FIC
Amor a Quemarropa
capitulo 4
Su hermosa mirada
Por Mayra Exitosa
Candy hablaba a solas con su padre, confesaba que su madre se había preocupado mucho y no debía haberla asustado, que no iba a poder dormir y no tardaría en despertarse, lo mejor era que el se quedara a su lado,
- Hija, Marie no te… dijo que… tuvieras un nuevo papá
- No. Ella te ama con locura, solo ha estado viviendo con mi abuelo, y se molesto porque no he ido a verla, pero con todo este asunto y es más complicado.
- ¿Mas complicado? ¿A qué te refieres hija?
La mirada de Candy era de tristeza, le dijo a su padre porque fue elegida por su madre, también en sus conversaciones al darse cuenta de que no podía darle hijos, ella le pedía el divorcio, para que pudiera tener hijos con alguien más. Luego le comentaba lo que había escuchado ahí en el condado, sobre el vecino incomodo que el encantaba tomar gratis y mentir al Sr. McQuillan, este se molestaba,
- Candy, no se puede tener hijos con nadie a quien no ames, con quien tengas una química especial y eso solo lo he sentido con Marie
- Papi, a mami solo le dije de dos atentados, el ultimo fue mientras estaba en la montaña…
- ¿Fuiste a la montaña? ¿Porque no me dijiste, te hubiera acompañado? Tengo tiempo sin practicar y me hubiese gustado escalar un poco.
- Lo que sucede es que, estaba huyendo, y me siguieron, pero un hombre… me ayudo y me salvo la vida, me protegió y me cubrió. Pase al anoche con él.
- ¿Candy?
- Mami se enojara mucho, pero… estoy embarazada.
- ¡Hija!
Marie quien estaba parada en el marco de la puerta alcanzaba a escuchar cuando le informaba a su padre de un tercer atentado, pero cuando escucho que su hija estaba embarcada esta gritaba a la par que su padre,
- ¡Hija!
- ¡Mami! No te asustes, soy adulta, puedo cuidar de mí, es solo que…me enamore de él.
Marie se acercaba a la mesa, se sentaba junto a Phillips como si nunca se hubieran separado y agregaba,
- Sabes que poder tener un hijo es un milagro, debes cuidarte mucho, no puedes estar sola, mami te llevara y entre el abuelo y yo te cuidaremos. Phillip intervenía,
- Tu padre no tiene nada que responder sobre mi hija, Candy me tiene a mí.
- ¡Oh Phillips! Y si tu novia se enoja porque estas cuidando de mi hija embarazada.
Candy apretaba una sonrisa, los dos estaban investigando si ellos tenían otras parejas y eso olía reconciliación, se levantaba y agregaba,
- Serán unos abuelos muy jóvenes.
Ambos dejaron de hablar, vieron a Candy marcharse a su habitación y ellos se quedaron solos, ahí estuvieron hablando de sus vidas, y de la demanda, de cómo podían ayudar a su hija y ocultarla. Phillips le contaba lo del vecino que siempre le mentía diciendo que tenía un romance con ella, a lo que ella se reía y comentaba que tenía malos ratos, pero no malos gustos. Terminaron besándose y pasando a la habitación donde ambos recordaron lo compatibles que siempre habían sido en la pasión.
En la oficina de William este recibía el lugar a donde habían viajado los McQuillan, y de inmediato se movía para ir a su encuentro. Pero al llegar, ellos se habían marchado, la casa estaba sola y nadie sabía a donde se habían ido.
Candy por su parte, estaba sorprendida de cómo sus padres unidos podían ayudarla, ambos aceptaron que pronto serian abuelos y eso la tenía muy feliz, pues su madre adoptiva siempre quiso tener un bebe y ahora que tendría un nieto o una nieta, estaba más que encantada.
Phillips estaba mejor que antes, su abogado le advertía que no debía unirse al enemigo y este se molestaba, su ex no era su enemigo era la mujer que siempre había amado y ahora con la terapia que había tomado, sabía cómo hacerla aún más feliz. Junto al abogado de su esposa, buscaban una solución óptima, contratando un tercer abogado que representaría a Candy su hija, lo cual grababa un vídeo relajada y tranquila disculpando por no estar presente comentando,
- "Señor Juez, señores del jurado, primero que nada, me disculpo por no estar presente, mi abogado les habrá informado sobre los atentados que recibí y el caso en el que fui testigo.
Sobre la acusación, ignoro de donde salió, pero mi padre me dejo una cuenta bancaria, al ver que representaba un gasto muy fuerte, deje de utilizar mi nombre como Candice Marie McQuillan por el simple nombre de Candy White y así no podía continuar usando una cuenta que no deseaba representara un gasto para quienes hicieron un gran esfuerzo por adoptarme.
Por lo que fue mi decisión, les mentí a mis padres que había ganado una beca universitaria. Continúe llamándolos, sigo en contacto eventual con ellos, solo que por la seguridad que ahora debo tomar en cuenta, no puedo irme a su lado, y que corran el riesgo de ser lastimados.
Estudie enfermería y trabaje en el hospital Santa Gertrudis. En mis ratos libres continúe estudiando secretaria informática y trabaje para las oficinas de policía durante un tiempo, eso me ayudo mucho a mi declaración y la acusación que hice ante los maleantes. Por los ingresos y el mejor pago, me capacite como Operaria industrial y así ganaba mejor sueldo y podía tener trabajos en dos turnos eventualmente y fijos.
