El interior del internado era deprimente, paredes grises en todas partes; a excepción de la capilla del lugar en donde los muros eran de un blanco cegador, algo que resultaba de poca ayuda al momento de intentar mantenerse despierta, se veía forzada a cerrar los ojos cada tanto y el ocuparse de sus plegarias parecía el mejor pretexto para mantener la cabeza baja, en completo silencio y quedarse dormida sin que nadie lo notase. Claro que tan sólo funcionó un par de veces, ya que en la tercera ocasión unos pequeños ronquidos la dejaron en evidencia, haciéndola merecedora de un castigo.
Por dos semanas enteras fue obligada a fregar los pisos y limpiar los ventanales, había acabado exhausta cada noche en la cual aprendió a apreciar el duro colchón de su cama, creía firmemente haber experimentado el amor verdadero por primera vez en su vida y éste se encontraba dirigido a un objeto sobre el cual dormía.
Su compañera de cuarto había bromeado las primeras noches de su castigo, diciéndole que a la mayoría le pasaba, pero que con suerte aprendería a disimular mejor el quedarse dormida durante clases o las muchas y aburridas ceremonias religiosas.
Alguna ocasión Elsa le comentó con voz burlona que descansara bien, porque muy pronto seguramente la volverían a castigar, pero que en esa ocasión la pondrían a limpiar todos los platos y cubiertos, en respuesta Hannah únicamente fue capaz de arrojarle una almohada con fuerza.
Pero aquella noche había sido cuando la rubia le confió uno de sus secretos, durante tu estadía en el internado descubrió dónde ocultaban el vino, así como también supo que la señorita Gothel disfrutaba de fumar tabaco y no era precisamente discreta al momento de esconderlo, sabía cómo acceder al pequeño escondite en caso de que Hannah quisiera fumar un poco.
—Si le cuentas a nadie, lo negaré—le advirtió.
Hannah ni siquiera consideró acusarla, sabía que Elsa era prácticamente la chica perfecta ante los ojos de los demás, mientras que ella recién terminó de cumplir un castigo, si siquiera intentara meterla en problemas, asumirían que era una mentirosa y una chica problemática.
De alguna manera Elsa se las arreglaba para ser una experta para pretender ser un encanto ante todos, incluso las otras chicas del internado solían poner los ojos en blanco en cada ocasión en que la rubia respondía correctamente alguna pregunta en clase o cuando en la cena mantenía los buenos modales en todo momento. Sin duda comprendía porque la considerarían engreída, aburrida y una cerebrito.
A cualquiera le sería imposible imaginar a la perfecta Elsa Anderson robando botellas de licor a mitad de la madrugada o sosteniendo un cigarrillo encendido entre sus dedos, mucho menos maldiciendo a alguna persona o al internado en sí.
—Si te soy honesta, Elsa—habló la pelirroja—, no comprendo porque sigues aquí.
—Ya te he dicho porque me trajeron aquí.
—Lo sé, pero llevas más tiempo que yo aquí—dijo Hannah—. Pensé que sería lógico que tras el gran progreso que has tenido hasta ahora, ya te hubieran enviado a casa.
—No es tan simple hacer que todos olviden que rechazaste la propuesta de un Duque—comentó la rubia—, aunque admito que hace unos meses mi padre vino, le enviaron una carta notificándole sobre mi asombroso cambio, pero lo arruiné a propósito.
—Así que eres una chica rara, elegiste quedarte en este horrible lugar antes que volver a casa—comentó—. Mis hermanos son unos completos imbéciles, pero creo que preferiría soportarlos antes que permanecer un día más aquí.
— ¿Tan horrible es ser mi compañera de cuarto? —bromeó Elsa— Pensé que te agradaba, Westergard.
—Tu chantaje emocional no funciona conmigo, Anderson—dijo—. Sólo digo que es mucho más fácil ignorar a cualquiera de mis hermanos que a la señorita Gothel.
