Beginning: He de decir que estoy bastante impresionada por las versiones de mucha gente. Me gusta que saquéis vuestras conclusiones y os fijéis tanto en la reacción de los personajes. Un saludo y un besazo! ;P
Cueste lo que Cueste
Capítulo 5: Licantropía.
James Potter estaba en la torre de Gryffindor, en el dormitorio de los chicos, jugueteando con la varita de Lily Evans. El apuesto adolescente de cabello color castaño denotaba aburrimiento en su rostro. A su alrededor, un Lupin escribiendo en un pergamino, un Sirius mandando notitas a Sinead con una lechuza extremadamente pequeña, puesto que la rubia se encontraba en el piso de abajo; y otro Pettigrew comiendo emparedados del almuerzo. Se habían saltado una hora de clase y ahora tenían libre. Por las ventanas de la torre de Gryffindor todavía se veían los escasos pero vivos rayos del Sol y las nubes, amenzazando de tormenta, se mostraban rápidas encapotando el cielo.
Una lechuza parda entró por un resquicio de una de las ventanas que había abierta a una velocidad increíble y ésta se posó junto al brazo del licántropo. El chico no se dió cuenta de su presencia hasta que ésta comenzó a darle picotazos en el brazo.
-¡Ay! Ya era hora.-Remus Lupin miró a la lechuza un instante antes de coger la edición ampliada de El Profeta que la lechuza parda llevaba atada a las patas. Después, sacó unas monedas y las metió en la bolsita que ésta llevaba.-Y de propinas nada, que llevo esperándote desde el mediodía.
La lechuza parda le dio un último picotazo en el brazo malhumorada y salió de la habitación por la ventana. Remus miró a sus amigos y éstos se encogieron de hombros. Ya no estaban enfadados ni nada parecido, pero sí que estaban algo fríos entre ellos. Lupin desenrolló el periódico mágico y leyó la noticia en portada.
-¿Algo interesante?.-Preguntó monótonamente James. En unos segundos que parecieron horas nadie contestó. James levantó la cabeza y miró a su amigo que sostenía El Profeta con el rostro pálido, serio y preocupado.
De repente Lupin se levantó y James sin saber reaccionar vio cómo el licántropo comenzaba a buscar en el baúl del castaño. James, un poco confuso lo miró sin entender. Entonces Lupin sacó una extraña tela del baúl de James. Tenía finos bordajes y parecía que estaba hecha de agua.
-James... necesito tu capa. Me la voy a llevar.-El licántropo cogió una pequeña mochila y comenzó a guardar dentro la capa, una chaqueta y unos pantalones muggles.
-¡Eh! ¿A dónde vas?.-Sirius y Pettigrew también contemplaban la escena. Lupin no pudo por más que tirarles el periódico para que leyeran lo que decía la portada.
Recientes ataques cerca de Grimmauld Place
La comunidad mágica está cada vez más preocupada por los extraños ataques que están sucediendo por toda Gran Bretaña. La gente a penas si sale de sus casas para lo más esencial y el Ministerio está tomando medidas drásticas.
La pasada noche cerca de Grimmauld Place, dos individuos fueron atacados por ''alguien'' o ''algo'' que aún no podemos averiguar puesto que las víctimas se encuentran inconscientes en San Mungo. Todos sabemos que la zona Grimmauld Place y los alrededores están habitadas en su mayor parte por Muggles, pero da la extraña casualidad de que todos los que hasta ahora han sido atacados tenían algún tipo de relación con la magia. El matrimonio de los Evans fue atacado hace tan solo unas semanas y aunque son muggles (gente no mágica), tienen descendientes pertenecientes al mundo mágico. El pasado viernes Swann Parker, al parecer un innefable del Ministerio de Magia, fue atacado de la misma manera a altas horas de la noche. Todos sabemos que los innefables siempre han sido un tanto sospechosos, pero quizá a esas horas el atacante quisiera conseguir algo o simplemente un tipo de información que no le fue facilitada.
''En el Ministerio los innefables son fieles hasta la muerte. Y he de decir que no les será en vano pues pretendo, no sólo ''vengar'' a las víctimas, sino también asegurarles a todos los miembros de la comunidad mágica que volverán a pasear tranquilos por las calles'' afirma el ministo de magia.
El último ataque extraño localizado hasta el día de hoy, se produjo anoche a las 21:40 en los alrededores de Grimmauld Place. Las víctimas fueron un hombre de cuarenta y tres años llamado Rodolph J. Lupin y otro individuo que murió dos horas después del ataque apellidado Corner pero que aún no sabemos su identidad completa.
