FIC
Amor a Quemarropa
capitulo 2
Pie grande la protegió
Por Mayra Exitosa
Buscarla fue un comienzo, su nota, le decía lo mucho que ambos se habían dado, otra en su lugar no se habría desaparecido, pero escuchar que el FBI llegaba por un caso de protección, fue irónico, la buscaban a ella, porque todo el tiempo se culpó de la persecución. Cuando no había sido el ataque a la hermosa rubia que se había convertido en un sueño maravilloso desde que partió.
- ¿Ya cambiaste a Charle, Johnson?
- Si señor, a todos. Se confiaron, estuvieron relajados y no los vieron llegar.
- ¿Y mi mujer?
- Ese es un problema distinto, tiene dos actas de nacimiento, una más que utilizaría como cambio de nombre, fue atacada por una banda de criminales, todos están muertos. Incluyendo el detective que llevaba los datos de protección de cambio de identidad. El nombre que le dio es el que le pusieron en el orfanato donde creció. La familia que la adopto se divorció, y ambos continuaron llamándola por separado, al parecer ella los llamaba, no hay unión familiar, ella trabajo en un restaurant, en una cafetería y en un hotel de limpieza, estudio enfermería, secretaria informática y operadora industrial.
En los tres estuvo trabajando, practica deportes extremos, el único amigo que tiene, la pretende desde hace dos años, pero ella no le dio oportunidad, por una amiga en común que siempre ha querido al tipo. Es muy legal, honesta, gentil y tienen muchas personas que la aprecian. Si no ha sido por descubrir a una mujer ilegal que llegó al hospital donde ella trabajaba, con señales de agresividad y violación, su hijo pequeño quedo sin familia, ella denunció a los tipos y protegió al pequeño, recibió dos ataques y el juez sentencio a dos criminales de trafico de blancas y órganos. Ella consiguió la cabaña por un sheriff conocido, quien le hizo la reservación, no pudimos sacar más información, el que puede saber algo es el amigo, pero aún no suelta nada.
- Que solución me puedes ofrecer, Johnson. Si no la encuentro me volveré loco, no la puedo sacar de mis pensamientos y de solo pensar que la vieron esos criminales que fueron tras de mí, y sean mejores que tú, la encuentren antes. No deseo que sufra por mi culpa, mucho menos la quiero fuera de mi vida.
- Hay una forma, solo que tendremos que usar muchos contactos.
- Dilo.
- Es demandar a sus padres adoptivos de manera anónima, la obligaran a aparecer y… ellos tienen contacto con su hija de manera individual, si ellos llegan a ella, nosotros estaremos ahí.
- Hazlo.
Johnson salía de la sala, mientras él tomaba un vaso de Whiskey, desde que se separo de ella, no podía pensar en otra cosa que, en tenerla en sus brazos, se quedaba dormido con ella en mente, la soñaba, la tenía en sus brazos, la amaba apasionadamente, para terminar, despertando con sueños que no se hacían realidad.
Su hermana había dado a luz prematuramente, por eso lo llevaron con urgencia después de que lo rescataron, sin poder llevársela, sin poder saber que el la protegería de cualquier ataque. Simplemente encontrar la nota, fue el aliento que lo motivaba a continuar buscándola, cuatro meses y aun nada de ella, investigadores privados, detectives y hasta contactos del FBI, ni así sabían nada de su pequeña y hermosa mujer.
- Señor, su hermana lo busca.
- Si, dile que iré en diez minutos.
Rosemary había escuchado la radio, cuando el llamaba a sus guardias, diciendo que le disparaban, con eso, provoco que su fuente se rompiera y naciera dos semanas antes su sobrino. Firmar para que pudiera ingresar a una cirugía de emergencia, proteger a su hermana era una prioridad desde mucho tiempo antes, nadie podía cuidarla como él. Ya había perdido al padre de su hijo enfermando de gravedad y ahora solo lo tenían como su único familiar cercano. Verla mostrarle su hijo, que en vez de presumir que se parecía a su padre, resultara parecerse a su tío. Fue para ambos, una alegría nueva, sin embargo, no encontrarla a ella, no lo dejaba descansar tranquilo.
- William, debes cuidarte más, tu sobrino requiere tener un tío que lo oriente.
- Y una madre que lo consienta, lo sé. No tardaré, tengo una reunión de negocios, no será lejos y estaré en contacto, Ross.
- Bien. Te esperare a cenar.
