Fic a
Reto 2021 Marzo Creativo
Historias de Albert y Candy
Presenta
Amor en Piedra
Por Mayra Exitosa
Capítulo 14
Todo se mueve
Candy miraba a Mosh, este ya no era rechazado, la loba solo estaba esperando su momento, mas no lo atacaba, jugaba y cuidaba que el estuviera contento, así giraba y notaba como Albert se pegaba a su cuerpo y ella cerraba los ojos, el metía su mano tocando sus pechos, ahora veía que estaban solos, por eso se encontraba queriéndola montar, ella se iba a alejar, pero Albert la abrazaba, le levantaba la piel y el miembro tieso rozaba su ingreso. Ella no pudo rechazarlo, ya estaba metido, lamia y respiraba con todo lo sucedido, Albert en su ingreso le decía que no quería a otra, ella solo iba a ser para él y que no volvería a montarse en otra mujer. Ella trataba de moverse, más tampoco quería, lo ansiaba y tenía mucho que no la tocaba y la hacía sentir hembra, saberse apreciada no solo por madre sino por mujer.
Albert decidido la insertaba y ella ya no pudo hacer nada, la piel que la cubría se caía, él quería desgarrar todo lo que le estorbaba, así la desnudaba, ahí fuera de la reja con la que taparon a la loba y a Mosh, ellos también se montaron no una ni dos, varias veces, porque no la dejaba salir, estaba mordiéndola y ajustándola, desde sus pechos hasta su vientre, la subía, la acomodaba, se salía y entraba, fue un largo proceso, el que parecía que no terminaba, porque él estaba en celo igual que Mosh y tenía mucho tiempo de esperarla y no iba a dejar que ese lobo ocupara de nuevo su lugar.
Para Candy era como si un río seco se terminara por llenar de agua, ese anhelo por su hombre que aun después de haber probado y habiendo más de donde elegir, hubiera salido a buscarla hasta dar con ella, salvarla de nuevo en ese ataque donde pensó que jamás lo volvería a ver. Ese rencor de haber sido rechazada se esfumaba, haberlo apreciado y que no quisiera a otra, asegurarle que era solo suyo y ahí en esa tierra nueva que se encontraba a cada paso que daba, no había ninguna mujer que le ganara, si lo hacía no le importaba, porque él solo la quería a ella y sus hijos por igual, mientras que otras hembras se los matarían, nadie lo había cuidado como ella a él y parecía que al montarla le dijera que él también solo en ella se podía verter.
Había cierta satisfacción en una mujer cuando era tomada en cuenta, ella sabía que él no había tomado a otras teniendo ahí varias mujeres que podía haber aprovechado, más que ella lo había negado varias veces, aunque no se lo decía, ella se mantenía ausente, miraba como otras parejas se escondían y se atendían mutuamente.
Para Albert fue sorpresa, sorprenderla al mirar a una pareja, que fuera una de sus hermanitas, la que jugaba con un joven y lo montaba cual mujer quería ser, Candy le tapaba la boca y lo detenía, no podía intervenir, el también así lo hacía, era ella la que lo quería. El joven estaba ansioso, y aunque desconocía, aprendió al ver a los otros por las noches al caer las pieles, al ver las rendijas de las chozas, al final aprendían que la mujer requería un macho y ella era la que lo elegía en este caso Pat, se sentía fuerte, llevaba a su compañero frente a su padre, este asustado por cómo era ella la que lo había atrapado. Tomaba la liana con la lanzaba piedras y les ataba las manos, le decía que eran uno y que no eran hermanos que, si se cuidaran uno al otro y si querían tener mucho, debían aceptar lo que tuvieran y no cambiarlo, ni por lo que otros dijeran, porque luego pasarían mucho tiempo, recordando lo que habían tenido y jamás lo recuperarían.
Esas palabras las escuchaban otros, pero Albert le tomaba la mano a su mujer y le pedía a su padre que también atara a su mujer con él, ella se reía y alzaba a Alex y colocaba a Aron encima de su cuello ponía a su hijo menor Albert, que confirmaba que ella ya lo tenía atado desde hacía mucho, Nobuk se reía, pero sacaba una tira de piel y hacía lo que su hijo mayor le pedía, porque si ella lo entendía era que él había perdido a su madre y a toda su familia por no haber estado unidos.
