Capítulo 24:

Estaba encerrado en su cuarto. Desde que había llegado a su casa no había salido; sólo bajaba a desayunar, almorzar o cuando sus padres lo llamaban… No, no era desde que había llegado a casa. Era desde hace tres meses que se encontraba en este melancólico estado cada vez que volvía a La Madriguera para pasar algo de tiempo con su familia. Y no pasaba mucho tiempo con ellos; prefería quedarse en su habitación observando los desgastados posters de su equipo de Quidditch y ver la antigua decoración que permanecía igual desde que tenía 15 años… Cuando terminó su cuarto año en Hogwarts, eliminó todo lo que tuviera que ver con Viktor Krum; y por consecuencia, eliminó casi todo de su cuarto.

¿Por qué siempre andaba tan apartado de la realidad y se encerraba en sus cosas? En la Academia no era así. Salía con algunos amigos, se dedicada a estudiar, pasaba un rato agradable montando su escoba… Pero es que en la Academia aparentaba que estaba bien, que todo estaba superado; y le fue difícil en un principio, aunque ahora le era fácil hacerse que Ron Weasley divertido, el que siempre hace reír a los demás.

En cambio, en La Madriguera volvía a encontrarse con la realidad. Ése lugar era parte de su pasado, un paso en el que también estaba Hermione Granger. Le recordaba tanto los años en los que estaba enamorado de ella, en las tantas peleas que tuvieron, en sus noches en las que sacaba la cabeza pensando cuál era ese agradable sentimiento cada vez que estaba con Hermione. Todo en La Madriguera le recordaba a Hermione, y no quería estar ahí reviviendo lo feliz que era cuando eran amigos, cuando peleaban; cuando estaban juntos.

El ruido de pisadas en las escaleras lo sacó de sus pensamientos. Levantó la vista del piso y caminó hacía la puerta sintiendo que una rabia se apoderaba de su ser al pensar en lo que Ginny propuso hacer en la cena.

-¿Qué fuiste a hacer? – preguntó Ron saliendo de su cuarto e interceptando en el angosto pasillo a su hermana.

-Vaya, qué educado eres… Buenas noches, hermanito – dijo con una sonrisa falsa – Nada que a ti te importe.

-Claro que me importa – sentenció cerrando de un portazo la puerta – En la cena le dijiste a mamá que ibas a invitar a… Que la ibas a invitar – finalizó con la voz quebrada.

-¿Y hay algo malo en que invité a Hermione para mañana? – preguntó en un tono desafiante.

-¡Por supuesto que sí! Mañana es mi cumpleaños y no quiero que ella venga a arruinar mi gran día – respondió sintiendo como su corazón saltaba cuando Ginny dijo el nombre de Hermione – Después de todo lo que pasó… No es una buena idea Ginny.

-Debiste haberlo pensado dos veces antes de preferir acompañar a una loca en vez de ir a buscar a tu novia – dijo haciendo alusión a la noche de año nuevo – Y por estúpido. ¿Cómo es eso que invitaste a Cho y Gabrielle a la casa? Después de lo que… Ésa me hizo y de lo que esa francesilla vulgar te hizo a ti. ¡Ahora resulta que son amigos! Bonito, súper bonito…

Ron se quedó callado mirando a su hermana. Meditaba lo que le decía sabiendo que en cierto punto tenía mucha razón. Después de que Gabrielle destruyera su relación con Hermione, aún seguía siendo su amigo… ¿Por qué? No lo sabía, pero recordaba claramente como en la noche siguiente a año nuevo se encontraba destrozado en su habitación en la Academia y Gabrielle fue a pedirle disculpas por lo que había hecho. Se notaba de verdad arrepentida, y por eso la disculpó.

-Es algo difícil de explicar… Ella me pidió disculpas. Se mostraba de verdad arrepentida, y la perdoné – dijo mirando hacía el techo.

