Capítulo 28:
-¿Por qué estoy acá? – preguntó anonadada mientras miraba como la gente entraba al salón del fondo.
Nicole y Lindsay se miraron de forma cómplice. Las dos sonrieron sabiendo que mejor no le explicaban nada hasta que fuera casi el momento en el que comenzara el espectáculo. La morena le dijo a Ginny que tenía que estar presente en el concurso y que no preguntara nada más. Ginny siguió replicando hasta que se dio cuenta que no servía de nada hacer eso, ya que ellas no le respondían.
-Toma esto, no puedes estar vestida así en este lugar – dijo Lindsay sacando de su mochila un vestido doblado cuidadosamente – Te acompaño a cambiarte.
-No puedo creer que vestida así tengas una mochila – comentó Ginny torciendo los ojos – La elegancia de tu atuendo la opaca tu mochila roñosa.
-Te lo dije, Righetti – le dijo Nicole malhumorada – Si después andan diciendo que Herms, tú y yo somos unas indecentes, que no tienen elegancia ni clase; todo será culpa tuya. ¡Te dije que usarás una cartera!
-Cállate… Me obligaste a venir a esta basura cuando podría estar en casa escuchando música mientras estoy con Steve.
-Claro, tu hermoso y decente novio… ¡Me tienes aburrida con que uses a tu novio en cada frase de lo que va la noche!
-¡No me has aguantado la noche, sólo media hora en el baño!
-¡Púdrete, Righetti!
-¡Tírate a un pozo, Morick!
Ginny empezó a reírse de la discusión de las dos. Desde el verano, cuando ayudó a Hermione a trasladar algunas cosas al departamento, no había escuchado una de las típicas peleas estúpidas de ellas.
-Mejor me voy a cambiar… - dijo aún confundida de que estuviera ahí.
-Sí, yo te acompaño – asintió Lindsay antes de lanzarle una mirada dura a Nicole – No te veré hasta que salgas al escenario. Suerte.
-Gracias.
La morena vio como las dos iban por otro de los pasillos que había y después giró para ir detrás del escenario. Allí iba a encontrarse con Cho para desearle mucha suerte, felicitarla por anticipado y a decirle que su discurso de ganadora ya estaba listo. ¡Ja! La sorpresa que se llevaría cuando ya haya leído el discurso y tenga que subir al escenario por los abucheos del público. Y también para su querida prima Gabrielle. Ahí si que iba a resumir todo el odio, la tristeza y el daño que habían hecho esas dos arpías hacia sus amigos. Sus horas estaban contadas… Antes de la medianoche Cho y Gabrielle serían las más odiadas de la noche, de la semana, del mes y del año.
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Harry pasó a buscar a Hermione a las siete y media. Ella andaba con un vestido muy sencillo de color azul que dejaba descubierto sus brazos y espalda. No tenía muchos accesorios; sólo unos aritos de plata y su reloj de pulsera. Se veía muy bien. Cuando llegó se encontró con su amiga que estaba poniéndose los zapatos en la sala mientras cantaba una antigua canción que había sintonizado en la radio. La castaña le dijo que Nicole ya había se había ido con Zack y que, sorprendentemente, Lindsay también fue con ellos. Harry se quedó extrañado, pero no empezó a divagar porque ya estaban un poco atrasados para el evento.
Como ninguno de los dos conocía el lugar donde se iba a hacer no pudieron aparecerse, por lo que fueron por red flu. Al llegar –con mucha elegancia, ya que no se caían como cuando eran principiantes en este medio de transporte- un señor los ayudó a levantarse y les pidió las invitaciones. Hermione las sacó de su bolsito y se las pasó al caballero sonriendo.
-¿De dónde las sacaste? – le preguntó el muchacho sorprendido que eran para sentarse en primera fila.
-Digamos que tuve que hablar con el primo del amigo del compañero de colegio de la vecina de la amiga del profesor de Curaciones… - explicó lentamente riendo por la cara de su amigo – Historia muy larga. Me debían un favor, así que lo cobré – resumió sonriendo.
-Ahí entiendo.
-¿Los Weasley vienen? – preguntó Hermione curiosa.
-No creo – respondió alzándose de hombros - ¿Por qué preguntas?
-Mira, allí – señaló.
Habían caminado un poco hacia el salón del fondo donde estaba todo listo y dispuesto para el concurso, pero a las afueras del salón había gente conversando y bebiendo algo antes de entrar. Entre todas esas cabezas negras y rubias, había un hombre de pelo rojo que resaltaba entre la multitud. Obviamente habían muy pocos pelirrojos, por eso era que Hermione había preguntado. Harry supo inmediatamente que esa cabeza pelirroja no pertenecía a cualquier Weasley, sino que a Ron. Al girar su rostro para ver a su amiga pudo observar como su expresión era de profundo asco.
