El fin de semana estaba cerca y antes de que iniciaran las clases, llamaron a Yume para informarle que gracias al incidente con Emily «algunos alumnos» habían pedido retirarle el castigo.

– Parece que tiene amigos influyentes, señorita Arakawa –

Aunque agradecía poder salir, le preocupó cuando le dieron a entender que Garland fue quien pidió retirar su castigo, pues fuera de la escuela sería más fácil para él «cobrarle» a Yume.

Mientras hacían planes para el fin de semana durante el descanso, Mitzy mencionó que debían divertirse pues los exámenes empezarían la siguiente semana, aunque su hermano no podría salir, invitaron a Yume. La pelirroja a pesar de temer, deseaba ir a visitar a sus amigos, quizá poder salir la ayudaría a estar segura si permanecía con ellos.

– Ya que no puedes salir, ¿quieres que te traigamos algo? – preguntó Yume

Takao se levantó a abrazarla agradecido con ella, aunque Yume se sonrojó y le dio algo de vergüenza, no pudo evitar sonreír feliz al saber que tenía un nuevo amigo.

Yuriy seguía sin sentirse cómodo perteneciendo al grupo de aquel chico escandaloso, aunque desde que Sergei no estaba, Takao estaba inusualmente callado haciéndolo más tolerable. El pelirrojo se separó del grupo antes, como siempre, para volver por su cuenta a los dormitorios y evitar escuchar al chico seguir llorando la ausencia del rubio.

Para su mala fortuna, regresó para ver a Garland acostado boca arriba con un brazo atrás de su cabeza y con una pierna cruzada, el moreno fingió no hacer caso al pelirrojo mirando girar la página del libro que estaba leyendo. Yuriy pese a su molestia de verlo, recordar que pasaría el fin de semana con la pelirroja (y los demás) lo ayudó a tratar de tolerar su existencia.

– Ah – exclamó Garland estirándose mientras dejaba su libro – necesito un baño – parecía estar pensando en voz alta – tengo que verme bien para que cuando le pida salir conmigo, Yume acepte – dijo pasando al lado de Yuriy riendo de forma burlona

– ¿Qué dijiste? – Yuriy lo sujetó de la ropa llevándolo contra la pared

– ¿Qué pasa Ivanov? – le sonrió de forma burlona – no me dirás que te molesta la competencia – Yuriy apretó con más fuerza la camisa del moreno sin darle espacio – sabes que ella hará lo que yo diga – Garland apretó las manos de Yuriy – si le digo me mostrará su asqueroso cuerpo – Garland le soltó una mirada altanera – tal como lo hizo ayer – dijo para hacer enojar al pelirrojo

– Eres un maldito – Yuriy soltó un puñetazo hacia Garland, el moreno lo esquivó y lo devolvió con una gran habilidad y fuerza al estómago del pelirrojo

– No lo arruines, Ivanov – retomó su camino hacia la puerta donde se detuvo para terminar – tengo algo muy especial para esa cosa asquerosa que tanto te gusta, así que, por favor, controla tu temperamento –

Yuriy estaba furioso al recordar que Yume parecía feliz cuando Garland se había «disculpado» y ahora admitía indirectamente que había sido mentira. Cuando volvió de bañarse ignoró a Yuriy, el moreno tenía su propio plan en mente para Yume y Yuriy el fin de semana, aunque disfrutaba las miradas de odio del pelirrojo.

En la mañana, Yuriy se alistó para salir, se percató que Garland no había vuelto de su entrenamiento habitual de las mañanas, salió revisando que en efecto no estuviera y al no verlo se sentía más tranquilo, en la fuente ya estaba Kai esperando a las chicas. Ambos se miraron en silencio, realmente no tenían mucho en común además de no agradarles Takao.

– Hola bebé – Mitzy llegó saludando a Kai seguida de una temerosa pelirroja que trataba de ocultarse al entender que saldrían los cuatro y pasaría tiempo con el pelirrojo

– Vamos – dijo Kai sin mucho entusiasmo

Mitzy les pidió a los dos chicos ir por las cosas que encargó su hermano, aunque no deseaban hacerlo insistió, pues Yume le había pedido en privado que por favor la acompañara donde sus amigos.

Al separarse, Yume le indicó el camino hacia el taller de los chicos, Mitzy miraba con algo de disgusto la zona, pues pese a que la ciudad en general era del mismo estatus, la zona a las orillas no se veía tan «normal».

