Buenas noches.

Capítulo 2

La historia de los dos.

Pt 2

"Los años siguientes:

Amistad, malos bichos y tempestades."

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Tiempo actual.

—Será tan triste ya no tenerte viviendo aquí, en especial porque tú eras la que abría el consultorio. —bromeó una mujer de cabello castaño. —Ahora tendré que hacerlo yo. —dijo con decepción.

—Igual si yo llego primero puedo abrir el consultorio sin problema, Dra. Hana. —respondió Sakura con una sonrisita nerviosa.

—Imposible, niña… créeme, ahora que te irás a vivir con tu novio te darás cuenta de que muchas cosas cambiarán, no podrás hacer lo mismo que antes hacías, pero, en fin, eso es parte de crecer, las responsabilidades sólo aumentan. —suspiró exhausta.

—Supongo, pero daré lo mejor de mí, ya lo verá.

—¡Esa es la actitud! Y… bien, ¿Ya tienes todo listo?

—Yo esperó que sí, me aseguré de dejar la habitación limpia y vacía. —dijo la chica inspeccionando sus cosas.

El maullido de un gato entre la pila de cosas llamó su atención; Sakura se puso de cuclillas frente al animal el cual estaba encerrado en una caja transportadora y lo acarició con un dedo, pues apenas y cabían dos entre las rejillas.

—Lo siento Kuro, te prometo que más al rato te sacaré. Iremos a nuestro nuevo departamento… con Sasuke-kun. —dijo emocionada.

El gato, el cual era de color negro sólo maulló y dio la vuelta entre la jaula, y se echó rendido.

—Parece que el calmante está empezando a hacer efecto.

—Sí, es lo mejor, así no se estresará durante el trayecto y tampoco con el ajetreo de todo lo que supongo tendrás que hacer cuando comiences a instalarte en tu nuevo hogar. No olvides revisar sus signos vitales apenas llegues allá.

—No lo haré Dra. Hana. Gracias.

La superior asintió con una sonrisa.

—¡Hola! ¡Hola! ¡Niñas! ¿Ya están listas? — preguntó un joven, entrando por la entrada de lo que era un consultorio veterinario y lugar donde actualmente las dos mujeres estaban. —¿Señorita Haruno o debo decir Sra. Uchaya… o cómo era? —preguntó riendo burlonamente

—Es Uchiha, Kiba… y sólo me voy a vivir con él, pero no me he casado todavía. —respondió Sakura haciéndole mala cara.

Kiba Inuzuka era el hermano menor de Hana Inuzuka, y a diferencia de su hermana que era un excelente médico veterinario, él se dedicaba al entrenamiento de perros ya fuera para instruir modales, para servicios policiales o perros guías. Sakura había aprendido mucho de ambos hermanos en los últimos años, desde que la habían contratado para trabajar como practicante de veterinario en su clínica.

—Ah, bueno, pues dile que ya te haga legal… así si se divorcian le quitas la mitad de todo.

—Que tonto… eso no pasará, además sacamos el crédito compartido, por lo que si nos "divorciamos" como quiera tendríamos que dividirnos el departamento, aunque… bueno él sacó casi el 70%... así que…

—¿Crédito compartido? ¿Se puede hacer eso, aunque no estés casado?

—Sí, desde hace poco cambiaron las leyes. Incluso ya puedes compartir el crédito hipotecario con un amigo.

Kiba saltó entusiasmado.

—¡¿Oíste eso, hermana?! Entonces le pediré a Temaki que nos vayamos a vivir juntos también, ya quiero dejar la casa de mamá.

La mayor resopló gruñona.

—¡Déjate de tonterías!¡Compra una casa! Y ya pídele matrimonio a esa niña. —regañó furiosa, aunque luego suspiró para tranquilizarse. —Pero por lo pronto, mejor ayúdanos a subir todo esto al auto. —señaló todo el equipaje de su compinche.

—Lo que ordene la jefa. —asintió este con sarcasmo. —Ah, por fin nos desharemos de Kuro… Akamaru estará feliz. —dijo tomando la jaula donde el animal ya estaba dormido.

—Es el gato que me dio tu novia… ¿Por qué todos lo odian? —resopló Sakura con cansancio. —Hasta Sasuke kun lo odia.

—¡Porque no quiere a nadie! Bueno…sólo te quiere a ti y de seguro porque eres quien lo alimenta, pero bueno… ese ya no será nuestro problema, nuestras bendiciones para el Uchiha con el animalejo.

—Sí, sí… —respondió la sarcástica Sakura, esperando que su mascota y su novio se llevaran bien en un futuro cercano.

Después de compartir otros diálogos triviales con los Inuzuka y de subir las pertenencias de Haruno en el auto; Kiba puso en marcha su vehículo para llevar a su compañera y amiga a su nueva residencia, mientras que esta, después de despedirse y agradecer a la mayor de los Inuzuka por sus atenciones, prometió volver el lunes para trabajar.

Yendo en el auto y teniendo sólo de vista edificios a sus alrededores, Sakura desvió su mirada para buscar algo entre la bolsa que llevaba cargando en su regazo, de esta sacó una fotografía, una de las que más le gustaba pues ahí aparecían su Sasuke, ella y también alguien a quien le tuvo mucho afecto, Itachi.

"Itachi Nii-san" haré lo que esté en mis manos para hacer a Sasuke kun feliz."

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Años atrás.

Después de su no tan grato primer día de clases, pero que se vio compensado cuando quedó de compañera con Sasuke Uchiha, para el segundo día de clases, Sakura aprendió una nueva lección: Necesitaba hacerse más fuerte.

Al termino de la clase, el maestro especificó que la tarea no era en equipo por lo que cuando la campana sonó, Sasuke tomó sus cosas sin vacilación con la intención de irse a su casa.

Eh… disculpa. — Lo llamó Sakura nerviosa, en todo el día no había dejado de escuchar que varias niñas la apalearían solamente porque la habían visto huir con él el día anterior.

No es tarea en equipo. —le respondió Sasuke cortantemente, intuyendo lo que le iba a pedir. —Tienes que arreglártelas a como puedas, ser más fuerte e inteligente, uno no puede estar detrás de ti siempre.

Su compañero había sido cruel en cierto aspecto, pero Sakura le dio la razón también, ya que sabía que no iba a poder ocultarse siempre en la casa del Uchiha, esperando que este y su hermano la acompañaran hasta que su madre fuese por ella a la escuela.

Lo siento. —fue lo único que soltó, y el niño sólo la vio de reojo y se retiró.

¿Cómo salió todo después?

Como se suponía.

