La Boda de Mi Mejor Amigo – Fic

Cap. 2 – 3 Días

Después de hablar por mucho tiempo, Naruto se había encargado de llevar a su amiga al lugar dónde había dicho que se quedaría. La ayudó con sus maletas y luego se despidió de ella, no sin antes casi rogarle porque fuese madrina para su boda, a lo que ella sin muchas ganas, aceptó.

Tocó varias veces la puerta, hasta que esta se abrió dejando ver a cierta rubia de ojos azules, quien la miraba muy sorprendida.

- ¡Sakura! – Exclamó la rubia muy asombrada.

- Hola Ino, ¿Me dejas pasar? – Respondió la pelirrosa ante el asombro de su amiga.

- Si, claro… ¿Pero que haces aquí? Quiero decir… ¿Cuándo llegaste? ¿Y esas maletas? – Preguntaba la rubia mientras se hacía a un lado para dejar pasar a la de ojos jades. – ¿Has venido por la boda de Naruto y Hinata cierto? – Cuestionó no obteniendo respuesta alguna.

Por su parte, Sakura se quedó pensando por unos minutos antes de poder responderle a su amiga.

- De hecho, no. – Dijo sin más. – Vine para impedir esa boda. – Afirmó, haciendo que la rubia abriera los ojos de par en par por la impresión de su respuesta. – Por cierto, ¿Me dejas quedarme un par de días en tu departamento mientras tanto? – Preguntó tranquilamente.

- ¡¿Qué?! – Exclamó no creyendo lo que había escuchado.

- Lo que oíste Ino, vine a impedir esa boda.

- ¡¿A caso te volviste loca?! – Exclamó Ino sorprendida. – Estamos hablando de la boda de Naruto y Hinata… si mal no recuerdo tu eres amiga de ambos, ¿Por qué querrías arruinarles la boda? No lo entiendo. – Decía contrariada.

- No le voy a arruinar la boda a nadie, de hecho creo que hasta le haré un favor a Hinata. – Respondió la pelirrosa mientras se dejaba caer en el sillón de la sala.

- Necesito una explicación y la necesito ahora. – Pidió Ino intranquilamente mientras se sentaba al lado de su amiga. – Te veo y no te reconozco Sakura. – Dijo un tanto preocupada.

- Es fácil Ino, me di cuenta de que estoy enamorada de Naruto y haré todo lo que esté a mi alcance para recuperar lo que siempre fue mío. – Respondió la ojijade. – Antes de venir, pasé la tarde con Naruto y me di cuenta de que aún siente algo por mí, y no pienso perderlo. – Sentenció ante la mirada estupefacta de la rubia.

- Sakura… no sé qué decir…

- Ino… – Llamó la ojijade tomando del rostro a la rubia. – Dime… ¿Tú no harías lo mismo? – Preguntó para asombro de su amiga. – Si un chico estuviera enamorado por mucho tiempo de ti y tú por cosas de la vida, no lo tomaras en cuenta en ese momento… y si después te das cuenta de que también sientes lo mismo que él siente por ti, pero estás a punto de perderlo porque se casará con alguien que no ama solo para olvidarte… dime, ponte en mi lugar. ¿No harías lo mismo que yo estoy tratando de hacer? – Preguntó tristemente, dejando a una rubia pensativa. – Solo estoy tratando de recuperar lo que es mío… además, le haré un favor a Hinata, ya que Naruto no la ama realmente.

- ¿Y tú como sabes eso? ¿A caso él te lo dijo? – Preguntó la rubia mientras fruncía el ceño en signo de molestia.

- No tal cual… pero me di cuenta por la forma en que me sonreía y me miraba, sé que aún no le soy indiferente. – Respondió la pelirrosa.

Ino quedó confundida, si bien era cierto Hinata era su amiga, pero tenía una larga historia de amistad con Sakura, le era difícil decidir qué bando tomar, pero si ponía en tela de juicio al rubio, sabía muy bien de ante mano que en la adolescencia, el rubio no paraba de profesarle amor a su mejor amiga. Sin pensar más, dio un profundo suspiro al sentirse tan mal por Hinata, pero si Naruto aún seguía sintiendo amor por Sakura y ella estaba dispuesta a corresponderle… ¿A caso Sakura no estaría en todo su derecho de impedir esa boda?