– ¡Pequeña! – la voz de Boris hizo voltear a ambas chicas

Aunque Yume se había emocionado de ver al platinado, su personalidad le impidió mostrar su verdadero entusiasmo

– Veo que hoy vienes acompañada – Yume asintió en silencio un tanto avergonzada – hola preciosa – Boris se acercó a Mitzy con una sonrisa coqueta tratando de verse bien

– ugh – Mitzy lo miró con desaprobación y con cierto asco, además de molestarle su coquetería al creer que ese era el chico que a Yume le gustaba – no te me acerques, estás todo sucio –

– Vaya, tu amiga sí es una de esas odiosas princesitas elitistas del internado – Mitzy lo miró con molestia

– ¿Tan temprano ya vas a pelearte con esa gente odiosa? Déjal… –Cloud salió para calmar a Boris, pero al ver en dirección a las chicas se quedó callado

Cloud se quedó parado donde estaba sin poder decir nada al ver a la pelirroja y su acompañante, quien ahora había cruzado los brazos mirando con desaprobación total no sólo a Boris, también el lugar.

Mitzy miró al rubio, pese a su ropa tan común y también estar sucio al estar trabajando en las motocicletas, lejos de mirarlo con asco como a Boris, no pudo dejar de ver sus ojos, pero sobretodo, sus brazos perfectamente marcados y bien definidos.

– Hola – Mitzy jugó con su cabello de forma coqueta – soy Mitsuki Kinomiya, amiga de Yume, pero puedes llamarme Mitzy – le sonrió al rubio

– Soy Cloud Strife – dejó la herramienta que llevaba en la mano y se limpió con un trapo – él es Boris – lo señaló con ambas manos aún limpiando su mano – pasen –

Boris miraba lo extraño que se comportaba Cloud y Yume miraba con duda a Mitzy, quien usualmente solía ser un tanto fría al dirigirse a los demás

– Mitzy – la voz hizo reaccionar a la chica quien sin darse cuenta se había acercado bastante al rubio y ambos se miraban – ¿qué están haciendo en este lugar? aquí está lo que pidió tu hermano, ahora vámonos –

Kai tomó la mano de su novia y tanto él como Cloud intercambiaron una mirada que parecía lanzar fuego, ambos se veían enojados.

– No seas descortés, Kai, no podemos dejar así a Yume – Mitzy miró a Cloud

– Se supone tendríamos nuestra cita hoy – miró al rubio y abrazó a Mitzy de la cintura jalándola hacia él – más ahora que tu familia aceptó que seamos novios –

Kai enfatizó en la palabra novios para hacerle ver a Cloud que no tenía oportunidad con Mitzy, para quien escucharlo también se volvió recordatorio, si bien era feliz con ser la novia de Kai, por alguna razón le molestó el comentario.

– Boris – Cloud miró al platinado – iré a probar la moto, estás a cargo mientras vuelvo – el rubio salió sin dar explicaciones

Mitzy miró como Cloud montó la motocicleta con gran naturalidad, se colocó el casco y salió. Kai detestaba la forma en que su novia miraba al chico, quien era visiblemente mayor a ambos.

El platinado no podía creer la actitud de Cloud, era la primera vez que lo veía no sólo interesado en una chica, pues siempre parecía ser un tema sin relevancia para él, pero no podía ignorar los evidentes celos al saber que la chica tenía novio.

– Espero no se lastime probando la motocicleta – Yume sonaba preocupada – me pregunto si todo estará bien –

Las palabras de la pelirroja causaron que los cuatro la voltearan a ver con cierta duda, al ver que fue la única que no se percató de los celos de ambos chicos.

– Vamos pequeña – Boris aprovechó para cambiar el tema – sabes que no tiene problemas para conducir, estará bien – jugó con su cabello mientras le sonrió – es bueno ver que te levantaron el castigo – Yume se sonrojó y asintió con una leve sonrisa

Yume comenzó a hablar con el platinado con más confianza de la que los demás habían visto en la escuela, se notaba que se sentía cómoda con él; esta vez fue Yuriy quien sintió los celos recorrer su cuerpo al recordar como huía siempre de él.

– Vamos – Kai movió la mano de Mitzy para hacerla reaccionar e irse antes de que volviera el rubio

– ah… sí claro… – respondió reaccionando a las palabras de Kai aún sorprendida por el cambio de la pelirroja – Yume, ¿estarás bien? –

La pelirroja la miró y con una sonrisa que nadie había visto en ella antes asintió y se despidió de Mitzy agitando su mano.