Varias niñas, acompañadas también por otros niños de la clase (incluyendo al más robusto de ellos y al excompañero del Uchiha), la interceptaron en donde iba a quedarse a esperar a su mamá, las pequeñas mocosas entre las aclamaciones divertidas de los malcriados niños, la arrastraron fuera de la escuela, le dijeron de tonterías, la empujaron, le estiraron el cabello y al final como si se tratara de un premio le quitaron el listón con el que se ataba el cabello y el cual había sido un obsequio de una amiga en su anterior escuela.

Claro que ella trató de defenderse, pero siendo cinco contra una, las probabilidades de ganar obviamente se inclinaron en su contra y terminó tirada a la sombra de un árbol de un parque cercano.

Derrotada, volvió a la escuela y pese a los golpes recibidos una parte de ella se negó a rendirse pues rememoró una y otra vez las palabras de su compañero: tenía que arreglárselas ella sola a como diera lugar, ser más fuerte e inteligente que todos los demás.

Pensando en eso, recorrió la academia viendo los múltiples clubs que había después de clase; pero hubo uno que en específico llamó su atención; uno que se practicaba en el gimnasio: el equipo de gimnasia rítmica.

Y es que las chicas se movían tan armoniosamente con sus listones, además de que eran bonitas, así como los uniformes, pero sobre todo eso, también se veía que eran muy fuertes por todos los movimientos y saltos que hacían. Tan ensimismada estaba viendo al equipo que no se dio cuenta cuando una maestra se posicionó detrás de ella y le preguntó:

¿Te gustaría unirte al equipo? Nos hacen falta más chicas.

Y pese al susto que le sacó al inicio, Sakura no sólo vio la oportunidad para volverse más fuerte físicamente, sino que había encontrado probablemente otro equipo, pues en cuanto aceptó, las chicas del equipo de gimnasia que, en sí, la mayoría eran mayor que ella, la aceptaron con gusto a diferencia de sus compañeros de clase.

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Tercer día de clase.

Estaba decidida a no dejarse de los demás, así que apenas entrando al salón trató de mostrarse lo más valiente posible. Claro que a veces podía ser difícil en especial porque las niñas no se dejaban de reír ahora por su cabello, el cual ya no llevaba su listón.

El Uchiha menor lo notó de reojo, y no sólo eso también alguno de los golpes que habían quedado en el rostro de la menor. Lo que le sorprendió aun así es que su compañera de equipo no mencionara nada al respecto y actuara como si nada cuando ya los pusieron a trabajar en unos problemas que tenían que resolver entre los dos.

"Bien por él", pensó el Uchiha para sus adentros, pero los oídos no dejaban de zumbarle por todos los comentarios negativos que seguía escuchando de los demás niños hacia su compañera. En especial ese: Vamos a darle su merecido otra vez.

Al final de la clase, no hubo tarea por lo que era libre de marcharse, pero su instinto le pidió aguardar un poco. Su compañera se despidió de él con una sonrisita y comenzó a retirarse, en seguida vio que los demás niños iban tras ella, como cazadores hacia su presa, pero apenas estando Sakura a punto de abandonar el salón de clase, la puerta se abrió, mostrando a un trio de chicas mayores a ella.

¡¿Ya estás lista, Sakurita? —saludó una de ellas.

¡Sí! —exclamó ansiosa.

¡Bien, vámonos! ¡Tenemos mucho que entrenar! —dijo la otra, apurándola para que saliera del salón.

Los niños bullies quedaron perplejos y desistieron de sus intenciones, el mismo Sasuke quedó perplejo al ver que su compañera, aunque no era fuerte, había conseguido momentáneamente quien la protegiera, cuando fue capaz de reaccionar medio sonrió de lado y pensó: "Lo que suponía, es más lista que los demás" y se dispuso a irse, no sin antes mirar hacia sus demás compañeros. Tenía que ajustar algunas cuentas.

Cuarto día de clases.

Sakura encontró su listón limpio, intacto, y bien dobladito frente a su pupitre.

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Sakura tardó años en sonsacarle la verdad a su novio, siempre había sospechado que había sido él quien había recuperado su listón, pero este lo negó hasta casi sus 25 años, cuando finalmente le confesó que sí había sido él.

¿Cómo lo había hecho?

Una patada en los "ya sabes donde" a líder del grupito fue lo único que le respondió.

Recordar aquellos viejos tiempos aun lograban sacarle una sonrisita tonta y enamoradiza en la cara, y no le importaba lo que pensaran los demás, así era ella.

Claro que… no todo siempre fue felicidad, pensó mientras veía la fotografía.

Hubo momentos muy oscuros, en especial para su Sasuke.

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El segundo año de academia pasó sin más, después del día en que Sakura recuperó su listón, todos sus compañeros parecieron olvidarse de ella y con el paso de los meses comenzó a integrarse con las demás niñas, aunque fuera sólo para las cuestiones académicas, pero quien sin lugar a duda se convirtió en un "amigo" para ella fue Sasuke, aunque él no la considerara de tal manera.

Cuando tenían tarea, fue casi de ley que iban a la casa del menor, donde Sakura tenía oportunidad de convivir no sólo con su compañero sino con el hermano mayor y hasta la mamá de Sasuke. En una ocasión que fueron a hacer la tarea, Mikoto había regresado a la casa por algo que había olvidado y su reacción fue hilarante, casi la trató como si de una muñeca se tratara, diciéndole que le hubiera gustado tener una hijita tan bonita como ella. Itachi en aquella ocasión había reído por las ocurrencias de su madre, mientras que Sasuke hacía berrinches sumamente discretos y estaba enrojecido hasta las orejas.

A los que no les gustó al inicio que ella fuera a la casa de los Uchiha fue a sus padres, Mebuki y Kizashi Haruno, pues no les pareció "decente" que una niña estuviera a solas con dos varones, pero cuando la madre de Sasuke habló con la madre de Sakura ya no hubo tanto problema por parte de esta última.

Meses después, el tercer año de la academia empezó y afortunadamente para Sakura, Sasuke y ella terminaron en el mismo salón. En aquel entonces su profesor asignado les indicó que podían hacer sus propios equipos, igualmente de dos personas como en el año anterior.

Sakura dudó un poco en preguntarle a Sasuke, pues este siendo tan "popular" (de una manera un tanto extraña, porque en realidad no hacía nada para llamar la atención) ya estaba siendo acosado por varias niñas y hasta algunos niños que lo querían como compañero.

Supuso que tendría que resignarse, pensó para sí misma, al mismo tiempo que un niño se le acercaba pidiéndole que fueran compañeros, aludiendo que ella era "Inteligente y sabía hacer la tarea".

Estaba por resignarse y aceptar la proposición de ese niño cuando:

Hagamos equipo… Sakura.

