Mitzy no podía creer que aquella pelirroja retraída que lloraba con facilidad hubiera hecho lo que decía Garland.

– ¿Cómo se le pudo ofrecer si casi se muere de sólo ver a Ivanov? – Mitzy recordó lo poco que le había contado la chica – algo no está bien, estoy preocupada –

En el dormitorio de los chicos no tardó en llegar la noticia, la pelirroja no había llegado a dormir

– Esa chica sólo causa problemas, ofrecerse de esa forma sabiendo que tengo novia – Yuriy lo miraba enojado, sabía que eso no era verdad – ¿Por qué me miras así, pelirrojo? Oh es verdad, es tu novia, mira que hacer eso en el baño de hombres, creo que deberías conseguirte otra novia –

– Sabes bien que ella no hizo nada en el baño – afiló la mirada – además qué casualidad que sólo tú la viste –

– ¿Qué insinúas? ¿Qué miento? – miró en dirección a Takao y Sergei – esos dos fueron testigos – se acercó a ambos – ustedes lo vieron, ¿no es así? Cuando la pelirroja los dejó para seguirme y llevarme a las afueras de la escuela –

Takao no supo que responder y miró a Yuriy dando a entender que no quería creer lo que vio.

– ¿No crees que estás sacando conclusiones muy pronto, Garland? – Sergei trataba de defenderla sin causar un problema

– ¿Conclusiones? La chica no ha llegado a dormir, dudo que se haya salido de la escuela para estudiar – miró a los demás varones – o quizá se fue a la iglesia –

Nadie pudo callar las risas y comentarios

– ¿En verdad se fue con él? – finalmente Yuriy preguntó a Takao y Sergei cuando estuvieron lejos de los demás y Takao sólo asintió

– Después de que te fuiste Garland se acercó a decirle que se había olvidado de su amistad y cuando se alejó, Yume fue tras él – comentó Sergei – aunque eso no parecía amistad, no dijimos nada para no empeorar las cosas –

Yuriy sabía que Garland tenía algo que ver, podía sentirlo, sólo necesitaba pruebas, pues ya sabía que molestaba a Yume.

En la mañana las clases se anunciaron como si nada hubiera pasado, pero por primera vez, la gente notaba el asiento de la pelirroja, incluso alumnos de grados superiores fueron a asomarse para ver el asiento vacío. Cuando Mitzy entró pensativa, Ivanov no tardó en preguntarle.

– ¿Volvió? ¿Supieron algo de ella? – Mitzy lo miraba seriamente en desaprobación

– No te incumbe, maldito pervertido – causando las miradas de sus compañeros – ella me contó asustada lo que trataste de hacerle –

– Yo no le hice nada, sólo le advertí sobre lo que ese tal Garland quería hacerle – trató de excusar pues todos comenzaban a hablar

– Garland no le hizo nada, ella desde el año pasado se le ofrece como la zorra que es – agregó Emily

– Sabes bien que ella no es así, eres tú la que la molesta – agregó Mitzy

El profesor llego para iniciar la clase haciendo que todos regresaran a sus asientos.

Tanto Yuriy como Mitzy estaban dispuestos a conocer la verdad sobre el paradero de la pelirroja, Yuriy sabía que Garland la molestaba por los comentarios de la chica y Mitzy sabía que Emily la molestaba pues la había visto.

– ¿Qué pasa? – Kai acomodó el cabello de Mitzy atrás de su oreja

– Estoy preocupada de que le hayan hecho algo a Yume o de que le haya pasado algo – Mitzy estaba recargada sobre sus rodillas – yo sé que ella no es como dicen –

Era la primera vez que Kai veía a Mitzy tan triste que creía que lloraría, no sabía cómo consolarla y después de clases pasó el día abrazándola.

Por su parte el pelirrojo encaró nuevamente a Garland, esta vez esperó hasta que lo vio solo.

– Confiesa maldito cobarde, ¿qué le hiciste a Yume? – Yuriy se paró frente al moreno

– ¿Otra vez tú? – se cruzó de brazos con un gesto de hartazgo – mira, si te gusta esa cosa, es mejor que aceptes que es una cualquiera – Yuriy apretó sus puños

– Y supongo que como no la pudiste alcoholizar en la fiesta como planeabas, decidiste buscar una forma para desprestigiarla, ¿no? – Garland no mostraba expresión alguna, pero bajó sus brazos

– Cierto, olvidada ese pequeño detalle – mostró una risa burlona – tu preciada pelirroja me contó todo, hasta que la besaste – Yuriy se sorprendió de que el moreno conociera lo sucedido – no sólo eso Ivanov, nos besamos y vaya que usó esa lengua –

– ¡Estás mintiendo! – el pelirrojo sujetó a Garland del uniforme

– ¿Quieres saber qué más me hizo tu preciada pelirroja? – la sonrisa de Garland era de satisfacción al verlo reaccionar de aquella manera, en un movimiento ágil invirtió los papeles y puso al pelirrojo contra el piso para decirle al oído – esa zorra de Arakawa es mi perra, aunque debe trabajar más en sus orales – Yuriy empezó a forcejear – a diferencia de ti, ella se ha desnudado para mí, créeme, no te pierdes de mucho, su cuerpo es asqueroso –

– Eres un bastardo – Yuriy se zafó para golpear a Garland, pero se contuvo

– Sólo te digo la verdad, ¿qué pasa, no piensas golpearme? – encontró interesante que se contuviera así el pelirrojo siendo que en su mirada mostraba las ganas de atacarlo, Yuriy lo soltó

– Sé que tú le hiciste algo, así como sé que la molestas y que trataste de aprovecharte de ella, llegaré al fondo de esto – se retiró dispuesto a encontrar pruebas

Garland estaba molesto por la actitud del pelirrojo, antes de hacer algo, tenía que saber más sobre él y para su fortuna y desgracia del pelirrojo, Garland sabía conseguir la información de cualquiera en la escuela, fue así como se aseguró que el pequeño regalo de Emily lo obedecería, aunque no esperó que Yume fuera tan fácil de manipular.