– Y bien, ¿quieren hacer algo hoy? –

La pregunta hizo a Yume dudar un segundo, hasta que entendió el porqué del plural, volteando despacio para ver al pelirrojo; Yuriy tenía una expresión no sólo seria, también se notaba algo molesto y aunque esa mirada le causó una sensación extraña a Yume, al saber que estaría con él (y Boris) su nerviosismo volvió, se retrajo temblando un poco

– ¿Qué pasa pequeña? – Boris notó de inmediato la reacción de la pelirroja – ¿acaso el rojito no es de tu grupo de amigos? –

– ¡Te dije que no me pusieras apodos! – reclamó enojado Yuriy

Yume antes de poder preguntarse por qué Boris le hablaba tan amistosamente a Yuriy, se espantó con el grito del pelirrojo al reclamar por el apodo, casi como un reflejo corrió a esconderse asustada atrás de Boris, Yuriy se trató de calmar al ver que la asustó, pero seguía molesto de ver la confianza que la chica le tenía al platinado.

– Tampoco es para que te pongas así – Boris rascó su oído haciendo con un gesto sarcástico como si el reclamo fuer a dejarlo sordo – mira lo que provocaste – le sostuvo la mirada un tanto seria, ambos entendieron que se refería a Yume

– ¿Se lastimó tu oído? – la pelirroja sonaba y se veía bastante preocupada

Ni Yuriy ni Boris podían creer que en verdad creyera que el oído del platinado estaba lastimado

– Por supuesto que no, pequeña – le sonrió para calmarla – soy más resistente que eso – el rostro de Yume mostró alivio, aunque miró a Yuriy con preocupación, como si quisiera decirle que no lo hiciera de nuevo, pero a la vez parecía temerle al chico.

– Mejor, cuéntame cómo sigues de tus heridas – Boris trató de cambiar el tema

Yume se puso nerviosa al recordar que Boris y Cloud eran a los únicos a quienes de alguna manera les contó que Garland la «regañaba», pero escuchar el comentario frente al pelirrojo la puso nerviosa. Explicó que ya estaba bien

– Genial – exclamó y caminó para ponerse atrás del mostrador, donde recargó su cara sobre su mano – por cierto, ¿es cierto que expulsaron a alguien? Escuchamos a algunas personas hablando de eso el otro día –

Boris preguntó con curiosidad, pues era raro que hubiera algún «escándalo» en el internado gracias a su reputación y al estatus social de su alumnado.

El pelirrojo arqueó una ceja mirando cuando el platinado quiso saber sobre lo sucedido con Emily; Yume por su lado se puso nerviosa al recordar la razón por la que Emily fue expulsada

– E… es verdad – tartamudeó y comenzó a contar lo sucedido

La voz de Yume se quebró en algunas partes, como cuando le robaron su plaquita o cuando la recuperó cuando la daba por perdida

– Lo tenía bien merecido entonces – Boris estaba tan furioso que golpeó sobre la madera del mostrador – dime pequeña, ¿fue ella de quien nos contaste? –

La pregunta causó cierta sorpresa en el pelirrojo al ver que no sólo Yume parecía cómoda con Boris, le había confiado a él y al rubio lo que a ellos les negaba en el instituto. Yume por otro lado, se retrajo

– No… – apretó su larga falda – bueno… en parte… –

Al decir aquellas palabras la pelirroja recordó de golpe a Garland y sus nuevas «reglas», el miedo a lo que pudiera hacerle el moreno la atacó abruptamente e inevitablemente comenzó a llorar llevando sus manos a su rostro, preocupando a ambos chicos.

– ¿Qué pasó, pequeña? – Boris se acercó deprisa – ¿por qué lloras así? –

El platinado preguntó lo que Yuriy también deseaba saber, pero lo que hizo Yume lo desconcertó y causó otra ola de celos en él, Yume no dijo nada y abrazó a Boris antes de soltarse llorando apretando la ropa del platinado quien devolvió el abrazo a la pelirroja.

Yume no pudo contar nada más, no sólo por no desear recordar más del asunto, también por miedo a las fuertes amenazas del moreno hacia ella y Yuriy.

