Fic a
Reto 2021 Marzo Creativo
Historias de Albert y Candy
Presenta
Amor en Piedra
Por Mayra Exitosa
Capítulo 2
La tribu de las montañas
Ya dentro de la cueva de la tribu de los caballos, la caza de animales que llevaban algunos hombres era limpiada y cortada en grandes trozos, para luego era quemada y puesta en piedras, esto para los que habían casado animal. Nobuk traía frutos, uno que otro animal que había atrapado en el camino, así rodeaba a su mujer con cosas, un río dentro de la cueva era frío, pero pasaba por un camino, así que tenían agua. Por lo que notaba la pálida el lenguaje era burdo, ahí la noche era todos de peleas en el rededor del fuego, para al final montar a su mujer o a la de otro, dependiendo de cómo finalizara los golpes.
Nobuk era realmente muy fuerte, con su piel rosa, cabello semi obscuro y barba cerrada, dientes fuertes y parejos, se llevaba a su mujer al río se limpiaba y posterior la enjuagaba detenidamente, sabía que estaba fría, pero ella lo gozaría después, le ponía pieles para que durmiera, mientras él estaba al frente en las peleas, desde done Aro se encontraba observaba todo, incluso como Nobuk la vigilaba. En el centro se hallaba el fuego se encontraba para todos, cada uno presumía su monta a su hembra, les mostraba a todos como la mujer gritaba y se vanagloriaban de su fuerza y rudeza, algunos celosos peleaban y cuando el hombre entraba en su mujer en su monta bien agitado presumiendo, con barra en mano lo atacaban, sobre todo si el hombre no había traído mujer y tomaba una que todos deseaban, por lo que se la ganaban dejándolo vencido y tirado, para quedarse con la hembra porque ya se la había quitado. Muchas hembras, dejaban que las tomaran, luego tomaban regalos de otros y se dejaban montar de nuevo, sacando ventaja y dejándolos solos, llevándose cuanto les daban por solo montarlas.
Aro, la mujer pálida de cabellos de sol estaba asustada, veía como los hombres jugaban con las mujeres y las montaban solo para cruzarse o aparearse, estaban todos en celo y ahí se formaba una gran orgía que fomentaba el crecimiento de los guerreros y la astucia de las mujeres. Todos mostraban sus partes y caminaban completamente desnudos, presumiendo su forma agresiva y grotesca, pero para muchas mujeres, era la selección de su macho y del que deseaban tener hijos.
Mientras que, para Aro en su tribu, la pelea era por su mujer una sola vez entre los machos y tenían el derecho de elegir a la que más les gustaba, normalmente la más alta, fuerte, veloz o que poseía una habilidad especial después de ahí, se separaban de todos para estar solos sin ser vistos. Y solo sus hijos podían observarlos para aprender por un tiempo, para luego crecer y llegar a ser el mejor, el más fuerte y tener la mejor elección.
Nobuk regresaba triunfante, se iba con ella, con un trozo de carne por haber ganado, con algunas pieles que les había quitado y aparte, su mujer que estaba quieta esperando a que volviera, eso era para él que ella lo apreciaba, que le gustaba que la montara y ya se había acostumbrado solo a él así que, sin miramientos, la giraba y a darle muchas veces que había surtido de montas por todos lados y él tenía que hacerlo mucho tiempo, para que lo vieran potente, listo para que nadie se le acercara y sobre todo que él tenía a la única pálida de toda la tribu.
La curiosidad y el conocimiento, hacen que muchos aprendan de los demás, en el caso de Aro, ella recordaba su hogar y lo que sabía cómo eran las personas de allá, sus traseros estaban siempre descubiertos para ventilarse, ahí en esa tribu no, usaban ropa cubierta, portaban cosas que no ocupaban pero esas las intercambiaban entre ellos, las mujeres recibían cosas, piedras, comida, lo que fuera, a cambio de que se dejaran montar, cuando no estaba su pareja cuidándolas, en el caso de Nobuk, la llevaba a todos lados y ella estaba tranquila, porque temía que fuera doloroso de nuevo tener a otro hombre de esos que con fuerza y rudeza la montara haciéndole daños o golpeándola y ya él que la había tocado, se había acoplado a ella y no dolía la montada de este. Ahora tenía más conocimiento sobre su acoplamiento y como la hacía sentir, sin morderla o golpearla como lo hacían los machos a las hembras ahí en la cueva.