-Lástima que seas un idiota para creerte esa mentira – comentó en un tono burlón y triste – Eres mi hermano, y siempre voy a querer lo mejor para ti. Pero debo decirte que eres un idiota para creerte esas cosas… Ella es una arpía. ¿Cuántas veces quieres que te lo repita? Deberías preocuparte por arreglar tu situación con Hermione en vez de andar evitando el tema y andar feliz en la Academia.

-Ese es un tema que a ti no te incumbe – sentenció molesto por lo que había dicho Ginny. Respiró y volvió a hablar – Quiero que me digas por qué invitaste a Hermione a mi fiesta.

-Porque aquí iban a estar la francesilla, la hueca y… Y Harry – dijo sin poder darle un apodo a Harry. Todavía no sabía si estaba preparada para ver al muchacho – Necesito a alguien de mi confianza. Justo tuviste que invitar a las personas a las que no quiero ver… Así que te hago lo mismo. Es un trato justo a mi parecer.

-Has lo que quieras – comentó Ron entrando molesto a su cuarto.

¿Estaba de verdad molesto por verla?... ¿De verdad no tenía deseos de volver a verla?... ¿La odiaba?... Claro que no. Quería verla, pero tenía tanto miedo que ella lo odiara. Bueno, obviamente debía odiarlo por todo lo que le había hecho; pero no quería volver a ver esa mirada de repudio que le tenía la última vez que la había visto. Todavía podía sentir su mano sobre su mejilla dándole una cachetada, una cachetada que hizo que algo en su interior se rompiera. Y no sabía si estaba listo para afrontarla.

Mientras tanto, Ginny se quedó mirando tristemente la puerta de la habitación de Ron. Aún podía recordar como Hermione la abrazó entre lágrimas cuando la invitó al cumpleaños de su hermano. Su amiga estaba muy dolida, y su hermano también. Los dos nunca podrían estar juntos si siguen así de dolidos, deben conversar las cosas y perdonarse mutuamente.

OoOoO

-Y el estúpido se creyó todo lo que le dije – respondió Gabrielle riéndose. Atrás se podía escuchar la risa de Cho – No puedo creer que sea tan idiota para haberme creído… Pero mejor así, después será todo mío.

-Muy buen plan el que armaste – comentó Cho con un tono alegre – La botella con esa poción para que el tuviera deseos de hacerlo contigo, que Granger me preguntara dónde estaba Weasley y yo le dije en tu habitación… Y que Weasley te haya creído. ¡Increíble! Destrozaste una de las parejas más populares, estables y duraderas de toda Inglaterra.

-Tú no digas nada… ¿Quién fue la personita que sólo por ganar el concurso de Corazón de Bruja usó a Harry Potter? – preguntó haciendo que Cho riera – Tú también hiciste una muy buena: Los fotógrafos, ver que Weasley iba al baño y acorralar a tu víctima. Ah, bueno, y lo mejor fue que Weasley terminó con Potter; destruiste una de las parejas del siglo en el mundo mágico.

-Es que las dos somos así… Tú quieres a Weasley; lo separas de Granger. Yo quiero la fama; besó a Potter y dejó abandonada a la estúpida de Weasley – dijo Cho con voz maliciosa.

Nicole agitó su varita y el micrófono dejó de transmitir lo que había grabado. Miró a Zack espantada de todas las conversaciones que escucharon de esas dos destrozadoras de parejas. Todavía no podía creer que ellas dos hicieron todas esas cosas para sus fines egoístas y lo contaban con una naturalidad… Era como si no hubieran hecho nada.

Zack sacó la cámara fotográfica encantada de su mochila y la puso en la mesita. Con agitar su varita, la lente de la cámara se abrió y lanzó un pequeño rayo de luz a la pared. En la pared se podía ver una filmación de las conversaciones de Cho y Gabrielle, pero sin el audio.

-Tenemos todo el material para hacerlas caer – dijo Zack con una pequeña sonrisita maliciosa. Miró a Nicole y borró su sonrisa preocupándose por la expresión en su rostro - ¿No estás feliz de que podemos hacerlas pagar por todo lo que han hecho?