Mientras Yume era consolada por Boris y Yuriy estaba molesto tanto por los celos como por las sospechas que ya tenía hacia Garland; el moreno, quien ahora se encontraba solo en la habitación que compartía con el pelirrojo, decidió comenzar con su plan para el par de pelirrojos.

– Veamos si con esto – Garland sacó el cuaderno de dibujo que Yuriy mantenía escondido – esa tonta de Arakawa te deja acercarte –

Garland sonrió sólo de imaginar la cara de Yume cuando culpara a Yuriy, sabía lo manipulable que era y lo usaría a su favor para que ella desconfiara del pelirrojo e incluso lo culpara.

El plan de Garland, requirió primero sacar algunas fotocopias al cuaderno, cuidó no sacar de los dibujos donde la pelirroja había hecho los retratos de Yuriy. Una vez que tuvo lo que necesitaba, se encargó de dejar el cuaderno donde estaba y llevó las fotocopias con el alumno más importante para el taller de artes, Olivier Bohringer.

– Vaya, es raro verte aquí – Olivier estaba acomodando los trabajos de varios alumnos para una pequeña exhibición en la escuela como parte de sus evaluaciones

– No tengo tiempo para tu sarcasmo, Bohringer. Necesito que revises esto –

Olivier no estaba cómodo con la presencia de Garland, pues en situaciones anteriores, había tenido algunos roces con el moreno, pero este se había salido con la suya varias veces. Garland explicó (exigió) que marcara todos los errores en cada dibujo.

– ¿Acaso tu familia no pudo pagar tu nota en artes plásticas? – el peli verde comentó sin mirar los dibujos

– Será mejor que cuides tu tono – Garland puso con fuerza las hojas contra el pecho de Olivier – ahora, ¡revísalo! – el comentario de Olivier había hecho enojar al moreno

Sin mucho ánimo, Olivier tomó las hojas, prefería evitar cualquier futuro problema con él.

– Vaya, son bastante buenos, con algunos detalles, pero tienen potencial – la reacción hizo enojar a Garland – no sabía que tenías habilidades que de verdad valían la pena –

– ¡Cállate, Bohringer! – lo sujetó de la ropa – haz las malditas anotaciones antes de que colmes mi paciencia –

Olivier estaba molesto con aquella actitud, se zafó y sin decir más escribió las anotaciones sobre los errores en cada dibujo

– Ten – regresó las hijas al moreno sin mucho entusiasmo – ahora vete, a diferencia de ti, tengo mucho trabajo que hacer –

Garland salió con las hojas y se dirigió a su pequeño grupo, quienes más que amigos, eran quienes buscando mantenerse fuera de tener un conflicto con él, lo seguían y ayudaban, en especial cuando se trataba de hacerle la vida miserable a alguien del internado, como lobera la «presa» favorita de Garland, Yume.

Mientras el plan de Garland para hacer que Yume desconfiara de Yuriy tomaba forma, afuera del internado, Kai, aún celoso y molesto de ver que su novia parecía seguir pensando en aquel chico rubio en el taller, una vez suficientemente lejos del taller, la llevó a una zona menos concurrida y comenzó a besarla.

En principio, Mitzy no estaba de humor para la atención de Kai, pero su novio supo distraerla y convencerla de olvidarse (por el momento) de aquel chico ajeno a lo que ambos consideraban aceptable.

Después de la noche en que Kai había visitado a Mitzy para consolarla, ambos chicos solían cargar con protección, pues a ambos les era casi imposible mantenerse «tranquilos» y terminaban necesitando más de uno.

Esa vez, no fue la excepción, Kai tomó a su novia, quien se permitía perderse entre los brazos de Kai quien la cargaba para hacer lo que ambos tanto disfrutaban, Mitzy mordió el hombro de su novio en una zona en la que el uniforme cubriría la marca que le dejó al morderlo mientras disfrutaba lo que Kai le daba. Al menos durante el resto del día, Kai logró que Mitzy dejara de pensar en el amigo de la pelirroja.

Boris por su parte, trató de que Yume pudiera hablar con el pelirrojo, quien al ver lo nerviosa que su presencia la ponía, terminó por irse mejor.

– ¿Qué pasa, pequeña? – le preguntó después de que Yuriy se marchara – creí que el rojito te gustaba –

Yume se puso tan nerviosa con las palabras de Boris que su cara se puso demasiado roja y tapó su cara, asintiendo en silencio llena de vergüenza. Boris preguntó que entonces por qué no hablaba con él.