- Debo reconocer que si estuviese en tu lugar… quizás haría lo mismo. – Soltó débilmente la rubia para asombro de su amiga.

Sakura sonrió ampliamente al saberse comprendida por su mejor amiga y tan pronto como pudo, se abalanzó hacia sus brazos.

- ¡Gracias, sabía que me comprenderías! – Exclamó felizmente, pero pronto la imagen de Hinata se le cruzó por la cabeza. – Pero si te soy honesta. me he estado preguntando… ¿Qué pasará con Hinata una vez que Naruto la deje por mí? ¿Crees que me odie? – Preguntó al empezar a dudar.

- ¿Eso importa? – Cuestionó Ino para asombro de su amiga. – Debes estar segura en lo que quieres hacer, no importa si los demás te odien o no… eres tú o es ella, no hay más. – Respondió serenamente.

Sakura le sonrió a su amiga, nunca se había imaginado que más personas la apoyarían en su decisión, cosa que la reconfortaba en cierta manera. Agradeció a la vida por tener más personas que entendieran su decisión.

Naruto llegaba a su casa, colocó su saco en un perchero y se aflojó la corbata que traía puesta. Cansado se dejó caer en un sillón de su sala. Recordaba los momentos vividos esa tarde, la sorpresa de ver a su amiga aún cuando ella había dicho que estaría en Canadá. Sonrió al recordarla, Sakura no había cambiado mucho desde la última vez que se habían visto, a excepción que su pelo se lo había dejado crecer, cosa que en cierta forma la hacía ver más atractiva ante sus ojos.

Su celular sonó, sacándolo de sus pensamientos y tan pronto como pudo, se apresuró a contestar.

- ¿Qué pasó Jiraiya? – Respondió sin muchos ánimos.

- ¡Hasta que contestas! Te he estado llamando desde hace horas. – Recriminó el peliblanco.

- Lo siento, estaba con Sakura y realmente el tiempo se me fue muy rápido. – Contestó el rubio ante el cuestionamiento silencioso de su padrino y socio de su empresa.

- ¡Ah! ¿La hermosa Sakura? – Soltó el peliblanco al otro lado de la línea. – Dime, ¿Cómo está? ¿Sigue igual de hermosa que siempre? – Preguntó juguetonamente. El rubio solo suspiró al volverla a recordar.

- Si… Sigue igual de hermosa que siempre. – Se limitó a responder, haciendo dudar al de la otra línea.

- Naruto… Si no te conociera, dejaría pasar esto pero te conozco suficientemente bien y sé que algo te pasa… vamos muchacho, puedes decirme. – Animó el peliblanco. El rubio suspiró una vez más, se dijo que quizás el hablar de lo que le pasaba con su padrino y confidente, no estaría mal.

- Yo… no sé qué me pasa, estoy confundido. – Respondió el rubio. – Hubo un momento en el que Sakura me dijo algo… no sé como decirlo… sentí que estaba coqueteando conmigo y de alguna forma yo… no sé… se removieron muchas cosas en mi… no sé cómo explicarlo…

- Naruto… – Interrumpió el peliblanco, no había que escuchar más, su tonto ahijado estaba dentro de un dilema. – Solo te quiero recordar que pronto te vas a casar. – Dijo seriamente, haciendo que el rubio se sintiera peor de lo que ya se encontraba.

- Lo sé… – Respondió tristemente.

- ¿No crees que… deberías aplazar la boda? – Sugirió el peliblanco al escuchar cómo se encontraba el rubio.

- Yo quiero a Hinata. – Respondió inmediatamente el rubio. – Siempre ha estado ahí para mi, me la paso muy bien con ella, me gusta su compañía y…

- Pero no la amas. – Interrumpió el peliblanco. – Al menos no como decías amar a Sakura hace tiempo. – A completó seriamente, queriendo hacer recapacitar al rubio de no cometer algún error en su vida. – Falta poco para tu boda… no cometas un error del cual luego te puedas arrepentir. – Dijo tratando de hacerlo recapacitar.

Naruto soltó un suspiro, desde la llegada de Sakura, un sinfín de sensaciones le habían echo dudar de la decisión que estaba a punto de tomar.