Cuando llegó la noche Mitzy miraba nuevamente la cama de la pelirroja, estaba demasiado preocupada por ella; recordando a la chica, subió al ático, recordaba verla dibujando a la luz de la luna, escondiendo lo que realmente sabía hacer.

Mitzy escuchó un ruido y se asomó creyendo que era Yume tratando de subir, pero su sorpresa fue ver a Kai subiendo, lo ayudó y se preocupó de verlo ahí, si alguien se enteraba podrían expulsarlos.

– Estaba preocupado por ti –

Mitzy lo abrazó, agradecía la atención y pese al peligro que supondría que los encontraran, lo llevó a su cuarto y cerró con llave.

Por primera vez estaban solos de esa manera y aunque habían intentado llegar a otro nivel, ninguna situación se prestó; Mitzy se acercó despacio a besarlo y poco a poco fue metiendo su mano bajo la camisa, le gustaba lo que sentía en el pecho del chico, abdominales bien formados, no tardó en desabrochar y retirar la camisa de Kai, sabía que estaba marcado, pues lo sentía cuando la abrazaba, pero ver sus brazos perfectamente torneados y marcados, simplemente le encantó.

Fue el turno de Kai, quien empezó a desvestirla de la misma forma, dejando ver las curvas de Mitzy, Kai admiraba la lencería que usaba, Mitzy se acercó a desabrochar su pantalón, ahora ambos estaban en ropa interior frente al otro y no dejarían pasar esa oportunidad, al fin había llegado el momento de entregarse por completo.

Mitzy empezó a besar a Kai, pasaba sus manos sobre los brazos marcados y bien definidos del chico. Las manos de Kai se posaron en la cadera de Mitzy y empezaron a subir lentamente hasta llegar a su sostén para desabrocharlo causando un pequeño suspiro por parte de Mitzy; la chica se separó mirándolo de forma coqueta y traviesa, jugó un poco con el sostén ahora desabrochado haciendo una pequeña danza, lo empujó despacio a la cama sentándose sobre él y con un movimiento lento descubrió sus pechos.

Kai la acercó para besarla, sintiendo la suavidad de ambos pechos contra su cuerpo. Mitzy los acercó al rostro de Kai, quien los sujetó y comenzó a lamerlos y succionarlos hasta que ambos pezones quedaron completamente erectos.

Mitzy se acomodó para empezar a bajar con pequeños besos por el abdomen de Kai, sintiendo el volumen de sus pectorales, acariciaba y besaba cada músculo hasta que su recorrido la llevó hasta el bóxer del chico; lo retiró para dejar expuesto el miembro del chico, lo tocaba y lentamente su lengua se unió hasta tenerlo completamente atrapado en su boca.

Sin interrumpir aquella atención, Kai acomodó a Mitzy para que ahora él tuviera frente a su rostro las pantaletas de la chica, tocó un poco sintiendo la humedad sobre la misma y lentamente la retiró.

Ambos chicos se encontraron sumergidos en aquel oral mutuo, los sabores y las sensaciones encantaban a ambos, Kai fue quien separó a Mitzy, ambos estaban listos para dejarse llevar hasta el final.

Mitzy estaba de nuevo de frente a Kai, aún sentada sobre él, acomodó el pene de Kai y comenzó a penetrarse lentamente mientras ambos se tomaban de las manos, la virilidad de Kai entró lentamente a su cuerpo y mientras lo hacía ambos apretaban sus manos.

Por unos segundos ninguno de los dos se movió, sus cuerpos se fueron acostumbrando a la sensación hasta que poco a poco Mitzy inició el movimiento, las manos de Kai se posaron en sus caderas, las cuales se movían en un ritmo que enloquecía a ambos, aquel mundo nuevo lleno de agradables sensaciones acompañadas por los ruidos provenientes tanto de lo húmedo de sus cuerpos como se sus voces, a pesar de tratar de no ser descubiertos, no podían evitarlos.

– No, espera Mitzy – apenas pudo decir Kai entre gemidos

Kai deseaba eyacular en Mitzy, pero ninguno tenía protección, cambiaron de posición y Kai se puso sobre Mitzy, continuaron aquel ritual a un ritmo que incrementó nuevamente hasta que Kai no pudo aguantar más, salió de Mitzy para eyacular.

Ambos estaban agitados y sus cuerpos lentamente comenzaron a calmarse. Kai deseaba pasar la noche con ella, abrazándola, pero Mitzy le recordó lo peligroso que sería.

Mitzy se despidió de Kai y salió al baño, sabía que siempre había una maestra vigilando los cuartos, usó aquella distracción para que Kai pudiera salir sin problemas.

– Dicen que se escapó con un hombre –

– Al parecer estaba embarazada –

Los rumores sobre Yume crecían conforme pasaron los días, la pelirroja llevaba tres noches sin volver.

Aunque Yuriy había buscado pruebas sobre Garland molestando a la pelirroja, no pudo encontrar nada y los alumnos con los que había hablado negaban que el moreno hiciera tales cosas.

Aún así el pelirrojo trataba de seguir con sus estudios, había tenido un par de encuentros desagradables con Garland, pero fuera de Garland diciendo que la novia de Yuriy era una cualquiera, no pasó a mayores.

Al menos hasta que finalmente Garland encaró a Yuriy después de las clases, el pelirrojo se dirigía a los dormitorios.

– Ivanov, ¿ya fuiste a saludar a tu suegro? – Garland lo había esperado frente a la fuente.