– Me… me da demasiada vergüenza… – la inseguridad de Yume se notaba demasiado – Ivanov es tan… – Yume se sonrojó más aún y mostró una pequeña sonrisa – es tan perfecto y yo – su rostro cambió mostrando tristeza y sus ojos vidriosos – soy tan fea – Boris iba a decirle que eso no era verdad pero las palabras de Yume lo dejaron atónito – es como dice él… soy una desgracia y mi cuerpo es asqueroso, ¿quién querría estar con alguien como yo? – Yume se soltó llorando

Boris abrazó a Yume para ayudarla a calmarse, la pelirroja se aferró a él tratando de calmarse, pero no podía dejar de llorar, pasó un rato hasta que lentamente empezó a calmarse un poco.

– Pequeña, ese al que mencionaste… – la separó con cuidado para mirarla a los ojos – es el que te golpeó, ¿cierto? –

Boris miraba serio a la pelirroja, en quien pudo notar como su cara mostró en un instante terror al saber «su secreto» con Garlan descubierto.

– Por favor, no le digas a nadie, te lo ruego – Boris deseaba ir a golpear a quien era responsable, pero las suplicas de Yume siguieron

– Tranquila pequeña, todo estará bien – trataba de calmar a la pelirroja

– No, no lo estará – se notaba lo aterrada y desesperada que estaba – por favor, prométeme que no le dirás a nadie – agarró la ropa de Boris con desesperación – por favor – una lágrima cayó por su rostro – por favor –

– Está bien, no diré nada a nadie, pero cuando tengas problemas con él, tienes que decirme, yo te ayudaré, ¿al menos me dirás cómo se llamaba ese desgraciado? –

– Perdón, pero no puedo hacer eso, si se entera que alguien sabe… – Yume se abrazó temblando aterrada; Boris trató de abrazarla para que se calmara – ¡no! – empujó a Boris y lo miró llorando – perdón –

Yume huyó del taller y regresó a la escuela dejando a Boris molesto de saber que alguien la estaba molestando y no sólo eso, quien fuera tenía a Yume completamente aterrorizada, no entendía cómo o por qué la pelirroja le temía de aquel modo a un chico.

Apenas la pelirroja volvió a la escuela, se aseguró que Garland no estuviera en la fuente, al ver que podía pasar sin encontrarlo, se mentalizó para correr sin mirar a nada ni nadie hasta entrar a los dormitorios, una vez ahí, no volvió a salir hasta el lunes que comenzaron las clases.

Después de que se había marchado sin decir nada después de notar que Yume parecía tenerle miedo, Yuriy había pensado en volver a la escuela, pero de imaginar que se encontrara a Garland prefirió caminar hasta calmarse. Aún no sabía bien por qué no podía dejar de pensar en aquella chica tímida que apenas y hablaba, quizá simplemente no le gustaba a la pelirroja y al ser tímida no tenía las palabras para decirle que no le interesaba; el recuerdo de los retratos que la chica había hecho en su cuaderno de dibujo llegaron a él, ¿por qué lo había dibujado? La tarde del pelirrojo y gran parte de su fin de semana transcurrió así, tratando de entender aquella situación.

Cuando Mitzy volvió al dormitorio después de pasar el día con su novio, trató de saludar a la pelirroja, pero a pesar de ser temprano, ella estaba dormida, Mitzy se bañó y se preparó para hacer lo mismo, estaba exhausta de todo lo que ella y Kai habían hecho.

Por su lado, Garland ignoró a Yuriy cuando lo vio volver, se limitó a seguir estudiando para los exámenes, además, su plan ya estaba en marcha y pronto Yume no querría saber nada del pelirrojo.

El domingo nadie tuvo permiso de salir, pues los exámenes comenzarían el lunes y los alumnos debían dormir temprano, algunos alumnos descansaron y la gran mayoría paso el día repasando, o lo intentaban, como era el caso de Kai, a quien Takao no lo dejaba de interrogar para saber qué pasó mientras él no pudo salir con ellos, pero después de horas de insistencia, Kai se fue a un lugar aislado para no ver más al chico quien triste comió los dulces que pidió le compraran, no podía creer que apenas era la primera semana si. Sergei y le esperaban tres más sin su novio.