Habló Sasuke detrás de ella.

Está de más decir que ella aceptó de inmediato y se disculpó con el otro niño. Una vez que el ajetreo en el salón terminó y se formaron los equipos, Sakura no soportó la curiosidad y preguntó.

¿Por qué quisiste hacer equipo conmigo?

El niño Uchiha sólo resopló, como no queriendo responder a tan tonto cuestionamiento, pero aun así sorpresivamente lo hizo.

Trabajamos bien juntos…

Sakura sintió palpitar fuertemente su corazón al escucharlo.

Además eres menos molesta que el resto de los del salón.

"¿menos molesta?" Sakura se medio defraudó en el interior, no estaba tan segura si tomar eso como un halago o un insulto, ciertamente Sasuke era muy estoico y era muy difícil entenderlo.

Pero eso no quitó que fuera otro año maravilloso o al menos para Sakura, quien a pesar de todo pudo conocer más al menor de los Uchiha, incluso se atrevía a pensar que más que cualquier otra niña de la escuela.

Las notas de ambos siempre eran las mejores, incluso en los deportes, el haber entrado al equipo de gimnasia había fortalecido de sobremanera a la niña que ya no hacía tanto el ridículo al correr (según ella) o en cualquier actividad que implicara un esfuerzo físico. Aquellos talentos que, no sabía que tenía, le otorgaron cierto reconocimiento en algún punto del tercer año.

En cuanto a Sasuke, todos le decían que era un genio innato, pues cualquier cosa que lo ponían a hacer él lo lograba hacer casi sin el menor esfuerzo; pero a pesar de todo esto nunca se unió a ningún equipo de deporte o a un club y eso era porque le daba prioridad a las actividades en las que tuviera que ayudar en casa.

El tercer año de la academia terminó y comenzó el cuarto y este Sakura lo recordaría como el peor de todos los años de su escolaridad primaria.

¿Por qué?

Empezando por el hecho de que a Sasuke y a ella les había tocado estar en diferentes salones. Grande fue su decepción cuando no lo vio en el mismo salón de ella y para acabarla el profesor, siguiendo con la misma dinámica de los maestros anteriores, les pidió hacer equipo, ella se resignó a tener a una chica como compañera a la que no le hablaba tanto, pero la cual definitivamente no ponía el mismo entusiasmo a las tareas como Sasuke.

Y si ella estaba así, peor fue para el Uchiha, cuyo maestro asignó a como le dio su gana los equipos, haciéndolos más grandes a como había estado acostumbrado, al final terminó haciendo equipo con un chico que sólo jugaba con su estúpido videojuego a escondidas y con otras dos niñas que sólo querían estar pegadas a él como sanguijuelas.

"Al menos trabajarían juntos para sacar los proyectos que les encargaran" fue lo que quiso creer el Uchiha, pero se equivocó, para poner a trabajar a esas niñas y niño, casi los tenía que amenazar con golpes o sino no lo hacían. Nunca los llevó a su casa.

Tener pésimos equipos de trabajo, llevó a Sasuke y a Sakura a convivir y trabajar clandestinamente.

Era lo único que agradecía Sakura del cuarto año que, aunque no estuvieran en el mismo salón, Sasuke y ella siguieron hablando incluso más que los años anteriores, y todo se dio por parte de él, cuando él fue a buscarla y a su manera le dijo que extrañaba hacer equipo con ella, para ser más precisos, sus palabras habían sido: "Preferiría trabajar contigo que con esos idiotas", pero Sakura lo interpretó a su manera, queriendo creer de algún modo que él la extrañaba.

La mitad del cuarto año de la academia transcurrió y de ahí todo se volvió más oscuro.

A mitad del año, justo en pleno diciembre, mes en que el País de las Olas se tornaba extremadamente frío, se comenzó a generar un problema en la ciudad en donde residían, una epidemia de gripe estacional que se salió de control.

Había comenzado con pocas personas, pero debido al mal sistema de salud, poco presupuesto y personal de esa ciudad, así como la negligencia de sus autoridades se volvió todo un caos.

Cuando aquello pasó, las clases fueron suspendidas, algunos trabajos también, pero aun así la gripe no se controló y por alrededor de dos meses cobró muchas víctimas y entre estas estuvo Mikoto Uchiha, quien debido a la infección murió en el hospital, dejando huérfanos a sus dos hijos.

Para cuando el problema se restableció medianamente, y las clases se restablecieron Sakura se encontró con otro Sasuke.

Ella ya estaba enterada de lo sucedido, lo supo cuando se enteró por medio de los chismes que su madre mantenía por teléfono con otras mujeres.

En aquel entonces Mebuki pretendió mantenerlo oculto de Sakura, pues sabía que su hija querría ir a ver al muchacho Uchiha cuando se enterara, pero era algo que no le permitiría hacer pues estaban en medio de una pandemia y además que encima estaba nevando.

Y no se equivocaba, Sakura apenas escuchó accidentalmente la conversación de su madre con otra persona, salió corriendo de la casa, aunque no llegó muy lejos debido al acumulamiento de toda la nieve. Su madre y padre a rastras la regresaron a la casa y le dijeron que tendría que conformarse con una llamada telefónica, pues no la expondrían y no se expondrían a una fuente de contagio.

Así que, después de hacer rabietas y pantaletas no le quedó de otra y marcó al teléfono a la residencia Uchiha, por supuesto nadie le respondió. ¿cómo? Si las únicas dos personas que vivían ahí acababan de perder a su madre, aun así, dejó varios mensajes en la contestadora en los posteriores días, con la esperanza de que su amigo al menos tomara el teléfono para hablar con ella.

Pero Sasuke nunca le respondió, fue Itachi quien lo hizo casi una semana después del fallecimiento de Mikoto.

"No te preocupes Sakura-chan, Sasuke y yo estamos bien, gracias por llamar. Quédate en casa, es mejor que no te expongas. Cuídate"

Luego le colgó sin darle oportunidad siquiera de hablar. Pero el tono melancólico del mayor de los Uchiha era algo de lo que nunca se olvidaría Sakura.

"No estaban bien, Sasuke no estaba bien" fue lo que pensó cuando finalmente lo encontró aislado en la bodega de la escuela, cuando nuevamente se restablecieron las clases a la normalidad.

No lo había visto al inicio de clases, pero alcanzó a verlo cuando comenzó el receso y lo siguió hasta que lo vio internarse a donde se guardaban todas las cosas de deportes y del equipo de teatro.

¿Sasuke-kun? —llamó precavidamente, al verlo ocultándose entre las cosas.

Vete de aquí Sakura.

Pese a su petición, ella siguió avanzado.