Al día siguiente, Hinata iba de visita al departamento de Ino para ponerse de acuerdo con lo que tendrían que llevar sus madrinas de boda. Se encontró con que Sakura se estaba quedando con Ino, por lo cual no desaprovechó la oportunidad de hablar con ella también.

- Supe que también serás nuestra madrina de bodas. – Comentó Hinata mientras le dirigía una sonrisa sincera. – Realmente te agradezco el que hayas aceptado, Naruto está feliz de…

- Hinata… – Interrumpió la pelirrosa un poco fastidiada de escuchar que ellos se casarían. – Acabo de llegar de Canadá, deja que me despabile un poco, ya luego me pondré de acuerdo con Ino. – Respondió queriendo que ella se fuera de ahí, pues tenerla de frente le había echo sentir que estaba haciendo algo muy malo con alguien que no se lo merecía.

- Entiendo. – Hinata no era tonta, sabía que Sakura estaba muy rara desde que había llegado a Japón, se dijo que quizás no era momento de incomodarla con pequeñeces y decidió mejor retirarse de ahí. – Bien, supongo que te veré luego Sakura-san… Te veo más tarde Ino, no llegues tarde. – Pidió.

- Claro, no te preocupes. – Respondió la rubia despidiendo a su amiga.

- Me retiro. – Dijo haciendo una pequeña reverencia y se fue de ahí.

- Eres mala Sakura. – Dijo Ino una vez cerrando la puerta de su departamento tras de sí.

- No es mi culpa ser así… además me estaba fastidiando con su tonta boda. – Respondió altaneramente la pelirrosa.

- Sakura, ellos se casan dentro de tres días… a estas alturas… ya no sé si lo que te dije ayer estuvo bien… intervenir la boda a estas alturas…

- ¡Entiende Ino! Naruto merece ser feliz, yo merezco ser feliz…

- ¡Pero ya es muy tarde! – Exclamó la rubia desesperadamente.

- No… aún no es tarde. – Respondió la de ojos jades ideando un plan.

- ¿Qué planeas hacer? – Cuestionó la rubia al ver la determinación de su amiga.

- Todo lo que esté a mi alcance. – Respondió y pronto tomó su bolso de mano para salir de ahí. – Esta noche no vengas a dormir, estaré ocupada con Naruto. – Sonrió haciendo dudar a su amiga.

- ¿Qué planeas hacer Sakura? ¡Sakura te estoy llamando! ¡Sakura! – Gritaba, pero su amiga ya se había perdido tras la puerta de su departamento.

- ¿Naruto?

- ¿A qué debo tu llamada Sakura-chan? – Contestó el rubio un poco atareado con su trabajo.

- Estoy en un bar… por favor, ven a verme… necesito hablar con alguien y tú eres el único en quien confío. – Pidió al otro lado de la línea.

El rubio estaba dudando ante su pedido, pues le había prometido a su novia que estaría con ella en un par de horas para arreglar algunos preparativos para la boda y la despedida de soltero de ambos.

- Sakura-chan, realmente no puedo. Quedé con Hinata que…

- Estoy en el bar del oeste, si no vienes cualquier cosa que pase conmigo será tu culpa. – Interrumpió para después colgar sin siquiera escuchar a su amigo.

Naruto se quedó pensando por unos momentos, aquella llamada de Sakura había sido tan misteriosa, sumándole que no se escuchaba nada bien. Trató de llamarle, pero sus llamadas iban a parar en el buzón. Sintiéndose culpable y responsable, tuvo que llamar a su prometida.

- Hinata, creo que no podré ayudarte. – Dijo un poco avergonzado por faltar a su promesa. – Pero si me desocupo rápido, prometo que iré enseguida. – Sentenció un tanto culpable por poner de pretexto su trabajo.

- No te preocupes amor, supongo que tendrás mucho trabajo. – Respondió la ojiperla compasivamente.

- Si… de hecho es mucho trabajo. – Decía nervioso por tenerle que mentir por primera vez a su prometida, pero eso lo ameritaba. no quería que Hinata se sintiera insegura con su relación con Sakura a pocos días de su boda.

- Bien, suerte con eso. – Respondió sonrientemente Hinata. – Te amo. – Dijo al despedirse de él.