-¡Grimmauld Place!.-Exclamó Sirius que le pasó el periódico a Colagusano.-¿Cómo es que Dumbledore no te avisó?
-Dumbledore ha estado ocupado con el asunto de los padres de Lily... Además, él poco podría hacer. No tengo otro lugar donde ir.-El licántropo suspiró y siguió recogiendo algunas cosas.
-¿Y qué piensas hacer si se puede saber?.-James se había quedado consternado con la noticia de los padres de Evans y su cabeza funcionaba a toda velocidad. ¿Cómo había estado tan imbécil estos últimos días? Ojalá hubiera dejado el orgullo de lado y hubiese preguntado por la ausencia de Lily... pero no, había sido un cobarde y un egocéntrico. Pero eso ahora no importaba... y de todos modos, él no significaba nada para ella a pesar de lo importante que se iba haciendo ésta en su vida.
-Pienso ir a buscar a quienquiera que fuere que haya echo eso a mi padre. Aqui sentado viendo cómo muere aún más gente no voy a hacer nada.-Dijo Lupin seguro de sí mismo.
-¡Lunático! Esta noche es luna llena. ¡No puedes irte! ¿Estás loco o has perdido la cabeza? Sea lo que sea que está produciendo los ataques no va a ser algo con lo que tú puedas luchar. ¡Tienes quince años!.-Sirius no cabía en sí.
Pero Remus Lupin ya no los escuchaba. Se había echado la mochila al hombro y se disponía a irse allí mismo. Pero James se levantó de un salto y se interpuso en su camino.
-Vale, Lunático. Vamos a ayudarte en todo lo que podamos pero por favor, no te vayas... ¡Es luna llena! No sólo pones en peligro a un montón de personas, sino también a ti mismo...-James bajó la cabeza lentamente y su rostro se vio entre las sombras.
-James... aunque creas que no he pensado en eso... Llevo varios días preocupado y pensándolo. Ha llegado el momento. No pienso dejar que esto siga adelante...
-Bien... pues vete, si tantas ganas tienes de salvar el mundo con una navaja ahí tienes.-James se apartó de la puerta y lo miró a los ojos. Lupin suspiró y miró por última vez a sus amigos. Después salió corriendo poniéndose la capa de invisibilidad y desapareciendo ante todos.
-¡Eh!.-Amy había visto un destello desaparecer en la sala común.-¿Era ese Remus?
Acababan de llegar a la sala común y aún tenían los libros en la mano. Lauren no estaba, había decidido pasar el resto del día con Sanjay pues según ella tenían que ''hablar'' de algo importante. Sinead se encogió de hombros. Se acercaron a los sillones y soltaron los libros suspirando de cansancio. Habían pasado la última hora en la biblioteca.
-Estás muy pesadita con Lupin... ¿eh?.-Rió la rubia.-Que todavía no me he olvidado de lo que sucedió el primer día.
-Ya te dije que fue un accidente, pero como todo lo interpretáis mal...
-Pues no haríais mala pareja la verdad... Los dos tann... maduros.-Sinead notó con cierta satisfacción que su amiga comenzaba a sentir interés por lo que estaba diciendo.-¿Y si fuera él el que apareció en la habitación?
-¿Remus? No creo... no, ¿no? No sé, no le va... ¿o sí? ¿Y cómo es que no se activó ningún sistema de seguridad?.-Amy frunció el ceño.
-A lo mejor no eran humanos... Este verano leí en unas revistas de muggles que se han visto OVNIs por Gran Bretaña...-La figura de Kate Finnigan apareció detrás de las chicas.
Con una mochila colgada al hombro, Kate era una chica metamorfomaga con el pelo violeta chillón, los ojos verdes y bien grandes y unos labios carnosos y traviesos. Se movía con gracia y sus pecas llenaban su nariz y parte de su cara.
-Sí hombre... lo que faltaba ahora era que me hubiera besado un bicho raro.-Dijo Amy.-Y lo que me preocupa no es eso...-rió la chica.- y es que, Kate... me estás dando a entender que lo sabe todo Hogwarts. Esperemos que no sea verdad eso de los ovníacos.
-Se dice extraterreeestre. Que no lees.-Dijo Sinead bromeando y recibió el golpe de un cojín que su amiga tenía a mano.
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Los padres de Lily no mejoraron demasiado en los siguientes días. Seguían inconscientes y la pelirroja iba a visitarlos todas las mañanas. Por el día solía ir a pasear por Londres...