¡Que te largues! —le gritó furioso al escuchar sus pasos.

Pero Sakura insistió y sin decir nada, continuó caminando.

¡No quiero que me molesten! ¡¿Qué no entiendes?! —le gritó, cuando quedó frente a él.

Sasuke ni siquiera se atrevía a verla, estaba cabizbajo, furioso, rechinando los dientes que casi parecía que se los destrozaría. Sakura se quebrantó al verlo así.

¡No quiero tu lástima así que vete! —le pidió una vez más. —¡Estoy cansado de que me estén preguntando una y otra vez lo mismo! ¡No quiero escucharlo más!

No voy a decir nada. —dijo Sakura en respuesta. —Sólo déjame estar aquí, contigo…

Sasuke resopló furioso y más se alteró cuando Sakura comenzó a acercarse a él.

¡No me interesa! ¡Eres molesta! ¡¿Qué no entiendes que quiero que te largues?!

La empujó con fuerza, haciendo que ella se cayera hacia atrás tumbando en el acto algunas cosas, verla en el piso sólo aumentó más la ira del Uchiha, quien parecía reprocharse cosas así mismo.

Pese a todo, Sakura sintió más el dolor de él que el de ella misma con la caída, y a riesgo de que él volviera a reaccionar de la misma manera, se levantó rápidamente del suelo y corrió hacia él para abrazarlo con fuerza.

¡No me voy a ir! —le gritó, apretándolo más cuando sintió que él intentó zafarse. —No te dejaré… —susurró suavizando su agarre cuando sintió que él dejó de pelear.

Entonces escuchó un quejido doloroso.

Eres realmente molesta. —susurró él con voz quebrada, dejando caer su cabeza en el hombro de ella. —Gracias…

Sakura negó con la cabeza y lo estrechó más, para hacerlo sentir que ella estaba ahí para él.

Perdóname por empujarte…

Tranquilo, no pasa nada. —comprendió ella, acariciando su cabello.

Era demasiado dolor acumulado para un niño de 10 años, pues no sólo había perdido a su madre, sino que le confío a su "amiga" que corría el riesgo de que lo separaran de su "Nii-san" pues al ser ambos menores de edad se suponía que los tenían que llevar a un orfanatorio, según le había dicho su hermano. Pero dado a que Itachi había mentido con respecto a su edad (y también que se veía mayor a lo que realmente era) cuando hizo el papeleo de su madre, era fecha que ninguna autoridad los había reclamado o acogido y dudaba que algún día lo hicieran dado al pésimo sistema que había en su ciudad; sin embargo, separarse de su hermano, su única familia, era con un miedo con el que ahora debía vivir el menor de los Uchiha.

Para rematarla, sin ninguna fuente de ingreso que los amparase, Itachi se había visto obligado a dejar la escuela y buscarse un trabajo, uno de muy mala paga, pero el único que podía conseguir con sus recién cumplidos 16 años y su escolaridad trunca.

Sakura, en aquella ocasión lo había escuchado en silencio, y sinceramente no tenia palabras de consuelo, el típico "todo estará bien" no podía aplicar en ninguna circunstancia, por lo que sólo se prometió así misma hacerlo posible para ayudar a su amigo y familia.

Y así lo hizo, con pequeños detalles, pero lo hizo; a veces llevando doble bento para compartir con Sasuke que se había visto limitado en cuanto alimentos, otros días compartiendo también comida con Itachi, llevándole los dangos que tanto le gustaba y animándolo con sus estudios, los cuales ahora tenía que hacer por correspondencia.

Sasuke no se quedaba atrás, asumió todas las responsabilidades de la casa, desde lavar la ropa y la limpieza de la casa, hasta hacer la comida, aprendió rápido y lo hacía con gusto con tal de no causarle molestias a su hermano y tampoco sin descuidar la escuela, pues una meta que se tenía fija para sí mismo: era estudiar mucho para tener un buen trabajo y ganar mucho dinero, de tal manera que su Nii-san ya no tuviera que trabajar. Algo de lo que Itachi agradecía, aunque también se reía, pues a veces pensaba que su hermano terminaría cuidándolo como si de un viejo se tratara.

Dos años pasaron rápidamente, y parte de las metas estaban cumplidas, Itachi había logrado completar la educación requerida y Sasuke y Sakura habían terminado otro año escolar, ahora empezarían unos años de nivel más avanzado (según el sistema educativo).

Vamos, al menos una foto para celebrar que terminó otro año escolar y que Itachi Nii-san se graduó. —insistió Sakura colocando la cámara a las afueras de la residencia Uchiha.

Parece que tendremos que hacerlo o sino no dejará de molestar. —murmuró Sasuke malacariento.

Yo creo que está bien, aunque… la verdad no sé. —dijo Itachi agotado, pues apenas y terminaba de trabajar y no se sentía "presentable" para una foto.

¡Vamos, los dos! —siguió llamando Sakura, quien seguía acomodando algunas cosas de la cámara. —Prometo darles una copia.

Y ahí vamos de nuevo.

Que insistente es tu novia. — rio Itachi.

Ella no es mi novia, es mi amiga. —respondió Sasuke indiferente.

Bueno, al menos ya dejamos atrás la etapa del "no es mi amiga" para pasar al "no es mi novia" gracioso ¿no?

Tsk… cierra la boca no sabes lo que dices, esas cosas no me interesan, lo único que quiero es crecer ya y ponerme a trabajar para salir y sacarte de este horrible lugar y de tu espantoso trabajo.

Ni que estuviera tan viejo, hermanito tonto, o muriéndome.

Hmph… uno nunca sabe. —resopló el menor, viendo que Sakura nuevamente los llamaba y ahora con puño alzado, había comenzado a hacer sus rabietas.

Pero como nadie quería ver a esa gritona mujer enojada ambos Uchiha se acomodaron para la foto, junto con ella, cada uno con la pose y expresión con la que más se les distinguía.

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Luego pasaron otros tres años, conforme crecían los jóvenes adquirieron más responsabilidades y tomaron nuevas direcciones, además que en uno de ellos se acrecentaban sus sentimientos los cuales estaban a flor de piel.

Sin embargo, parecía que pronto llegaría una inevitable separación.

Entonces… ¿si entraste? —preguntó Sakura, viendo la carta de admisión de su amigo

Sí, me aceptaron en la Técnica "Hiruzen III" para hacer la carrera de: "Técnico en administración", justo lo que necesito si quiero un trabajo decente al terminar la escuela básica.

Umm… ya veo.

¿Y tú? ¿Cómo te fue? ¿por cuál técnica o preparatoria te decidiste? ¿Ya por fin me lo dirás?