Un silencio apareció, Naruto no supo cómo, ni qué responder. En cierta forma, Hinata pudo entenderlo. El sonido del termino de la llamada se dejó escuchar en su oreja, Hinata había colgado sin esperar una respuesta siquiera. Se sintió tan patético consigo mismo.

Hinata había colgado, se quedó viendo su celular por un momento y se preguntó en que si haría bien en casarse con Naruto. Ella lo amaba, de eso no había dudas, ¿Pero y él?

- ¿Pasa algo? – La voz de Ten-ten la trajo a la realidad y tan pronto la vio, le sonrió.

- Naruto tiene mucho trabajo, no vendrá. – Respondió tristemente ante la mirada de asombro de su amiga.

- Eso es raro. – Comentó la de ojos caramelo. – Otras veces ha tenido mucho trabajo y aún así viene a verte, a mí se me hace que es algo más. – Dijo, pero su comentario solo hizo ensombrecer mas la mirada de la ojiperla. – Lo siento Hinata, no fue mi intención… últimamente estoy más paranoica que de costumbre.

- No te preocupes, no eres la única. – Comentó mientras se forzaba con sonreír.

Y tal cual lo había dicho, Sakura no desaprovechó la oportunidad de estar con el rubio. Sus ojos se iluminaron y su sonrisa se agrandó al verlo entrar en ese bar.

- ¡Naruto! – Exclamó muy eufórica mientras se abalanzaba hacia sus brazos. – Sabía que no podrías dejarme sola. – Comentó aún abrazándolo.

- ¿Sucede algo Sakura-chan? – Preguntó el rubio un tanto preocupado.

- Si… sólo quería estar contigo. – Respondió quitada de la pena. – Pero no me dejes sola, toma una copa y acompáñame este día. – Sonrió dulcemente.

El tiempo pasó lentamente para una ojiperla que estaba más desconcentrada de lo habitual, su prometido no había vuelto a llamar y ya era sumamente tarde.

- Debe tener mucho trabajo. – Se dijo para reconfortarse a sí misma, mientras trataba de alejar todos los pensamientos maliciosos que se avecinaban.

- Iré al baño, enseguida vuelvo. – Dijo Sakura mientras un color carmín se asomaba en sus mejillas, estaba un poco pasada de copas, pero aún consiente con una meta fija.

Naruto la vio alejarse, él la estaba acompañando. Se había tomado un par de tragos también pero aún estaba en sus cinco sentidos. Sacó su celular de su bolsillo y se dio cuenta que tenía varias llamadas perdidas de su padrino. Marcó su número y enseguida el peliblanco le contestó.

- Se que estas muy ocupado, pero quería comentarte que hay más personas que quieren invertir en la empresa, ¿No es eso genial? – Había dicho el peliblanco muy feliz.

- ¡¿Enserio?! Eso es genial. – Respondió alegremente el rubio.

- ¡Vaya, escucho mucho ruido! Al parecer te la estas pasando muy bien con Hinata. – Comentó Jiraiya.

- De hecho… estoy con Sakura. – Le dijo el rubio, haciendo callar por unos momentos al peliblanco.

- Disculpa que te diga esto Naruto, pero… ¿Aún te gusta Sakura, verdad? – Preguntó seriamente, haciendo que el rubio titubeara en responder. – Se que estará mal que te lo diga, pero si en verdad te gusta y ella también quiere algo contigo… no te contengas. – Soltó para asombro de su ahijado.

- No sé qué decirte, yo…

Sintió dos brazos envolverlo tras su espalda, el cuerpo femenino de su amiga apegándose al suyo mientras ella aspiraba su aroma en su cuello haciéndolo estremecer mientras sus mejillas empezaban a arder.

- ¿Me llevas al departamento? – Preguntó sensualmente en su oreja para después morder de ella.

- S-Si… v-vamos… – Se limitó a responder el rubio muy nervioso mientras colgaba la llamada.

Jiraiya dio un suspiro, había escuchado cómo el rubio tartamudeaba en presencia de la pelirrosa, no había más que decir, él le había advertido de no cometer un error… solo esperaba que su tonto ahijado comprendiera la gravedad del asunto en el cual se encontraba.

- ¡Ino no viene, iré a buscarla!