- No lo hagas, las reuniones de negocios en ocasiones se alargan, lo sabes.
- Intenta llegar temprano a casa.
- Lo intentaré, pero no te prometo nada.
Candy llamaba a su madre, quien angustiada preguntaba porque había una demanda de abandono de sus padres, si ellos no la habían abandonado.
- No lo entiendo mami. No sé quien puso esa denuncia, estoy en casa, Papá me dejó un juego de llaves por si quería regresar.
- ¿Regresaste a casa? ¿Sola?
- Si mamita. No necesitas venir, pero realmente no se de que se trata esa demanda que dices.
- Iré a verte. Mi abogado se encargará de investigar de que se trata.
Candy llamaba a su padre adoptivo, amaba tanto a su madre que bien pudo ocasionar una demanda con tal de verla y al llamarlo estaba muy preocupado.
- Porque me mentiste, Candy. Dijiste que tenía una beca, te hice una cuenta en el banco, una demanda por abandono de hogar y abandonar sin responsabilidades a mi pequeña hija.
- Acabo de hablar con mi madre, ella esta tan sorprendida como tú, y yo… estoy en casa, en Lakewood.
- ¿En nuestra casa, mi cielo? Iré a verte en cuanto hable con mi abogado.
- Papá, mi madre también vendrá.
- Me alegro, así aclaramos que no nos haya demandado.
- Papá, ella no hizo ninguna demanda, ya pasaron años, te dije que ella siempre te ha amado.
- Si, cuando veas del brazo de quien va, veremos su amor tan grande, ya debe haber rehecho su vida.
- ¿Lo hiciste tú, Papá?
- sabes bien que no.
- Ella jamás rehízo su vida, ella solo te amaba y te amo a ti.
- Candy, siempre tan ingenua hijita. Te veré en unos días.
Candy preparaba ahora la próxima llegada de sus padres, si se daban cuenta de que estaba embarazada, se culparían uno al otro por no haber estado con ella. Tenía que ocultarlo, aunque no era posible, su embarazo ya comenzaba a notarse.
En un bar, Terrance tomaba con un nuevo amigo, uno que, si lo comprendía, que lo entendía y lo escuchaba pacientemente, frente a la mejor botella de Whiskey que había tomado, ya la segunda, por cierto, pero tenía que desahogarse, no podía ser posible,
- Siempre la respete, le dije que cuando ella me diera una oportunidad, sería mi novia, pero no, ella me dejo en manos de Susana, su amiga, su compañera, la que le confesó que me amaba desde hacía mucho tiempo y yo… ¿y yo? ¿Qué no tengo voz y voto, para decidir? ¿Dime William? Verdad que si yo la quiero ella debió darme una oportunidad… ¿cierto?
- Tienes razón Terrance, no debió dejarte con su amiga, debió darte una oportunidad.
- La protegí para que pudiera escapar, luego del segundo atentado, decidió irse no se a que montaña y conoció a una bestia que la calentó mientras nevaba… el muy ca… la dejo embarazada, con solo una vez, el mendigo pie grande de las montañas la embarazo y ahora… ¿Qué hago? ¿Le dije que me casaba con ella, que no me importaba su bebe peludito ese, que le daría mi apellido y ¿qué crees que dijo? ¿William? ¿William?
El nuevo amigo estaba sin poder responder, sus ojos casi se saliendo de sus orbitas, el mejor amigo de su mujer, le acababa de decir que sería padre, lo había bautizado como el pie grande de la montaña, y le estaba diciendo que la había dejado embarazada.
- Dijo que ella no quería un padre para su hijo, que solo el padre de su hijo es el único que le podría dar su apellido, y… ¡ni sabe quién es!
- ¿Sabes dónde se encuentra?
- Dijo que no podía decirme, que era por mi seguridad, que no podía ponerme en riesgo, pero que tal al pie grande ese, a ese no le importo embarazarla y abandonarla
- No la abandono. Ella se fue.
- ¿Y tú como sabes?
- Porque pie grande esta… en las montañas. Ella supongo que… no está con él.
- Tienes razón William. Giro para ver al barman, pidió otra botella. Pero William se levantó, pago el consumo y ordenó a sus guardias que lo llevaran a su departamento, para que ya no tomara.
En la limosina, llamaba a Johnson y este agregaba,
- Los padres ya están viajando. Al parecer se comunicaron con ella.
- Johnson, mi mujer esta embarazada, su amigo me dijo que la deje embarazada aquella noche.