También me aceptaron…—mostró Sakura su carta de aceptación. —Y… es en la escuela de técnica de enfermería. —terminó con una tímida risita.

Wow… ¿enfermería? ¿vas en serio con eso? ¿Harás la carrera de medicina después?

Ese es el plan. ¿Tú vas en serio con la carrera de administración y finanzas?

Sí, es lo que actualmente deja más dinero, que es lo que me importa tener… ya sabes.

Sí, claro… además pues no hay carreras para ser ninjas asesinos ni nada por el estilo ¿verdad?

Sasuke desvió la mirada, gruñendo para sus adentros.

Hmph… eso sólo lo dije una vez, cuando tenía 8 años. ¿Cómo es posible que lo recuerdes?

Yo me acuerdo de todo lo que Sasuke-kun dice. —le sonrió.

Tsk… que fastidiosa. —balbuceó este.

—"¿Se puede?" —se escuchó de repente detrás de la puerta.

¿Itachi?... Claro, hermano… adelante. —concedió Sasuke un poco confundido.

Itachi entonces entró a la habitación, a sus 21 años se veía algo desmejorado, pero eso no impedía que siempre recibiera a su hermano y a su amiga con una sonrisa.

Regresaste temprano.

Sí, hoy la procesadora de pescados cerró temprano, pero… ¡wow! Sakura-chan… te ves preciosa.

La jovencita de 15 años, ante el halago, se levantó rápidamente del cojín en donde había estado sentada para su respectiva reverencia de agradecimiento, algo que ocasionó que Itachi la alabara a un más, pues Sakura llevaba puesto un vestido de strapless corto color rosa que destellaba por algunos brillos que tenía en el encaje, su cabello, largo, estaba recogido en una coleta alta y además adornado con una pequeña peineta con cristales cortados.

¿A dónde vas tan elegante?

Eh… es que… es que…—rio ella nerviosa. —Hoy… hoy…. es…

¿La graduación de la academia? —terminó Itachi por ella.

Sakura asintió nerviosa.

Te ves muy bonita, pero hermanito, ¿Por qué tú no estás arreglado para ir a la graduación o piensas ir en esas fachas? —miró su atuendo el cual no era más que una camisa blanca y sus pantalones pijamas de cuadros.

Porque no pienso ir a esa tontería. —respondió este seco.

Uhm. sí, Sasuke-kun me dijo que tenía mucho qué hacer y bueno yo sólo vine a…—

Balbuceó Sakura tratando de justificarlo, pues sabía que su amigo no quería ir a la graduación, pero antes de ir a la fiesta había querido ir a la casa del Uchiha a compartir con él la carta de admisión que recién le había llegado, además que quería ver si lograba sorprenderlo con el arreglo que se había hecho. Lo último no sucedió.

¿Hacer qué? No tiene nada que hacer. —contradijo Itachi.

Hermano… tengo que lavar la ropa. —masculló el menor entre dientes.

Eso lo hiciste ayer… no tienes que hacer nada hoy.

Tengo que hacer tu comida.

Yo puedo cocinarme solo.

Eh… yo ya me voy… —trató de retirarse Sakura lo más sigilosa posible, pero Itachi le impidió el paso.

Tonto hermanito, por años nos hemos cuidado el uno al otro, es justo que, por una noche, salgas y te diviertas con tus amigos.

El caso ¡Nii-san! —gruñó Sasuke, poniéndose de pie. —Es que ¡NO ME INTERESA IR! Y menos compartir con esa gente. ¿Comprendes? —respondió con sarcasmo.

¿Ni siquiera con Sakura-chan?

El menor se quedó sin palabras.

A mi no me metan. —dijo rápidamente esta. —Yo ya mejor me voy.

¡No, señorita! —insistió Itachi, sin dejarla salir de la habitación. —Hermano, ¿en serio vas a dejar que se vaya así? —la señaló. —¿Qué tal si un mal bicho se le aparece en medio de la nada y la quiere picar?

¿Un mal bicho? —repitió Sakura frunciendo el entrecejo sin entender muy bien.

O peor aún, un montón de bichos. —siguió Itachi.

A lo que el menor de los Uchiha gruñó irritado y casi con los ojos rojizos.

¡Está bien! Maldita sea… —gritó refunfuñón. —Iré a la estúpida cosa esa, denme unos minutos para cambiarme.

Te damos tiempo hasta para que te bañes. —concedió Itachi, sacando a Sakura de la habitación.

Fastidiosos. —resopló este.

Pero yo no hice nada…—lloró Sakura para sus adentros.

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Casi una hora después, Sakura y un muy malhumorado Sasuke caminaban hacia la escuela, cuya graduación se estaba llevando a cabo en el gimnasio.

Realmente lo siento. —se seguía disculpando Sakura.

Qué más da… igual puedo ignorar lo que me dijo mi hermano e irme a perder a otro lugar, pero es obvio que no te dejaré caminar sola y menos con lo que llevas puesto.

Sakura se miró la ropa, así como sus zapatos de tacón.

¿Qué tiene de malo?

Nada en lo que a mí respecta, pero hay "malos bichos" que no captan el mensaje de "no pasa nada malo con tu atuendo". ¿Si comprendes?

Por supuesto que Sakura captó, y ahora comprendía también lo que Itachi había dicho.

Sí, entonces… ¿me estás acompañando sólo para cuidarme de los malos bichos?

No, te acompaño porque me encanta todo el maldito ambiente escolar. — respondió este con sarcasmo.

Sakura rio para sus adentros.

Bueno, entonces no perdamos tiempo y andando. — lo animó para caminar más rápido, esperando y añorando porque se diera un ambiente de lo más romántico en donde ella pudiera por fin confesar sus sentimientos.

Por supuesto sus fantasías superaban a la realidad, pues cuando llegaron a la fiesta de graduación no era como se lo había imaginado y ya entrando en esta, estaba todo tan aburrido, más aburrido que las mismísimas leyes del país de las Olas.

La comida era mala, la música también, los jóvenes hacían tonterías y por supuesto Sasuke no tenía siquiera intención de bailar una pieza con ella. Sakura se aburrió tanto que estuvo a punto de desistir, pero como cocapitana del equipo de gimnasia rítmica no podía hacerlo hasta que se dieran unos cuantos discursos motivacionales por parte de los lideres de equipo y clubes. Dioses, esa parte de la fiesta fue lo peor, parecían letanías que no tenían fin.

Cuando finalmente terminaron con sus discursos, pusieron una canción de lo más cursi y sentimental que hizo a todos los futuros ex estudiantes abrazarse y llorar entre ellos como si nunca más se volvieran a ver.

