Capítulo 23:

-¿Puedes dejar de tocar esa porquería? – preguntó Nicole entrando en el cuarto de Lindsay.

-No es una porquería, es una guitarra eléctrica – corrigió yendo hacia la puerta – Y a ti no te hago caso… Si quieres que me calle, que Herms venga y lo haga – dijo mirando a la morena enfadada – Tú no entiendes el arte de la música.

-¡Eso no es música, es una cosa que tortura mis sensibles oídos!

-Ay, pobre princesita… Ah, no quiero morirme intoxicada por tener tus microbios en mi cuarto, Morick – dijo usando un tono muy ácido al decir su apellido – Adiós – cerró la puerta de un golpe en las narices de Nicole.

Desde que volvieron a la universidad quedó en evidencia que su tregua había terminado y volvían a su misma actitud de molestarse, llamarse por el apellido y decirse palabras hirientes.

Nicole fue a la habitación de Hermione a reclamar, pero la castaña la miró con cara de que se fuera y la morena no tuvo más remedio que aceptar resignada a estudiar con ese infernal ruido mientras Hermione abría su diario para escribir.

'Querido Diario:

No ha pasado mucho desde que te escribí la semana pasada… Sigo bien en mis estudios, Nicole y Lindsay parecen haber vuelto a los primeros días de la universidad. Últimamente no ha pasado nada interesante en mi vida, todo parece normal y sin novedades…

Bueno, a excepción de algo… Adivina, diario. Nicole y Zack me vinieron diciendo que Ron es inocente y que tienen la forma para demostrar que Gabrielle es la culpable. ¿Acaso me vieron la cara de idiota? Nicole sabe que estoy aún dolida por como terminó lo mío con Ron y me viene con esas estupideces. Pero creo que ya no me molesta con eso y sólo se abstiene de hablar de Ron.

Estaba pensando en que no me pasa nada desde que terminé con Ron. Han pasado casi dos meses desde que peleamos afuera de la mansión Saint-Claire, desde la última vez que lo he vuelto a ver. Desde ese día me dispuse a ocuparme de otras cosas haciendo como si él ya no fuera importante, pero lo era… Y aún lo es.

Todavía tengo el vivo recuerdo de cuando llegué al departamento y lloré toda la noche en el hombro de Lindsay que me miraba confundida, pero me consolaba como podía –ella y Nicole son muy buenas amigas- hasta que me quedé dormida sabiendo que mi vida estaba desecha sin Ron. Sabía que sin él todo sería diferente.

Pero lo más presente que tenía en mi corazón era el dolor y el odio. Durante semanas me la pasaba imaginando cuánto deseaba que Ron se muriera o que la estúpida de Gabrielle fuera atropellada por una escoba; y en las noches lloraba pensando en que yo no era suficiente para Ron. Me la pasaba pensando en lo que había hecho mal, pero ya me convencí que no hice nada malo… El culpable es el estúpido de Weasley y esa maldita francesa; ellos son los culpables de que terminara tan destrozada y que nuestra relación hubiera terminado.

Y estas son las confesiones de un corazón roto. Las confesiones que recién estoy escribiéndote, diario, después de escribir tantos deseos de muerte y rencor hacia esos dos. Ahora recién pongo lo que mi corazón roto sintió y todavía llega a sentir después de casi dos meses.

Creí por muchos días que sin él no tenía razón para vivir. ¿Y qué más quieres? Pasé siete años de mi vida a su lado y de repente me lo quitan, se va con otra dejándome a mí abandonada en un mundo donde no sé vivir sin él. No sabía qué hacer los fines de semana, no sabía qué hacer cuando veía este diario cuando él me lo había regalado… Ni tampoco sabía qué hacer al pensar en la promesa que me había hecho en mi cumpleaños.

-Mira, sé que aunque ya no nos veamos mucho de ahora en adelante... Quiero que sepas que siempre serás alguien importante para mí – la abrazó sin saber qué más hacer.

¿Importante? Si yo fuera tan importante como él, si él me amaba como me decía no me hubiera hecho esto. Me prometió que estaríamos juntos, que nada nos separaría, que me amaba y que sin importar lo que pasara nos tendríamos uno al otro. ¿Y eso era así? Claro que no.