-Imbécil – musitó apretando los puños – No quiero encontrarme con él.
-No te preocupes, no tenemos por qué hablar con él – dijo en un tono tranquilo – Debes calmarte, Herms – agregó poniéndole una mano en el hombro.
-Estoy bien…
-Oh, rayos – murmuró Harry.
-Acuérdate que los periodistas son tus amigos; sé simpático, respóndeles lo necesario y trata de hacer evasivas inteligentes para escaparte de algunas preguntas. Tienes que recobrar tu popularidad antes de eliminar a Cho – dijo la castaña viendo a donde estaban los periodistas – Si haces eso, todo estará bien. Además estaré junto a ti.
-Gracias, no sé qué haría sin ti – sonrió más despreocupado.
En una de las esquinas del salón de recibimiento se encontraban todos los periodistas arremolinados sobre sus fotógrafos repasando a los invitados que tendrían que entrevistar y algunas preguntas de rigor. Uno al ver que Harry Potter estaba en medio del vestíbulo junto a una muchacha de cabello castaño, que reconoció como su amiga Hermione Granger, gritó a todos que ahí se encontraba el desaparecido 'Niño Que Vivió'. Todos sin excepción corrieron sacando sus plumas y pergaminos mientras los fotógrafos empezaban a sacar fotos tratando de lograr el mejor ángulo.
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Detrás del escenario estaba todo un despelote. Los iluminadores corrían haciendo flotar las luces que aún no estaban listas, los modistas iban y venían con una tonelada de ropa por los camerinos de las finalistas y los maquilladores estaban urgidos porque las finalistas no estaban contentas por el maquillaje. Y en especial Cho Chang. La enferma mental (n/a: Ups! Se me salió ¬¬…) estaba sentada frente al espejo gritándole a su maquilladora que parecía un payaso. También había llegado en ese momento el modista con las cosas que debería usar en las etapas del concurso, y cuando Cho se las probó empezó a llorar a mares diciendo que parecía un mono.
-¿No conoce el refrán: Aunque la mona se vista de seda, mona queda? – murmuró la maquilladora harta de la situación.
-¡Ándate de aquí, estoy hecha un asco por tu culpa! – gritó Cho desesperada.
-Me voy, prefiero irme al infierno que estar a tu lado… ¡RENUNCIO! – exclamó tirando todos sus artículos de trabajo y se fue.
Nicole entró justo después de que la maquilladora se había ido. Cho se le tiró encima llorando como una magdalena mientras gritaba incoherencias mientras la morena miraba hacia el modista confundida por ese recibimiento tan extraño. Trató de no empujarla porque le daba asco que esa estúpida le tocara el hombro, pero debía aguantar un poco más antes de mandar a Cho al diablo y no verla nunca más. La tranquilizó diciéndole que todo iba a estar bien, que se veía preciosa –tuvo que morderse la lengua para no decirle la hermosa realidad: Era una vaca con ese vestido tan feo- y que iba a ser la ganadora indiscutida de la noche.
-No sé qué haría sin ti… - murmuró sonriendo Cho después de soltarla.
-Estarías hecha un lío – contestó riendo – Bueno, anda a arreglarte que tienes que estar preciosa – le dijo animándola.
-¡Vamos, idiota, tengo que sacarme esta porquería y ponerme como una diva! – le gritó al modista que empezó a temblar del miedo por la cara - ¡Muévete, sopenco! – le exigió enojándose aún más.
-No deberías hablarle así, Cho – dijo Nicole enfadada – No es forma de tratar a una persona.
-¡O sea hello, yo trato como quiero a quien quiero!
La muchacha iba a gritarle en la cara millones de cosas, pero respiró profundo y sólo le dijo a Cho sonriendo que iba a sentarse en el sillón del fondo a terminar los últimos detalles del discurso de presentación cuando ganara. La oriental estuvo feliz porque su amiga no le replicara y empezó a ver qué vestidos iba a usar mientras Nicole escribía en el discurso otra cosa negativa de Cho para que se den cuenta de lo discriminadora que era.
Después de unos minutos, alguien llamó a la puerta. Ahí estaban Ron y Gabrielle en la puerta. Cho se levantó de inmediato con unos alfileres en el nuevo vestido que se había puesto y saltó a saludar a su amiga. Mientras las dos estúpidas saltaban como monos, Ron entró calladamente al camerino y miró algo tímido a Nicole sin saber si saludarla o no.
-Hola, Ron – saludó Nicole guardando los dos pergaminos en su bolso con delicadeza – Hace tiempo que no te veía…
-Hace mucho – dijo él sentándose a su lado.
