Buenas noches.
Capítulo 1:
La historia de los dos.
Pt 1
*La primera interacción*
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"No seas tonto, hermano menor. Deja de perder el tiempo y sé feliz y hazla feliz… es lo único que quiero que hagas de ahora en adelante…"
—"Por fin lo logré… Nii-san. Hoy comienzo una nueva etapa en mi vida, tardé, pero estoy haciendo lo que me pediste que hiciera."
Aquellos pensamientos pasaban por la cabeza del Uchiha, mientras contemplaba fijamente una fotografía que tenía ya unos cuantos años desde que se había tomado. En esta aparecía él, de tan sólo 12 años con su ya tan reconocido rostro de pocos amigos, pero además de él, aparecían dos de las personas que él consideraba las más importantes de su vida (además de sus progenitores). Una de esas personas era su querido hermano Itachi Uchiha, quien en la foto apenas tenía 18 años y que con una sonrisa tímida había accedido a tomarse la fotografía ese día, la otra persona, responsable de la idea de haber tomado esa foto, era Sakura, de 12 años, quien en aquel entonces no era para el Uchiha menor más que una amiga, una compañera de escuela que no sabía que con el tiempo iba a ser alguien muy significante en su vida.
Su mente instantáneamente lo llevó a viajar a aquellos recuerdos del pasado, la época en la que vivió en el país de las Olas y cuando lo único que le importaba en aquel entonces era jugar con su hermano mayor y cursar el segundo año de la academia, año y curso cuando la conoció.
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Años atrás….
—¡Sasuke, date prisa o si no se nos hará tarde! —avisó un Itachi de 13 años.
—¡Ya voy Itachi-Nii! —avisó este colocándose los zapatos desde la entrada.
—Toma Sasuke, no te olvides de tu bento. —dijo su madre, entregándole su almuerzo envuelto en un pañuelo. —Cuando regreses, ya sabes, hazlo con cuidado y no hables con extraños.
—Sí, sí… ya lo sé, mamá. Gracias. —dijo el menor, tomando su bento para correr después hacia donde su hermano esperaba.
Mikoto desde la entrada se despidió de sus dos hijos y una vez que los perdió de vista regresó al interior de la casa para prepararse y arreglarse antes de ir al trabajo.
Mientras tanto, como solía ser de lunes a viernes. Itachi acompañaba a su hermano menor a la academia y luego él se iba a la academia superior. Él, en su mayoría era el encargado de cuidarlo puesto que su madre trabajaba a tiempo completo ya que su padre lamentablemente había fallecido cuando Sasuke apenas era un bebé, consecuencia de un accidente de tráfico, desde ese entonces y a tan corta edad el mayor de los hermanos se había dedicado a cuidar a su hermano para quitarle un poco de carga a su madre, quien por lo pronto era la encargada de mantenerlos, así como a su hogar.
Ambos hermanos sabían lo mucho que su madre se esforzaba para llevar el sustento a su casa y por tal motivo trataban de ayudar lo más que pudieran para que ella no se tuviera que preocupar tanto por ellos.
—Bien Sasuke, te dejo… —dijo Itachi cuando llegaron a la academia del menor. —Cuando terminen tus clases regresa con cuidado, no hables con extraños.
—Ya sé lo que tengo que hacer Nii-san, no tienes por qué repetírmelo. —respondió este berrinchudo. —¡Nos vemos en unas horas!
Despidiéndose con la mano el menor corrió hacia el interior del instituto, mientras que el mayor una vez que perdió de vista a su hermano, se apresuró a ir al suyo.
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Dentro del salón de clases; los alumnos del salón de segundo año esperaban impacientes a que el maestro llegara, generalmente este no era de retrasarse, pero ya llevaba 5 minutos desde que había sonado la campana y este no apareció. Sasuke entonces repasó los apuntes de su tarea, a diferencia de los demás niños, no solía ser escandaloso.