Gracias a la conmoción con Yume, su papá estaba en el instituto y la mayoría de alumnos querían saber qué pasaba, los profesores trataban de mantener a los alumnos curiosos concentrados en ir a sus talleres.

– Mejor dime, ¿ya le contaste que molestas a su hija? –

Garland estaba enojado, pero igual mostró una sonrisa satisfactoria

– Mejor deberías tener una buena relación con él, quién sabe, quizá hasta pague tu matrícula – Garland empujó a Yuriy con afán de hacerlo pelear – así ya no necesitarías beca, pobretón –

Yuriy estaba enojado, pero estaba más desconcertado por lo que había dicho el moreno

– Ahora entiendo por qué te portas como un cobarde – Garland lo miraba con aires de superioridad – imagina que el chico sin padres que vivía en las calles se peleara a golpes con el hijo de una de las familias más importantes para el lugar – los ojos de Yuriy mostraban su furia – ¿A quién crees que no le harían nada? –

– ¿Cómo carajos…? –

– ¿Cómo me enteré? Verás, una llamada a mi familia y ellos ofrecieron una generosa donación para que me llamaran a la oficina de control escolar, donde no había nadie más que el folder con tu expediente –

Garland al fin tenía la ventaja que buscaba sobre Ivanov y ahora pensaba aprovecharla.

– Dime algo Ivanov, ¿por qué la defiendes? No me dirás que esperas que al defenderla te vea como su héroe y se lance a tus brazos – Yuriy se molestó con el comentario – no necesitas esforzarte tanto, esa zorra se va a dejar hacer lo que sea –

– ¡Deja de expresarte así de ella! Sabes perfectamente que ella no es así – Garland empezó a reír interrumpiéndolo

– Mira lo que tenemos aquí – Garland señaló la entrada.

Ambos vieron a Yume bajar de la moto y abrazar al chico, Yuriy simplemente no podía creer lo que estaba viendo.

– Ahora repíteme que no es una cualquiera – dijo satisfecho

Cuando la pelirroja notó la presencia de ambos se congeló, pero su llegada no pasó desapercibida su padre y el director llegaron al instante. Después de ser recibida por una bofetada de su padre fue llevada a la dirección y la noticia no tardó en saberse en toda la escuela.

– ¡Mitzy, date prisa ya…! – Takao buscaba a su hermana en la parte trasera de la biblioteca, pero la encontró besando a Kai, quien estaba con la camisa abierta – ¡No es momento para que estén haciendo eso, Yume acaba de volver! –

Los hermanos Kinomiya corrieron hacia dirección junto a sus respectivos novios, prácticamente todos los alumnos del instituto estaban ahí queriendo saber sobre la chica pelirroja que había huido con un rebelde.

– Ya te expliqué papá, no me escapé con nadie –

– ¿Y por qué te largaste tantos días? –

Yume sabía que no podía culpar a Garland, así que inventó su historia

– Caminé a las orillas del instituto y vi un gato atropellado en la carretera, cuando salté caí y quedé inconsciente – recordó a sus amigos – una persona me ayudó –

– ¡Deja de mentir! – su padre pegó con fuerza en el escritorio

Yume se aferró a su historia tomando valor del recuerdo de Cloud y Boris.

El señor hizo el acuerdo con el director, dirían que no pasó nada y seguirían la historia de la chica gracias al dinero extra para que no la expulsaran, todo a cambio de no ver a Yume de nuevo o ser molestado con referencia a ella, pero la chica tendría que hacerse una prueba de embarazo, de dar positivo sería expulsada. El padre de Yume salió furioso de la dirección seguido por Yume, le suplicaba perdón a su padre; harto de todo y de ella sin importarle que lo escucharan y vieran los alumnos y profesores le gritó.

– Eres una desgracia, por eso tu madre te abandonó cuando se largó con otro – Yume lo miraba en shock – jamás te daré mi apellido, desearía que nunca hubieras nacido –

– Eso no es cierto, papá – Yume no pudo evitar llorar

– No tengo tiempo para tus estupideces, tengo una familia a la cual cuidar no quiero volver a saber de ti jamás – el señor se fue sin mirar a Yume

La pelirroja empezó a llorar a la vista de todos, comenzaron a hablar sobre ella, cuando sintió que alguien la abrazó. Takao la había abrazado para llevársela junto a Sergei, Kai y Mitzy, esta última gritó hacia los alumnos.

– ¡Dejen de meterse en lo que no les incumbe y lárguense a sus clases! –

Los hermanos Kinomiya trataban de consolarla, pero Yume no podía dejar de llorar y menos al notar en la distancia a Yuriy, recordó la expresión del pelirrojo al verla despedirse de Boris.

Mitzy terminó llevándose a Yume a los dormitorios lejos de las miradas de los demás. Yume no quiso hablar, se la pasó llorando bajo las cobijas hasta que se quedó dormida.

Como era de esperarse, cuando Yume regresó a sus clases como si nada después de su historia, la gente hablaba de ella, recibió comentarios por ser una cualquiera, le lanzaron cosas y desde luego, tuvo prohibido salir del instituto.

Aquel fin de semana, Mitzy la invitó a estar con ellos, no le preguntaron nada, trataron de hacerla sentir mejor.

Pero mientras Yume empezaba a darse cuenta que había quienes deseaban ser sus amigos, el pelirrojo salió a la ciudad en busca de la moto en la que ella había vuelto para hablar con su dueño.

El pelirrojo emprendió su búsqueda caminando por la ciudad, miraba los negocios, quizá con algo de suerte lo encontraría en alguno. Realmente nunca se había fijado en la cantidad de motocicletas del lugar, pero ninguna era la que buscaba; al darse cuenta que eran más comunes de lo que él creía, no le sorprendió cuando finalmente se topó con un taller donde solamente había motocicletas, se acercó sin esperar mucho.