Prefería estar sola por las calles hasta bien entrada la tarde que permanecer en esa fría casa rodeada de la angustia que le producía su abuela. No es que la mujer fuera mala persona... pero no le agradaba en absoluto.
La gente comenzaba a cerrar sus tiendas y comercios cuando empezó a oscurecer. Las calles abarrotadas pronto fueron dejando una imagen más desolada, pero Lily Evans se quedó rezagada por aquellos patios del centro. Hacía un poco de brisa pero por lo general estaba despejado. ''Demasiado despejado para estar casi en noviembre'' pensó Lily. La chica se sentó en unos bancos que había cerca de un parque rodeado de azulejos y dibujos en las portillas. No se oía más que persianas, coches y gente alejándose hacia sus casas, y, cómo no, el rumor del viento al rozar su rojo cabello.
Pronto comenzó a notar una presencia que se acercaba desde atrás. Eran pasos decididos y marcados con un ritmo. La pelirroja, apática e indiferente a su alrededor, los sintió pero ni tuvo miedo por que fuera alguien de malas intenciones ni se molestó en drase la vuelta con disimulo. Estaba sin su varita mágica, lejos de protegerse a sí misma, ¿y qué? Se acercaban unos pasos sosechosos y ella no se iba a dignar ni a darse la vuelta... ¿y qué?
A Lily Evans alguien le había tocado el hombro... ella cerraba los ojos y sentía la calidez de aquella mano que aunque no reconocía, tanta falta le hacía en aquellos momentos. Giró lentamente la cabeza.
-No esperaba verte por aqui, Remus.
El muchacho de ojos marrones estaba plantado detrás de ella, solitario, con el rostro serio pero seguro de sí mismo miraba a la pelirroja. Éste soltó lentamente la mochila que llevaba al hombro y se sentó a su lado.
-¿Cómo están tus padres? Me lo han contado tus amigas...-Lupin la rodeó con su brazo. Lily sintió un escalofrío y unas ganas tremendas de comerse a besos a Lunático. Estaba tan cerca, tan cálido, tan protector...
-No han avanzado demasiado. ¿Y tú qué haces aqui?.
-Mi padre ha sido atacado. Pero no... tranquila. Le he visto antes y eso... el problema es que yo he salido sin permiso del colegio.-Remus intentó sonreir. Pero desistió y pensó que la sonrisa se debía siempre a un sentimiento. Y él no lo sentía.
-Sabes que es peligroso, Remus...-Lily se quedó en silencio un instante.-¡Tienes que estar loco!.-Dijo por fin.-¿No ves que pueden preocuparse? ¿o que puede sucederte algo? ¿has pensado en que no son buenos tiempos?.-La pelirroja miró al cielo y lo miró horrorizado.-¡Hoy será luna llena!.
-Tranquila, Lily... procuraré estar lejos cuando eso suceda. Sé cuidar de mí mismo, y, en cuanto a eso... ¿qué haces tú sola en la calle si no son buenos tiempos?.-Remus sonrió lévemente.
La pelirroja sonrió también aunque no muy segura todavía. No le preocupaba lo de su transformación, le preocupaba más la salud de Remus y lo que haría. Le preocupaba su padre... si él moría Remus no tendría dónde ir. Ella siempre lo había tenido como un hermano y no permitiría que se quedara en la calle. Pero más podría con su amigo el dolor que el desamparo, y si ésto sucedía, la apatía no sería lo peor. Lo peor sería que su destino sería todavía más claro.
A penas si se distinguían entre ellos los rostros por la oscuridad, Lupin ya comenzó a coger sus cosas. Lily frunció el ceño, un poco más preocupada y lo cogió del brazo mientras éste la miraba.
-Ten muchísimo cuidado...
-No te preocupes... sé lo que hago.-Lupin bajó la mirada.
-¿Qué te pasa...?.-La pelirroja lo observó en silencio y pareció que el tiempo se había detenido.
Habían sido amigos durante tantos años. Habían compartido tanto, habían reído, jugado, estado, acompañado... lo habían hecho todo y entre ellos se estaban rompiendo los lazos de su amistad. Se estaban distanciando. Pensó lo duro que tenía que ser para él en toda su vida... pensó que si le hubiera sucedido a ella, no habría parado hasta encontrar venganza. Y en ese momento, la chica sintió muchísima rabia.
-Debo, irme, no quiero que te suced...
¡CRAC!