Había dicho Ten-ten al impacientarse de esperar a la rubia para que ambas estuvieran de acuerdo en lo que llevarían las madrinas. Hinata había reído al ver a su amiga en ese estado, pero prefirió no decir nada, tal parecía que muchos estaban muy raros a pocos días de su boda.

Ino estaba parada en una esquina del edificio donde vivía, mientras veía atentamente hacia adentro.

- ¡Ino! ¿Se puede saber qué diablos haces parada como idiota afuera de tu edificio? – Preguntó Ten-ten muy molesta al acercarse a la rubia.

- Viendo lo que hace mi mejor amiga con el novio de mi otra mejor amiga… – Respondió mecánicamente mientras señalaba hacia adentro del edificio.

Ten-ten miró hacia donde Ino veía y sus ojos se agrandaron al ver cómo Naruto y Sakura se besaban desenfrenadamente.

- ¡Hijo de perra! – Masculló la castaña y tan pronto como pudo, sacó su celular de su bolsillo y empezó a grabar. – Ino escucha bien lo que voy a decirte. – Dijo Ten-ten muy enojada mientras no quitaba la mirada de ellos y de la pantalla de su celular.

- ¡¿Qué diablos haces?! – Preguntó Ino asustada.

- Ve por Hinata. – Dijo la castaña mientras sentía el coraje recorrer sus venas.

- ¡¿Y yo por qué?! – Respondió la rubia un tanto asustada por lo que acontecería.

- Por que tú eres la mejor amiga de Sakura y sé que harás lo imposible por encubrirla. – Respondió sin más la castaña, pronto vio que el elevador se abría, Naruto y Sakura se adentraban mientras seguían besándose. – ¡Ve de una maldita vez por Hinata! – Exclamó la castaña con mucho coraje mientras pausaba el video y corría hacia las escaleras para seguir grabando al rubio y a la pelirrosa.

Ino sintiéndose tan culpable, se dio por vencida e hizo lo que la castaña le dijo.

- Espera Sakura-chan, esto está mal. Yo me voy a casar. – Dijo el rubio apartándose de su amiga.

- ¡Me gustas Naruto! – Le respondió ella mientras lo tomaba del rostro. – Y sé que yo también te gusto… No puedes negármelo. – Dijo tratándole de besar de nuevo.

- ¡Estas tomada! No sabes ni siquiera lo que estas diciendo. – Respondió tratando de hacerla recapacitar.

- ¡Nunca he estado mas sobria que ahora! – Respondió Sakura mientras pasaba sus brazos alrededor de su cuello. – Niégame que te gusto. – Susurró en sus labios.

- No lo niego… – Respondió el rubio volviéndola a besar.

Ino había tomado su moto, siempre se le había echo muy práctico ir a donde sea sin sufrir del trafico de la ciudad, pero esa noche deseaba con toda su alma no llegar con Hinata, no tenía el valor de decirle que su futuro esposo estaba en esos momentos siéndole infiel con su mejor amiga… aquella amiga que en el pasado había ayudado a Hinata a conquistar al rubio y que ahora se lo estaba quitando de la manera más cruel, pero se dijo que en todo caso la culpa era del rubio, pues él estaba comprometido y sabía a lo que se atenía al meterse con su amiga… trataba de reconfortarse mientras llegaba hacia la residencia de los Hyuga's.

- ¡Hinata! – Exclamó Ino una vez llegando hasta donde estaba la ojiperla.

- ¡Ino! ¿Y Ten-ten? ¿No vino contigo? – Preguntó al ver que la castaña no había llegado con ella,

- Hay algo que tienes que saber. – Dijo Ino un tanto avergonzada.

- ¿Sí? ¿Pasa algo? – Preguntó desconcertada la ojiperla al ver cómo se encontraba la rubia.

Ino soltó un fuerte suspiro y la miró directamente a los ojos.

- ¡No puedo! – Se dijo más para sí que para la ojiperla. – Lo sabrás, pero no aquí. Acompáñame. – Dijo tomándola de la muñeca para jalarla y salir de ahí.

- ¿Qué pasa Ino? – Preguntó Hinata muy contrariada, pero la rubia no decía nada. – ¿Sucede algo malo? – Preguntó.

- Por favor, no preguntes… solo acompáñame. – Decía al pasarle un casco extra a la ojiperla mientras ella se montaba en su moto.