-Claro que estoy contenta de que todo el mundo sepa lo que son capaces de hacer – respondió con la voz ausente – Pero es que no puedo creer que pasé siete años de mi vida siendo amiga de Cho y que Gabrielle es mi prima… Ahora entiendo porque metieron a Cho en Ravenclaw. Siempre decíamos que era extraño que estuviera entre nosotros cuando era tan estúpida, pero no sabíamos que era tan inteligente para planear este tipo de cosas – dijo con una pequeña sonrisa triste – Es una lástima ver como está arruinando su vida. Me caía bien Cho, pero ahora… Las va a pagar por todo.

Zack sonrió al oír las palabras de la muchacha y la abrazó. Nicole se quedó sorprendida, pero le correspondió el abrazo agradeciéndole el gesto. De verdad necesitaba a alguien a su lado para poder dejar de lado todos sus recuerdos de la amistad que tuvo con Cho en Hogwarts. Y que Zack le diera ese gesto de apoyo significaba mucho.

-Me alegra estar haciendo esto contigo – dijo Nicole – Nunca pensé que me fueras a ayudar en todo el plan.

-En un principio quería ayudar porque se trataba de Hermione y porque significaba un gran reconocimiento en la universidad. Piensa los premios, diplomas y alabanzas que recibiríamos – comentó haciendo reír a la chica – Pero ahora lo hago por hacer lo correcto y ayudar a varias personas que fueron dañadas por los actos de estas dos arpías. Y…

-¿Y?

-Por ti – respondió dándose media vuelta inmediatamente dejando a Nicole inmóvil sin creer lo que había dicho – Ahora tenemos que poner lo que grabó el micrófono con las imágenes, y de ahí veremos qué usaremos – dijo abriendo la cámara y sacándole el rollo - ¿Ya está todo listo para el próximo sábado?

-¿Qué? – preguntó algo abrumada por la forma de hablar del chico, era como si no fuera importante lo que había dicho antes – Obvio – asintió entrando en el tema – Ya soy nuevamente la amiguita de Cho, así que yo haré su presentación en la premiación.

-Genial – sonrió.

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'… Y bueno, eso es lo que pasó el día de ayer. Realmente agradezco que Ginny haya estado conmigo, porque necesitaba desahogar todo lo que sentía y ella era la única que podía entenderme, aconsejarme y tranquilizarme. Creo que me siento hasta con un poco más de fuerzas para enfrentarme a lo de hoy: La fiesta de Ron.

En la mañana fui con Lindsay de compras, y pensé en comprarle un regalo a Ron; pero no lo hice. Antes de que termináramos ya le tenía preparado un regalo de cumpleaños… Pero como ya no estamos juntos y después de todo lo que me ha hecho, creo que no se lo merece. "Lo que se merece es una buena paliza" como dijo Lindsay en la mañana –comentario que me hizo reír mucho- y creo que tengo razón. No le llevaré nada, después de todo yo voy a acompañar a Ginny y no a felicitarlo por su cumpleaños.

¿Cómo actuaré en La Madriguera? No lo sé, no lo sé… Lo único cierto es que saludaré a los señores Weasley como siempre, hablaré un poco con los gemelos, conversaré mucho con Harry –estoy tan feliz que mi amigo venga, tengo muchos cosas que contarle-. Bueno, después de todo lo que dije, estoy segura le meteré a Gabrielle su personalidad por… Vale, por donde le quepa a esa maldita.

¿Y luego qué? Tengo que enfrentarlo; lo sé. No estaba mentalizada para verlo ahora. O sea, han pasado tres meses desde que no sé nada de él ni lo he visto, y eso es mucho tiempo. Demasiado tiempo para mi gusto. Pero tengo que ser fuerte para enfrentarlo, para verle la cara, para saludarlo y luego para matarlo. No, no matarlo; pero no voy a ser amable con él. Actuaré como mi corazón me diga, no como mi estúpido cerebro me diga para saludarlo, sonreírle y hacer como si nada hubiera pasado sólo por buena educación. Seré con él como sienta serlo, porque se lo merece; se lo merece por todo lo que me ha hecho.