—Ne… Uchiha san… ¿me pasas la respuesta del problema 4? ¿Y también la 7 y la 8? —escuchó de repente a su lado. —Es más… ¿puedo ver tus apuntes para comprobar si me salieron igual que los tuyos?
Este miró de reojo a su compañero, un niño de cabello castaño y al cual le habían asignado como compañero de equipo (cuando la tarea así lo ameritara) y lo consideraba un completo perezoso. Lo detestaba. Detestaba hacer equipo con ese niño porque al final él terminaba haciendo todo.
— Piérdete… esta tarea no era en equipo, si no la hiciste no es mi problema. —respondió despectivamente.
Su compañero respingó con tremenda respuesta y no sólo él, los demás niños que andaban de metiches de inmediato presintieron que se avecinaba una pelea debido a la pose del chiquillo y al modo en que el Uchiha lo seguía ignorando, algo que las niñas del salón catalogaban como algo muy "genial" por parte del de cabello azabache.
—Tú… ¿Quién te…—comenzó a amenazar el chiquillo castaño entre dientes, levantando sus puños cerca del otro niño.
—¡Niños! ¡Buenos días! ¡Lamento la tardanza!
El profesor sin previo aviso entró al salón, haciendo que cada uno de los chiquillos se colocara en su respectivo lugar a la velocidad de un rayo, para luego dar sus respetos al recién llegado.
—¡Buenos días, Iruka sensei! —saludaron en coro.
—Gracias, tomen asiento, niños. Tengo una noticia, el día de hoy una nueva compañera se unirá a nuestra clase.
La noticia de una nueva compañera de inmediato puso a murmurar a las niñas de la clase.
—Ella viene de la academia Jodo que está al este del país. Su familia se mudó recientemente a esta parte del país, les pido por favor sean amables con ella. ¡Puedes pasar!
Ante la orden del maestro, una niña de peculiares cabellos rosas y resaltantes ojos verdes entró lentamente y se posicionó a un lado del profesor.
—¡Vamos! preséntate con tus compañeros.
—Haruno Sakura, un gusto conocerlos. —se presentó esta nerviosa, dando una reverencia.
Los murmullos pronto comenzaron a escucharse.
"Miren que color de cabello tan raro"
"¿Se lo habrá teñido?"
"Y que frentesota"
"Se ve que es muy tonta"
Los murmullos pronto comenzaron a ser comentarios audibles para la recién llegada y por supuesto las consecuentes burlas hacia su persona no pasaron por desapercibidas. En especial por parte del grupo de niñas. Se sentía avergonzada, por lo que mantuvo la cabeza agachada.
—¡Niños, niños! —regañó el maestro. —¡Silencio! Esa no es manera de comportarse con nuestra compañera.
Pese al regaño, muchos de los niños siguieron riendo discretamente, sólo uno que otro niño prefería ignorar a la recién llegada y entre estos estaba Sasuke, quien mejor siguió dedicándose a revisar los resultados de su tarea y a ignorar la mirada amenazadora de su compañero de equipo.
—Ya que tenemos una nueva compañera en nuestro salón y dado que había un equipo que había quedado de 3 personas, voy a reorganizar de nuevo todos los equipos. ¡¿Entendido?!
El aviso del maestro ocasionó que inmediatamente todos guardaran silencio y de nuevo pusieran atención al frente. A muchos niños les desagradó la idea, puesto que actualmente estaban haciendo equipo con sus amigos o amigas, cambiarlos implicaría ya no trabajar con ellos; para Sasuke supuso una salida para librarse de su actual compañero de trabajo, pero al escuchar el murmullo de algunas niñas que querían hacer equipo con él, sólo esperaba que no le tocara con una tonta niña que resultara peor a su actual compañero.
Para hacer los equipos a la suerte, el maestro hizo que todos los niños se pusieran de pie y al frente del salón, después enumeró cada uno de los asientos, estos generalmente eran para espacios de 2 personas, y sólo al final del salón había un espacio grande donde al menos cabían 4 personas.