Alguien se apareció delante de ellos. Llevaba ropas raídas y gastadas y su cara no era demasiado acogedora. Estaba de espaldas a ellos y Lily tragó saliva mientras Remus se metía la mano en el bolsillo en el cuál debería tener su varita al mismo tiempo que protegía a la pelirroja detrás suyo.
El desconocido se dio la vuelta mirándose las manos y los pies, y tocándose la cara, los brazos... Lily pensó que quizá no tenía mucha experiencia en aparición y necesitaba comprobar que había hecho todo correcto... El mago los miró y sonrió socarronamente.
-Vaya, vaya... El hijo licántropo de nuestro ''fiel'' amigo...-El desconocido mago chasqueó la lengua y se acercó un poco más mirando a Lily.-¿Y quién tenemos aqui...?
-¿Quién eres?.-Lupin estaba armado de valor e inyectado en rabia. Ese mago debía de saber algo a cerca del ataque de su padre y de los causantes de que en su casa estuvieran llevando a cabo tantas investigaciones y protecciones.
Pero el desconocido mago no lo escuchaba. Había cerrado la boca y miraba con espectación los ojos de la pelirroja mientras Lupin apretaba más el brazo de ésta.
-Tú eres la sangre sucia... tú eres la hija de aquellos entrometidos.-Empezó a reir estruendosamente mientras el viento le hacía coro.
-¡¿QUIÉN ERES Y A QUÉ HAS VENIDO!.-El licántropo dio un paso hacia adelante mirándolo a los ojos con rabia. ¿Quién demonios era ese tipo y qué sabía de los padres de Lily?
Pero Remus Lupin no se encontraba bien. Se puso pálido y comenzó a estremecerse. Sus ojos se desorbitaron y sus pupilas se dilataron dándole un aspecto más que terrorífico. Su labio inferior comenzó a temblar y el jóven mago dejó caer su varita al suelo en un movimiento que los tres creyeron ver a cámara lenta.
Agarrándose el cuello con las manos y doblándose por la cintura comenzó a gritar desgarradoramente. El mago y Lily lo miraban horrorizados y paralizados. La gryffindor alzó la mirada al cielo... ¡la luna había salido en su plenitud!
Observó de nuevo a Lupin y vio cómo se desgarraban sus ropas y se transformaba su cuerpo a bases de gritos del adolescente. Retrocediendo, Lily no le quitó la mirada de encima a él ni al extraño mago que se había aparecido. Pero Remus Lupin ya no era el guapo adolescente de sexto... ¡Se había convertido en una bestia! Gritando, Lily se alejó corriendo mientras el licántropo la miraba alejarse cuando desvió su mirada hacia el mago que lo miraba sin miedo, desafiante. El licántropo se acercó a él respirando dificultósamente pero las facciones del mago cambiaron y su tez palideció alejándose poco a poco del hombre-lobo hasta llegar a correr y desaparecerse.
¡CRAC!
-¡Remus!.-Lily chillaba desde la punta del callejón que daba al parque.-¡Tú no eres así... Remus! ¡Vuelve en ti, Lupin!
Pero el licántropo parecía no escucharla, no entender sus palabras... El muchacho había acumulado una rabia que sí se había trasladado a su horripilante cuerpo, y ahora corría hacia la chica para saciar su sed de venganza. Lily corría con sus delgadas piernas y gritaba por los estrechos callejones. El cielo estaba aún más oscuro y la luna brillaba en todo su esplendor. El licántropo aullaba y gemía detrás de la chica mientras esta pedía en vano ayuda.
Estaba agotada, no podía más... pronto perdería el conocimiento y aquél monstruo que era su amigo, la mordería. La mordería y la llevaría a uno de dos caminos. Ella se convertiría en licántropo o fallecería. Estaba a punto de morir y sus piernas le fallaban, la vista se le nublaba por el cansancio y cada vez notaba más cerca la respiración. Llamaba aporreando las puertas de todas las calles por las que iba pero nadie la socorría, nadie aparecía, todo estaba en silencio y solitario y solo se oían sus pasos y los aullidos del lobo que la cercaba.
Pronto la pesadilla que estaba viviendo le sonó a realidad y recordó vagamente sus sueños... las puertas cerradas, la oscuridad, la angustia. La respiración en su oído... ese aliento que la perseguía... abandono, mucho abandono, soledad y ganas de acabar con todo y a la vez no hacer nada... se sentía cansada muy cansada, y ella iba a morir.
-Vas a matarme... y luego vas a morir tú, Lupin... No lo hagas.-Rogaba ya en el suelo pero de espaldas al licántropo.-No lo hagas por mí... por ti, que cuando despiertes por la mañana, habrás hecho algo horrible. Y no quiero dejarte solo, Remus. No puedo dejarte morir...