Cuando finalmente llegó el lunes, todos los alumnos llegaron puntuales al edificio principal para asistir a sus clases; Mitzy iba con Yume diciéndole que estaba segura que a ambas les iría bien en sus notas.

La pelirroja estaba más tranquila y estaba lista para sus exámenes, cuando al entrar al edificio principal vio lo que todos los alumnos ya habían notado. Los dibujos de Yume estaban por toda la escuela, si bien no decía que eran suyos, tenían anotaciones sobre los errores en cada uno con una letras grandes como titulares con un horrible mensaje: «Los peores dibujos del instituto, la vergüenza de Bradford». Yume sentía que todos la miraban y se burlaban de ella.

– ¿Quién pudo hacer algo tan cruel? – dijo Mitzy mirando los dibujos

Yume no pudo responderle y corrió al aula tratando de esconderse al sentirse exhibida. Antes de llegar a su salón chocó con Yuriy quien llevaba uno de los dibujos en la mano, lo había arrancado para tirarlo, pero Yume al verlo con el dibujo recordó que el último lugar donde vio su cuaderno, fue en manos de Yuriy cuando intentó devolvérselo.

Cuando el pelirrojo relacionó por qué Yume lo miraba de esa forma, intentó decirle que no tuvo nada que ver con ello, pero para la pelirroja él era el responsable.

– Esto es inaudito – la voz que ambos pelirrojos reconocieron los hizo voltear – estos trabajos son muy buenos y tienen potencial – Garland estaba quitando los dibujos mientras repetía lo que había dicho Olivier sobre los dibujos – nadie merece ser exhibido de esta forma –

Yuriy se molestó a ver como Yume miraba aliviada a Garland mientras retiraba los dibujos. Garland miró en dirección a ambos pelirrojos, poniendo nerviosa a Yume recordando las amenazas.

– Hola Yume, no te ves bien hoy – Garland sonaba preocupado – ¿puedes creer lo que hicieron? Quien hizo estos dibujos tiene talento, me gustaría conocer a la persona que los hizo – el moreno en verdad parecía molesto por lo sucedido mientras retiraba y tiraba otro dibujo – deberías ir a la enfermería, me preocupa que no te ves nada bien –

– Aléjate de ella, Siebald – Yuriy sonaba bastante molesto

– ¿Qué te pasa Ivanov? Estoy preocupado por ella, no se ve nada bien, no la estoy molestando – el moreno miró a Yume – o, ¿acaso te incomodé? –

Yume miró a ambos chicos, ver a Yuriy además de los nervios, sentía que él era el responsable de pegar sus dibujos por todos lados y Garland simplemente la aterraba con sus amenazas, pero negó con la cabeza a la pregunta del moreno.

Varios alumnos se habían percatado de la pequeña riña entre Garland y Yuriy, incluidos ambos hermanos Kinomiya, quienes también dudaban del tono amable se Garland, pero parecía que Yuriy era el que estaba iniciando algún pleito con el moreno, quien aprovechando que varios alumnos lo miraban agregó

– Yume, ¿aceptarías salir en una cita conmigo cuando terminen los exámenes? – Yume se sonrojó al ser el centro de atención

– ¿Desde cuándo te interesas por ella? – Yuriy se interpuso entre ellos parándose frente a la pelirroja

Los alumnos empezaron a hablar del evidente interés de ambos chicos por la pelirroja, quien estaba nerviosa.

– Por… – la voz de Yume sonó casi como un suspiro y ambos chicos voltearon a verla – por favor deja de meterte en mis cosas, Ivanov, te he pedido que ya no me molestes – Yuriy lo miraba con did y Garland trataba de no sonreír a la reacción del pelirrojo, la voz de Yume se quebró un poco – eres muy cruel, por favor déjame en paz –

– ¿Qué? – Yuriy se sentía indignado – ¿se puede saber qué hice para que prefieras a este tipo? – la mirada de Yuriy está llena de enojo

– Ya la escuchaste, Ivanov, aléjate de Yume – Garland no perdió la oportunidad de abrazarla frente a los demás sabiendo que no podía negarle nada a él

Frustrado y enojado, el pelirrojo miro a la chica de nuevo quien se dejaba abrazar por Garland, entró a su salón sin decir más. Elo moreno rodeó a Yume entre sus brazos.