Es increíble ver que hace cuatro meses atrás era la mujer más feliz de la vida, porque tenía a mi lado al hombre que quería más que a nada… Y ahora sólo quiero arrancar de la realidad y no verle su maldita cara otra vez'.

Hermione cerró su diario de golpe. No podía seguir escribiendo de eso, no quería seguir escribiendo sobre Ron. Se sentía tan confundida al saber que iría a su cumpleaños… Aunque fuera a estar con Ginny, con Harry, con los gemelos, con los señores Weasley; a pesar de todo, igual tendría que estar a su lado. Y no sabía si todavía estaba lista para enfrentarlo. La herida de su corazón apenas empezaba a dejar de sangrar, y podría volver a sangrar en cualquier momento.

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Reinaba un ambiente de alegría. El señor Weasley conversaba en la sala con Ron y los gemelos, mientras que la señora Weasley terminaba de preparar las cosas para la fiesta con ayuda de Ginny. Los gemelos alistaban los últimos detalles para la decoración del lugar.

Ron estaba con una gran sonrisa hablando con su padre. Le gustaba ver que estaba con su familia y que todavía no había ninguna pelea o algún regaño por parte de su madre. Pero en sus ojos se notaba una tristeza que opacaba toda la alegría de su cumpleaños. Todos en la casa habían notado eso, pero Ron sólo dijo que había dormido mal y siguieron con los preparativos.

-¡Hola a todos! – dijo alguien saliendo de la chimenea.

Gabrielle se limpiaba el poco hollín que tenía en su rostro mientras sonreía a Ron y el señor Weasley, quienes se levantaban para saludarlas. La muchacha saludó con mucha efusividad a Ron y le deseó un muy feliz cumpleaños dándole una pequeña cajita como regalo. Le había dado un reloj de pulsera, mágico; se podía ver la hora y había algunos espacios para poner el nombre de alguna persona y que las manillas dijeran donde se encontraba esa persona. Era algo así como el reloj que tenían en la pared de la casa.

Cho salió de la chimenea, y a diferencia de Gabrielle, la oriental empezó a murmurar algunas cosas por estar en esa porquería de casa. Pero inmediatamente sonrió cínicamente saludando al señor Weasley y a Ron.

-¿Y cómo ha sido tu día? – preguntó Gabrielle sentándose en uno de los sillones. Hizo una mueca de desagrado al sentir que el sillón era algo duro y demasiado mullido para su gusto, pero trató de sonreír – Quiero saber sobre tu día, Ron.

-Bueno, ha estado bien – dijo sonriendo - ¿Están bien? – preguntó al ver como Cho miraba con desprecio la humilde casa.

-No, nada… - respondió tratando de aparentar cómoda – Lo que pasa es que observaba tu casa. Es muy… Pintoresca – dijo Cho sonriendo cínicamente. Más bien en su mente tenía la idea "Tu casa es muy pobre, Weasley" pero no dijo nada - ¿Hay más invitados a tu cumpleaños?

-Sí, va a venir Harry y Hermione.

-¿Qué? – preguntó Gabrielle sorprendida - ¿Va a venir Hermione Granger?

-Sí – asintió desganado – Mi hermana la invitó porque quería estar con una amiga. Mejor que se hubiera quedado en Hogwarts si iba a traer a Hermione acá – dijo suspirando algo enfadado.

-Va a estar acá el estúpido de Potter. Era suficiente con la chiquilla Weasley, pero ahora él… - murmuró Cho con cara de espanto.

Gabrielle le pegó un codazo a Cho al escuchar lo que había dicho. La oriental miró con desagrado a la muchacha como pidiéndole una explicación por eso, pero Gabrielle sólo sonrió a Ron que había escuchado perfectamente lo que Cho murmuró.