La respiración se acercaba cada vez más y cuando pensaba que iba a notar sus desgarradores dientes, la pelirroja se dio la vuelta de golpe.
-¡EH! Lunático. ¿Quieres leer un rato? No sabes cuánto voy a sentir esto...-La voz de James resonó en el callejón cuando Peter, Sirius y él comenzaban a tirarle pesados libros a la cabeza.
El licántropo Lupin se dio la vuelta furioso, aullando y fue hacia ellos. James sacó su varita cual espada al igual que sus amigos.
-¡Vamos! ¡Ven aqui si tienes censurado (xD) !.-Gritaba Sirius.
-¡Evans!.-James le lanzó su varita a Lily con destreza y ella la cogió hábilmente.
-¡Mi varita! ¿De dónde la has sacado, Potter?.
El chico se limitó a sonreir mientras se unía a sus dos amigos a reducir al licántropo. Pero su lobo amigo se acercó cogiéndole del cuello y estrangulándolo. Pronto el licántropo comenzó a repeler los maleficios de Peter y Sirius. Lily dio un paso hacia el frente con su varita en ristre.
Infinidad de destellos dorados, rojos y azules eléctricos cruzaban la oscura calle y al licántropo ya no parecía ni hacerle cosquillas. Sirius y Lily estaban agotados y Peter se había tirado al suelo con las manos en la cabeza. James cada vez estaba más rojo, no podía respirar. Lily se puso nerviosa, nerviosa, nerviosa...
-Escuchadme. ¡Todos a la vez!.-La pelirroja, decidida aunque con un suspiro de miedo en su interior, alzó su varita apuntando al licántropo. Sirius y Peter hicieron lo mismo.-¡Una, dos... TRES!
-¡Desmaius!.-Gritaron los tres al unísono y cuando James comenzaba a ponerse morado... lo soltó y el licántropo se desplomó en el suelo. Lily bajó la varita suspirando mientras Sirius se acercaba a ayudar a James.
-¡Estoy bien! Estoy bien... Ahora lo que hay que pensar es cómo llevar a éste...-James se agachó junto al licántropo frotándose el cuello y tosiendo.
¡CRAC! ¡CRAC!
Las figuras de tres profesores, el ministro de magia y Dumbledore se aparecieron en el callejón. Sus rostros denotaban cansancio, excepto quizás el de la profesora McGonnagall que a pesar de estar bastante extresada, mantenía la compostura y sus facciones serias y su mirada reprobatoria.
El ministro de magia lucía una barba oscura y fina que resaltaba su pálida piel blanquecina. Iba con una túnica azul eléctrico y sostenía su larga varita en la mano, con cara de circunstancias.
James se levantó y observaba a Peter y Sirius mientras Lily iba guardando lentamente su varita y pensando en la que les podía caer a los merodeadores por salir del colegio... y la que le podría haber caído también a ella de estar sus padres conscientes de todo aquello. Entonces los echó de menos, echó de menos sus miradas, su forma de hablar, cuando los escuchaba por las mañanas al levantarse tarde o simplemente el sonido de las cucharillas del café por las mañanas... los susurros, sus sonrisas, su calidez... Eran sus padres y aunque a veces eran un tanto atosigantes, como todo adolescente podía pensar, igualmente sentía un gran respeto y cariño hacia ellos y en el fondo sabía que los quería demasiado. Sintió ganas de llorar, de luchar... de pelear contra algo. Se sintió débil y a la vez fuerte, pero inútil como nunca antes lo había sido. Y entonces comprendió la actitud descabellada de Lupin de esa noche. Y pensó, que incluso ella habría salido en esas circunstancias a buscar justicia por el agresor de su padre. Pero ellos dos compartían lo mismo, y aquél mago que se había desaparecido sabía quién o quiénes habían atacado a sus familias.
Sirius avanzó lentamente y abrió la boca para hablar, pero se paró en seco porque la profesora McGonnagall se le había adelantado.
-Espero que haya una buena explicación para esto...señores gryffindors.
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Hola, y holas a todos. ¿Bien? Me gustaría que dejárais vuestra huella en este capítulo y me digais qué os ha parecido o qué os está pareciendo el fanfic. Por dónde creéis que van los tiros, quién es sospechoso de qué, y esas cosas. Jeje...
Que es bueno leer, pero más es todavía hacer saber que te gusta o no algo.
¡Un besazo!
ChoChang
