparación bastante tonta, pero ¿Qué otra cosa podría hacer ante esta situación más que repetirme mi realidad? Sí bien es cierto que he llegado algunos minutos tarde al trabajo porque acompañe a Hinata a una clínica y el tiempo se nos fue de la mano, son poco menos de diez minutos ¡Y es la primera vez que llego tarde! Es demasiado humillante, pues mi exjefe ni siquiera me da muchas explicaciones respecto al despido, solo dice -sin más- que no necesita más de mi presencia en el lugar. Sai me mira estupefacto, y Tayuya solo se esconde detrás de la puerta que da a la cocina. Humillante. Quiero gritarle al hombre todos aquellos insultos en los distintos idiomas que conozco, pero me abstengo pues eso no solucionaría nada, tomo el ridículo uniforme, y la arranco la etiqueta que lleva mi nombre con furia, dispuesta a salir sosteniendo mi poco orgullo sin decir más, no pienso devolver el uniforme, yo lo pague, con todo lo que trae consigo. Quizá el hombre está enojado porque no quise trabajar horas extras durante el fin de semana que paso. Pero no puedo encerrarme en el trabajo todo el tiempo, sin disfrutar de la vida. Intento inútilmente comunicarme con Sasuke, pero él no responde mis llamadas, ni nadie en realidad, seguro que todos están demasiado ocupados con sus cosas normales, quiero actuar como niña pequeña en medio de rabietas y azotar el piso con mi zapato hasta que no pueda más, pero me vería muy ridícula sí hago eso. Me doy media vuelta con toda la intención de caminar hasta la calle para tomar un taxi, aunque me parece que mi suerte ha decidido quedarse en la cama a dormir todo el día, porque choco contra alguien y sin más ni más me voy de trasero al piso, vaya que duele, porque incluso creo que me he torcido el tobillo.

—Lo siento, no te había visto— Se disculpa la persona con la que he chocado, aunque creo que debería ser yo quien se disculpe. Se trata de un chico de cabello color rojo que me recuerda bastante a Gaara, siento por alguna razón que lo he visto, pero no tengo idea de donde —¡Oh! Eres la chica que trabaja aquí, lamento lo de tu uniforme de la otra vez —Dice, haciendo una reverencia, no entiendo absolutamente nada, aun así comienzo a hacer memoria, pero en mi cabeza no aparece nada sobre el chico. Esperen, detengan todo, es el pelirrojo que tiro un jugo de dudosa procedencia, sobre mi uniforme el día en que Naruto me dijo que se casaba con Hinata ¡Vaya coincidencia! —Quería disculparme y ver si debía pagarte algo por ese incidente aunque sea algo tarde— Murmura, niego, en realidad a partir de hoy el uniforme solo será un recuerdo para mí de lo mucho que amé este lugar.

—No tiene por qué preocuparse por eso —Menciono intentando sonar respetuosa, puesto que, aunque luce joven, es evidente que es algunos años mayor que yo, no quiero ser grosera —Esto no es más que un simple recuerdo ahora— Digo señalando el uniforme que reposa sobre mi brazo.

—¿Dejarás de trabajar en el lugar? —Pregunta, asiento, y él suspira —Ya no tengo porque venir aquí entonces— Murmura como sí no fuera la gran cosa, luego sonríe ¿Qué demonios ha sido eso? ¿Es acaso una especie de… coqueteo? Vaya las cosas que ocurren. Claro que fue coqueteo, supongo que debería decirle que lo siento mucho pero que llego tarde a todo este asunto, porque ya hay alguien que invadió mis pensamientos sin dejar mucho espacio para alguien más, pero para mi suerte antes de que abra la boca o de que el sujeto diga algo más, el auto que suele manejar Itachi se estaciona al frente de nosotros.

Los dos hermanos Uchiha bajan del auto, luciendo como protagonistas de alguna mala película cliché, aun así no puedo dejar de observar lo bien que se ve Sasuke el día de hoy, y a su vez sorprendiéndome del como su sola presencia ha sido suficiente para aminorar considerablemente la tristeza y el enojo que el despido me había provocado. —Sasuke— Saludo, mientras voy a su encuentro para dejarme envolver en un abrazo de su parte.

—¿Cómo va todo preciosa? —Pregunta, siento como mis piernas se vuelven gelatina lentamente mientras sus ojos me inspeccionan en busca de respuestas, sonrío sintiendo como mis mejillas empiezan a arder.

—No tan bien como me gustaría, pero ¿Qué hacen aquí? —Pregunto, intentando aclarar mi cabeza pues no entiendo que hacen aquí como sí hubieran caído del cielo repentinamente, nadie respondió mis llamadas, ni siquiera Izumi ¿Cómo se supone ellos que sabían de la situación?

—Sai me llamó, me contó, y decidí venir a recogerte, eres mi novia después de todo, vendré cada que lo necesites —Dice sin titubear un poco, supongo que es verdad, nuestra mentira ahora es real, y puedo estar segura de que él realmente hará eso, siempre lo hace, aun así, es un tanto extraño que lo diga tan abiertamente, me armo de valor para decirle algo, empero soy interrumpida por Itachi, quien había permanecido en silencio todo el rato.

—¿Cómo has estado Sakura? —Pregunta, acercándose un poco para despeinar mi cabello, tacto que se siente raro, si bien, debo decir que llevo un buen trato con la familia de Sasuke, no creo tener ese nivel de cercanía, es extraño su repentino actuar, que sí me lo preguntan creo que hay algo grande sucediendo justo frente a mis narices.

—Estoy la mar de bien, sin trabajo…—Respondo irónica —¿Dónde está Izumi? — Pregunto, Itachi responde simple que ella está en la casa Uchiha, y que desean que yo también vaya al ya mencionado lugar, lo que a decir verdad no me extraña tanto, últimamente paso todos los días en esa casa.

