Capítulo 3

- Oh… Ya entiendo… Espera… ¿¡Qué!? –exclamó en sorpresa.

- ¡Fate-chan! ¡No grites tanto! –se cubrió sus oídos.

- Yo… Yo… No… –comenzó a tartamudear.

- Fate-chan, ¿de qué te sorprendes tanto?

- Lo… lo siento. Tienes razón. No sé de qué me sorprendo tanto. –se rascó la mejilla– Entonces, ¿ella es…? ¿Le gustan las mujeres? –la rubia más baja suspiró.

Flashback

- Nanoha-chan, ¿te has preguntado alguna vez si seríamos felices teniendo como pareja a una mujer? –le preguntó mientras tomaban su almuerzo en el jardín del campus universitario.

- ¿Eh? –la cobriza se ruborizó– ¿Por… por qué me pre… preguntas eso? –cuestionó nerviosa.

- … –suspiró y miró hacia el cielo– No lo sé. Cada vez que un chico confiesa su supuesto amor por mí, siempre acaba intentando sobrepasarse. –confesó decepcionada– A veces me pregunto qué se sentiría al besar a una chica, si sería algo tierno y dulce, como en las novelas de amor. –sonrió sonrojándose y la cobriza quedó asombrada de su belleza– Me gustaría vivir algo así… ¿Y a ti…? –la cobriza la interrumpió robándole un corto, pero tierno y dulce beso– Na… Nano… ha-chan… –tartamudeó.

- Sólo quise ayudarte. Nyahaha. –se rascó la nuca.

- Gra… gracias…

Después de eso, no fueron capaces de hablar sobre nada. Se quedaron en silencio, pensando y aclarando sus ideas tras ese inocente beso. Sin quererlo, el rompecabezas que tenían en su mente, estaba encajando finalmente. Ambas sonrieron a la vez. La hora del almuerzo pasó y volvieron a clases. Las dos terminaron las clases a la misma hora y volvieron al apartamento que compartían, juntas. Hacía tiempo que no hacían el camino de regreso juntas y eso las hizo feliz. Tras haber preparado la cena, haber recogido y hacer sus tareas, ambas se ducharon, por separado, y se fueron a sus respectivas habitaciones. Estaban tumbadas en sus camas, aunque ninguna podía dormir. No podían dejar de rememorar ese torpe beso una y otra vez. A pesar de que Nanoha lo había hecho para complacer a su compañera de piso, también lo hizo por ella, pues siempre había tenido la misma duda que Himeko. Y ahora que lo había hecho, su incertidumbre se hizo aun mayor. La puerta de su habitación se abrió y ella alzó la cabeza para ver a su compañera entrar tímidamente. Ambas se sonrojaron al mirarse a los ojos. La rubia se acercó lentamente hasta la cama y la cobriza se incorporó. Himeko se sentó en la cama y se acercó muy despacio hacia la cobriza, prestando mucha atención a la respuesta de su compañera. No quería incomodarla. Nanoha no se separó. Al contrario, se acercó también. Volvieron a unir sus labios en otro tímido beso, y luego otro, y otro más.

- Nanoha-chan… –jadeó.

- Ven… –la tumbó sobre la cama– Probemos qué ocurre y salgamos de dudas.

Himeko sonrió y atrajo a Nanoha a un cálido abrazo mientras la besaba de nuevo, aunque esta vez, con pasión. Querían aclarar todas sus dudas y saber si realmente les gustaban las personas de su mismo sexo o no. Habían llegado a un silencioso acuerdo. Jadeos y gemidos comenzaron a escucharse en la habitación a la par que las manos acariciaban el cuerpo ajeno. El pudor quedó a un lado, al igual que la ropa, y se entregaron la una a la otra de la manera más dulce y amorosa que pudieron. A la mañana siguiente, Himeko despertó desnuda y sola en la cama de Nanoha. Sonrió. Jamás pensó que hacer el amor con una mujer la haría sentirse así. Definitivamente no volvería a estar con un hombre nunca más. Se levantó y se duchó antes de ir a la cocina donde encontró una nota en la encimera de la isla. "Himeko-chan, espero que hayas podido aclarar tu orientación sexual. A mí me ayudó y, aunque fue agradable pasar la noche contigo, prefiero a los chicos. Espero que no te enfades conmigo. No me gustaría perder nuestra tan valiosa amistad. Te quiero, pero no de esa forma. PD: Te he preparado tu bento. Te veo a la hora del almuerzo"

- … –suspiró– Jamás podría enfadarme contigo, Nanoha-chan. Me has ayudado y me has dado lo más valioso que tiene una mujer. –sonrió.