Eran 20 niños en total, al final quedarían 10 equipo de 2 integrantes cada uno.
—Sakura, tú eres nueva, así que te toca sacar primero. —Le ofreció el maestro el botecito que contenía los papelitos con los números de asiento.
La niña, sintiendo la pesada mirada de aquellos que ya la culpaban por dicha reorganización, sacó su respectivo papelito.
—Es el número 8.
—Bien, toma asiento donde está ese número, a partir de ahora y hasta que finalice el año, ese será tu lugar. ¿De acuerdo?
La niña asintió sin más, tomó su mochila y caminó hacia donde le tocaba, sin dejar de sentir la pesada mirada de todos sus compañeros.
"Si me toca con ella, le pesará" alcanzó a escuchar que decía el niño más robusto de toda la clase.
— "Ay, por favor… que no me toque nadie malo" —rezó la niña por dentro.
El sorteo continuó, Iruka dejó que las niñas pasaran primero, estas de una en una fueron sacando su respectivo papel, haciendo que los nervios de la niña de cabellos rosas aumentara cada vez que creía que ya se le había asignado alguna compañera, pero no fue así, cuando todas las niñas del salón pasaron, sus temores se acrecentaron al ver que innegablemente su compañero sería un niño.
"Que no me toque ese niño" "Que no me toque ese niño" —rezaba con ojos cerrados para que no le tocara el niño robusto que aun la seguía fulminando con la mirada.
—Me tocó el 7.
—¿Eh?
La niña casi sintió que el corazón se le paralizaba cuando escuchó que alguien tenía el número que le acompañaría, con temor, abrió los ojos para ver de quien se trataba y temió al ver la mala cara que tenía ese niño de enormes ojos negros, quien llegando a su lugar dejó caer con pesadez su mochila sobre la mesa que compartirían.
—"Tiene una mirada aterradora". —pensó Sakura, viendo de reojo como este sólo se quedaba mirando de frente, parecía molesto.
"A la frentona le tocó con Sasuke"
"No es justo yo quería que me tocara con él"
"Esa tonta… me las va a pagar"
—Ay, no… esto es peor de lo que pensé. —cerró Sakura los ojos al escuchar los murmullos detrás de ella.
Mientras que, de lado de Sasuke, este se encontraba molesto, pues no sólo le tocaría trabajar con una niña, sino con la nueva, la que no sabía absolutamente nada y la que evidentemente estaba atrasada con todos los temas que ya llevaban en el curso. Definitivamente no era su día. La miró de reojo, toda encorvada y asustadiza, sólo esperaba que no le causara demasiados problemas.
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Las clases continuaron sin más; matemáticas, lenguas, ciencias, artes entre otras durante el resto del día, al final el maestro dejó una tarea de equipo que consistía en realizar la lectura de unas cuantas páginas de un libro, analizar lo leído y luego contestar una serie de preguntas, así como resolver unos problemas de matemáticas.
—Bien, niños es todo por hoy. Nos vemos mañana. —se despidió el maestro y salió del salón.
Los alumnos pronto comenzaron a guardar sus útiles y entre equipos a organizarse para realizar la tarea, Sakura al ver que su compañero ni siquiera le dirigía la palabra y se ajustaba la mochila a su espalda le hizo suponer que ni siquiera estaba interesado en hacer equipo con ella o probablemente eran de esos niños que le pedirían la tarea al día siguiente.
—¡Ne… Sasuke-san! ¡¿quieres venir a hacer la tarea con nosotras?! Iremos a los jardines a hacerla—llamó una niña ruidosa desde los asientos más altos y quien iba acompañada de otras 3 niñas.
—No, no me interesa.
Sakura observó con interés esa interacción.
—¡Oy! ¡tú!
Se paralizó ante aquel llamado, él le estaba hablando.
—Eh… ¿sí?
—¡Muévete! Tenemos tarea y quiero llegar temprano a mi casa… vamos a la biblioteca.
