-¡Shaoran!-dijo una voz detrás suya.
-Meiling¿qué haces aquí?-dijo Shaoran sumamente angustiado.
-Estaba muy solita en China y decidí hacerte una pequeña visita, espero que no te moleste.-dijo inocentemente, pero con voz sensual.
-¡Meiling, tienes que volver a China! Estamos en medio de una futura guerra, además no quiero que te pase nada.-comentó sinceramente.
-¡Tranquilo!-susurró lascivamente, acariciando la barbilla de Shaoran.-Estamos solos.
-Meiling compórtate, somos primos.-opinó Shaoran muy nervioso, intentado evitándola en vano.
-¡Qué importa si somos primos¿Si lo faraones se casaban entre hermanos, por qué nosotros no?-susurró tentadoramente, acercándose a sus labios.
Pero en ese instante se oyó una carraspeó, y un chico salió entre las sombras. Cosa que le sorprendió bastante a Meiling, pero se apartó de Shaoran instantáneamente y sonrió misteriosamente.
-Bueno Shaoran, te veré mas tarde.-y le guiña el ojo y se va.
-Uff...¡gracias Eriol!-agradeció Shaoran a su amigo.
-No tienes que agradecer nada, pero en la próxima no sé si te ayudaré. ¡Tienes que tener mucho cuidado con ella!-contestó sinceramente.
-Mucho cuidado, pero ahora tenemos que patrullar.-comunicó.
-Shaoran, Eriol. Tenemos que hablar.-dijo John, entrando por la puerta.
Era ya un nuevo día, todo era bonito y soleado. Las chicas se habían olvidado del incidente de la noche y acudieron a clase con normalidad, pero les tenían una mala noticia.
-Chicas, lo siento pero hoy no habrá clases. Porque...-la profesora le costaba recordarle lo de anoche.-Porque vienen unos policías a tomarnos declaración a todas, por el accidente de anoche.
-¿Qué?-respondieron todas a la vez.
-Escuchadme antes de comentar lo ocurrido; unos jóvenes soldados os tomarán declaración y tendréis que decir la verdad, todo lo que ha pasado. Por favor chicas, sé sinceras y facilitarles el trabajo a los soldados. Así que cuando os llame pasad adentro, os lo indicará el soldado John Wolf.
De pronto se abre la puerta y entra un joven muchacho, John Wolf; que vestía con elegancia su uniforme.
-Por favor, la señorita Hakura y Akira, acompáñeme.-sonrió, cosa que provocó que la profesora se sonrojara. Y acompañó a las señoritas a las respectivas habitaciones.
La clase parecía un cementerio, un silencio sepulcral reinaba en la clase, solo oía la voz de John cuando llamaba a las jovenzuelas algo asustadas, y entró de nuevo.
-Ahora las señoritas Sakura y Tomoyo; señorita Mizuki yo te interrogaré a vos, así que espera.-sonrió de nuevo, cosa que se volvió a sonrojar y sonrió tímidamente.
Las chicas le acompañó. Este empezó a contar.
-Chicas, como habrá dicho vuestra simpática profesora tendréis que declarar sobre esa noche, siento que la tengáis que recordar. Como os decía, es mejor que nos facilitéis el trabajo, así que Sakura esa es tu habitación y Tomoyo allí. Os dejo, que tengo que interrogar a vuestra profesora.-dijo John.
-¡Gracias!-dijeron las dos.
-Por cierto, la profesora todavía está soltera.-dijo pícaramente Tomoyo y entró a la habitación.
Pero el joven solo sonrió.
En la habitación de Tomoyo, era muy oscura solo se asomaba por medio de una rendija un luminoso rayo de Sol.
-Siéntate.-dio en forma de bienvenida, a este chico solo se veía sus ojos azules.
-Gracias. ¿Qué quiere de mí?-comentó Tomoyo audaz.
-Vas demasiado rápido, empecemos por partes¡hola! Bienvenida.-respondió Eriol.
-Gracias Eriol, ahora empecemos.-dijo audazmente, y una pequeña sonrisa se asomó en su rostro.
A Eriol no le sorprendió su audacia, y sonrió misteriosamente.
-Creo que nos vamos entendiendo.
Con Sakura, su habitación era amplia y algo más luminosa, entonces...
-Sakura bienvenida.-dijo sin pensar.
-No puede ser. ¿Li?-dijo al ver su cara.
-Sakura¡oh no!
-Li me tienes que dar muchas explicaciones como las de ayer.-dijo molesta y realmente enfadada. Recordando la explicación que le dio Shaoran esa noche.
Flash Back.
-¿Os pegan?...Perdón. no quise.-comentó él.
-Lo siento esa información no os la puedo dar.-comentó Sakura.
-Lo entiendo, Sakura.-dijo inconscientemente.
-¿Qué¿Cómo puede saber mi nombre...¡Me vas a dar muchas explicaciones!-comentó misteriosamente. El joven de los ojos de chocolate empalideció y suspiró. ¿De verdad le tendría que contar todo, todo?
-Yo esto,...-no encontraba las palabras para decirle a Sakura.
-¿Quién eres en realidad?-le preguntó enfadada.
-En realidad, soy...-empezaba a decir.
-¿Eres?-decía Sakura.
-Soy tu admirador secreto.-dijo finalmente Shaoran.
-¿Qué?-dijo Sakura perpleja.-No puede ser.
-Lo siento Sakura.-le coge su mano.
-No te da vergüenza.-dijo muy enfadada.
-Yo lo siento, no sabía como ibas a reaccionar si te lo contaba.-comentó sinceramente.
-Yo...no sé que decirte.-opinó nerviosa.