Que ridículos… —pensó Sakura para sus adentros, volviéndose hacia Sasuke quien estaba sentado en una de las sillas con los ojos cerrados, sólo dios sabría si estaría dormido o no.

Se dispuso a despertarlo o lo que fuera que estuviera haciendo, cuando vio que una chica se le adelantó y con un empujón en el hombro lo despertó.

Sí, despertó, porque en realidad si estaba dormido, tanto, que no alcanzó a reaccionar como solía hacerlo con lo siguiente que sucedió. La aparecida aquella inesperadamente le robó un beso, ante la petrificada mirada de Sakura.

Lo siento "Sasuke-kun" no podía irme de esta escuela sin robarte al menos un beso. —le confió la muchacha con una sonrisita que denotaba satisfacción.

Sasuke estaba asqueado, que inmediatamente se limpió la boca como si le hubieran puesto veneno o algo. Odiaba que invadieran su espacio personal y esa chica tonta había cruzado un límite, la fulminó con la mirada y esta, captando que su adorado "crush" para nada estaba feliz, salió huyendo, claro que a los minutos después presumió con su grupito de amigas que ella le había robado un beso al indomable y amargado Sasuke Uchiha.

Por otro lado, después del asalto a su amigo, Sakura no fue capaz de reaccionar, ni siquiera para defenderlo de aquella arrastrada, pero realmente le había dolido lo que había visto; sin embargo, como decían, las cosas no podían empeorar, cuando sintió que alguien la sujetó del brazo y la giró, lo que enseguida vio y también sintió fue una asquerosa lengua sobre sus labios, para después sentir como el otro apretaba sus labios contra los suyos.

Lo siento, Haruno…siempre quise hacerlo, para no quedarme con la espinita. —le dijo un muchacho que ni siquiera conocía con una sonrisita victoriosa, cuando finalmente la soltó. —Por cierto, que bonito vestido. —le dijo con atrevimiento dándole un manotazo a su falda para levantarla.

Tú… TEME!...

Sakura se paralizó que ni siquiera alcanzó a ver cuando en medio de todos los abrazos y llantos de los demás alumnos, su acosador cayó al piso después de recibir por parte de su amigo un tremendo puñetazo en medio de su cara.

Cuando el tipo yació medio inconsciente en el suelo, fue que reaccionó, pero lo único que hizo fue correr al baño más cercano.

Sasuke al verla, le metió una patada en los bajos al desconocido y corrió tras ella.

Valiéndole una mierda que fuera el baño de mujeres, Sasuke entró a este sin pena y con lo que se encontró fue con una Sakura lavándose insistentemente la boca, desmaquillando sus labios y parte de su tocado en el proceso y como era de esperarse, estaba llorando.

Tenías razón Sasuke kun, debemos… cuidarnos bien de los malos bichos. —habló con zozobra viéndolo por el reflejo del espejo, mientras tomaba algo de papel para limpiarse.

Hmph…

Fue lo único que salió de la boca de él, y sin decir más se acercó a lavabo y comenzó a lavarse la boca y los labios también.

Sasuke kun… estás en el baño de mujeres. —fue lo que salió de ella, al verlo.

Me da igual. —respondió este tajante. —Quería lavarme, a esa tipa le olía la boca a rayos.

Sakura soltó una risita.

Si la vuelvo a ver le daré su merecido. —bromeó ella, aunque muy internamente sí quería hacerlo.

Ya somos dos. —contestó Sasuke, secándose con un pedazo de papel. —¿Ya podemos irnos?

Sakura asintió, pese a querer mostrarse bien, su rostro lloroso la seguía delatando, así como lo tembloroso de su cuerpo. Sasuke sólo suspiró exhausto y se quitó el saco que llevaba puesto, que dudaba que sirviera de algo pues su amiga no temblaba precisamente por el frío. Aunque él ignoró el confort que realmente le brindó a ella con ese pequeño gesto.

Como obviamente eran muy altas horas de la noche (para un par de adolescentes), la encaminó hacia su casa. Durante su caminata ninguno mencionó nada, pero Sasuke aun podía percibir los sutiles gimoteos de su acompañante. Suponía que Sakura no le estaba pasando bien, después de todo ella era muy sentimental y de seguro tenía ese tipo de ilusiones de niña con respecto al afamado "primer beso" y ¡vaya! Quién no se pondría mal si alguien te acosaba en ese extremo, al menos su acosadora había sido sutil con él, aunque en cualquier perspectiva el acoso seguía siendo acoso y había límites para todo.

En cuanto a Sakura, pensaba que le quedaba como anillo al dedo la frase de "fui a buscar oro y encontré carbón" realmente se había esmerado en arreglarse y verse bonita, había acudido a la casa Uchiha no solo para mostrar su carta de aceptación, también con la doble intención de que su amigo aceptara ir con ella, claro que antes de la intervención de Itachi era algo que le pareció lejano, pues Sasuke no había dejado de pronunciar que el baile de graduación era una completa estupidez, y cuánta razón había tenido.

"Mejor me hubiera quedado en casa" se repetía una y otra vez, haciendo que inevitablemente uno que otro gimoteo traicionero se le escapara de la garganta. Cuánto anhelaba por fin estar en su casa para quitarse ese estúpido vestido y esos estúpidos zapatos. Lo bueno es que ya faltaba poco para que al menos ese deseo se le hiciera realidad.

Sakura…

¿?

Apenas y alcanzó a reaccionar cuando inesperadamente su amigo la arrinconó fuera de las luces de la calle, hacia un apartado entre las sombras.

¿q…qué haces? —preguntó asustada y con el corazón bombeándole casi a todo lo que daba.

Uhm… yo pienso que… debes olvidar… lo que pasó… eh… espero… no… me tomes a mal… esto.

No dijo más, Sakura sólo sintió como la tomaba de su mejilla y pese a que ella agachó el rostro, él la hizo alzarla de nuevo.

"No puede ser, no puede ser" gritó desde su interior, pero una vez más de lo que llevaba la noche se equivocó. Sí sucedió.

El Uchiha posó sutilmente sus labios sobre los de ella, y los mantuvo así por unos cuantos segundos, hasta que finalmente se separó de ella.

Hmph… no sé si esto te hará sentir mejor o peor, yo… sólo creí que al menos esto debió ser con alguien que nos agradaba.

Sakura se había quedado sin habla, así que sólo respondió corporalmente, asintiendo, dándole la razón.

Ok, sigamos… Mmm no quiero que pienses que soy un pervertido. —dijo el apenado Uchiha sin atreverse a verla a la cara.

La silenciosa Sakura, sólo negó una y otra vez agitada, y así continuaron el resto del camino hasta que finalmente llegaron a la casa de Haruno.

