Capítulo 18:

'Querido Harry:

¿Cómo está todo por allá? Espero que estés estudiando y aproveches de estar en uno de los países donde se tiene un gran conocimiento de hechizos y encantamientos, pero que a la vez la estés pasando bien. Aunque por la carta que me mandaste ayer no se te notaba muy feliz.

Sé que estás afectado por lo de Ginny. Ya te dije cuando viniste a hablar conmigo la última vez que era difícil que siguieran juntos sin ningún problema, ya que estaban lejos… Y fue un problema de honestidad de tu parte; eso es todo. No te culpes más, porque seguir lamentándose por algo que ya no es no vale la pena.

¿Sabes la buena nueva? Me reconcilié con Ron. Él ya debe haberte escrito contándote cómo fue todo, porque no puede guardar algo en privado por más de dos horas.

Estoy tan feliz. Me siento tan bien a su lado sabiendo que hemos dejado los celos, la inmadurez y la cobardía para poder tener una relación adulta. Creo que de ahora en adelante no discutiremos tanto, así que ya puedes decir que tus dos amigos son "normales" que pueden quererse sin dañarse.

También quiero decirte algo… Sé que no debes saber porque estás en otro país y no recibes la prensa de Londres, pero tienes que saber lo que se está diciendo de tu vida amorosa.

Ve la revista que está adjunta a la carta. Lo único que puedo decirte es que tienes que poner una querella en el ministerio, contratar un abogado y así 'Corazón de Bruja' y Cho Chang se van a podrir en la cárcel –conste que me ahorro mi discurso moral y las ganas de pegarte-.

Cuídate, Harry. Quiero que seas uno de los mejores estudiantes cuando vengas a visitarnos.

Con cariño,

Hermione G'.

¿Cuántas veces había releído la carta desde que llegó? Como unas quince veces, y todavía no podía creer que su vida se estaba complicando más de lo que podía. Nunca hubiera podido pensar que terminaría con Ginny, de que en una maldita revista publicaran una fotografía donde Cho lo besaba, que estaría demandando a 'Corazón de Bruja' por millones de galeons siendo uno de los escándalos más hablados de la última semana en el mundo mágico; pero jamás pensó de que estaría tan lejos de Londres, de su casa.

Y él sabía que no habría nada para arreglar todo. Sólo podía resignarse a esperar que las cosas pasaran. Tenía que preocuparse de su futuro, no podía mirar hacia atrás porque no quería perderse en lo que se estaba enfocando para cambiar.

Tantas cartas a Ginny que nunca tuvieron respuesta, tantas noches llenas de recuerdos melancólicos… Estaba rendido, no iba a hacer nada más porque estaba preparándose para olvidar. Para olvidarla.

Ya casi era navidad. Faltaban sólo tres días. Nunca se había sentido tan solo, tan perdido en la vida ni tan confundido. Lo único bueno de las festividades era que tendría tiempo para recordar, olvidar y comenzar a vivir como si nada hubiera pasado.

OoOoO

Abrió la puerta y se encontró con Ron. Esbozó una gran sonrisa antes de que se dieran un beso largo. Desde aquel día siempre sus besos eran así.

Hermione fue a buscar su abrigo y su bufanda al cuarto o sino moriría congelada con el frío que hacía. Él la ayudó enrollándole delicadamente la bufanda en su cuello y abrió nuevamente la puerta dejándola salir primero.

Al salir al corredor un viento frío se agolpó en sus rostros causando que los dos temblaran ligeramente acostumbrándose a la baja temperatura. Caminaron abrazados en completo silencio hasta llegar al patio cubierto de nieve y con la pileta de agua congelada.

-Es tan linda la nieve… - comentó la castaña observando como unos copos de nieve volvían a caer desde el nublado cielo.

-Odio el frío – murmuró Ron abrazando más fuerte a Hermione como intentando darse calor.

-No me uses como fogata, Ron – replicó la muchacha lanzándole una mirada enfadada. Se giró un poco quedando frente al pelirrojo – Ahora si estoy mucho más cómoda. ¿Y tú?

-Mucho mejor – sonrió dándole un beso en la frente sintiendo como un calorcito se extendía desde su estómago a todo el cuerpo - ¿Cómo estuvieron tus exámenes de finales de semestre?