Lejos de ahí la tribu de los lobos, en las montañas se diferenciaba por su tranquilidad, en sus silencios, en sus miradas, tenían cierta unión y respeto con la naturaleza, los hombres y mujeres de esa tribu eran custodiados por un lobo, cada uno cuidaba y daba de comer, cazaba y estaba al tanto de uno de esos ejemplares, como parte de la tribu, y como defensa de estos. Las mujeres estaban custodiadas por sus madres y para merecer a una mujer, tenía que, tener su lobo, su piel para cubrirse y piel para cubrirlas a ellas, saber cazar y ahí los viejos eran más respetados, ellos eran quienes tenían un sistema de patriarcado, las parejas eran una sola hasta la muerte, si faltaban hombres las mujeres eran quienes atraían a otros hombres a la tribu, si había hombres y faltaban mujeres ellos tenían que salir a conseguirlas como fuera, para poder formar parte importante de su manada como el objetivo principal de esta. Solo el que tenía mujer podía opinar y el que tenía más hijos podía llegar a ser un jefe.
La madre y el padre custodiaban a las hijas, para que fueran de su tribu y procuraba que, si conseguían un hombre de fuera, este se viniera a su tribu y se quedara con ellos, que no se fuera lejos y que lo trajera para ser mayor y mejor tribu.
Un hombre había hecho todo lo que se le pedía, quería a una mujer de una familia, por lo que preparaba todo para tenerla, pero alguien llegaba antes y eso lo molestaba. Riche estaba molesto porque ahora le quedaba una mujer que él no quería, así que salía a buscar una para él y convencerla, robarla o hacer lo que sea para que esta se quedara a su lado en su tribu.
Lejos de su tribu Riche entraba a los bosques, después de varias horas y mirar tranquilamente, como excelente cazador atrapaba a su presa, una mujer de plumas, este la mojaba para verle el rostro, cuerpo y sus partes íntimas, la bañaba, y la poseía con rapidez como señal de posesión y sumisión. No hablaba su lenguaje, no hacía ruidos exagerados pero el ataba la boca y era metida en una red en forma de costal la llevaba por el río, se detenía en zonas donde no lo encontraran parte de su tribu, ya que ellos no perdonaban y mataban a quien tomara o robara a alguien de ellos, con lo lejos que había viajado nunca se iban a dar cuenta.
La mujer estaba asustada, cuando la saco del río la mojaba y la lavaba, para poseerla, habiéndola enjuagado y metiéndole los dedos para que estuviera muy limpia, pero para ella era estar quitándole su protección del rostro y del cuerpo, sintiéndose vulnerable. Ya que en su hogar en el bosque usaban lodo y material para cubrirse así evitar picaduras y animales que olían su piel. Riche, había sido diferente a las otras tribus, con las manos masajeaba todo su cuerpo, calentándolo para subirse a ella. Así ya habiéndola bañado y calentado le abría las piernas y la poseía con todo rigor, ella por pertenecer al bosque y no ser atacada por un animal, se apretaba las quijadas para no gritar, dejando que el hombre hiciera lo que fuera para luego escapar, pero esto no fue así, la cubrió de piel le tapaba la cabeza, la ato de manos y la llevaba atada a su cintura. Así no vería el camino y no podría regresar a su tribu.
Tiempo después de varias lunas llegaba con ella, y le daba cosas para contentarla, luego de que en el camino ya se había apropiado en varias ocasiones de ella haciendo su apareamiento constantemente y continuamente, para que ella supiera que le pertenecía y le había enseñado algunas palabras, ella estaba con una piel suave como tendido donde Riche la recostaba, con comida y agua, hambrienta tragaba y bebía, posteriormente, él la llevaba y la mojaba de nuevo, sus plumas ya no estaban, solo había piel, su cabello era castaño claro, su rostro era limpio y no tenía con que protegerse la cara si le picaban animales, como lo hacían en el bosque. Riche mostraba a sus ancianos a su mujer y les explicaba que la estaba enseñando a hablar. Por lo que aun continuaba acoplándola a él. Al tener pareja ya no era apto para unirlo con las hembras, esperaba a los otros hombres para darles las mujeres que había en la tribu.
Continuará...
Gracias por aceptar esta historia novedosa y diferente, ojala sea de su agrado, se estará actualizando diariamente,
muchas gracias por comentar y apoyar la creatividad
Un Abrazo a la Distancia
Mayra Exitosa