Los dos se quedaron en silencio por unos minutos sin decirse nada y escuchando la hueca conversación de las dos amiguis.
-¿Sabes? He querido hacerte una pregunta desde hace mucho, pero como no te he visto no he podido; entonces que estás aquí puedo hacértela – dijo la morena muy seria - ¿Qué le hiciste a Herms en tu cumpleaños? – preguntó rápidamente mientras Ron evitaba mirarla a los ojos – Desde que llegó esa noche ha estado muy rara… Está haciendo millones de cosas y no se da tiempo para descansar. Algo debiste haberle hecho para que esté así. ¡Incluso quiere aprender a volar en escoba! Eso es demasiado extraño – agregó sabiendo que de ahí provenía la actitud de su amiga.
-Prefiero no hablar de eso – dijo cortante y muy nervioso.
-Claro, prefieres no hablar de eso porque sabes que algo le hiciste – sonrió burlona – Mira, no sé qué pasó allá; pero de algo estoy segura: Eres la persona más imbécil que he conocido. No te das cuenta que por tu orgullo y por no tener la paciencia de hablar las cosas estás perdiendo a la persona más especial de tu vida… Y estás rodeado de las peores personas de las que te podrás imaginar. Abre los ojos – dijo mirando con odio a Gabrielle y Cho que se encontraban al otro lado del camerino.
Sin decir nada más la muchacha se puso de pie y le dijo a Cho que iba a irse a su sitio para ver quiénes vendrían a apoyarla en su victoria. La oriental se despidió feliz de ella y le agradeció todo lo que hacía antes de que se fuera; no sin antes dedicarle a Ron una mirada de profunda pena por la situación que estaba viviendo.
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Lindsay y Ginny salieron del baño a media hora de que el espectáculo iniciara. La pelirroja andaba con una falda negra y una blusa del mismo color, así que no desentonaba con el resto de la gente, ya que andaba muy elegante.
La rubia decidió que fueran a sus asientos para evitar confusiones después, así que se dirigieron al salón del fondo. Cuando estaban entrando vieron que pocos metros más allá estaban todos los periodistas atumultuados alrededor de dos personas y los flashes inundaban el ambiente. Lindsay supo que era Harry y Hermione, porque pudo verlos cuando se puso de puntillas; e inmediatamente empujó a Ginny al salón para que no viera que él estaba presente.
Habían sillas por todos lados de color negro y muy ordenadas en filas. Veinte sillas había un pasillo para que las personas pudieran salir más cómodamente y en medio de todo estaba la pasarela de color blanco iluminada con muchas luces de colores. Las luces giraban por todos lados junto a la música que era electrónica. No había mucha gente, ya que todos estaban afuera tomando algo y conversando; pero había algunas personas ubicadas en sus asientos respectivos. Los encargados del evento andaban con sus túnicas oscuras de un lado hacia a otro viendo que todo estuviera perfecto para la apertura y los iluminadores andaban con sus varitas tratando de encontrar un encantamiento para que la luz tuviera algo de brillo y todo ese tipo de conceptos que me da lata decir.
-¿Estás buscando a alguien? – preguntó Ginny viendo que la muchacha miraba hacia todos lados.
-No – negó con la cabeza.
-Ah… ¿Cómo no se van a dar cuenta que no estaré en el colegio esta noche?
-Lo tenemos todo listo – dijo sonriendo – En tu cama hay un maniquí que está hechizado para que luzca igual a ti y si le hablan, se hará la dormida. Es perfecto – explicó sintiéndose orgullosa de haber aplicado ese hechizo.
-¿Estás segura que eso funciona?
-¡Oye, ten más respeto con mis conocimientos! – replicó molesta – Obvio que funciona.
Caminaron hasta llegar a una de las sillas de la segunda fila y se sentaron. Lindsay seguía mirando constantemente a todos lados y Ginny se dio cuenta que algo estaban planeando junto con Nicole para haberla traído a ese lugar. ¿Pero qué? Algo tenía que ver con Cho, obviamente, pero… Ya había terminado con Harry y había dejado muy claro que todo fue por su poca honestidad. ¿Sólo por eso? Bueno, a Harry le dijo eso porque de verdad estaba molesta con él por eso… ¡Y odiaba a Cho con toda su alma! Había deseado por esos cuatro meses que un camión la atropellara, que un gato le desformara la cara, que un encantamiento la convirtiera en un sapo o algo así. Y estaría muy feliz si esa noche Cho sufriera por todo lo que causó.
Ginny miró a la rubia y se dio cuenta por qué era que estaba demasiado nerviosa: Su novio iba a venir. Ahí estaba Steve caminando con cara de amargado entre las filas viendo con horror en que lugar pecaminoso se había ido a meter, pero al ver a Lindsay una sonrisa apareció en su rostro.