Ten-ten había grabado todo, desde que habían salido del elevador y hasta que entraron al departamento de la rubia. La castaña hervía de coraje, quería irles a tocar la puerta y arruinar el momento de aquellos infames, pero se dijo que no era su deber… en todo caso lo mejor que podía hacer era advertir a Hinata de lo que pasaba y ofrecerle su apoyo incondicional, no había de otra.

Tan pronto como fue, Ino llegaba con Hinata al edificio en dónde vivía, afuera estaba Ten-ten esperando a la llegada de ambas mientras tenía los brazos cruzados.

- ¡Ten-ten! – Dijo Hinata una vez llegando hasta donde se encontraba la castaña. – ¿Qué haces aquí? – Preguntó un tanto curiosa.

- Hinata… – Llamó la de ojos caramelos al verla acercarse junto con Ino. – ¿Le has dicho algo? – Cuestionó la castaña a la rubia.

- No, no le he dicho nada. – Respondió Ino.

- ¿Decirme qué? – Preguntó Hinata aguardando al misterio que embargaba a sus dos amigas.

- Hinata… – Decía Ten-ten buscando la manera correcta de decirle lo que estaba pasando. – ¿Reconoces el auto que está estacionado allá? – Dijo señalando un auto negro que tenía una placa muy conocida.

- Se parece al auto de Naruto. – Respondió Hinata y pronto divisó mejor la placa, era el auto de su prometido. - ¡Es el auto de Naruto! ¿Él está aquí? – Preguntó entre sorprendida y contenta de poder ver a su prometido, pues durante todo el día no lo había visto.

- Hinata… Naruto se encuentra en el departamento de Ino… – Decía la castaña no sabiendo cómo dar aquella noticia.

- Está con Sakura en estos momentos. – A completó la rubia un tanto triste.

- Quizás l-la está ayudando c-con algo y…

- Se estaban besando. – Interrumpió la rubia.

- No… q-quizás vieron mal y…

- Toma. – Dijo Ten-ten al pasarle su celular. – Lo grabé todo.

Entre sus manos yacía aquel teléfono, armándose de valor, le dio en reproducir al video y pudo ver con sus propios ojos la forma en que su prometido y su amiga se comían a besos, la forma en cómo ingresaban al elevador y luego el video se pausaba para dar paso a la sección en donde aquel departamento se encontraba. Naruto y Sakura se adentraban sin dejar de besarse y el video acababa.

Sus manos temblaron y de sus ojos bajaron varias lágrimas… Aquella persona que tanto amaba, le estaba siendo infiel en estos momentos con su mejor amiga.

En aquel departamento dos personas se besaban desenfrenadamente, quizás a causa del alcohol o quizás por buscarle algún pretexto a lo que estaba aconteciendo. Se tropezaban con algunas cosas, Sakura estaba buscando quitar desesperadamente la camisa del rubio, mientras él en un acto de cordura posaba sus manos sobre las de ella.

- Sakura-chan, detengámonos aquí… no puedo. – Dijo tratando de alejarse de ella, pero Sakura lo abrazó para no dejarlo ir.

- Naruto, sé que tu sientes lo mismo que yo… sé que te vas a casar porque no tenías otra opción, pero estoy aquí, correspondiendo tu amor. Podemos iniciar de nuevo, Hinata va a comprender y…

- Sakura-chan… - Llamó el rubio para obtener toda la atención de la pelirrosa. – Agradezco realmente que después de mucho tiempo hayas correspondido a los sentimientos de mi juventud, sin embargo no puedo estar contigo. – Dijo serenamente tratando de hacer recapacitar a su amiga.

- ¡Pero hace rato dijiste que yo te gustaba! – Replicó ella muy confundida.

- Si y no lo niego. Eres una mujer muy bella, a cualquier hombre podrías gustarle y yo no soy la excepción. – Respondió haciendo que la pelirrosa frunciera el ceño en signo de molestia.

- ¿Qué tratas de decirme? – Preguntó un tanto enojada.

Naruto soltó un suspiro, ahora que hablaba con ella acerca de sus sentimientos lo tenía más claro que antes.