Sakura tembló.
"Es bastante rudo, pero al menos no es flojo" — pensó para sus adentros, así que sin más lo siguió guardando su debida distancia con él, para no molestar a las otras niñas que sólo se quedaron boquiabiertas por el previo rechazo.
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—Eh… ¿cómo te llamas? —preguntó durante la caminata, para tratar de disminuir la tensión entre ambos.
—Uchiha Sasuke.
—Uhm… Haruno Sakura, mucho gusto.
—Sí, sí… como sea. —respondió este sin siquiera verla. —Date prisa ¿quieres? Eres muy lenta.
La niña se sobresaltó asustada y aceleró el paso para caminar a la par de él.
Una vez en la biblioteca buscaron una mesa para dos personas y Sasuke, como acostumbraba, comenzó a organizar las actividades.
—Empezaremos con la lectura, podemos dividirnos las páginas para analizar mejor y buscar las respuestas a las preguntas.
—Bueno… yo… la verdad…—musitó Sakura tenuemente.
—Sí sabes leer ¿Verdad? Ya que no pretendo hacer tu tarea. —dijo él despectivamente.
Sakura tembló del miedo, aunque también sintió algo de ofensa con su comentario.
—¿Y bien…?
—Etto... —la peli rosa carraspeó. —Te iba a decir que yo ya leí todo ese libro… casi me lo sé de memoria.
—¿Eh? —los ojos de Sasuke se agrandaron por la sorpresa.
—También el método a los problemas de matemáticas no serán ningún problema, ya lo había visto en mi otra escuela, de hecho… creo que está escuela esta un poco atrasada con respecto a mi otra escuela.
—¡¿Qué?!
Sasuke se sintió hervir por dentro, sintiendo algo que odiaba con todo su ser: la sensación de estupidez y vergüenza.
—Ay, pero ¡no te enojes! —Se ocultó Sakura con las manos. —No lo dije para ofender.
—Pff… —el niño desvió la mirada con un leve enrojecimiento en sus mejillas que ocultaban su berrinche interno. —No es para tanto… no te pongas así… Sa-ku-ra.
—¿Eh?
—Bueno, entonces creo que le daré una leída al libro y juntos analizamos las respuestas a las preguntas para ver si los dos concordamos ¿Te parece?
—De… acuerdo. —musitó ella sorprendida.
—y los problemas de matemáticas los resolvemos entre los dos e igual vemos si los dos tenemos el mismo resultado. ¿Estás de acuerdo?
—Umm. —ella asintió feliz.
—Bien… empezaré entonces. —dijo el niño comenzando a leer.
Ella también tomó su libro de texto en conjunto con las preguntas para tratar de recordar en que apartado se encontraba cada una de las respuestas; sin embargo, las chillantes pisadas de varios pares de sandalias y zapatos interrumpieron la concentración de ambos chiquillos.
—¡Hey, Uchiha!
El aludido, molesto, se volvió hacia aquel que había atrevido a interrumpir su lectura, viendo que no era más que algunos niños que estaban en su salón de clase, incluyendo a su ex compañero de equipo. El que le había hablado era el que destacaba por ser el más alto y robusto del salón.
—¿Qué quieres?
—La frentona… entréganosla. —demandó este, como si se tratara de una película de policías y ladrones.
Sakura tembló al instante al ver que la señalaban y más al ver que Sasuke sólo la vio con indiferencia, para luego volver su vista al niño robusto.
—No puedo, aún no terminamos. —dijo con simpleza y lo ignoró para seguir con su lectura.
Los niños que acompañaban al acosador rápidamente exclamaron un gran "Uhhh" para aumentar más las provocaciones.
—¡Uchiha, no te hagas el interesante! Por culpa de esta niña tonta nos cambiaron los equipos. — se quejó su ex compañero de equipo. —¿No te molesta?
—Para nada. —respondió este sin dejar de ver su libro. —Al contrario, me benefició.