-No tienes que decirme nada si no quieres, no tienes que darme una respuesta de inmediato.-comentó.
-Pero...-empezó a decir Sakura.
-Tranquila.-sus rostros estaban cada vez mas cerca.-Solo quiero que seas mi amiga.
-Me gustaría...-frase que nunca acabó porque Shaoran acaparó sus labios con los suyos, fue un beso mágico. Sin interrupciones, compartiendo su alma. Shaoran intentó aguantar un poco, pero el oxígeno ganó y tuvo que dejarla de besar para saborear su fuente de vida.
-Lo siento.-habló Shaoran primero.
-No pasa nada...-otra vez estaban juntando sus rostros, pero escucharon un portazo y apartaron sus rostros.
La puerta se abrió de pronto. El mayordomo entró asustado, nervioso y hablando incoherentemente.
-¡Cálmese!-animó la señorita Mizuki.-¿Qué le ha pasado?
-He pegado en la puerta de mi amo...de su despacho...y como no me contestaba, raro en él, abría la puerta sin su permiso...pero mi sorpresa fue..al verle muerto...¡se ha suicidado!-contestó casi gritando.
Fin del Flash Back-Sakura,…-dijo Shaoran maldiciendo su suerte.
-Exijo explicaciones. Li ya no se qué creer.
Se levantó y le plantó un beso, cosa que Sakura no se esperaba para nada, pero le correspondió.
-Sakura, me enamoré de ti el día que te vi. Me enamoré de tus ojos, de tu risa y de tu inocencia. Ser repartidor era solo una tapadera, nadie debería saber mi verdadera identidad, por que en realidad soy un soldado. Un soldado con importantes misiones, además estamos en medio de una futura guerra, y queremos la paz. Una de esas importantes misiones, era vigilar este centro; por eso para expresar mi amor por ti, te mandaba esa correspondencia. Sakura cuando te ví en el baile, me sorprendí tanto como tú. Sakura, es hora; ¿te gustaría casarte conmigo?-Sakura se sorprendió mucho.-Ya se que tu eres demasiado joven pero cuando cumpla la mayoría de edad, me gustaría que fueses mi esposa y futura madre de mis hijos.
Sakura solo sonrió.
-Cuando cumpla la mayoría de edad, me pienso casar contigo.-después le abrazó y le beso, un simple beso.
-Sakura, ahora me tienes que decir si aquí ocurre algo extraño.
-Pues ahora que lo dices...-comenzó a contar.
Con Tomoyo, que tenía un animada platica hasta que llegó el momento.
-Tomoyo, tiene un impresionante deducimiento. Me encanta.-sonrió y Tomoyo se sonrojó.
-Gracias, es fácil cuando se tiene mucha práctica.-cada vez que hablaba notaba a Eriol más cerca suya, pero no es que le molestase sino que le ponía tremendamente nerviosa.
-¿Nerviosa de mi presencia?-acercándose mas a Tomoyo.
-No.
-Pues no lo parece.-se relamió sus labios con su lengua, cosa que Tomoyo le dieran escalofríos.
Pero no eran tan inocente y no caer en el mismo juego que él. Sino que viera que era la verdadera tentación.
-Deberás cree que me molesta, sino todo lo contrario Eriol.-dijo vocalizando cada palabra sensualmente y después se relamió los labios lentamente. Cosa que agrado al joven Eriol, que supo que estaba jugando con él. Y eso le encantaba.
-Señorita Tomoyo...-callado por Tomoyo que le puso un dedo en sus labios y le susurró.
-No me gusta para nada los formalismo.-le susurró lentamente, cosa que hacía sudar a Eriol.
Eriol ahora el dominado, y Tomoyo el dominante. Eriol intentó apartarse en vano. Tomoyo era demasiado fuerte para él.
-Señorita...digo Tomoyo...a lo que vamos por favor.-intentó decir sin nerviosismo pero fallo en su intento.
-Están bien. ¡Qué me quería preguntar?-dijo inocentemente como si nada hubiese pasado, cosa que Eriol se quedó perplejo como alguien tan arrebatadoramente inteligente fuese tan astuta. ¡Él había perdido, ella ganado!
-Bueno¿aquí ha pasado algo extraño que recuerde?-preguntó sumamente serio.
-Ahora que recuerdo, hay algo muy importante.
Con la señorita Mizuki, estaba siendo interrogado por el joven John.
-Bueno señorita Mizuki, ahora me ha contado su versión. Pero ahora dame su versión de espía secreto de la nación.-sonrió misteriosamente John.
-Me ha pillado, pero tranquilo hablaré.-sonrió con astucia.
-Si ustedes tienen razón, yo aquí solo soy una infiltrada. Pero, estoy de vuestro bando. No le puedo dar mucha información pues mis jefes me lo tienen prohibido, solo puedo decir una cosa. Van incendiar el orfanato, pues aquí se traficaba con armas ilegales, y quieren borrar toda huella de sus actos.-dijo con suma tranquilidad.
-Sabe lo que está diciendo y además se queda tan tranquila.-dice él nervioso.
-Lo sé, por dentro me muero de los nervios ya que no quiero que ninguna de mis alumnas les pase nada, por eso casi todas están en una excursión y mas que queda mis niñas. Solo espero que pase todo.-de repente abren la puerta.
-Señor John, fuego en las cocinas tienen que salir todos de aquí.-cerró la puerta y buscó a las demás personas.
Continuará...
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¡Hola! Perdone mi tardanza pero tenía rota la computadora, solo espero que este capítulo os guste. Así que adiós y dejarme reviews.
La mujer no se mide de los pies a la cabeza, sino del corazón al infinito.
