Capítulo 15:

Una semana. Había pasado una semana desde la última vez que la había visto en el pueblo cuando terminaron. Le había mandado más de tres cartas por cada día con la esperanza que le contestara, pero nunca llegaba la contestación y Hedwig volvía desanimado después de sus viajes a Hogwarts.

Esos días habló con todos sus conocidos diciéndoles que se iba a Dinamarca el sábado, y hoy era sábado. Ron era el que más deprimido estaba; las cosas terminaron mal entre él y su hermana y su mejor amigo se iba hasta principios de Junio. Pero el resto de las personas lo habían asumido bien y le deseaban suerte en sus estudios, que no le pasara nada y que lo pasara bien. La única excepción fue la señora Weasley que se puso a llorar preocupada por lo que le fuera a pasar tan lejos de casa; y Hermione lo retó a más no poder por el asunto de Ginny.

-¿A qué hora sale el avión? – preguntó Steve doblando con un encantamiento las sábanas de la cama de Harry.

-A las ocho – contestó guardando su túnica en la maleta.

-Aún no entiendo como viajas en avión si puedes usar un traslador…

-Porque quiero ver el paisaje, quiero viajar de forma muggle – en realidad no sabía por qué iba en avión si Ron tenía razón – Ron, cambia esa cara de amargado.

-No tengo otra cara – replicó aún sentado en su cama con los brazos cruzados.

Terminó de empacar todas sus cosas; llevó su ropa, artículos de magia, libros, algunos muebles que redujo al tamaño de una nuez. Revisó con ayuda de los dos muchachos si algo se le quedaba en la habitación antes de partir en un taxi al aeropuerto a las afueras de Londres.

-Que te vaya bien, Harry. Estudia mucho y aprovecha el tiempo que estarás allá, porque es una gran oportunidad – se despidió con un abrazo Steve del 'Ex-Niño Que Vivió'.

-Lo haré, Steve. Gracias por todo, de verdad.

-Hermano… - Ron le dio un caluroso abrazo – Cuídate mucho, ojalá que no te pase nada malo. No quiero que te enamores de una danesa, porque tienes que reconciliarte con mi hermana… Te voy a extrañar.

-Lo sé, amigo, no te preocupes por eso – sonrió con algo de tristeza por irse – Tú tienes que arreglar las cosas con Hermione. Cuídate mucho y que mejores más con los exámenes.

Luego de unos cinco minutos salió del cuarto. Caminó despidiéndose de los profesores y algunos estudiantes mientras se dirigía a la salida principal de la Academia para tomar el taxi.

Sintió una suave brisa que traía algunas hojas secas de los árboles y luego caían al suelo mientras suspiraba viendo por última vez la Academia antes de irse a Dinamarca.

Pero debía hacer algo antes. Se sentía tan vacío, tan mal por dentro. Sabía que volvería a Londres, no se iría para siempre; pero no quería irse sabiendo que al subir al avión la perdería para siempre. No la volvería a ver nunca más, tal vez, y no quería eso. Tenía que solucionar las cosas, hablar con ella; a menos quedar como amigos. Porque si se iba así nada más la perdería para siempre… Y no quería hacerlo, no quería tenerla lejos, no quería saber que ella lo odiaba.

Vio si alguien venía, y por seguridad tomó más fuerte sus maletas. Cerró los ojos y desapareció.

OoOoO

'Querido Diario:

Hoy pasó lo inevitable. Primero que todo tenía que solucionar el asunto de Zack, así que me armé de valor y fui a su departamento ubicado en la planta alta del edificio para acabar de una vez esto.

Llamé a la puerta y uno de sus compañeros me abrió. Le pedí si podía decir a Zack que saliera unos momentos para hablar conmigo. Luego de un minuto de esperar a que él saliera apareció sonriendo triunfante mientras cerraba la puerta con cuidado.

-¡Herms, pensé que nunca más te vería! – me dijo abrazándome cariñosamente. Yo no respondía el abrazo esperando que me soltara para decirle todo – Estaba seguro que no te ibas a quedar con Weasley… Ya vas a ver que yo te voy a hacer la mujer más feliz del mundo.

-Zack, no es lo que tú crees…

-No puedo creerlo aún – amplió más su sonrisa y me tomó las manos cariñosamente – Te quiero tanto, Herms. Te prometo que nunca te haré nada malo, ni te sacaré celos con otras tipas…

-¡Zack, espera un momento! – grité enojada soltando bruscamente mis manos de las suyas.

