Disclaimer: Craig Barleet es el creador y él y Nickelodeon tienen los derechos del programa.
27. Zombie aventura
- Oigan... chicos... ¿Creen en los zom... zombis? Ya saben… sobre la leyenda de Dinololandia.- Un pequeño bocado de su pretzel ayudó a calmar sus nervios.
- ¡Tómatelo con calma chico rosa! Los zombis solo quieren comerse un cerebro brillante, yo y el cabeza de balón estamos perdidos, pero tú, estás totalmente salvado.
- ¡Helga!- la regañó el ojiverde. - No te preocupes Harold, es solo... espera un minuto... Helga, ¿crees que soy brillante?
- ¿Qué? ¡Claro que no!... Quiero decir... Hablaba de tu cabezota, confundirías a los pobres zombis. - Escondió su rostro del chico rubio.
- ¡Lo que sea! Creo que estamos perdidos… No puedo ver a Sid, Stinky, Rhonda o Eugene… bueno, en un escenario espeluznante como este, es mejor no encontrar a Eugene.
- No te preocupes Harold, es solo Dinololandia. Hemos estado aquí mil veces.
- ¡Sí, Arnold, pero no de noche, en la noche de Halloween! Con criaturas espeluznantes y...
- No hay "criaturas espeluznantes" aquí bebé llorón, solo son tipos mal pagados vestidos como monstruos y todo eso.
- No sé, Helga… hace kilómetros que no veo a nadie y además…
- ¿Además?
- Bueno, según el mapa de Dinololandia, la entrada debería ser… bueno, justo aquí y...
- ¿QUÉ? ¡LO SABÍA! ¡ESTAMOS PERDIDOS! ¡ES NUESTRO ÚLTIMO DÍA! ¡Y LO PEOR ES QUE TENGO HAMBRE!
- ¡Como los zombis que nos comerán!
-¡Helga!
-¡AY MAMÁ, POR FAVOR!
- ¡Vamos chico rosa, para! - La rubia le dio una bofetada que hizo caer al chico. - Oh, por favor, si realmente crees que los zombis están detrás de nosotros, trata de guardar silencio.
- ¡Estás bien!
- No la escuches Harold no es…
- ¿Qué pasó, camarón con pelos? ¿Olvidaste cómo hablar?
- No… zom… zom…
- ¿Zoom?
- ¡No! ¡Zombis detrás de ti! - Los tres muchachos empezaron a correr fuerte, bueno excepto Harold, este gritaba y lloraba al mismo tiempo.
- No puedo entender cómo… ¡Qué haremos ahora! ¡Vamos a morir! estamos perdidos
- Oye Helga, ¿qué pasó con "estar tranquila"? - Preguntó el chico de la uniceja.
- Eso fue cuando estábamos libres de zombis. ¡Ahora es diferente y todo es por tu culpa!
- ¿Mi culpa? ¿Por qué?
- Porque gritaste y estabas hablando de nuestros grandes cerebros.
- ¡Helga, Harold, paren! No creo que los zombis sean reales, como dijo Helga antes, deben ser trabajadores del parque.
- Claro Arnoldo, a las 2 am.
- Solo digo que si no estamos tranquilos, nunca podremos escapar. ¿Qué dices?
- ¡Digo, si el zombie viene de nuevo, podemos ofrecerte en sacrificio, tu cabeza es enorme!
- ¡Harold! Nadie será sacrificado.
- Y si alguien lo fuera, ese serías tú, chico rosa, somos más rápidos que tú.
- ¡Hey Pataki!
- ¡Chicos, por favor! Tenemos que crear una nueva estrategia y…
- ¡Arnold! ¡Ayúdame! - Helga gritó alto. El zombie volvió y la tomó en sus brazos.
-¡Helga! ¡No!
Pero era tan tarde... el muerto viviente le mordió la cabeza y nadie pudo detenerlo.
-¡Helga! Por favor… vuelve… Helga…
- ¡Arnold! ¡Arnold! ¡Despierta amigo!
El chico rubio podía escuchar la voz de su mejor amigo. Abrió sus ojos verdes y descubrió que en realidad estaba en su cama y apenas eran las 8 am.
- ¿Gerald? ¿Qué estás haciendo aquí?
- ¿Lo olvidaste? Planeamos comprar disfraces para la fiesta de Rhonda en Dinololandia ¿Vienes?
- Sabes… Preferiría pasar Halloween aquí con los huéspedes.