Sakura quien estaba sentada frente a él, sólo apretaba los dientes atemorizada, deseando que su compañero se callara pues no hacía más que provocar a los otros niños.
—¡UCHIHA!
Dispuesto a quitarle lo presumido, el menor pretendió arrebatarle su libro de texto; sin embargo, con un movimiento rápido, Sasuke lo retiró de la mesa, haciendo que el niño diera un tropezón y cayera de cara sobre la mesa, dándose un buen golpe.
—Vámonos de aquí, Sakura… aquí no se puede hacer la tarea en paz.
Sakura estaba sorprendida, aunque rápidamente se sacudió para volver a la realidad y tomar sus cosas, pues los demás niños después de la sorpresa inicial no parecían estar muy contentos del todo; lo bueno, es que antes de que se les pudieran lanzar encima apareció la encargada de la biblioteca preguntando que es lo que había sucedido, momento que su compañero y ella aprovecharon para darse a la fuga.
—Lo siento Sasuke kun, por mi culpa esos niños…—musitó Sakura agotada una vez que estuvieron a las puertas de la salida del instituto.
—¿Mmm? ¿Sasuke kun? —enarcó este una ceja.
—Oh… lo siento. ¿Uchiha san?
—Puedes llamarme como quieras, la verdad esas cosas me dan igual, eres una niña bastante problemática. —sinceró este con su inexpresivo rostro.
—Oh, lo siento.
—Ya deja de disculparte…
—Pero ahora… ¿la tarea?
—Hmp… —gruñó este. —Creo que no queda de otra… ¿Quieres ir a mi casa?
—¡Eh! ¡¿tu casa?! —la cara de Sakura enrojeció.
—Sí, mi casa está cerca de aquí y mi mamá trabaja hasta tarde y mi hermano no creo que se moleste… o la otra opción es ir a la tuya, pero supongo que primero debes pedir permiso.
Sakura asintió.
—Tendría que pedir permiso y mi casa si está un poco retirada de aquí.
—¿Cómo ibas a volver?
—Mamá iba a venir por mi hasta las 5.
—¿Y te ibas a quedar sola en la escuela hasta ese entonces?
La niña asintió.
—Esos niños te harán puré si te encuentran ¿sabes?
—¿Puré? —Sakura tembló del miedo.
Sasuke al notar su reacción sólo resopló.
—Hmp… ya que… sígueme, vamos a mi casa.
—Eh… ¿Estás seguro?
El niño vio hacia lo lejos, notando que sus demás compañeros de clase parecían haberse librado de la bibliotecaria y ahora muy enfurecidos se dirigían hacia ellos buscando la revancha.
—A menos de que te quieras quedar con ellos. —sugirió con tranquilidad.
Sakura casi sintió que el alma se le iba del cuerpo al ver a esa mini estampida de niños, de modo que no pudo reaccionar, no hasta que sintió que alguien la tomaba bruscamente por la muñeca y la obligó andar.
—¡Muévete! — la apresuró Sasuke, jalándola para que corriera.
Con el alma volviéndole de nuevo al cuerpo, Sakura reaccionó y se dejó guiar por él, hasta que poco a poco perdieron al montón de niños acosadores y se internaron a una comunidad que estaba llena de casas tradicionales, donde ya sin tanto apuro caminaron hasta la residencia del menor de los Uchiha.
—Esta es mi casa, pasa… —invitó el menor, quitándose sus respectivos zapatos. —¡Tadaima!
—¡Okaeri, Sasuke! —se escuchó en respuesta la voz de Itachi, quien asomándose se dejó mostrar con una sartén en mano y delantal puesto.
Sakura se sorprendió al ver el parecido entre ambos hermanos y por supuesto Itachi se sorprendió al ver que su hermano no había regresado solo.
—Vaya Sasuke, no me dijiste que traerías a una amiga. —comentó Itachi con cierto tono picarón.
—No es mi amiga. —respondió este con su respectiva frialdad. —Sólo haremos la tarea juntos.