Conforme se iba acercando al local, distinguió dos figuras aparentemente trabajando en dos vehículos diferentes, cruzó la calle sólo para notar la misma motocicleta de la que vio bajar a Yume. Se acercó a inspeccionarla más detalladamente, en efecto era la motocicleta en la que la pelirroja había llegado.

– ¿Buscas algo? – la voz hizo voltear al pelirrojo

– Al dueño de esta cosa – respondió molesto

– ¿Se puede saber qué busca un ricachón del internado con su dueño? – El platinado se cruzó de brazos

– Tú eres el dueño, ¿no? – se acercó mirándolo fríamente – ¿Qué clase de relación tienes con Arakawa? –

– ¿Arakawa? ¿Te refieres a la pequeña pelirroja? – deseaba preguntar cómo estaba, pero no confiaba en el pelirrojo – ¿Eres algo de la pequeña? –

– Eso no te incumbe – afiló la mirada – ¿qué tienes que ver con ella? – ordenó una respuesta

– Creo que eso tampoco te incumbe, que tengan dinero no los hace dueños del mundo – el platinado se notaba molesto – y si no vas a comprar nada, vete de aquí, interrumpes mi trabajo – dio media vuelta ignorándolo

– No me iré sin saber cuál es tu relación con ella – Yuriy lo giró hacia él

– Mira rojito, – dijo con hartazgo empujándolo – será mejor que te largues, si Yume no te contó sobre mí, por algo será –

– Dudo que haya sido su idea irse contigo, ¡tú la sacaste de la escuela! – fue Yuriy quien lo empujó esta vez

– Deja de inventar cosas – nuevamente lo empujó – y lárgate de aquí, no eres bienvenido estúpido ricachón –

Yuriy se hartó de la actitud del platinado soltando el primer golpe el cual Boris no dudó en devolverlo comenzando así una pelea entre ambos.

– Estúpidos elitistas, sólo por que tienen dinero se sienten la gran cosa – Boris le dio un puñetazo al pelirrojo – ustedes no saben lo que es luchar por conseguir algo, todo lo tienen en bandeja de plata –

Yuriy separó a Boris de él empujándolo con el pie en su estómago para poder devolver los golpes.

– Claro que sé lo que es que te miren con desprecio y te nieguen las cosas sólo por vivir en las calles – Yuriy le soltó un puñetazo al platinado – ¿crees que no sé lo que es tener que trabajar el triple que los demás para poder conseguir algo? – Boris lo miró sorprendido de sus palabras

– ¿Qué carajos está pasando aquí? – finalmente salió Cloud a poner fin a la pelea – ¿Quién eres tú? – preguntó separándolos

– Es uno de esos niños ricos del internado que exigía saber sobre la pequeña — Boris fue quien respondió la pregunta del rubio mientras se ponía de pie

– ¿Sobre la pelirroja? ¿Eres algo de Yume? – se dirigió a Yuriy

– Este tipo la metió en problemas – señaló a Boris – al menos quiero saber qué su relación no le traerá más conflictos –

Boris pasó su mano de su frente a su cabello mirando a Cloud, se notaba su preocupación

– Te dije que debiste llevarla al hospital –

– ¡Ya sé, ya sé! – pateó un bote – sólo quería ayudarla – el platinado se puso sus manos en la cadera viendo el piso tratando – eso quiere decir que no está bien, ¿cierto? – preguntó en un tono más tranquilo

– No, aunque no he hablado con ella, es evidente que se la ha pasado llorando – el pelirrojo apretó sus puños

– Pero, ¿y sus golpes? – Boris se notaba preocupado

– ¿Golpes? Ella dijo que se cayó saltando la barda tratando de rescatar un gato atropellado – Cloud y Boris intercambiaron miradas, sabían que ella no contaría tan fácilmente que alguien la molestaba – ¿acaso alguien la golpeó? – se acercó a agarrar a Boris de la ropa – ¿viste quién fue? –

– Cálmate – Cloud hizo que Yuriy soltara al platinado – ella dijo que no tenía amigos, ¿por qué tanta insistencia? –

Sin dar oportunidad a que el pelirrojo respondiera, Boris respondió con un comentario al aire

– Para lo retraída que es la pequeña, su pretendiente es muy intenso – miró de forma divertida a Yuriy – te gusta la pequeña, ¿no rojito? – Yuriy se molestó con el comentario del platinado

– Eso a ti no te importa – respondió arisco

– Bueno rojito, a diferencia de ti, nosotros sí somos amigos de Yume, así que no dejaremos que un tipo presumido de ese horrible lugar la esté molestando – Boris se cruzó de brazos mirando al pelirrojo – ricachón – recordando sus palabras insinuando no haber tenido las cosas en bandeja de plata

– ¡Deja de compararme con esa gente! – Boris y Cloud intercambiaron una mirada

– ¿Cómo sabemos que en verdad te preocupas por ella? – agregó Cloud con un tono serio

– Ahh – Yuriy suspiró tratando de calmar su enojo – creo saber quién la ha estado molestando, pero nadie en la escuela dice nada, es como si lo encubrieran – apretó los puños frustrado – creo que él le hizo algo cuando desapareció de la escuela –

Cloud y Boris recordaron las palabras de la pelirroja «nada ni nadie puede tocarlo y él lo sabe».

– Además – Yuriy no estaba completamente seguro de querer hablar, pero por alguna razón sentía que podía confiar en ellos para ayudar a Yume – él maldito sabe que estoy en el internado gracias a una beca… –

Boris no lo dejó continuar y pese a la negativa del pelirrojo lo rodeó con un brazo por el hombro.