De verdad me daba pena decirle que no lo quería –cosa que es totalmente verdad- y que ya con esto no podría ni existir una amistad entre los dos. Pero me pongo también en su lugar; si alguien me dice que no me quiere siendo que yo me había hecho tantas ilusiones… Es algo devastador, no podría ni reírme por unos buenos meses pensando en mi desamor. Claro, que acá las cosas son bastante diferentes, porque yo soy la que termina toda relación con él para después ir donde Ron.

-Yo vine acá para decirte que no te quiero como tú a mí – dije mirando al suelo nerviosa. Pero levanté la vista para ver cómo él sólo se mordía el labio inferior asintiendo con lentitud – Eres sólo un amigo, nada más. No sé por qué creíste que podría pasar algo entre nosotros, pero es imposible. Yo quiero a Ron y no por nuestros problemas de tiempo y de cómo llevar la relación voy a escapar…

-Tienes razón, soy un estúpido al pensar que lo dejarías por mí.

-No digas eso – sonreí – Eres uno de los hombres más increíbles que conozco y te mereces a alguien mejor que yo. No quiero estar contigo sólo por capricho; si estuviera contigo sería porque te quiero. Y yo no te quiero, no dejaría a Ron por nada del mundo.

Él se quedó en silencio, pero luego me dijo que fuera feliz con Ron y que si él me hacía algo juró que lo mataba. Yo me reí antes de despedirnos, tal vez, para siempre. Porque los dos sabemos que no podremos ser amigos mientras él siga sintiendo eso por mí.

Y listo, eso fue lo que pasó este día en la mañana. Ahora sé que tengo que hacer una de las cosas más importantes: Hablar con Ron. Pensaba ir ahora en la tarde, pero Harry se va justo ahora; así que no sería uno de los mejores momentos para irse.

¡Harry se va! Vino el lunes después de clases a decirme que se iba a Dinamarca a estudiar por sus buenas calificaciones. De verdad estoy muy feliz por él; siempre ha sido muy inteligente, pero por ser un perezoso nunca usaba su potencial al máximo.

También me comentó lo que pasó con Ginny. Le dije que yo ya sabía lo que había pasado y le conté con más detalles cómo fue todo aquella noche. Y lo reté mucho, le advertí que no podía ser tan cobarde como para haberle ocultado eso a su ex-novia. Pero lo que más me preocupaba era cómo iban a quedar las cosas; los dos estaban peleados y él se iba dejándolo así.

Me despedí de él llorando. Como voy a extrañar a mi mejor amigo, a mi hermano. Siempre me escucha, me da ánimos y con él puedo comentar algunos de mis asuntos intelectuales. Espero que le vaya bien, que aproveche la gran oportunidad que tiene y que vuelva más maduro para afrontar las difíciles situaciones de la vida.

Y bueno, eso es todo por ahora. Ahora pienso en qué decirle a Ron y cuándo ir a conversar con él… Todo es tan complicado'.

OoOoO

Se apareció en Hogsmeade. No había mucha gente en el pueblo, ya que ese día los alumnos del colegio no tenían salida para ir. Así que con mucha facilidad pudo ir a 'Las Tres Escobas' para pedirle prestada la Red Flu a Madame Rosmerta.

La cantinera del local se la prestó de inmediato al ver la cara de angustia del muchacho. Le pasó una puñada de polvos flu para que usara la chimenea.

-¡Sala común de Gryffindor! – dijo Harry cubriéndose de un fuego verde al dejar caer los polvos en la chimenea.

Como supuso, no había nadie. Todos debían estar cenando en el Gran Comedor a esa hora. Pensó en dejar su equipaje allí, pero después se retractó al pensar en qué dirían los alumnos que llegaran al ver las maletas ahí sin ninguna razón aparente.

Lanzó un encantamiento, que había aprendido en la Academia, a sus zapatos y comenzó a flotar unos centímetros del suelo. Y sin ningún problema de que la alarma sonara subió las escaleras a los cuartos de las chicas.

Llegó hasta los últimos cuartos donde una placa dorada decía: "Alumnas de Séptimo Año: Britney O'Ryan, Josephine Peasgood, Marianne Jonhsons y Ginevra Weasley". Dio un prolongado suspiro acumulando fuerzas para entrar y ver si su pelirroja estaba allí. Si no estaba, le dejaría una carta tratando de explicarle todo; y si estaba se lo diría cara a cara.

-¿Ginny? – preguntó abriendo la puerta.

Se quedó sin aliento. Allí estaba ella recostada en su cama llorando hasta que él habló. Se puso de pie y se limpió algunas lágrimas rápidamente. Pero lo que más le dolió al muchacho fue su mirada fría y cortante; se veía tanto odio que hasta se le cruzó la idea de que ella no era Ginny, pero era ella. Y se lo merecía, se merecía que lo mirara de esa forma por todo lo que le había hecho.