Y lo que más me da rabia es que el estúpido me dijo que era algo en el whisky de Gabrielle. Ya, seguro… ¿Ahora me ve cara de idiota? No soy tan idiota para darme cuenta que si estás casi haciéndolo con otra tipa, es que no quieres a tu novia. ¿Me equivoco o no?

Pero debo admitir que aún lo sigo queriendo y no puedo olvidarlo. Por más que mis padres me digan que no vale la pena, que Lindsay me intenté enseñar a tocar el bajo, que Nicole me lleve a comprar ropa como desquiciada, que Zack me enseñe a captar el mejor ángulo para una foto, que Ginny me escriba cartas diciéndome que su hermano es un imbécil, que Harry me escriba diciéndome que no me preocupe porque yo soy una muy buena muchacha y Ron está ciego para haberme hecho eso… A pesar de eso no lo olvido, pero haré que con el tiempo que esto sea un sentimiento guardado en el baúl de los recuerdos y que pueda decir que ya no quiero a Ron Weasley.

¿Cómo olvidar a la persona a quien me entregué por primera vez? Con Ron fue con quien lo hice por primera vez, a él le entregué una de las cosas más importantes de mi vida, de mi cuerpo… Y me deja. Siempre creí que al hacerlo con él sabría que estaría segura, que no pasaría nada y que le demostraba todo el amor que sentía por él; pero él sólo lo hizo porque estaba deseoso de hacerlo sin importarle lo que yo sentía. Nunca me quiso, y si alguna vez lo hizo –cosa que no dudo, alguna vez él me quiso- fue hace mucho tiempo.

Es increíble todo lo que puede cambiar en tu vida sólo con ver que tu novio, la persona a la que más quieres y podrías dar toda tu vida por él; sólo con ver que te miente y está con otra persona. Te engaña haciéndote creer que te quiere, que está contigo en las buenas y en las malas, que eres lo más importante, que sólo te tiene ojos para ti… Creo que me ha engañado con una dulce mentira, con una ilusión que me sacaba sonrisas, pero prefiero una verdad que me haga llorar a una mentira que me haga sonreír.

Lo odio, lo odio, lo odio, lo odio. No puedo creer que todo este sentimiento llamado "amor" se transformó en tristeza, luego en decepción y ahora es un odio tan profundo que me hace hasta dudar si estoy en mis cabales. Pero cuando pienso en todo lo que viví con él, lo maravillosa que me sentí a su lado; todo ese odio se transforma en desilusión mezclado con lágrimas con un sabor amargo.

Tantas noches que lloré por él, tantas veces que me desvelé, tantos gritos, tantos recuerdos que han quedado para dejarme un enorme vacío en mi corazón… Todo eso es lo que me ha dejado Ron. Todo eso es lo que me ha quedado de una bella relación que duró seis meses.

¿Sabrá él que faltaban sólo faltaban 3 días para cumplir seis meses juntos? No lo creo. Si estaba muy ocupado con esa maldita francesa, no creo que tuviera espacio en su maldita mente para ocuparse de su estúpida novia cuando cumplían casi seis meses.

Pero no seguiré en esto. Voy del odio a la tristeza y de la tristeza al odio. Y nuevamente he vuelto a la tristeza al pensar en todo el daño que me hizo, en todo lo que he llorado por él y pensar en las cosas que ahora puedo llamarlos recuerdos de una relación que terminó. Recuerdos. Ya no son cosas del presente, vivencias; ahora son recuerdos que están guardados en algún lugar de mi corazón tratando de conservarse limpios y que el odio no los invada. Quiero conservar los buenos recuerdos que tengo de Ron.

Ahora entiendo lo que Ginny sintió al ver a Harry con Cho –aunque Harry no tiene tanta culpa y no fue sincero con ella después que Ginny le diera un tiempo para que confesara-, comprendo ese extraño sentimientos de tristeza y odio. Extrañas todo lo que tenían, odias la forma en que te mintió y te da pena que todo sea un recuerdo.

Pero lo que más comprendo de ese sentimiento de Ginny, es el sentimiento de vacío que te deja en tu vida. Sientes que nada tiene sentido, que no puedes seguir adelante mientras muchos te apoyan diciéndote que todo estará bien. Sonríes, tratas de aparentar que estás bien cuando por dentro estás gritando entre lágrimas que no puedes dar un paso más sin él.

