Fic a

Reto 2021 Marzo Creativo

Historias de Albert y Candy

Presenta

Amor en Piedra

Por Mayra Exitosa

Capítulo 13

Su lugar para dormir

Candy se había ido a ver a los niños, notaba como Tony buscaba la aceptación de su padre Nobuk este le decía que el siempre recordaba a su madre, que al principio se sentía incomodo porque no valoraban la fortaleza y altura de su hijo, pero les temían porque sabían que ellos serían los jefes de la tribu y míralos, no son los jefes de su tribu, pero son grandes guerreros, cuidaban de los suyos, como tu madre me cuidaba a mi y no lo vi hasta que la perdí. Tony le daba a el pequeño Albert para que lo viera y supiera que era uno de los suyos, el abuelo al verlo le decía que, si sus hijos fueran como ellos, no hubiera problema, pero desde que nacieron llamaron la atención, este pequeño se parece a los míos igual que el otro, refiriéndose a Arón, pero ahora que ya no estamos allá, quiero que sean como tu Tony, como ellos y como todos, que sean de todas las razas, mira los caballos, allá estaban encerrados y ahora se vienen libres, ellos saben que los cuidamos, al principio los utilizábamos, porque ellos corrían a protegerse a las cuevas en el frío, luego notaron que no los atacábamos, nos ayudaban con mover cosas pesadas, hoy tu hermano nos subió en ellos y el mismo troto con rapidez para salvar a su mujer, tu lo viste, el llegó porque no ha dejado de buscarla, no dejaba de preguntar por todos lados y arrepentido de haberla perdido.

Candy escuchaba eso, lo entendía perfectamente, debido a que Albert le enseñaba como hablaban en su tribu, ahora que explicaba que Albert la había estado buscando, confirmaba lo que sus padres le habían dicho, que no quería a otra, tal vez por eso la mujer rechazó al pequeño, porque no la había aceptado a ella tampoco. Vio como los niños comenzaban a dormir y los acomodaba en las pieles, hacía un ruido llamando a Mosh y ella se acomodaba con el gran lobo en un lado que parecía relajado, al ver a tantas personas cuidando de todos, los niños miraban de un lado a otro buscándola. Albert observaba como el pequeño que decían que era suyo con la mujer que no quería, se iba y se metía en los brazos de su mujer entre sus pechos metía su rostro, provocándole un gruñido tenso, era su mujer y esos pechos eran suyos también.

Luego veía como su hijo Alex buscaba a su madre y se acomodaba tras su espalda donde estaba el maldito lobo y como si fuera de la familia, el muy ladino levantaba la pata para abrazar a su cachorro, cuando ese era suyo también, Mosh le estaba quitando su lugar. No tardo en llegar Arón y ese caía encima de Mosh, logrando hacerlo saltar, pero de inmediato lo tomaba con el hocico, lo juntaba con su hermano y el se volvía a recostar cubriendo no solo a sus hijos, a su mujer la tenían acorralada y el que daría por cambiar su lugar con ese maldito lobo, que con la pata rota se hacía el herido para que ella no lo dejara de guardia. Pero ya se lo cobraría, cuando la tuviera montada, le diría que del lobo afuera y lejos de su cuerpo, que el le gustaba dormid con su miembro dentro.

Por la mañana desvelando y casi sin dormir, al ver todos los intentos que hizo para ir moviendo lentamente uno a uno de sus hijos y el lobo canijo, los volvía a traer, para cubrirlos mientras ella ni se daba cuneta que la deseaba montar, la deseaba tomar como suya, porque ella era suya y la necesitaba, giraba para ver a los demás y su hermano Tom tenía a su mujer cubierta con las pieles en movimientos constantes, donde le daba calor y la montaba de todas las formas que el quería tomar a la suya, pero no podía por la pata rota de Mosh.

Varios días pasaban y Candy no lo dejaba estar con ella, la deseaba la lambia y la olfateaba, también en ocasiones la había tocado diciéndole que quería entrar en su lugar, pero ella se iba alejándose molesta por haberla cambiado por otra que no quería volver a ver jamás. Pasaba el tiempo, ya habían cambiado de lugar ahora estaban cerca de cuevas y parajes colmados de frutos, la tierra era fresca y no había río, sino un lago, que era tranquilo y seguro para los demás, así la manada, fue acorralada cerca del lago, le ponían cercos para protegerlos y así desde la cueva que estaba en un costado poderlos cuidar. Habían pasado demasiado tiempo caminando hasta que habían encontrado un lugar que otra tribu no ocupara, ahora ellos llegaban y revisaban todo, las mujeres con su madre Lena, revisaban la comida y los frutos, mientras que los machos revisaban la seguridad del lugar, por si había bestias cercanas poderlas cazar, su padre Nobuk ya estaba mejor, la misma hierba de los lobos, lo había curado a él también, y aunque se dolía por dentro, ya no era tan fuerte como antes, ahí estaban sus hijos para hacer lo que debían sin que el tuviera que hacerlo,