- Estuve confundido Sakura-chan, debo reconocer que todo esto me tomó de sorpresa y que no sabía qué hacer en caso de que mis sospechas fueran ciertas. – Afirmó ante una Sakura molesta. – Realmente estuve enamorado de ti por mucho tiempo y ese sentimiento de alguna manera me hizo dudar muchas veces… Cuando me besaste te correspondí y realmente creí que quizás seguía enamorado de ti, pero llegados a este punto… me doy cuenta de que deseo con todas mis ganas estar con alguien más que no eres tú. – Confesó ante una Sakura dudosa.

- ¿Hablas de Hinata? – Preguntó al empuñar sus manos en un acto de furia por lo que escuchaba.

El rubio sonrió ante la imagen de su prometida… había sido un tonto por dudar de sus sentimientos hacia ella, de tener miedo de no corresponderle adecuadamente por tener presente el pasado. Dio un suspiro para reconfortarse, ahora lo tenía más claro, amaba a aquella chica de ojos luna, había sido un imbécil por dejarse llevar por una confusión.

- Si. – Respondió el rubio sin más. – Amo a Hinata. – Sonrió ante la mirada sorprendida de Sakura, pues jamás se esperó que él lo admitiera.

- ¡No! ¡No es cierto! ¡Tu me amas a mí! ¡No puedes amarla a ella! ¡Eso es mentira! – Lloró amargamente mientras trataba de aferrarse al pecho de su amado. – ¡Dime que eso es mentira! – Pedía destrozada.

- Hinata, será mejor que nos vayamos. – Dijo Ten-ten al ver a su amiga mirar hacia la ventana de aquel departamento.

- Si Hinata… Naruto ya eligió. – Comentó Ino tristemente al ver aquella situación tan deplorable.

- S-Solo quiero darle una oportunidad a que salga y me explique qué está pasando. – Decía mientras sus lagrimas no dejaban de caer.

Irónicamente tenía la esperanza de ver a su prometido salir de aquel edificio, que no pasara nada con su mejor amiga… pero sus esperanzas morían con cada segundo que pasaba.

Ten-ten e Ino esperaron junto con ella, se compadecían de su lamentable situación, pues era bien sabido que la Hyuga amaba realmente a aquel rubio.

- Sakura-chan… – Dijo el rubio mientras tomaba del rostro a su amiga. – Yo te quiero, eres mi mejor amiga… siento un cariño especial por ti. No me gusta verte en ese estado y menos sabiendo que yo soy la causa. – Comentó melancólicamente. – Eres muy hermosa, pronto encontrarás a alguien quien te ame como tu te lo mereces. – Decía tranquilamente, pero Sakura no podía contener su llanto. – Será mejor que me vaya, se está haciendo tarde. – Dijo para después besar la frente de su amiga en un acto cariñoso.

Se dirigió hacia la puerta y rápido Sakura lo abrazó por detrás.

- ¡Por favor no te vayas! ¡Quédate conmigo esta noche! ¡Por favor! – Pedía desesperada. – Ya es muy tarde, no me dejes sola. – Decía.

Naruto dio un suspiro, se dijo que no estaría mal acompañar a su amiga por esa noche, no le gustaba verla tan mal.

- Esta bien, solo si prometes que dejarás de llorar. – Sonrió al quitarle las lágrimas.

Sakura le devolvió la sonrisa, Naruto era muy dulce con ella… se había dado cuenta demasiado tarde que él era el hombre perfecto y que ella había dejado pasar muchas oportunidades. Se lamentó internamente, lo amaba y por él estaba dispuesta a hacer muchas cosas, no quería perderlo.

- Hinata… ya no tiene caso seguir esperando. Él no va a salir. – Dijo Ten-ten dando un suspiro mientras veía cómo la luz de aquel departamento era apagada.

Hinata sintió su corazón hacerse añicos.

Bajo la luz de los faroles de las calles, yacían tres chicas mirando hacia una misma dirección mientras el frío empezaba a calar en sus huesos.

Ya no podía llorar, sus lágrimas se habían secado o quizás con el pasar del tiempo se había resignado. Una sonrisa triste se dibujó en sus labios.

- Hinata… yo… lo siento. – Chilló Ino mientras sus manos cubrían su rostro.

- ¿Y ahora qué harás Hinata? – Se decía tristemente la castaña.