—La señorita Gothel adora ser el centro de atención—aseguró Elsa—. Hará cualquier cosa para que seas incapaz de sacarla de tu mente, en menos de un mes empezará a aparecer hasta en tus sueños.
—Razón más para escapar cuanto antes.
— ¿Escapar? —Preguntó Elsa con desconcierto — No hablarás enserio ¿O sí? —Por el tono de su voz supo que la rubia no estaba bromeando, en realidad se encontraba seria y aparentemente un poco nerviosa.
—No considero que ese sea el peor de los escenarios.
—Lo es—declaró con firmeza, mirando a la pelirroja con severidad—. En caso de que lo hayas olvidado; somos mujeres ¿Qué piensas que va a pasar si logras huir de este lugar y de tu familia? —Cuestionó la rubia.
—Dudo que haya un peor destino que desposar a un Duque anciano.
—Auch—soltó Elsa—. Golpe bajo, Westergard —soltó una pequeña risa—, pero aunque el desposar al Duque de Weselton sería horrible, tengo que reconocer que no sería tan horrible como vivir en la calle.
— ¿Eso significa que deberíamos escribirle a tus padres para informarles que estas dispuesta a aceptar la propuesta de matrimonio del Duque? —se burló Hannah.
— ¡Ni se te ocurra! —Exclamó —Preferiría comer pasto o pasar una semana entera junto a la señorita Gothel—aseguró—. Con algo de suerte el Duque se fijará en alguien o morirá antes de la próxima temporada.
— ¿Qué?
—Aquí le prometieron a mis padres que yo estaría completamente reformada muy pronto, en realidad creyeron que así había sido cuando lo contactaron aquella vez—dijo Elsa—, pero como dije, lo arruiné y mi padre se marchó tan furioso, aun así, le aseguró al Duque que yo sería la chica perfecta para la próxima primavera, yo entraría en razón y esta vez aceptaría su propuesta.
— ¿Y qué harás si la suerte no está de tu lado y el Duque goza de excelente salud por varios años? —Cuestionó la pelirroja — ¿Estarías dispuesta a ser miserable el resto de tu vida?
—Se me ocurrirá algo—dijo con mayor seguridad a la que en realidad sentía — ¿Y qué me dices de ti?
— ¿De mí?
—Te trajeron por una razón, dijeron que fue por conducta comprometedora y eso se presta a miles de interpretaciones—comentó Elsa—. Tomando en cuenta lo fácil que es escandalizar a la sociedad o a un hombre, asumiré que fue una tontería.
—Yo no hago tonterías, señorita Anderson—fingió sentirse ofendida, colocando su mano derecha sobre su pecho—, pareciera que no me conoce en lo absoluto.
—Puedes contarme toda la historia si así lo deseas, mentirme o simplemente decirme que no es mi asunto, solo quiero saber si te trajeron aquí para que realmente aprendieras a comportarte o si te abandonaron aquí y jamás volverán—habló la rubia—. Muchos tutores hacen eso, es más común de lo que podrías pensar.
—Mis hermanos son unos idiotas, creo que si dependiera de la mayoría yo estaría aquí por siempre o me obligarían a ordenarme como monja y condenarme a vivir en un convento el resto de mi vida—dijo Hannah—, pero Víctor tiene honor o eso le gusta pensar de sí mismo, hizo una promesa a nuestro padre y está dispuesto a cumplirla, asegurándose de que me despose un buen hombre, con riquezas suficientes para que yo no sea miserable, así que…
—Estarás aquí por una temporada, igual que yo.
—Es el plan.
— ¿Algún pretendiente?
—Parecen ser más pretendientes de mi hermano, pero sí—respondió—. Ninguno que valga la pena si me lo preguntas a mí, pero al menos no hay un anciano en la lista—agregó para molestar a su amiga.
