Buenas noches mis amigos, les dejo la continuación de esta maravillosa historia de la escritora de Camilla Simon claro con el toque de mis personajes favoritos que son Sakura y Syaoran, espero que les guste como a mi me gusto traducir esta historia para ustedes.


Capítulo Catorce.

Seleccione "Fight Song" de Rachel Platten, y deje que suene de fondo. Esa canción me infundirá ánimo para lo que estoy a punto de hacer.

Evaluó el alcance de los daños, horrorizada. ¿Cómo voy a arreglar esto? ¿Debo dejar crecer el vello púbico o mejor vuelvo a depilarme entera por si, por fin, paso la noche con mí, vecino salvaje y guapo a morir?

Agarro el bote de crema depiladora –mi enemigo jurado desde que me dejo sin pelo en las parte nobles- y apoyo el pie sobre el borde de la bañera. Respiro hondo, preparándome para librar de nuevo esta batalla, un poco más alentada gracias a la canción elegida.

Desenrosco la tapa y el característico olor a químico se expande por el cuarto del baño, provocándome arcadas. ¿Quién dijo que la depilación era glamurosa o que las mujeres debemos pasar por esto para estar guapas? ¡Un hombre, seguro!

Embarro bien la crema en el campo de batalla y cierro los ojos con fuerza para no perder el aplomo. Me siento en el borde de la bañera y empiezo a descontar diez minutos. Con las piernas bien separadas, me entretengo leyendo una revista de chicas con mucho cuidado de no moverme o mancharme las piernas.

Me enteré de que Katy Perry está saliendo con Orlando Bloom –qué suerte tienen algunas-, cuando mi compañera de departamento abre la puerta. Al ver la escena, se ruboriza, y abre tanto la boca que le veo la campanilla. Se tapa los, ojos con una mano y giro para salir de su campo de visión, evitando como puedo cerrar las piernas.

-¡Sakura!

-Tomoyo, ¿¡No te han enseñado a tocar la puerta!?

-¡No sabía que seguías en casa! ¡Aprende a cerrar con seguro! Tendré pesadillas durante el resto de mi vida por tu culpa. Jamás poder mirarte con los mismos ojos.

-No es más que un coño. Otro igual al tuyo. No seas exagerada.

-Veo que te has optado por la depilación completa.

-No me queda de otra; en cuanto crece un poco, queda horrible.

Me meto en la bañera y corro la cortina para tener algo de privacidad.

-¿Todavía no lo han hecho?

Emito un gruñido como única respuesta.

-Seguro que está por caer. Si vieras como te mira. Parece a punto de devorarte. Además, si hacemos caso de los rumores y es cierto que hace tanto tiempo que no ha estado con ninguna chica, debe arderle ahí abajo.

-Tomoyo, ¡Cállate! ¿Se puede saber desde cuando te interesan los rumores?

-Desde que nuestro atractivo u enigmático vecino se interesa por ti. Mi deber como tu mejor amiga es vigilarlo y cerciorarme de que sabe cómo satisfacerte y no solo con dulces. Últimamente, estas con los nervios a flor de piel. ¡Un buen revolcón te vendría muy bien!

-¡Fuera!-, gruño.

¿¡Con los nervios a flor de piel, yo!? En primer lugar, ¡No necesito tener sexo para sentirme bien! Y, en segundo lugar. ¡No necesito acostarme con nadie!

Me froto el pubis, que ya está más suave y, de nuevo, depilado a cero.

No pasa nada, es por una buena razón.

Me pongo un poco de gel de ducha con olor a jazmín en las manos y limpio de los restos de la crema. Cierro los ojos. Pronto, mi mente divaga por donde no debería; el cuerpo desnudo y tatuado de Syaoran bajo la ducha. Las gotas de agua le recorren el torso escultural, y yo las persigo con la lengua, descendiendo hasta alcanzar su…

Sí, necesito tener sexo.