– Así que no eres un ricachón, bueno si en verdad quieres proteger a la pequeña, eres bienvenido aquí – lo soltó y puso su dedo índice en en el pecho del chico – pero más te vale no hacerle nada a mi pequeña amiga – el tono de Boris sonaba serio

– ¿Cómo carajos se hizo amiga de alguien como tú? – preguntó Yuriy manteniendo su postura seria quitando con molestia el dedo de Boris.

– Boris fue quien la encontró inconsciente y golpeada – Yuriy se sorprendió de conocer dicha información – pero en vez de llevarla al hospital, prefirió dejarla en la casa – Cloud hizo una pausa – aunque por poco tiempo en verdad parecía feliz… –

– Ahora dime algo rojito.. –

– ¡Deja de ponerme sobrenombres! Mi nombre es Yuriy, no rojito – el pelirrojo estaba bastante enojado por los chistes del platinado.

– Bueno, Yuriy – usó un tono algo burlón al decir su nombre – ¿Qué pasó cuando volvió a esa maldita escuela? – nuevamente Boris se veía serio y también preocupado

Yuriy contó que estaba castigada, que nadie en la escuela creía su historia sobre el gato atropellado y finalmente contó lo que su padre dijo frente a todos, haciendo que en su enojo Boris soltara un puñetazo a una de las ventanas rompiéndola y cortándose.

– ¿Qué te pasa Boris? Ahora tendremos que cambiar ese vidrio – Cloud también estaba molesto por lo que les había contado Yuriy – pero primero habrá que curar esa cortada –

Los tres entraron al taller, donde Cloud sacó antiséptico para limpiar la herida de Boris y vendarla, mientras Yuriy inspeccionaba un poco el lugar, notando el dibujo de ambos trabajando en el taller que estaba en el mostrador.

– Lo hizo la pequeña, aunque no parecía muy convencida cuando lo puse ahí – Boris se acercó moviendo un poco su mano vendada

Yuriy terminó pasando el día con ellos en el taller, fuera de las bromas de Boris, se sentía más cómodo hablando con ellos que con sus compañeros en la escuela. Cloud uso una tabla para cubrir de forma provisional el pedazo roto de vidrio.

En el transcurso de la tarde, entre la plática, Boris al ver más tranquilo a Yuriy decidió preguntarle.

– ¿Por qué no le has dicho a la pequeña que te gusta? Seguro te dirá que sí – aunque se molestó, esta vez se limitó a mirarlo seriamente – dudo que te de vergüenza decirle la verdad, ¿o no? –

– No es eso – Yuriy estaba recargado en la pared con los brazos cruzados, miraba hacia la entrada del taller – no sé por qué, siempre huye de mí cuando la veo –

Boris no pudo contener la carcajada ante el comentario, recordando lo tímida que es Yume.

– ¿Es broma? Hasta Cloud puede darse cuenta por qué huye de ti – Yuriy lo miraba molesto – es obvio que le gustas, deberías hablarle por que ella nunca lo hará con esa personalidad –

El pelirrojo no dijo nada, simplemente se retiró molesto y regresó al internado. Sabía que Yume sentía algo por él, se dio cuenta desde que vio los dibujos de la pelirroja en aquel cuaderno que aún no había podido devolverle, pero no entendía por qué tenía que huir cuando lo veía.

En la distancia la vio dirigiste a los dormitorios acompañada aún de ambos hermanos Kinomiya, Kai y Sergei, pensó un poco, quizás si ignoraba suficiente la personalidad del mayor de los hermanos podía acercarse a ella al ser invitado como siempre… aunque aún no sabía por qué Mitzy lo había llamado acosador antes de que Yume desapareciera de la escuela…

– Verás que todo estará bien, Yume chan, además, nos tienes a nosotros – Takao hablaba con su usual tono alegre tratando de animarla

– Ya deja de agobiarla, eres demasiado empalagoso – Mitzy miró al rubio – en verdad no sé cómo lo aguantas – Sergei mostró una sonrisa nerviosa mientras su hermano la miraba molesto

– No soy empa… – Takao se detuvo mirando hacia la entrada principal – Ivanov… –

Al escuchar aquel nombre, la pelirroja volteó nerviosa; Yuriy se limitó a mirarla dudando si decir algo o no. Yume se congeló en donde estaba, miró al pálido pelirrojo pensando en que él simplemente era perfecto, «me está viendo» pensó en el momento en que sus miradas se cruzaron, Yuriy se acercó lentamente para intentar entablar una conversación con ella; en los nervios de Yume al verlo acercarse y la vergüenza de todo lo que se decía de ella, lo que vieron y además saber que estaba completamente roja, supo que no había forma de que la viera como algo diferente a lo que todos decían sobre ella; el simple hecho de que la estuviera mirando la puso tan nerviosa que su pecho empezó a doler, sus piernas y manos temblaban sin control y su cuerpo parecía que dejaba de funcionar con lo que su cerebro estaba pensando, «huye, viene hacia acá», el pelirrojo seguía acercándose y Yume lo veía como si todo pasara en cámara lenta. Yume apretó sus manos contra su pecho sin poder alejar la mirada del pelirrojo, alguien hablaba, pero ella sólo podía escuchar su voz en su mente, «huye, ¡huye!». Yuriy dio un paso más y la pelirroja no resistió el sentir que su corazón palpitaba violentamente dentro de su pecho, finalmente pudo apretar sus ojos para dejar de verlo y concentrar su poca energía en sus piernas, Yume no se dio cuenta pero al hacerlo un par de lágrimas cayeron por su rostro, la pelirroja salió corriendo, pero al ir con los ojos cerrados no avanzó mucho antes de caer al suelo sin meter las manos.

Yuriy al verla intentar huir de él nuevamente, decidió no acercarse, Mitzy corrió a ayudarla a levantarse, Yume estaba llorando avergonzada cuando escucharon las burlas.

