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Reto 2021 Marzo Creativo

Historias de Albert y Candy

Presenta

Amor en Piedra

Por Mayra Exitosa

Capítulo 9

El poder de una mujer

Albert nunca se había puesto a pensar que su pareja se iría, así tomaba sus cosas y buscaba sus huellas que terminaban en el mar, la arena las había borrado. Se regresaba con su madre y comentaba lo que había pasado, a lo que ella le decía que en su tribu una mujer es elegida hasta que su pareja muere, al morir es libre, si la había dejado por otra, ella ahora sería libre. Albert se unió a todos los hombres y aseguraba que no había dejado libre a su mujer, pero la mujer con la que había pasado la noche frente a todos decía que ella le daría hijos y sería su pareja, a lo que este se negaba, él tenía a su pareja y solo la quería a ella, así que pedía que se la devolvieran. Pero Candy ya no se encontraba en la tribu.

Para Candy, tenía poco de haber sido madre, pero sus hijos estaban bien con su familia, la que no se encontraba bien era ella, salir y probarse a sí misma era como buscarse y encontrarse, ella no se fue por los caminos conocidos al bosque, ni tampoco río abajo, ella se fue a un lugar que le implicaba más sacrificio, porque se fue arriba, a donde las cosas eran más difíciles y ella lo sabía desde que daba el paso. Al principio sentía que pronto moriría porque no servía para nada, ni para tener pareja, luego de unas caídas, de golpes y cicatrices de temor a no volver a ver a su padre, a sus hijos pequeños, decidida a encontrar su habilidad, comenzaba a probarse que podía cazar, que podía comer y que podía protegerse fue su idea, si en el camino le salía una oportunidad de ser feliz, lo sería. Sus hijos la acompañaban en su mente, pero al igual estaba presente su pareja y como lo añoraba, así recordaba lo que la hizo irse y poco a poco tomaba más fuerza, ella no fue comparada con las demás mujeres, no era lo mejor para su pareja, por lo que sabía que no había sido justo para él, solo le había caído de suerte y eso ya se lo había pagado, le había dado dos hijos sanos y serían tal vez débiles como ella, por eso el hacía bien en buscarse mujeres fuertes, para tener hijos que fueran como él. Ella no había encontrado su habilidad, había gozado del mejor hombre de la tribu, el único con pelo en pecho y rostro, el del miembro más largo y el que con solo sus manos lograba trozar un animal para darle de comer, ella tenía que lograr ser mejor si deseaba tener un hombre, pero si siempre iba a tener que cuidarlo, era algo que meditaba.

Para Albert salir a buscar a Candy era irse río abajo, sabía que podía buscar la cueva, que podía ir al bosque de las mujeres con plumas, que podía caer en la tribu de los osos y hasta toparse con su padre en la tribu de los caballos, si ella no llegaba hasta ahí iría a la tribu de su hermano Tom. Así inició su camino, donde llegó al bosque de las plumas y un macho que antes tenía muchas mujeres ahora solo tenía una, pasada de peso, con hijos y cubierta de tinta porque no la atacaran los bichos. Ahí le contaron su problema y la solución, a lo que las mujeres habían atrapado a hombres y estos se las habían llevado lejos, al describirlos eran como los hombres que su madre le había dicho, así Albert le decía que el bosque era muy peligroso para sobrevivir, que los machos al nacer son débiles y es por eso por lo que las hembras sobrevivían ahí, porque nacían fuertes y luego se quedaban vivas.

La reflexión hizo que la tribu del bosque de las plumas saliera con él y este les ayudaba, les mostró camino a las cuevas del bosque alto, donde las hijas de esa tribu de las plumas habían formado familias, los machos de la tribu de los osos ahora eran felices, tenían no solo una mujer cada uno, sino que eran hermosas sin pintura ni tinta contra los bichos, eran agradables y los apreciaban. Ahí se unieron el resto de la familia de la tribu de las plumas. Albert les contó lo que sucedía en su tribu, él había perdido a su mujer por tomar a otras mujeres y ahora la buscaba, porque sin ella no quería estar en la tribu del Sol.