Fin Flashback

- Fue la mejor noche de mi vida. Gracias a ella descubrí quien era en realidad. Seguimos siendo las mismas amigas de siempre. Nada cambió entre nosotras. Seguimos compartiendo apartamento y a veces salíamos con nuestras amigas Suzuka-chan, Arisa-chan y Mako-chan.

- Te rompió el corazón… –habló la oji borgoña con tristeza y su prima negó.

- No. No se puede romper algo que no se ha entregado, Fate-chan. No te negaré que hacer el amor con ella fue maravilloso, pero ninguna de las dos dijimos de tener una relación o de tener sentimientos románticos la una por la otra. –sonrió– Ella me dio su primera vez al igual que yo se la di a ella.

- Entiendo… –suspiró– Mako fue tu primera novia formal, ¿cierto? –la rubia asintió.

- Sí. Estuvimos juntas hasta que dejé Mahoroba.

- Estuviste mucho tiempo allí, Himeko. ¿Por qué decidiste volver y no te quedaste allí? ¿Y por qué no vino ella contigo?

- … –exhaló– Después de que mis padres murieran, me sentí muy sola a pesar de tenerla a ella. Necesitaba calor familiar. –le sonrió– Preferí estar cerca de ti y de tu familia. –confesó.

- Mi familia es la tuya, Himeko. Sabes que ellas te quieren más como a una hija que como a una sobrina, y tú para mí eres mi hermana menor. –le revolvió el cabello.

- ¡Fate-chan! ¡No soy una niña! –hizo un puchero y la otra rió.

- Te quiero mucho, Himeko. –la abrazó con ternura.

- Y yo a ti, aunque a veces seas una idiota. –le devolvió el abrazo– Ahora vete al salón con Arf mientras termino el almuerzo.

- Sí, señora. –se burló y se retiró.

- Fate-chan… –la llamó antes de que saliera de la cocina– Si has sentido un flechazo por Nanoha-chan será mejor que lo olvides… Ella no… –la interrumpió.

- Tranquila, Himeko. Después de la traición de Olivie, aprendí la lección. No fiarse de mujeres heterosexuales que quieren probar suerte con alguien de su mismo sexo. Créeme que conozco bien esa regla gracias a ella. –dijo tristemente.

- Fate-chan… Yo…

- Estoy bien, Himeko. Olivie ya es pasado. –trató de darle una sincera sonrisa– Estaré en la sala. –la rubia más baja asintió.

Chikane volvió al hospital y se encerró en su despacho. Después del incidente con Himeko, tuvo que huir y refugiarse en el trabajo para no pensar en lo que estuvo a punto de hacer con la prima de su mejor amiga. ¿Cómo diablos había pasado todo? Ella estaba viendo unas fotografías enmarcadas y de repente estaba en el suelo atrapada por esa rubia chica de mirada lavanda. No iba a negar que se había sentido atraída por ella desde la primera vez que la vio, pero no estaba lista para entregarse a nadie. Ella siempre había sido muy cuidadosa a la hora de tener una relación de índole personal con cualquier persona, pero con Himeko era diferente. Lo que había ocurrido había sucedido todo de manera natural, sin forzarlo. Ambas se habían dejado llevar por la pasión del momento sin pensar en las consecuencias. Ella no pondría en riesgo la amistad con Fate. Ella era la persona que más tiempo llevaba a su lado. Fate jamás la había abandonado a pesar de que a veces estuviera de muy mal humor y lo pagase siempre con ella. No sabía cómo lo hacía, pero su mejor amiga siempre conseguía arrancarle una risa en esos tensos momentos. Esa boba chica era increíble. Definitivamente no pondría en riesgo su amistad con ella por pasar unas horas con su prima. Bien conocido era el dicho de "no acostarse con los hermanos de tus mejores amigos". Fate y Himeko eran primas, pero por lo que pudo apreciar en el tiempo que pasó con ellas, su amor era más fraternal. Exhaló antes de sonreír tristemente al ver la foto de ella junto a sus padres y un cachorrito de color marrón. Echaba de menos a Shibou. Ojalá lo tuviera con ella. Su teléfono sonó y atendió la llamada. Sonrió. Tendría una tarde ajetreada y eso significaba no tener tiempo para pensar en nada más.