Las cuevas daban techo provisional, pero las chozas se comenzaban a armar y muchos de los jóvenes ya estaban creciendo así que poco a poco elegían a su hembra al estar en la tribu. La noche daba descanso, el fuego cuidaba la protección de todos, los jóvenes ya estaban listos para conseguir mujer y pronto les irían a dar sorpresas a todos, eso lo notaba Albert, pues sentía lo que todos pasaban, él también la necesitaba.

Las noches se turnaban para vigilar, una que otra de las hembras hermanas de Terry ayudaban también a realizar guardias. el padre de la otra tribu, no lo hacía, estaba montando a su hembra, también como podía, para poder dormir un macho necesita hacerlo muchas veces para estar caliente y seguir al día siguiente.

Pero el lobo no, y ahí estaban los jóvenes nuevos, mirando a las mujeres de la tribu de los lobos, sabía que pronto querrían mujer y ya miraban a las que podían estar con ellos, él tenía que ver la manera de separar a su hembra de todos, montarla un rato por el día y otro rato por la noche y si pudiera llevarla a caballo también la montaría si ella quisiera, pero ese Mosh no la dejaba, todo el tiempo la cuidaba, hasta de cuando él se acercaba, parecía olfatearlo desconfiado cuando esa hembra era suya.

Terry se acercaba y miraba al lobo, que pronto se alteraría cuando oliera a Hana, su loba estaba en celo y todos la querrían, pero estaba seguro de que ese lobo acabaría con todos si no le daban su lugar, lo mejor era hablar con Tom para que le avisara a la mujer de su hermano, que la loba blanca en celo estaba entrando. Candy no hablaba con nadie, pero Tom le contaba a su hermano, que la loba estaba sangrando y que todos estarían inquietos, por lo que no solo debían cuidar a los caballos, sino a ese lobo enorme, que en cuanto la oliera perdería la razón.

Parecía como si a Albert se le agitara el pecho, ahora si no solo estaba en celo él, también el enorme lobo negro estaría desquiciado, así que pedía ver a la hembra y le tallaba la cabeza, para que lo aceptara y ver como acercarla con el lobo, para que se fuera dando patadas por todos lados, sí le dejara a su hembra para él. Tenía que buscar la forma, para estar con su mujer, ella no le hablaba, pero ahora tenía que explicarle que su lobo gigante se pondría bravo y que debía dejarlos de lado.

Candy lo veía y notaba que eso había sido difícil para su lobo, nadie lo aceptaba, era enorme y lastimaba a las hembras, pero la loba ya era madura y era fina, hermosa creatura, Candy la vio y ella la miraba, esperando aceptación, así Mosh se acercaba y olfateaba a Hana la loba, a lo que de inmediato cambiaba, la loba no se dejaba, por lo que sabía que los demás lobos lo atacarían, pero esto no fue así. Albert llegaba y controlaba a la loba, le acariciaba y Terry la sostenía, a lo que el lobo lambia su celo, así todos los cercaban, ambos hombres los habían metido en el fondo de una de las cuevas, los tapaban con varas y los encerraban. Candy estaba preocupada, mientras que Terry no podía decirle nada, porque su lengua era diferente, pero este se comunicaba y ella ponía atención, comentando entre todos lo entendido, Albert le aseguraba que la camada de lobos sería mucho mejor, y que la loba no dejaba de verlo desde que Mosh llegó.

Albert notaba que eso la preocupaba, así la acercaba para que viera por entre las rejas y mientras lo hacía la olfateaba y la lamía, lo mismo que el par de lobos adentro hacían. Tom y Terry se retiraban al verlos que iban a montarse. Tom le decía a Terry que no había hombres como él solos sin mujer para las mujeres que habían llegado como familia de los machos jóvenes y que no eran miradas por ellos, que fuera con ellas, también el necesitaba elegir quien sería su pareja, así el aceptaba y llevaba un par de pieles, mostrándose amable, no tardaban en agradarle y ambas hembras se doblaban para que las montara a las dos, a lo que Terry gustoso aceptaba tan amable cooperación.

Continuará...


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así mismo las historias de Albert y Candy

Un Abrazo a la Distancia

Mayra Exitosa