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-Claro, me va bien en Dinamarca. Es un país precioso, está lleno de cultura y es el lugar ideal para irse a estudiar – dijo Harry sonriendo afablemente a la mujer.
-¿Pero se fue para allá por todo el revuelo de su rompimiento con la señorita Weasley, verdad? – preguntó un hombre escribiendo rápidamente.
-Podría decirse que sí, pero es por muchas cosas… Necesitaba irme lejos de Inglaterra para poder aclarar mis ideas.
-¿Va a formalizar su relación con Cho Chang luego de que termine el concurso? – preguntó otra mujer alta y muy delgada.
-Bueno, si quiero estar con alguien que sólo me usa para la publicidad de su campaña, creo que necesitaría una ida a San Mugo de urgencia. ¿Habrá una habitación libre por si eso pasa? – respondió haciendo reír a todos.
También los periodistas le hacían preguntas a Hermione. Obviamente que ella era algo fría porque odiaba las típicas preguntas de que si estaba saliendo o no con Harry. Llegó a un punto de enojo que le dijo a su amigo que ya era hora de entrar cuando faltaban diez minutos, y por la cara de querer matar a alguien era mejor hacerle caso. Así que con mucho esfuerzo se zafaron de los periodistas seguidos por los muchos flashes de las cámaras.
Hermione estaba muy contenta de que todo estuviera saliendo bien, ya que Harry estaba volviendo a la mira del huracán y tenía que explotar su popularidad para que tuviera apoyo en el juicio contra Cho. Le explicó brevemente al muchacho las cosas que deberían hacer cuando fueran donde el abogado, pero todo estaba saliendo perfectamente bien.
Entraron en el salón donde ya había entrado mucha gente. La música electrónica estaba muy fuerte y era la que marcaba el ritmo de las luces de colores. La pasarela blanca y el escenario estaban listos para que la final del concurso diera inicio y ya estaba un señor con una túnica muy llamativa aplicándose el encantamiento para que su voz sonara más fuerte.
-¡Lindsay, Steve!... ¿GINNY? – gritó Hermione cuando ya estaban llegando a sus asientos.
-Rayos, nos reconocieron – murmuró la rubia sabiendo que eso podría traer algunos problemas – Hola, chicos. ¿Cómo andan? – preguntó sonriendo.
-Bien – asintió la castaña sorprendida - ¿Qué estás haciendo acá Ginny? – le preguntó inmediatamente a su amiga en un tono severo.
-Yo… Me dieron libre en clases – dijo Ginny sonriendo inocentemente.
-¿Quieres que te crea eso? – inquirió enojada – Deberías estar cenando en Hogwarts a esta hora. ¡Vas a tener los ÉXTASIS este año y andas escapándote! No puedo creerlo de ti. ¡Debería darte vergüenza! Tienes que volver de inmediato al colegio, sino McGonagall te va a matar… O incluso¡Te puede expulsar! – agregó entrando en un colapso nervioso.
-No seas tan dura con ella, Hermione – intervino Steve sin saber cuál era la razón para que Ginny estuviera ahí – Sólo es una noche. De seguro regresará al colegio cuando esto termine.
-¿CREES QUE CON LA EDUCACIÓN SE JUEGA? – chilló enfadada - ¡SON UNOS INCONSCIENTES POR DEJAR QUE GINNY ESTÉ AQUÍ CUANDO DEBERÍA ESTAR EN HOGAWRTS!... ¡Harry, apóyame! – le pidió a su amigo.
Pero Harry estaba demasiado ocupado viendo fijamente a Ginny, y Ginny a él. Los dos se miraban como si nadie más estuviera, como si el tiempo se hubiera detenido y no hubiera nada más importante que ellos dos en ese momento. Él sonreía como estúpido al verla ahí, en el mismo lugar que él y vistiendo un lindo conjunto negro que le hacía resaltar su cabello pelirrojo. Ella muy ocupada perdiéndose en sus ojos, en su sonrisa, en el marco de sus gafas y en todo lo respecto a Harry Potter.
-Creo que estamos tocando el violín aquí – murmuró Lindsay.
-¡Harry! – gritó Hermione haciendo que el muchacho perdiera el contacto visual con la pelirroja – Eres mi amigo y comprendo que ustedes dos necesitan su tiempo. Pero tienen compañía, sean considerados con los que no tenemos a nadie… O sea¡Yo! – aclaró mirando también a Steve y a Lindsay – Además que es algo penoso que hagas estos actos de amor en público – agregó cruzándose de brazos.
-Lo que pasa es que eres una amargada – comentó Ginny antes de girar su rostro hacia el escenario.
-¿QUÉ DIJISTE, CRIMINAL?