- Nanoha-chan… –la llamó una castaña de mirada azul– Nanoha-chan… –la volvió a llamar al ver que no tenía su atención– ¡Mira! Es la rubia que vino a la clínica. –exclamó.

- ¿Dónde, dónde? –miró hacia todos lados.

- Por fin me escuchas. –rió levemente la castaña y la cobriza frunció el ceño.

- ¡Hayate-chan!

- No te enfades. Quien debería molestarse soy yo. –se llevó un tenedor de su postre a la boca– He intentado llamar tu atención, pero nada funcionó. –suspiró– ¿Por qué tan ausente?

- Hayate-chan… ¿por qué es todo tan complicado? –preguntó en un suspiro.

- ¿A qué te refieres? ¿Tienes problemas con Tiida-kun? –la oji lavanda negó– ¿Entonces?

- Bueno, en realidad, no sé qué decirte. Tiida-kun quiere tener una relación formal conmigo. incluso quiere ir a presentarse a mis padres. –sonrió triste.

- Oh…

- Sí, oh.

- ¿Sigues pensando en ella? –preguntó con suavidad la de ojos color cielo.

- Sí… –murmuró– O sea, no. No estoy pensando en ella, sino en…

- Oh… –abrió los ojos como platos– ¿Te gusta la chica que se lanzó a la carretera para salvar a su cachorra?

- ¡Hayate-chan! –exclamó– Habla más bajo, por favor…

- Perdón… –se disculpó– ¿Te refieres a ella? –asintió levemente– ¡Por todos los cielos! ¿Y a qué estás esperando para dejar a Tiida-kun, a salir del armario y lanzarte a sus brazos?

- No puedo hacer eso. A mí me gustan los chicos, no las chicas.

- Eso es una tontería, Nanoha-chan… Desde que te acostaste con Himeko-chan sabes que te gustan las chicas, pero sigues negándolo y no lo entiendo. ¿Qué tiene de malo?

- No es lo correcto. La sociedad no lo aceptaría.

- Nanoha-chan… es tu vida… Estás aquí para ser feliz, no para hacer feliz a la sociedad. –habló seria por primera vez y la cobriza la miró sorprendida– No me mires así. Eres mi amiga y quiero que seas feliz. Obviamente ese chico te da bastante sexo, pero no te da felicidad. –la cobriza se sonrojó– Además, me dijiste que fingías… –la interrumpió.

- Esta mañana tuve sexo con él… –confesó en un arrullo– Pensé en ella…

- ¿Qué? –gritó– Nanoha-chan, por favor, deja a ese chico ya… Si no quieres salir del armario, no lo hagas, pero déjalo. Él se está haciendo ilusiones…

- Lo sé…

- Date una oportunidad con esa chica… ¿Quién sabe?

- Ella y Himeko-chan están en una relación… Cuando fui a entregarle a Arf esta mañana, Himeko-chan estaba totalmente agitada y Fate-chan salió envuelta en una toalla de baño… –bajó la cabeza.