—Mmm… ya veo. —sonrió este. —Disculpa si mi hermano es un poco grosero… eh… ¿cómo te llamas?
—Ah… Haruno Sakura, mucho gusto. —se presentó esta enrojecida, haciendo una reverencia.
—Sakura, como las flores que se dan en primavera… que bonito nombre. Bienvenida y mucho gusto, yo soy Uchiha Itachi, hermano de Sasuke.
—Nii-san. —reprendió Sasuke sintiéndose avergonzado.
—Claro, vayan a hacer su tarea, yo mientras seguiré cocinando la cena. ¿Te quedarás a cenar Sakura?
—Eh…
—No, su mamá la recogerá en la escuela a las 5, así que debemos apurarnos porque todavía debe volver allá. ¡Anda! —comenzó a caminar.
—Ah, ¡claro! —recordó esta. —Una disculpa. —hizo una reverencia ante el mayor antes de seguir al menor.
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La siguiente hora pasó sin el menor problema, Sasuke terminó de leer el texto y Sakura ya tenía las respuestas a las preguntas, solo faltaba ver si Sasuke concordaba con ella, después de haber leído.
—Entonces el niño no es que no supiera pelear, es que era zurdo y por eso no podía manejar bien la espada con la derecha.
Sakura asintió dos veces.
—Sí, así que en la pregunta uno: ¿Era un mal peleador? Yo le puse que no, y como justificación puse que solamente no había recibido el entrenamiento adecuado para la mano que dominaba.
—Sí, puse más o menos lo mismo… siguiente pregunta…
—Disculpen… ¿interrumpo? —se escuchó detrás de la puerta.
Sasuke se extrañó que su hermano fuera a buscarlo, cuando sabía que estaba ocupado, sin embargo, al abrir la puerta se encontró con que este había llegado con una bandeja que traía consigo un par de humeantes tazas de té, así como un platillo con un par de dangos.
—Nii-san…
—Que mal anfitrión eres Sasuke, ¿dónde están tus modales? no le has ofrecido nada a tu amiga.
—Que no es mi amiga. —hizo este un berrinche, viendo como su hermano, colocaba la bandeja sobre la mesita en donde estaban haciendo la tarea, de Sakura por supuesto sólo vio que volvía a enrojecerse como toda una tonta.
"Que niña tan molesta"
—Perdona los modales de mi hermano, Sakura chan. —se disculpó Itachi. —No está acostumbrado a atender visitas.
Sakura negó con la cabeza.
—Umm, umm… No hay problema, Itachi Nii-san.
¡¿Qué!? —gruñó Sasuke para sus adentros, pensando que esa niña era muy confianzuda. —¡Oye! ¡él es mi hermano no tuyo! —reclamó celoso.
Sakura tembló.
—Disculpen, ambos. —pidió, bajando la cabeza.
—Ignóralo, Sakura chan… puedes llamarme como quieras. —dijo este, solo para molestar al otro. —¡anda! Traje té y dangos.
—Odio esas cosas. —se quejó Sasuke haciendo un berrinche.
—Bueno los dangos son de hecho para Sakura chan y para mí. —confesó Itachi, tomando uno y ofreciéndole el otro a la niña.
Sasuke al ver esto enrojeció de la ira.
—¡Itachi Nii-san! ¡no! —gritó. —Tú ahorras ese dinero para poder comprarte esas cosas ¿cómo es que vas a darle a una extraña tus dulces favoritos?
Sakura por un momento pensó que su compañero la podía golpear con solo las palabras, así que dejó el dulce en el plato que el mayor recién le había dado.
—Sasuke…—habló Itachi con tono serio. —No hay que ser egoístas. Hay que ser amables con las visitas, supongo que Sakura chan es nueva en tu clase porque nunca la había visto cuando te he llevado y ese color de cabello que tiene es bastante llamativo como para que pase por desapercibido, sólo pensé que sería agradable ser amable con alguien que es nuevo en nuestra comunidad ¿No lo crees?