—Yo tenía varios pretendientes—le informó la rubia—. Realmente yo… toda esa ridiculez de buenos modales, el piano, todo lo que he aprendido hasta la fecha ha sido porque me dijeron que entre mejor fuera tendría más opciones, no soy tan ingenua como para pensar que me casaría por amor—dijo Elsa—, pero se suponía que al menos podría elegir, resultó ser que no, no cuando hay un Duque de por medio y tus padres creen que es lo mejor para ti.
—Un Duque no es la gran cosa.
—A menos que el mismísimo Rey me propusiera matrimonio, dudo que mis padres compartan tu opinión—rió—. Intenté convencerlos de que no le dieran su bendición para pedir mi mano, incluso intenté actuar como si estuviese sumamente interesada en otro hombre, más joven aunque de menor riqueza a comparación del Duque, pero ya sabes lo que dicen…
—Una mujer jamás sabe lo que es mejor para ella—comentó Hannah asumiendo que eso era lo que su compañera estaba a punto de decir, si bien no eran las palabras exactas que Elsa tenía en mente, eran similares.
—Entonces…
—Quieres que te cuente que fue lo que hice—adivinó la pelirroja riendo—. Una dama no debería interesarse por las habladurías ¿No has aprendido nada Elsa?
—Tonta.
—Fue un beso—dijo—. Y siendo honesta, siento que merezco este castigo ya que fui tan patética y descuidada como para dejar que me descubrieran tan fácilmente.
—No te avergüenzas del acto en sí, sino de que te hayan descubierto.
—Así es—afirmó.
— ¿Besaste a una persona de bajo nivel social y económico o acaso era casado? —Preguntó Elsa intentando entender porque un beso fue causa suficiente para que a Hannah la enviaran al internado, claro que un beso era escandaloso y mal visto, pero generalmente el asunto era fácilmente resuelto mediante un compromiso.
—Se había comprometido un día antes, sí—dijo—, pero esa no es la razón por la cual fue tan horrible ante los ojos de mis hermanos—comentó, confundiendo aún más a la rubia—, era una chica.
Nota de autor:
¡Hola! Ha pasado un tiempo, parece que ya no tengo vergüenza alguna, pero ok, en resumen he estado lidiando con la crisis de los 20. Me gradué de la universidad hace casi un año, en enero empecé con todo el trámite para mi titulación y de hecho estoy en espera de que sea la ceremonia y llegué pues el titulo, además de eso he estado buscando trabajo, mandando portafolio a varios lugares, de hecho en este tiempo en que estuve desaparecida, tuve mi primera entrevista de trabajo, en una escuela que me queda muy lejos de mi casa, pero al menos hasta la fecha, no se han vuelto a poner en contacto conmigo (Y probablemente no lo hagan), y mañana tengo mi segunda entrevista de trabajo, en un sitio que me queda más cerca, así que deséenme suerte, porque quiero dinero jajaja
Este capítulo se que es corto, pero me tomó mucho tiempo terminarlo. Había empezado con un capítulo del otro fic y lo dejé inconcluso así que me daré el tiempo para releer lo que escribí y terminarlo, pero este capítulo en especifico, lo empecé hace semanas, tenía dudas con un dato y fanfiction no me cargaba, no se que clase de error tiene mi laptop con eso, porque si busco directamente la pagina de en el navegador me aparece un error, pero si googleo a "A Frozen Fan" si carga la pagina de su perfil y ya de alli le doy clic a mi usuario y puedo usar la pagina con normalidad. Días me tomó descubrir eso, gracias jajaja.
En fin, espero que este capítulo haya sido de su agrado, espero poderme centrar más en esto de la escritura, porque no solamente con los fics me llegó a perjudicar mi awités por no tener trabajo, sino que en instagram ya no he estado publicando un texto cada semana como solía hacerlo, además de un proyecto personal que a estas alturas creo que iniciaré desde 0.
Espero que podamos leernos pronto.