– Esa pelirroja es tan estúpida – los cuatro varones voltearon para ver a Emily abrazando a Garland acompañados de su pequeño grupo de amigos, todos burlándose

Yume empezó a llorar más, Mitzy la levantó y abrazó, miraba furiosa a Emily y su grupito.

– ¡Dejen de burlarse de ella! – gritó Mitzy, Kai Sergei y Takao se pararon frente a Mitzy y Yume tratando de hacer callar las risas

– Oye Ivanov, ¿por qué no levantas a tu novia, acaso están peleados porque se fue con otro varios días? – las palabras de Garland hicieron que Yume se recargara en Mitzy para llorar más fuerte

– Por favor, sácame de aquí – la pelirroja suplicó a la chica

– ¡Cállate Garland! – el grito del pelirrojo se ganó la mirada de todos, incluida Yume – deja de inventar cosas sobre ella –

– Di lo que quieras Ivanov, pero no puedes negar lo que ambos vimos el día que volvió, estaba abrazando a un chico mayor que ella que la trajo en una motocicleta – los chicos del grupito empezaron a murmurar.

– Una persona inocente no huiría de esa forma – recalcó Emily cuando Mitzy y Yume desaparecieron tras las puertas de los dormitorios – se tiene que ser muy tonto para creer sus mentiras, esa pelirroja es una cualquiera, hasta su padre lo dijo –

– Ya es suficiente, dejen de hablar así de ella – Takao trató de defenderla amenazando a Garland, pero Sergei simplemente lo cargó sobre su hombro para llevárselo

– No es posible que disfruten desprestigiar a alguien así, en algún momento se darán cuenta que Yume no es nada de lo que la gente dice – fueron las palabras de Sergei antes de retirarse cargando a Takao

Kai no dijo nada y se fue en silencio y Yuriy intercambió una mirada furiosa con la mirada burlona de superioridad de Garland, prefirió no decir más, pues todo lo que decía acababa perjudicando más a Yume gracias a las cosas que inventaba Garland y se retiró a los dormitorios de varones.

Una vez en su habitación, Yume se negó a salir, el domingo no se animó a salir ni a los dormitorios, pasó el día encerrada llorando. La pelirroja convenció a Mitzy de que saliera a hacer sus actividades de forma regular diciendo que sólo necesitaba espacio y que ella estaría bien.

– Vaya que te gusta hacerte la mártir cuando toda esta situación es culpa tuya – Yume se encontró de pronto con Emily, quien se había metido a su habitación aprovechando la ausencia de Mitzy

La peli naranja la jaló del cabello y la obligó a seguirla de buena manera fuera de los dormitorios, la llevó a la parte trasera del edificio, donde estaba un pequeño callejón sin usar, estaba cerrado pues conectaba las secciones entre la biblio, los dormitorios y el edificio principal con el exterior del internado, aunque solo cierto personal tenía acceso al lugar, pues era por donde sacaban la basura del instituto.

Emily la obligó a saltar la barda al callejón, donde finalmente quedaron fuera del alcance de todos, pero seguían dentro del territorio de la escuela; para desgracia de Yume, Garland las estaba esperando.

– Vaya, al fin la zorra de la escuela se digna a hablarnos – la «saludó» el moreno – es hora de tener una pequeña charla – Garland la aventó contra la pared cuidado quedar detrás de los contenedores de basura y no quedar a la vista si alguien decidía asomarse.

– Por favor… no he dicho nada y no lo… – Emily le soltó una bofetada haciéndola callar.

– Esto no solo se trata de que no hables – la miró con desprecio – tenías prohibido júntate con Kinomiya – Yume se asustó

– Ya que decidiste desaparecer toda la semana, he tenido que hacer todos mis trabajos pero hay uno muy importante que debo entregar mañana y tú te vas a encargar de hacerlo, ¿entiendes? – el moreno usó un tono amenazante con Yume – si lo haces bien y dejas de hablarle a ambos Kinomiya, quién sabe, quizá pueda convencer a director de dejarte salir los fines de semana – Yume lo miraba con atención – vaya, eso llamó tu atención – esbozó una sonrisa algo perversa – pediré que te levanten el castigo a cambio de que hagas mi reporte hoy y que no le hables a ninguno del grupo de los Kinomiya, incluido tu amado pelirrojo – Yume asintió en silencio recibiendo un papel con los detalles sobre el reporte que debía hacer

– ¿Qué estás esperando? ¡Lárgate a trabajar! – le gritó Emily y Yume salió corriendo a la biblioteca

Garland abrazó a Emily de la cintura y la besó satisfecho de recuperar su pequeña esclava

– Me encanta ver como la mandas, si la estúpida supiera que ya hiciste el trabajo – ambos empezaron a reír y Garland se llevó a Emily a la ciudad para divertirse mientras Yume pasaría haciendo un trabajo que él ya había realizado.

Yume entró a la biblioteca después de ir por sus cosas con un solo objetivo, hacer un reporte para Garland y así poder salir a ver a sus amigos; buscó los libros necesarios, abrió la carpeta donde guardaba hojas y comenzó a trabajar, al ser domingo, la biblioteca estaba vacía.

Takao al saber que Yume no estaría con ellos y que su hermana había decidido pasar el día con Kai lejos de él, aprovechó para estar con su novio. Si había algo que le gustaba a Takao de tener novio, era que podían estar juntos prácticamente todo el tiempo, pero en los dormitorios no tenían suficiente privacidad, aunque eso no había impedido que tuvieran encuentros intensos en los baños, regaderas y en la habitación. Pero Takao deseaba algo más, algo diferente salieron a la ciudad hasta llegar a las afueras de la misma, donde solo existían grandes campos verdes.