– Más vale que esta vez respondas – Yume empezó a temblar al escucharlo susurrarle al oído de aquella forma

Garland separó un poco a Yume y le tomó las manos para repetir con un tono gentil a la chica

– Ahora que Ivanov ya no te molesta, ¿aceptarás tener una cita conmigo el viernes después de clases? – Garland apretaba un poco las manos de Yume para recordarle su lugar y la pelirroja solamente asintió en silencio.

En el almuerzo Yuriy se mantuvo lejos del grupo pese a la insistencia de Takao, quien lo miraba en la distancia preguntando lo que había pasado, pero Yume no dijo nada.

Fue hasta la noche, cuando Mitzy y Yume estuvieron solas en la habitación, que finalmente la pelirroja no aguantó más sus lágrimas mientras se preparaba para dormir.

– ¿Qué pasa, Yume? ¿Por qué lloras? – Mitzy se acercó recibiendo un inesperado abrazo

– Mis dibujos… eran los que estaban por toda la escuela – abrazó a Mitzy con más fuerza para agregar – Ivanov era quien tenía mi cuaderno… –

– ¿Estás diciendo que el pelirrojo fue quien lo hizo? – la separó para secarle un poco las lágrimas – esta vez me las va a pagar – Mitzy cerró el puño enojada – ¿pero y ese tal Garland? –

La pregunta detuvo las lágrimas de Yume, quien nerviosa no sabía cómo evitar revelar más de lo necesario como con Boris

– Yo, bueno… – la pelirroja se armó de valor para decir las palabras que no tenían nada de verdad, pero que esperaba sirvieran para evitar más preguntas – creo que me gusta… –

Mitzy dudó, pues creía que le gustaba Boris o Yuriy, pero viendo como Yume parecía no querer saber nada del pelirrojo, creyó haber malinterpretado todo.

– ¿Entonces en verdad te gustaba el novio de Emily? – Yume no esperaba esa pregunta

– N… no es eso, pero desde lo que pasó ha sido amable conmigo y ahora me pidió una cita – apretó su ropa al recordar lo que podría hacerle Garland

– Es cierto, parece que desde que esa tipa se fue, ese chico ha cambiado – agarró la cara de Yume de los cachetes para verla a los ojos – pero si trata de hacerte algo, no dudes en decirme, no dejaré que te pase nada –

La pelirroja sonrió triste sabiendo que nadie podría evitar que cuando el moreno lo deseara, ella no tendría más opción que hacer lo que él le dijera, pero igual agradeció las palabras de la chica.

La semana de exámenes pasó sin grandes percances, además de las miradas de Yume al pelirrojo, se notaba que lo culpaba por lo sucedido con los dibujos, pero el chico no había encontrado nada raro en sus cosas que le dijera quién había agarrado sus cosas, pues todo estaba en su lugar.

– Al fin viernes, el último día de exámenes – Garland acomodó su uniforme – hoy será un buen día – miró a Yuriy – quizá hoy incluso tenga algo de sexo en mi cita –

– Más vale que no la toques o… – Yuriy volteó a reclamar furioso

– ¿O qué harás, Ivanov? – mostró una risa burlona – ¿le hablarás para que te vuelva a decir que te largues de su vida o volverás a tratar de golpearme? – remarcó que el pelirrojo estaba listo para lanzar un golpe – te diré un par de cosas, Ivanov, si quieres golpearme, primero deberías saber que soy un experto en diferentes técnicas de artes marciales y – el moreno lo miró con satisfacción – cuando yo le diga a esa asquerosa pelirroja que se desnude para mi de nuevo, lo hará por que ahora culpa a su querido príncipe azul y sabe que no puede desobedecerme –

– ¿Qué dijiste? – Yuriy se paró frente a Garland – Tú fuiste quien pegó sus dibujos, ¿no es así? – picó con su índice el pecho del moreno exigiendo una respuesta

– No sé de qué hablas – sujetó con fuerza la muñeca del pelirrojo y apretó – pero mientras ella te culpe, nadie impedirá que haga lo que quiera con ella – el pelirrojo afiló la mirada en Garland mientras trataba de zafarse usando su otra mano – no te preocupes, no te pierdes de gran cosa, a menos que te gusten las chicas con pechos grandes – dobló el brazo de Yuriy para empujar el rostro del pelirrojo contra la pared – dejaré que te imagines todo lo que haré hoy con tu preciada pelirroja – soltó al pelirrojo antes de retirarse riendo al burlarse de Yuriy.