Sasuke infló las mejillas avergonzado, un efecto que siempre pasaba cuando su hermano de alguna forma lo reprendía.
—Bien, los dejo… —dijo Itachi. —Sakura chan, disfruta del té y del dango.
—Gracias, Itachi san. —respondió esta con más respeto, haciendo una leve reverencia con la cabeza.
—Hermanito, más al rato vendré de nuevo, supongo tienen tarea de matemáticas, veré si la hicieron bien.
—Si, Nii-san. —respondió este cabizbajo.
Yéndose el mayor, Sasuke tomó asiento de nuevo en el almohadón que estaba en el suelo.
—Eh… disculpa, Sasuke kun… —susurró Sakura avergonzada.
—Toma el té y el dulce que te dio mi hermano. —respondió este con la vista sobre la tarea. —Mi Nii-san ahorra todo lo que puede para comprar esas cosas, así que no lo desperdicies.
Sakura asintió y sin remordimiento tomó el dulce que le habían obsequiado, así como el té. Después de la pequeña merienda, continuaron con la tarea, las preguntas del libro del texto quedaron solucionadas con algunas opiniones divididas que tuvieron que resolver para llegar juntos a una conclusión y una vez resueltos se dedicaron a los problemas de matemáticas; más que hacer esa tarea en equipo, Sasuke lo tomó más como una competencia pues a palabras de su compañera, ya tenía experiencia con ese tipo de cálculos, quería saber si era cierto que aquella otra escuela era mejor a su academia.
Cuando ambos terminaron de los 5 problemas que habían tenido que resolver, sólo un problema les salió con un diferente resultado.
—Tú estás mal… porque se debió hacer así. —replicó Sasuke, defendiendo su respuesta.
—No, se hace así, por eso el resultado es este. —se defendió Sakura.
—¡ah, ¿sí?... Veamos quién tiene razón… ¡Nii-san ya terminamos la tarea de matemáticas! —gritó.
Al minuto de haber gritado aquello, Itachi se hizo presente y tal cual como un juez evaluó la tarea de ambos chiquillos, en especial aquel problema en el que debatían.
—¿Y bien? —preguntó el impaciente Sasuke.
—Sakura chan… —llamó Itachi con seriedad, ignorando momentáneamente a su hermano. —Tu respuesta…
Sakura tragó saliva.
—Es la correcta. —le sonrió.
—¡¿Qué?!
—Sí, hermanito. —se lamentó Itachi, sabía que su hermano odiaba perder. —Si te fijas bien aquí, el cálculo está mal hecho lo que da un resultado erróneo.
—¡¿Qué?! ¿Cómo me pude equivocar en una cosa tan tonta?!
—Debes aprender a ver mejor, hermanito. "Te hace falta más concentración". No quieras apresurarte, tómate tu tiempo para analizar.
El menor hizo un berrinche.
—Bien… ya lo corrijo. —gruñó, borrando toda la operación.
Sakura sólo sonreía al ver la interacción entre esos dos hermanos, aunque luego llevó su mirada al reloj que estaba justo aun lado de la cama de su compañero viendo que faltaba muy poco para que su mamá fuera por ella a la escuela.
—Sasuke kun, Itachi san… creo que es hora de que me vaya. —anunció comenzando a guardar sus cosas.
—Hmp… sí, bueno te acompaño a la salida. —dijo Sasuke, aunque luego sintió como su hermano con sus dos dedos le daba un golpe en la frente. —¡Ouh! ¡Nii-san!
—¿Cómo que a la salida? —reprendió Itachi. —Vamos a acompañarla a la escuela… Ya es muy tarde, una niña pequeña no debe andar sola a estas horas.
—Hmp… está bien.
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La tarde ya había caído sobre aquella pequeña comunidad del país de las olas, país en el cual por la posición en el globo hacía que el día terminara demasiado rápido; por eso, apenas siendo casi las 5 de la tarde los colores anaranjados eran los que más sobresaltaban en el ancho cielo dándole a todo el panorama un aspecto un tanto tétrico.