-Bien, tuve muy buenas calificaciones… ¿Y a ti, mi querido futuro auror?

-Soy uno de los mejores – contestó en un tono muy autosuficiente haciendo que Hermione se riera.

Estuvieron así por unos minutos hasta que decidieron ir al Callejón Diagon caminando por las calles muggles.

Las calles estaban completamente de blanco y poca gente caminaba comprando a último minuto los obsequios de navidades atrasados. Los árboles cubiertos con nieve estaban adornados con guirnaldas y luces de colores dándole el típico toque festivo a la ciudad. En cada esquina había un señor disfrazado de Santa Claus (n/a: O como en Chile se diría: Viejito Pascuero) cantando villancicos y ofreciendo ir a comprar los obsequios a la tienda que promocionaban.

Hermione cantaba en voz baja varios de los villancicos mientras que Ron sólo sonreía divertido. Los dos iban de las manos tomadas mirando las cosas que vendían en las vitrinas de varias tiendas; en algunas se detenían a mirar bien, pero luego se iban sabiendo que no iban a comprar nada.

-¿Compraste todos los obsequios que debáis? – preguntó Hermione a Ron cuando llegaban a un callejón.

-Claro que sí – asintió sacando su varita con cuidado – Les compre a mis padres, a Ginny, a los gemelos, a Harry, a Steve…

-Oh… - musitó suspirando la castaña mientras se cruzaba de brazos.

-Y obviamente a ti – agregó sonriendo dándole un beso suave en los labios - ¿Crees que me hubiera olvidado de ti?

-No sé. Tal vez tengas amnesia – rió más tranquila mientras Ron tocaba algunos ladrillos haciendo que la pared se abriera dando paso al Callejón Diagon.

Al poco rato ya estaban transitando por las calles del callejón. Todo estaba cubierto de blanco contrastando con las luces que colgaban de tienda en tienda. Muchos enanos cantaban villancicos leyendo la letra con unos pergaminos flotando en el aire y había varios carruajes alados por renos o caballos blancos en las explanadas de nieve.

Hermione se detuvo a comprar a 'Slug & Jigger', la botánica, algunos ingredientes para pociones mientras que Ron veía las nuevas túnicas para jugar Quiddittch pensando que necesitaba jugar algún partido para estar en forma.

-No podemos ir donde los gemelos, su tienda está llena de gente y podrían matarnos de un empujón… - dijo Hermione después de ponerle un hechizo a la bolsa donde estaban sus compras para que flotara detrás de ella - ¿Adónde vamos?

-No tengo idea… ¿Tienes algo más que hacer? – preguntó sonriendo. La muchacha negó con la cabeza – Vamos a la tienda de libros…

-¿En serio? – preguntó emocionada dando un pequeño salto.

-Sí.

-¡Te amo, Ron! – se colgó de su cuello causando que el pelirrojo se sonrojara – Parece que deberíamos hacerlo mucho más seguido para que te guste ir a la tienda de libros – murmuró sonriendo.

Caminaron algunas calles tomados de la mano mientras conversaban de cómo pasarían las navidades. Ron estaría en La Madriguera con toda su familia y Hermione se iría por tres días a Italia con sus padres. Por lo que planeaban estar todo el día juntos antes de que ella se fuera el día siguiente.

Ya estaban llegando cuando Ron señaló a dos personas que estaban paseando cerca de ellos. La muchacha reconoció a Ginny tomada de la mano de un muchacho bastante guapo, los dos iban hablando animadamente.

-No vayamos a interrumpirlos – dijo Hermione suspirando – No tenemos que meternos en las cosas que hace tu hermana.

-Después de todo no lo iba a hacer. Creo que es mejor dejar que Harry y ella sigan con su vida hasta que se den cuenta de que deben estar juntos – comentó Ron lanzándole una última mirada a su hermana.

Entraron a la librería 'Flourish & Blotts' donde los dos estaban ocupados comprando pergaminos, plumas y algunos libros para complementar las materias estudiadas en las diversas clases.

Ron empezó a reclamar por todas las cosas que había comprado la muchacha. Había cinco enormes bolsas que flotaban detrás de ella para no llevarlas en la mano. Pero la castaña empezó a decirle que estaba aprovechando la salida para las cosas que necesitaba y pasaba todo el día con él.