El pelirrojo trató de mantener a su vista a Yume todo el día para vigilar que Garland no le hiciera nada, incluso cuando pasó por ella al salón y todos los miraron, los siguió.

– Bien Yume – el moreno la rodeo por el hombro – hoy sólo me volverás a dar atención con tu boca – se detuvieron y la paró frente a él

Garland se aseguró que siguieran a la vista de los alumnos y sobretodo, de Ivanov.

– A menos que quieras que hoy te enseñe lo que es tener sexo – Yume sintió terror con la idea – responderás cuando te bese y pase lo que pase caminaras conmigo de la mano, ¿entendiste? – Yume asintió con miedo

El moreno se aseguró que Yuriy tuviera una buena vista, puso su mano en la cara de Yume y la besó usando su lengua, Yume tenía miedo y vergüenza, pero ese beso aseguraría que Garland no la obligaría a tener relaciones con él, así que respondió el beso creyendo que nadie los miraba. El moreno se aseguró de usar sus manos para acomodar la cata de la chica y sin dejar de besarla fue bajando sus manos hasta tomarla de ambas manos, fue ahí que se separó, le sonrió con satisfacción al ver lo obediente que era, sin soltarle la mano, volteó a un lado para decir.

– ¿Necesitabas algo, Ivanov? – la sonrisa burlona de Garland se acentuó al sentir como Yume apretó su mano al notar al pelirrojo, sus amigos y varios estudiantes mirándolos – interrumpes nuestra cita –

Yuriy miró enojado a Yume quien no pudo sostenerle la mirada, el pelirrojo dio media vuelta y se fue, empujando a Takao quien se acercó a preguntarle qué estaba haciendo Yume. La pelirroja hizo una pequeña reverencia con la cabeza a su pequeño grupo de siempre disculpándose antes de irse con Garland.

Mientras la escuela hablaba del beso, Garland la llevó lejos de todos a donde estaban los árboles cerca de los establos de los caballos.

– Deja de llorar – jaló la mano de Yume indicándole que se hincara – sabes cual es el precio, así que date prisa, no querrás que alguien te vea, ¿o sí? –

Yume, aún sollozando, abrió el cinturón de Garland y con miedo bajó su cierre, el moreno por medio de órdenes gritos y regaños le dijo qué y cómo hacerlo para complacerlo, Yume tuvo que seguir sus instrucciones, incluso cuando le pidió abrir su blusa y mostrarle sus senos. Garland pasó su miembro entre ellos mientras obligó a que la pelirroja siguiera dándole atención con la boca; cuando Garland la agarró del cabello y empezó a empujarla sin importarle que sintiera que ella se ahogaba, fue cuando eyaculó en el fondo de su boca forzándola a bebérselo todo.

– No estuvo tan mal esta vez – el moreno acomodo su pantalón – imagina que tu premiado pelirrojo te viera así – la miraba con aires de grandeza y superioridad – lo harás cuando te lo ordene después clases hasta que aprendas a darme placer, atrévete a fallarme una sola vez – se acercó a ella jalándole el cabello – y te haré un hijo para que cuando te expulsen, nunca te olvides de mí –

Garland se fue dejando a la pelirroja llorando asustada ante la amenaza mientras abotonada su ropa para volver a los dormitorios, deseaba bañarse y quitarse cualquier residuo de Garland, en el camino pensó el pelirrojo, aún le gustaba Yuriy y no podía dejar de pensar en él, pero no podía perdonarlo por lo que le había hecho.

Yuriy se había ido a los dormitorios después de ver a Yume besando a Garland, detestaba al moreno. Se había metido a bañar tratando de calmarse, pero las palabras de Garland dieron vueltas en su cabeza «no te pierdes de gran cosa, a menos que te gusten las chicas de pechos grandes» inevitablemente aquella descripción revivió el recuerdo de cuando vio a Yume con la ropa mojada, donde se notaban sus senos en el sostén. Pegó a la pared de la regadera maldiciendo a Garland cuando notó que tenía una erección al recordar a Yume, en quien pensó mientras se masturbó en la regadera.

Yume por su parte, se negó a explicar su beso a Mitzy, quien desistió, cambiando el tema a que era mejor dormir pues irían a ver a los chicos al taller y esta vez Takao iría con ellos. Yume deseaba ver a Boris y Cloud para contarles lo que hizo Yuriy y pedirles ayuda en dejar de pensar en él, pues no podía pedir ayuda para quitarse de encima a Garland.