Para cuando los hermanos y Sakura llegaron a la escuela, varias luminarias ya se habían encendido a los alrededores, incluyendo las luminarias de la escuela, la cual seguía abierta debido a las clases extracurriculares y clubes que había.
—Vaya Nii-san tenías razón, ya está muy oscuro.
—Te lo dije…
—Sasuke kun, Itachi san… aquí está bien. Mi mamá me dijo que la esperara en aquella banca que esta por allá. —señaló una que estaba debajo de un gran árbol. —Muchas gracias por acompañarme y disculpen las molestias ocasionadas.
—No hay problema, pequeña. —dijo Itachi. —Fue un gusto conocerte.
Esta en respuesta sólo le sonrió, luego bajó la mirada a su compañero de clase el cual sólo tenía la vista perdida en otro punto, parecía impaciente por irse de ahí.
—Sasuke kun… —lo llamó.
Este se volvió a verla, más que nada por obligación y porque Itachi le había dado un ligero golpe con el codo.
—Hmp
—Gracias por lo de hoy, me alegro de que seamos compañeros de equipo.
—Bueno, sí… como sea. —respondió este con su típica frialdad. —… no estuvo mal…
Itachi rio para sus adentros, viendo que su hermano tenia un serio problema para socializar, en especial con las niñas.
—¡Sakura! ¡Sakura! —llamó una mujer a lo lejos
—Oh, es mi mamá. —reconoció esta al instante. —Me voy, muchas gracias y adiós, ¡Nos vemos, mañana Sasuke kun!
—¡Adiós Sakura chan! —se despidió Itachi. —Anda, Sasuke… despídete de ella.
—Ay, ya Nii-san vámonos… hoy estuviste muy molesto. —protestó este, caminando de regreso.
El mayor sonrió avergonzado y lo siguió.
—Es que me sorprendió que llevaras a una amiguita a la casa.
—Que no es mi amiga.
—Algo me dice que ustedes dos se llevarán muy bien… —ignoró este, dibujando una sonrisita en su rostro pues presentía algo bueno para su refunfuñón hermano.
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Tiempo actual
— "Y no te equivocaste Nii-san" "Como odiaba que tuvieras la razón"
Sonrió levemente Sasuke sin dejar de ver la fotografía, aunque pronto se apagó al recordar algunos sucesos posteriores.
—Sasuke… —interrumpió alguien tocando la puerta.
—¿?... ¿Qué pasa Kabuto?
—Quería saber si ya estás listo… ya se subieron los muebles que faltaban a la camioneta. —avisó este, señalando hacia su exterior.
—Hhm. —respondió este, tomando y guardando la fotografía entre su abrigo, para luego tomar un par de maletas que ya aguardaban en el umbral de la puerta. —Estoy listo, vámonos.
—Como diga, jefe… será tan extraño ya no tenerte de "roomie" pero supongo que sobreviviré hasta que consiga un nuevo inquilino o en todo caso a una linda chica que me acompañe.
—Te deseo suerte con eso. —comentó Sasuke inexpresivamente, subiendo las maletas en la parte trasera de la camioneta.
—Sí, claro… ahora no te importa tu amigo, porque tú ya tienes a alguien quien te caliente por las noches. ¿Verdad? Dime Sasuke… ¿qué se siente ser un hombre casi casado?
—Kabuto, deja de joder y mejor conduce, Sakura ya debe estar en camino al apartamento.
—Claro, no hagamos esperar a nuestra princesa. —dijo este con un tono burlón
Sasuke sólo rodó los ojos con fastidio y con tan sólo una mirada se despidió del edificio en él que había habitado algunos años, cuando recién se mudó al país del fuego.
Continuará.
NA: seguimos con esta historia, espero les haya gustado.
Saludos.
31 de enero de 2022