-¿Qué vas a hacer cuando vuelvas de Italia? – preguntó Ron sirviéndose un poco del pedazo de carne que había pedido. El restaurante no estaba tan lleno, por lo que no era difícil hablar sin gritarse - ¿Irás al ministerio?

-Sí, tengo que ir a ver como va lo de la demanda a 'Corazón de Bruja' – respondió la muchacha recordando lo que se enfadó cuando el abogado contratado por Harry le dijo que no sabía qué hacía metida una estudiante de medimagia allí – Pronto se viene el juicio…

-Ojalá todo marche bien.

Cambiaron de tema y siguieron conversando anidadamente hasta que terminaron de almorzar.

La tarde estaba pasando muy rápido para la pareja que parecían vivir en un cuento de hadas después de la reconciliación. Andaban tomados de la mano o abrazados, siempre sonreían o sólo disfrutaban del silencio; pero una de las cosas que llamaba la atención a los transeúntes del Callejón Diagon era la forma con la que se miraban: Ternura y amor.

Ya eran las cinco de la tarde y empezó a nevar nuevamente. Muchas personas terminaron sus últimas compras navideñas y luego se fueron a sus hogares en vista de que una tormenta se avecinaba.

-Ya es hora de que nos vayamos… - dijo Hermione escondiendo su mentón en la bufanda – Podríamos hasta morir con la tormenta que viene.

-Tienes razón – asintió el muchacho sonriendo.

Fueron hasta 'El Caldero Chorreante' donde le pidieron al tabernero, Tom, que les dejara usar la chimenea. Tomaron un poco de polvos flu de un frasquito junto a la chimenea y se fueron entre llamas verdes al departamento de Hermione en la universidad.

El departamento estaba decorado humildemente. Algunas guirnaldas de color verdes colgaban del techo y un pequeño árbol en la esquina dejaba ver las luces mágicas con varias explosiones de colores que estaban en él.

-Nicole resultó ser muy buena haciendo encantamientos... – comentó la castaña quitándose la bufanda y los guantes - ¿Quieres un té o un café?

-La mejor forma para entrar en calor es tenerte a ti – contestó con una sonrisa pícara el pelirrojo haciendo que Hermione se sonrojara avergonzada – ¿Qué? Admite que esa fue una buena respuesta…

-No sé como puedo quererte – negó con la cabeza antes de ir a la cocina a preparar dos tazadas de café mientras Ron prendía la chimenea.

Se quedaron hablando en un tono de voz tan bajo que parecían que estuvieran quedándose dormidos, pero estaban muy despiertos sintiendo la respiración de su compañero. Ron aprovechaba cualquier oportunidad para morderle la oreja juguetonamente o soplársela para que ella se estremeciera y terminaran dándose un beso largo y suave.

Siguieron así hasta que anocheció. Nicole y Lindsay llegaron al departamento en busca de sus cosas para irse de vacaciones de navidad, y al encontrarse con una escena poco recomendada para relatar se fueron como unos huracanes en vista de que ni las temperaturas de los desiertos eran tan calientes como esos dos.

Esa era una de las mejores maneras de la que podían pasar la navidad. Estaban tan felices juntos, que sólo parecía ayer cuando se hicieron novios; era como si todavía mantenían esa chispa de los primeros meses de la relación.

Así, en la noche el pelirrojo se despidió de su novia después de una velada muy especial. Esa sería la última vez que la vería antes de una semana.


Notas de la autora: Hola! Me demoré en actualizar y más encima les dejó un capítulo sin muchos avances... Pero es que entre los exámenes finales, las fiestas XD, el estudio y leer las nuevas actualizaciones ando muy mal.
¿Comentarios? Ron y Herms están bien... Aunque en dos capítulos más van a ver que las cosas no van a estar tan bien XD! (con risa malvada). Harry y Ginny estarán separados y mejor dejémoslos tranquilos; las heridas deben sanar antes de que puedan volver a hablarse siquiera.

¡Millones de gracias por sus reviews! Y sé que no recibiré muchos por este capítulo tan aporte a la trama (nótese la ironía), pero espero su opinión e ideas.
Besos, cuídense, adiós!