La familia Westergard mantenía un gran prestigio y una reputación impecable desde hacía generaciones, esto significaba que eran expertos manteniendo apariencias. Eran de las familias más ricas de la región y sus alrededores, conservaban fuertes e importantes relaciones tanto económicas como sociales, todos los hermanos Westergard habían servido a su nación en el campo de batalla, Víctor; el mayor era un reconocido hombre de negocios, cercano a Vizcondes, Duques e incluso Reyes de diversas naciones, así como también se encargó de que cada uno de sus hermanos encontraran su propia manera de contribuir al buen nombre de los Westergard: Linus era un Almirante que trabajaba directamente bajo las órdenes del Rey de Francia, Klaus se graduó con honores de una de las universidades más importantes del mundo, Grand por su parte desposó a la hija mayor del Vizconde de Grimhilde.

Todo en la familia Westergard parecía perfecto, conservándose como una familia intachable por la sociedad, eso hasta que la única de las hermanas (y la menor), Hannah Westergard fue sorprendida bajo circunstancias que ponían en duda su virtud y reputación. Fue así que la joven pelirroja fue enviada a un internado de señoritas para corregir su actitud y con la esperanza de que la sociedad olvidara o perdonara su comportamiento tan poco apropiado.

Dentro de este lugar se le presentó a su compañera de habitación, Elsa Anderson, hija del Marques de Arendelle. La señorita Gothel la asignó como la responsable para darle a conocer las reglas dentro del internado, asegurarse de que Hannah acatara las reglas y sobre todo, la pusieron como ejemplo de como el internado lograba reformar a chicas problemáticas.

La rubia parecía ser una de las chicas aburridas con las que muchas veces se había cruzado en su vida, doncellas sin personalidad propia y sueños rotos, siempre comprometidas a desempeñar el único papel aceptado por la sociedad, resignadas a convertirse en una esposa modelo, le costaba imaginarse a aquella chica siendo problemática, sin embargo Elsa no demoró demasiado en confesarle que es lo que la había llevado hasta aquel lugar.

—Mi hermana menor se casó un par de años atrás —dijo. No era lo usual que una hermana menor se comprometiera antes que la mayor, eso sin duda era reprobable para la sociedad y tendía a provocar de las chicas mayores fuesen etiquetadas como solteronas —. El joven Kristoff Bjorgman es un buen hombre, quedó prendado de mi hermana en poco tiempo, a pesar de que nuestros padres tenían la intensión de que nosotros estuviésemos destinados al sagrado matrimonio.

— ¿Acaso enloqueciste y atacaste al joven cuando se le propuso a tu hermana? —Preguntó la pelirroja, haciendo reír levemente a la joven mientras negaba con la cabeza.

—Para nada—respondió—. Él y yo jamás podríamos haber sentido algo más que amistad o afecto entre nosotros, me alegré bastante por mi hermana —aseguró—. Mis padres en cambio se esforzaron por conseguirme un marido lo más rápido que fuera posible.

Elsa hizo una pausa antes de proseguir con su relato.

—El Duque de Weselton fue uno de mis pretendientes y a pesar de que la primera vez que le vi pensé que no existía posibilidad alguna de que mi padre enserio lo considerase como una opción para mí—habló la joven—, de alguna manera consiguió ser su favorito, mi madre intentó hacerme entrar en razón, dijo que el duque era un hombre muy anciano, que moriría dentro de poco y por lo tanto no debería soportarlo por mucho tiempo, a cambio traería poder y fortuna a la familia.

—Iugh—fue lo único que Hannah se permitió decir ante la idea de imaginar a la joven en brazos de un hombre de edad avanzada. Elsa rió bajo.

—En fin, al parecer rechazar amablemente una propuesta de matrimonio es la mayor ofensa que se le puede hacer a un Duque —añadió esa frase a su relato — ¿Sabes? A los hombres les encanta afirmar que son los seres más fuertes que existen, sin embargo no he encontrado cosa más frágil que sus egos —bromeó la rubia.

Tuvo claro entonces que Elsa Anderson se encargaría de que su estadía en aquel internado no fuera tan detestable.