—Fue todo un gusto poder hablar contigo, Sakura, espero verte otro día —Menciona el pelirrojo, cuando Itachi sin preguntar nada intenta arrastrarme en dirección al auto, asiento, aun un tanto confundida porque ha usado mi nombre con mucha familiaridad, y un tanto asustada también por las miradas entre Itachi y el joven, como si tuvieran una guerra y el primero que parpadeara fuera a perder — También es un gusto verlos Uchiha— Murmura, cambiando su voz y haciéndolo lucir aterrador, o santa mierda ¿Qué demonios está pasando?

—¿De dónde conoces a Akasuna Sasori? —Pregunta Itachi sin rodeos cuando estamos en el auto, Sasuke solo susurra que no le haga mucho caso, pero debo decir que siento mucha curiosidad

—Creo que es cliente del lugar, nunca habíamos cruzado palabras, hasta hoy porque choqué con él —Explico intentando sonar casual —¿Hay algo que deba saber? —Pregunto, cuando él se queda en silencio por unos largos minutos con una expresión de enfado en el rostro.

—Ellos dos no tiene buena relación, se odian desde que se conocen, más bien Sasori siempre ha intentado fastidiar a Itachi, además, su familia es competencia directa de nosotros, por aquello de que, los hoteles Akasuna también son muy bien recibidos por el público, quieren todo el mercado — Explica Sasuke, haciendo que esas miradas ahora tengan mucho más sentido para mí, los Uchiha son dueños de una cadena de Hoteles, la más prestigiosa de todo el país, y por lo que sé se han expandido a otros, los Akasuna en pocas palabras, son los segundos, y aunque yo no entiendo mucho de eso, entiendo que son algo así como rivales de negocios. Aunque no entiendo como pretenden competir contra los Uchiha, cuando alguien habla de hoteles cinco estrellas, los primeros en ser mencionados son los que le pertenecen a la familia de Sasuke, y no es solo por decir pero, no creo que estén ni siquiera cerca del nivel que estos tienen, cualquiera podría saber eso.

—Olvidaste decirle que Sasori estuvo detrás de izumi por varios años, incluso sabiendo que estábamos saliendo. —Dice Itachi con malas pulgas, Sasuke solo le muestra una sonrisa burlona, como si pretendiera burlarse de sus evidentes celos — Y ahora parece haber cambiado de victima —Ataca, está vez dándome una mirada fugaz, Sasuke solo revolea los ojos, pero se abstiene de decir algo, aunque ahora luce un poco enfadado, ¿Por qué demonios me persiguen las desgracias? No pregunto nada más solo para evitar que se arme todo un lío entre hermanos, pero espero desde el fondo de mi corazón no volver a toparme con ese tal Sasori otra vez, no quiero tener ningún tipo de problema más a mi alrededor. En cuanto pongo un pie en la casa de los Uchiha, la madre de Sasuke me recibe con un muy afectuoso abrazo, Sasuke dice sin más que su madre se preocupó en cuanto él recibió la llamada de Sai. Después de eso se marcha a su habitación sin más, parece algo enojado, pero no quiero meter mis narices en lo que no parece mi asunto, porque sospecho que está de malas por lo dicho por Itachi. Izumi y la señora Mikoto me arrastran a la cocina para que les ayude con algo.

Debo decir que me gusta la relación de ambas mujeres, se tratan de madre e hija -que a decir verdad es bastante normal teniendo en cuenta que Itachi e Izumi están a nada de casarse- además son bastante parecidas, ambas son dedicadas, expertas en la cocina, y luego, luego estoy yo que no encajo para nada entre ellas dos, no sé hacer nada que no sean postres, no soy buena cocinando, y es que vamos, ya sea mi madre o Temari, pero siempre alguien cocina por mí. Sí me comparo con ellas resulto ser bastante inútil, y no es que aspiré a ser una ama de casa en toda la extensión de la palabra, pero sí que me gustaría ser un poco más como las mujeres a mi alrededor, por ejemplo, mi madre y la madre de Sasuke, ambas trabajan y tiene sus casas en perfecto estado, ambas cosas en equilibrio, yo jamás podría hacer esas dos cosas juntas. Una vez que la comida ha quedado lista, la madre de Sasuke me pide que vaya a por él ha su habitación, haciéndome sentir ansiosa, porque nunca antes he entrado a la habitación de alguien que no sean mis amigas y Gaara, y él es técnicamente como un hermano, es totalmente diferente. —Sasuke-kun —Le llamo tocando la puerta, pero no hay ninguna clase de respuesta, solo la puerta que se abre con brusquedad frente a mí y su mano sujetando la mía para arrastrarme adentro de la habitación. —Tu madre dice que debes bajar a comer —Balbuceo rápido presa del nerviosismo.

—Eres demasiado molesta— Murmura, dibujando una sonrisa en su rostro, mucho más amplia que cualquier otra que haya visto antes —Sakura, por favor, no te alejes de mí nunca, porque eres como aquellos rayos de sol que se cuelan violentamente en la oscuridad, le das color a mi gris existencia — Dice, antes de abrazarme con fuerza.

—No podría aunque quisiera, siento que nuestras existencias están conectadas, lo digo porque me siento igual —Expreso, sintiéndome demasiado feliz de que, por primera vez ambos podamos expresar sin más rodeos aquello que nuestros corazones están sintiendo, me separo un poco de su abrazo, y sin pensármelo más dejo un fugaz beso sobre sus labios antes de salir casi corriendo de su habitación.

[...]

¿Cuánto tiempo ha pasado? espero que sigan esperando con paciencia, los tqm, está vez no hay excusas jaja lo lamento. de nuevo, los tqm