-Ya, Herms, mejor vamos a nuestros asientos… Un gusto verlos, muchachos – dijo a Lindsay y a Steve sonriendo.
Rápidamente se sentaron en la primera fila junto con el resto de persona. La mayoría de los asientos ya estaban ocupados y las conversaciones de las personas inundaban el ambiente. Harry dio un pequeño salto de su asiento cuando en el escenario aparecieron doce carteles con las fotos en movimiento de cada una de las candidatas… La que más destacaba era la de Cho. Ahí estaba la oriental tratando de posar de forma sexy, y le salía bastante bien. Pero el muchacho no pudo seguir descargando su ira, ya que Hermione le tomó la mano nerviosa repentinamente.
Y no era para menos. Ron y Gabrielle estaban parados delante de ellos mirándolos como si fueran seres de otro planeta. La francesa se sentó lentamente en el asiento vacío al lado de Hermione mientras la fulminaba con la mirada. Con esa mirada y por la expresión de asco de la castaña quedó más que claro que se odiaban a más no poder.
Harry se puso de pie y estrechó la mano de Ron lentamente. El pelirrojo quitó su mirada de Hermione y miró a su amigo muy apenado. Sabía perfectamente que Harry ya debía haberse enterado de lo que le dijo a la castaña en su cumpleaños. Los dos se quedaron en silencio muy incómodo, hasta que Harry abrió la boca y dijo:
-Sé lo que pasó… Debería darte vergüenza; no puedo creerlo. No eres tú mismo Ron. Te conozco desde que teníamos once años y nunca podría haber sido capaz de pensar que le dirías esa estupidez a nuestra amiga – dijo con una mirada muy fría y dolida.
-Nadie dijo que ella era mi amiga – corrigió Ron bajando la vista avergonzado de si mismo por haber dicho esas palabras tan terribles.
-¿Qué dijiste? – preguntó Harry tomándolo del cuello de la camisa, pero sin levantarla, ya que él era más bajo que Ron.
-¡Harry, déjalo! – exclamó horrorizada Hermione.
-¡Ron, déjalo! – exclamó Gabrielle poniéndose de pie.
Las dos mujeres se miraron con odio. Harry y Ron se separaron y vieron con miedo de que eso podía terminar en un duelo, pero no fue así. Las dos se sentaron en sus respectivos asientos e intentaron no hablarse ni tener contacto de ningún tipo. Gabrielle le decía a Ron que se sentara a su lado mientras alguien tocaba el hombro de Hermione.
La castaña se dio vuelta y se encontró con Lindsay, Steve y Ginny. La pelirroja estaba tapándose la cara para que ni la loca ni Ron la reconocieran o iba a tener muchos problemas. Hermione sonrió divertida por eso.
-No te preocupes, Harry no sería capaz de matar a Ron – dijo Steve tranquilizadoramente.
-Sólo molerlo a golpes por imbécil – completó Ginny.
-¡Ginny! – chilló molesta Hermione.
-Pero la chica dice la verdad… No sé qué te habrá dicho, pero por la actitud de Harry se ve que fue algo grave – reflexionó la rubia mirando fijamente a su amiga. Hermione bajó la vista triste – No deberías ponerte así. Estás mejor sin alguien que te traté de esa forma. Pásalo bien… Además las cosas se van a solucionar muy pronto – agregó con una sonrisa cómplice.
-Vale, te haré caso – sonrió Hermione sin darle importancia a lo último que había dicho la chica.
-Herms, no le digas a mi hermano que estoy acá… Me va a matar si sabe – le rogó la pelirroja.
-Con tal que no miré hacia atrás está todo bien.
Justo en ese momento las luces se apagaron y otra de color blanco iluminó al hombre joven de túnica llamativa que salía sonriendo a todos. Los aplausos se hicieron sentir mientras él les daba las gracias y la bienvenida a las finales del concurso "Miss Corazón de Bruja". La música electrónica bajó de nivel hasta que dejó de escucharse. Nuevamente las luces de colores empezaron a girar con otra melodía diferente y las doce candidatas salieron con vestidos de gala mientras se escuchaban aplausos, silbidos, gritos y una euforia enorme.
Nicole llegó a su asiento ubicado al lado de Ron. Había llegado tarde porque se quedó hablando con Zack de los últimos detalles del plan. El muchacho estaba tras el escenario ayudando al DJ a poner la música adecuada. Sonrió a Lindsay antes de sentarse. Y su sonrisa se amplió más cuando vio a Cho en el escenario caminando con su vestuario rojo con dorado… Si ella tan sólo supiera que las horas las tenía contadas.
Una hora después…
-¡Un gran aplauso para nuestras seis finalistas que han desfilado estos hermosos trajes de baño! – gritó entusiasmado el animador.