El ambiente había cambiado, ahora si los niños tenían a su padre contento, les mostraba las armas que él sabía manejar, les enseñaba a que fueran por madera para que cada uno hiciera su arco, su lanza piedras y todo lo que él tenía, los niños lo querían imitar. Candy también quería y sin decir nada, ella también obedecía, ya habían recolectado entre los dos frutos, porque ahora todo lo hacían juntos, Albert no se le separaba y ambos veían como los muchachos a las hembras se llevaban, uno de los más grandes tomaba a una de las mujeres y ella estaba recolectando, la estaba ayudando, para cuando nadie los veía, así ella recolectaba y él ya la estaba montando, de pie y que nadie se diera cuenta.
Albert y Candy los veían y ellos se iban al lago, se enjuagaban, se cuidaban se montaban. Si ellos lo hacían de pie, ellos lo harían hasta en el agua, aunque en la mente de él, solo deseaba hacérselo encima del caballo, como un día lo había pensado pasearla y montarla a la vez, dejándola insertada más tiempo con él.
Cada que salían y regresaban los niños ya estaban listos, el abuelo Nobuk sentado con ellos aprendía que eran buenos, pues todos traían madera y lianas de piel como su papá.
Candy se fue a revisar a Mosh y a su loba Hana, Albert la seguía y recordaba como ahí la había montado y todavía estaba algunas de sus pieles, el lobo estaba contento y la loba por igual, estaban pegados y acababan de estar juntos, no se podían separar. Albert le lamía y le decía que era igual a él, no quería salirse cuando entraba a su cuerpo, recordando el invierno en el que así juntos se quedaban dormidos. Ella se giraba y el ahí la tomaba desprevenida, mostrando las pieles olvidadas y colocándola en la pared la tomaba y gemía asegurando que, teniéndolo a él nada le faltaría. El vaivén de la pareja fue bastante acelerado, fuerte y diferente. Al terminar se ajustaba y aun de pie se quedaban abrazados. Albert notaba que sobre su cabeza caían piedras, tan fuerte la había montado que sentía que la cueva se movía, pero el rugido de Mosh, lo alertaba, de inmediato se salía y se acomodaba, con fuerza, sacaba a la pareja de lobos arrancando las varas con las que los habían encerrado, y ella sin saber por que lo hacía, se dejaba llevar y notaba que todo se estaba derrumbando, la cueva en la que habían estado, ya no existía, los gritos y las rocas que se movían por todos lados, advertían una tragedia, muchas parejas habían sido separadas y las piedras los aplastaban. Los niños gritaban detenidos en el centro. Albert corría a los corrales y sacando a los caballos, al ver que el agua del lago amenazaba con hundirlos, estos salían desbocados, corría para guiarlos y a su vez en uno de ellos, subía a su mujer y a uno de sus hijos, le daba una palmada y el caballo huía, subía a Tony con su hijo Aron al frente, y luego ayudaba a su padre y le entregaba al pequeño Albert, que parecía araña al agarrarse de su abuelo.
Tom gritaba buscando a Dina y su hija lloraba y el la subía a su cuello, para luego ver a otro de sus pequeños, Dina venía corriendo con su hijo y gritaba, así Albert la tomaba y en un caballo la subía, junto a su niño, Tom los veía y este subía corriendo a otro de los pencos, pero dejaba a su hijo a su hermano, para sujetar bien a solecito, que la traía en su cuello. Albert tomaba al hijo de Tom y lo colocaba en su pecho, subiéndose a un corcel, que venía de lejos desbocado, este los atrapaba y lo detenía, haciéndolo ver a la yegua y a su cría, así la hembra asustada lo seguía y el pequeño también lo hacía. Varias lloraban y gritaban, Albert no podía dejarlos, así se regresaba en los percherones las ayudaba a subir, mujeres y jóvenes subían dos colocados como carga, por el rubio que a los caballos dominaba mostrándole al hombre como jalar los pelos del corcel y que se fuera en él. Arboles cayendo, el agua se movía en el lago y estaba subiendo. Los caballos seguían a los lobos huyendo y estos al aullido de Mosh se guiaban, los subía a tierra firme y todos se apresuraban, más muchos no lo lograban.
Continuará...
Gracias por comentar y seguir leyendo esta historia diaria,
seguiremos avanzando en las que faltan para completar más historias de Albert y Candy
Un Abrazo a la Distancia
Mayra Exitosa