Grito, lloro, lo odio, lo amo, recuerdo, grito, lloro, me decepciono, lo odio, me entristezco, lloro, lo amo, lo extraño, lo necesito; pero lo odio, lo odio. Eso es lo que siento cada vez que vuelvo a pensar en aquella noche de año nuevo cuando me fui a meter a la pieza de Gabrielle, cuando todos celebrar mientras yo quería morirme por dentro.

Y estas con las confesiones de un corazón roto, un corazón que espera a sanar y que sufre al pensar que jamás podrá unirse sus pedazos para volver a latir completamente bien, latir sano y sin miedos a que el amor sólo significa sufrimiento y una dulce mentira'.

Cerró el diario con una lágrima solitaria rodando por su mejilla. Hacía días que no volvía a pensar en su asunto con Ron y ahora que había vuelto a pensar en eso podía sentir como aún su corazón seguía roto en mil pedazos.

Alguien llamó a la puerta de entrada. Hermione fue a abrir secándose la lágrima y se encontró a Zack sonriendo como siempre, pero se veía algo diferente. Sonreía de una forma cómplice y en sus ojos se denotaba impaciencia y nerviosismo.

-Hola, Herms – saludó a la muchacha – Y dime… ¿Cómo han estado esos libros? – preguntó entrando.

-Bien, aunque no pude estudiar mucho.

-¿Algún problema?

-No… Tenía algunas cosas en la mente que no me dejaban concentrarme – respondió evitando mencionar a Ron, porque cada vez que lo hacía Zack lo defendía y había una pequeña pelea - ¿Vienes por Nicole?

-Sí – asintió ampliando aún más su sonrisa - ¿Cómo supiste?

-Es que últimamente ustedes andan muy juntos – dijo caminando hacia el cuarto de la morena – Nicole, Zack te vino a buscar…

-¡Voy en un momento!

En ese momento apareció en el departamento Steve. Saludó con un apretón de manos a Zack y fue en busca de Lindsay a su cuarto mientras Hermione sólo torcía los ojos pensando que sus dos amigas iban a estar muy bien acompañadas con sus amados y ella estaría sola amargadamente leyendo un libro un viernes en la noche.

La rubia salió de su habitación muy bien arreglada, aunque en su falda traía un cinturón con brillos metálicos típico de los roqueros mientras que Nicole salía muy humildemente con jeans y una chaqueta.

Las dos se miraron de arriba abajo y murmuraron algo malo sobre la ropa de la otra. Las muchachas le preguntaron a la castaña si estaba bien, y Hermione asintió sonriendo diciéndoles que ya se fueran. Ellas al ver que sonreía se despidieron y se fueron.

Hermione dio un suspiro borrando su sonrisa. Todas las veces que sonreía eran una imagen que daba aparentando que se estaba recuperando, pero por dentro sabía que dentro de mucho tiempo no volvería a esbozar una sonrisa verdadera. No quería preocupar a sus amigas, a sus padres ni a todas las personas que la rodeaban aparentando que estaba bien por fuera; y muriéndose de pena por dentro.

Fue a su cuarto en busca de su pergamino y un enorme libro de enfermedades causadas por criaturas mágicas. El lunes había un examen y debía estudiar, aunque le deprimía un poco saber que se quedaría estudiando un viernes por la noche.

Leyó unas líneas del libro cuando sintió que alguien llamaba a la puerta. Dejó el libro de lado y fue a abrir la puerta preguntándose quién sería a esas horas y en un viernes en la noche cuando al abrir la puerta sintió dos brazos abrazándola fuertemente y una melena pelirroja.

-¡Hermione! – gritó Ginny abrazándola dando pequeños saltitos de alegría.

-¿Ginny? – preguntó la castaña sorprendida - ¿Eres tú?

-No, soy un holograma… - dijo con una sonrisa y soltándola - ¡Obvio que soy yo!

-Por Merlín – murmuró esbozando una sonrisa mientras la hacia pasar al departamento - ¿Cómo estás?

La pelirroja se veía mucho mejor desde la última vez que la había visto hace cuatro meses atrás. Su cabello se lo había cortado escalonado de una forma que la hacia verse mucho más grande de lo que era, pero sus pecas eran más visibles con ese corte y tenía su toque infantil.