Con la votación del público en los meses anteriores, sólo siguieron las seis muchachas que tenían más apoyo del público. Y así fue como las seis tuvieron que hacer una prueba de talento –donde Cho cantó con una voz de ardilla una melodía japonesa-, una prueba de traje de gala y un desfile en traje de baño donde le hacían algunas preguntas para que los espectadores conocieran mejor a las seis finalistas.
Mientras los aplausos resonaban en todo el salón la música electrónica comenzó a sonar nuevamente dando a entender que habría un intermedio antes de seguir con la elección de las tres finalistas.
-¿Escuchaste como cantó Cho? – preguntó Hermione inclinándose para quedar más cerca de su amigo.
-Sólo escuché una ardilla muriéndose – respondió Harry riéndose.
-Y tú vas a morir, Harry, si sigues hablando así de mi amiga – dijo Gabrielle metiéndose en la conversación al haber escuchado lo último que dijo el muchacho.
-No te metas en conversaciones ajenas… ¿Quién te crees que eres, enfermita? – preguntó Lindsay metiéndose.
-Ah, tú – dijo Gabrielle mirando a Lindsay con desprecio – No sabía que te gustaban estos eventos. Tú, siendo miembro de una de las familias más millonarias del mundo mágico, desprecias todo lo que tenga que ver con feminidad. Creía que te creías un hombre por tus gustos, Righetti.
-¡No le hables así! – dijeron a la vez Steve, Harry, Hermione y Ginny, aunque Ginny giró su rostro hacia otro lado porque no quería que la viera.
Ron estaba en silencio escuchando la pelea que se había armado. Su mirada se posaba de Gabrielle a Hermione, de Hermione a Gabrielle, de Gabrielle a Steve, de Steve a Lindsay, se Lindsay a Hermione y de Hermione a Harry… Era toda una confusión. Pero no se atrevía a entrar en aquella discusión, porque no podía; simplemente no podía. Estaba demasiado ocupado pensando en lo estúpido que estaba siendo desde hacía tiempo. Una cosa era terminar con Hermione y otra totalmente distinta era tratarla de la forma que lo estaba haciendo. ¿Qué tenía que hacer?
La discusión había terminado cuando el animador apareció en el escenario para seguir con el concurso. La mayoría de gente se había quedado mirando al grupo que discutía, así que fue un alivio que todo diera comienzo para que terminara.
Hermione y Gabrielle se miraron unos segundos deseando que la otra muriese lo más pronto y dolorosamente posible. La castaña levantó un poco su mirada y la posó en Ron que también la estaba mirando. Los dos se dejaron de mirar rápidamente.
Otrahora después…
-¡Y ahora decidiremos entre éstas tres candidatas! – dijo el animador señalando las únicas tres imágenes que estaban en el escenario; y por supuesto que una era de Cho – Ahora… Veremos quién ganará… - siguió con voz de suspenso mientras unos tambores sonaban.
Harry miró a Hermione con nerviosismo. La castaña le sonrió tranquilizadoramente, ya que sabía que no quería que ganara Cho. ¿Y quién no? Bueno… La gente estúpida que votó por ella. ¿No se daban cuenta que era una idiota, una hueca y una enferma mental? Era inexplicable que hubiera gente que la apoyara.
Sin que nadie se diera cuenta. Nicole se puso de pie y caminó hacia la parte de atrás del escenario. Antes de entrar miró a Hermione, a Harry, a Ginny y a Ron sabiendo que o que iban a mostrar iba a servirles de mucho lo que iban a estar a punto de hacer con Zack. Y después de eso entró donde estaban todos los encargados conversando sobre los resultados. Cuando llegó le dijeron que Cho había ganado por una enorme mayoría, así que ahí estaban esperándola para que leyera el discurso anunciando que había ganado su amiga.
-Claro, saldré – asintió ella haciéndose la feliz por su amiga.
Miró hacia donde estaba el DJ y su equipo de sonido, entonces le sonrió a Zack haciéndole saber que ya era la hora. Zack le levantó los pulgares deseándole suerte mientras se escuchaban los silbidos del público afuera. La muchacha le hizo una seña de agradecimiento antes de tomar una bocanada de aire y salir.
Nicole entró al escenario haciendo que todos los presentes se quedaran callados. La morena vio que Lindsay le hacía unas señas de suerte mientras que Harry, Ron, Gabrielle, Ginny y Hermione estaban con los ojos como platos y se quedaban atónitos de la sorpresa de verla caminando allí. Hermione frunció el ceño enojada de verla ahí, fraternizando con el enemigo; ya que había entendido que la chica estaba allí para hacer algo a favor de Cho. ¡Era una traicionera de primera clase!