Bien, sana y salva…—declaró Sasuke una vez que se aseguró que su amiga tuviera llaves para entrar a su casa.

Eh… Sasu..ke… kun. —articuló Sakura con dificultad, quería decirle todo, pero se acobardó en el último segundo.

¿?

Eh… Gracias. —soltó casi en un suspiro.

Nos vemos. — le respondió este con su casi imperceptible sonrisa, y sin más se retiró del lugar.

Sakura no sabía que significaba eso, no sabía si Sasuke la había besado por lástima, por borrar un mal recuerdo para suplantarlo con otro, o tal vez porque él sentía algo por ella, cualquiera que fuera la razón de igual manera estaba de cierta forma feliz.

La noche no había sido tan mala después de todo.

.

.

Por otro lado, una vez que Sasuke llegó a su propia casa, se encontró con que Itachi aún seguía despierto y merodeando por ahí.

Llegaste.

Sí.

Y… ¿qué tal estuvo?

No… fue tan malo. —respondió él, no hablando precisamente del baile.

Que bien. —dijo Itachi satisfecho, notando que su hermano no se había atrevido a mirarlo directamente a la cara, eso ocasionó en él un par de risitas, así como unas cuantas teorías con cierta niña.

Me iré a dormir.

Claro, descansa, hermanito, tonto. —se despidió este, viendo como el menor poco a poco se alejaba.

Cuando escuchó que Sasuke se encerró en su habitación, Itachi no pudo evitar dejar salir un quejido de dolor, el cuerpo le dolía demasiado desde horas atrás y por eso pidió salida en el trabajo. Pensó que probablemente se enfermaría y no podía darse el lujo de hacer eso.

.

.

.

Un par de años más pasaron y como era de esperarse, tanto Sasuke y Sakura tuvieron una evidente separación.

Debido a las diferencias de sus escuelas cada uno llevaba un horario diferente, por parte del Uchiha, había hecho de todo para avanzar en materias pues pretendía hacer la carrera técnica en dos años y no en tres como estaba establecida, al mismo tiempo que mantenía un trabajo en la misma escuela como becario, con el cual recibía un mínimo apoyo financiero, comida otorgada por parte de la institución, así como una beca. Podía parecer poco, pero él se daba por bien servido, pues todo lo que estaba ahorrando era para sus futuros estudios en la universidad.

En cuanto a Sakura, toda carrera que implicara algo de medicina era complicado, así que puso más de su esfuerzo para aprobar todo, en la teoría no tenía tanto problema, pero al segundo año cuando comenzó a ser todo más de práctica fue cuando comenzó a tomarse las cosas con más calma, atender la salud de otra persona era una gran responsabilidad y en base de experiencias tanto buenas como malas aprendió de ello.

Sin embargo, pese a sus responsabilidades, ella nunca dejó de frecuentar a Sasuke, ya fuera en fines de semana o días festivo lo visitaba a él y a su hermano. Ellos siempre la recibían, Itachi siempre con una gran sonrisa y Sasuke, siendo como él era, aparentando que le daban igual las cosas, pero nunca despreciándola.

Aunque a veces Sakura deseaba que sus encuentros también se dieran por parte de él y no sólo de ella, pero al recordar que sólo eran amigos de escuela, pensó que sería tonto esperar algo como eso y más de una persona como Sasuke. En realidad, nadie estaba obligado a buscar al otro, pero ella lo seguía haciendo y más que nada por sus sentimientos que no se resignaban con el amargado Uchiha.

.

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¡Felicidades, futuro licenciado!

Explotaron los confetis por encima de Sasuke, al mismo tiempo que un cartel caía de lo más cursi con el mensaje "Lo has logrado".

No tenían que hacer nada.

Bufó el amargado Sasuke de ya 17 años con ojos cerrados con confeti en su cabello, viendo como Itachi y su amiga hacían un relajo con tal festejo.

Sí, lo había logrado, el Uchiha había logrado acabar la escuela técnica y había pasado el examen de admisión en la carrera de administración y finanzas. La cual, si bien le iba, esperaba acabar antes de los 21 años.

No seas amargado, tonto hermanito. —regañó Itachi, sentándose pesadamente sobre el cojín, un detalle que no pasó por desapercibido para la todavía estudiante de enfermería. —Es más, no sé ni que estás haciendo aquí, deberías salir con Sakura chan a festejar a algún lugar, pero dado a que ella se molestó en traer esta comida…

Miró lo que su amiga había llevado, no era mucho, sólo unos Dangos para Itachi, bolas de arroz para Sasuke y un platillo de anmitsu para ella, los cuales acompañarían con un poco de té.

¿Tu lo trajiste? —preguntó Sasuke confundido.

Ah… ¡sí! Es que hablé por teléfono e Itachi Nii-san me dijo que ya te habían aceptado en la universidad, entonces yo, entonces… —explicó escandalosamente.

Hmph…

Sakura se silenció, viendo como su amigo sólo tomaba una bola de arroz y se lo llevaba a la boca, pero antes de que lo mordiera dijo:

Gracias…

En su interior, Sakura saltó de la felicidad, aunque luego escuchó.

No te me quedes mirando mientras como.

La cara se le enrojeció, pues no se había dado cuenta que se había quedado como idiota viéndolo.

Itachi, viendo toda aquella escena se rio, aunque este pronto se apagó debido a un molesto y punzante dolor que sintió en su cuerpo. La espalda le dolía demasiado.

¿Todo bien Itachi Nii-san? —preguntó Sakura al notar ese movimiento y no sólo ella, Sasuke también lo hizo, pero no dijo nada.

Sólo estoy cansado, han sido días muy duros en procesadora.

Oh…

Ya salte de ese maldito trabajo Itachi, no sé porque sigues ahí. —regañó Sasuke.

Si tú no haces lo que te digo, porque tengo que hacer lo que tú dices, tonto hermano menor. —respondió este bromeando.

Sasuke sólo bufó con su típico "Hmph"

Por cierto, Itachi-Nii-san ¿Izumi san vendrá? Traje Dangos para ella también. —dijo Sakura tratando de cambiar el tema.

Ambos Uchiha al escuchar ese nombre se silenciaron, y el mayor en específico fue quien se mostró más cabizbajo.

Uhm… creo que no te lo había contado Sakura-chan. —habló melancólico. —Terminé con ella hace una semana.

Sakura ahogó un grito, y casi cometía la indiscreción de preguntar el motivo, pero de inmediato se silenció al reparar que esas cosas no eran de su incumbencia, más sí se sintió un tanto mal por su amigo, pues en los últimos meses lo había visto muy feliz con esa chica, la cual le había parecido muy agradable y bonita.

Oh, ya veo, lo siento.