Hermione fue a la cocina y sacó dos cervezas de mantequilla. Regresó a la sala donde Ginny ya estaba sentada leyendo el libro de enfermedades causadas por las criaturas mágicas. Hermione sonrió cuando Ginny decía que no entendía nada de eso y le pasó la cerveza de mantequilla.

-Estoy bien – asintió después de tomar un trago. Hermione le pregunto de nuevo insegura – De verdad. La última vez que nos vimos estaba demasiado mal por lo de Harry, lo sé. Pero ahora estoy mucho mejor… Como que podría decirse que llevó mejor ese problema. Aunque no ha desaparecido, ya sé como manejar mis sentimientos.

-Parece que has madurado mucho estos últimos meses…

-Es que la profesora Sprout tiene nuevos fertilizantes para las plantas – comentó haciendo reír a la castaña.

Siguieron conversando por muchas horas. Ginny le contaba todas las locuras que había tenido en Hogwarts y que estaba totalmente feliz de haber salido por un fin de semana de allí; necesitaba ver a su familia y hablar con ella, su mejor amiga, para ponerse al día con todas las cosas. Conversaron hasta que la pelirroja dijo que su mamá la iba a matar si llegaba después de la media noche.

-Una pregunta Ginny… ¿Por qué saliste este fin de semana? – preguntó Hermione antes de que se fuera.

-De eso quería hablarte – dijo suspirando – Salí este fin de semana porque mañana es el cumpleaños de Ron…

Hermione abrió la boca al escuchar el nombre de Ron. Por supuesto que no había olvidado que el día de mañana sería el cumpleaños de él, pero no esperaba que viniera Ginny diciéndole que había salido de Hogwarts por un fin de semana sólo por eso.

-Y va a hacer una fiesta con todos sus seres queridos, así que lamentablemente debía estar yo invitada – siguió explicando dándose cuenta de la expresión de Hermione – La cosa es que quiero que vengas. No quiero estar sola allá donde va a estar Cho, la maldita francesa esa que te quitó a mi hermano y a Harry…

-¿Qué? – preguntó Hermione - ¿Va a ir Harry, Cho y Gabrielle?

-Sí, no sé por qué irán; pero Ron me lo dijo cuando llegue a La Madriguera. Y no quiero estar con ellos. Necesito estar con alguien que me agrade y quién mejor que tú, mi mejor amiga… No quiero que te sientas obligada, porque sé que no has visto a Ron después de año nuevo – agregó acercándose sabiendo que le estaba pidiendo algo difícil - ¿Qué dices?

Hermione se quedó inmóvil viendo a Ginny. La estaba invitando al cumpleaños de Ron después de todo lo que ese desgraciado la había hecho sufrir, y para peor iba a estar esa perra de Gabrielle. Pero también iba a estar Ginny sola al lado de la maldita de Cho y con Harry sabiendo que iba a ser un momento incómodo e iba a necesitar alguien en quien apoyarse esa noche.

Una solitaria lágrima ya estaba rodando por sus mejillas. Ginny la abrazó diciéndole que llorara todo lo necesario para sacarse ese dolor mientras Hermione pensaba si debía ir o no. Después de todo… Algún día tendría que enfrentar a Ron.


Notas de la autora: ¡Hola! Este capítulo me salió bien raro… Estaba demasiado reflexiva escribiendo lo que sentía Hermione en su diario, pero cuando empezó la parte que no era del diario me bloqueé totalmente. Así que lo siento si esa parte salió muy indecente.

Debo decir que todo lo que puse en el diario de Hermione se relaciona mucho con lo que sentí hace tiempo… Abrí mi diario del año pasado y leí todo lo que había escrito, entonces muchas cosas son sacadas de mi propio diario. Y como podrán haber visto; le estoy poniendo muchas experiencias personales a la historia XD!

En el próximo capítulo veremos qué pensará Ron, cómo van los planes para hacer caer a Gabrielle y Cho, algunos pensamientos de Hermione y como va a empezar la fiesta de cumpleaños más rara de Ron.

Y no se preocupen… Gabrielle y Cho las van a pagar caro de una manera humillante y dolorosa.

Espero sus reviews con ansías para saber qué tal estuvo este capítulo nuevo que se tardó en subir por causas de mi dedo y de que ando con un fotolog de Harry Potter que me tiene ocupada XD!

Cuídense, adiós!