- ¡Señor!
- ¡Johnson! ¡Voy a ser padre! ¡Mi mujer va a tener un hijo!
- Felicidades señor. Johnson estaba impactado, no había dudado en soltar dicha información, estaba feliz, aun sin encontrarla, ahora sabía que estaba esperando un hijo.
En Lakewood, Chicago. Había frío, Pero Anne Marie, bajaba con su equipaje, su hija había vuelto a casa y ella iba a acompañarla, podrían pasar la navidad juntas.
- ¡Candy! MI pequeña, que grande estas. Ella delgada y alta, aun rebasaba a su hija, ya toda una mujer, pero la besaba en su cabeza y las lagrimas al verla no se hacían esperar, le acariciaba el rostro y luego se quitaba el abrigo. Tu abuelo te envía saludos, no le parece justo que no lo hayas ido a visitar.
- Mamita, tengo un grave problema, estoy escondiéndome aquí, en la casa.
- ¿Qué paso? ¿Mataste a alguien?
- ¡No!
- Entonces no hay de que preocuparse, todo tiene solución.
- Hice una denuncia, a unos traficantes de ilegales, resultaron traficar con blancas y órganos, se complicaron las cosas y… fui testigo.
- ¡Candy! ¡Qué hiciste hijita!
Después de contarle todo con detalle, la cara de Anne Marie era como si le hubiera dicho que había matado a alguien, estaba preocupado a sus cuarenta y cinco años, ella continuaba alta, delgada y muy hermosa, era castaña de ojos grises, con unas manos delgadas y alargadas. La abrazaba de nuevo ahora preocupada, porque ella había ido a su encuentro y podía haberla seguido.
El sonido del timbre de la casa las asustaba a ambas, de inmediato Anne Marie, le daba órdenes,
- ¡Ocúltate! Mami te protegerá, nadie te hará daño, no estando aquí tu madre. Candy la vio con ternura, aun la consideraba su hijita, cuando la habían adoptado a los ocho años, ella la eligió, recordaba sus palabras como si fueran un elogio "Ella será mi hija, se parece a mi esposo, tiene su cabello rubio y es preciosa, mi esposo dirá que salió a él"
Candy se iba a la escalera y desde ahí, observaba a su madre, quien tomaba un palo de golf. Al abrir, ver a Phillips con los ojos enormes, por ver a su exmujer con el palo de golf lista para atacarlos, lo dejaba pálido.
- ¡Oh Phillip! Eres tú, soltaba el palo de golf y lo abrazaba jalándolo adentro y cerrando la puerta.
- ¿Qué te sucede Marie? Jamás me habías amenazado.
- No era a ti a quien iba a golpear, pensé que era alguien buscando a Candy.
- ¿A Candy? ¿Quién quiere dañar a nuestra hija?
- ¡Papá!
- ¡Candy! ¡hija!
Anne Marie, le quitaba la chaqueta, y Candy bajaba los escalones para abrazar a su padre y luego se unía a su madre y ella los abrazaba juntos. Marie, le contaba todo y Phillip la felicitaba,
- Hiciste bien Candy, ya esos hombres no harán daño a más personas.
- ¡Phillips! Han intentado matar a nuestra hija dos ocasiones.
- Ya estoy aquí, nadie les hará daño. Para eso tienes a tu padre, debí quedarme contigo, no que nos mentiste diciendo que tenías una beca, y ni siquiera usaste la cuenta bancaria que te abrí.
- ¡Papá! Tenias muchos gastos, irte de aquí, buscar un departamento, trabajo nuevo, todos los gastos que tenías.
- Eso no es suficiente motivo, ahora el estado nos esta demandando por incumplimiento de responsabilidades para contigo, nuestra hija.
- Hablare con el juez. Marie asustada negaba
- No, nadie debe verte, no permitiré que intente otro ataque. Mi niña, no. Phillips giraba a ver a Marie quien lloraba angustiada, este la abrazaba y besaba su cabeza,
- No te preocupes Marie, no llores, ya estoy aquí, nadie le hará nada a Candy, te lo prometo.
Candy los veía feliz, estaban abrazados y olvidaron sus diferencias, no recodaron que estaban divorciados, ellos seguían procurándose tal y como los conoció, ahora ella era el pretexto para estar de nuevo juntos.
Continuando esta historia, que más que escribirla, la estoy disfrutando mucho, deseando sea de su agrado,
Un abrazo a la distancia,
Mayra Exitosa