El mayor sólo negó con la cabeza, mientras que Sasuke sólo resopló exhausto y siguió comiendo, para que el resto también lo siguiera y se olvidaran por el momento del tema.

Sakura e Itachi le siguieron la corriente y comieron en silencio, pero para cuando Itachi terminó sólo se levantó, agradeció por los alimentos y dijo que se iría a dormir.

Salgan ustedes a… no sé, a donde quiera… son jóvenes, por dios. —aconsejó antes de irse.

Presintiendo que su hermano lo que en realidad era estar a solas, Sasuke invitó a Sakura a salir. Esta en un inicio se emocionó, teniendo en mente un par de lugares al cual ir, aunque luego él le aclaró que sólo quería caminar por alrededor del parque que estaba cerca de su casa.

No era lo que esperaba, pero algo era algo, pensó Sakura, aunque el parque también parecía un lugar idóneo para una confesión de amor. Tenía 17 años y ya no podía seguírselo guardando, llevaba casi 10 años haciéndolo.

Sin embargo, nuevamente las cosas no salieron como ella quiso y todo por el tema de conversación que impuso el Uchiha y el cual, en sí, también denotó una preocupación en ella.

Itachi ha estado raro estas últimas semanas.

¿Raro? ¿cómo raro?

Mmm… no sé, como que cansado y entristecido… Sakura… ¿tú crees que sea por esa mujer?

¿Por Izumi san? Pues… ciertamente un rompimiento puede causar depresión, pero…

Continúa.

No sé, si quieres una perspectiva desde el ámbito médico, aunque aún no sea una enfermera certificada, yo… no veo bien a Itachi. —sinceró.

¿No? —frunció Sasuke el entrecejo, comenzando a preocuparse.

Me refiero a que… no se ve saludable, es decir si lo comparo contigo, él siempre se ve muy cansado.

Recuerda que… él ha hecho muchas cosas, incluso antes de que mamá muriera. —recordó Sasuke, apretando los puños.

Sí, pero…el trabajo en exceso puede causar una serie de lesiones o incluso enfermedades de las llamadas "silenciosas" ¿no sabes si ha ido a un médico?

No. ¿por qué? ¿Debería? ¿Crees que tiene algo malo?

Ay… Sasuke kun son muchas preguntas. —dijo Sakura un tanto agitada. —No puedo responder eso, sería negligente de mi parte darte alguna clase de diagnóstico cuando no estoy calificada para ello, lo único que te aconsejo es que lo hagas ir con un médico a hacerse unos exámenes de rutina y un chequeo general.

Hmph… de acuerdo—musitó él pensativo. —Ya es tarde, te acompañaré a tu casa.

Oh… bien. —aceptó Sakura un poco desilusionada, pues esperaba pasar un poco más de tiempo con él.

Al ir caminando a la casa Haruno, Sakura no podía dejar de recordar la noche de graduación, esa noche cuando su amigo la besó, y no pudo evitar enrojecer como un farol cuando pasaron justo por el lugar en donde él la arrinconó, pese a que ya habían pasado dos años, el solo recordarlo aún le causaban un gran movimiento intestinal, el cursimente conocido como las famosas mariposas en el estómago. "Malditos neurotransmisores", pensó para sus adentros.

Aunque al parecer sólo ella era la que recordaba esa noche, pues Sasuke al pasar por el sitio ni siquiera le prestó su atención, de hecho, desde aquella noche ninguno de los dos habló sobre lo sucedido y continuaron con su relación de amigos como siempre. Al menos de su parte no lo volvió a mencionar pues no quería perder la amistad del Uchiha.

Pensar en ello la hizo reflexionar en algo que no había querido admitir, Sasuke Uchiha sólo la veía como una amiga y así sería siempre. No tenía ninguna oportunidad.

Llegamos. —avisó Sasuke.

Sakura reaccionó sobresaltada, volvió a la realidad y se vio justo al frente del pequeño jardín de su casa.

Ah… sí, gracias… por acompañarme.

No hay problema, gracias por lo de esta noche. —agradeció con una leve inclinación de cabeza.

Sakura casi se vuelve loca al ver dicho gesto, le había parecido elegante y tierno a la vez.

No, no… lo hice con gusto.

Bien, entonces… hasta la próxima. —se despidió él con su media y casi invisible sonrisa y se retiró.

Sakura, entre suspiros, sólo lo vio alejarse, nuevamente otra oportunidad de confesarse se le había ido, aunque realmente ya no estaba tan segura de sí debía hacerlo, tenía que pensarlo detenidamente. Suspiró nuevamente, sintiéndose un poco desanimada por las posibles opciones.

.

.

Por otro lado, Sasuke de camino a su hogar pensó detenidamente en lo que había hablado con su amiga, ciertamente lo que ella le dijo y aconsejó lo comenzó a preocupar, así que tenía sí o sí que obligar a Itachi a que se fuera a consultar con algún médico.

Mientras pensaba en cómo lo haría, aceleró el paso cuando caminó por cierto sitio en donde 2 años atrás arrinconó a su amiga, era fecha que no podía ver ese lugar sin sentirse como un completo idiota.

Llegando a casa y con los pensamientos más claros sobre lo que haría, así como con un plan, se dispuso a confrontar a su hermano para obligarlo a decirle lo que le estaba pasando y también para ordenarle que fuera al médico.

Vio que su habitación aún estaba encendida lo que le pareció excelente así se evitaría la pena de despertarlo (si es que estaba durmiendo) y sin siquiera pedir permiso, sólo corrió la puerta a un lado

¡Itachi, necesitamos…!

Pero pronto calló y las palabras se quedaron a medio salir, pues su hermano, el que pensaba que estaría despierto leyendo, viendo televisión o cualquier cosa estaba desmayado a un costado de la cama, de su boca escurría un hilo de sangre.

¡Itachi! ¡Itachi! ¿Qué te pasó?

.

.

.

Tiempo actual.

Sakura no vivió aquello en persona, pero era como si casi pudiera imaginar la escena completa en su cabeza cuando Sasuke tiempo después le contó como lo había encontrado. Su corazón aun se estremecía de sólo imaginarse a su novio gritando y pidiendo ayuda para su hermano.

Lamentablemente para ambos hermanos Uchiha, ese día fue el inicio de una nueva tempestad en sus vidas y Sakura, pese a que ellos no quisieron, se unió también a la tormenta.

Continuará.

Notas de autora: a los lectores, espero que les esté gustando. Ya la siguiente parte supongo que será el final de estos flashbacks (aunque siempre digo eso) pero sí, esa es la intención.

Agradecimientos especiales a HeatherMino y Adrit126 por sus comentarios.

Saludos.

15 de febrero de 2022