-¿Cómo va el juicio Cho? – preguntó Ron molesto por el comentario de la muchacha – Me dijeron que Harry te estaba ganando por mucho… Cuando estés en Azkabán me mandas una carta contándome la maravillosa vida que tengas – agregó con satisfacción al ver como Cho lo miraba con desprecio.

-¿Yo ir a Azkabán? O sea, Weasley… ¡Soy Cho Chang! En Azkabán no tienen un masajista, ni peluquería, ni un manicurista – comentó con asco - ¡O sea hello!Yo no voy a ir a ese sitio, ubícate.

-Yo creo que no hablemos de eso – dijo Gabrielle algo incómoda por la situación.

-¡Hermanito!

Ginny se detuvo en seco al llegar al salón y encontrarse con esas dos tipas sentadas en los sillones de su casa. Abrió la boca para empezar a decir alguna groserías, pero no dijo nada y sólo caminó hacía Ron tratando de controlar la rabia que corría por sus venas. ¿Qué hacía Cho Chang en su casa? Primero tenía que soportar que le quitara a Harry; segundo, tenía que soportar que su ruptura con Harry fuera público para todo el mundo mágico; y tercero, que estuviera sentada en su sillón favorito… Ah, no, esto era la guerra.

-La mama dijo que ya estaba casi listo – dijo Ginny sin sonreír – Y papá detuvo a los gemelos que estaban poniendo explosivos en el jardín – agregó – Ya todo está listo.

-Sólo falta que llegue Harry y… Tu invitada – Ron tosió después de decir eso.

-Hola, Ginny – saludó Gabrielle poniéndose de pie. Estrechó la mano de la pelirroja con educación – Tu hermano me ha hablado mucho de ti. Es un gusto conocerte al fin.

-Créeme que el gusto es mío, querida – sonrió temblando de la rabia.

-Weasley… - murmuró Cho poniéndose de pie.

-Chang… - musitó Ginny haciéndole un gesto con la mano en forma de saludo.

Las dos se quedaron calladas mirándose como si estuvieran esperando el movimiento de alguna para empezar un duelo, pero no pudieron hacer mucho porque de la chimenea alguien salió cubierto de hollín y causando un gran alboroto.

-¡Harry! – gritó Ron abrazando a su amigo.

-¡Ron! – exclamó Harry abrazando a Ron efusivamente – Por Merlín, hace tiempo que no venía a La Madriguera… Tenía tantas ganas de volver – comentó acomodándose sus gafas y con una gran sonrisa.

-Al menos tenías que venir por mi cumpleaños – dijo el pelirrojo emocionado.

-Hola, Harry – saludó Gabrielle con una sonrisita – Hace meses que no te veía. ¿Cómo estás?

-Bien, gracias – respondió secamente. Después de lo que le había hecho a Hermione esa tipa, no iba a hacérselas de amigo.

Se dio media vuelta y se encontró a Cho y Ginny. Vio a Cho con mucho desprecio y apenas le hizo un gesto con la mano. No quería hablar con ella después de todo lo que le había hecho. Sólo le hablaría cuando ganara el caso en la corte, y así pudiera vengarse un poco por todo lo ocurrido.

Harry estaba igual que cuando se había ido, no había cambiado casi nada. A excepción de su cabello, ahora estaba un poco más largo y se veía mejor. Pero se notaba mucho mejor que la última vez que lo habían visto. Se fue destrozado por terminar con Ginny a Dinamarca y ahora volvía con mucha alegría.

-Hola – saludó a Ginny inmóvil sin saber cómo actuar ante ella.

-Hola, Harry – dijo ella sonriéndole, pero no se acercó – Qué bueno que hayas venido, hace tiempo no te veía – comentó después de un suspiro – Mucho tiempo…

-Demasiado – asintió nervioso.

Ron, Gabrielle y Cho se quedaron mirando a los dos esperando que algo pasara. Por la mirada de Ginny no se sabía si iba a golpearlo, si iba a llorar, si iba a reír, si iba a abrazarlo o iba a salir corriendo. Y por la mirada de Harry, se podía ver el nerviosismo que tenía por estar delante de ella, saludándola, después de cinco meses.