Mis padres siempre me han brindado su apoyo moral, pero no sabían hasta hoy, que no use nunca su apellido."
La grabación terminaba, atrás de los espectadores William adoraba el vídeo donde ella estaba mostrándose, se veía tan hermosa, su mirada verde brillante, su boca carnosa y sensual. Su rostro níveo y su cabello rizado. Un suspiro y finalizaban la reunión, dejando a los McQuillan libres de responsabilidades, donde estos agregaban, que estarían al pendiente de su hija, aunque no llevara su apellido.
Los guardias de William de manera profesional y discreta ahora seguían a los padres. Pero estos volvieron a sus vidas, donde había cambios notorios, pero se cuidaban mucho de no llevar a los maleantes donde habían escondido a su pequeña.
En el teléfono Marie se comunicaba con su hija, diciéndole que todo había salido bien. Luego conversaban del amigo de Candy, que estuvo en el juzgado preguntando por ella y que deseaba verla, que no tenía ningún romance con su amiga Susana, por lo que deseaba retomar un noviazgo formal con su hija. Pero Phillips le había dicho que el padre de su hijo estaba tomando sus responsabilidades y que sentía mucho que esa relación no iba a funcionar.
- Mamá, pero porque mi Papi le dijo eso.
- Hija te conoce bien. Sabe que lo que no se dio en su momento no se dará, no hay química y sabemos que tu sigues pensando en el padre de tu hijo, por cierto, Terry lo apodaba pie grande. Ambas se reían por eso.
Candy le contaba como había sido que lo apodara así al no saber el nombre completo del padre de su hijo, que con solo una noche en la montaña la había embarazado, su mejor amigo determino ponerle pie grande y que su hijo seria un peludito agradable, que el lo registraría con su nombre, pero no había aceptado, porque esperaba encontrar a Albert y mostrarle a su hijo.
Terry continuaba contactándose con los padres de Candy, aun sin ser noviazgo, continuaba una bella amistad con ellos y adoraba a su amiga, por lo que hablaba con ella y le contaba de los detalles de su nuevo romance, para que ya no se sintiera presionada y continuaran con su amistad.
Pasaron meses, hasta que por fin sabían donde se encontraba Candy, con su bebe en brazos. Con unos binoculares de lo alto de un risco, Albert la observaba bajando a rapel, la había visto por la mañana. Sentada tomaba el sol, con un bello jardincito en una casita preciosa, sus padres se habían vuelto a casar y estaban con ella, ahora gozaban de ser abuelos.
Terry también la había ido visitar porque estaban viendo quien sería el padrino de su hijo y el estaba más que dispuesto, por lo que iba acompañado de su novia en turno, una hermosa actriz llamada Karen.
El timbre sonaba, la pareja de abuelos cuidaba a su bebe, Terry y su novia estaban en el jardín bajo la sombrilla con los padres de ella, solo faltaba que llegara el abuelo y era posible que fuera quien llegara en ese momento, se iba hasta la puerta a abrir, emocionada porque su abuelo conocería a su primer biznieto, sonriendo abría, pero no era quien esperaba.
Albert estaba ahí, frente a ella, vestido de forma casual, altísimo, atlético y con una mirada intensa al verla. Eso la desarmaba, no portaba barba, se veía muy atractivo y su cuerpo reaccionaba a él,
- ¡Hola Candy!
- ¡Albert!
Salían a caminar le contaba todo lo que había pasado, le decía que era padre de un niño precioso y que no lo comprometería a nada, estaba feliz de saberlo bien y sabía que el tenía una familia y un hijo, que ella no representaría ningún problema para él, a lo que este le respondía
- Llevo meses buscándote, la mujer de la que te hablaron es mi hermana y su bebe mi sobrino, soy soltero y no representarías ni representaras ningún problema, te he buscado desde que te despareciste aquel día, hoy por fin te he encontrado. Doblo su cabeza y tomo su barbilla para unir su boca a la de ella, los labios que había extrañado con tanta agonía por meses. Hoy por fin estaban siendo saboreados de nuevo, el beso hizo que sus brazos la tomaran, subiéndola a su altura permitiendo que ella lo tomara por el cuello y no detuvieran el beso más anhelado por ambos.
El abuelo que bajaba de un taxi mirando a todos lados para ver si lo seguían, se quedaba de piedra al ver a su nieta bajo la sombra de un árbol en la banqueta, con un hombre que la tenía abrazada y besándola tan fervientemente sin estar casada.
Este de inmediato dejaba la maleta en la puerta y con bastón en mano se iba hasta donde ellos se soltaban por la falta de aliento.
- Óigame jovencito, esta niña es mi nieta, le ordeno de inmediato me la deja en el piso y me la devuelva. Albert con la boca hinchada y sonriendo comentaba.
- Abuelo esta mujer es mía y vine a conocer a su biznieto, quien es mi hijo y a pedir la mano de su madre, a quien he buscado por mucho tiempo. Lentamente Candy se soltaba de Albert abrazaba a su abuelo y se iban a la casa. Los tres entraban, Marie y Phillips con el pequeño Albert por fin conocían a pie grande. Terry lo reconocía lo saludaba a lo que se entraba que el era pie grande, y soltaban las carcajadas al mencionarlo, Marie y Candy.
FIN
Esperando les haya gustado esta pequeña historia. Encantada de compartirla con ustedes,
Un abrazo a la distancia,
Mayra Exitosa