Apenas se alejaron de la vista de todos, Takao se lanzó a Sergei. Besos apasionados y caricias terminaron en ambos chicos desnudos casi al instante, Sergei recostó a su pequeño novio en el pasto, sabía lo que su novio deseaba, pues ambos anhelaban poder intimar sin preocuparse por hacer ruido o ser descubiertos.

Sergei comenzó con la preparación del cuerpo de Takao con sus dedos, Takao no tardo en comenzar a gemir, el rubio no tardó mucho en penetrar a su novio.

Por fin ambos podían hacerlo sin preocupación alguna, Sergei tomó a Takao en cuanta pose conocía, haciéndolo gritar como nunca lo había escuchado antes, el rubio simplemente estaba encantado con con escuchar la voz de Takao y él estaba encantado de poder disfrutar de toda la virilidad de su rubio sin importarles nada.

Ni siquiera la lluvia que comenzó a caer pudo detenerlos, ambos deseaban sexo sin limitaciones o preocupaciones y eso era justo lo que iban a tener.

Por su parte, Yuriy se había quedado en el instituto, aunque se sintió a gusto con Boris y Cloud, no deseaba que el platinado lo interrogara sobre Yume, menos después de lo que había sucedido cuando ella huyó nuevamente de él.

Aprovechando que prácticamente todos salían, Yuriy caminó por la escuela pensando cómo poder acercarse a Yume, sabía que ella sentía algo por él y entre tantas situaciones, había terminado interesándose en ella hasta el punto donde terminó gustándole, pero su primer beso no había terminado nada bien.

Al estar caminando sin rumbo alguno por las instalaciones, el pelirrojo trataba de encontrar una forma de hablarle a Yume, necesitaba un momento a solas con ella donde no escapara como siempre para poder decirle lo que sentía, fue regresado a la realidad al sentir las gotas caer sobre él, no lograría llegar a los dormitorios sin mojarse, pero afortunadamente para él, la biblioteca estaba cerca.

– ugh, tendré que esperar a que pase la lluvia –

Yuriy entró a la biblioteca sacudiendo un poco el agua del saco de su uniforme, había logrado llegar a resguardarse antes de que comenzara a llover con más fuerza. El pelirrojo caminó a la parte central del edificio, un buen libro lo ayudaría a pasar el rato.

Las mesas en el centro rodeadas por paredes cubiertas de libros, lo dejaron saber que estaba solo, con la mirada buscó un buen lugar aislado, quizá usaría uno de los pequeños sillones individuales, miró a su alrededor a la par que pensaba qué leer; alzó la vista, el barandal del segundo piso dejaba ver que tampoco había gente en el otro piso.

Al subir su atención fue robada cuando sus ojos descubrieron a la pelirroja con cuatro libros que apenas cabían en una pequeña mesa, pensó en acercarse e instintivamente dio un par de pasos hacia ella, hasta que notó que escribía algo y se le notaba atareada.

– Parece que hace alguna tarea –

Pensó el pelirrojo y sin perderla de vista tomó el primer libro que su mano alcanzó y se sentó casi de frente a ella, pero cuidando que no lo viera, pues no deseaba asustarla.

Realmente no estaba leyendo, la observaba, no sólo parecía atareada, lucía algo preocupada e incluso, si miraba con detalle sus ojos, pareciera estar a punto de llorar. Yuriy en verdad estaba luchando consigo mismo para no levantarse y sentarse con ella, la biblioteca vacía y con la lluvia que comenzaba a sonar más fuerte, era la oportunidad de al fin estar a solas con ella y lograr hablarle sin que lo evadiera.

Yuriy apretó el libro en su mano, se mentalizó, tenía que tomar la oportunidad; apenas se decidió vio que Yume empezó a guardar todos los libros de prisa, como si se le hiciera tarde, parecía estar a nada de llorar, en sus prisas casi tropezaba. Cayó un trueno tan fuerte que la hizo saltar, dejando caer sus hojas.

– No, no, no, no, no – la escuchó decir al recoger todo y meterlo en una carpeta gruesa, la pelirroja giró hacia el enorme domo de vidrio en el techo, al ver la intensidad de la lluvia apretó su carpeta contra su pecho, miro al suelo apretándola más a la par que cerraba con fuerza sus ojos. Para entonces, el pelirrojo ya estaba de pie recargado contra un librero sin dejarse ver, estaba preocupado por ella.

Yume respiró hondo y corrió hasta la entrada, seguida por Yuriy. La mano de la pelirroja empezó a temblar con la duda de abrir la puerta, miró el reloj y se obligó a tocar la manija; la mano de Ivanov se posó sobre su muñeca y le impidió abrir la puerta, se puso demasiado nerviosa al verlo y sentir su mano sobre la suya.

– ¿Qué estás haciendo? – retiró despacio la mano de Yume de la puerta – ¿acaso quieres enfermar? –

Yume apretó la carpeta recordando a Garland.

– Por favor, deja de meterte en mis cosas –

Yume salió corriendo de la biblioteca resguardando la carpeta. Casi cae al bajar las escaleras, corrió hasta el arco de madera con flores que mostraba la entrada a la biblioteca, pero no llegó lejos, Yuriy la jaló, la cubrió con su saco y la llevó contra un árbol.

La pelirroja levantó un poco el saco mojado, pero apenas notó la cercanía del cuerpo varonil frente a ella se ocultó bajo este soltándolo y abrazando con fuerza la carpeta.

– Me meto porque no me gusta verte así – Yuriy fue quien alzó el saco para dejarlo ver el rostro de Yume – eso que traes ahí, no es tarea tuya, ¿cierto? No tenemos reportes que entregar –

Yume estaba roja por la vergüenza de tener cerca a Ivanov, apretó la carpeta mirando en otra dirección.