-Buenas noches – dijo Nicole después de hacer el encantamiento para que su voz sonara más fuerte – Estoy aquí para decirles quién ha ganado el concurso… Ella fue una de mis grandes amigas en Hogwarts. Siempre amigas incondicionales. Todo eso hasta que salimos del colegio y nuestros caminos nos separamos. Hasta que nos volvimos a encontrar, nos volvimos a encontrar y esa noche en que nos vimos empezó a salir, en realidad, la persona que es – siguió diciendo algo nerviosa. Los murmullos se dejaron escuchar – Creo que es importante que conozcan a la persona que ganó este concurso… ¿Quieren saber quién realmente es Cho Chang? – preguntó más confiada de si misma – Les diré. Esa noche empezó lo que yo llamaría: La pesadilla. Cho Chang y mi prima, Gabrielle Saint-Claire, empezaron a arruinar la vida de mis amigos… ¡Y acá les presento quién es su candidata, para que vean por quién han votado todos!
En ese momento las luces se apagaron y una tela blanca se deslizo encima de las imágenes de las finalistas. Era como la típica película muggle que iban a transmitir. En la tela apareció un rectángulo negro, y de repente la imagen de dos mujeres se veía nítidamente. La primera era una morena con una melena ondulada y unos ojos pardos enormes; la otra era una oriental de pelo liso que se hablaba con su compañera mientras buscaba algo en el clóset.
-¿Cómo te ha ido en lo del concurso? – preguntó la morena.
-Muy bien – asintió Cho sonriendo – Todos me tienen en la mira después de lo de Potter y Weasley… Estoy tan feliz de que todo haya funcionado, Gabrielle – dijo riendo.
-Ya me lo dijiste en mi casa de Francia – murmuró sonriendo – Te lo había dicho: La idea de contratar a los fotógrafos y que coquetearas con Potter funcionó. Y lo mejor de todo es que todo el mundo cree que se estaban besando… Si supieran que te lanzaste a él como una loca – comentó malévolamente.
-¡Esa gente cree que su querido "Niño que vivió" engañó a su novia, cuando fui yo la que hice todo de esa forma para que pareciera aquello! Pero lejos lo mejor fue la cara de Weasley cuando salió del baño… Esa comadreja cree que no la vi, pero sí lo hice. ¡La pobre estaba destrozada porque su noviecito me besaba!
Las dos empezaron a reírse desenfrenadamente hasta que Cho encontró unos pantalones blancos en el clóset y se los enseñó a su amiga. Gabrielle dijo que eran preciosos y que definitivamente debía ponérselos para las fotos de campaña de su candidatura.
-Yo tengo una mejor cara: Cuando Granger entró a la habitación en año nuevo y vio que yo estaba en vías de hacerlo con Ron – dijo burlonamente.
-Tienes razón… Te juro que si hubieras visto su cara en ese momento, era como de… "¿Mi novio está allí con esa suelta? No puede ser, creo que me voy a morir" – imitó a Hermione pésimamente – Creo que fue una odisea conseguirme esa poción para echarle a la botella y que Weasley se la bebiera.
-Si supiera que estaba bajo los efectos de una poción…
-Los hermanos Weasley son tan estúpidos.
-Sin dejar de lado a Harry Potter y a la Sangre Sucia de Granger – agregó riendo.
-Oye, amigui… ¿Dónde está mi crema para los furúnculos? – preguntó Cho viéndose la cara al espejo.
-Creo que en el baño.
-¡Lo peor es que también me salieron puntos rojos en mi cadera! – comentó casi llorando.
-Deberás ocultarlos para el concurso…
-¡Lo sé! Tengo que verme perfecta – dijo Cho sonriendo.
La imagen desapareció y la tela blanca volvió a subir dejando a la vista las imágenes de las tres finalistas. Nicole sonrió triunfante al ver la cara de odio de su prima que estaba llorando de la vergüenza mientras todos estaban impresionados. Poco a poco se empezaron a escuchar abucheos y gritos en contra de Cho.
-Esa es Cho Chang – dijo Nicole mirando a todos – Ella arruinó la vida de mis amigos. Separó a una de mis mejores amigas de su novio, usó a Harry Potter sólo para conseguir sus votos. ¿Creen que si no hubiera salido en la revista hubieran votado por ella? Una chica común y corriente, que es superficial, que no piensa en otra cosa que no sea su cuerpo… Gracias a que separó a Harry y a Ginny obtuvo la popularidad que ustedes mismos le dieron. ¡Deberían sentirse culpables! – gritó enojada. Una de las luces apuntó a Gabrielle que se movió incómoda en su asiento - ¡Y ella también coopero para todo! Claro que sí… ¡La adinerada Gabrielle Saint-Claire hizo también de las suyas!