Hinata se volteó para dirigirles una triste sonrisa, ellas se habían preocupado tanto por no dejarla sola, y ahora solo sentía gratitud hacia sus amigas.

- Gracias. – Susurró Hinata débilmente. – Ustedes son las mejores amigas que alguien podría tener…

- ¡No! – Exclamó Ino muy dolida ante sus palabras. – Es mi culpa… yo aconsejé a Sakura que…

La mano de Hinata se posó en su hombro y luego le sonrió.

- Eres muy buena amiga Ino. – Dijo Hinata y pronto tomó la mano de la castaña. – Y tú también Ten-ten. Las quiero mucho. – Sonrió y pronto empezó a caminar.

- ¡¿A dónde vas?! – Exclamó Ten-ten preocupada al verla alejarse. – ¡Hinata! – Llamó ante un rápido pensamiento y el pánico empezó a apoderarse de ella.

- No te preocupes Ten-ten. – Dijo Hinata mientras volteaba y le sonreía. – Soy una tonta, pero no haré nada estúpido. – Dijo y luego volvió a caminar.

- ¡Hinata!

- Déjala Ten-ten. – Calmó Ino al detenerla del hombro. – Quizás necesite estar sola…

Ambas chicas veían a la ojiperla perderse en la obscuridad de la noche mientras se alejaba de aquellas solitarias calles.

"Ser noble como mi madre y fuerte como mi padre."

Sus palabras resonaron una vez más en su mente. Sabía que tomaría la decisión correcta… la más adecuada.

- "Ser noble como mi madre y fuerte como mi padre." – Se repitió una vez más.

¡Qué ironía! Su voz ya no sonaba igual a como cuando tenía apenas cinco años.

Divagó entre sus pensamientos mientras caminaba lentamente por las calles solitarias, sumergida entre sus propios recuerdos.

Ya eran las 2:40 am… ya solo faltaban dos días para su boda y uno para la despedida de solteros de ambos que tanto había trabajado. Recordar al rubio hacía que también recordase el video filmado por Ten-ten, aquel video en donde se veía al rubio besar a la pelirrosa… ¿Qué si lo odiaba? No, no lo odiaba… al contrario, lo amaba y sabía perfectamente que por mucho tiempo el rubio siempre estuvo enamorado de su amiga, sonrió tristemente… se dio cuenta que lo amaba más de la cuenta al aceptar su derrota.

Él merecía ser feliz, la vida le había golpeado varias veces… no como ella, quien siempre lo tuvo todo… No, no lo odiaba. A pesar del sufrimiento causado a unos días de su boda, ella podía sentirse feliz de haber sido algo más que una amiga para él…

Lloró.

Había imaginado que sus lágrimas se habían acabado, pero no era así. Su corazón aún dolía, pero no lo odiaba.

¿Qué tipo de mujer era?

Una noble y fuerte.

Su nobleza superaba por mucho al orgullo y al coraje que debió tener, y su fuerza de voluntad era tanta que no la dejaba hacer ninguna estupidez. Sonrió débilmente. Era todo lo que quiso ser de niña, ahora podía estar orgullosa de sí misma.

Amaba a Naruto y lo seguiría amando por el resto de su vida. Quizás nunca encontraría una persona que la enamorara tanto o igual que Naruto lo hizo… y si la encontrara, estaba segura de que no lo amaría igual a como amaba a Naruto… su Naruto.

¿Cómo podía dejarlo de amar? Si desde que lo conoció se había enamorado perdidamente de él. Quizás fuera estúpida, pero así era ella… y así sería. Preferiría mil veces la felicidad de él antes que la suya. No importaba que su dignidad estuviera por los suelos, lo único que importaba era su decisión… la que ella creía correcta.

El viento gélido se llevó consigo un te amo y un siempre te amaré seguidas de unas lágrimas tristes camuflajeadas de felicidad…

Continuará…

¡Gracias por leer este fic! Por el apoyo incondicional que me dan y por los comentarios que me dejan, soy muy feliz al leerlos todos, toditos. ¡Los adoro! ~Pronto la conti del fic del 2011 y pronto continuación de este. ¡Los quiero mucho, los adoro, cada vez que leo sus comentarios me hacen muy feliz como una lombriz! :DD