– Yume… – el pelirrojo alzó el rostro de la pelirroja mientras su antebrazo derecho estaba recargado contra el árbol sujetando el saco para no dejar de resguardarla de la lluvia, pero tampoco dejarla esconderse. Sin soltar el rostro de la chica con su mano izquierda, pasó su dedo sobre su labio inferior.

Al verla tan cerca de nuevo, y ver aquella mirada asustada no pudo evitar acercarse más. Ambos ya con el uniforme empapado; al tener al pelirrojo tan cerca se percató que, bajo la camisa blanca y mojada, se marcaban los brazos del chico, la respiración de Yume se agitó al sentir un extraño y desconocido calor. Trató de poner una mano al frente para evitar que se acercara más, pero sólo logró sentir lo que ahora comenzaba a verse en la camisa, los pectorales marcados del pálido pelirrojo.

La respiración de Yuriy se agitó cuando al acercarse, notó que, pese a su saco, la camisa de Yume estaba tan mojada que se notaban el sostén y los pechos de la pelirroja. Se dio cuenta que Yume miraba y retiraba su mirada nerviosa de su cuerpo, soltó el saco.

– Yo también quiero ver lo que hay debajo de los uniformes –

Aquel tono puso tan nerviosa a Yume que tardó en reaccionar cuando Yuriy la abrazó juntando su cuerpo al de ella. Yume podía sentir cada músculo del chico contra ella, Yume se preguntaba por qué si el agua estaba tan fría al igual que el aire

– ¿Por qué hace tanto calor? –

Yuriy la apretó contra él en un movimiento que la hizo bajar el brazo que cargaba la carpeta mientras la otra mano no dejaba de tocar los pectorales del pelirrojo. No podía ver nada que no fuera el rostro del chico, quien la abraza con fuerza por la cintura, sintió una mano del chico subir sobre la ropa mojada, se acercaba a sus senos, instintivamente apretó sus dedos, sintiendo más el cuerpo de Yuriy, ambos estaban demasiado agitados, Yume trató de usar su otra mano sin soltar la carpeta, tenía que separarse de él.

Movió su brazo, aunque no tenía demasiada movilidad, cuando sintió algo duro pero que a su vez tenía cierta suavidad, estaba caliente y aunque todo estaba mojado sobre ellos, aquella sensación de humedad tenía una a temperatura diferente.

La cara de Yuriy cuando ella tocó lo que sea que hubiera tocado la puso muy nerviosa, pero su curiosidad la hizo tocar un poco más moviendo sólo un dedo, no soltaba ni soltaría la carpeta. Aquel pequeño dedo moviéndose causó un ruido muy extraño en el pelirrojo, quien respiraba más agitado acercando más su rostro al de ella. Yume sentía el calor en su mano y la carpeta… ¡la carpeta!

– ¡Garland! – dijo finalmente separando al pelirrojo y empezó a hablar sola mientras Yuriy sentía que le hervía la sangre al escuchar ese nombre – si no me doy prisa me va a… –

Yume no dijo más, se desmayó. Yuriy la atrapó antes de caer. Yume tenía el rostro rojo, le tocó la frente, estaba ardiendo en fiebre, la cargó hasta la enfermería donde llamaron su atención por su imprudencia y le ordenaron irse a bañar antes de que él también enfermara.

Llegó empapado, enojado y frustrado al dormitorio, llevaba la carpeta en la mano.

– ¡Tú! – señaló a Garland y se acercó furioso – eres un maldito – le puso la carpeta con fuerza contra el pecho – estarás contento, la hiciste enfermar por tener que entregarte esto –

– Vaya, ¿quién diría que Ivanov vendría a tratar de comprarme haciendo el reporte que yo ya hice? –

Yuriy quería golpearlo, pero Garland sabía que no le haría nada, en especial cuando su comentario llamó la atención de los varones y él quedaría como el único culpable.

– Creo que tu amada pelirroja no deja de pensar en mí – decía en voz baja al oído del chico – no te preocupes, es igual de buena obedeciendo en la cama –

– Eres un… – Yuriy lo sujetó del uniforme dispuesto a golpearlo, pero las voces de los varones lo hicieron reaccionar

– Agradezco que trataras de hacer mi trabajo, pero esto – sacó las hojas del folder y las rompió frente a todos – no es necesario, además de ser una terrible falta, pero no le diré a los profesores esta vez –

Yuriy estaba colérico pues no tardó en darse cuenta que había puesto a Yume a trabajar en algo que él ya había concluido, pero no podía hacer mucho, Garland había hecho que él pareciera molestar al moreno, se tuvo que retirar a su habitación, se quitó el uniforme mojado, estaba demasiado enojado.

El pelirrojo entro a la regadera tratando de calmarse, al sentir el agua tibia y relajante, comenzó a recordar su encuentro con la pelirroja lo cual le provocó una erección, en especial cuando recordó los senos de Yume atrapados en el sostén, completamente mojados, parecían grandes, recordó la sensación del pequeño dedo de Yume acariciando su pene y no aguantó más, tuvo que masturbarse, se tocó pensando en el día que Yume le permitiera acercarse a él, ahora más que nunca, el pelirrojo deseaba estar con ella y en algún punto lograr ver lo que su uniforme escondía; el simple hecho de imaginar cómo sería el cuerpo de Yume lo excitó tanto que eyaculó; el pelirrojo terminó de bañarse y regresó a su cuarto, cerró con llave y sacó escondido entre sus cosas el cuaderno de Yume donde lo lo había dibujado.

– ¿Por qué no me dejas acercarme? –

El pelirrojo escondió de nuevo el cuaderno y se tiró en la cama, no pudo dejar de pensar en Yume, imaginaba el día en que pudiera caminar con ella e incluso tomarle la mano, besarla de nuevo, se preparó para dormir antes de que sus pensamientos siguieran subiendo de nivel.