- Vaya… Eso sí que es tener mala suerte… ¡Tu ex y la persona que te gusta, juntas! –rió hasta que sintió la mirada de su amiga sobre ella y se detuvo– ¿Por eso fuiste a buscar a Tiida-kun y tuviste sexo con él? –asintió avergonzada– Lo siento mucho, Nanoha-chan. –colocó su mano en el antebrazo de su amiga– Te apoyaré decidas lo que decidas, ¿de acuerdo?

- Gracias, Hayate-chan. –le sonrió con sinceridad.

Fate le dio de comer pacientemente a Arf mientras que Himeko llevaba los platos a la mesa. La perrita estaba tan feliz como su dueña de volverla a ver. Tras haberla alimentado, le dio la medicación y fue a la mesa a comer. Tuvieron un almuerzo agradable y ameno donde rieron y hablaron de todo y nada. Fate ayudó a su prima a recoger la mesa antes de sentarse de nuevo en el sofá junto a Arf. Comenzó a acariciarla y se quedó dormida. Himeko aprovechó ese momento para darse una ducha. Suspiró. Necesitaba hablar con Chikane y explicarle lo sucedido. Había actuado como una mujer desesperada, incluso pidiéndole que no se levantara del sofá. Se sentía avergonzada por sus actos. Debía pedirle perdón por todo lo que había hecho. Chikane la había impactado de buena manera y quería acercarse a ella. Quería hacer las cosas bien. Quería conocerla y ver si podrían llegar a ser algo más. Quería tener algo más que sexo con ella. Quería amarla. Salió de la ducha y se puso ropa cómoda antes de ir a la sala de estar donde Fate aun dormía con Arf. Miró el teléfono que se encontraba en la mesa de café y dudó por unos segundos antes de tomarlo entre sus manos y buscar en la agenda el número de la peli azul. Cuando lo agendó en su teléfono, dejó el de su prima en su lugar justo a tiempo, pues el timbre de la casa sonó, haciendo que tanto Fate, Arf y ella misma, se sobresaltaran.

- Ya voy yo, Fate-chan. –dijo antes de salir de la sala– Fate-chan… –la llamó– ¿Podrías venir?

- ¡Voy enseguida! Ahora vuelvo Arf. –le dijo a su perrita y se levantó– ¿Qué ocu…rre? –se quedó sin aliento al ver a la persona frente a ella.

- Hola, Fate-chan… Tu madre me dijo que te encontraría aquí… –dijo una rubia que cargaba en brazos a una pequeña de unos tres años.

- O… Oli… Olivie…


Strede: Sí, Himeko aquí es muy lanzada... Demasiado, diría yo... Parece que asustó a Chikane con su actitud... ¿quién lo iba a decir? xD

Saizoh: Sí, yo también creo que Chikane superará la muerte de su perrito Shibou con la ayuda de su rubia de mirada lavanda... Y sí, estoy de acuerdo contigo con respecto a Nanoha... Nuestro demonio blanco está siendo cruel con Tiida y lo está usando. Y aunque ha sido sincera, las cosas se dicen de otra manera... Empatía se llama, ¿no? xD Ya pudiste ver que efectivamente Nanoha hizo el amor por primera y única vez con Himeko... La suerte es que reconoce que ahora no siente nada por ella, si no por Fate... Pero qué mal que piense que están en una relación... A ver qué pasa cuando se entere de la verdad xD ¿Y qué querrá Olivie de Fate? Uh...

Guest: I'm sorry for the delay... No, Nanoha doesn't love Himeko. She loves Fate... Nanoha knew what making love meant thanks to Himeko, but she is in love with Fate now... We'll see what she does... If she breaks Tiida up or not...

Chikane and Himeko's characters come from Kannazuki no Miko. I recommend you :)

And yes, it's really difficult to take care of different kinds of pets, but I love animals, so I'm happy. I rescued all of them. The rabbit was left and she was going to be killed by a dog, one of the birds fell into my yard and she was left by her parents because she couldn't fly, so I adopted her. The other bird was going to be killed by a cat, so I rescued him and he doesn't want to go without the first bird... and I adopted the kitten because his mum died...

ReaMir: Sí, Himeko cambió mucho en esta historia... En España hay un dicho que dice "las calladitas son las peores" xD