-¿Qué quieres, Potter? – preguntó arrugando el ceño.

-Vine a verte antes de que me vaya – contestó dejando las maletas en el suelo y avanzó hasta ella – No quería irme sin antes verte e intentar conversar contigo.

-Ya me viste, pero creo que lo segundo no podrás hacer – se cruzó de brazos – Que te vaya bien, adiós.

-Ginny… - se rascó la nuca nervioso – No sé cómo decirte que de verdad lo siento. Siento que no pude ser sincero contigo y eso es lo que más me lástima. Me lástima saber que las cosas han terminado así, porque yo realmente te quiero.

-Lástima que ya arruinaste las cosas – sonrió débilmente con los ojos nuevamente llorosos – No sirven tus disculpas ahora, nada será igual.

-Pero, Ginny… Yo…

-Potter, será mejor que te vayas. No vas a llegar a tiempo a Dinamarca si sigues dando excusas estúpidas con tu ex-novia.

Fue hasta la puerta y con la mano le señaló que se fuera. Harry negó con la cabeza despesperado al ver que nada había conseguido con ir, pero él quería que las cosas se solucionaran… Que las cosas volvieran a ser como antes, aunque sólo eso fuera una pequeña esperanza que, obviamente, sería casi imposible en la vida.

Se acercó hasta ella y la miró a los ojos en silencio intentando transmitirle con su mirada todo lo que sentía, lo que pensaba y lo que quería. La pelirroja rehuyó su mirada hasta que comenzó a derramar silenciosas lágrimas al ver sus ojos verdes.

-Ya me has hecho demasiado daño, no quiero que vuelvas a mi vida – dijo sinceramente – Entiéndelo… No quiero que arregles las cosas, porque nada podrá cambiar el hecho de que estuviste con otra.

-¿Yo estar con otra? – preguntó enfadado – Yo nunca estuve ni estaré con Cho Chang en esta maldita vida.

-¿Entonces estar besándose descaradamente en un lugar público con una cualquiera no es estar con alguien? – se puso roja de la rabia - ¡Potter, eres un cínico!

-¡Métete en la cabeza que yo no estuve con esa tipa! – gritó perdiendo el control – Pero, claro… Yo tengo que ser el malo porque no dice nada de un beso que no era importante en su vida, porque se va a otro país…

-¡Cállate, Potter, no te hagas la víctima ahora!

-¿La víctima? – preguntó retóricamente señalándose a sí mismo – Yo creo que aquí todo está claro. Yo soy la víctima, porque nadie puede ser tan insensible de tratarme así cuando vengo a disculparme antes de que me vaya al aeropuerto.

-¿Yo soy la insensible!

-Sí, tú…

-¡Bueno, ya que yo soy la insensible tengo todo el derecho de hacer esto! – tomó las maletas de Harry y las aventó fuera del cuarto.

El muchacho intentó reprimirse las ganas de sacar su varita para que parara de aventar sus cosas, pero la pelirroja fue mucho más rápida y lo empujó fuera de la habitación. Cerró la puerta fuertemente.

-¡Espero que te vaya pésimo en tu patética existencia! – se escuchó como le gritaba - ¿Escuchaste bien?... ¡Te odio, Potter!

-¡Lástima que yo te amo! – gritó pateando el suelo antes de recoger su equipaje y marcharse del castillo.

Mientras Harry Potter se iba, Ginevra Weasley se deslizó apoyando su espalda en la puerta y se sentó en el suelo llorando amargamente. Se ahogaba al llorar, pero le daba lo mismo; porque no tenía las ganas de respirar para seguir viviendo en lo que han sido los peores días se su vida.

'Peor lo que más duele es que te odio, Potter… Odio no poder dejar de amarte, Harry' pensó entre lágrimas antes de pegarle a la puerta desquitándose de todo el dolor que sentía.


Notas de la autora: El terremoto ha terminado dejando a dos principales heridos: Harry y Ginny. ¿Pasará algo más nuevamente con este asunto? Por ahora no, él ya está camino a Dinamarca y ella está dolida… Tal vez habrá que esperar algún tiempo para que las heridas sanen.

Al menos Herms le dejó bien claras las cosas a Zack y sólo falta hablar con Ron. Algo es algo… ¿No?

Eso es todo por ahora. Gracias por sus reviews, espero que me sigan enviando sus comentarios sobre este súper bonito capítulo que subí.

Besos, adiós!