-¡Dejen de mirarse! – dijo Cho aburrida. Todos la miraron con una ceja arqueada – Yo creo que ya comamos, te cantemos feliz cumpleaños y nos vayamos… ¡O sea hello, Weasley! Yo tengo una agenda muy ocupada y podría estar haciendo mi campaña para ganar el concurso… Así que hagamos todo.

-Tienes una muy buena idea, Cho – sonrió Ginny roja de rabia – Podríamos hacer todo, pero por mientras tú te vas a quedar en la sala sola a esperar que llegué la última invitada… Si quieres te traigo una revista para que leas. Lamentablemente no leo las revistas estúpidas que tú lees, pero tengo revistas muy culturales. Tengo una que con un tema que se titula: "Aprende a cerrar el pico cuando eres una perra y ladrona de novios" – dijo haciendo que todos se quedaran en silencio sorprendidos por sus palabras – Ese te queda perfecto.

-¡Me hartaste, Weasley! – gritó Cho lista para empezar a pegarle.

-¡Detente, Cho! – exclamó Harry deteniendo a Cho – No tienes porque pegarle por lo que dijo… Igual fue verdad – murmuró haciendo que Cho gritara más como loca.

Pero Cho dejó de gritar al ver que alguien había llegado apareciéndose en la sala. Harry sonrió y fue a abrazar a la recién llegada junto con Ginny que daba saltitos de alegría. Gabrielle arrugó el ceño y se cruzó de brazos sentándose en el sillón sabiendo que teniéndola en la casa no sería nada bueno mientras que Ron sentía que el aire ya no le llegaba a los pulmones y su corazón se le salía del pecho con sólo verla.

-¡Hermione! – gritó Ginny después de estrangularla con su abrazo – Qué bien que llegaste, eras la única que faltaba.

-Lo siento por la demora – se excusó torpemente – Es que Lindsay y Nicole pelearon nuevamente. Entonces los resultados finales fueron una guitarra rota, vestidos elegantes rasgados y varios hechizos… - comentó haciendo reír a Harry y Ginny - ¡Qué gusto verte, Harry! – dijo abrazándolo de nuevo.

-Yo también – sonrió feliz – Necesitaba a alguien culta e inteligente como tú en mi vida – rió.

-Bueno… Acá están los demás – dijo Ginny señalando con desprecio a Cho, Gabrielle y a Ron.

-Feliz cumpleaños, Ron – felicitó la castaña sin sonreír a Ron ni tampoco acercándosele.

-Gracias – dijo en un tono frío.

Ron, Hermione y Gabrielle se miraban turnadamente sin decir ninguna palabra. En sus miradas se podía percibir confusión, dolor, rabia y nerviosismo. La incomodidad se hacía presente nuevamente en el salón haciendo que todos los presentes se movieran preocupados por la situación. Se podía percibir hasta en el aire la incomodidad hasta que la señora Weasley entró con una sonrisa y los hizo pasar al comedor para cenar. Y así dándole inicio a uno de los cumpleaños más extraños de Ron.


Notas de la autora: ¡Hola!... Creo que está demás decir que el próximo capítulo va a ser muy interesante. Porque habrán varios comentarios pesados entre Hermione, Ron y Gabrielle; y Harry y Ginny tendrán que hablar sobre sus temas pendientes.

Lamentablemente no puedo responderles sus reviews... Es que mi computador tiene problemas con el Windows XP y se reinicia solo, no puedo abrir MSN, etc... Así que haremos un intento desesperado intentando revivirlo. Y por eso, no tengo tiempo de responderles los reviews, ya que cada vez que lo intenté el pc se reiniciaba solo... ¡ODIO A MI COMPUTADOR! (lo siento, tengo toda mi rabia contenida).

Gracias por sus reviews... Más de 200! De verdad se los agradezo y estoy feliz que le guste la historia. Espero sus reviews contándome qué les ha parecido este capítulo.

Cuídense, adiós!