Los machos le aseguraron que no habían tenido hembras, que las pálidas eran muy altas y fuertes, pero que ahora que tenían las suyas las cuidarían y protegerían, eso fue bueno, porque la tribu de los osos también había aprendido de la tribu del bosque de las plumas. Esa tribu ahora mejoraba, tenía otras herramientas y armas diferentes, usaban las plantas de forma distinta y hacían colores, a lo que Albert aprendía porque su mujer, le gustaba pintar en las paredes con lo que hubiera, al recordarla partía a buscarla. La tribu de los osos y las plumas ahora era una sola tribu no era pequeña y gracias a la visita del hombre del sol, podían ir a visitar a los de esa tribu tan temida si les faltaban mujeres o si deseaban quedarse allá en la tribu algunos machos. Ellos podían unirse porque no serían atacados si llegaban en familia.

En la tribu del sol las cosas no fueron mejor, pero se sobre llevaban, las mujeres solas buscaban hombres solos, porque el viejo de la tribu les dijo lo que habían ocasionado, que perdieran a su guerrero, solo por separarlo de su mujer. Aro también había llegado sola y no había separado a ninguna de su pareja, por el contrario se había refugiado en su familia y después formo otra con un hombre e hijos que habían perdido a su mujer y ahora tenía otra familia que la querían y sus hijos eran de ella, incluso su hijo menor Tony es un hombre fuerte y nuestro, no le gusto saber que su hermano se fuera a buscar a su mujer, quizás se pierdan ambos. Ahí aseguraba que la joven Candy le dejo a sus hijos a su padre Conor, por lo que no podían reclamarlos, ahora eran de él. Conor tenía satisfacción de eso, su hija seguía siendo suya y ese pequeño castaño, lo hacía reír por lo diferente de su cabello y de su mirada verde como a de su madre.

Para Candy pasaba el tiempo que estaba más lejos el frío era más intenso, había nieve la mayor parte del tiempo, por lo que se cubría con pieles, al principio comía lo que encontraba, luego ver a los animales haciendo lo que ella, los comenzaba a considerar sus iguales y posterior cuidaba animales para sobrevivir, si, no los podía comer, pero por cuidarlos la protegían, eso lo había aprendido de la tribu de los lobos cuando fueron a la tribu del sol. Al principio fue difícil pero poco a poco conquisto al más grande lobo de la región helada, un lobo negro y feroz, que, al curarlo se había hecho amable con ella y ahora la guiaba por entre los bosques de la nieve, donde poco a poco se hizo de fuerza y valor a sí misma. No encontró hombres que la acecharán, tampoco bestias que no pudiera evitar, los árboles no eran una escapatoria correcta, debido a que, entre más alto, más helado y entre más helado, más quebradizo. Lo había aprendido a golpes y sus cicatrices se lo recordarían siempre.

No podía continuar adentrándose en el hielo y pensó que al bajar a la zona cálida podía volver a su tribu, era posible que Mosh no la siguiera, pero esto cambio porque al regresar a su tribu, su padre comentaba que su pareja había salido en su búsqueda y sus hijos ahora estaban más grandecitos. Verla regresar a su tribu con un enorme lobo de nombre Mosh, enorme y negro fue sorprendente, el padre estaba orgulloso, ahora se relacionaban con otras tribus y muchas habían llegado para quedarse. Sus hijos, la conocían de nuevo, ella los abrazaba emocionada y los subía al lomo de Mosh. Fue algo que no podían creer, Candy no era la mujer débil por su tamaño era la mujer fuerte por su habilidad con los animales.

En la tribu del sol estuvo un tiempo, la casa que fuera de ella ahora ya no lo era, no tenía un techo suyo, se había acabado cuando él había elegido ser semental de las hembras solas, ella ahora ya no estaba disponible para montas de nadie, se lo hacía saber al primer intento de hombre que se quiso acercar. Su padre la respetaba y sus hijos deseaban irse con ella, pero eso no era bueno, les contaba todo cuanto había pasado y mostraba algunas cicatrices de que estuvo a punto de morir varias veces.

Continuará...


Gracias por comentar, por seguir leyendo esta historia con un estilo diferente, estoy fascinada de poder continuarla ;)

gracias por leer historias de Albert y Candy

Un Abrazo a la Distancia

Mayra Exitosa