Todos los encargados y los que trabajaban allí estaban como piedras escuchando su discurso. Uno dijo que era mejor llamar a seguridad y sacarla, pero los demás no se lo permitieron. Era mejor escuchar lo que la chica tenía que decir, ya que era verdadera y le traería muchas noticias en los periódicos del día siguiente; sería una noticia envidiable.
-¡Cállate! – chilló Gabrielle poniéndose de pie. Todos los presentes empezaron a señalarla con caras de desprecio y murmuraban cosas malas de ella - ¡Eres una estúpida, Nicole!
-¡Estúpida la madre que te parió por tener a una hija tan idiota! – Hermione sonrió feliz por lo que dijo y agregó – Mira como todos se ríen de ti… Eres patética – finalizó mientras todos reían.
-Mejor cierra la boca, Sangre Sucia.
-¡Dile Sangre Sucia de nuevo, y juro que te mato! – saltó Ginny enfurecida de su asiento.
-¡GINEVRA WEASLEY! – gritó Ron sorprendido de que su hermana estuviera ahí.
-¡MERLÍN!
Todos voltearon a ver de quién provenía ese grito. Cho Chang había salido alarmada de su camerino por los gritos de Nicole diciendo todo lo que había hecho para obtener popularidad. Y la cosa es que había salido tan apurada que estaba con la mascarilla para las arrugas en toda la cara y en bata de baño. La oriental estaba llorando mientras todos –el público, Nicole, los iluminadores, los encargados, el animador… todos- se reían de ella apuntándola con el dedo.
-¡Eres una perdedora! – gritó alguien del público.
-¡Manipuladora!
-¡Víbora!
-¡Hueca!
-¡Loca, deberían encerrarte en San Mugo! – dijo una señora de edad alzando su bastón - ¡A las dos, diría yo!
Gabrielle y Cho dejaron de llorar y miraron a Nicole con odio. Las dos huecas se miraron y como pudieron se lanzaron encima de la muchacha en el escenario. Todos los presentes se quedaron atónitos, pero después empezaron a alentar a Nicole para que les diera su merecido.
-¡Déjame! – chilló Nicole cuando Cho le tiró el cabello.
-¡Te voy a dejar el día que mueras! – contestó Cho riendo.
Pero Nicole le pegó una patada en las piernas y la oriental la soltó adolorida. Gabrielle se lanzó encima de su prima… Hasta que, sorprendiendo a todos, Lindsay se levantó y fue a ayudar a su compañera en la pelea; así que le pegó una cachetada a Gabrielle dejándola en el suelo. Después Cho le mordió el brazo a Lindsay y Gabrielle atacó a Nicole por la espalda… Hasta que Hermione y Ginny llegaron al escenario y las separaron de un solo golpe.
-Eres una perra – dijo Hermione mirando a Gabrielle con desprecio.
-Púdrete, Granger…
-Parece que ya no eres tan elegante como antes – comentó riendo - ¡Tienes tus horas contadas!
-¡Vas a ver qué es lo que es meterse conmigo, Chang! – gritó Ginny antes de ir a pegarle a Cho, le pegó tan fuerte que salieron rodando por el suelo mientras seguían peleando.
Harry, Ron y Steve se miraron; al igual que todos, preocupados por la situación. Pero algo estaba seguro: Todos apoyaban a Hermione, Ginny, Nicole y Lindsay. Había gritos que apoyaban a las cuatro chicas a que les dieran su merecido a las huecas. Se podría decir que el concurso de belleza había terminado en una venganza por las cosas que había hecho una de las finalistas con su amiga… Parecía un cuadrilátero de box más que un concurso de belleza. Pero era mucho más divertido ver como esas dos estúpidas tenían las horas contadas.
Notas de la autora: ¡Hola! Este capítulo lo tenía antes escrito, pero por lo que pasó con mi computador se borró… Así que tuve que escribirlo de nuevo y creo que me quedó mejor de lo que antes estaba.
Como recordaran, en "Querido Diario" hay una pelea entre Hermione y Luna donde terminan lanzándose al lago. Bueno, había que seguir con la tradición y hacer algo igual… Aunque ésta pelea es masiva: Hermione/Ginny/Lindsay/Nicole vs Cho/Gabrielle. No sé, les juro que me estaba matando de la risa cuando escribía el inicio de la pelea, y también pensaba en algunas palabras fuertes, pero no quiero ser tan poco elegante para ponerlas… Así que intente ser fuerte pero con fineza.
Y bueno… En el próximo capítulo vendrá el diario de Hermione relatándonos lo que pasó después de que todas se subieran a darle una paliza a las huecas. Y también como se une a lo que queda de la venganza. Esto y más en: 'La guinda de la torta'.
Cuídense, adiós!
